AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Descubrimientos que asombran - (Crystall)
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Descubrimientos que asombran - (Crystall)
Caminó por el césped del jardín, bordeando los parterres donde las flores mostraban algunos rastros de la llovizna que había mojado su lugar secreto, su refugio, a pesar de la ausencia de su amado, trataba que sus hijos no sintieran tanto la partida precipitada de Ruggero, ella misma no la entendía, aunque intentaba hacerlo, conseguir que las piezas de aquel rompecabezas fueran develando tantas incógnitas, no lograba entender porque su esposo había vuelto a la Inquisición -¿es eso? - se dijo asustada, temió por los amigos que amaba, - Crystall, Dereck- recordó al matrimonio Van Wijs, pero tambien se angustió por su pequeño que en sus brazos reía observando el aleteo de los pajaritos que se acercaban a beber el agua de la lluvia en los cáliz de las flores, ella sabía que Ruggero era especial, Rannia le había dicho que el pequeño poseía un áurea particular y que seguramente debería tener cuidado para que los espiás de la organización religiosa no lo encontraran – que dirían si supieran que uno de los hijos de un ex inquisidor era un... - temió decirlo o siquiera pensarlo, como sería la vida que le esperaría a su adorado niño, lo abrazó fuerte, de forma posesiva, que provocó que el niño se molestara y llorara por la manera brusca de amor y protección.
Se apresuró a sentarse en un banco de piedra y a cargarlo mejor, - perdona pequeño, no quise asustarte – le dijo mientras lo miraba a los ojos como intentando que comprendiera que lo amaba mas que a su propia vida, - te amo, como amo a tu hermanita y a tu papá – dijo acercándolo a su pecho y acariciando su rubia cabeza de cabellos lacios y rubios que se ondulaban en las puntas, era tan parecido a su padre que tenerlo así le consolaba el alma. Al verlo nuevamente sonreír, supo que la había perdonado, - ojalá la vida de los adultos fuera tan fácil – le dijo tomando la mano del pequeño y besando su palma, haciéndose una caricia en la mejilla con ella. Entonces lo oyo, - mammmmaaa – Chiara quedó sorprendida, extasiada, las lagrimas afloraron en sus orbes como un bálsamo, - si bebé soy tu mamá – le dijo acariciándolo en su mollera, su oreja izquierda y el carrillo rosado y regordete, - eres mi sol – se inclinó sobre Ruggero y le besó el cuello, - ya eres un hombrecito – le dijo riendo y el pequeño la miró frunciendo el entrecejo – bueno, no todavía pero un día lo serás, tan bello, cariñoso y recto como tu padre – su hijo rió feliz una carcajada cristalina llena de gritillos y movimientos de todo su cuerpo expresando la alegría de vivir ese momento con su madre.
Rannia se acercó, parándose a la distancia, - señora, son casi las diez de la mañana – dijo quedando en silencio, Chiara la contempló, sentía un afecto especial por esa niña, era como recordar a su cuñada, - si las cosas hubieran salido diferente – pensó con tristeza. Desvió la mirada, no deseaba que su doncella viera lo devastada que se encontraba con tantas perdidas, ausencias y tristezas, - amm si, ya estoy casi lista, prepara a los pequeños, me los llevaré – expresó mientras se levantaba con Ruggero en brazos que no deseaba por nada del mundo despegarse de su madre, - iremos a la Residencia Van Wijs, me acompañarás para que los vigiles – levantó a su niño entre sus brazos por encima de su cabeza y lo hizo reír, aquello sabía hacerle Ruggero, recordarlo la entristeció, pero no mudó su rostro, sino que forzó la sonrisa y por un segundo se perdió en los ojos de su hijo, y no fueron los del pequeño, sino los de su amado, una imagen vino a su cabeza, era su esposo, estaba vestido de forma diferente, su gesto era adusto, algo ensombrecido y recriminaba a una mujer, no podía entender que decían pero ninguno de los dos estaba realmente a gusto el uno con el otro.
La visión ,como llegó se fue y un dolor punzante en su cienes la hizo tambalear. Rannia llegó hasta ellos en segundos y capturó al pequeño en el aire, que tomaba ese movimiento como un juego y seguía riendo, Chiara se dejó caer suavemente y llevó una de sus manos a la sien derecha, respiró profundo para que el dolor remitiera, - ¿esta bien señora? - dijo la doncella mientras desde la casa corría, una Estella asustada por ver la escena desde lejos, - ¿que paso? - preguntó angustiada al llegar, - Nada, solo a sido un vahído, ya me siento mejor – dijo, la señora incorporándose con dificultad ayudada por el ama de llaves, - creo, que no debería ir a ver hoy a su amiga – recomendó la mujer con un cierto aire de reprocho, - tonterías, me siento bien y en unas horas estaremos de vuelta, para la cena – dijo sonriendo, - prepara algo suculento, que si llega esta noche el señor, tendrá mucho apetito – recalcó apretando el brazo de Estella con cariño, apoyándose mas en él, - si mi niña – sonrió con tristeza – pero no se demore, que el señor se enojará con nosotros si no la encuentra – dijo con voz un poco angustiada, sabía que no se enojaría con ellos pero si sufriría y no deseaba que su querido amo se entristeciera. Chiara besó sus mejillas, - prometo que volveremos a tiempo -.
Se apresuró a sentarse en un banco de piedra y a cargarlo mejor, - perdona pequeño, no quise asustarte – le dijo mientras lo miraba a los ojos como intentando que comprendiera que lo amaba mas que a su propia vida, - te amo, como amo a tu hermanita y a tu papá – dijo acercándolo a su pecho y acariciando su rubia cabeza de cabellos lacios y rubios que se ondulaban en las puntas, era tan parecido a su padre que tenerlo así le consolaba el alma. Al verlo nuevamente sonreír, supo que la había perdonado, - ojalá la vida de los adultos fuera tan fácil – le dijo tomando la mano del pequeño y besando su palma, haciéndose una caricia en la mejilla con ella. Entonces lo oyo, - mammmmaaa – Chiara quedó sorprendida, extasiada, las lagrimas afloraron en sus orbes como un bálsamo, - si bebé soy tu mamá – le dijo acariciándolo en su mollera, su oreja izquierda y el carrillo rosado y regordete, - eres mi sol – se inclinó sobre Ruggero y le besó el cuello, - ya eres un hombrecito – le dijo riendo y el pequeño la miró frunciendo el entrecejo – bueno, no todavía pero un día lo serás, tan bello, cariñoso y recto como tu padre – su hijo rió feliz una carcajada cristalina llena de gritillos y movimientos de todo su cuerpo expresando la alegría de vivir ese momento con su madre.
Rannia se acercó, parándose a la distancia, - señora, son casi las diez de la mañana – dijo quedando en silencio, Chiara la contempló, sentía un afecto especial por esa niña, era como recordar a su cuñada, - si las cosas hubieran salido diferente – pensó con tristeza. Desvió la mirada, no deseaba que su doncella viera lo devastada que se encontraba con tantas perdidas, ausencias y tristezas, - amm si, ya estoy casi lista, prepara a los pequeños, me los llevaré – expresó mientras se levantaba con Ruggero en brazos que no deseaba por nada del mundo despegarse de su madre, - iremos a la Residencia Van Wijs, me acompañarás para que los vigiles – levantó a su niño entre sus brazos por encima de su cabeza y lo hizo reír, aquello sabía hacerle Ruggero, recordarlo la entristeció, pero no mudó su rostro, sino que forzó la sonrisa y por un segundo se perdió en los ojos de su hijo, y no fueron los del pequeño, sino los de su amado, una imagen vino a su cabeza, era su esposo, estaba vestido de forma diferente, su gesto era adusto, algo ensombrecido y recriminaba a una mujer, no podía entender que decían pero ninguno de los dos estaba realmente a gusto el uno con el otro.
La visión ,como llegó se fue y un dolor punzante en su cienes la hizo tambalear. Rannia llegó hasta ellos en segundos y capturó al pequeño en el aire, que tomaba ese movimiento como un juego y seguía riendo, Chiara se dejó caer suavemente y llevó una de sus manos a la sien derecha, respiró profundo para que el dolor remitiera, - ¿esta bien señora? - dijo la doncella mientras desde la casa corría, una Estella asustada por ver la escena desde lejos, - ¿que paso? - preguntó angustiada al llegar, - Nada, solo a sido un vahído, ya me siento mejor – dijo, la señora incorporándose con dificultad ayudada por el ama de llaves, - creo, que no debería ir a ver hoy a su amiga – recomendó la mujer con un cierto aire de reprocho, - tonterías, me siento bien y en unas horas estaremos de vuelta, para la cena – dijo sonriendo, - prepara algo suculento, que si llega esta noche el señor, tendrá mucho apetito – recalcó apretando el brazo de Estella con cariño, apoyándose mas en él, - si mi niña – sonrió con tristeza – pero no se demore, que el señor se enojará con nosotros si no la encuentra – dijo con voz un poco angustiada, sabía que no se enojaría con ellos pero si sufriría y no deseaba que su querido amo se entristeciera. Chiara besó sus mejillas, - prometo que volveremos a tiempo -.
