AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
El noveno infierno de Dante (Le due maschere de la notte Prt. III)
5 participantes
Página 1 de 1.
El noveno infierno de Dante (Le due maschere de la notte Prt. III)
Diario de Rorschach:
15 de octubre de 1800
He dado muchas vueltas al asunto en mi cabeza, habían muchas pistas y tantas evidencias a la vista que decidí ir al infierno... sí al infierno para buscar aliados, monstruos más grandes que Frollo, Lorenzo o el propio cazador que había propiciado toda esta situación... debía hablar con el hijo del diablo.
Esta noche, el cielo se encuentra parcialmente nublado, las nubes cubren a la luna y las estrellas, las calles, las aceras lucen solitarias, muchos negocios han cerrado sus puertas, no hay idiotas enamorados, ni desdichados queriendo robar en esos callejones completamente oscuros y solitarios... un toque de queda está en vigor.
El viento sopla, trata de opacar el sonido de mis zapatos de punta ovalada, la gabardina café cubre mi espalda y mi pecho del fresco de la ya entrada madrugada, mismo que lleva hojas de árbol secas que han sido arrancadas por la ninfa del otoño, poco a poco me voy acercando al destino final, en los horizontes y tras mi máscara un teatro completamente destruido se deja ver, los ángeles que le cuidan son tan negros, tan opacos ahora como el falso ser divino que estaba en sus adentros, quedó frente a la fachada devorada por el fuego, las piedras del piso aún lucen húmedas, han seguido apagando el fuego... una amenaza de que ese demonio está vivo... con la firme intención de que no hubiera policías, y funcionaba nadie estaba allí, nadie custodiaba, nadie estaría asustado por la máscara que lee la mente de los que la miran.
Me acerco, la puerta no está bien cerrada, el viento la empuja y toca el marco cubierto de ceniza, se deshace con el roce, el teatro se sigue cayendo a pedazos, decido entrar y contemplo todo un espectáculo producto de ese siniestro, no queda nada del esplendor que alguna vez tuvo ese lugar, butacas arrancadas, cenizas esparcidas, sangre seca, estatuas y maderas caídas y al entrar a la sala no había más que un telón roto y quemado, un escenario a medias.
Me pongo a pensar en los días que tarde para decidir inmiscuirme en esta basura, para buscar a su rey... para convertirme en un buscador en el infierno, cavando para encontrar un ángel completamente falso y de color negro y ahora este buscador ha sido incansable, sin dormir y tampoco puedo permitir que eso suceda porque tengo la certeza de que estoy en la corriente correcta, la única opción que me queda, será mía... me ayudará a destruir lo que yo mismo ayude a levantar, esa ruta me llevará con un monstruo que no se tienta el corazón, que solo busca sangre y venganza... yo se la daré gratuitamente, no lo rechazará, después de todo esos dos estorban un lio que solo compete a dos y a nadie más, de acuerdo... excepto París quizás.
París, una ciudad pudriéndose, basura y decadencia se apilan hasta llegar a lo alto, convirtiéndose en nuestras casas, monumentos a la corrupción de aquellos en posición de riqueza y poder, ciudadanos distraídos para darse cuenta de este y otros horrores que se ocultan entre ellos, que todos los día conviven junto con ellos... que los mantienen cegados, sumidos en la ignorancia y la pobreza... su extinción segura pues son alimento de otros y mano de obra barata, pero la comida tarde o temprano escasea y las maquinas fallan, se acaban, se descomponen.. Y ya no son útiles, en conclusión nadie es indispensable, París ni el mundo será eterno y con esos antecedentes ¿Porque estoy haciendo esto entonces?, quizás es muy pronto para darme las justificaciones más convincentes para mí.
Un ruido interrumpe mi meditación, en lo alto se ve una sombra pasar, es silenciosa, no hay pasos ni respiración, solo se siente una incompleta mirada penetrante, el arma con el garfio y las balas sale sin preámbulos... pero lo siento él está aquí, tomo mi guardia y apunto en todas direcciones, no digo nada y espero que me dé su bienvenida acostumbrada, mi corazón late de adrenalina quiere violencia... quiere acción... quiere un encuentro para entablar un trato que nos conviene a los dos... el fantasma de la opera estaba aquí más afuera que dentro de mi mente y en este lugar le espero impacientemente -Vamos, ven a mí sabandija- le invito a mi presencia con el pensamiento.
...
15 de octubre de 1800
He dado muchas vueltas al asunto en mi cabeza, habían muchas pistas y tantas evidencias a la vista que decidí ir al infierno... sí al infierno para buscar aliados, monstruos más grandes que Frollo, Lorenzo o el propio cazador que había propiciado toda esta situación... debía hablar con el hijo del diablo.
Esta noche, el cielo se encuentra parcialmente nublado, las nubes cubren a la luna y las estrellas, las calles, las aceras lucen solitarias, muchos negocios han cerrado sus puertas, no hay idiotas enamorados, ni desdichados queriendo robar en esos callejones completamente oscuros y solitarios... un toque de queda está en vigor.
El viento sopla, trata de opacar el sonido de mis zapatos de punta ovalada, la gabardina café cubre mi espalda y mi pecho del fresco de la ya entrada madrugada, mismo que lleva hojas de árbol secas que han sido arrancadas por la ninfa del otoño, poco a poco me voy acercando al destino final, en los horizontes y tras mi máscara un teatro completamente destruido se deja ver, los ángeles que le cuidan son tan negros, tan opacos ahora como el falso ser divino que estaba en sus adentros, quedó frente a la fachada devorada por el fuego, las piedras del piso aún lucen húmedas, han seguido apagando el fuego... una amenaza de que ese demonio está vivo... con la firme intención de que no hubiera policías, y funcionaba nadie estaba allí, nadie custodiaba, nadie estaría asustado por la máscara que lee la mente de los que la miran.
Me acerco, la puerta no está bien cerrada, el viento la empuja y toca el marco cubierto de ceniza, se deshace con el roce, el teatro se sigue cayendo a pedazos, decido entrar y contemplo todo un espectáculo producto de ese siniestro, no queda nada del esplendor que alguna vez tuvo ese lugar, butacas arrancadas, cenizas esparcidas, sangre seca, estatuas y maderas caídas y al entrar a la sala no había más que un telón roto y quemado, un escenario a medias.
Me pongo a pensar en los días que tarde para decidir inmiscuirme en esta basura, para buscar a su rey... para convertirme en un buscador en el infierno, cavando para encontrar un ángel completamente falso y de color negro y ahora este buscador ha sido incansable, sin dormir y tampoco puedo permitir que eso suceda porque tengo la certeza de que estoy en la corriente correcta, la única opción que me queda, será mía... me ayudará a destruir lo que yo mismo ayude a levantar, esa ruta me llevará con un monstruo que no se tienta el corazón, que solo busca sangre y venganza... yo se la daré gratuitamente, no lo rechazará, después de todo esos dos estorban un lio que solo compete a dos y a nadie más, de acuerdo... excepto París quizás.
París, una ciudad pudriéndose, basura y decadencia se apilan hasta llegar a lo alto, convirtiéndose en nuestras casas, monumentos a la corrupción de aquellos en posición de riqueza y poder, ciudadanos distraídos para darse cuenta de este y otros horrores que se ocultan entre ellos, que todos los día conviven junto con ellos... que los mantienen cegados, sumidos en la ignorancia y la pobreza... su extinción segura pues son alimento de otros y mano de obra barata, pero la comida tarde o temprano escasea y las maquinas fallan, se acaban, se descomponen.. Y ya no son útiles, en conclusión nadie es indispensable, París ni el mundo será eterno y con esos antecedentes ¿Porque estoy haciendo esto entonces?, quizás es muy pronto para darme las justificaciones más convincentes para mí.
Un ruido interrumpe mi meditación, en lo alto se ve una sombra pasar, es silenciosa, no hay pasos ni respiración, solo se siente una incompleta mirada penetrante, el arma con el garfio y las balas sale sin preámbulos... pero lo siento él está aquí, tomo mi guardia y apunto en todas direcciones, no digo nada y espero que me dé su bienvenida acostumbrada, mi corazón late de adrenalina quiere violencia... quiere acción... quiere un encuentro para entablar un trato que nos conviene a los dos... el fantasma de la opera estaba aquí más afuera que dentro de mi mente y en este lugar le espero impacientemente -Vamos, ven a mí sabandija- le invito a mi presencia con el pensamiento.
...
Rorschach- Cazador Clase Media
- Mensajes : 21
Fecha de inscripción : 19/06/2013
Re: El noveno infierno de Dante (Le due maschere de la notte Prt. III)
Los infelices e inútiles humanos se habían ido de mi teatro, malditos con sus investigaciones no podía levantar mi castillo... este teatro que siglos había sido mío y seguirá siéndolo hasta que no haya más sangre que derramar, hasta que nadie aprecie el arte de la música y ese día nunca... nunca llegará.
Y ahora tenía otras preocupaciones más, sin duda eran más muertes a mi favor pero necesitaba un plan, podía asesinarlos como siempre pero... no habría diversión, no habría desafío para Leviathán -Bastardo- musite mientras la sombra caminaba en las ruinas del escenario, ocultándome entre el telón calcinado, las vigas caídas y las butacas destruidas, arrancadas de su lugar, el silencio acompañaba a las cenizas que seguían la corriente que entraba por el vitral roto donde un cuerpo cayó, sin embargo nadie lo ha encontrado, que puedo decir, la muerte tiene sus misterios.
El color carmín del ojo descubierto pronto se asomo para contemplar un intruso, era un hombre interesante, con una máscara tan extraña, hecha de tela como la mía, las manchas se movían todas dibujaban cuerdas, rejas y charcos de ese color carmín que me era tan necesario ¿Quién era ese hombre?... aliado de Leviathán, no lo creo.
Pronto recordé que la bella cortesana me había advertido que un hombre enmascarado y cubierto de plumas había ido a ese lugar de mala muerte para alardear que podía destruirme, ingenuo... nadie puede desafiarme ¡Yo soy el ángel de la muerte! ¡Yo soy el debo propagar la muerte! además un cuerpo mutilado colgado no vendría mal en este escenario completamente destruido, un mensaje para todos que llevaba la firma del Fantasma de ópera.
Tan pequeño, tan indefenso, solo un hombre disfrazado, jugando al héroe que nadie es, porque en este mundo solamente salen quienes pisan a otros, a quienes destruyen la vida de otros para subir escalón por escalón al maldito dinero, a nadie le interesa un héroe o un revolucionario como mi pequeño enemigo cazador.
-Bienvenido a mi ¡Teatro!- el puño toco su mejilla al voltearse bruscamente para ver quién le hablaba detrás -No me equivoque... otro humano queriendo convertirse en ¡Héroe!- otro golpe más, con más fuerza del anterior, fuerza que lo llevo al suelo -¿Sabes? viniste en un mal día, sobre todo porque este recinto necesita decoración- me gustaba verlos por debajo de mí, representando lo que son gusanos que mi poder infernal podía aplastar fácilmente -Tú...- le tome por el cuello de la gabardina -Serás mi primera restauración, te verás muy bien pendiendo de una cuerda, un adorno extravagante- las carcajadas fueron discretas, tan oscuras que buscaban su miedo -Y podré advertir a tu logia que yo soy inmortal, soy más que un asesino... soy el dueño del destino de todos ¡En la tierra!- le empuje contra la pared más cercana que tuviera, las maderas se cayeron encima de su cuerpo y la sangre empezó a ensuciar la máscara, convirtiéndose pronto en una mancha más grande que las opacas que se movían de un lado a otro -Sé quién eres- le advertí mientras inútilmente trataba de remover los escombros de sus piernas -Querías desafiarme, eliminarme; sin embargo observa a tu alrededor, en el piso donde reposas ¡Estas son las consecuencias por tan siquiera intentarlo!- unos de mis pasos más lentos comenzaron a ser dados, dirigiéndose a él mientras hablaba -Hubo muchos muertos aquí y me alegro, mientras más almas lleve al infierno más infinitamente eterno seré y ni un estúpido cazador- le señale con la mano extendida y la sonrisa escondida tras el trozo de tela -O un infeliz como tú van a lograr que eso cambie, no por nada hace mucho tiempo me decían el hijo del diablo y aunque detesto recordar la mugrosa voz del los inservibles humanos creo que tenían razón, él me favorece, soy su consentido, tan es así que trajo hasta las puertas de mi hogar al intruso que quiere tener créditos en esta guerra... ¿Acaso le tienes envidia a Leviathán?- reí a carcajadas más abiertas -¡Patético!- finalmente la gabardina que hacía delgada y escuálida mi figura quedó frente a él, mi ojo le veía, mi boca apetecía su sangre y el sombrero, las telas y las oscuridad se conjugaban para esconderme entre ellas, al golpearlo su linterna había quedado lejos de su alcance, tan lejos que la escancia de la noche era pura desde nuestra posición -Mírate, hasta tú sangre me da, no tengo que clavar mis armas para matarte... eres un mortal cualquiera- concluí asintiendo con la cabeza -Rorschach, por alguna razón pensé que eras un enemigo en potencia... te describieron tan grande, tan valiente, en resumen indestructible- una navaja salía de de mi manga, no era mía, Leviathán terminaría tan involucrado que su causa sería puesta aún más en tela de juicio -Y sabes que amigo no eres del tamaño de tu leyenda- la daga rozo su cuello, bajo por las telas que cubrían su pecho, ejerciendo presión con la punta aguda y filosa del arma -Es decir ¿Que demonios me sucedió?, arme todo este alboroto, destruí aún más mi palacio para atraparte, creí que sería divertido... ¿pero que estaba pensando?, solo eres un minúsculo y buen hombre jugando a las muñecas y a las princesas, jugando a ser el príncipe azul mata dragones- negué marcadamente -Estoy tan decepcionado de mi mismo, haberme rebajado de esa manera, a tu manera- levante su máscara hasta la altura de la nariz -Debería desenmascararte... ¿Pero para qué? si tú solo lo acabas de hacer, derrotado, apresado por un par de maderas viejas y quemadas... sangrando de la cara y sin una salida astuta con la cual confrontarme, debo confesar que mi verdadero enemigo me entretuvo más que tú- la daga siguió su recorrido -No hay nada que importe si te elimino o si te quito la máscara -En este caso la tela hará la importancia del cadáver- finalmente clave con gusto la daga en el muslo, la sangre se derramaba a caudales y él se quejaba, mientras yo sonreía -Así, irán tras los tuyos... digamos que quitaré la basura que contamina la guerra de dos no de tres, ni de mil más- removí el arma, contemplando como cubierta de carmín su brillo desaparecía, se había hecho opaca, un dedo cubierto por el guante cogió un poco de la sangre -Eres hombre muerto- le advertí acercando el dedo cerca de la nariz o mejor dicho de los huesos de esta, perdiendo de vista a ese sujeto, un roce logre sentir en el estómago, los parpados se cerraron levemente al caer al suelo de manera imprevista.
Y ahora tenía otras preocupaciones más, sin duda eran más muertes a mi favor pero necesitaba un plan, podía asesinarlos como siempre pero... no habría diversión, no habría desafío para Leviathán -Bastardo- musite mientras la sombra caminaba en las ruinas del escenario, ocultándome entre el telón calcinado, las vigas caídas y las butacas destruidas, arrancadas de su lugar, el silencio acompañaba a las cenizas que seguían la corriente que entraba por el vitral roto donde un cuerpo cayó, sin embargo nadie lo ha encontrado, que puedo decir, la muerte tiene sus misterios.
El color carmín del ojo descubierto pronto se asomo para contemplar un intruso, era un hombre interesante, con una máscara tan extraña, hecha de tela como la mía, las manchas se movían todas dibujaban cuerdas, rejas y charcos de ese color carmín que me era tan necesario ¿Quién era ese hombre?... aliado de Leviathán, no lo creo.
Pronto recordé que la bella cortesana me había advertido que un hombre enmascarado y cubierto de plumas había ido a ese lugar de mala muerte para alardear que podía destruirme, ingenuo... nadie puede desafiarme ¡Yo soy el ángel de la muerte! ¡Yo soy el debo propagar la muerte! además un cuerpo mutilado colgado no vendría mal en este escenario completamente destruido, un mensaje para todos que llevaba la firma del Fantasma de ópera.
Tan pequeño, tan indefenso, solo un hombre disfrazado, jugando al héroe que nadie es, porque en este mundo solamente salen quienes pisan a otros, a quienes destruyen la vida de otros para subir escalón por escalón al maldito dinero, a nadie le interesa un héroe o un revolucionario como mi pequeño enemigo cazador.