Corradine Grimaldi- Humano Clase Alta
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Re: Descubrimientos que asombran - (Crystall)
Crystall despertó en brazos de Derek, mas sus pensamientos estaban dirigidos a otro hombre no un humano sino un inmortal... Violante Vilhjálmur el príncipe de los Países Bajos. La noche con el vampiro había sido inmemorable, por más que Crystall intentara ver a Derek como su esposo, como su amante, como un hombre; ya no podía, le era demasiado difícil. Volvía a ser su hermano y eso le deprimía, «¿qué es lo que sucederá?» era la pregunta que rondaba en su cabeza y que no se atrevía a responder. «Si tan sólo las cosas se resolvieran con el tiempo» Crystall ya había madurado y era consciente que sólo ella podía resolver las cosas, sus decisiones tenían consecuencias y tenía que aprender a vivir con ellas. -Príncipe mio ¿dónde estás en estos momentos?- pensó y también en la propuesta de él, entonces sintió una necesidad de hablar con alguien de todas sus preocupaciones, Dalma hacía varios días que ya no estaba y Chiara... «¿podrá comprender sus decisiones, será capaz de no juzgarla ni tacharla de una mujer impura pese a serlo para la sociedad hipócrita de la época?» esa era la incógnita, por eso no se atrevía a confesárselo a
Chiara pese a que ella si le confidenciaba sus pesares y alegrías.
Crystall se levantó completamente desnuda, su cuerpo olía a sexo ya que no se negaba a encamarse con su esposo, era su esposa, su amante aún lo era. Así Crystall lo había exigido y así tenía que seguir actuando «¿o no?» se bañó y en menos de una hora salió de la habitación con un hermoso vestido verde.
Caminó hasta los jardines y pidió a la servidumbre una tasa de té. Los Van Wijs ya habían despedido a toda la gente que antes servía a Derek y es que ya no eran los mismos luego del matrimonio entre ellos. La servidumbre sabían su parentesco y les parecía una abominación. Así que Crystall no tuvo más remedio que echarlos y contratar a nuevas personas que no preguntaran del pasado de ello y funcionó. Adón, un hombre de origen egipcio fungía de su mayordomo y había dado la orden a que Agnes una sirvienta fuera la indicada en llevarle el té de limón que tanto amaba Crystall.
Sentada en su silla de jardín vio a Edmund, su jardinero de un cuerpo envidiable y rostro atractivo, era un sobrenatural, posiblemente un licántropo. Pero sinceramente a ella no le importaba lo que era, a veces coqueteaban pero nunca lo consideró serio como para tener una aventura con él pese a que él si parecía tener interés en poseer el cuerpo de ella. Edmund quitaba las hojas rojas de los árboles, el otoño estaba por dejar a sus árboles sin hojas, ya hacía mucho frío por lo que la bruja había salido con unos guantes negros calientes.
Agnes le llevó el té, la ama dio las gracias y comenzó a beber con cuidado, odiaba quemarse. Entonces cuando estaba a media tasa decidió visitar a Chiara y desahogarse, no podía más. Se levantó y cuando se encaminó hacía donde el mayordomo para que hiciera preparar el coche se anunció la llegada del carruaje de los Rosso. Crystall sonrió de oreja a oreja y corrió a recibirlos.
Chiara pese a que ella si le confidenciaba sus pesares y alegrías.
Crystall se levantó completamente desnuda, su cuerpo olía a sexo ya que no se negaba a encamarse con su esposo, era su esposa, su amante aún lo era. Así Crystall lo había exigido y así tenía que seguir actuando «¿o no?» se bañó y en menos de una hora salió de la habitación con un hermoso vestido verde.
Caminó hasta los jardines y pidió a la servidumbre una tasa de té. Los Van Wijs ya habían despedido a toda la gente que antes servía a Derek y es que ya no eran los mismos luego del matrimonio entre ellos. La servidumbre sabían su parentesco y les parecía una abominación. Así que Crystall no tuvo más remedio que echarlos y contratar a nuevas personas que no preguntaran del pasado de ello y funcionó. Adón, un hombre de origen egipcio fungía de su mayordomo y había dado la orden a que Agnes una sirvienta fuera la indicada en llevarle el té de limón que tanto amaba Crystall.
Sentada en su silla de jardín vio a Edmund, su jardinero de un cuerpo envidiable y rostro atractivo, era un sobrenatural, posiblemente un licántropo. Pero sinceramente a ella no le importaba lo que era, a veces coqueteaban pero nunca lo consideró serio como para tener una aventura con él pese a que él si parecía tener interés en poseer el cuerpo de ella. Edmund quitaba las hojas rojas de los árboles, el otoño estaba por dejar a sus árboles sin hojas, ya hacía mucho frío por lo que la bruja había salido con unos guantes negros calientes.
Agnes le llevó el té, la ama dio las gracias y comenzó a beber con cuidado, odiaba quemarse. Entonces cuando estaba a media tasa decidió visitar a Chiara y desahogarse, no podía más. Se levantó y cuando se encaminó hacía donde el mayordomo para que hiciera preparar el coche se anunció la llegada del carruaje de los Rosso. Crystall sonrió de oreja a oreja y corrió a recibirlos.
Crystall Van Wijs- Hechicero Clase Alta
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Re: Descubrimientos que asombran - (Crystall)
Subió al coche que pertenecía a su marido con la insignia de la familia Rosso, el perfume masculino llegó a a sus sentidos y la añoranza por la ausencia de Ruggero. Recordó aquel primer viaje en ese coche, cuando él la había llevado a su hogar desde la Catedral, ese viaje desde el cual nunca mas se separaron, - bueno, no fue tan así – caviló pensando en la separación que vivieron cuando su esposo tuvo que ir a Italia y dejar la Inquisición. Cuando terminó de acomodarse contempló a Rannia que se encontraba sentada en el asiento contrario con los dos gemelos en el regazo, Mely y Ruggero, los pequeños aunque sanos y curiosos como siempre, se podía notar un cierto halo de tristeza. El corazón de Chiara dio un vuelco, pensando que la ausencia de su esposo comenzaba a afectarlos. Se retrepó en el asiento, dejó un pequeño paquete que llevaba como obsequio para Crystall y tomó a la pequeña Mely entre sus brazos, hacía días que su carita mostraba cuanto extrañaba a su papá, es que la relación de Ruggero con su hija era tan cercana, que esos días sin él estaban la afectando y Chiara tuvo miedo por la salud de su hija, - le preguntaré a Crystall que puedo hacer para que no sienta tanto su ausencia – se prometió, mientras arrullaba a la pequeña.
Cuando ésta se durmió, levantó su vista hasta encontrar unos ojos celestes profundos como el océano, los ojos de su amado que reproducidos en el rostro de su hijo la contemplaban como si intentaran sopesando lo que le estaba pasando a las mujeres de su familia. Le sonrió con ternura, - vamos querido, cambia esa cara, eres muy pequeño para preocuparte por las acciones de los mayores – el niño la observó con mayor atención aunque no dejó de tener esa expresión de preocupación – ¿porque parece un hombre en un cuerpo de niño? – se preguntó mientras posaba su vista en la de la cambiaformas. La muchacha la miró – no se preocupe, debe ser normal que los niños sean sensibles a lo que viven sus padres - dijo Rannia, temiendo importunar a su ama – cuando el señor regrese seguramente todo volverá a la normalidad – sonrió tímidamente y escondió su rostro tras la mantilla del pequeño.
El coche seguía su camino hacia la mansión Van Wijs, pronto llegarían no se encontraba tan distante y aunque hacía bastante que no se veían con Crystall el cariño y la amistad que habían forjado la llevaba a pensar todos los días en ella. No había querido molestarla con todos sus problemas, porque intuía que las cosas en el seno de la familia de Crystall no estaban del todo bien, - que lastima, y tan felices que se les veía – recordó el tiempo en que los observara por las calles de París demostrando su amor a los cuatro vientos, dándose besos y caricias sin que les importara el mundo, era cierto que ella sabía muy poco de esa relación, pero sí estaba segura que su amiga daría la vida por su amado, - al igual como yo lo haria - caviló – no he conocido enamorados mas unidos... bueno... tal vez... Girolamo y Maryeva... pero que destino trágico – recapacitó mirando por la ventanilla las casas de hermosa arquitectura, que le referían la pronta llegada.
Cuando el vehículo arribó finalmente a la mansión apenas descender, Crystall corría hacia ella, Chiara contempló a su amiga extendiendo sus brazos y fundiéndose en un abrazo, se aferró al cuerpo de la bruja y sin poder mas dejó que el llanto saliera, - amiga, no sabes cuanto te he necesitado – se apartó un poco de ella, consternada por el poco dominio de los sentimientos, pero todo lo vivido le estaba pesando demasiado en el alma.
Cuando ésta se durmió, levantó su vista hasta encontrar unos ojos celestes profundos como el océano, los ojos de su amado que reproducidos en el rostro de su hijo la contemplaban como si intentaran sopesando lo que le estaba pasando a las mujeres de su familia. Le sonrió con ternura, - vamos querido, cambia esa cara, eres muy pequeño para preocuparte por las acciones de los mayores – el niño la observó con mayor atención aunque no dejó de tener esa expresión de preocupación – ¿porque parece un hombre en un cuerpo de niño? – se preguntó mientras posaba su vista en la de la cambiaformas. La muchacha la miró – no se preocupe, debe ser normal que los niños sean sensibles a lo que viven sus padres - dijo Rannia, temiendo importunar a su ama – cuando el señor regrese seguramente todo volverá a la normalidad – sonrió tímidamente y escondió su rostro tras la mantilla del pequeño.
El coche seguía su camino hacia la mansión Van Wijs, pronto llegarían no se encontraba tan distante y aunque hacía bastante que no se veían con Crystall el cariño y la amistad que habían forjado la llevaba a pensar todos los días en ella. No había querido molestarla con todos sus problemas, porque intuía que las cosas en el seno de la familia de Crystall no estaban del todo bien, - que lastima, y tan felices que se les veía – recordó el tiempo en que los observara por las calles de París demostrando su amor a los cuatro vientos, dándose besos y caricias sin que les importara el mundo, era cierto que ella sabía muy poco de esa relación, pero sí estaba segura que su amiga daría la vida por su amado, - al igual como yo lo haria - caviló – no he conocido enamorados mas unidos... bueno... tal vez... Girolamo y Maryeva... pero que destino trágico – recapacitó mirando por la ventanilla las casas de hermosa arquitectura, que le referían la pronta llegada.
Cuando el vehículo arribó finalmente a la mansión apenas descender, Crystall corría hacia ella, Chiara contempló a su amiga extendiendo sus brazos y fundiéndose en un abrazo, se aferró al cuerpo de la bruja y sin poder mas dejó que el llanto saliera, - amiga, no sabes cuanto te he necesitado – se apartó un poco de ella, consternada por el poco dominio de los sentimientos, pero todo lo vivido le estaba pesando demasiado en el alma.
Corradine Grimaldi- Humano Clase Alta
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Re: Descubrimientos que asombran - (Crystall)
Con cariño acarició el largo rizado cabello de su amiga y le transmitió cálida energía para serenar ese llanto.
Cuando Chiara se reincorporó Crystall le dedicó una sonrisa tierna. —¿Mis angelitos te acompañan?— dijo Crystall y al tener la confirmación de Chiara con una sonrisa, la bruja la tomó de las manos, —ven, que traigan a los pequeños más tarde que yo también quiero decirte algo— dijo seria y se dio cuenta de una nueva presencia, del coche bajaba una jovencilla con un aura sobrenatural... «¿acaso es una cambiaformas?» no estaba segura Crystall pero sí venía con Chiara entonces la trataría como su amiga.
Tomadas de las manos caminaron al jardín, —Chiara lamento no haber ido a verte pronto y más por lo que estás pasando, me siento como una mala amiga— Crystall no miraba a Chiara, su expresión era triste así como su voz, —Pero mi matrimonio se está desmoronando... he deshonrado a Derek y nuestra misma unión es un pecado— cuando terminó la oración ya habían llegado, Crystall le soltó la mano y se sentó, luego con un gesto en la mano le extendió la invitación a Chiara que hizo lo mismo.
La bruja le sonrió levemente, —¿cómo has estado amiga?, seguro me odiarás por no haber ido a verte y mucho más por tener esa noticia que tu servidumbre no te da— la seriedad en su rostro regresó y Chiara mudo de expresión.
—Ruggero vino a verme después de que Cammy White...— ella misma se interrumpió luego de que los pequeños llegarán y fueran puesto en el jardín, Crystall quedó perpleja al ver el aura fuerte del pequeño Ruggero. Su cuerpo se estremeció y se levantó, miró a Chiara y en ella también vio una aura, fuerte, agresiva e indisciplinada, estaba enojada de eso no cabía la menor duda, los fantasmas que rodeaban a Crystall y de hecho se hallaban en todo el jardín se alteraron.
—¿Qué es lo que has hecho Chiara... qué es lo que te hicieron?— dijo, las almas formaron un remolino en el mundo espiritual pues Crystall no permitió que se manifestaran físicamente en el mundo real, sin embargo, los cabellos de la bruja danzaban. Crystall sabía que no había vendido su alma por poderes o algo similar, así como no había sido víctima de un inmortal pues el sol estaba en lo más alto, su aura no era licantropía. Fue entonces que Crystall recordó aquel día en el que nacieran los pequeños, aquel día en el que conoció a la bruja Giulia. «¿Pero por qué se manifestó el poder en Chiara después de tantos tiempos... y eso era posible?» Todo podía ser.
Poco a poco las almas dejaron de inquietarse, los cabellos cortos de Crystall regresaron a sus hombros y ella se arrodilló frente a Chiara y le tomó las manos. —Preguntame todo lo que quieras, que yo todo te lo diré— le dijo con una sonrisa y le besó ambas manos.
Cuando Chiara se reincorporó Crystall le dedicó una sonrisa tierna. —¿Mis angelitos te acompañan?— dijo Crystall y al tener la confirmación de Chiara con una sonrisa, la bruja la tomó de las manos, —ven, que traigan a los pequeños más tarde que yo también quiero decirte algo— dijo seria y se dio cuenta de una nueva presencia, del coche bajaba una jovencilla con un aura sobrenatural... «¿acaso es una cambiaformas?» no estaba segura Crystall pero sí venía con Chiara entonces la trataría como su amiga.
Tomadas de las manos caminaron al jardín, —Chiara lamento no haber ido a verte pronto y más por lo que estás pasando, me siento como una mala amiga— Crystall no miraba a Chiara, su expresión era triste así como su voz, —Pero mi matrimonio se está desmoronando... he deshonrado a Derek y nuestra misma unión es un pecado— cuando terminó la oración ya habían llegado, Crystall le soltó la mano y se sentó, luego con un gesto en la mano le extendió la invitación a Chiara que hizo lo mismo.
La bruja le sonrió levemente, —¿cómo has estado amiga?, seguro me odiarás por no haber ido a verte y mucho más por tener esa noticia que tu servidumbre no te da— la seriedad en su rostro regresó y Chiara mudo de expresión.
—Ruggero vino a verme después de que Cammy White...— ella misma se interrumpió luego de que los pequeños llegarán y fueran puesto en el jardín, Crystall quedó perpleja al ver el aura fuerte del pequeño Ruggero. Su cuerpo se estremeció y se levantó, miró a Chiara y en ella también vio una aura, fuerte, agresiva e indisciplinada, estaba enojada de eso no cabía la menor duda, los fantasmas que rodeaban a Crystall y de hecho se hallaban en todo el jardín se alteraron.
—¿Qué es lo que has hecho Chiara... qué es lo que te hicieron?— dijo, las almas formaron un remolino en el mundo espiritual pues Crystall no permitió que se manifestaran físicamente en el mundo real, sin embargo, los cabellos de la bruja danzaban. Crystall sabía que no había vendido su alma por poderes o algo similar, así como no había sido víctima de un inmortal pues el sol estaba en lo más alto, su aura no era licantropía. Fue entonces que Crystall recordó aquel día en el que nacieran los pequeños, aquel día en el que conoció a la bruja Giulia. «¿Pero por qué se manifestó el poder en Chiara después de tantos tiempos... y eso era posible?» Todo podía ser.
Poco a poco las almas dejaron de inquietarse, los cabellos cortos de Crystall regresaron a sus hombros y ella se arrodilló frente a Chiara y le tomó las manos. —Preguntame todo lo que quieras, que yo todo te lo diré— le dijo con una sonrisa y le besó ambas manos.
Crystall Van Wijs- Hechicero Clase Alta
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Re: Descubrimientos que asombran - (Crystall)
Entró a la mansión junto con su amiga, la observaba y cada vez la admiraba mas, Crystall era una mujer fuerte, segura de si misma y poseedora de unos dones que para cualquier mortal podrían ser una carga muy pesada. Su amiga al llegar al salón desde donde se podía observar un hermoso jardín, gracias a unos magníficos ventanales, amplios y luminoso, se sentó en un sillón invitándola a ponerse cómoda.
Necesitaban estar a solas y ponerse al corriente de todas las situaciones vividas, cuanto la había necesitado. Los nuevos poderes de Chiara le provocaban sensaciones muy extrañas. Al abrazar a su amiga una imagen vino a su mente, un hombre de tez muy pálida, cabellos oscuros, lacios y ojos fríos, casi malvados. Esa visión tan rápido como había llegado se esfumó al terminar el contacto entre las amigas.