-Bienvenido a mi ¡Teatro!- el puño toco su mejilla al voltearse bruscamente para ver quién le hablaba detrás -No me equivoque... otro humano queriendo convertirse en ¡Héroe!- otro golpe más, con más fuerza del anterior, fuerza que lo llevo al suelo -¿Sabes? viniste en un mal día, sobre todo porque este recinto necesita decoración- me gustaba verlos por debajo de mí, representando lo que son gusanos que mi poder infernal podía aplastar fácilmente -Tú...- le tome por el cuello de la gabardina -Serás mi primera restauración, te verás muy bien pendiendo de una cuerda, un adorno extravagante- las carcajadas fueron discretas, tan oscuras que buscaban su miedo -Y podré advertir a tu logia que yo soy inmortal, soy más que un asesino... soy el dueño del destino de todos ¡En la tierra!- le empuje contra la pared más cercana que tuviera, las maderas se cayeron encima de su cuerpo y la sangre empezó a ensuciar la máscara, convirtiéndose pronto en una mancha más grande que las opacas que se movían de un lado a otro -Sé quién eres- le advertí mientras inútilmente trataba de remover los escombros de sus piernas -Querías desafiarme, eliminarme; sin embargo observa a tu alrededor, en el piso donde reposas ¡Estas son las consecuencias por tan siquiera intentarlo!- unos de mis pasos más lentos comenzaron a ser dados, dirigiéndose a él mientras hablaba -Hubo muchos muertos aquí y me alegro, mientras más almas lleve al infierno más infinitamente eterno seré y ni un estúpido cazador- le señale con la mano extendida y la sonrisa escondida tras el trozo de tela -O un infeliz como tú van a lograr que eso cambie, no por nada hace mucho tiempo me decían el hijo del diablo y aunque detesto recordar la mugrosa voz del los inservibles humanos creo que tenían razón, él me favorece, soy su consentido, tan es así que trajo hasta las puertas de mi hogar al intruso que quiere tener créditos en esta guerra... ¿Acaso le tienes envidia a Leviathán?- reí a carcajadas más abiertas -¡Patético!- finalmente la gabardina que hacía delgada y escuálida mi figura quedó frente a él, mi ojo le veía, mi boca apetecía su sangre y el sombrero, las telas y las oscuridad se conjugaban para esconderme entre ellas, al golpearlo su linterna había quedado lejos de su alcance, tan lejos que la escancia de la noche era pura desde nuestra posición -Mírate, hasta tú sangre me da, no tengo que clavar mis armas para matarte... eres un mortal cualquiera- concluí asintiendo con la cabeza -Rorschach, por alguna razón pensé que eras un enemigo en potencia... te describieron tan grande, tan valiente, en resumen indestructible- una navaja salía de de mi manga, no era mía, Leviathán terminaría tan involucrado que su causa sería puesta aún más en tela de juicio -Y sabes que amigo no eres del tamaño de tu leyenda- la daga rozo su cuello, bajo por las telas que cubrían su pecho, ejerciendo presión con la punta aguda y filosa del arma -Es decir ¿Que demonios me sucedió?, arme todo este alboroto, destruí aún más mi palacio para atraparte, creí que sería divertido... ¿pero que estaba pensando?, solo eres un minúsculo y buen hombre jugando a las muñecas y a las princesas, jugando a ser el príncipe azul mata dragones- negué marcadamente -Estoy tan decepcionado de mi mismo, haberme rebajado de esa manera, a tu manera- levante su máscara hasta la altura de la nariz -Debería desenmascararte... ¿Pero para qué? si tú solo lo acabas de hacer, derrotado, apresado por un par de maderas viejas y quemadas... sangrando de la cara y sin una salida astuta con la cual confrontarme, debo confesar que mi verdadero enemigo me entretuvo más que tú- la daga siguió su recorrido -No hay nada que importe si te elimino o si te quito la máscara -En este caso la tela hará la importancia del cadáver- finalmente clave con gusto la daga en el muslo, la sangre se derramaba a caudales y él se quejaba, mientras yo sonreía -Así, irán tras los tuyos... digamos que quitaré la basura que contamina la guerra de dos no de tres, ni de mil más- removí el arma, contemplando como cubierta de carmín su brillo desaparecía, se había hecho opaca, un dedo cubierto por el guante cogió un poco de la sangre -Eres hombre muerto- le advertí acercando el dedo cerca de la nariz o mejor dicho de los huesos de esta, perdiendo de vista a ese sujeto, un roce logre sentir en el estómago, los parpados se cerraron levemente al caer al suelo de manera imprevista.
Phantom Nocte- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 321
Fecha de inscripción : 06/12/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: El noveno infierno de Dante (Le due maschere de la notte Prt. III)
Finalmente asoma la cabeza el horrendo vampiro al que hemos venido a buscar. Tenía que salir en algún momento de su madriguera a contemplar su obra, dijo Kayyam, por que grande es su soberbia, no podrá resisitirse a rondar la escena de su atroz crimen. No fue como aquel otro loco que mató gente en los conventos de la campiña. No... este tipo quería dejar una marca en el rostro de París.
Y aquí estaba ahora a punto de matar a otro enmascarado que se entrometió en este tétrico escenario. Veo que el vampiro tomó por sorpresa al otro loco y siento el impulso de arruinarle la fiesta. Sin embargo mis ordenes fueron tan seguir los movimientos del llamado "Fantasma de la Ópera" y de ninguna manera intervenir con ellos.
Me acerco al menos para poder observar que hace el vampiro con aquel hombre, de cualquier forma, mientras permanezca disperso mi cuerpo etéreo, ninguno de los dos podrá verme. El vampiro parece tener toda la ventaja sobre su victima que mal puede resistirse. ¿Como es que le ha llamado? ¿Rorsxac?
Y aquí estaba ahora a punto de matar a otro enmascarado que se entrometió en este tétrico escenario. Veo que el vampiro tomó por sorpresa al otro loco y siento el impulso de arruinarle la fiesta. Sin embargo mis ordenes fueron tan seguir los movimientos del llamado "Fantasma de la Ópera" y de ninguna manera intervenir con ellos.
Me acerco al menos para poder observar que hace el vampiro con aquel hombre, de cualquier forma, mientras permanezca disperso mi cuerpo etéreo, ninguno de los dos podrá verme. El vampiro parece tener toda la ventaja sobre su victima que mal puede resistirse. ¿Como es que le ha llamado? ¿Rorsxac?
Harry Merkel- Fantasma
- Mensajes : 72
Fecha de inscripción : 14/02/2013
Re: El noveno infierno de Dante (Le due maschere de la notte Prt. III)
Diario de Rorschach
15 de octubre de 1800
Ahora me doy cuenta que París no es más que una jungla y tanto en la luz como en la sombra vivimos rodeados de salvajes enfurecidos, logre lo que quería, el falso rey de la selva ha sacado las garras, quiero enfrentarle, deseo conocer hasta donde es que llegan sus fuerzas, que es capaz de hacer... necesito conocer a la perfección al demonio ataviado de negro y carmesí.
Mientras la agresión y la violencia aumenta, observo el teatro, ese enorme complejo devorado por las llamas que alguna vez de ornamentos elegantes disfrazo la boca del infierno... la luz que ilumino de más este lugar unas noches atrás empeora su oscuridad, ahora es más cínica, más arrogante, más... desesperanzada.
Suelto un par de carcajadas, las manos cubiertas de piel oscura se descontrolan, intentan ahogarme, buscando inútilmente mi boca detrás de la tela -Mírame, no puedes ver mi rostro- celebré adoloridamente, las fuerzas eran demasiadas y extrañamente más que sobrenaturales que el resto de sus iguales, el tenía rasgos que inclusive en su único ojo descubierto se podían asomar -Estoy en lugar correcto- pensé mientras la daga se resbalaba y la máscara dejaba al desnudo mis labios rotos y cubiertos de sangre -No tengo el mínimo pavor por un farsante como tú, créeme al final la máscara caerá por su propio peso... pienso que deberías ser tu el preocupado por conservar el tamaño de tu leyenda- el monstruo estaba enfurecido, parece se ha abstenido de sacar sus verdaderos instintos ¿Pero por quién o por qué?, el misterio envuelto en otro.
-No puedes detenerme y lo sabes... ¡Lo sabes!-el dolor era intenso, la carne abierta derramaba sangre que humedecía la piel comenzaba a darle tonalidades rojas que poco a poco hicieron desviar la mirada del vampiro, despacio saco el arma de mis adentros y ahora el que saca las garras soy yo.
Sí, mi garra es falsa pero demasiado efectiva, el demonio retrocede al sentir el roce de filo en su piel, si es que eso hay detrás de la gabardina, el agua bendita hace su efecto, la serpiente ha sido subestimada, ahora en respuesta ha destilado su veneno.
Me levanto de cómo puedo, con la pierna sangrante, acomodo la máscara, misma que el ojo rojizo queda mirando fijamente, las manchas hacen su trabajo, el es un hombre como cualquiera, con la mente retorcida y enferma, ¡Idiota!, lo que ve en las manchas son los pensamientos que dicta mudamente su imaginación perversa, el puño se cierra, un guante de piel marrón con un pedazo de tela oscura tienen un encuentro demasiado fugaz, el "fantasma" cae al piso, la suela del zapato decide marcar su pecho, pisándolo como un minúsculo insecto, como lo que es: Basura.
-Ahora dime ¿que se siente estar en lugar del otro, en lugar de los mortales? ¿Que se siente ser la victima del verdugo?- la mirada era altiva, intimidante, mi respiración lenta y la del vampiro agitada y desconcertante, su mirada seguía clavada en donde se supone debía haber una cara -¿Ahora quién es el que carece de diversión he importancia como rival?- el pie permanecía en su pecho, otra herida mi mano le había proporcionado, era interesante oírsele quejar -Eres una basura aburrida y sin chiste para mí- separo mi pie dejando la marca roja en sus ropajes y aun con el dolor que embargaba la herida seguí sometiéndole a golpes pequeñas cisuras donde pudiesen caer -¡Eres una completa escoria!, giras como ellas por el piso si se les trata con la punta del pie!- rodaba, era un hombre muerto, el Rorschach seguía siendo fiel y útil, no dejaba de atormentar su retorcida y putrefacta razón.
Finalmente la oscuridad intento absorberme, de rodillas se levantaba y el arma que llevaba atada a la cintura finalmente hizo un debut triunfal -¡No tientes a la muerte!- empujándolo con fuerza, la inercia lo llevo azotado al muro donde buscaba aferrarse para mantenerse en pie, mientras la máscara del Rorschach caminaba firmemente hacia él, con una mano acomodaba la gabardina y la otra apuntaba pintando de rojo el mango del arma -Me temo... que la muerte está ocupada en estos momentos con las almas que tu y el otro mandaron hasta sus goznes por mayoreo- los pasos se detuvieron al frente suyo -¿Que sucede?..¿Boca cerrada?- mi cabeza se movía de un lado a otro -No, yo quiero que hables- enfunde el arma, lo tome por el rostro y la punta del cuchillo, olvidado por mi unos momentos quedo a la altura de su estomago -Es lo que planeo- respondí a su halago -Una vez que haga negocios contigo-.
Sin duda el sintió placer en la consciencia y temor en su mente, pero sabe como ocultar lo que le carcome el alma, debe tener una seguridad muy grande, cree que no puede ser atrapado y pone todo un país al filo... esa debe ser su intención.
Concluyo también que la navaja ya no es su única arma, no será un ángel, no es un demonio, solo es un hombre que igual que yo ha visto el verdadero rostro de la sociedad, un hombre que la conoce bastante bien incluyendo a tipos como yo y es entonces cuando utiliza las inseguridades públicas, las emociones y el raciocinio humano como sus armas principales... como un plano, llevando la ansiedad y el miedo a niveles insoportables.
15 de octubre de 1800
Ahora me doy cuenta que París no es más que una jungla y tanto en la luz como en la sombra vivimos rodeados de salvajes enfurecidos, logre lo que quería, el falso rey de la selva ha sacado las garras, quiero enfrentarle, deseo conocer hasta donde es que llegan sus fuerzas, que es capaz de hacer... necesito conocer a la perfección al demonio ataviado de negro y carmesí.
Mientras la agresión y la violencia aumenta, observo el teatro, ese enorme complejo devorado por las llamas que alguna vez de ornamentos elegantes disfrazo la boca del infierno... la luz que ilumino de más este lugar unas noches atrás empeora su oscuridad, ahora es más cínica, más arrogante, más... desesperanzada.
Suelto un par de carcajadas, las manos cubiertas de piel oscura se descontrolan, intentan ahogarme, buscando inútilmente mi boca detrás de la tela -Mírame, no puedes ver mi rostro- celebré adoloridamente, las fuerzas eran demasiadas y extrañamente más que sobrenaturales que el resto de sus iguales, el tenía rasgos que inclusive en su único ojo descubierto se podían asomar -Estoy en lugar correcto- pensé mientras la daga se resbalaba y la máscara dejaba al desnudo mis labios rotos y cubiertos de sangre -No tengo el mínimo pavor por un farsante como tú, créeme al final la máscara caerá por su propio peso... pienso que deberías ser tu el preocupado por conservar el tamaño de tu leyenda- el monstruo estaba enfurecido, parece se ha abstenido de sacar sus verdaderos instintos ¿Pero por quién o por qué?, el misterio envuelto en otro.
-No puedes detenerme y lo sabes... ¡Lo sabes!-el dolor era intenso, la carne abierta derramaba sangre que humedecía la piel comenzaba a darle tonalidades rojas que poco a poco hicieron desviar la mirada del vampiro, despacio saco el arma de mis adentros y ahora el que saca las garras soy yo.
Sí, mi garra es falsa pero demasiado efectiva, el demonio retrocede al sentir el roce de filo en su piel, si es que eso hay detrás de la gabardina, el agua bendita hace su efecto, la serpiente ha sido subestimada, ahora en respuesta ha destilado su veneno.
Me levanto de cómo puedo, con la pierna sangrante, acomodo la máscara, misma que el ojo rojizo queda mirando fijamente, las manchas hacen su trabajo, el es un hombre como cualquiera, con la mente retorcida y enferma, ¡Idiota!, lo que ve en las manchas son los pensamientos que dicta mudamente su imaginación perversa, el puño se cierra, un guante de piel marrón con un pedazo de tela oscura tienen un encuentro demasiado fugaz, el "fantasma" cae al piso, la suela del zapato decide marcar su pecho, pisándolo como un minúsculo insecto, como lo que es: Basura.
-Ahora dime ¿que se siente estar en lugar del otro, en lugar de los mortales? ¿Que se siente ser la victima del verdugo?- la mirada era altiva, intimidante, mi respiración lenta y la del vampiro agitada y desconcertante, su mirada seguía clavada en donde se supone debía haber una cara -¿Ahora quién es el que carece de diversión he importancia como rival?- el pie permanecía en su pecho, otra herida mi mano le había proporcionado, era interesante oírsele quejar -Eres una basura aburrida y sin chiste para mí- separo mi pie dejando la marca roja en sus ropajes y aun con el dolor que embargaba la herida seguí sometiéndole a golpes pequeñas cisuras donde pudiesen caer -¡Eres una completa escoria!, giras como ellas por el piso si se les trata con la punta del pie!- rodaba, era un hombre muerto, el Rorschach seguía siendo fiel y útil, no dejaba de atormentar su retorcida y putrefacta razón.
Finalmente la oscuridad intento absorberme, de rodillas se levantaba y el arma que llevaba atada a la cintura finalmente hizo un debut triunfal -¡No tientes a la muerte!- empujándolo con fuerza, la inercia lo llevo azotado al muro donde buscaba aferrarse para mantenerse en pie, mientras la máscara del Rorschach caminaba firmemente hacia él, con una mano acomodaba la gabardina y la otra apuntaba pintando de rojo el mango del arma -Me temo... que la muerte está ocupada en estos momentos con las almas que tu y el otro mandaron hasta sus goznes por mayoreo- los pasos se detuvieron al frente suyo -¿Que sucede?..¿Boca cerrada?- mi cabeza se movía de un lado a otro -No, yo quiero que hables- enfunde el arma, lo tome por el rostro y la punta del cuchillo, olvidado por mi unos momentos quedo a la altura de su estomago -Es lo que planeo- respondí a su halago -Una vez que haga negocios contigo-.