Cuando Crystall le contó que la relación entre Dereck y ella no estaba bien y que ella había sido la responsable, Chiara se apesadumbró, porque no sabía el origen, pero estaba casi segura de que su amiga no había sido la única que estaba fallando en esa unión. - no te eches la culpa amiga – dijo suavemente – cuando en una relación las cosas no funcionan, es por culpa de los dos, no de una sola persona – dijo mientras, sentada al lado de la bruja, sonriendole con tristeza y resignación, ya que pensaba en su propia pareja, - si Ruggero abandonó nuestro hogar, fue por mi culpa también, no solo por él – caviló intentando retener las lagrimas.
- Pues, en verdad amiga, no he estado bien, desde esa madrugada en que escuché la noticia de la muerte de Giro y Mary, verdaderamente fue devastador – le respondió poniendo su delicada mano sobre la de la mujer. Nuevamente las imágenes la asaltaron, esta vez vio a su esposo entrando en la misma habitación en donde se encontraban, al verlo tan vivido, como si estuviera con ellas, soltó la mano de forma un poco brusca, Crystall hablaba de noticias que su servidumbre no le daba, de la visita de su esposo a la mansión Van Wijs. De los labios de su entrañable amiga surgió el nombre de la asesina de su hermano, toda la piel se le erizó, sentimientos cargados de rencor e ira se fueron apoderando de ella, - ¿porqué nombras a esa mujer, acaso la conoces? - dijo olvidándose que alguna vez su amiga le había contado que esa misma inquisidora había intentado asesinar a Dereck.
En el jardín Ruggero y Mely jugaban al cuidado de Rannia, en el césped sobre una manta de viaje. Nadie sabía que en verdad, no volverían a la mansión Rosso, que luego de esa breve visita a su amiga, Chiara pensaba viajar a Venecia, hablar con Giulia y luego asentarse sola en las tierras que fueron de su hermano Girolamo en Roma. Había tomado la decisión de abandonar definitivamente a Ruggero, - ya que para él no somos importantes, y su relación con la asesina de mi hermano es mas fuerte, pues ya ha decidido – concluyó mentalmente, mientras la ira y la angustia que llenaban su corazón encendían sus ojos azul grisáceos.
Su amiga, se había quedado observando al pequeño Ruggero, parada junto a ella – ¿en que momento se levantó? - se dijo Chiara, dándose cuenta que se había perdido en sus pensamientos. La transformación de su amiga la asustó un poco la última vez que la vio así, había sido cunado se presentó en la mansión Rosso y hablaron sobre su tataratiaabuela Giulia “Aspid” como la llamaban por ser en verdad una asesina silenciosa y mortal. Supo inmediatamente que Crystall sabía que algo en ella había cambiado, y tranquilamente le sonrió – no te preocupes, solo necesito me ayudes a entender y a saber utilizarlos – le dijo tomándola de la mano y acariciando sus cabellos cuando ésta se acuclilló delante de ella, - solo confío en ti – aseveró con gesto adusto, - por eso, explícame que hacía Ruggero en esta casa, en vez de hablar conmigo – sus pupilas fulguraron, no por que estuviera enojada con su amiga, pero si lo estaba con Ruggero.
Necesitaban estar a solas y ponerse al corriente de todas las situaciones vividas, cuanto la había necesitado. Los nuevos poderes de Chiara le provocaban sensaciones muy extrañas. Al abrazar a su amiga una imagen vino a su mente, un hombre de tez muy pálida, cabellos oscuros, lacios y ojos fríos, casi malvados. Esa visión tan rápido como había llegado se esfumó al terminar el contacto entre las amigas.
Cuando Crystall le contó que la relación entre Dereck y ella no estaba bien y que ella había sido la responsable, Chiara se apesadumbró, porque no sabía el origen, pero estaba casi segura de que su amiga no había sido la única que estaba fallando en esa unión. - no te eches la culpa amiga – dijo suavemente – cuando en una relación las cosas no funcionan, es por culpa de los dos, no de una sola persona – dijo mientras, sentada al lado de la bruja, sonriendole con tristeza y resignación, ya que pensaba en su propia pareja, - si Ruggero abandonó nuestro hogar, fue por mi culpa también, no solo por él – caviló intentando retener las lagrimas.
- Pues, en verdad amiga, no he estado bien, desde esa madrugada en que escuché la noticia de la muerte de Giro y Mary, verdaderamente fue devastador – le respondió poniendo su delicada mano sobre la de la mujer. Nuevamente las imágenes la asaltaron, esta vez vio a su esposo entrando en la misma habitación en donde se encontraban, al verlo tan vivido, como si estuviera con ellas, soltó la mano de forma un poco brusca, Crystall hablaba de noticias que su servidumbre no le daba, de la visita de su esposo a la mansión Van Wijs. De los labios de su entrañable amiga surgió el nombre de la asesina de su hermano, toda la piel se le erizó, sentimientos cargados de rencor e ira se fueron apoderando de ella, - ¿porqué nombras a esa mujer, acaso la conoces? - dijo olvidándose que alguna vez su amiga le había contado que esa misma inquisidora había intentado asesinar a Dereck.
En el jardín Ruggero y Mely jugaban al cuidado de Rannia, en el césped sobre una manta de viaje. Nadie sabía que en verdad, no volverían a la mansión Rosso, que luego de esa breve visita a su amiga, Chiara pensaba viajar a Venecia, hablar con Giulia y luego asentarse sola en las tierras que fueron de su hermano Girolamo en Roma. Había tomado la decisión de abandonar definitivamente a Ruggero, - ya que para él no somos importantes, y su relación con la asesina de mi hermano es mas fuerte, pues ya ha decidido – concluyó mentalmente, mientras la ira y la angustia que llenaban su corazón encendían sus ojos azul grisáceos.
Su amiga, se había quedado observando al pequeño Ruggero, parada junto a ella – ¿en que momento se levantó? - se dijo Chiara, dándose cuenta que se había perdido en sus pensamientos. La transformación de su amiga la asustó un poco la última vez que la vio así, había sido cunado se presentó en la mansión Rosso y hablaron sobre su tataratiaabuela Giulia “Aspid” como la llamaban por ser en verdad una asesina silenciosa y mortal. Supo inmediatamente que Crystall sabía que algo en ella había cambiado, y tranquilamente le sonrió – no te preocupes, solo necesito me ayudes a entender y a saber utilizarlos – le dijo tomándola de la mano y acariciando sus cabellos cuando ésta se acuclilló delante de ella, - solo confío en ti – aseveró con gesto adusto, - por eso, explícame que hacía Ruggero en esta casa, en vez de hablar conmigo – sus pupilas fulguraron, no por que estuviera enojada con su amiga, pero si lo estaba con Ruggero.
Corradine Grimaldi- Humano Clase Alta
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Re: Descubrimientos que asombran - (Crystall)
Crystall desvió su mirada a donde estaba el pequeño Ruggero, meditó antes de responder y también visualizó aquella mañana en la que el ex inquisidor había ido a buscarla, a pedirle su ayuda en lo que era un abrumador problema. Aquel día Derek no estaba lo que no era novedad por lo que fue la bruja quien tuvo que atenderlo.
—Cammy White es una letal inquisidora, alguna vez buscó asesinarnos porque Derek y yo somos...— se detuvo y es que Crystall ya no estaba convencida de que confesarle la verdad del matrimonio Van Wijs a su amiga fuera buena idea. —Brujos, la derroté en una calle parisiense no muy lejos de aquí y me enteré de que ella fue alguna vez alumna de Ruggero así como que es llamada Killer Bee. Ella es el eje de lo que motivo a Ruggero a irse— Crystall se puso seria dejando que Chiara liberara sus emociones lo que sin duda había sido un error.
—Ruggero me habló de la muerte de tu hermano y su esposa, también me contó del viaje que hizo a Italia para confirmar la muerte y hablar con tu hermana. Me dijo que te pidió que no abandonaras el hogar y cuando regresó no estabas ni tu ni los niños lo que según él lo derrumbó, sin embargo, no tuvo tiempo para recuperarse pues ese mismo día lo visitó la maldita Killer Bee, tuvieron una discusión y ella le entregó la orden de la iglesia donde se dictaba sentencia de muerte a tu hermano y su esposa, pero no sólo era eso...— la joven bruja hizo una pausa, no porque olvidara lo que continuaba sino más bien porque sabía que tenía que hacerlo.