Sin duda el sintió placer en la consciencia y temor en su mente, pero sabe como ocultar lo que le carcome el alma, debe tener una seguridad muy grande, cree que no puede ser atrapado y pone todo un país al filo... esa debe ser su intención.
Concluyo también que la navaja ya no es su única arma, no será un ángel, no es un demonio, solo es un hombre que igual que yo ha visto el verdadero rostro de la sociedad, un hombre que la conoce bastante bien incluyendo a tipos como yo y es entonces cuando utiliza las inseguridades públicas, las emociones y el raciocinio humano como sus armas principales... como un plano, llevando la ansiedad y el miedo a niveles insoportables.
Rorschach- Cazador Clase Media
- Mensajes : 21
Fecha de inscripción : 19/06/2013
Re: El noveno infierno de Dante (Le due maschere de la notte Prt. III)
-¡Rorschach!- una voz femenina se oyó justo a la entrada del recinto hecho añicos, el que fue nombrado se detuvo -¡Estas a punto de cometer la estupidez más grande en la historia de tu logia!- una silueta bien torneada se desprendió de las sombras, poco a poco la minúscula luz dejo ver el vestido largo, azul y entallado que portaba la misteriosa dama, con labios prominentes, ojos claros y tan azules como el agua del mar, una cabellera mediana y ondulada que estaba impregnada de una elegante y fina fragancia -Aunque debo confesar que me hubiese encantado ver el momento de la muerte de un buen farsante... no puedo permitirlo- camino hacia ellos con pasos firmes -No por ahora- el sonido de los tacones se dejaron de escuchar justo al costado de los hombres que parecían querer privar la vida al otro, ante los ojos de aquella mujer eran tan parecidos, al parecer solo una línea muy delgada los separaba -Interesante- musitó al ver las heridas que tenía el vampiro caído y la sangre que brotaba en demasía del extraño enmascarado que le veía o al menos ese se podía juzgar por la dirección en la que las manchas giraban, se deformaban y regresaban al centro pero nunca en la misma posición original -Si, lo sé- asintió con la cabeza, tratando de ocultar su desconcierto ante tal magia que poseía la máscara -Rorschach, yo también estaría encantada en amarrarlo y golpearlo... pero por Dios, usa la cabeza... descífralo- comento altiva -¡A este engendro le gustaría!- una enorme sonrisa se dibujo en su rostro, Thala no podía negar que la escena le divertía y mucho menos que algo en ambos enmascarados le atraían -Si... seguimos al paso en que ambos van, todos los hombres más tarde que temprano estarán hechos solo para luchar- con delicadeza tomo la daga que apuntaba amenazante y tensa al hombre del ojo coloreado de un rojo tan brillante parecido al de un rubí -Se supone que son caballeros, pero aquí... aquí al frente mío solo veo dos cerdos juntos, padeciendo una vergüenza colectiva, ocultando sus rostros bajo esas enigmáticas máscaras- el filo del arma parecía ser consentido, las finas manos de Thala acariciaban lentamente la punta y sus costados, se mojaba los labios y primero paso el cuchillo inofensivamente por la tela de ambos -Hombres como ustedes solo temen a una cosa...a la exposición y si no quieren que eso suceda será mejor que dejen de comportarse como brutos animales, pensando como gente ¿Decente?... arruinarán mis y sus intereses, ¡Vamos!... los negocios- dudo ante el termino, sin embargo hizo caso omiso, encogiéndose de hombros, manteniendo cobijado el frio metal con sus palmas de tez blanca.
-¡Oh si se me olvidaba!- dijo en un tono bastante fingido y exagerado -Soy tan estúpida que no me he presentado... ustedes me disculparan pero el hecho de conocerlos es algo... abrumador, supongo-les dio la espalda, caminaba hasta un punto distinto, su estatura era imponente y su fuerza era cautivamente que ninguno de los dos abrió la boca para reclamos o pedir cuentas -Mi nombre es Thala Bertinelli, cazadora de profesión aunque bajo estas prendas, creo que es poco deducible a la vista de los inmortales- no dirigía su mirada a esos hombres, veía a la nada, contemplando los vestigios de la tragedia, unas cuantas noches atrás -Pero ya saben lo que dicen, no siempre la belleza y la perfección es sinónimo de delicadeza y sumisión- sonrió levemente y giro para contemplar y estudiar sus movimientos, porque expresiones... era imposible -Yo soy socia del Padre, de su ilustrísima Jean Claude Frollo o debería de decir del miserable y bastardo de Frollo- enmarco su coraje -En fin- suspiro -Suéltalo Rorschach, vamos a ver qué hace el perro sin cadenas -De su pequeño bolso, un arma fue cambiada por otra, la daga ya no vería más a las tres arpías y en cambio un revolver podía ser la protagonista de un homicidio si las cosas se tornaban turbias -Pondré esto así de sencillo o nos escuchas o sigues siendo un cerdo y te mando al infierno para que te conviertas en estofado de carne deforme y podrida- apunto hacia la dirección de su contrincante.
-¡Oh si se me olvidaba!- dijo en un tono bastante fingido y exagerado -Soy tan estúpida que no me he presentado... ustedes me disculparan pero el hecho de conocerlos es algo... abrumador, supongo-les dio la espalda, caminaba hasta un punto distinto, su estatura era imponente y su fuerza era cautivamente que ninguno de los dos abrió la boca para reclamos o pedir cuentas -Mi nombre es Thala Bertinelli, cazadora de profesión aunque bajo estas prendas, creo que es poco deducible a la vista de los inmortales- no dirigía su mirada a esos hombres, veía a la nada, contemplando los vestigios de la tragedia, unas cuantas noches atrás -Pero ya saben lo que dicen, no siempre la belleza y la perfección es sinónimo de delicadeza y sumisión- sonrió levemente y giro para contemplar y estudiar sus movimientos, porque expresiones... era imposible -Yo soy socia del Padre, de su ilustrísima Jean Claude Frollo o debería de decir del miserable y bastardo de Frollo- enmarco su coraje -En fin- suspiro -Suéltalo Rorschach, vamos a ver qué hace el perro sin cadenas -De su pequeño bolso, un arma fue cambiada por otra, la daga ya no vería más a las tres arpías y en cambio un revolver podía ser la protagonista de un homicidio si las cosas se tornaban turbias -Pondré esto así de sencillo o nos escuchas o sigues siendo un cerdo y te mando al infierno para que te conviertas en estofado de carne deforme y podrida- apunto hacia la dirección de su contrincante.
Thala Bertinelli- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 11
Fecha de inscripción : 06/07/2013
Re: El noveno infierno de Dante (Le due maschere de la notte Prt. III)
Descuide la retaguardia y ese imbécil aprovecho la oportunidad para poder atacarme de la manera más humanamente posible, pensé que un arma con garfio en la punta no lograría hacerme ningún daño... ¿Que diablos me sucedía?, la última vez cuando el endemoniado enmascarado vino casi lo refundo en el infierno y ahora que un miserable osaba en buscar pelea conmigo había hecho más de una infeliz herida en la piel.
Sin embargo por cada herida más que dolor un recuerdo llegaba a mi mente, frente a mí no había un teatro ni un hipócrita engreído y sobrevalorado por sí mismo, en su lugar estaba la jaula... si... la jaula, aquella donde viví los años más atroces de mi vida, la infancia y la humanidad que jamás dejaré del maldecir y podía escuchar los látigos, esos que provocaban el mismo ardor que el arma con la que era cortado, recordaba que con esos duros golpes me obligaban a despojarme de mi primera máscara, después vi sus ojos, esa mirada tan repugnante del hombre avaro y alcohólico que se hizo rico con mi desgracia, pero que después yo mismo con estas manos carecientes de carne le mate a sangre fría, aún recuerdo el placer que eso me hizo sentir, desde entonces el ángel de la muerte ya estaba adentro de mí...y ahora no se podía permitir el lujo de esconderse, no por que estuviera Selena debajo en los sótanos podía permanecer en silencio, por ella la sombra ataviada de rojo carmesí debía retornar, debía retornar para defenderla y porque estaba deseoso de sangre fresca sabía que solo con ese demonio podría obtenerla, quería impartir miedo y de cobrar cuentas atrasadas, con sus intereses....todos los traidores tenían que pagarme tributo y me temo la lista es demasiado larga.
La escena del circo seguía latente, con los colores nítidos... la sensación grata de la muerte entre mis manos y la que provocaba el pánico entre la gente, una sonrisa escapo de mis labios, las heridas ya no dolían, daban placer mismo que me hizo permanecer en silencio sin prestar mucha atención a lo que el famoso "Rorschach" decía, al final de cuentas el que es el consentido de la muerte y el poseedor la inmortalidad era yo.
-Vete al infierno- respondí con voz grave como si se tratara de mi antiguo y asesinado captor -¿Negocios? ¿Tú, un insignificante mortal conmigo? ¡Ja!, claro- finalmente interrumpí el silencio que tanto le fastidiaba al dueño de la rara máscara y pronto no fui el único, una mujer, con aire algo altanero, seguro y seductor se hizo presente, más tan pronto le vi detenidamente, su rostro se me hizo familiar -¿Quién será?- me pregunte -¿Donde la he visto?, no creo que sea familiar de ellos... no puede ser algo del Persa- murmuré, a qué hora tan temprana vine a recordar a esa familia... parte también de mi fantasmal y enterrado pasado.
Escuche atento, no moví ni un musculo, no me atreví a abrir la boca, ni usar mis propias manos para apretarle la garganta y que se callara de una buena vez -¿Cerdos madame?- respondí a sus insultos -El podrá ser un cerdo, al fin y al cabo es un mísero humano, un mortal de poca importancia, pero yo... yo no... tampoco soy un perro al menos que te refieras Cerbero, el demonio del pozo, el perro fiel de Hades, ese que se encargaba de vigilar la puerta del inframundo, permitiendo la entrada y salida de las almas, en ese caso ¡Insolente mujerzuela!, entonces si estás hablando de mí- me puse en mi pie, aunque con algo de dificultad, la sombra incierta surgía del piso incinerado, dejando ver mi gran tamaño, el ojo carmesí solo contemplaba el terreno, siguiendo mi intriga sobre quién podía ser aquella mujer.
-Creo que empezamos con el pie izquierdo- sonreí detrás de la máscara complacido, mientras mis manos se movían de manera rápida, sacando algo de la bolsa interna de la gabardina -¿Así que quieren hacer negocios conmigo, no es así?- caminaba pacíficamente entre ellos, llegando hasta el punto donde la famosa Thala aguardaba con el arma -Guarda eso querida, terminarás ahuyentando al hijo del demonio-me tome el atrevimiento de tomarle su cabello delicadamente una vez que estuve detrás suyo, ambos cazadores estaban desconcertados, quizás no esperaban de mi una actitud tan pacifica de mi parte... pero tampoco la tendrían por mucho tiempo -¿Sabes querida?, dentro de todas las estupideces que dijiste es que ciertamente me gusta estar atado y quizás me resulte atrayente los golpes, pero descíframe...- lo último susurrado a su oido -Esto se convierte en algo más excitante cuando es otra persona la que esta ¡dentro de la cuerda!- exclame mientras de la gabardina sacaba la soga, un arma que a últimas fechas utilizaba en caso de alguien viniera a interrumpir de nueva cuenta la poca paz que me sobraba -No te muevas- amenace al otro cazador que pensaba cargar el arma -Cuando me lo propongo puedo ser demasiado manipulador como quiero serlo, al grado de que ustedes cayeron en mi trampa.... ¿Acaso creían que después de lo que me hizo Rorschach, caminaría asi de tranquilo entre ustedes, abierto a escuchar quién sabe cuanta sarta de tonterías más?- sostenía la cuerda y pronto el nudo que le había hecho, lo iba apretando a mi antojo, hasta que quedará lo suficientemente ajustado al cuello de la chica, que inesperadamente empezó a moverse -Yo seguiría forcejeándome si fuera tú- mire al otro retantemente -¿Saben que es esto no?- contemple a la mujer -Se me olvidaba, tú no puedes hablar- dije burlonamente -Esto mis queridos invitados es un lazo de Pujab, una técnica de tortura, de guerra o de defensa como lo quieran ver y utilizar, técnica que únicamente pueden aprender en Persia- solté unas carcajadas discretas –Sí, en Persia- afirme seguro –Se sorprenderían de todo lo que he aprendido a lo largo de mi existencia con tan solo observar a los mortales-suspire un momento, tome mi tiempo, tenía la situación de mi lado, el cazador no se movía y bien sabía porque –Eres listo Rorschach, ¿sabes cómo murió el primero de muchos trabajadores de este lugar cierto?- era fácil y muchos lo sabían, solo que en aquel entonces el antiguo administrador, no quiso hacer mucha publicidad sobre el asunto, por miedo a pérdidas económicas generosamente importantes –Bueno sencillamente lo ahorque, con algo como esto, solo que me tome mi tiempo, disfrutando cada segundo de su sufrimiento y del placer que me provocaba saber que su vida se estaba vaciando en mis manos y… cuando me harte solo basto con jalar el nudo y escuchar un sonido parecido al que provoca una hoja seca cuando se pisa en pleno otoño en París- negué con la cabeza –Pero tranquila Bertinelli, no haré lo mismo contigo, al menos no ahora… hablaremos de negocios sí, pero tu conmigo sujeta del cuello, si intentan hacer algo más ya saben cómo saldrá, si lo que vienen a proponerme no me gusta o no me conviene ya saben lo te pasará y si me agrada de todos modos tendrán que pagar un precio y entonces yo decidiré que te pasará- guarde silencio –Bueno… escuchó- aguarde esperando su respuesta quedando frente a frente y con la joven inmóvil que se limitaría solo escuchar… espero.
Sin embargo por cada herida más que dolor un recuerdo llegaba a mi mente, frente a mí no había un teatro ni un hipócrita engreído y sobrevalorado por sí mismo, en su lugar estaba la jaula... si... la jaula, aquella donde viví los años más atroces de mi vida, la infancia y la humanidad que jamás dejaré del maldecir y podía escuchar los látigos, esos que provocaban el mismo ardor que el arma con la que era cortado, recordaba que con esos duros golpes me obligaban a despojarme de mi primera máscara, después vi sus ojos, esa mirada tan repugnante del hombre avaro y alcohólico que se hizo rico con mi desgracia, pero que después yo mismo con estas manos carecientes de carne le mate a sangre fría, aún recuerdo el placer que eso me hizo sentir, desde entonces el ángel de la muerte ya estaba adentro de mí...y ahora no se podía permitir el lujo de esconderse, no por que estuviera Selena debajo en los sótanos podía permanecer en silencio, por ella la sombra ataviada de rojo carmesí debía retornar, debía retornar para defenderla y porque estaba deseoso de sangre fresca sabía que solo con ese demonio podría obtenerla, quería impartir miedo y de cobrar cuentas atrasadas, con sus intereses....todos los traidores tenían que pagarme tributo y me temo la lista es demasiado larga.
La escena del circo seguía latente, con los colores nítidos... la sensación grata de la muerte entre mis manos y la que provocaba el pánico entre la gente, una sonrisa escapo de mis labios, las heridas ya no dolían, daban placer mismo que me hizo permanecer en silencio sin prestar mucha atención a lo que el famoso "Rorschach" decía, al final de cuentas el que es el consentido de la muerte y el poseedor la inmortalidad era yo.
-Vete al infierno- respondí con voz grave como si se tratara de mi antiguo y asesinado captor -¿Negocios? ¿Tú, un insignificante mortal conmigo? ¡Ja!, claro- finalmente interrumpí el silencio que tanto le fastidiaba al dueño de la rara máscara y pronto no fui el único, una mujer, con aire algo altanero, seguro y seductor se hizo presente, más tan pronto le vi detenidamente, su rostro se me hizo familiar -¿Quién será?- me pregunte -¿Donde la he visto?, no creo que sea familiar de ellos... no puede ser algo del Persa- murmuré, a qué hora tan temprana vine a recordar a esa familia... parte también de mi fantasmal y enterrado pasado.
Escuche atento, no moví ni un musculo, no me atreví a abrir la boca, ni usar mis propias manos para apretarle la garganta y que se callara de una buena vez -¿Cerdos madame?- respondí a sus insultos -El podrá ser un cerdo, al fin y al cabo es un mísero humano, un mortal de poca importancia, pero yo... yo no... tampoco soy un perro al menos que te refieras Cerbero, el demonio del pozo, el perro fiel de Hades, ese que se encargaba de vigilar la puerta del inframundo, permitiendo la entrada y salida de las almas, en ese caso ¡Insolente mujerzuela!, entonces si estás hablando de mí- me puse en mi pie, aunque con algo de dificultad, la sombra incierta surgía del piso incinerado, dejando ver mi gran tamaño, el ojo carmesí solo contemplaba el terreno, siguiendo mi intriga sobre quién podía ser aquella mujer.
-Creo que empezamos con el pie izquierdo- sonreí detrás de la máscara complacido, mientras mis manos se movían de manera rápida, sacando algo de la bolsa interna de la gabardina -¿Así que quieren hacer negocios conmigo, no es así?- caminaba pacíficamente entre ellos, llegando hasta el punto donde la famosa Thala aguardaba con el arma -Guarda eso querida, terminarás ahuyentando al hijo del demonio-me tome el atrevimiento de tomarle su cabello delicadamente una vez que estuve detrás suyo, ambos cazadores estaban desconcertados, quizás no esperaban de mi una actitud tan pacifica de mi parte... pero tampoco la tendrían por mucho tiempo -¿Sabes querida?, dentro de todas las estupideces que dijiste es que ciertamente me gusta estar atado y quizás me resulte atrayente los golpes, pero descíframe...- lo último susurrado a su oido -Esto se convierte en algo más excitante cuando es otra persona la que esta ¡dentro de la cuerda!- exclame mientras de la gabardina sacaba la soga, un arma que a últimas fechas utilizaba en caso de alguien viniera a interrumpir de nueva cuenta la poca paz que me sobraba -No te muevas- amenace al otro cazador que pensaba cargar el arma -Cuando me lo propongo puedo ser demasiado manipulador como quiero serlo, al grado de que ustedes cayeron en mi trampa.... ¿Acaso creían que después de lo que me hizo Rorschach, caminaría asi de tranquilo entre ustedes, abierto a escuchar quién sabe cuanta sarta de tonterías más?- sostenía la cuerda y pronto el nudo que le había hecho, lo iba apretando a mi antojo, hasta que quedará lo suficientemente ajustado al cuello de la chica, que inesperadamente empezó a moverse -Yo seguiría forcejeándome si fuera tú- mire al otro retantemente -¿Saben que es esto no?- contemple a la mujer -Se me olvidaba, tú no puedes hablar- dije burlonamente -Esto mis queridos invitados es un lazo de Pujab, una técnica de tortura, de guerra o de defensa como lo quieran ver y utilizar, técnica que únicamente pueden aprender en Persia- solté unas carcajadas discretas –Sí, en Persia- afirme seguro –Se sorprenderían de todo lo que he aprendido a lo largo de mi existencia con tan solo observar a los mortales-suspire un momento, tome mi tiempo, tenía la situación de mi lado, el cazador no se movía y bien sabía porque –Eres listo Rorschach, ¿sabes cómo murió el primero de muchos trabajadores de este lugar cierto?- era fácil y muchos lo sabían, solo que en aquel entonces el antiguo administrador, no quiso hacer mucha publicidad sobre el asunto, por miedo a pérdidas económicas generosamente importantes –Bueno sencillamente lo ahorque, con algo como esto, solo que me tome mi tiempo, disfrutando cada segundo de su sufrimiento y del placer que me provocaba saber que su vida se estaba vaciando en mis manos y… cuando me harte solo basto con jalar el nudo y escuchar un sonido parecido al que provoca una hoja seca cuando se pisa en pleno otoño en París- negué con la cabeza –Pero tranquila Bertinelli, no haré lo mismo contigo, al menos no ahora… hablaremos de negocios sí, pero tu conmigo sujeta del cuello, si intentan hacer algo más ya saben cómo saldrá, si lo que vienen a proponerme no me gusta o no me conviene ya saben lo te pasará y si me agrada de todos modos tendrán que pagar un precio y entonces yo decidiré que te pasará- guarde silencio –Bueno… escuchó- aguarde esperando su respuesta quedando frente a frente y con la joven inmóvil que se limitaría solo escuchar… espero.
Phantom Nocte- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 321
Fecha de inscripción : 06/12/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: El noveno infierno de Dante (Le due maschere de la notte Prt. III)
Diario de Rorschach
15 de octubre de 1800
Caen ante mí las noticias más recientes sobre la mujer que ayuda a Jean Claude, interrumpe la fiesta y llega en el punto álgido en el que se desata la tormenta que se veía venir, se que se expone porque ella está trabajando, pero esta vez el complot será en su contra, como siempre la codicia saca lo más sucio de cada podrido miembro de la sociedad... y nadie está a salvo de caer en ese pecado capital.
Mientras tanto la sombra se torna amenazante, por un momento se puede distinguir en el aroma el azufre que destila sus gritos en vez de veneno, no hay duda, no es un víbora, el es la ejemplificación misma del misterio, el color de la más horripilante de las pesadillas que tornan nuestras noches de matices que dibujan el miedo... pero yo no le temo y eso lo demuestro pero no sé si la oscuridad lo ha vuelto ciego o solo disimula la ignorancia de lo que puedo llegar a hacer en el último de los casos, él me cree un tonto, me subestima y eso en ocasiones se paga un precio alto -Tonto arrogante- digo con desprecio en el pensamiento, observo con detenimiento como somete a esa mujer -A mí poco me importa si la matas- rompo el silencio que se había vuelto el intermediario entre los dos -Después de todo yo acostumbro hacer mis negocios de manera personal y sin...- prefiero callar, después de todo el farsante h dicho lo que quisiera decirle a esa maldita bruja, la prudencia cabe dentro de mí, sé que el conflicto es con el "hijo del demonio" y no con ella.
Mis pies tocan la madera cubierta de ceniza, el ruido de la suela anuncia que pretendo acercarme a la sabandija, tomo mi tiempo para asimilar y concluyo que la mujer debe vivir, si se unía seriamos tres en aras de matar a Leviathán Shadow y a Lorenzo de Goya, malditos bastardos...
La máscara queda fija, sin movimiento aparente, observo de nuevo y a escasos pasos de su ubicación le advierto -Yo no soy un tipo que responda bajo presión, así no es como suelo hacer mi trabajo- respondo en el mismo tono de voz que el utiliza para intimidar, mis palabras avanzan y yo también -Estoy realmente enojado y tu eres un sujeto bastante malo y creo que por ello terminarás entendiendo mis motivos- suspiro reflexivo -Tu sabes detrás de estas máscaras hay dos rostros muertos, pero esta singular característica nos convierte en los perros sarnosos de otros, tu de la sociedad y yo de un viejo que no merece ni si quiera un solo sorbo de aire de los justos- me acerco despacio a donde calculo debe existir alguna clase de oido -Yo estoy cansado de esto ¿Tu no?- susurro persuasivamente -Para eliminar a nuestro amiguito en común, llamado Lorenzo... Lorenzo de Goya necesito de tu mano y tú para terminar con la basura de Shadow necesitas mi mano- debajo de la máscara una sonrisa se esboza, multiples emociones la forman en el momento, todas negativas, un cumulo de recuerdo amargos que me impulsan a continuar con todo este tonto negocio donde ni yo mismo se con exactitud qué clase de beneficio obtendré.
Me dispongo a abrir la boca, pero la joven se forcejea, quisiera ser como los granos de arena que se resbalan de los brazos del tiempo, no hago nada, no muevo ni una sola extremidad de mi cuerpo, de ella tambien quería saber sus alcances.
15 de octubre de 1800
Caen ante mí las noticias más recientes sobre la mujer que ayuda a Jean Claude, interrumpe la fiesta y llega en el punto álgido en el que se desata la tormenta que se veía venir, se que se expone porque ella está trabajando, pero esta vez el complot será en su contra, como siempre la codicia saca lo más sucio de cada podrido miembro de la sociedad... y nadie está a salvo de caer en ese pecado capital.
Mientras tanto la sombra se torna amenazante, por un momento se puede distinguir en el aroma el azufre que destila sus gritos en vez de veneno, no hay duda, no es un víbora, el es la ejemplificación misma del misterio, el color de la más horripilante de las pesadillas que tornan nuestras noches de matices que dibujan el miedo... pero yo no le temo y eso lo demuestro pero no sé si la oscuridad lo ha vuelto ciego o solo disimula la ignorancia de lo que puedo llegar a hacer en el último de los casos, él me cree un tonto, me subestima y eso en ocasiones se paga un precio alto -Tonto arrogante- digo con desprecio en el pensamiento, observo con detenimiento como somete a esa mujer -A mí poco me importa si la matas- rompo el silencio que se había vuelto el intermediario entre los dos -Después de todo yo acostumbro hacer mis negocios de manera personal y sin...- prefiero callar, después de todo el farsante h dicho lo que quisiera decirle a esa maldita bruja, la prudencia cabe dentro de mí, sé que el conflicto es con el "hijo del demonio" y no con ella.
Mis pies tocan la madera cubierta de ceniza, el ruido de la suela anuncia que pretendo acercarme a la sabandija, tomo mi tiempo para asimilar y concluyo que la mujer debe vivir, si se unía seriamos tres en aras de matar a Leviathán Shadow y a Lorenzo de Goya, malditos bastardos...
La máscara queda fija, sin movimiento aparente, observo de nuevo y a escasos pasos de su ubicación le advierto -Yo no soy un tipo que responda bajo presión, así no es como suelo hacer mi trabajo- respondo en el mismo tono de voz que el utiliza para intimidar, mis palabras avanzan y yo también -Estoy realmente enojado y tu eres un sujeto bastante malo y creo que por ello terminarás entendiendo mis motivos- suspiro reflexivo -Tu sabes detrás de estas máscaras hay dos rostros muertos, pero esta singular característica nos convierte en los perros sarnosos de otros, tu de la sociedad y yo de un viejo que no merece ni si quiera un solo sorbo de aire de los justos- me acerco despacio a donde calculo debe existir alguna clase de oido -Yo estoy cansado de esto ¿Tu no?- susurro persuasivamente -Para eliminar a nuestro amiguito en común, llamado Lorenzo... Lorenzo de Goya necesito de tu mano y tú para terminar con la basura de Shadow necesitas mi mano- debajo de la máscara una sonrisa se esboza, multiples emociones la forman en el momento, todas negativas, un cumulo de recuerdo amargos que me impulsan a continuar con todo este tonto negocio donde ni yo mismo se con exactitud qué clase de beneficio obtendré.
Me dispongo a abrir la boca, pero la joven se forcejea, quisiera ser como los granos de arena que se resbalan de los brazos del tiempo, no hago nada, no muevo ni una sola extremidad de mi cuerpo, de ella tambien quería saber sus alcances.
Rorschach- Cazador Clase Media
- Mensajes : 21
Fecha de inscripción : 19/06/2013
Re: El noveno infierno de Dante (Le due maschere de la notte Prt. III)
Una cuerda cayó en el cuello de la cazadora y por el contrario de lo que podría pensarse eso le estaba gustando, era aun más placentero que un collar de perlas o la joya con los diamantes más costosos del mundo, si Thala era una masoquista por naturaleza, que prefería una soga sofocándole que el oro que simplemente se lucia en ocasiones, la cazadora tambien tenía sus propios demonios, no era necesario ponerse una máscara como los dos hombres que le rodeaban, ella era cual mujer más discreta y sigilosa maquillando con porte y elegancia sus defectos.
En un principio podía escuchar todo lo que aquella voz grave, misteriosa y masculina decía, era el sonido de la sombra que con la soga le sostenía, para sus pequeños oídos esa melodiosa voz era embriagadora, era un veneno dulce que le hacía estremecer de alguna manera, era escuchar música sin una gran orquesta y luego la voz ronca y agresiva de Rorschach lograba despertar otro cumulo de placenteras sensaciones que le hacían sucumbir y que de pronto se desvanecieron al verse envuelta en las afiladas garras de la desesperación provocada por la escases del aire.
Ya no pudo mantener la compostura y la quietud, los sonidos se hacían opacos y cada vez más lejanos, los parpados comenzaban a cansarse y cerrarse instintivamente, sus blancas y delgadas manos comenzaron a rasguñarse el cuello como si se tratase de un perro rascando la tierra para alcanzar la gloriosa sensación de mordisquear su hueso, pero ella no perseguía un hueso, sino el aire que le devolviera el aliento -No me uniré a tu... A tu lista de... De victimas- dijo dificultad, tratando de ahorrar un poco el escaso aire que le sobraba -Ni seré la reina negra de nadie y mucho menos.... Mucho menos hare lo que sea... Que quieras que haga- saco el listón que enmarcaba su cadera, lo lanzo hacia arriba como si fuese un garfio que le ayudara a impulsarse, pero en vez de eso se poso alrededor del cuello del fantasma, un golpe propinado por la suela de su zapato se poso en el estomago del vampiro, este fue dado con tanta fuerza que ambos cayeron al piso y al sentirse liberada, sin la presión del cuello tomo aliento de forma tan rápida que los jadeos emitían algunos gemidos y se puso en pie, observo al caído por encima del hombro -Sabes- finalmente pudo pronunciar palabras -Los accesorios son... Son los mejores amigos de una mujer- sonrió victoriosa poniendo un pie en el pecho del fantasma, guio con las manos su larga melena caoba hacia atrás, simulando que nada había pasado y a nadie estuviese pisando -ah que triste- suspiro artificiosamente - Descubrir que todos somos en conjunto una bola de estúpidas mentiras, unos grandes farsantes y no hacemos algo beneficioso con ello... O al menos no todos quieren hacerlo- su fina figura se inclino hasta el vampiro -No soy una persona que ruegue- su mano se atrevió a rozar la tela que cubría el resto del ojo rojizo -Sin embargo creo que tenemos tres tipos que aunque no son el mismo, tienen tantas cosas aburridas en común, que arruinan nuestra fiesta.... Piénsenlo, Lorenzo, Frollo y Leviathán Shadow, son nuestros romperrachas, nuestros aguafiestas y mata pasiones, personas que harán pedazos el mundo tornándole en algo peor que la tierra donde cada uno tuvimos que sobrevivir y que sin duda complicaran las cosas para el resto de Europa, un lugar donde no se contempla la existencia de ninguno de nosotros- finalmente quito el pie del cuerpo agitado y furioso de The Phantom, con movimientos provocativos quito su listón del cuello lentamente para que el inmortal percibiera su aroma artificial de origen parisino -¿Ahora si nos escucharas? o tendré que ser una chica mala contigo... Tu sabes a que lo me refiero... ¿Cierto Fantasmita?- sus manos jugueteaban por su pecho, acariciaban la tela, era como un gato restregándose en las piernas de su amo, no podía evitarlo el vampírico ser le atraía inexplicablemente -Y otra cosa querido, cuídate de las victimas galán, te digo, te pueden matar o mínimamente devolverte el susto-. -¿Ahora qué sucederá?- la pregunta asaltaba a Thala, quien lo único que sabía con certeza es que a partir de ese momento una especie de espectáculo teatral conformado por mascaras estaba a punto de comenzar...
En un principio podía escuchar todo lo que aquella voz grave, misteriosa y masculina decía, era el sonido de la sombra que con la soga le sostenía, para sus pequeños oídos esa melodiosa voz era embriagadora, era un veneno dulce que le hacía estremecer de alguna manera, era escuchar música sin una gran orquesta y luego la voz ronca y agresiva de Rorschach lograba despertar otro cumulo de placenteras sensaciones que le hacían sucumbir y que de pronto se desvanecieron al verse envuelta en las afiladas garras de la desesperación provocada por la escases del aire.