—Chiara, la situación es más compleja de lo que piensas, lo siguiente es lo más pesado y espero puedas guardar el control— se detuvo para suspirar y volvió a desviar la mirada unos instantes, luego regresó la mirada a su amiga. —La verdadera razón de que Killer Bee lo visitara era para darle la noticia de que el inquisidor Hayden Vaggö había muerto en una emboscada organizada por la Alianza y lo peor es que culpaba a Giulia por ser complice argumentando que semanas antes había participado en un robo que se hizo en la catedral, la acusó de no contarle a Hayden, de entregarlo a la Alianza... Y yo te puedo decir que Giulia sí participó en aquel robo, lo sabía pero no sé porque no se lo dijo a Hayden, porque no lo detuvo para que no asistiera a lo que sería su muerte, yo desconocía lo que la Alianza tenía preparado pero no puedo asegurarte de que Giulia no lo sabía. Killer Bee pidió a Ruggero que diera la noticia a Giulia de que ya era viuda y la presentara en el entierro y después la ocultara de la iglesia porque Killer Bee se encargaría de matarla si resultaba culpable...— volvió a detenerse, esta vez tomó la taza de te y dio un par de sorbos.
—Pero la situación no terminaba ahí, Killer Bee le confesó que Maryeva había dado a luz a una niña y ahora ella se había hecho responsable de la niña, se encargaría de educarla y la dejaría bajo la protección de la inquisición. Fue entonces que alumno y maestro se enfrentaron y Killer Bee hirió a Ruggero en el omóplato derecho, la bala mortal y envenenada derribó a Ruggero pero no lo mató. Cuando se recuperó un poco Killer Bee ya se había ido y él se dispuso a seguirla dio instrucciones a su servidumbre de no contarte nada y de asegurarse que no salieras de Paris. Pero Ruggero sabía que moriría si no se atendía el veneno así que vino a verme, lo curé y me lo dijo todo, iría a poner a salvo a Giulia, matar a Killer Bee y traer a la niña de tu hermano y Maryeva, intenté persuadirlo pero no pude entonces me hizo prometerle algo...— Crystall hizo una última pausa, los pequeños estaban distraídos, ella puso en la mesa de jardín y se levantó. —Me pidió que me asegurara que no dejarás París, me pidió que te protegiera si Killer Bee regresaba y Chiara es algo que pienso hacer, no dejaré que te vayas y pongas en riesgo a los niños, corres peligro y ahora que tu hijo ha manifestado sus dones como brujo la inquisición estará más al pendiente de ti y tu familia, la mansión Rosso es lo más seguro que tienes— dijo aunque ella sabía que la mansión Van Wijs era aún más segura, allí podría protegerla al tiempo completo, sin embargo, no se podía permitir que Chiara conociera a Violante, al príncipe de los Países Bajos que había prometido regresar.
—Cammy White es una letal inquisidora, alguna vez buscó asesinarnos porque Derek y yo somos...— se detuvo y es que Crystall ya no estaba convencida de que confesarle la verdad del matrimonio Van Wijs a su amiga fuera buena idea. —Brujos, la derroté en una calle parisiense no muy lejos de aquí y me enteré de que ella fue alguna vez alumna de Ruggero así como que es llamada Killer Bee. Ella es el eje de lo que motivo a Ruggero a irse— Crystall se puso seria dejando que Chiara liberara sus emociones lo que sin duda había sido un error.
—Ruggero me habló de la muerte de tu hermano y su esposa, también me contó del viaje que hizo a Italia para confirmar la muerte y hablar con tu hermana. Me dijo que te pidió que no abandonaras el hogar y cuando regresó no estabas ni tu ni los niños lo que según él lo derrumbó, sin embargo, no tuvo tiempo para recuperarse pues ese mismo día lo visitó la maldita Killer Bee, tuvieron una discusión y ella le entregó la orden de la iglesia donde se dictaba sentencia de muerte a tu hermano y su esposa, pero no sólo era eso...— la joven bruja hizo una pausa, no porque olvidara lo que continuaba sino más bien porque sabía que tenía que hacerlo.
—Chiara, la situación es más compleja de lo que piensas, lo siguiente es lo más pesado y espero puedas guardar el control— se detuvo para suspirar y volvió a desviar la mirada unos instantes, luego regresó la mirada a su amiga. —La verdadera razón de que Killer Bee lo visitara era para darle la noticia de que el inquisidor Hayden Vaggö había muerto en una emboscada organizada por la Alianza y lo peor es que culpaba a Giulia por ser complice argumentando que semanas antes había participado en un robo que se hizo en la catedral, la acusó de no contarle a Hayden, de entregarlo a la Alianza... Y yo te puedo decir que Giulia sí participó en aquel robo, lo sabía pero no sé porque no se lo dijo a Hayden, porque no lo detuvo para que no asistiera a lo que sería su muerte, yo desconocía lo que la Alianza tenía preparado pero no puedo asegurarte de que Giulia no lo sabía. Killer Bee pidió a Ruggero que diera la noticia a Giulia de que ya era viuda y la presentara en el entierro y después la ocultara de la iglesia porque Killer Bee se encargaría de matarla si resultaba culpable...— volvió a detenerse, esta vez tomó la taza de te y dio un par de sorbos.
—Pero la situación no terminaba ahí, Killer Bee le confesó que Maryeva había dado a luz a una niña y ahora ella se había hecho responsable de la niña, se encargaría de educarla y la dejaría bajo la protección de la inquisición. Fue entonces que alumno y maestro se enfrentaron y Killer Bee hirió a Ruggero en el omóplato derecho, la bala mortal y envenenada derribó a Ruggero pero no lo mató. Cuando se recuperó un poco Killer Bee ya se había ido y él se dispuso a seguirla dio instrucciones a su servidumbre de no contarte nada y de asegurarse que no salieras de Paris. Pero Ruggero sabía que moriría si no se atendía el veneno así que vino a verme, lo curé y me lo dijo todo, iría a poner a salvo a Giulia, matar a Killer Bee y traer a la niña de tu hermano y Maryeva, intenté persuadirlo pero no pude entonces me hizo prometerle algo...— Crystall hizo una última pausa, los pequeños estaban distraídos, ella puso en la mesa de jardín y se levantó. —Me pidió que me asegurara que no dejarás París, me pidió que te protegiera si Killer Bee regresaba y Chiara es algo que pienso hacer, no dejaré que te vayas y pongas en riesgo a los niños, corres peligro y ahora que tu hijo ha manifestado sus dones como brujo la inquisición estará más al pendiente de ti y tu familia, la mansión Rosso es lo más seguro que tienes— dijo aunque ella sabía que la mansión Van Wijs era aún más segura, allí podría protegerla al tiempo completo, sin embargo, no se podía permitir que Chiara conociera a Violante, al príncipe de los Países Bajos que había prometido regresar.
Crystall Van Wijs- Hechicero Clase Alta
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Re: Descubrimientos que asombran - (Crystall)
Cada frase que Crystall decía, era un golpe en el alma de Chiara, nadie solo ella podía entender lo que experimentaba, una sensación como si le desgarraran el alma. Tal si fuera alguno de los instrumentos de torturas de la organización a la cual Ruggero había pertenecido durante tantos años.
Las escenas se representaban, vividas, duras, en su mente, como si pudiera experimentar los sentimientos de los que allí se encontraban. Pensó en su esposo, en la soledad que habría experimentado cuando ella se llevó los niños a la mansión de su hermano, sin siquiera consultarle. Bajó la mirada porque se sentía culpable, lo había hecho, como hacía las cosas la mayoría de las veces, - sin pensarlo – se lamento. Esa mañana, luego que su amado partiera con el viejo mayordomo de Girolamo, ella había pedido que vistieran a los niños y se los llevaran a la Mansión Aude, - por Dios, los puse en peligro – pensó, con su mirada se centraba en los pequeños que jugaban en la manta que cubría el césped.
Tocaba con sus dedos la suave mano de la bruja y ese leve contacto le permitió ver todo lo que la bruja relataba, a su esposo, con el cuerpo sudoroso por la fiebre provocada por el veneno, llegando a la mansión de la bruja, suplicando a su antigua rival que lo salvara de una muerte segura, solo para ponerlos a ellos a buen resguardo. Cerró los ojos pero aun así la imagen no desaparecía. Escuchó las dos voces, la melodiosa y femenina voz de Crystall y la de su amado, fuerte y masculina, que le relataba lo que había pasado, como si se lo dijera a ella. Cuanto deseó haber estado, cuidar de él, secar su sudor, besar sus heridas, las lagrimas caían sin que ella pudiera detenerlas.
Toda aquella información la estaba volviendo loca, las sensaciones, las imágenes, la voz de su amado, verlo herido a un paso de la muerte, simplemente la hundieron en un abismo del que le costaba poder asirse de algo para no morir. Deseó volver el tiempo atrás, quedarse en esa mansión esperando a su esposo hasta que regresara, y le explicara todo. Pero no podía, debía ser una Di Moncalieri, debía tomar las decisiones necesarias para vengar la muerte del Conde, para afianzar la seguridad del heredero de ese titulo, su hijo, que ahora ademas de ser perseguido por nobles codicioso, sería una jugosa presa para una asesina como Killer Bee, - pero no te será tan fácil – dijo mentalmente lanzando una maldición hacia esa inquisidora, - antes que puedas hacernos daño, te convertirás en tu peor pesadilla – susurró mientras sus ojos se abrían e inspiraba tratando de encontrar paz.
Cuando su amiga terminó de contarle todo, ella temblaba, sus ojos estaban arrasados por las lagrimas, y el arrepentimiento. Le fue muy difícil soltar el contacto que la unía con la bruja porque la imagen de su amado desaparecía con cada milímetro que se alejaba de ella. Hacía tanto tiempo que no veía a su amado que esa imagen le ayudaba a sobrevivir.
Crystall se había acomodado en su asiento y tomaba su te, mientras le decía que debía volver a la mansión, y hacer lo que Ruggero le había pedido. Chiara asintió con la cabeza, tomó la taza de té delicadamente y se la acercó a sus labios, de sus ojos cayeron gruesas lagrimas, mezclandose con el liquido y lo bebió. Su mente estaba lejos, intentando comprender todo lo que Crystall le relatara. Cuando logró serenarse un poco, y colocó la delicada porcelana en la mesa del jardín, Chiara la enfrentó. Con sus ojos grises azulados, como siempre se le coloreaban cuando la angustia la ahogaba, contempló el bello rostro de su amiga. Intuía que no le revelaba todo, pero sabía que todo lo dicho sobre su amado y familia era cierto, por eso cuando pudo contener las lagrimas, le habló.
- Tu, mejor que nadie sabes que si hay una culpable para decir que Giulia estuvo metida en la Alianza... fui yo – hizo un silencio mientras intentaba aclarar las ideas – no creo que Giulia haya siquiera sabido del peligro al cual se exponía, su esposo en la trágica misión,- acarició sus propias manos intentando darse valor, - Cuando tuvieron esa misión de la que hablas y en la cual participaste, fue Giulia quien quedó muy mal herida, nadie, ni siquiera tu, la socorrió – no la miró con reproche, pero le dolía saber que ella su amiga no había cuidado de su pequeña Giulia - y si no fuera por sus propios medios ella nunca hubiera llegado siquiera a salir de ese lugar – Cocimo le había contado todo lo sucedido en los días que estuvo en la mansión tras la muerte de Girolamo – solo el viejo sirviente de mi familia y Emilia, una mujer que vive cerca de donde Giulia solía ir a practicar, la auxiliaron y curaron – sus manos se crisparon pensando en el dolor de su hermana, en el terror al pensar que podía ser descubierta por el hombre que amaba, y al que consideraba que nunca la aceptaría por su condición de Bastarda. - Sabes, es fácil juzgar a las personas, decir que Giulia ocultaba verdades que podían modificar la vida de otros, o perder el amor de un ser querido si éste descubría ese secreto – hizo una pausa y miró a su amiga a los ojos – todos escondemos secretos... ¿ no es verdad Crystall? ¿O a caso tu no lo haces? - sonrió con tristeza, - el miedo mas grande que tuvo Giulia fue que su amado descubriera que era una bastarda, ¿crees que él no sabía que pertenecía a la alianza? ¿Acaso no sabías que se conocieron en una emboscada que la inquisición tendió sobre Hayden, y que sin piedad Giulia mató a un numero considerable de Inquisidores delante de aquel hombre? - volvió a observar el rostro de su amiga – creo que las verdades se sobre entendían entre ellos y estoy segura que ella debe haberle suplicado que no viajara a Paris, es mas, algo debe haber pasado para que no se presentara ella misma, en esa redada y defendiera nuevamente al hombre que amaba – Se ahogó por la angustia de pensar en su hermana pequeña.
Se levantó y caminó hasta afirmarse en una de las arcadas que conectaban la sala al jardín, en silencio contempló a sus niños, los ojos inquisidores de Ruggero la miraron y ella le sonrió mientras le soplaba un beso, sonrió por un segundo y se abrazó porque un escalofrió le recorrió la espalda. Giró buscando el lugar donde la bruja seguí sentada y apoyando su espalda y cabeza en la pared helada de la arcada prosiguió hablando, - no sabes la desesperación que siento, la impotencia, la necesidad de verles – se frotó los antebrazos intentando darse calor, - Amiga – dijo observando con amor el rostro de su hermana del alma – debes cumplir la promesa que le hiciste a mi amado – dijo, acercándose a donde se encontraba la bruja. Poniéndose de rodillas frente a ella – Crystall, no puedo dejar de ir a Italia... mi hermana me necesita... ¿lo entiendes verdad? - le acarició la mejilla, - solo te pido que no me detengas y cuides de mis hijos. Emprenderé el viaje lo antes posible y no volveré a la mansión – apretó con suavidad pero también con firmeza la mano de su amiga, - Giulia me necesita, no la dejaré sola, y menos sabiendo que esa maldita asesina la puede buscar – aun manteniendo apretada la mano de su amiga con una mano, con la otra le atrajo el rostro hasta estar muy cerca como si la fuera a besarle en la mejilla – te suplico, me ayudes a encontrar la forma de recuperar lo que me han quitado, mi sobrina, es todo lo que me queda de mi hermano y ese monstruo la tiene secuestrada – dejó caer su cabeza en el regazo de su amiga, verdaderamente estaba devastada.
Las escenas se representaban, vividas, duras, en su mente, como si pudiera experimentar los sentimientos de los que allí se encontraban. Pensó en su esposo, en la soledad que habría experimentado cuando ella se llevó los niños a la mansión de su hermano, sin siquiera consultarle. Bajó la mirada porque se sentía culpable, lo había hecho, como hacía las cosas la mayoría de las veces, - sin pensarlo – se lamento. Esa mañana, luego que su amado partiera con el viejo mayordomo de Girolamo, ella había pedido que vistieran a los niños y se los llevaran a la Mansión Aude, - por Dios, los puse en peligro – pensó, con su mirada se centraba en los pequeños que jugaban en la manta que cubría el césped.
Tocaba con sus dedos la suave mano de la bruja y ese leve contacto le permitió ver todo lo que la bruja relataba, a su esposo, con el cuerpo sudoroso por la fiebre provocada por el veneno, llegando a la mansión de la bruja, suplicando a su antigua rival que lo salvara de una muerte segura, solo para ponerlos a ellos a buen resguardo. Cerró los ojos pero aun así la imagen no desaparecía. Escuchó las dos voces, la melodiosa y femenina voz de Crystall y la de su amado, fuerte y masculina, que le relataba lo que había pasado, como si se lo dijera a ella. Cuanto deseó haber estado, cuidar de él, secar su sudor, besar sus heridas, las lagrimas caían sin que ella pudiera detenerlas.
Toda aquella información la estaba volviendo loca, las sensaciones, las imágenes, la voz de su amado, verlo herido a un paso de la muerte, simplemente la hundieron en un abismo del que le costaba poder asirse de algo para no morir. Deseó volver el tiempo atrás, quedarse en esa mansión esperando a su esposo hasta que regresara, y le explicara todo. Pero no podía, debía ser una Di Moncalieri, debía tomar las decisiones necesarias para vengar la muerte del Conde, para afianzar la seguridad del heredero de ese titulo, su hijo, que ahora ademas de ser perseguido por nobles codicioso, sería una jugosa presa para una asesina como Killer Bee, - pero no te será tan fácil – dijo mentalmente lanzando una maldición hacia esa inquisidora, - antes que puedas hacernos daño, te convertirás en tu peor pesadilla – susurró mientras sus ojos se abrían e inspiraba tratando de encontrar paz.
Cuando su amiga terminó de contarle todo, ella temblaba, sus ojos estaban arrasados por las lagrimas, y el arrepentimiento. Le fue muy difícil soltar el contacto que la unía con la bruja porque la imagen de su amado desaparecía con cada milímetro que se alejaba de ella. Hacía tanto tiempo que no veía a su amado que esa imagen le ayudaba a sobrevivir.
Crystall se había acomodado en su asiento y tomaba su te, mientras le decía que debía volver a la mansión, y hacer lo que Ruggero le había pedido. Chiara asintió con la cabeza, tomó la taza de té delicadamente y se la acercó a sus labios, de sus ojos cayeron gruesas lagrimas, mezclandose con el liquido y lo bebió. Su mente estaba lejos, intentando comprender todo lo que Crystall le relatara. Cuando logró serenarse un poco, y colocó la delicada porcelana en la mesa del jardín, Chiara la enfrentó. Con sus ojos grises azulados, como siempre se le coloreaban cuando la angustia la ahogaba, contempló el bello rostro de su amiga. Intuía que no le revelaba todo, pero sabía que todo lo dicho sobre su amado y familia era cierto, por eso cuando pudo contener las lagrimas, le habló.
- Tu, mejor que nadie sabes que si hay una culpable para decir que Giulia estuvo metida en la Alianza... fui yo – hizo un silencio mientras intentaba aclarar las ideas – no creo que Giulia haya siquiera sabido del peligro al cual se exponía, su esposo en la trágica misión,- acarició sus propias manos intentando darse valor, - Cuando tuvieron esa misión de la que hablas y en la cual participaste, fue Giulia quien quedó muy mal herida, nadie, ni siquiera tu, la socorrió – no la miró con reproche, pero le dolía saber que ella su amiga no había cuidado de su pequeña Giulia - y si no fuera por sus propios medios ella nunca hubiera llegado siquiera a salir de ese lugar – Cocimo le había contado todo lo sucedido en los días que estuvo en la mansión tras la muerte de Girolamo – solo el viejo sirviente de mi familia y Emilia, una mujer que vive cerca de donde Giulia solía ir a practicar, la auxiliaron y curaron – sus manos se crisparon pensando en el dolor de su hermana, en el terror al pensar que podía ser descubierta por el hombre que amaba, y al que consideraba que nunca la aceptaría por su condición de Bastarda. - Sabes, es fácil juzgar a las personas, decir que Giulia ocultaba verdades que podían modificar la vida de otros, o perder el amor de un ser querido si éste descubría ese secreto – hizo una pausa y miró a su amiga a los ojos – todos escondemos secretos... ¿ no es verdad Crystall? ¿O a caso tu no lo haces? - sonrió con tristeza, - el miedo mas grande que tuvo Giulia fue que su amado descubriera que era una bastarda, ¿crees que él no sabía que pertenecía a la alianza? ¿Acaso no sabías que se conocieron en una emboscada que la inquisición tendió sobre Hayden, y que sin piedad Giulia mató a un numero considerable de Inquisidores delante de aquel hombre? - volvió a observar el rostro de su amiga – creo que las verdades se sobre entendían entre ellos y estoy segura que ella debe haberle suplicado que no viajara a Paris, es mas, algo debe haber pasado para que no se presentara ella misma, en esa redada y defendiera nuevamente al hombre que amaba – Se ahogó por la angustia de pensar en su hermana pequeña.
Se levantó y caminó hasta afirmarse en una de las arcadas que conectaban la sala al jardín, en silencio contempló a sus niños, los ojos inquisidores de Ruggero la miraron y ella le sonrió mientras le soplaba un beso, sonrió por un segundo y se abrazó porque un escalofrió le recorrió la espalda. Giró buscando el lugar donde la bruja seguí sentada y apoyando su espalda y cabeza en la pared helada de la arcada prosiguió hablando, - no sabes la desesperación que siento, la impotencia, la necesidad de verles – se frotó los antebrazos intentando darse calor, - Amiga – dijo observando con amor el rostro de su hermana del alma – debes cumplir la promesa que le hiciste a mi amado – dijo, acercándose a donde se encontraba la bruja. Poniéndose de rodillas frente a ella – Crystall, no puedo dejar de ir a Italia... mi hermana me necesita... ¿lo entiendes verdad? - le acarició la mejilla, - solo te pido que no me detengas y cuides de mis hijos. Emprenderé el viaje lo antes posible y no volveré a la mansión – apretó con suavidad pero también con firmeza la mano de su amiga, - Giulia me necesita, no la dejaré sola, y menos sabiendo que esa maldita asesina la puede buscar – aun manteniendo apretada la mano de su amiga con una mano, con la otra le atrajo el rostro hasta estar muy cerca como si la fuera a besarle en la mejilla – te suplico, me ayudes a encontrar la forma de recuperar lo que me han quitado, mi sobrina, es todo lo que me queda de mi hermano y ese monstruo la tiene secuestrada – dejó caer su cabeza en el regazo de su amiga, verdaderamente estaba devastada.
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Re: Descubrimientos que asombran - (Crystall)
Crystall escuchaba con atención a Chiara y cuando ésta le insinuó el hecho de que todos tenían secretos ella inmediatamente pensó en su amado príncipe y en Derek, su querido hermano y cómplice en el pecado del incesto. Pero la bruja no se quedó a pensar en eso sino que prosiguió escuchando, todo lo que decía en defensa de Giulia le parecía absurdo, Chiara tan sólo era una benefactora en la Alianza nada tenía que ver en los planes, en cambio Crystall que era junto con Riful las principales asesinas de la organización pensaban distinto, pensaban con realidad.
—Chiara no te detendré si así no lo quieres porque comprendo que la familia es primero, aunque temo que es una decisión imprudente porque no estás pensando con claridad— dijo y aunque no pretendía regresar a la conversación de Guilia algo en ella le ordenaba que lo hiciera, quizás para que aterrizara en una realidad, ¿quién sabe?
Crystall acarició el cabello risado de su amiga y después levantó su cabeza para contemplarle esos hermosos ojos de una tonalidad grisácea. —Eres una mujer de casa, esposa y madre, una gran dama de clase alta, pero el hecho de que hayas visto morir a tu familia a manos de un vampiro no significa que ya conoces el mundo sanguinario de las batallas entre la inquisición y los sobrenaturales— se detuvo y suspiró, ya tenía la atención de su amiga. —Tal vez no lo sepas pero soy la mano derecha del duque y líder entre los brujos, así como la principal asesina de la Alianza... ¿pero sabes?, sí Derek fuera un inquisidor le daría la espalda a la Alianza porque primero es él... ¿Ves por qué tus argumentos para mí son absurdos? Giulia no tiene el peso que tengo yo en la Alianza y aún así prefirió callar. Algunos miembros de la Alianza se enteraron de la relación de Giulia y Hayden no hace mucho y piensan que ella se involucró con él como una infiltrada para al final traicionarlo yo sé que no fue así, yo sé que sufre y lo sé porque Derek me lo ha dicho, porque a través de sus poderes la ha visto llorar aún en su estado... porque está embarazada...— dijo ignorando si Chiara lo sabía o no, poco le importaba.
Su amiga se levantó y Crystall también lo hizo, caminó a donde Chiara había estado recargada y cerró sus ojos, suspiró y se giró triste a su amiga, lo único que agradecía Crystall era que su amiga era más fuerte de lo que le parecía antes del nacimiento de sus pequeños. —Chiara... Ruggero nunca llegó con Giulia, el veneno de Cammy era más poderoso de lo que yo creía, Derek lo vio caer en una poderosa premonición justo ayer y salió a buscar a un vampiro con la habilidad de rastreo, sabemos que está en Italia pero no sí está con vida... y hay otra cosa Derek vio a una vampiro que se presentará en la mansión de Giulia bajo el nombre de Tiare, no sabemos quien sea, busqué registros en la Alianza y encontré un documento escrito por Hero Jaejoong donde dice que peleó con ella la noche en la que Hayden perdió la vida, ella desapareció de escena junto con el cadáver del inquisidor, no encontraron el cadáver de Hayden y se cree que ella se lo llevó. Puse en alerta a la Alianza y ya dos emisarios van en camino— cuando dijo eso caminó hasta su amiga y la abrazó con fuerza, —No claudiques, no estarás sola, dices que no auxilié a Giulia aquella noche en la que salió herida, no podía yo era la líder de la misión y tienes que entender que mi misión era conseguir esos papeles, sin embargo, Dalma descubrió los temores de Giulia y bloqueó el paso a Hayden para que no la descubriera... hoy no sé si eso fue lo correcto— le dio un beso en la mejilla y se alejó unos pasos de ella para estudiar sus expresiones.
Off. Las acciones sobre Ruggero y Tiare son ideas de sus respectivos users, tan sólo las planteé bajo la sugerencia de ambos y que ayudarán en las tramas de ambos users.
Crystall.
—Chiara no te detendré si así no lo quieres porque comprendo que la familia es primero, aunque temo que es una decisión imprudente porque no estás pensando con claridad— dijo y aunque no pretendía regresar a la conversación de Guilia algo en ella le ordenaba que lo hiciera, quizás para que aterrizara en una realidad, ¿quién sabe?
Crystall acarició el cabello risado de su amiga y después levantó su cabeza para contemplarle esos hermosos ojos de una tonalidad grisácea. —Eres una mujer de casa, esposa y madre, una gran dama de clase alta, pero el hecho de que hayas visto morir a tu familia a manos de un vampiro no significa que ya conoces el mundo sanguinario de las batallas entre la inquisición y los sobrenaturales— se detuvo y suspiró, ya tenía la atención de su amiga. —Tal vez no lo sepas pero soy la mano derecha del duque y líder entre los brujos, así como la principal asesina de la Alianza... ¿pero sabes?, sí Derek fuera un inquisidor le daría la espalda a la Alianza porque primero es él... ¿Ves por qué tus argumentos para mí son absurdos? Giulia no tiene el peso que tengo yo en la Alianza y aún así prefirió callar. Algunos miembros de la Alianza se enteraron de la relación de Giulia y Hayden no hace mucho y piensan que ella se involucró con él como una infiltrada para al final traicionarlo yo sé que no fue así, yo sé que sufre y lo sé porque Derek me lo ha dicho, porque a través de sus poderes la ha visto llorar aún en su estado... porque está embarazada...— dijo ignorando si Chiara lo sabía o no, poco le importaba.
Su amiga se levantó y Crystall también lo hizo, caminó a donde Chiara había estado recargada y cerró sus ojos, suspiró y se giró triste a su amiga, lo único que agradecía Crystall era que su amiga era más fuerte de lo que le parecía antes del nacimiento de sus pequeños. —Chiara... Ruggero nunca llegó con Giulia, el veneno de Cammy era más poderoso de lo que yo creía, Derek lo vio caer en una poderosa premonición justo ayer y salió a buscar a un vampiro con la habilidad de rastreo, sabemos que está en Italia pero no sí está con vida... y hay otra cosa Derek vio a una vampiro que se presentará en la mansión de Giulia bajo el nombre de Tiare, no sabemos quien sea, busqué registros en la Alianza y encontré un documento escrito por Hero Jaejoong donde dice que peleó con ella la noche en la que Hayden perdió la vida, ella desapareció de escena junto con el cadáver del inquisidor, no encontraron el cadáver de Hayden y se cree que ella se lo llevó. Puse en alerta a la Alianza y ya dos emisarios van en camino— cuando dijo eso caminó hasta su amiga y la abrazó con fuerza, —No claudiques, no estarás sola, dices que no auxilié a Giulia aquella noche en la que salió herida, no podía yo era la líder de la misión y tienes que entender que mi misión era conseguir esos papeles, sin embargo, Dalma descubrió los temores de Giulia y bloqueó el paso a Hayden para que no la descubriera... hoy no sé si eso fue lo correcto— le dio un beso en la mejilla y se alejó unos pasos de ella para estudiar sus expresiones.
Off. Las acciones sobre Ruggero y Tiare son ideas de sus respectivos users, tan sólo las planteé bajo la sugerencia de ambos y que ayudarán en las tramas de ambos users.
Crystall.
Crystall Van Wijs- Hechicero Clase Alta
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Re: Descubrimientos que asombran - (Crystall)
Chiara sintió el abrazo de su amiga y se aferró al cuerpo delgado y esbelto de la bruja, apoyó su cabeza en el hombro y dejó que las lagrimas la invadieran. No tenía vergüenza de llorar delante de Crystall, al final de cuentas nadie mejor que ella la conocía.
Suspiró melancólicamente mientras se alejaba un poco, contemplándola, la mujer se veía tan bella, mucho mas que la última vez que la viera días después del nacimiento de los mellizos. La contempló con detenimiento, sus ojos brillaban con una luz especial, recordó cuando recién conociera a su amado y supo que algo de eso estaba viviendo su amiga. No la juzgó, si ella amaba a otra persona, ¿que podía decirle Chiara? Solo deseaba que pudiera ser lo inmensamente feliz que se merecía.
Secó sus lagrimas con el dorso de su mano e intentó volver a sonreír. Inspiro una gran bocanada de aire, tomó las manos a su amiga. Se había dado cuenta que solo existía una decisión por tomar. - Crystall mi querida, amo a mi hermana, confió en ella, no importa que es lo que los demás piensen o prejuzguen, sobre ella y su relación con Hayden. Aquí... - dijo señalando el centro de su pecho y tomando una pausa en su discurso para hacer entender mejor su postura y su decisión – en mi corazón, sé que ella es leal a su amado. – acarició la mejilla de la bruja y sonrió con tristeza – sabes, también como yo, que la gente vive prejuzgando y lapidando a cualquiera con tal de ocultar sus propios pecados. - sonrió y prosiguió - me he dado cuenta que por más que lo intente... no podría odiar jamás a Ruggero. No importa que por un motivo que me cuesta comprender nos hayamos des encontrado – miró con seriedad a su amiga, como tratando que sus palabras fueran bien entendidas por la bruja – por que fue eso, os juro que nunca fue mi intención que él pensara que me había llevado a los pequeños para hacerle daño o por un capricho, demás esta decir que nunca, pondría en peligro la vida de mis hijos – las lagrimas volvieron a resurgir – aunque alguna vez llegáramos a dejarnos, y no lo volviera a ver, no podría mas que desearle lo mejor en la vida - . Sus labios temblaban al hablar – éste sentimiento que me oprime el pecho cuando pienso en él, no es rencor – pronunció, mas para ella que para ser escuchada – es la angustia de no saber si está bien – cayó buscando encontrar nuevamente la paz - cuando amas a un ser como yo lo amo a él... no te importa que se vaya de tu lado, que nunca más lo veas, mientras sepas que es feliz – caviló en voz alta mientras se afirmaba en la columna – presiento que él me necesita, debo encontrarlo, si la visión de Dereck es el futuro que le espera a mi amado... necesito estar con él – apretó suavemente la mano de su amiga.
Se giró lentamente contemplando a sus pequeños, - debo hacer lo que os sugirió Ruggero, te pidió, volveré ahora mismo a la mansión, dejaré a los niños con Estella y Juan, prepararé mi viaje a Italia y en pocos días llegaré a Venecia, buscaré la forma de encontrar a mi amado y cuidar de Giulia al mismo tiempo -. Levantó la mano y saludó a los pequeños que la miraron riéndose y pidiendo por ella. Les sonrió y luego giró contemplando a su amiga. - Ahora es tiempo que dejemos de hablar de mi, dime que es eso que debes decirme, se que algo en tu corazón desea ser liberado y no te animas - hizo un leve gesto en el cual demostraba que ella también podía ser lo suficientemente intuitiva como para descubrir que su amiga no era la misma, - vamos puedes confiar en mi -.
Suspiró melancólicamente mientras se alejaba un poco, contemplándola, la mujer se veía tan bella, mucho mas que la última vez que la viera días después del nacimiento de los mellizos. La contempló con detenimiento, sus ojos brillaban con una luz especial, recordó cuando recién conociera a su amado y supo que algo de eso estaba viviendo su amiga. No la juzgó, si ella amaba a otra persona, ¿que podía decirle Chiara? Solo deseaba que pudiera ser lo inmensamente feliz que se merecía.
Secó sus lagrimas con el dorso de su mano e intentó volver a sonreír. Inspiro una gran bocanada de aire, tomó las manos a su amiga. Se había dado cuenta que solo existía una decisión por tomar. - Crystall mi querida, amo a mi hermana, confió en ella, no importa que es lo que los demás piensen o prejuzguen, sobre ella y su relación con Hayden. Aquí... - dijo señalando el centro de su pecho y tomando una pausa en su discurso para hacer entender mejor su postura y su decisión – en mi corazón, sé que ella es leal a su amado. – acarició la mejilla de la bruja y sonrió con tristeza – sabes, también como yo, que la gente vive prejuzgando y lapidando a cualquiera con tal de ocultar sus propios pecados. - sonrió y prosiguió - me he dado cuenta que por más que lo intente... no podría odiar jamás a Ruggero. No importa que por un motivo que me cuesta comprender nos hayamos des encontrado – miró con seriedad a su amiga, como tratando que sus palabras fueran bien entendidas por la bruja – por que fue eso, os juro que nunca fue mi intención que él pensara que me había llevado a los pequeños para hacerle daño o por un capricho, demás esta decir que nunca, pondría en peligro la vida de mis hijos – las lagrimas volvieron a resurgir – aunque alguna vez llegáramos a dejarnos, y no lo volviera a ver, no podría mas que desearle lo mejor en la vida - . Sus labios temblaban al hablar – éste sentimiento que me oprime el pecho cuando pienso en él, no es rencor – pronunció, mas para ella que para ser escuchada – es la angustia de no saber si está bien – cayó buscando encontrar nuevamente la paz - cuando amas a un ser como yo lo amo a él... no te importa que se vaya de tu lado, que nunca más lo veas, mientras sepas que es feliz – caviló en voz alta mientras se afirmaba en la columna – presiento que él me necesita, debo encontrarlo, si la visión de Dereck es el futuro que le espera a mi amado... necesito estar con él – apretó suavemente la mano de su amiga.
Se giró lentamente contemplando a sus pequeños, - debo hacer lo que os sugirió Ruggero, te pidió, volveré ahora mismo a la mansión, dejaré a los niños con Estella y Juan, prepararé mi viaje a Italia y en pocos días llegaré a Venecia, buscaré la forma de encontrar a mi amado y cuidar de Giulia al mismo tiempo -. Levantó la mano y saludó a los pequeños que la miraron riéndose y pidiendo por ella. Les sonrió y luego giró contemplando a su amiga. - Ahora es tiempo que dejemos de hablar de mi, dime que es eso que debes decirme, se que algo en tu corazón desea ser liberado y no te animas - hizo un leve gesto en el cual demostraba que ella también podía ser lo suficientemente intuitiva como para descubrir que su amiga no era la misma, - vamos puedes confiar en mi -.
Corradine Grimaldi- Humano Clase Alta
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