Ya no pudo mantener la compostura y la quietud, los sonidos se hacían opacos y cada vez más lejanos, los parpados comenzaban a cansarse y cerrarse instintivamente, sus blancas y delgadas manos comenzaron a rasguñarse el cuello como si se tratase de un perro rascando la tierra para alcanzar la gloriosa sensación de mordisquear su hueso, pero ella no perseguía un hueso, sino el aire que le devolviera el aliento -No me uniré a tu... A tu lista de... De victimas- dijo dificultad, tratando de ahorrar un poco el escaso aire que le sobraba -Ni seré la reina negra de nadie y mucho menos.... Mucho menos hare lo que sea... Que quieras que haga- saco el listón que enmarcaba su cadera, lo lanzo hacia arriba como si fuese un garfio que le ayudara a impulsarse, pero en vez de eso se poso alrededor del cuello del fantasma, un golpe propinado por la suela de su zapato se poso en el estomago del vampiro, este fue dado con tanta fuerza que ambos cayeron al piso y al sentirse liberada, sin la presión del cuello tomo aliento de forma tan rápida que los jadeos emitían algunos gemidos y se puso en pie, observo al caído por encima del hombro -Sabes- finalmente pudo pronunciar palabras -Los accesorios son... Son los mejores amigos de una mujer- sonrió victoriosa poniendo un pie en el pecho del fantasma, guio con las manos su larga melena caoba hacia atrás, simulando que nada había pasado y a nadie estuviese pisando -ah que triste- suspiro artificiosamente - Descubrir que todos somos en conjunto una bola de estúpidas mentiras, unos grandes farsantes y no hacemos algo beneficioso con ello... O al menos no todos quieren hacerlo- su fina figura se inclino hasta el vampiro -No soy una persona que ruegue- su mano se atrevió a rozar la tela que cubría el resto del ojo rojizo -Sin embargo creo que tenemos tres tipos que aunque no son el mismo, tienen tantas cosas aburridas en común, que arruinan nuestra fiesta.... Piénsenlo, Lorenzo, Frollo y Leviathán Shadow, son nuestros romperrachas, nuestros aguafiestas y mata pasiones, personas que harán pedazos el mundo tornándole en algo peor que la tierra donde cada uno tuvimos que sobrevivir y que sin duda complicaran las cosas para el resto de Europa, un lugar donde no se contempla la existencia de ninguno de nosotros- finalmente quito el pie del cuerpo agitado y furioso de The Phantom, con movimientos provocativos quito su listón del cuello lentamente para que el inmortal percibiera su aroma artificial de origen parisino -¿Ahora si nos escucharas? o tendré que ser una chica mala contigo... Tu sabes a que lo me refiero... ¿Cierto Fantasmita?- sus manos jugueteaban por su pecho, acariciaban la tela, era como un gato restregándose en las piernas de su amo, no podía evitarlo el vampírico ser le atraía inexplicablemente -Y otra cosa querido, cuídate de las victimas galán, te digo, te pueden matar o mínimamente devolverte el susto-. -¿Ahora qué sucederá?- la pregunta asaltaba a Thala, quien lo único que sabía con certeza es que a partir de ese momento una especie de espectáculo teatral conformado por mascaras estaba a punto de comenzar...
Thala Bertinelli- Cazador Clase Alta
- Mensajes : 11
Fecha de inscripción : 06/07/2013
Re: El noveno infierno de Dante (Le due maschere de la notte Prt. III)
Diario de Rorschach
15 de octubre de 1800
El hombre cada vez más cae en decadencia, esta sociedad está más podrida que un cadáver recién enterrado en el panteón, ahora hasta las mujeres deben valerse de artimañas para zafarse de las garras sangrientas del depredador.
En esta dimensión, en este universo los cuentos de hadas, las princesas rescatadas de torres altas y los caballeros decentes quedan solo en porquerías hechas para los más idiotas, ni siquiera los niños creen ya en esas tonterías, que mejor prueba que este París, donde vampiros y demás asesinos fueron humanos que alguna vez sus tiernas nanas les contaban historias para que los demonios no viniesen por ellos, ¡Vaya hipocresía!, ahora ellos son los demonios.
Observo a la joven con detenimiento, su alarde y sus indirectas, la forma perfecta en que sabe utilizar su seducción, no me extrañaría quisiera seducir al fantasma, las mujeres son las criaturas más extrañas del universo, nadie las entiende y menos de esa clase, que ya no están hechas para follarse, criar hijos y morir como una respetable mujer de sociedad...
No esa cazadora va más allá.
-Es suficiente- el tono sobrio, el aire indiferente hacen retroceder a la cazadora y sonreír al vampiro -¿Que es tan divertido The Phantom?- una sensación recorre mi cuerpo, es aquella adrenalina que viene a mi cuando estoy retando a la propia muerte, pero él no era ella, el solo era un buen farsante, un asesino brillante, jugando a diestra y siniestra con todo el ganado de París, el rey lobo, disfrazado de cordero -¿Te resulta entretenido el movimiento de mi máscara o es en realidad la caída de unos momento atrás?, una mujer te hizo caer ¿Lo sabes no es así? porque yo sí y me resulto más que entretenida-reí con carcajadas discretas y moderadas -Porque lo último dicho por la dama me parece que no fue ningún chiste- guardo el arma, me aseguro que quede bien sujeta mi cintura, la gabardina se acomoda automáticamente, ajusto el sombrero y poco a poco, midiendo el terreno que piso, me acerco a la serpiente que amenaza con ese cascabel que tiene en la mirada, intimidante, lo es pero no para mí, no para Rorschach -Somos tres asesinos a sueldo que no hemos enterrado el cuchillo por la espalda al otro porque hay objetivos que tenemos en común, basto con estos infelices instantes para mostrar nuestra tarjeta de presentación, sabes muy en el fondo de nuestra orgullosa y maldita cabeza que podemos la perfecta ayuda del otro- máscara con máscara, quedo a la altura del fantasma, el intenta posar la vista a donde el supone hay unos ojos observándole de una forma que el desconoce -Leviathán, Lorenzo y Jean Claude, los enemigos que no son dignos de seguir respirando el mismo aire, Leviathán destruyo toda la obra de teatro que noche a noche montabas, Lorenzo pretende establecer un nuevo orden mundial, donde el oscurantismo volverá a reinar como en la edad media, la ignorancia será la máxima virtud del hombre y Jean Claude que representa el fruto podrido que envenenará a la iglesia en un futuro, si de ellos persiste su sangre y desgraciada estirpe, es nuestra sentencia y creo entonces no habrá alimento para saciar el hambre demoniaca de algunos- le sujeto cierra el puño -Anda hazlo, deja salir tu ser montaraz y te juro que linda novia se va enterar quién es el monstruo al que dice amar-
15 de octubre de 1800
El hombre cada vez más cae en decadencia, esta sociedad está más podrida que un cadáver recién enterrado en el panteón, ahora hasta las mujeres deben valerse de artimañas para zafarse de las garras sangrientas del depredador.
En esta dimensión, en este universo los cuentos de hadas, las princesas rescatadas de torres altas y los caballeros decentes quedan solo en porquerías hechas para los más idiotas, ni siquiera los niños creen ya en esas tonterías, que mejor prueba que este París, donde vampiros y demás asesinos fueron humanos que alguna vez sus tiernas nanas les contaban historias para que los demonios no viniesen por ellos, ¡Vaya hipocresía!, ahora ellos son los demonios.
Observo a la joven con detenimiento, su alarde y sus indirectas, la forma perfecta en que sabe utilizar su seducción, no me extrañaría quisiera seducir al fantasma, las mujeres son las criaturas más extrañas del universo, nadie las entiende y menos de esa clase, que ya no están hechas para follarse, criar hijos y morir como una respetable mujer de sociedad...
No esa cazadora va más allá.
-Es suficiente- el tono sobrio, el aire indiferente hacen retroceder a la cazadora y sonreír al vampiro -¿Que es tan divertido The Phantom?- una sensación recorre mi cuerpo, es aquella adrenalina que viene a mi cuando estoy retando a la propia muerte, pero él no era ella, el solo era un buen farsante, un asesino brillante, jugando a diestra y siniestra con todo el ganado de París, el rey lobo, disfrazado de cordero -¿Te resulta entretenido el movimiento de mi máscara o es en realidad la caída de unos momento atrás?, una mujer te hizo caer ¿Lo sabes no es así? porque yo sí y me resulto más que entretenida-reí con carcajadas discretas y moderadas -Porque lo último dicho por la dama me parece que no fue ningún chiste- guardo el arma, me aseguro que quede bien sujeta mi cintura, la gabardina se acomoda automáticamente, ajusto el sombrero y poco a poco, midiendo el terreno que piso, me acerco a la serpiente que amenaza con ese cascabel que tiene en la mirada, intimidante, lo es pero no para mí, no para Rorschach -Somos tres asesinos a sueldo que no hemos enterrado el cuchillo por la espalda al otro porque hay objetivos que tenemos en común, basto con estos infelices instantes para mostrar nuestra tarjeta de presentación, sabes muy en el fondo de nuestra orgullosa y maldita cabeza que podemos la perfecta ayuda del otro- máscara con máscara, quedo a la altura del fantasma, el intenta posar la vista a donde el supone hay unos ojos observándole de una forma que el desconoce -Leviathán, Lorenzo y Jean Claude, los enemigos que no son dignos de seguir respirando el mismo aire, Leviathán destruyo toda la obra de teatro que noche a noche montabas, Lorenzo pretende establecer un nuevo orden mundial, donde el oscurantismo volverá a reinar como en la edad media, la ignorancia será la máxima virtud del hombre y Jean Claude que representa el fruto podrido que envenenará a la iglesia en un futuro, si de ellos persiste su sangre y desgraciada estirpe, es nuestra sentencia y creo entonces no habrá alimento para saciar el hambre demoniaca de algunos- le sujeto cierra el puño -Anda hazlo, deja salir tu ser montaraz y te juro que linda novia se va enterar quién es el monstruo al que dice amar-
Rorschach- Cazador Clase Media
- Mensajes : 21
Fecha de inscripción : 19/06/2013
Re: El noveno infierno de Dante (Le due maschere de la notte Prt. III)
-¿De qué me río?- pregunte retantemente -De lo patéticos que resultan ser- una sonrisa amplia y segura se dibujaba en mi rostro, podía sentirla, percibía los colmillos rozando la mayor cantidad de la tela que cubría mis labios -Tan solo mírense, son dos simples mortales que vienen a desafiarme, dos bufones e inútiles desperdicios de espacio escudando su cobardía bajo el titulo de cazadores- observaba con detenimiento la máscara del cazador, era interesante aquel concepto, las manchas se movían figurando, sangre, reflejando lo más oscuro de mí -En cuanto a tu máscara- añadí secamente -No me causa pavor, se lo que soy y hasta donde soy capaz de llegar- se desvió mi mirada hacia la mujer aquella que seguía contemplándome anonadada, eso comenzaba a ser incomodo, bastante incomodo -Sigue, sigue acumulando maldita bruja, sigue dándome excusas para cobrarme lo que me debes- pensé para mí mismo, una sonrisa broto de sus labios y un deseo broto de mi instinto.
-Ahora bien- tome la mano de la cazadora, empezaba a proporcionarle caricias suaves entre sus nudillos, entre sus finos y delgados dedos -Puede que allá caído pero no tan bajo como ustedes par de traidores, si lo sé... a la muerte nadie la engaña- inspire profundo -Y hablando de engaños, no sé que como diablos te enteraste que yo tenía a una amante... pero antes de que des un paso, yo cortare tu cuello de un solo tajo-.
Pese a lo que yo decía, el enmascarado parecía no inmutarse, era como hablarle a una piedra, eso resultaba interesante, de pronto rompió su silencio, palabra a palabra todo era dicho con rencor y seducción parecía destilar los cuerpos de la cazadora y yo - Ahora todo tiene sentido- dije sin ver la máscara móvil -Nadie viene al infierno sino es porque necesita un favor- sopese las circunstancias, la vez anterior en este mismo teatro había contratado lo que creí el ejército indicado, me equivoque, su torpeza nos llevo a la ruina ¡A mi derrota! -El pago suena interesante, vida por vidas- asentí viendo los detalles del cazador y jugueteaba con la mano de aquella mujer que se estremeció una vez que la acerque muy cerca de mi cuerpo.
-Podría significar una ventaja de aceptar el trato- solté un suspiro reflexivamente -Si es la única manera que ese bastardo me pague todas las que me ha hecho acepto, sin embargo pactos como este solo puede ser firmados de una sola manera...-mi voz se había transformado en un sutil y amenazante susurro, sujete a la mujer contra mí, cuerpo con cuerpo, tela con tela, su respiración entrecortada coloreaba mis orbes de un rojo más intenso, podía sentir como hervía mi mirada -Sangre- de la gabardina saque una de las dagas que pude arrebatarle a Leviathán en el acto, la fui hundiendo poco a poco en su vientre, a medida que agonizaba la fuerza de sus piernas le abandonaba, quedo su cuello dentro de mi mano -Nadie puede humillar a la muerte, nadie puede humillar al ángel de la muerte, nadie puede humillar al hijo del diablo- las palabras salieron entre dientes y forzadamente, entonces con la rabia contenida estruje su cuello hasta que este trono, su respiración se detuvo y sus ojos quedaron abiertos, en ese momento deje caer el cuerpo a mis pies -¡Me lo debías!- exclame rasgando con el filo del arma la piel y la tela del cuerpo sin vida -¡Y tú!- señale con dedo firme a Rorschach, quién seguía con la misma expresión fría de antes -¡Atrévete a decir algo de mí y el trato se irá al diablo!... tus desgraciadas manchas no me asustan, yo soy una monstruosa incógnita viviente- camine un poco, incorporándome a las sombras, desde allí con ojo previsor le vigilaba -El pacto se ha firmado con sangre- susurre a sus espaldas -Retráctate y su sacrificio será en vano, huye y de aquí saldrás muerto... piénsalo bien, pon todas tus opciones en la balanza de la sensatez- limpie con la lengua el arma y la arroje justo a los pies del cazador -Ya extrañaba sangre tibia en mi boca- amenazaba entre las sombras -Y puedo seguir con la tuya... si agotas mi paciencia- reí a carcajadas que pronto desaparecieron a medida que subía por entre los escombros, allí en mi paraíso, en mis alturas esperaría el momento justo para destazar su máscara, para dejarlo sin gota de sangre dentro de él.
-Ahora bien- tome la mano de la cazadora, empezaba a proporcionarle caricias suaves entre sus nudillos, entre sus finos y delgados dedos -Puede que allá caído pero no tan bajo como ustedes par de traidores, si lo sé... a la muerte nadie la engaña- inspire profundo -Y hablando de engaños, no sé que como diablos te enteraste que yo tenía a una amante... pero antes de que des un paso, yo cortare tu cuello de un solo tajo-.
Pese a lo que yo decía, el enmascarado parecía no inmutarse, era como hablarle a una piedra, eso resultaba interesante, de pronto rompió su silencio, palabra a palabra todo era dicho con rencor y seducción parecía destilar los cuerpos de la cazadora y yo - Ahora todo tiene sentido- dije sin ver la máscara móvil -Nadie viene al infierno sino es porque necesita un favor- sopese las circunstancias, la vez anterior en este mismo teatro había contratado lo que creí el ejército indicado, me equivoque, su torpeza nos llevo a la ruina ¡A mi derrota! -El pago suena interesante, vida por vidas- asentí viendo los detalles del cazador y jugueteaba con la mano de aquella mujer que se estremeció una vez que la acerque muy cerca de mi cuerpo.
-Podría significar una ventaja de aceptar el trato- solté un suspiro reflexivamente -Si es la única manera que ese bastardo me pague todas las que me ha hecho acepto, sin embargo pactos como este solo puede ser firmados de una sola manera...-mi voz se había transformado en un sutil y amenazante susurro, sujete a la mujer contra mí, cuerpo con cuerpo, tela con tela, su respiración entrecortada coloreaba mis orbes de un rojo más intenso, podía sentir como hervía mi mirada -Sangre- de la gabardina saque una de las dagas que pude arrebatarle a Leviathán en el acto, la fui hundiendo poco a poco en su vientre, a medida que agonizaba la fuerza de sus piernas le abandonaba, quedo su cuello dentro de mi mano -Nadie puede humillar a la muerte, nadie puede humillar al ángel de la muerte, nadie puede humillar al hijo del diablo- las palabras salieron entre dientes y forzadamente, entonces con la rabia contenida estruje su cuello hasta que este trono, su respiración se detuvo y sus ojos quedaron abiertos, en ese momento deje caer el cuerpo a mis pies -¡Me lo debías!- exclame rasgando con el filo del arma la piel y la tela del cuerpo sin vida -¡Y tú!- señale con dedo firme a Rorschach, quién seguía con la misma expresión fría de antes -¡Atrévete a decir algo de mí y el trato se irá al diablo!... tus desgraciadas manchas no me asustan, yo soy una monstruosa incógnita viviente- camine un poco, incorporándome a las sombras, desde allí con ojo previsor le vigilaba -El pacto se ha firmado con sangre- susurre a sus espaldas -Retráctate y su sacrificio será en vano, huye y de aquí saldrás muerto... piénsalo bien, pon todas tus opciones en la balanza de la sensatez- limpie con la lengua el arma y la arroje justo a los pies del cazador -Ya extrañaba sangre tibia en mi boca- amenazaba entre las sombras -Y puedo seguir con la tuya... si agotas mi paciencia- reí a carcajadas que pronto desaparecieron a medida que subía por entre los escombros, allí en mi paraíso, en mis alturas esperaría el momento justo para destazar su máscara, para dejarlo sin gota de sangre dentro de él.
Phantom Nocte- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 321
Fecha de inscripción : 06/12/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: El noveno infierno de Dante (Le due maschere de la notte Prt. III)
Diario de Rorschach
15 de Octubre de 1800
Las mujeres son las criaturas mas extrañas que existen en esta miserable Tierra son patéticas, ingenuas, al final ni siquiera aquella que aparente ser una tigresa, todas son tan vánales, tan superficiales y en parte se debe a la porquería de educación que imparte la iglesia, menospreciando a la mujer... Pero siempre dicen que cuando el rio suena es porque agua lleva, si las lecturas sagradas indicaban algo malo de las mujeres es porque mal les habrán pagado a los narradores. Yo había sido testigo de ello cuando era apenas un idiota e ingenuo, creyendo que mi madre en el fondo me quería y que por eso me ataba a la silla, sur por eso me pegaba sin ninguna razón, porque a veces tenía que escuchar sus gemidos desenfrenados que le provoca quien se estuviera acostando con ella por unas cuantas monedas, ahora que lo pienso debí haberme muerto de hambre que tener que soportar el maldito infierno de esa... Mujer, misma que veía en ella, en Thala, compruebo que todas las mujeres son iguales y que The Phantom tarde o temprano terminara por sentirlo con su "amada". Yo no admiraba el valor de su coqueteo con el diablo, por el contrario me daba un completo asco, estaba decidido que si algo le hacia, incluso matarle, no iba a hacer absolutamente nada por ella, era una mujer... El mundo no perdía gran cosa...al final de cuentas descubrí que era igual o peor que mi madre. De pronto solo escuche un arma penetrar en lo más profundo del cuerpo de alguien que no tuvo tiempo ni siquiera de exhalar por última vez declarar su voluntad, ella estaba tendida en piso con el vestido ensangrentado y la carne cortada, no hice nada, solo observo, solo escucho la voz que me habla desde las penumbras. -Sabia que lo harias, que al final la matarías, es una víbora como todas- sostengo con enfado -Y un ejemplar como esos te está dejando sin alimento ¿para qué? ¿Para aparentar que siempre has sido un santo, un ángel de bien?-suspiro profundo -Al final terminara repudiándote, mira lo que has hecho, la forma en cómo saboreaste el cuchillo, eso es atroz para seres tan débiles como las damas...si mi madre lo fue, entonces todas lo son... Al final es tu decisión-niego con la cabeza y aguardo sin mirar a mis espaldas, no era necesario su presencia pese a todo era imponente e intimidante menos para mí -Yo traje a Thala con esa intensión, no podía fiarme de una mujer, en este pacto no quiero intermediarios... Solo tú y yo- finalmente mi mirada volvió hacia el ojo carmesí que se posaba en mi von recelo y enfado-No necesito poner las cosas bajo la balanza de la sensatez... Ya lo hice antes, todo ya lo tengo planeado y que quede claro no es por venganza que actuó, es por justicia, quiero que elimines a Lorenzo, siéntete ángel bondadoso y mátalo.... Te lo daré en charola de plata, el aguarda a fuera, creyendo que le llevare tu cabeza... Pero yo quiero traerte la suya... Si lo haces cual perro fiel te ayudare a traer la cabeza del cazador para que la coloques fuera de tus goznes....- Tras sus indicaciones y el demonio habiendo aceptado el trato, saque a Lorenzo del carruaje, con engaños lo llevo al centro del teatro, donde la caída de la corte de los búhos se ejecutara por el traidor insospechado Roschach que llevo planeándolo desde el momento en que ellos me traicionaron primero, la justicia ha llegado.
15 de Octubre de 1800
Las mujeres son las criaturas mas extrañas que existen en esta miserable Tierra son patéticas, ingenuas, al final ni siquiera aquella que aparente ser una tigresa, todas son tan vánales, tan superficiales y en parte se debe a la porquería de educación que imparte la iglesia, menospreciando a la mujer... Pero siempre dicen que cuando el rio suena es porque agua lleva, si las lecturas sagradas indicaban algo malo de las mujeres es porque mal les habrán pagado a los narradores. Yo había sido testigo de ello cuando era apenas un idiota e ingenuo, creyendo que mi madre en el fondo me quería y que por eso me ataba a la silla, sur por eso me pegaba sin ninguna razón, porque a veces tenía que escuchar sus gemidos desenfrenados que le provoca quien se estuviera acostando con ella por unas cuantas monedas, ahora que lo pienso debí haberme muerto de hambre que tener que soportar el maldito infierno de esa... Mujer, misma que veía en ella, en Thala, compruebo que todas las mujeres son iguales y que The Phantom tarde o temprano terminara por sentirlo con su "amada". Yo no admiraba el valor de su coqueteo con el diablo, por el contrario me daba un completo asco, estaba decidido que si algo le hacia, incluso matarle, no iba a hacer absolutamente nada por ella, era una mujer... El mundo no perdía gran cosa...al final de cuentas descubrí que era igual o peor que mi madre. De pronto solo escuche un arma penetrar en lo más profundo del cuerpo de alguien que no tuvo tiempo ni siquiera de exhalar por última vez declarar su voluntad, ella estaba tendida en piso con el vestido ensangrentado y la carne cortada, no hice nada, solo observo, solo escucho la voz que me habla desde las penumbras. -Sabia que lo harias, que al final la matarías, es una víbora como todas- sostengo con enfado -Y un ejemplar como esos te está dejando sin alimento ¿para qué? ¿Para aparentar que siempre has sido un santo, un ángel de bien?-suspiro profundo -Al final terminara repudiándote, mira lo que has hecho, la forma en cómo saboreaste el cuchillo, eso es atroz para seres tan débiles como las damas...si mi madre lo fue, entonces todas lo son... Al final es tu decisión-niego con la cabeza y aguardo sin mirar a mis espaldas, no era necesario su presencia pese a todo era imponente e intimidante menos para mí -Yo traje a Thala con esa intensión, no podía fiarme de una mujer, en este pacto no quiero intermediarios... Solo tú y yo- finalmente mi mirada volvió hacia el ojo carmesí que se posaba en mi von recelo y enfado-No necesito poner las cosas bajo la balanza de la sensatez... Ya lo hice antes, todo ya lo tengo planeado y que quede claro no es por venganza que actuó, es por justicia, quiero que elimines a Lorenzo, siéntete ángel bondadoso y mátalo.... Te lo daré en charola de plata, el aguarda a fuera, creyendo que le llevare tu cabeza... Pero yo quiero traerte la suya... Si lo haces cual perro fiel te ayudare a traer la cabeza del cazador para que la coloques fuera de tus goznes....- Tras sus indicaciones y el demonio habiendo aceptado el trato, saque a Lorenzo del carruaje, con engaños lo llevo al centro del teatro, donde la caída de la corte de los búhos se ejecutara por el traidor insospechado Roschach que llevo planeándolo desde el momento en que ellos me traicionaron primero, la justicia ha llegado.
Rorschach- Cazador Clase Media
- Mensajes : 21
Fecha de inscripción : 19/06/2013
Re: El noveno infierno de Dante (Le due maschere de la notte Prt. III)
Después del prometedor trato nada más podía hacer feliz a Lorenzo de Goya, ¡A mí que soy el más afortunado de los lideres!…. pronto el mundo será mío, el hombre y su ignorancia alimentaran mi riqueza, nuevos líderes saldrán de la corte… Todos a predicar nuestro evangelio, un triste cuento que calle a las masas, que las haga sumisas, siempre lo he dicho, el oscurantismo jamás debió desaparecer por el bien de los pequeños burgueses.
Iba rumbo a mi transporte, finalmente deje atrás aquella residencia donde dios escuchaba plegarias y suplicas, algunas sinceras… otras completamente rayaban en la hipocresía, ladrones que imploran que sus atracos sean de buena recompensa, que Dios los bendiga en su sucia tarea, habiendo otras formas.
Tenía entendido que Rorschach y aquella hermosa dama habían partido en búsqueda de la mugrosa gitana, Sarah… Sarah Downey, iba pensando en aquellos dos exquisitos manjares femeninos, en su silueta, sus caderas, sus pechos, sus labios y sus cabellos, era inevitable no desearlas, eran poseedoras de tal belleza que podían despertar bajos instintos que yo debía reprimir en el momento mordiendo el labio inferior –Quizás haga una pequeña visita al burdel más cercano- me dije y con amplia sonrisa en los labios me aproxime al carruaje con intención de abordarlo cuando una voz irrumpió en mi acto.
Una silueta femenina se acerco valientemente, sus ojos como el mar miraban de forma decida y convincente –Thala- dije al verla aproximarse -¿Qué haces aquí?, no se supone que deberías estar con Rorschach- ella sonreía, vaya manera en que sabía abrumar mis sentidos, me limite a tomar su mano y poner sobre ella mis labios.
Ella me explicó que Rorschach había mandado a buscarme, puesto que él quería dar una sorpresa que evitaría tener que matar o mandar el ejercito acordado con Jean Claude, curiosamente ellos habían dado con la ubicación del fantasma, de ese vampiro del teatro –Entre menos obstáculos haya será mejor- pensé, mientras ella me indicaba el camino a seguir para llegar con mi futura recompensa, Rorschach quería darme su cabeza en bandeja de plata, mi ambición aumento, si lo matábamos además de todo la Corte de los Búhos ganaría prestigio y puntos a su favor.
Aborde mi carruaje y aguarde afuera tal y como Thala me había advertido, ella era una dama independiente y demasiado lista, jamás acepto mi invitación a subir a mi transporte, ella tenía un hermoso corcel pura sangre que hasta yo quería poseerlo igual que a la dueña.
Minutos después de que ella se adentrará al recinto carcomido por el fuego, Rorschach salió aparentemente triúnfate y con la ropa ligeramente salpicada de sangre, el me invito a pasar diciéndome que el gran The Phantom agonizaba y al preguntar por Thala, el insistió en que esta con bien, custodiando y observando a placer la agonía de un vampiro.
Me invito a pasar para que yo tambien fuera parte de la triunfal escena –Muy bien Rorschach- asentí –Celebremos con la agonía del demonio, dueño absoluto del noveno infierno de Dante, la consagración y la victoria que hará de la Corte de los Búhos, la logia más poderosa en Europa, luego en toda la tierra- sonreí siguiendo su ataviada silueta en una gabardina marrón que de pronto cambio a negro, debido a la oscuridad que poblaba el lugar cada vez más… pasamos por el Hall principal y al llegar a la sala, al escenario destruido, las velas se encendieron por arte de magia, dejando ver a mis ojos una horrible escena, Rorschach ya no estaba allí -¡Rorschach!- exclame sin obtener de él respuesta –¡Rorschach!- exclame por última vez antes de que un brazo rodeara mi cuello completamente.
Iba rumbo a mi transporte, finalmente deje atrás aquella residencia donde dios escuchaba plegarias y suplicas, algunas sinceras… otras completamente rayaban en la hipocresía, ladrones que imploran que sus atracos sean de buena recompensa, que Dios los bendiga en su sucia tarea, habiendo otras formas.
Tenía entendido que Rorschach y aquella hermosa dama habían partido en búsqueda de la mugrosa gitana, Sarah… Sarah Downey, iba pensando en aquellos dos exquisitos manjares femeninos, en su silueta, sus caderas, sus pechos, sus labios y sus cabellos, era inevitable no desearlas, eran poseedoras de tal belleza que podían despertar bajos instintos que yo debía reprimir en el momento mordiendo el labio inferior –Quizás haga una pequeña visita al burdel más cercano- me dije y con amplia sonrisa en los labios me aproxime al carruaje con intención de abordarlo cuando una voz irrumpió en mi acto.
Una silueta femenina se acerco valientemente, sus ojos como el mar miraban de forma decida y convincente –Thala- dije al verla aproximarse -¿Qué haces aquí?, no se supone que deberías estar con Rorschach- ella sonreía, vaya manera en que sabía abrumar mis sentidos, me limite a tomar su mano y poner sobre ella mis labios.
Ella me explicó que Rorschach había mandado a buscarme, puesto que él quería dar una sorpresa que evitaría tener que matar o mandar el ejercito acordado con Jean Claude, curiosamente ellos habían dado con la ubicación del fantasma, de ese vampiro del teatro –Entre menos obstáculos haya será mejor- pensé, mientras ella me indicaba el camino a seguir para llegar con mi futura recompensa, Rorschach quería darme su cabeza en bandeja de plata, mi ambición aumento, si lo matábamos además de todo la Corte de los Búhos ganaría prestigio y puntos a su favor.
Aborde mi carruaje y aguarde afuera tal y como Thala me había advertido, ella era una dama independiente y demasiado lista, jamás acepto mi invitación a subir a mi transporte, ella tenía un hermoso corcel pura sangre que hasta yo quería poseerlo igual que a la dueña.
Minutos después de que ella se adentrará al recinto carcomido por el fuego, Rorschach salió aparentemente triúnfate y con la ropa ligeramente salpicada de sangre, el me invito a pasar diciéndome que el gran The Phantom agonizaba y al preguntar por Thala, el insistió en que esta con bien, custodiando y observando a placer la agonía de un vampiro.
Me invito a pasar para que yo tambien fuera parte de la triunfal escena –Muy bien Rorschach- asentí –Celebremos con la agonía del demonio, dueño absoluto del noveno infierno de Dante, la consagración y la victoria que hará de la Corte de los Búhos, la logia más poderosa en Europa, luego en toda la tierra- sonreí siguiendo su ataviada silueta en una gabardina marrón que de pronto cambio a negro, debido a la oscuridad que poblaba el lugar cada vez más… pasamos por el Hall principal y al llegar a la sala, al escenario destruido, las velas se encendieron por arte de magia, dejando ver a mis ojos una horrible escena, Rorschach ya no estaba allí -¡Rorschach!- exclame sin obtener de él respuesta –¡Rorschach!- exclame por última vez antes de que un brazo rodeara mi cuello completamente.
Lorenzo de Goya- Humano Clase Alta
- Mensajes : 13
Fecha de inscripción : 09/05/2013
Re: El noveno infierno de Dante (Le due maschere de la notte Prt. III)
Diario de Rorschach
15 de octubre de 1800
La noche más gloriosa de mi vida se avecina, ya la escucho venir, entre fanfarrias, entre la euforia de los demonios que en caravana vienen presurosos por el alma que se llevaran a los infiernos apretados de Dios.
El viento se incrementa en aquel desierto lugar, la muerte acaricia sutilmente mi máscara, se va y con aquel extraño objeto que porta en su mano recorre el lugar, seguramente con los ojos de un depredador observa la escena cómodamente, probablemente se enorgullezca de su hijo o del impostor que dice ser la muerte viva, inmortal, la muerte sin rostro y sin piel.
El corazón se acelero desde el momento en que Lorenzo llego hasta este lugar, pero ahora parece salirse del pecho, parece exclamar debajo de la gabardina lo que más deseamos, que el infeliz pague por todo lo que ha hecho, que muera como el miserable y repugnante perro que es… un desgraciado que tiene derecho de todo menos de existir en este inmundo planeta.
La sonrisa se dibuja al recodar cuanto ha sido el tiempo que je pasado inmiscuido en la basura, buscando un desperdicio igual o peor que Lorenzo, alguien que fuera capaz de mancharse su manos por mí, alguien que nunca se haya enjuagado la sangre que escurre por sus dedos, nunca se me ocurrió buscar en el infierno, hasta que el destino me puso en este, el noveno infierno de Dante.
El noveno infierno… ¿De qué otra forma podría llamarse el lugar donde esta escoria, donde Lorenzo, su alma han de pugnar por su terrible traición?, ese es el circulo indicado para él, junto con los imbéciles fraudulentos, los idiotas maliciosos, ya puedo imaginarme a Lorenzo con la cabeza arriba, destacando entre nieve y tomento –El cocito espera por ti- susurro, mientras mis ojos observan todo con lujo de detalle, lejos de él, escondidos en la inmensa incertidumbre de la noche.
El fantasma de una sonrisa va y viene como las manchas que se mueven ante los ojos del otro, me alegro, seré el primero de ver colapsar uno de los pilares de la maldita corrupción, cabecilla de los de aquellos que todos lo días se aprovechan del débil y del ignorante para crear sus castillos, sus monumentos, donde habitan monstruos como él… donde habitan los que tienen poder.
Pienso entregar el cuerpo de Lorenzo, pienso arrasar con toda la corte y con Jean Claude, aunque me temo el ya tiene a alguien tan peligroso como el mismo The Phantom, le sigue la pista como una sombra, tengo la certeza que pronto lo matará.
Esos dos caerán y entonces los parisinos dejaran la técnica de la avestruz a un lado, dejaran de esconder la cabeza en un montón de estiércol y tierra, pronto se darán cuenta de este horror y la ineptas autoridades renunciaran al beneficio de mantener a los hombres presos de otros más codiciosos -¡Hazlo de una buena vez y déjate de patéticas charlas y cursilerías baratas de un maldito psicópata como tú!- exclame ansioso, esperando la muerte, The Phantom sonrío aparentemente y entonces el momento se vino a mis ojos tan lento, tan letal, tan vengativo… tan justo.
15 de octubre de 1800
La noche más gloriosa de mi vida se avecina, ya la escucho venir, entre fanfarrias, entre la euforia de los demonios que en caravana vienen presurosos por el alma que se llevaran a los infiernos apretados de Dios.
El viento se incrementa en aquel desierto lugar, la muerte acaricia sutilmente mi máscara, se va y con aquel extraño objeto que porta en su mano recorre el lugar, seguramente con los ojos de un depredador observa la escena cómodamente, probablemente se enorgullezca de su hijo o del impostor que dice ser la muerte viva, inmortal, la muerte sin rostro y sin piel.
El corazón se acelero desde el momento en que Lorenzo llego hasta este lugar, pero ahora parece salirse del pecho, parece exclamar debajo de la gabardina lo que más deseamos, que el infeliz pague por todo lo que ha hecho, que muera como el miserable y repugnante perro que es… un desgraciado que tiene derecho de todo menos de existir en este inmundo planeta.
La sonrisa se dibuja al recodar cuanto ha sido el tiempo que je pasado inmiscuido en la basura, buscando un desperdicio igual o peor que Lorenzo, alguien que fuera capaz de mancharse su manos por mí, alguien que nunca se haya enjuagado la sangre que escurre por sus dedos, nunca se me ocurrió buscar en el infierno, hasta que el destino me puso en este, el noveno infierno de Dante.
El noveno infierno… ¿De qué otra forma podría llamarse el lugar donde esta escoria, donde Lorenzo, su alma han de pugnar por su terrible traición?, ese es el circulo indicado para él, junto con los imbéciles fraudulentos, los idiotas maliciosos, ya puedo imaginarme a Lorenzo con la cabeza arriba, destacando entre nieve y tomento –El cocito espera por ti- susurro, mientras mis ojos observan todo con lujo de detalle, lejos de él, escondidos en la inmensa incertidumbre de la noche.
El fantasma de una sonrisa va y viene como las manchas que se mueven ante los ojos del otro, me alegro, seré el primero de ver colapsar uno de los pilares de la maldita corrupción, cabecilla de los de aquellos que todos lo días se aprovechan del débil y del ignorante para crear sus castillos, sus monumentos, donde habitan monstruos como él… donde habitan los que tienen poder.
Pienso entregar el cuerpo de Lorenzo, pienso arrasar con toda la corte y con Jean Claude, aunque me temo el ya tiene a alguien tan peligroso como el mismo The Phantom, le sigue la pista como una sombra, tengo la certeza que pronto lo matará.
Esos dos caerán y entonces los parisinos dejaran la técnica de la avestruz a un lado, dejaran de esconder la cabeza en un montón de estiércol y tierra, pronto se darán cuenta de este horror y la ineptas autoridades renunciaran al beneficio de mantener a los hombres presos de otros más codiciosos -¡Hazlo de una buena vez y déjate de patéticas charlas y cursilerías baratas de un maldito psicópata como tú!- exclame ansioso, esperando la muerte, The Phantom sonrío aparentemente y entonces el momento se vino a mis ojos tan lento, tan letal, tan vengativo… tan justo.
Rorschach- Cazador Clase Media
- Mensajes : 21
Fecha de inscripción : 19/06/2013
Re: El noveno infierno de Dante (Le due maschere de la notte Prt. III)
-Tengo muchas formas de acabar con las personas-Sugeri -La muerte tiene mil y un métodos de acabar con los estúpidos entrometidos-susurre al oído de futura víctima -Porque eso eres ¡Un idiota aprovechado e introvertido! la guerra, si esa guerra de la que pensabas sacar ventaja- decía con respiración agitada -¡Esa guerra es de Leviathán y mía!- guarde silencio mientras disfrutaba el sofoco que le provocaba mi brazo en su cuello -Y deberías saber de sobra que cada insignificante humano en París es ¡Mío!... así de grande es mi poderío, me costo siglos en construirlo, en crearme un nombre, ¡De crearme bajo esta máscara la imagen del terror que la naturaleza humana no puede resistir!- su respiración era entrecortada, suspiraba, tratando en vano de tomar oxigeno de entre los escombros del teatro -Es inútil- sonreí y me reí atrevidamente -Lorenzo ¿No te das cuenta que tu vida esta en manos de la muerte?... nadie que me desafíe sobrevive para contarlo, ni siquiera ese estúpido cazador y toda su comitiva de inútiles van a ganarme la partida- sentía como su cuerpo temblaba y sudaba en frío, podía oler en el cuerpo de ese miserable mortal el miedo, ese infinito sentimiento que nutre mi alma y es, el complemento perfecto en mis víctimas.
Obligándole a caminar mientras seguía robándole oxigeno pensaba en una manera realmente atroz de terminar con él,por Selena, mi amada Selena había contenido mis instintos y volver al vulgar habito de tomar sangre de ratas como al principio de mi existencia -¿Que pasa?... ¿tienes miedo?- los ojos se me fueron tornando del color peculiar del que se iluminaban cuando el placer de la muerte ya estaba cerca -No me gusta jugar con mi comida- mi boca se fue acercando a su yugular hasta que fue mordida de la forma tradicional, su sangre tibia sentía correr desde mi lengua hasta mi garganta y sus gemidos de dolor eran la música que necesitaba para volver a revivir, a resurgir entre las sombras -Ah... dulce éxtasis- dije entre suspiros, podía sentir en mis labios la frescura de la sangre y saborear de la punta de mis colmillos el metálico sabor que esta poseía -Pero tu dolor no es suficiente para mi, así que haré algo más... divertido- débil aquel hombre lo arrastre hasta donde una cuerda pendía -¿Sabes, odie el sabor de tu sangre? eres realmente una escoria para toda la humanidad, aún más basura que el resto de los mortales- tome la soga y la sujete por su cuello amarrando con fuerza desmedida -¿Duele?... ¡ja ja ja ja! ¡Ese es el maldito punto!- exclame y empece a danzar alrededor de él -Lorenzo de Goya por retar al fantasma de la ópera, por entrometerse en los asuntos ajenos, matar a su mano derecha y utilizar a Rorschach creyéndolo demente... esta corte infernal le declara culpable y lo condena a la horca, pero no cualquiera- advertí divertido viendo en su rostro la expresión del miedo más puro -Sino la que esta hecha a mi manera...el infierno te aguarda- tome la punta que arrastraba en sucio suelo de madera y de apoco comencé a jalar de ella hasta que los ojos empezaban a desorbitarse debido a la presión, el viento soplaba y entraba por todas partes sin abrir ventanas ni puertas, anunciaban la muerte de un mortal sin importancia, las llamas de las velas luchaba por no apagarse, mientras las sombras retornaban conmigo, aquí estaba, The Phantom, volvía a la vida.
Vidrios del enorme candil se encontraban bajo las suelas de mis botas y entonces idee su trágico final lleno de deleite para mi, me agache y la mano forrada en guante oscuro timo los pedazos más grande de aquel fino vidrio parisino -Nos vemos en el infierno Lorenzo- y sonriendo con malicia uno a uno tire los cristales, todos se clavaban en su cuerpo, el vidrio puntiagudo se clavo en su pecho, en su estomago, en sus brazos, en sus costillas y mientras agonizaba lenta y dolorosamente aproveche par lanzar más vidrios y enterrarlos en su espalda, mientras el placer me invadía y me llenaba de un jubilo, de una existencia oscura, cesaba mi sed de venganza, de odio -¡Todos los prejuiciosos deberían morir así... odio al hombre odio la luz!- celebraba mientras apuntaba a la cuerda para que el cuerpo ya cubierto de sangre por doquier, con las ropas manchadas y húmedas cayera desde una altura considerable.
El cuerpo cayo y se escucho el quiebre del cuello -Esta muerto ahora- susurre observando en mis manos un cristal sobrante desde el pequeño puñado que cogí -Aseguremonos esta vez que una víctima mía no vuelva a quedar con vida- y de pronto la punta de vidrio fue clavado sin cesar en cuerpo una y otra vez, la sangre salpicaba mi ropa, mi cara, mis manos cada vez que el cristal salía y entraba con brusquedad, así fueron las puñaladas hasta que mis brazos se sintieron cansancio, separándome del cuerpo observe mi obra... sangre por doquier, la mirada fija de un cadáver apuñalado y ensangrentado, como si un mártir fuese.
Sonrei complacido, sin sentir la culpa que todos clamaban tener cuando cometían un acto premeditado, esa era la ventaja de ser quien era, de los golpes del rechazo, de alguien que jamás sintió amor, tome el vidrio tomándome mi tiempo en el color carmesí que pintaba su afilada punta, limpiando pronto esos residuos con mi lengua -Odio el sabor de tu sangre, solo lo hice porque lo necesitaba, porque necesito aliados- mientras yo me reponía del mal sabor, Rorschach salió de su escondite y observo de cerca el cuerpo de su traicionero jefe -Esto esta consumado, no hay mas corte de los búhos, no hay más obstáculos entre Leviathán y yo- tire el aparentemente inofensivo pedazo de cristal -Y tu- amenace -Ahora me debes un favor- rompí en fragmentos la evidencia de crimen con la suela de mi bota -Deja a este idiota y dime claramente que me ofreces a cambio de lo que acabo de hacer por ti- saque un blanco pañuelo del bolsillo de mi saco, con el limpiaba mis labios mientras mis ojos aún iluminados de carmesí observaban sin enervas al enmascarado de manchas.
Obligándole a caminar mientras seguía robándole oxigeno pensaba en una manera realmente atroz de terminar con él,por Selena, mi amada Selena había contenido mis instintos y volver al vulgar habito de tomar sangre de ratas como al principio de mi existencia -¿Que pasa?... ¿tienes miedo?- los ojos se me fueron tornando del color peculiar del que se iluminaban cuando el placer de la muerte ya estaba cerca -No me gusta jugar con mi comida- mi boca se fue acercando a su yugular hasta que fue mordida de la forma tradicional, su sangre tibia sentía correr desde mi lengua hasta mi garganta y sus gemidos de dolor eran la música que necesitaba para volver a revivir, a resurgir entre las sombras -Ah... dulce éxtasis- dije entre suspiros, podía sentir en mis labios la frescura de la sangre y saborear de la punta de mis colmillos el metálico sabor que esta poseía -Pero tu dolor no es suficiente para mi, así que haré algo más... divertido- débil aquel hombre lo arrastre hasta donde una cuerda pendía -¿Sabes, odie el sabor de tu sangre? eres realmente una escoria para toda la humanidad, aún más basura que el resto de los mortales- tome la soga y la sujete por su cuello amarrando con fuerza desmedida -¿Duele?... ¡ja ja ja ja! ¡Ese es el maldito punto!- exclame y empece a danzar alrededor de él -Lorenzo de Goya por retar al fantasma de la ópera, por entrometerse en los asuntos ajenos, matar a su mano derecha y utilizar a Rorschach creyéndolo demente... esta corte infernal le declara culpable y lo condena a la horca, pero no cualquiera- advertí divertido viendo en su rostro la expresión del miedo más puro -Sino la que esta hecha a mi manera...el infierno te aguarda- tome la punta que arrastraba en sucio suelo de madera y de apoco comencé a jalar de ella hasta que los ojos empezaban a desorbitarse debido a la presión, el viento soplaba y entraba por todas partes sin abrir ventanas ni puertas, anunciaban la muerte de un mortal sin importancia, las llamas de las velas luchaba por no apagarse, mientras las sombras retornaban conmigo, aquí estaba, The Phantom, volvía a la vida.
Vidrios del enorme candil se encontraban bajo las suelas de mis botas y entonces idee su trágico final lleno de deleite para mi, me agache y la mano forrada en guante oscuro timo los pedazos más grande de aquel fino vidrio parisino -Nos vemos en el infierno Lorenzo- y sonriendo con malicia uno a uno tire los cristales, todos se clavaban en su cuerpo, el vidrio puntiagudo se clavo en su pecho, en su estomago, en sus brazos, en sus costillas y mientras agonizaba lenta y dolorosamente aproveche par lanzar más vidrios y enterrarlos en su espalda, mientras el placer me invadía y me llenaba de un jubilo, de una existencia oscura, cesaba mi sed de venganza, de odio -¡Todos los prejuiciosos deberían morir así... odio al hombre odio la luz!- celebraba mientras apuntaba a la cuerda para que el cuerpo ya cubierto de sangre por doquier, con las ropas manchadas y húmedas cayera desde una altura considerable.
El cuerpo cayo y se escucho el quiebre del cuello -Esta muerto ahora- susurre observando en mis manos un cristal sobrante desde el pequeño puñado que cogí -Aseguremonos esta vez que una víctima mía no vuelva a quedar con vida- y de pronto la punta de vidrio fue clavado sin cesar en cuerpo una y otra vez, la sangre salpicaba mi ropa, mi cara, mis manos cada vez que el cristal salía y entraba con brusquedad, así fueron las puñaladas hasta que mis brazos se sintieron cansancio, separándome del cuerpo observe mi obra... sangre por doquier, la mirada fija de un cadáver apuñalado y ensangrentado, como si un mártir fuese.
Sonrei complacido, sin sentir la culpa que todos clamaban tener cuando cometían un acto premeditado, esa era la ventaja de ser quien era, de los golpes del rechazo, de alguien que jamás sintió amor, tome el vidrio tomándome mi tiempo en el color carmesí que pintaba su afilada punta, limpiando pronto esos residuos con mi lengua -Odio el sabor de tu sangre, solo lo hice porque lo necesitaba, porque necesito aliados- mientras yo me reponía del mal sabor, Rorschach salió de su escondite y observo de cerca el cuerpo de su traicionero jefe -Esto esta consumado, no hay mas corte de los búhos, no hay más obstáculos entre Leviathán y yo- tire el aparentemente inofensivo pedazo de cristal -Y tu- amenace -Ahora me debes un favor- rompí en fragmentos la evidencia de crimen con la suela de mi bota -Deja a este idiota y dime claramente que me ofreces a cambio de lo que acabo de hacer por ti- saque un blanco pañuelo del bolsillo de mi saco, con el limpiaba mis labios mientras mis ojos aún iluminados de carmesí observaban sin enervas al enmascarado de manchas.
Phantom Nocte- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 321
Fecha de inscripción : 06/12/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: El noveno infierno de Dante (Le due maschere de la notte Prt. III)
Diario de Rorschach
15 de octubre de 1800
Los dichos populares dicen que todo mal se paga siempre, al mismo precio o hasta el triple de valor real del acto, depende según la creencia, de la atrocidad, depende... de la gravedad.
Sangre era lo unico que veja brotar de aquel infame ataque que yo mismo había ordenado, lo hubiera hecho con mis manos pero ni el ni Jean Claude eran vampiros para exterminados por mi cuenta, el código es estricto, yo no puedo matar humanos... soy cazador de abominaciones de la naturaleza, engendros y bastardos que jamás debieron existir, tal y como ese hombre por el que había descendido al noveno de los infiernos.
El carmesí, el olor a muerte, el sufrimiento y el miedo que jamás creo ver en Lornzo impregnaron el ambiente inundando mis sentidos, haciéndome sentir satisfecho, sabiendo que la muerte había sido en un acto de justicia, porque entre los inútiles mortales eso no existe para el que tiene poder... y yo tengo poder pero de otra índole y esta fría noche de octubre lo he demostrado.
Saliendo de mi escondite, camine despacio por aquel piso de madera cubierto de ceniza y escombros, quien diría que aquellos pedazos de vidrio serían tan mortíferos, quien se imaginaba que Lorenzo terminaría atravesado de lado a lado por ellos.
La sangre salía a brotones aún del cuerpo de Lorenzo, la mirada permanecía fija, como siempre cuando tenia entre manos el plan más estúpido para la corte, no pude evitar reír detrás de la máscara, mientras las manchas iban en va ven de ajetreada emoción, de felicidad, si es que eso era lo que sentía de que la amenaza había concluido.
-¿Que te dare a cambio?- me mostré intimidante, sin que sus ojos de tan... llamativo color lograran inhibirme -Ya lo he pensado muy bien y... Lorenzo siempre tuvo dentro de "fraternidad" muchos enemigos- hice una pausa, acercándome lentamente, con el cuerpo erguido, la cabeza en alto y las manos detrás de mi espalda -Yo hice un trato ¿Entiendes?, la vida de Lorenzo a cambio de fidelidad y obediencia de aquellos que odiaban a este infeliz- le mire con despecho, repugnancia, asco -Escuche todas tus estúpidas cursilerías de depredador teatral y no soy e idiota que piensas, si en algo eres bueno jamás lo heces gratis, pues bien a cambio te daré aliados, quizás no son tan numerosos como los del infame cazador pero... son los dos mejores hechiceros y un fantasma que trabajo para Jean Claude al mismo tiempo que para Lorenzo, ellos son los mejores en su ramo, sabrán ser las armas que tu necesitas para acabar de una vez con esta maldita riña de un buena vez- sonreía detrás de las telas y pedía con la mano estrechada el pacto de un trato que se sellaría en ese instante -Y yo, también formo parte del pago, mis servicios están a tu disposición- asentí, mientras la voz por si sola mostraba mi formalidad y la frialdad que poseía ara hacer las cosas -¿Entonces es un trato?- insistí con la mano abierta, aún nada estaba decido, mis servicios no son de nadie más que míos todo dependía de a donde se digiera la balanza el día del enfrentamiento final.
15 de octubre de 1800
Los dichos populares dicen que todo mal se paga siempre, al mismo precio o hasta el triple de valor real del acto, depende según la creencia, de la atrocidad, depende... de la gravedad.
Sangre era lo unico que veja brotar de aquel infame ataque que yo mismo había ordenado, lo hubiera hecho con mis manos pero ni el ni Jean Claude eran vampiros para exterminados por mi cuenta, el código es estricto, yo no puedo matar humanos... soy cazador de abominaciones de la naturaleza, engendros y bastardos que jamás debieron existir, tal y como ese hombre por el que había descendido al noveno de los infiernos.
El carmesí, el olor a muerte, el sufrimiento y el miedo que jamás creo ver en Lornzo impregnaron el ambiente inundando mis sentidos, haciéndome sentir satisfecho, sabiendo que la muerte había sido en un acto de justicia, porque entre los inútiles mortales eso no existe para el que tiene poder... y yo tengo poder pero de otra índole y esta fría noche de octubre lo he demostrado.
Saliendo de mi escondite, camine despacio por aquel piso de madera cubierto de ceniza y escombros, quien diría que aquellos pedazos de vidrio serían tan mortíferos, quien se imaginaba que Lorenzo terminaría atravesado de lado a lado por ellos.
La sangre salía a brotones aún del cuerpo de Lorenzo, la mirada permanecía fija, como siempre cuando tenia entre manos el plan más estúpido para la corte, no pude evitar reír detrás de la máscara, mientras las manchas iban en va ven de ajetreada emoción, de felicidad, si es que eso era lo que sentía de que la amenaza había concluido.
-¿Que te dare a cambio?- me mostré intimidante, sin que sus ojos de tan... llamativo color lograran inhibirme -Ya lo he pensado muy bien y... Lorenzo siempre tuvo dentro de "fraternidad" muchos enemigos- hice una pausa, acercándome lentamente, con el cuerpo erguido, la cabeza en alto y las manos detrás de mi espalda -Yo hice un trato ¿Entiendes?, la vida de Lorenzo a cambio de fidelidad y obediencia de aquellos que odiaban a este infeliz- le mire con despecho, repugnancia, asco -Escuche todas tus estúpidas cursilerías de depredador teatral y no soy e idiota que piensas, si en algo eres bueno jamás lo heces gratis, pues bien a cambio te daré aliados, quizás no son tan numerosos como los del infame cazador pero... son los dos mejores hechiceros y un fantasma que trabajo para Jean Claude al mismo tiempo que para Lorenzo, ellos son los mejores en su ramo, sabrán ser las armas que tu necesitas para acabar de una vez con esta maldita riña de un buena vez- sonreía detrás de las telas y pedía con la mano estrechada el pacto de un trato que se sellaría en ese instante -Y yo, también formo parte del pago, mis servicios están a tu disposición- asentí, mientras la voz por si sola mostraba mi formalidad y la frialdad que poseía ara hacer las cosas -¿Entonces es un trato?- insistí con la mano abierta, aún nada estaba decido, mis servicios no son de nadie más que míos todo dependía de a donde se digiera la balanza el día del enfrentamiento final.
Rorschach- Cazador Clase Media
- Mensajes : 21
Fecha de inscripción : 19/06/2013
Re: El noveno infierno de Dante (Le due maschere de la notte Prt. III)
-Eso es lo que yo llamó un cazador sensato- el tono de voz se redujo al de un dulce susurro, manera de actuar que no concordaba con lo que había sucedido, mucho menos con el reguero de sangre y muerte que se mezclaba con las cenizas en los escombros -Tú no tienes que ofrecer tus servicios, esos ya eran míos desde el momento en que pusiste un pie en París, como he dicho al idiota este, todo lo que esta en mis tierras es mi propiedad, sean objetos, animales… humanos.. todo es mío, en fin agradezco tu cortesía de igual forma- despacio las botas se movían hasta llegar hasta donde el cazador, quedando máscara a máscara, tela a tela, cicatrices a manchas de tinta -Es un trato, después de todo, necesito distraer a los guardaespaldas del maldito, necesito algo más poderoso que inmortales, que pistolitas aniquila demonios… la magia… ese bendito arte censurado es algo con lo que ganaré, la magia altera cursos, desaparece sapos tontos, limpia escorias del camino del que la invoca… si ya veo… veo mis pies sobre el cuerpo sin vida de Leviathán, viviendo en paz con… eso no importa ahora- suspire aliviado, mientras mi rostro no expresaba ningún indicio de felicidad, de victoria, solo un profundo coraje y una promesa de venganza en contra de mi peor pesadilla, esa pesadilla que tan solo con verle en mi mente los puños se cerraban y la sangre que acababa de beber hervía en mis adentros y envenenaba cada parte de mi ser con tan solo contemplar las ruinas en las que se había convertido mi casa, mi castillo, mi teatro y entonces un idea vino como relámpago a mi mente y finalmente esos labios sin carne que parecían dibujar una linea recta debajo de la máscara cambiaban rápidamente al de una mueca burlona y retorcida, anunciando victoria, anunciando mi macabra estrategia.
-Quiero que me hagas un primer trabajo, ve tu solo o con tus compañeros del demonio y busca a Leviathán Shadow y la estúpida de Montserrat, los dos… los dos deben estar juntos en la maldita casa del cazador o en un refugio, ¡Encuentralos así tengas que destruir todo París!- exclame exaltado y agitado, con la respiración entrecortada, tratando de tomar oxigeno del aire y contener toda violencia, aún no era el momento y menos con Selena debajo del teatro -Y….- añadí -Cuando los hayas encontrado no digas ni hagas nada, ellos son mi presa entendiste… solo regresa y llévame contigo…la muerte tocará a las puertas del cazador- carcajadas oscuras brotaron de mi boca y el vacío las repetía incesantemente con su estridente eco, mientras saboreaba el momento en mente, me aleje de su horrenda cara y de a poco regrese a mi lugar, envolviendo entre las sombras del teatro -Le llevaremos la gran sorpresa a ese idiota el cinco de noviembre, mi numero preferido y el de él- finalmente mi silueta se disipo entre la oscuridad de las paredes y el desastre en medio de ellas, pero aún lo veía, observaba como la tela y sus manchas hurgaban con desesperación entre los muros si obtener buenos resultados -No te esfuerces- dije secamente -Pero descuida que no te haré nada, puedo ser todo menos un traidor como tu antiguo jefe- continué alevosamente -Ahora ve y has lo que te pedí, debes encontrarlo antes de esa fecha, recuerda Rorschach, la muerte, la muerte nunca espera a nadie-.
El silencio se hizo en la sala, solo el roce de mis suelas con piso de madera hacia acto de presencia tratando de amenizar el momento -Cuidado con traicionarme- recite a sus espaldas tomándolo por sorpresa y sujetándolo con brusquedad del cuello -Un ultimo favor… recoge todo este desorden, hace más escándalo del que ya hay… asegúrate de poner el cuerpo de Lorenzito este en un lugar donde la policía lo vea y así no se meta en este lío el idiota de Sherlock Holmes y su infeliz ayudante, sé que andan detrás de nosotros, el gobierno parisino y los inútiles ex administradores de mi teatro los contrataron para esclarecer el caso y a mi ya no se me apetece más intrusos en esto, ni más sangre- esto ultimo fue dicho con decisión pero al mismo tiempo dudando hasta yo mismo de lo que estaba diciendo -¡No hagas preguntas!- calle de inmediato al enmascarado, apretando mas su traquea -¡Solo has lo que te ordene!… te estaré esperando antes de la fecha acordada…- le di un empujón arrojándolo al piso, el hombrecillo calló de rodillas y no dijo nada, quede satisfecho con su silencio y desaparecí de allí, para estar con Selena en lo que podrían ser mis ultimas noches con vida.
-Quiero que me hagas un primer trabajo, ve tu solo o con tus compañeros del demonio y busca a Leviathán Shadow y la estúpida de Montserrat, los dos… los dos deben estar juntos en la maldita casa del cazador o en un refugio, ¡Encuentralos así tengas que destruir todo París!- exclame exaltado y agitado, con la respiración entrecortada, tratando de tomar oxigeno del aire y contener toda violencia, aún no era el momento y menos con Selena debajo del teatro -Y….- añadí -Cuando los hayas encontrado no digas ni hagas nada, ellos son mi presa entendiste… solo regresa y llévame contigo…la muerte tocará a las puertas del cazador- carcajadas oscuras brotaron de mi boca y el vacío las repetía incesantemente con su estridente eco, mientras saboreaba el momento en mente, me aleje de su horrenda cara y de a poco regrese a mi lugar, envolviendo entre las sombras del teatro -Le llevaremos la gran sorpresa a ese idiota el cinco de noviembre, mi numero preferido y el de él- finalmente mi silueta se disipo entre la oscuridad de las paredes y el desastre en medio de ellas, pero aún lo veía, observaba como la tela y sus manchas hurgaban con desesperación entre los muros si obtener buenos resultados -No te esfuerces- dije secamente -Pero descuida que no te haré nada, puedo ser todo menos un traidor como tu antiguo jefe- continué alevosamente -Ahora ve y has lo que te pedí, debes encontrarlo antes de esa fecha, recuerda Rorschach, la muerte, la muerte nunca espera a nadie-.
El silencio se hizo en la sala, solo el roce de mis suelas con piso de madera hacia acto de presencia tratando de amenizar el momento -Cuidado con traicionarme- recite a sus espaldas tomándolo por sorpresa y sujetándolo con brusquedad del cuello -Un ultimo favor… recoge todo este desorden, hace más escándalo del que ya hay… asegúrate de poner el cuerpo de Lorenzito este en un lugar donde la policía lo vea y así no se meta en este lío el idiota de Sherlock Holmes y su infeliz ayudante, sé que andan detrás de nosotros, el gobierno parisino y los inútiles ex administradores de mi teatro los contrataron para esclarecer el caso y a mi ya no se me apetece más intrusos en esto, ni más sangre- esto ultimo fue dicho con decisión pero al mismo tiempo dudando hasta yo mismo de lo que estaba diciendo -¡No hagas preguntas!- calle de inmediato al enmascarado, apretando mas su traquea -¡Solo has lo que te ordene!… te estaré esperando antes de la fecha acordada…- le di un empujón arrojándolo al piso, el hombrecillo calló de rodillas y no dijo nada, quede satisfecho con su silencio y desaparecí de allí, para estar con Selena en lo que podrían ser mis ultimas noches con vida.
Phantom Nocte- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 321
Fecha de inscripción : 06/12/2011
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: El noveno infierno de Dante (Le due maschere de la notte Prt. III)
Diario de Rorschach
15 de octubre de 1800
Allí estaba en el suelo sucio y repleto de cenizas mezcladas con sangre de un idiota que nadie extrañaría -Maldito- dije lanzando un escupitajo sobre su cuerpo.
Observe el lugar, todo repleto de oscuridad, un desastre y un lugar tan macabro como el que creía ser su dueño -Imbécil- también le insulte sin miedo a las represalias si es que todavía estaba allí y podía escucharme, más yo sabía que no provocaría más muertes, no en el mísero terreno en el que parecía estar con la refugiada…. ¿Víctima, prisionera, fuente de sangre o una amante? era en realidad poco lo me importaba, al final de cuentas lo único que siempre me ha importado es mi pellejo y solo eso… los demás pueden irse al infierno, bastardos.
Si bastardo, pero sabía que era el único que podía hacer desaparecer al infeliz de Lorenzo de un solo tajo, sin remordimientos y sabia que al creerse casi el propio demonio debía pagarle algo a cambio… y yo también pero aún no era el momento más idóneo para revelar mis verdaderas intenciones hasta que no lo tuviese cerca.
Por ello debía obedecer las ordenes del supuesto “amo” y encontrar al famoso Leviathán Shadow, aunque eso significara una odisea a contrarreloj…
Parti de aquel lugar en su búsqueda y regresaría con el solo para ver con deleite su caída, el rodar de su cabeza mientras tengo en mis manos a Pandora, esa llave llena de magia oscura que me hará el dueño y señor del grupo más importante de brujos de magia negra, lo que me dará la victoria en la guerra de la trinidad….
Que empiece la casa a las lejanías del Infierno de Dante.
15 de octubre de 1800
Allí estaba en el suelo sucio y repleto de cenizas mezcladas con sangre de un idiota que nadie extrañaría -Maldito- dije lanzando un escupitajo sobre su cuerpo.
Observe el lugar, todo repleto de oscuridad, un desastre y un lugar tan macabro como el que creía ser su dueño -Imbécil- también le insulte sin miedo a las represalias si es que todavía estaba allí y podía escucharme, más yo sabía que no provocaría más muertes, no en el mísero terreno en el que parecía estar con la refugiada…. ¿Víctima, prisionera, fuente de sangre o una amante? era en realidad poco lo me importaba, al final de cuentas lo único que siempre me ha importado es mi pellejo y solo eso… los demás pueden irse al infierno, bastardos.
Si bastardo, pero sabía que era el único que podía hacer desaparecer al infeliz de Lorenzo de un solo tajo, sin remordimientos y sabia que al creerse casi el propio demonio debía pagarle algo a cambio… y yo también pero aún no era el momento más idóneo para revelar mis verdaderas intenciones hasta que no lo tuviese cerca.
Por ello debía obedecer las ordenes del supuesto “amo” y encontrar al famoso Leviathán Shadow, aunque eso significara una odisea a contrarreloj…
Parti de aquel lugar en su búsqueda y regresaría con el solo para ver con deleite su caída, el rodar de su cabeza mientras tengo en mis manos a Pandora, esa llave llena de magia oscura que me hará el dueño y señor del grupo más importante de brujos de magia negra, lo que me dará la victoria en la guerra de la trinidad….
Que empiece la casa a las lejanías del Infierno de Dante.
Rorschach- Cazador Clase Media
- Mensajes : 21
Fecha de inscripción : 19/06/2013
Temas similares
» La mano del infierno de Dante
» Presagio (LE DUE MASCHERE DELLA NOTTE)
» In memoriam (Le due maschere della notte prt. III)
» La noche del búho (Le due maschere della notte Prt.III)
» LE DUE MASCHERE DELLA NOTTE Part.II
» Presagio (LE DUE MASCHERE DELLA NOTTE)
» In memoriam (Le due maschere della notte prt. III)
» La noche del búho (Le due maschere della notte Prt.III)
» LE DUE MASCHERE DELLA NOTTE Part.II
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour