AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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What are those lights? / Hero Jaejoong
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What are those lights? / Hero Jaejoong
‘’Los caminos son a veces inexplicables, desconocidos pero a veces se quieren recorrer. Aunque no se puede respirar se siente esa necesidad de aire, aunque no se sienta el dolor se puede fingir sufrimiento aunque yo crea que lo he visto todo, me encuentro contigo lleno de lo que me hace falta, queriendo encontrar lo que a muchos se les ha perdido… Voy a complacer el resto de tus días aun así no lo quieras…’’
Después de haber salido como un par de chiquillos rebeldes de aquel lugar pensé de muchas maneras a dónde podía ir con el cantante. Él por su parte, parecía distraído observando a su alrededor y yo solo caminaba a paso lento a su par ideando un lugar, definitivamente en otras circunstancias hubiese elegido mi mansión, pero desistí de la idea porque dejaría aquella oportunidad para otra ocasión así tendría la excusa perfecta para encontrármelo de vuelta y gozar de su presencia, esa que me llamaba. Le tomé de la mano atrevidamente, no esperaría a que aceptara o se negara después de todo me había dejado muy claro que nos fuéramos de ese sitio no importaba dónde. Bajamos las escaleras con prisa, estábamos solos, no había de quién ocultarse.
Le miré y con una pausada sonrisa seguía aferrado a su mano, quería saber si estaría dispuesto a irse a gran velocidad hasta donde tenía pensado darle una sorpresa o quería hacerlo en carruaje —Hero, ya sé a dónde podemos ir, pero para eso necesito que estés dispuesto a correr a toda velocidad… Aun así, puedo llevarte en mi espalda si no deseas, es que necesito que la noche todavía esté espesa porque si no fallaré…- hice una mueca extraña y le miré compenetradamente a los ojos y solté su mano para que se sintiera más cómodo y me pudiera responder con tranquilidad.
Esperé unos minutos y el tiempo avanzaba, yo sólo quería correr con él. La noche estaba perfecta luna nueva y cubierta por una enorme nube que oscurecía más los caminos –Entre más lóbrego mejor…- me dije a mi mismo y sin esperar la respuesta de él, le tomé una de las manos y me agaché logrando enganchar su cuerpo en mi espalda, tomando una de sus piernas con una mano y haciendo lo mismo con la otra me aferré a su cuerpo, clavándolo bien para que no se cayese y comencé casi a flotar por los suelos de la rapidez que una pequeña ola de polvo se dejaba ver por donde pasaba. Mi cabello se iba apartando de su sitio habitual y yo a mi espalda solo sentía la frialdad ajena que me calentaba, me sentía agusto pero mi concentración iba en no dejarle caer aunque claro, llevaba encima un vampiro no un humano pero dudaba de Hero y sus habilidades así que mejor me cercioraba y era cuidadoso, quizás lo estuviese subestimando.
Salimos de la ciudad y poco a poco a la helada era más fuerte, el viento golpeaba mi cara y yo sin parpadear me adentraba a un espeso bosque. Los árboles eran tan inmensos que sus copas eran imposibles verlas, sabía que estaba cerca de mi objetivo y me detuve para bajar a Hero de la espalda —Perdona que haya hecho todo sin algún aviso pero no podía esperar, pronto entenderás por qué… - le miré detenidamente todo su elegante porte y sonreí —Ven, es por aquí… - le señalé con un dedo dándome la vuelta y avanzando con cuidado quebrando una que otra rama, miré a Hero y me detuve de inmediato estábamos a punto de llegar. Me fui a su espalda rápidamente y le susurré —Tienes que cerrar los ojos- murmuré con cuidado y le tapé cada orbe —yo te voy a dirigir ¿sí? - iba a su espalda avanzando y cuidando sus pasos evitando que curioseara con la vista.
Fuimos saliendo del bosque y estábamos justo frente a una pradera, me acerqué a su oído y susurrándole mencioné —Ahora.. ¡Abre los ojos!- retiré mi mano de su rostro y definitivamente su cara sería divertida porque frente a nosotros no habría nada pero debía ser paciente, las buenas sorpresas con el tiempo aparecen solo se debe saber esperar.
‘’Mira dos veces para ver lo exacto; mira una sola vez para ver lo hermoso.’’
Deiran Chassier- Vampiro Clase Alta
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Re: What are those lights? / Hero Jaejoong
“Es en estos momentos en los que pienso que el pecado que alguna vez me secuestró no se ha ido del todo. Me atormenta, me provoca, me hace querer no resistirme a usar hasta la última gota de emociones que queden en tu corazón. Y en estos instantes intento no dejarme seducir. Porque me encuentro miserable, pero jamás para volver a caer en la tentación.”
Mis ojos se abrieron ligeramente por el apretón en mi mano, desvié la mirada para verle fijo y pestañeé asombrado cuando tironeaba a hacerme trotar por las escaleras. Aquello solo provocó que una dulce risa escociera por mi garganta y me dedicará a seguirle, haciendo caso omiso al lugar en el que antes habíamos estado. Vaya fiesta, había sido la más aburrida y tonta a la que había ido jamás. Pero al menos ahora tenía tiempo para charlar con el viejo vampiro, o al menos, para mí era muy antiguo. Le seguí el paso, preguntándome a donde iríamos, escuchándole pausadamente, como si hablara en cámara lenta y riendo amistosamente asentí. —Puedo correr lo más rápido que pueda. Pero eso no os asegurará que lo haga a vuestra par… — Subí un dedo, a modo de advertencia, después de todo, yo nunca había sido del todo bueno en lo que eran los deportes, aunque correr era de las cosas que mejor se me daban, era penoso decirlo o más bien aceptarlo, pero era de ese modo, yo conseguía correr a la par de los lycanes cuando hacíamos las misiones en la corporación, pero no podía jugar bien a ningún deporte, cosa que hacían usualmente en los ratos libres. Aunque los demás la pasaban bien, pues me hacían ir de un lado al otro sin dejarme agarrar el balón, algo que me enfurecía casi siempre. — Nooooo~ Sería muy vergonzoso que tuvieras que llevar- ah! en la-! espal-! Ahhh~~ Noooooo!!— Inquirí entre un grito ahogado y me agarré sintiendo dos gordas gotas en los costados de mis ojos cuando el otro se movía de forma que me dejaba en su espalda, como si mis palabras hubiesen sido demasiado lentas. Yo no era pesado, para mi altura era más bien demasiado delgado, pero no podía dejar de sentir una gran y voluptuosa presión y vergüenza por mi peso sobre el ajeno.
Las ramas apenas se sentían en mis mejillas cuando pasábamos, y cerré los ojos para no pensar, mientras el tiempo se escurría a nuestro alrededor, suspirando, en tanto apoyaba el rostro entre sus cabellos, hundiéndome allí mismo, dejando salir un suave sonido, como un quejido de sorpresa cuando Deiran se detenía de sorpresa y todo mi cuerpo se pegaba contra su espalda, para luego ir hacia atrás y caer torpemente, algo mareado y confuso, le miré con clara reprobación e inflé mis mejillas un poco, dejando exhalar un suspiro un tanto molesto, pero lleno de ternura. Asentí apenas y miré alrededor, esperando encontrarme con algo realmente significativo para haber sido acarreado hasta aquel lugar tan desesperadamente, en un lapso de tiempo tan rápido, que pensaba que mi cuerpo había quedado atrás. — A-ahh! O-oss conviene! Que me convenzáis de que valía la pena porque, porqueeee sino! Ya veréis (¿?)— Dije en tono de broma y le seguí, mirando a los lados, curioso, siendo una evidencia que estábamos en el bosque, cosa que erizaba los cabellos de mi nuca, haciéndome sentir un pequeño miedo. Miré hacia arriba y rápidamente divisé la luna nueva, cosa que significaba que ningún hombre lobo estaría molestando por ahora. Aquello me hizo salir un suspiro aliviado y más recompuesto, corrí detrás de él, para volver a curiosear y cuando se detuvo me quedé escuchando.
— Mmm… Si no queda otra opción… Ah! — Reí a modo de prueba cuando me quitaba la visión de un ojo y sonreí de forma tal que todos mis dientes quedaban al descubierto y me dejé guiar, esperanzado de que pronto llegáramos o la curiosidad me vencería como usualmente pasaba. Me mordía el labio un poco, quejándome porque yo seguía sin ver y cuando nos detuvimos, lo primero que hice fue mirarle a él y reír y luego volteé la mirada. Había una pradera, sin duda era algo bonito, principalmente porque no había nada creado por el hombre y aquello me agradaba, pero no me esperaba algo así y por ello subí la cabeza y bufé, frunciendo el entrecejo para verlo fijamente. — Me habéis engañaadoo! Yo no veo nada del otro mundo allí! — Apuntando con un dedo hacía la nada misma le seguí reprochando, riendo entre dientes, al tanto me seguía quejando y agarraba un palito del suelo, para aventárselo de forma juguetona. Negando con toda mi cabeza, mientras me acercaba un poco más al filo del comienzo de la pradera, poniendo mis manos sobre la cabeza. Era bonito, pero era algo raro, de alguna forma, sentía que Deiran estaba esperando que algo más ocurriera y eso me llevaba a mí a esperarlo de la misma forma.
“Me gustan los colores. Y a ti? Me gusta el aire. Y a ti?”
Última edición por Hero Jaejoong el Sáb Ago 24, 2013 5:33 pm, editado 1 vez
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Re: What are those lights? / Hero Jaejoong
‘’No busco que lo entiendas, que lo comprendas, solo una sombra huye del sol que quiere acobijarlo pero así siempre existirá aquella relación. Una de protección. Un inexistente motivo curioso que nace de lo más inhóspito e increíble. Jamás haré algo que tus labios no reciten en tanto estaré alerta para cuando eso suceda…’’
Caminé con el asintiendo cada una de sus palabras, con una cara que denotaba mi sarcasmo a sus palabras. Tan frágil creyéndose tan fuerte, le miré y no dejaba de quitarle un ojo de encima porque sus facetas, gesticulaciones y risitas curiosas me incitaban a hacerlo. Así como la vez del teatro, ¿qué era eso que me quemaba? Al verle sonreír. Fruncí mi cejo y negué lo que mis pensamientos indicaban tratando de ignorar los gritos y quejos del cantante a mis espaldas. Su cuerpo delgado como el de una pluma era muy liviano e grácil. Los dos fríos tactos eran como bombas de tiempo aunque de cierta manera sentía una calidez que no podía sobrepasarse por encima de mis ropas. Era extraño. Trate de apresurarme sin poder evitar reír a sus palabras. —Lo siento pero ya es muy tarde para bajarte Hero-
Una vez en el suelo le sostuve al ver su tambaleo, si era torpe. Le miré fijamente pensativo como si quisiese oír lo que el canto de sus ojos me decía. Sus gestos tan particulares y su mirada indistinta me hacía pensarlo más. —Vale la pena ya verás…- le dije en un tono tranquilo y con paciencia. Siempre cuidando de que nada ni nadie pudiesen arruinar aquello realmente necesitaba quietud. Al ver sus muecas sonreí —Prometo que va a gustarte - le dije serenamente y llevándolo, estaba tan ansioso que podía verlo explotar.
Hace un tiempo había estado en el mismo sitio, quizás sea el mejor lugar para divagar cuando el agobio de la ciudad ataca, recuerdo haber caminado por este mismo sendero, dibujado con los pasos de alguien que también lo recorrió y me entró nostalgia encontrar lo que vi. Quizás por eso deseaba enseñárselo a Hero, si no a él a quién? Me quedé pensativo mientras le llevaba ocultándole la vista. El olor a hierba fresca y cedro húmedo penetraba cada vello de mí y los grillos hacían un recital como si anunciasen la llegada. Al descubrir sus ojos no pude evitar sonreír, parecía esperar un gran pastel o no sé pero parecía decepcionado, miraba de aquí y allá y no parecía encontrar nada, definitivamente las verdaderas cosas se observan con los ojos cerrados y en silencio. Comencé a negar con mi cabeza a sus acciones y me acerqué más a él para demostrarle que se debe de ser paciente y no juzgar a simple vista. Voltee de nuevo la vista hasta la gran verde y calma pradera, que hacía juego con la luz escarlata de la luna, plateaba la sombra del pasto largo que pasaba mis tobillos. Una vez estando frente a él le tomé el dedo con el que estaba señalando con represión y lo llevé hasta sus labios para sellarlos —Tranquilo….- le giré para mostrarle de nuevo aun en aquella posición —Guarda silencio, para observar debes ver más allá de lo que tus ojos te muestran…- le dije despacio y casi susurrante no quería cometer algún error.
Viéndole a los ojos me desplacé a velocidad considerable, rápidamente estaba en el centro de aquel enorme verde valle y a mi paso, cuando mis pies rozaban el pasto el viento llevaba como onda el susurro de mis levitones pasos, anunciando la llegada del intruso. Cerré mis ojos y pude sentir el vibrar de la tierra como si aquella me hablase. En segundos comenzaron a salir de la tierra ciertos destellos luminosos que comenzaban a alzar vuelo; luciérnagas. Como mágicas esferas de luminiscencia se hacían un dragón de fuego a mí alrededor dispersándose por todo el lugar y saliendo de lugares donde parecían apagados, obscuros y sumidos en plena sumisión. Como cuando alguien revuelve un panal y las abejas salen a su ataque pero éstas eran inocuas. Aquellos curiosos insectos hacían un escenario perfecto para lo cual hice una seña a Hero con mi mano diciéndole que llegara hasta donde yo estaba. Susurré al viento sabiendo que él podría escucharme —Hay luces misteriosas que no sabemos cómo aparecen o dónde están ocultas, son como tú- terminando esperándole, realmente quería ver su reacción un poco más de cerca.
¿Qué sonido se asemeja más a tu alma? ¿Dónde está chispa que te alumbra? ¿Cuál es tu motor? ¿Quién es tu secreto?
Deiran Chassier- Vampiro Clase Alta
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Re: What are those lights? / Hero Jaejoong
“No quiero descubrir que tanto puedo hacerte esperar. Porque significaría que es fin de lo que estoy esperando yo mismo. Dime, no encuentras hermoso el horizonte bañado en oscuridad y luminosidad? Esos exactos momentos antes de que salga el sol, donde todo se vuelve extraño y se pude divisar en el horizonte la fina línea purpura que divide el día y la noche?”
— Claramente ya es muy tarde p-para eso!! Umh... — Me quejé a libre exhalación, sujetándome con ambas manos del cuello ajeno justo cuando creía que me caería, riendo entre dientes por aquella mirada del otro, que procuraba no ser ofensiva pero que era claramente talada en ironía. Bufé y negué irónicamente, haciéndole burla, aunque él no me podía ver, pues ya estaba siendo cargado. Al final no era tan malo como pensaba, y ver las ramas y las cosas del bosque pasar tan rápido a mí alrededor, sin hacer esfuerzo alguno, era bastante bonito. Me agarré de un extremo de su ropa cuando me bajó, asentándome en el piso, volviendo a dejar que la gravedad se ocupara de dejarme en el sitio correcto y observé, mirándole a los ojos cuando me explicaba las cosas, dejándome guiar. Un poco temeroso de lo que fuese a suceder. Corroborando segundos antes de que me tapara, que era completamente de noche. De repente había pensado que quizá el día estaba por salir y no había notado el horario y que él me iba a mostrar el sol. Pero no, cómo podía pensar que Deiran me llevaría a la muerte tan fácilmente?! Negué molesto conmigo mismo y cuando esas manos se desprendieron y su murmullo inundó mis oídos, me quedé cauteloso, observando la nada misma. Mordiendo mi labio inferior, mantenía pegados ambos brazos en cada uno de los costados de mi cuerpo, dejando mis grandes y rasgados ojos a disposición de lo que sea que fuese a aparecer.
El sonrojo se acentuó vívidamente cuando la risa del otro llegó a mis oídos en silencio. Como si él pudiese ver algo que yo no. Me avergonzaba y empezaba a bajar ese brazo recién elevado, escondiéndolo como si fuese la muestra del delito, detrás de mi espalda. Haciendo pequeños gestos con los labios, mirándole de reojo que al acercarse, le vi curioso, asintiendo, como si estuviese aprendiendo algo completamente nuevo. Guardaba silencio, con miedo a asustar aquello que él había querido mostrarme. Quizá por eso no estaba allí!! Mis ojos se platinaron en lágrimas cuando la culpa me invadió por haber hecho que la sorpresa se escape. Subí ambas manos a mis labios y los acallé. Siendo fuerte la decisión de no hacer siquiera un ruido de respiración fingida; los pensamientos me habían nublado y cuando busqué nuevamente al vampiro, este estaba caminando entre el prado. Me quedé algo asombrado por aquel tintineo que escuchaban mis oídos, ladeando la cabeza, mirando hacia arriba, a los costados, en todas direcciones. No encontraba nada. Pero de repente lo vi. Las luces verdes se elevaban desde el piso, todas juntas, yo no quería cerrar los ojos por el miedo a que de repente se extingan. Mis labios estaban entre abiertos, mi rostro bañado en sorpresa. Y solo él me hizo volver a tierra, moviendo la mano en sentido a que me acerque. Reí por ello y me cubrí los labios nuevamente, asintiendo a su pedido.
— Parece el paisaje que está pintado en un cuadro, pero más bonito. Yo quiero… — Me deslice lentamente hacía el, mirando curiosamente las luces, alzando las manos en tanto intentaba tocar, me desviaba por quedarme viendo a un grupo de luces que parecían más brillantes que las demás. Cuando estaba a unos metros desviado, volvía a dirigirme hacía el, llegando al final con una sonrisa de par en par, que dejaba al descubierto mis blanquecinos colmillos y dientes. — Vuestras frases me recuerdan a alguien. Alguien que siempre me decía que era una luz… Quizá cuando me muera me convierta en una de estas… — Susurré mirando alrededor, alzando la mano nuevamente, pero ahora ambas dos, queriendo agarrarlas, riendo muy suavemente, con un sonido fino y dulce, dando pequeños cantos cortitos en cada momento, escondiendo la mano cuando algunas rozaban mi piel, era curiosa aquella textura que me daba impresión. — Como se llaman estos bichitos de luz? Es muy bonito, es hermoso. — Miré alrededor de mi área y me deslice hacia el piso, sentándome en modo indio, observando así las luces que iban de un lado a otro, se acercaban, mostraban un acto de valentía y volvían a irse escandalizadas hacia otra parte. Así una y otra vez, donde cada una de ellas hacía que una risa se me escape. — También cantan! Qué dirán? No sabéis hablar el idioma de estos bichitos de luz? — Dije en el momento en que la inocencia me embriagaba, sonrojándome ligeramente, escuchando con claridad los zumbidos en mis oídos, de un lado al otro, en diferentes notas, en diferentes decibeles. Era algo encantador. Realmente me había sorprendido, sentía mi corazón cálido, algo doloroso se incrustaba en mí pecho, como si fuese el martirio de que “no es él”. Mis ojos se pusieron brillosos, pero tormentosos, subí la mirada y volví a sonreírle. — No os sentaréis? — LE invité, acariciando el pasto a mi lado, moviendo la cabeza de lado a lado. Pareciera que las luces estaban haciendo una gran reunión familiar.
“Y aunque las dudas prevalezcan en mi interior, yo por siempre aceptaré que no importan las razones ni las justicias, solo es él, quien puede hacerme realmente feliz.”
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Re: What are those lights? / Hero Jaejoong
‘’El sol y la luna claramente son enemigos, no veo amor entre ellos. El delirio porque mi piel vuelva a sentir esos rayos, y la matidez platearse a mis espaldas me resuena en lo más profundo del alma donde sé que no tengo nada escondido y que cuido. ¿Por qué es tan fácil liberarte de esas tensiones? Lo hermoso y lo excelso, lo sublime y lo inaudito. No puedo encontrar en ti maldad. Luz en oscuridad’’
Me pregunté a mi mismo cómo era que se habían dado las cosas. Desde cuando la sed por vivir había de nuevo quemado mi garganta y el por qué hacía estas cosas. Mis preguntas eran sin duda un sinnúmero de olas que chocaban contra mi cabeza y doblaban mi cuerpo quebrándolo en partes pero sin sentir dolor alguno después de casi doscientos años aquella sensación se me había esfumado por completo. Me quedé mirando el cielo un rato, definitivamente era basto e inmenso, tan alto que ni nosotros mismos podíamos tocarle, éramos una efímera bola de humo queriéndole alcanzarle pero nada se asemejaba con aquella enormidad. Me recordé de cómo conocí al cantante que tenía al frente mío. Y podría haber jurado que si yo hubiese sido humano los vellos que ahora en mi cuerpo no existían se hubiesen erizado. Fruncí mi cejo por ese pensamiento tan estúpido y volvieron los deseos a mí, las ganas de romper su cuerpo y beber de su sangre lo que con primera intención me había llevado hasta él el primer día que le conocí.
Mis ojos abiertos le miraban con intriga y desdén. ¿Quién ese ese ser que está ahí? Me pregunté inmutando una sonrisa y negué aquello, le observé y desde mis adentros nació un sentimiento raro ¿Por qué era tan humano? Sin quitarle la vista de encima seguía pensativo, mi ropa rozó con la de él y sus facciones me eran graciosas. Estaba entre desilusionado y expectante, yo solo esperaba no haberme equivocado, quería hacerlo bien, bien para él. Mi tacto se hizo más agudo cuando el pequeño pasto verde oscurecido por no tener luz del sol rozó mi piel, me hizo pensar en que así se sentía la mía. Sin ser besada por los rayos de aquel astro hace tanto tiempo pero, de manera indistinta pensé que esa era la única manera de recordar qué se sentía, quizás esas eran una de las razones por las que con afán bebía sangre humana porque una parte de mí quería recordarlo. ¿Quién era él para despertar dichas cosas en mí? ¿Lo sabía? ¿Estaba consciente de lo que me hacía sentir? Porque me frustraba que mis deseos de ser humano volviesen por aquel delgado vampirillo que tenía a mis espaldas, claro, mientras iba avanzando hasta el punto centro de aquel enorme prado. Lo sentí tan despacio pero era claro había sido todo muy rápido.
Una vez ahí, ya con las primeras luces adornando la oscurana noche no pude evitar perderme la cara del cantante frente a mí. Estaba emocionado lo que hizo que se arrancara una sonrisa casi instantánea de mis mejillas su voz me cortó el pensamiento. Ya estando muy cerca de mí pude notar sus facciones con más acuciosidad —Pero cuando estas pequeñas mueren pierden su luz Hero, después de la muerte, no se puede conservar la luz por siempre, eliges el día o la noche… En mi caso prefiero admirar tu luz en estos momentos- sonreí despeinándole un poco observando sus movimientos —Ese alguien tiene mucha razón sobre ti, tienes luz, esa que nos hace falta a muchos- dije encarecido con una facción seria. Me acerqué un poco a él y miré hacia la dirección que sus manos apuntaban —Son luciérnagas y estoy casi apostando, que se sienten atraídos y temerosos por ti- y el viento chocó contra nuestTrras ropas, susurrando su canto. Mirando cómo se sentaba y yo quedándome en aquella misma posición pedestre respondí —Yo escucho su canto, ¿acaso tu no? Vamos, cierra los ojos y concéntrate, seguro que quieren escucharte a ti- descendí mi vista hasta s rostro sin quitarle los ojos de encima —Claro, cómo podría apreciarles de una manera más a gusto- murmuré y sentándome a su par el viento emitía susurros, cada vez más las luciérnagas volaban sobre ambos, posándose en el hombro de Hero y en sus piernas. Con mis piernas encogidas en forma de triángulo pregunté —Su luz no dura para siempre, después de hoy muchas mueren-dije con un tono seco y pesado, mi cara dura como barniz y ellas seguían ahí encantando al vampiro que esta noche era más un pequeño niño emocionado por la vida extinta y pasajera de esas luces misteriosas.
’’Trata de calmarte, en mí no existe más que ganas de compartir un poco contigo, sin forzarte a nada, sin pedirte algo a cambio pues sé que en ti habita alguien que cuidas con recelo y obedeces con decisión’’
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Re: What are those lights? / Hero Jaejoong
“Dicen que los espíritus de la luz y la oscuridad se enamoraron y concedieron el shin y el shang. Una sola cosa, blanca y negra, con oscuridad en la luz y luz en la oscuridad. Así nacieron las personas. Seres oscuros que siempre guardarán bondad en su interior, donde el amor, es lo que siempre los hará florecer, así como el de sus padres, el de sus orígenes.”
Era la mirada de un felino con hambre, me preguntaba si en alguna vida pasada él había sido un gato o alguna fiera salvaje, había leído muchos libros acerca de eso, como los humanos teníamos orígenes en animales y luego de eso, cada vez que me veía con alguien le comparaba con un animal, como si me hubiese quedado en el inconsciente. La risa inundaba mis labios cuando en los ajenos se mostraba algo de sorpresa. No entendía el porqué de esa mirada, pero no era la primera vez que unos ojos inmortales me acusaban de esa forma. Como si fuese una pequeña rata de laboratorio. — ¿Qué pasa? ¿Hice algo malo? Sabéis, no es la primera vez que me miran así, pero yo no siento que haya cometido ningún delito… Es quizá algo malo disfrutar? — Mis ojos se clavaron en los ajenos, aún con una sonrisa calada como tatuaje. Pasé los cabellos por detrás de mis orejas y me quedé mirando a las pequeñas luces que aún nos iluminaban, era una luz entre verde y amarilla, nunca la había visto, ni siquiera encontraba algo con que comparar aquel color tan hermoso y llamativo, nada parecido al resplandor de una vela. Pero por qué no emanaban calor? Acercaba una mano cerca de una gran cantidad de bichitos, esperando pacientemente a que al menos un ligero calor fluyera por mi piel, pero nada. Eso me dejó sorprendido y me quede expectante, preguntándome de alguna forma, de qué estaban hechos. Pero mis pensamientos volvieron a borrarse por las palabras ajenas que me inundaban bellamente los oídos.
— No… Por qué debería ser así? Es decir, día, noche, luz, oscuridad. Todos tenemos un poco de ambas cosas, hasta los bichitos! Fijaos la cabecita es oscuridad y la cola es luz! Hahaha, pero vos no me creéis, no? Es que todos piensan que ya no hay esperanza luego de morir. Yo digo que eso se perderá, cuando realmente desaparezca de este mundo. — Era decidido, si hasta ese momento no había perdido la fe, probablemente nunca la perdería. Yo sabía que era una locura, pero aun así, no me rendiría y no quería que nadie lo haga. Todos deberían luchar por vivir, vivir felices, no eternamente. La eternidad es algo muy largo, algo que no me gustaría tener, pero que aun así he obtenido. Y muchos humanos la quieren, las leyendas de la piedra filosofal, el elixir inmortal, tantos mitos y todos, una pérdida de tiempo, la inmortalidad es algo tan malo, tan inhumano, que no debería existir, o al menos no para nosotros. — No es que… Bueno, que os hace feliz? Oh! Luciérnagas… Lo recordaré, aunque bichitos de luz les queda más lindo. Y porqué pensáis que me tienen miedo? No les haría daño, jamás! — Le reproché, mirándole que mis dientes blancos y grandes se dejaron ver cuando le sentía sentarse a mi lado, era frío, así como yo también. Ambos dos estábamos muertos y las luciérnagas no nos daban el calor suficiente para sentirnos vivos. Pero era un espectáculo hermoso, estaba agradecido por él. — Menos mal que nos fuimos de esa fiesta, aquí se siente mucho mejor. Ahh… Bueno, haré silencio, así escuchamos. — Asentí y cerré los ojos, con las manos sobre mis rodillas y la pera entre ellas, acurrucado en mí mismo, cerré los ojos y suspiré. Esperaba escuchar mejor y realmente había funcionado, sentía el recinchar de esos insectos, cada tanto, algo se acercaba a susurrarme en la oreja y me hacía estremecer y reír. Mordía mi labio inferior, sentía la dulce textura. Pasaron varios minutos, quizá hasta media hora. Y cuando abría mis ojos nos encontré cubiertos de luz.
— Nos quieren dar su luz… Pero morirán felices. Su vida es corta, pero emocionante, llena de vigor. Tienen todo lo que muchos quieren, libertad, luz, felicidad. Son hermosos bichitos que viven su vida exponencialmente hasta morir en contra picada. Eso realmente es una buena forma de vivir, Deiran. Me pregunto si se quedarán aquí, mmm hola amiguito ~ — Levantando muy despacio uno de mis dedos, acercando la luciérnaga a mi rostro, mientras la risa era suave y controlada. Pestañeaba con rapidez, no quería perderme ni un segundo del acercamiento, pero la luz me cegaba, me dejaba inverso en una tranquilidad y emoción que casi sentía el latir de mi corazón muerto. —Creo que les agradamos! —Espeté con una risita tonta, volteando la cabeza para verle, era agradable. Deiran, dentro de todo lo era, pero aún así, no era el cuervo negro. Jamás podría sentir lo que sentía al mirar a aquel ser oscuro y eso me entristecía, que posibilidades había de que él volviera? Y aún así, lo esperaría por toda la eternidad.
“Piensa que somos energía, una fuerza cósmica es espiral que por siempre nos mantendrá unidos. Somos una cuerda humana detenida en el tiempo, fría y silenciosa, pero nuestros sentimientos no están muertos. Nuestra alma solo está detenida, pero no se ha ido al otro espacio cósmico.”
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Re: What are those lights? / Hero Jaejoong
‘’El sol y la luna claramente son enemigos, no veo amor entre ellos. El delirio porque mi piel vuelva a sentir esos rayos, y la matidez platearse a mis espaldas me resuena en lo más profundo del alma donde sé que no tengo nada escondido y que cuido. ¿Por qué es tan fácil liberarte de esas tensiones? Lo hermoso y lo excelso, lo sublime y lo inaudito. No puedo encontrar en ti maldad. Luz en oscuridad’’
Y es que mis ojos no dejaban de verle, estaba perdido en la bondad que lo acobijaba ¿Por qué? Su corazón que estaba ausente podría jurar que en ese instante lo escuché palpitar y de mí se robó toda la atención que podría captar en unos segundos. Ese panorama, lo verde negruzco de la hierba, las luces que del cielo no dejaban de salir una a una, como una marejada de fuego y el viento que jugaba con nuestras ropas, todo aquello se pausó al ver la entrega de aquel vampiro, su mundo interno floreciendo con naturalidad y soltura mientras yo absorbía su energía. Me quedé un rato distante siempre con la mirada posada en él que como niño llegaba hasta el centro donde yo me encontraba. Sonreí agachando un poco la mirada, observando mis manos y los destellos que salían, que poco a poco daban bienvenida a su llegada. —No, no sucede nada- solté una pequeña sonrisa siempre con mis ojos verdes clavados a los suyos vislumbrado por su fantasía —Que yo sepa no soy ley ni autoridad para juzgar si este es un delito o no y tú el hechor - dije en forma de broma ladeando un poco el rostro —Siento como si estuviese con un pequeño niño cuando estoy contigo, lo más curioso, un humano…- decía de manera seria —¿Te lo había dicho ya antes no?¿Qué es lo que con tanto afán sueñas Hero?- mirando cada una de sus fasciculaciones con cuidado tentándome a no perderme nada de lo que hacía, le ponía demasiado cuidado, era una mirada tan escrutadora, así como sus ideas, como si le quisiese descifrar pero hay cosas que permanecen mejor en secreto, esa era su esencia.
Le escuchaba, la ingenuidad de las palabras ajenas hacia que dudase de una u otra manera de lo que realmente le quería decir, pero despertaba, no se puede jugar a ser bueno y malo a la vez, o se es luz u oscuridad, o se sirve a ‘’dios’’ o al diablo pero no se puede entrar y salir del fuego sin quemarse. Negando sus palabras murmura sin dejar de verle, sin pestañar sin emitir un solo sonido —Hay de todo un poco dentro de cada uno, sea lo que seamos pero tienes que inclinarte por algo, en nuestro caso o eres cazador o presa, no siempre se puede tener todo Hero, deberías de saberlo, Creo en lo que dices porque todo tiene final y después de ese ciclo nadie sabe si uno nuevo da inicio o simplemente todo acaba. - dije mirando al cielo que estaba despejado y un tanto estrellado pero no como aquel espectáculo de luces flotantes, ésas que le adornaban a él. Medité en sus palabras que las negué de inmediato, su sonrisa y movimientos me hacían desvariar —¿A mí? ¿Qué me hace feliz?- meditó un momento con s vista de nuevo a las luces —La verdad no lo sé, la felicidad puede tener muchos significados, lo que me hace feliz a mí puede que lo odies- quería evitar decirlo, comentarle que el vacío que guardaba en los adentros lo saciaba con sangre, con dolor, con ver las víctimas desvanecerse a mis pies y rogar por vivir —¿A ti?¿Qué te hace feliz?- tratando de cambiar el tema, girar un poco la conversación, rotar papeles. — A mí también me gusta más ‘’Bichitos de Luz’’ creo que jamás se me olvidará-sonreí de manera sincera al cantante. Sentado a su par le observaba y después me quedaba perdido en el horizonte, en el chillar de aquel bosque, la humedad de la corta hierba y el olor peculiar del cabello de él. Una que otra luciérnaga se posaba en mis ropas y caminaban como si buscasen refugio, con confianza, yo ignoraba aquello perdiéndome en el flujo del tiempo. —Ha sido un placer salvarte de aquel horroroso show- haciendo mención a la fiesta pero estaba aún más satisfecho de volver a estar a solas con él.
—Nacer para morir, muy buena teoría, la teoría de la vida. Muchos ni siquiera llegan a cerrar ese episodio- haciendo mención a nosotros mismos, por nuestra forzosa existencia a vagar inmortalmente en el mundo pero después agregué un mal ejemplo —Muchos murieron por tus pies cuando venías hasta aquí y ahí se terminó todo, me pregunto ¿Quiénes son los afortunados?- viendo alrededor —¿Quién tiene el derecho de elegir el destino de alguien?- murmuró con una sonrisa clavándole la vista de nuevo a él —Si quitas eso, me parece perfecto y envidiable así como tú dices- esperando que el comentario de las luciérnagas que murieron pisadas por su pie no haya sido notado. —Hero creo que quieren que les cantes- dije después de haber notado la sonrisa fingida, el destello un tanto apagado de su voz y la curiosidad con la que sus ojos se cerraron para observar al bichito de luz.
Un espiral interminable de emociones, de sensaciones que tantos creemos están perdidas. Si nuestra eternidad depende de la esperanza, voy a seguir tu consejo y encontrar alguna, mientras siente el calor de los pequeños que mueren por escucharte.
Deiran Chassier- Vampiro Clase Alta
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Re: What are those lights? / Hero Jaejoong
“Pero si del hielo sale agua y con el rayo se crea el fuego. ¿La luna y el sol no están creados ambos de una misma energía? Dos entes separados que están en constante movimiento. No sientes el calor del sol cuando la luz de la luna te da en el rostro? Es cálido, pero más frío de lo que recuerdo es en la mañana.”
Mis pensamientos quedaron cegados por esos sueños que me atropellaron con un abismo infernal. ¿Qué soñaba? ¿Cuáles eran mis sueños? ¿Realmente los podía contar? Eran más de un millón más uno. Cada uno tan tonto como el siguiente y el anterior. Eran locuras, fantasías de un vampiro que sueña con ser humano. Poder ser reconocido por mi voz que como un acertijo intenta ser descifrada. Viajar por el mundo como un excéntrico arqueólogo en busca de nuevas aventuras. Poder conseguir mil sentimientos, mil amigos y algunos enemigos, conseguir una vida feliz, pero no demasiado irritante. Estar junto al cuervo en el camino a la eternidad que tan soslayadamente busco. Una estupidez tan grande, tan poco formal que siquiera me animé a pensarla en ese momento. Al contrario, me quedé en blanco, quizá era por la cantidad de imágenes que se habían estampado en mi frente al mismo tiempo. Lo cierto es que no pude decir mucho, me quedé simplemente mirando sus bellos ojos claros. — Nada de nada… Tenéis unos ojos bonitos ahora que os miro bien! — La sonrisa desplegó como un manjar en mi rostro y negué, haciendo que mis cabellos golpearan a los costados de mi piel, soplándolos, para tirarlos finalmente hacia atrás, dejando que queden despeinados, aunque poco a poco caían cual hebras a los lados, el pelo lacio volvía a su lugar, quedaba en la misma forma eterna de siempre.
Me centraba en sus palabras, eran como un cable a tierra puesto a la fuerza. Me provocaba lágrimas en los ojos que eran una cobertura rojiza y lubricada, desmoronaba mis sentimientos como roca solida bien golpeada. Pero no importaba, era demasiado cabeza dura como para aceptar esas cosas en una simple charla. Faltaba darme más de cincuenta golpes para aceptar que al final él tenía razón. Y no era fácil, cada golpe era difícil de ser dado, yo era muy bueno huyendo y esquivando, aunque claro que los golpes eran como treinta cada uno, porque a pesar de tener una gran agilidad que se afianzaba con mi delgadez era demasiado débil. Entonces, ¿Cazador o presa? Algo fácil de ver para los demás. — Quiero creer que algo nuevo surge, en mi país, oriente, se creen muchas cosas, somos una mezcla de razas según he leído en un libro; y una de ellas es que luego de morir nos convertimos en animales, reencarnamos según la bondad en nuestros corazones. Si habéis sido bueno, seréis un animal grande y saludable, si habéis sido malo un bicho o un animal muy malo, como un carnívoro~ o algo así— Explicaba sonriéndole, mientras me acomodaba entre los pastos, bostezando con tranquilidad, pensando en general en que esa idea era realmente muy divertida. Me proyectaba como un gato o como un conejo. — Ah?! Pero… algo que yo odio… — Su respuesta instantánea me sacó de mis pensamientos y con ello volaron algunas luciérnagas a los costados, ¿qué era eso que probablemente yo odiaba? No estaba seguro de querer saberlo y por ello lo olvidé apenas entró en mi sistema.
—Ya veis que soy bueno dándole nombre a las cosas (¿?) Hahaha, ah! Me hacen feliz cosas simples y comunes, cantar, tocar el piano también me pone contento conocer nuevas personas. ¡Aunque últimamente muchas me caen mal! Y no sé, cocinar me hace feliz, pero solo cuando los demás la disfrutan, si no es aburrido~ — Me quejaba un poco al final, girando entre el pastizal, provocando que un mar de luces salga volando por mi alrededor. Y me preguntaba por qué las palabras ajenas eran tan dolorosas, casi sentí mi estómago desbocarse cuando sus palabras penetraron mis sentidos y tomé mi zapato, quedando en una forma extraña, esperando no ver ningún esqueleto de bichito de luz. — Sois malo! De verdad, como podéis decirme essooooo! Pero mira lo rápido que son, pudieron haberse escapado, seguro todos los hicieron! Aparte, sus amiguitos no nos querrían si hubiésemos matado a sus hermanos, o no? Uish! — Me acerqué dejando volar al bichito que estaba agarrado a mi dedo, para golpear el hombro de mi acompañante, mirándole con las mejillas levemente infladas y avergonzadas. Era evidente que me había puesto mal por el simple hecho de saber que había matado insectos tan bellos como aquellos. — Nooooooo no cantaré nada! Me empaqué! Ummghh Sois el peor! Ahora me iré volando cuando salgamos de aquí. Pobres cositas, seguro vos matasteis más que yo! Tenéis el pie más grande! Y-yaah. Aparte, si canto cantaré algo muy triste, tanto que haré que se mueran! — Bufé y sonreí apaciblemente, negando, apoyando el mentón en mis rodillas. Cantar era difícil por aquella época. Al final, dejé que el silencio hablara y me moví despacio hacia uno de los costados, volviendo a tomar uno de los bichitos, dejándole en mi dedo, mientras empezaba a sonar una canción suave y tranquila de mis labios. No subí los tonos, era más bien un susurro, como si le estuviese contando un secreto al aire y mis ojos quedaron en un abismo de tristeza del cual me era imposible poder salir.
- Spoiler:
Mi único consuelo
El anillo que prepare para ti perdió su par
Tan solo se quedó en mi dedo y por eso la tristeza llora
ojala lloviera para que así esconda mis lagrimas
lloro, lloro, lloro de nuevo
Siento que la triste canción que está fluyendo en mis oídos
podría parar mi corazón que se hundió
el alma del amor que no se va me captura de nuevo
llorar, llorar, llorar de nuevo
Amor, amor, el amor que me abandonó.
Amor, amor, vivo en recuerdos y reminiscencias
Tú ya eres mi alma.
¿Cómo vivir sin ti?
Hasta la taza de café que inconscientemente ordene para ti, esta fría
Como el tú que se enfrió a diferencia de mi corazón
intentar descifrar el enigma del amor que ya fue entrecruzado
llorar, llorar, llorar de nuevo
Te amo, te amo, tambien el amor que me abandono
Amor, amor, vivo en recuerdos y reminiscencias
Tú ya eres mi alma.
¿Cómo vivir sin ti?
Oh, tu eres mi amor, donde estás?
Oh, tu eres mi amor por siempre.
“Llorar y llorar por los siglos perdido. Llorar y llorar por los demás. No lloro por mí, lloro por él y por ti. Por aquellos seres indomables que nunca han encontrado la pasión en vivir.”
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Re: What are those lights? / Hero Jaejoong
‘’El sol quema tan fuerte que lo puedo sentir fulminándome, dentro de ti, la luna que tanto refleja aquel recuerdo vago de humanidad. Es por eso que eres el imán, el centro de atracciones, el polo tierra de mi presente, me llenas con tu energía, con la fuerza que antes me mantenía vivo, por eso mi asombro, mi dedicación a tu voz.’’
La pregunta había sido directa, clara, concisa. Esperaba de esas respuestas vislumbrantes que te dejan sin aliento, en mi caso, que me apretaran la yugular y la hiciesen estallar. Estaba profundizando en el ambiente, en su rostro, su cabello, su piel blanca, suave y muy cuidada. Creo que le prestaba más atención de lo que cualquier ser puede estar curioso con expectativas. Mis ojos denotaron cierto asombro al ver el abismo que se había creado entre ambos, entre tanto él estaba pensante, yo contemplaba más allá de su agitado cabello moverse con el viento. Solté una sonrisa, me esperé justo la respuesta que me había dado, una que había sido sellada con su silencio y gritada con sus ojos, seguía perdido en sus labios que no dejaban ningún susurro al viento, solo su mundo dando vueltas. —Hero….- susurré antes de que sus labios terminasen la frase que había escuchado, miré al suelo con una sonrisa marcada, de medio lado y negué la cabeza dos veces, devolviéndole la vista a él, enfocándome en su inocente mirar. —Se vale decir nada en este caso - ignoré un momento su comentario y me acerqué un poco más hasta él, quedando cerca de su rostro, observándole interesado —Tus ojos- acercándome un poco más —Son de un color peculiar pero lo mejor es lo que reflejan por dentro- dije de manera lenta, como una oración. Retraje mi cuerpo hasta su posición normal y dirigí mi vista al cielo percibiendo todo su resplandor.
Esta vez, sin verle de forma escrutadora, me perdía en el horizonte negro que parecía no tener fin. ¿Cuándo había comenzado esto? Me hice la pregunta interinamente, sin obtener una respuesta, de humano jamás se me cruzó terminar en esto. Todos tienen deseos en su vida, ambiciones, cosas que quieren, sueños que se cumplen y otros que no quedan más que en eso, sueños. Cerré mis ojos y agobiándome un rato por el maremoto de ideas, parecía que era costumbre cada que me reunía con el cantante, un poco exagerado. Mis labios emitieron un crujido y contesté sin pensar dos veces —Eso sería como una inmortalidad Hero, detesto decirlo pero, ¿no nos hace más malditos? Aunque claro ‘’Ojos que no ven, corazón que no siente’’- mencioné muy seguro o quizás no tanto por lo menos eso era lo que quería demostrarle —Reencarnar en animales, personas o cosas, no te hacen menos miserables la existencia comparado con esto, es una cruel relación si sabes a lo que me refiero. La vida debe de terminar en su momento por muy extraño que se escuche o luego terminamos siendo jueces del destino, decidiendo por otros, controlando el mundo - crujieron los pequeños tallos verdes al ser quebrados por el peso de mi cuerpo y me dirigí hasta mirada —Pero si esa historia es verdadera, no estaría mal ser un oso- solté en son de broma agregada a una sonrisa que mostró mi dentadura.. Una grieta entre ambos se ladró distanciándonos, era obvio que la duda embriagaba el cuerpo de cualquiera pero hay cosas que son mejores no decir, o al menos no ahora.
Mi cara seria se quebró después de unos segundos y los inventos de él, su cuerpo delgado me hacía creer que era tan débil que el mismo viento podía quebrarle —Seguro, luego escucharás por todo París, llamando ‘’bichitos de luz ‘’ a las luciérnagas, será nuestro secreto - me aferré a su mirada. —Podría jurar que eres como humano- murmuré al oírle enlistar las cosas que le hacían feliz, era increíble pero no muy alejado de lo que con regularidad yo hacía por costumbre y claro, satisfacción. Cuando anochecía y sabía que era hora de despertar lo hacía con un propósito y era ser mejor en el campo que me desempeñaba, los vinos. Con cosas así quizás más minúsculas era muy perfeccionista porque de una u otra manera deseaba que quien probase el vino, no quedara en uno más sino que, permitiera enclavarse en su sangre y compartir un buen recuerdo, como el que yo estaba teniendo con él, solo faltaba una buena copa. —La próxima vez estaría encantado de probar algún plato de cocina preparado por tus manos. Yo invito la bebida- sonreí ladinamente, observando el panorama. Me carcajeé por dentro e hice una cara que reflejaba mis disculpas para el cantante, el comentario no había pasado desapercibido —Algunos estaban por morir Hero, quizás les hiciste un favor, sus alas rotas no pudieron con la sacudida de tu peso- dije con un tono aparentemente serio pero que reflejaba la ironía, volviéndole a molestar —Seguro en tu pie están sus cadáveres- sintiendo su leve golpe sonreí, mis ojos se asombraron y mis cejas alzadas le miraban hacer aquella pataleta de niño. —Hero, anda, no hay mejor recompensa que dejarte escuchar, no importa si es algo triste o feliz, seguro revives su espíritu- posé una de mis manos sobre su hombro, como si quisiese abrazarlo pero aún había un poco de distancia para eso. No estaba seguro si las últimas palabras que antes había dicho habían sido para los insectos que nos seducían con su baile o para mí. Me quedé callado esperando siempre con mi mano posada en su brazo.
El viento nos azotó con cortesía y con el borde de mi ojo miraba al vampiro entablando amistad con otra luciérnaga de nuevo, quizás la misma que había soltado, había vuelto hasta él. Como un murmullo su cantar comenzó a palparme los nervios, su voz quebrada sonaba peculiar, no era como la que antes había escuchado en el teatro y no es que estuviese desafinado, no, estaba rota. Cerré mis ojos, como si quisiese canalizar todo aquello, esa energía que venía como olas al aire. Las luces seguían saliendo del campo, las que estaban ocultas se dispersaban buscando el horizonte, su vuelo me lo decía. Por dentro un dolor que constreñía mi pecho comenzó a aparecer, como si con una mano me arrancaran lo que hace tiempo había dejado de latir. El viento sopló con intensidad mayor dejándome desprovisto, abrí mis ojos y no habían más luces, ni la que en la mano de Hero estaba, sólo estábamos él y yo y mi mano que aún le sostenía.
‘’Quizás sean más seres como tú, inexplicables y llenos de luz, los que necesite este sombrío mundo’’
Deiran Chassier- Vampiro Clase Alta
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Re: What are those lights? / Hero Jaejoong
“Crees que tengo el sol, pero solo es un pequeño faro de una luz fugaz e inexistente. Una ilusión que como ustedes, yo mismo creo en mí mismo. Para sentir que estoy vivo aunque la realidad es tan opuesta como decir que del calor sale el frío.”
‘Negros, mis ojos son negros’. Pensaba en el obseso momento en el que el muchacho se acercó a mirarlos. Eran profundos, lo sabía, parecían un pozo holgado lleno de expectativas sin cumplir. En el fondo, siempre había una luz que provocaba un brillo de lágrimas sobre mi ovalado centro. Como los ojos con un gato, como los de un niño. Había muchos adjetivos; no era la primera vez que lo escuchaba, no me avergonzaba, pero tampoco estaba orgulloso de ellos. Pues me delataban completamente como persona. Eran un reflejo de mí mismo, uno que no me dejaba actuar ante situaciones que ameritaban usar el uso de mi falsedad. Y por ello quise bajar mi mirar, pero él no parecía permitírmelo y por ello me quedé mirando esos ojos tan claros que siempre me hipnotizaban, me recordaban a los de mi ave muerta. Pero los de Deiran tenían un pequeño deje de vida que en los del cuervo no podía encontrar. —… Entonces nada… — Acepté y le sonreí de costado, acomodándome los mechos de cabellos que caían sobre mi mejilla. Distanciando nuestras miradas nuevamente, me quedé enfocando mis orbes al frente, riendo suave por sus palabras, jugando con los brotes de pasto que había debajo de mí, era ridículo lo que estábamos viviendo, pero era aún más fantasioso escuchar ambos argumentos. Lo de él siempre era más real, más palpado a tierra. Pero no por eso me agradaba, prefería “no ver” así como él decía, aunque eso me recordó a alguien que había conocido hace poco. Alguien que no veía, pero si sentía.
— ¿Es verdad eso? ¿Los ciegos no sentirán? ¿O es solo un consuelo de pobres? Ah! Un oso? Hahaha, eso es nuevo, pero sería divertido, aunque los oso son muy carnívoros, preferiría ser un conejo. Aunque me gustan los cuervos… — Susurré al final, mordiendo mi labio inferior, me quedé volando en mis pensamientos, riendo suavemente por lo estúpido que era; parecía un tonto con el corazón roto y en realidad, era de esa forma. Pero no era un corazón vivo, estaba muerto y no me lo habían partido, yo mismo había sucumbido a un enamoramiento que desde el principio no había sido correspondido y eso era lo que más me tocaba. Al instante que su invitación llegó, mis recuerdos y pensamientos se rompieron como si hubiesen estado dentro de una burbuja y le miré fijo a los ojos. — ¡Ah! ¡Pero debéis beber mucha sangre para poder probar comida! Tenéis que venir bien alimentado así vuestro cuerpo funciona y puede procesar la comida, si? Sería muy divertido cocinar para vos. — Recaté automáticamente, mientras me fijaba si en mi zapato habían quedado cadáveres de los bichitos, en estos no había ninguno, pero había grandes probabilidades de que si había matado a alguno, los haya perdido en el pasto. De todas formas me sentí mejor al no verlos, podía seguir ilusionándome. Y sus palabras reprocharon una sonrisita pequeña que salió de mí, negando; regañándole con la mirada por ser tan malvado conmigo. Me gustaban los animales, aunque algunas veces me daba asco tocarlos y peor cuando no podía lavarme las manos, aunque lo disimulaba muy bien.
La mano ajena bordeando las capas nítidas de mi traje, se hacía sentir perfectamente en mi piel, me llegaba su frialdad y a pesar de eso no dejé de esparcir mi bella serenata. Era un susurro al viento, era muy leve, muy suave y triste. La voz se resquebrajaba en algunos instantes, pero las notas llegaban perfectamente. Era un único tono, con diferentes notas, sin forzar la voz, procurando no hacer un show falseteado como era natural en mis presentaciones. Era más bien, algo demasiado melancólico, una de las canciones que había compuesto durante varios meses; intentando captar todos los sentimientos que había tenido que pasar. Los sostenidos no los dejaba fluir, los hacía más bien como una pequeña balada con mi boca cerrada, moviendo la cabeza a los lados. La letra se repetía en un instante y por ello solo hacía la melodía, tarareándola para luego cantarla, sonriendo apenas. Era frustrante, me sentía tan mal, mi panza se revolvía como si tuviese algo dentro, sentía que de mis ojos podría caer una laguna entera. Pero ya eran demasiado las lágrimas que había perdido. No había tiempo para seguir de ese modo. Desde aquel día en el que me había encontrado con Giulia, ya nada era lo mismo, tenía un pequeño abanico de esperanzas y como bien habíamos dicho, si el destino quería, lo haría volver. Al final dejé terminar la canción antes de lo habitual, suspirando, viendo como las luciérnagas se escapaban de mi tristeza y con ello me froté con la manga de mi saco, bufando acomodando mis cabellos. No le miraba, no quería mirar a ninguno de los dos lados, estaba molesto, irritado. — Bueno… Mejor nos vamos? Quizá los bichitos piensan que les ocupamos todo el lugar… Se molestarán con nosotros… — Susurré, mirándole a los ojos, sintiendo que mi nariz tomaba un color rosado y brilloso, el lugar donde se estaban conteniendo las lágrimas que soltaría al llegar a mi habitación, cuando me remueva en mi hermoso féretro envolviéndome de sabanas, bañando todo en sangre que saliera de mis ojos. —No quiero saber si os gustó, es una canción horrible. No la volveré a cantar nunca más. — Establecí haciendo un ruido rechinchoso con mi nariz, buscando volver a contenerme, como un niño que quería apaciguar sus ganas de derramar lágrimas y su odio al mundo entero en esos momentos. Y me quise levantar, pero por alguna razón no lo hice, solo apoyé las palmas en el suelo y me quedé estático, mirando al piso, encontrándome con la triste figura de uno de los bichitos de luz muertos. No sabía por qué, pero en ese momento las lágrimas cayeron de ambos costados de mis rasgados ojos, tiñendo con color carmesí la piel pálida que cargaba. Sin dejar salir siquiera un solo sonido, este solo saldría cuando me sintiera lo suficientemente protegido para hacerlo.
“¿Por qué la muerte, la soledad y la frustración son la fuente de todo mal? Es lo que nos persigue, nosotros perseguimos la felicidad, pero la infelicidad siempre está detrás nuestro.”
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Re: What are those lights? / Hero Jaejoong
‘’La matidez mucha veces devuelve el color y sin saberlo regala vida, quizás no seas tan oscuro como piensas, mira qué cruel esta naturaleza. Condenarte a ti a esta infamia es mejor pudrirse en el infierno. Que tu voz jamás se seque, que tu luz siempre te lleve y tus recuerdos te lleven donde más quieres…’’
Y sin pensarlo es como he terminado aquí lleno de rocío y enmarañado en la maleza con aquel cantante. Con aquel vampiro condenado a una verdadera mentira, a una falsa vida y yo me odié. Odié al mundo, al destino, el tiempo, la vida, jamás se puede tener todo para hay quienes no merecen lo que su piel cuenta. Son como esos libros que con solo rozar el forro de la portada te cuentan su historia, te transmiten sentimientos, te llenan, pero dentro de aquello hay rajaduras, pequeños golpes y marcas que han dejado el tiempo y es entonces ahí, los verdaderos amantes de los libros maldicen los antiguos dueños de estos por haberlos tratado de tan infame manera pero después de un tiempo descubren que el contenido siempre es el mismo a pesar de las atrocidades que su exterior mostrarse así como era él. De humano siempre me dijeron que si era una buena persona me pasarían cosas buenas, jamás pasó. Me coloqué pensativo, meditando si aquel que tenía a la par también pensaría igual, con el tiempo pensé en rezar porque su alma no se pudriera así como la de muchos, así como la mía.
—Pienso que los ciegos perciben con mayor intensidad… Aunque sabes muy bien que no es precisamente a eso que me he referido- no me atreví a explicárselo aunque dentro de mí el demonio corría a querer escupir su fuego, me contuve —Me encantaría reencarnar en tal animal porque demuestra lo que me gusta hacer- confesé con una facción un poco seria dedicándole una sincera sonrisa, hundiéndome con el helado viento, con el que envolvía mi hielo y el suyo. Nuestro frío infernal. Le miré de nuevo con atención, era como un niño que se conformaba con lo más simple, con lo eterno, con lo que parece insignificante. Aun así me inundaba de pensamientos porque la espina que el cantante había sembrado en mi dolía, necesitaba sacarla. —Creo que puedo alimentarme de tu comida sin antes haber ‘’cenado’’ formalmente- sonreí —Aunque después de tu banquete podríamos- susurré con cierto afán aquello —Comer el postre- alcé una ceja esperando a que entendiera aquella directa indirecta, sonreí por la broma pero que tenía una pizca de certeza aunque me coloqué a pensar que jamás lo podría hacer frente a él. -¿Por qué?- me dije por dentro sin conseguir alguna explicación, es que me parecía tan frágil.
Aún con mi mano puesta se intensificaba el dolor, aquella espina estaba encarnándose más, despellejándome, no sabía qué era. Con cuánto dolor había que pagar por ocultarlo pero mis dientes mordidos podían fingirlo muy bien, quizás aquel ni lo notase. Todos demuestran su sentir de diferentes maneras, sea cual sea. Omití pensar en mí, deplorable pensamiento se me vino a la cabeza que daba lástima pero de él, casi estaba seguro por su manera de entonar. Su voz quebrada dibujaba una línea azul y verde alrededor de él, su aura podía verla, quebrada y rajándose con aquel sentimiento que el ajeno cubría con susurros. Pude sentirlo. Mis brazos le tomaron con un poco de fuerza aunque a mí tacto jamás le podría calentar. Encerraba un misterio que ocultaba pero a gritos lo dejaba escapar, sonreí por eso. Después de finalizada su voz aplaudí tres veces y sonreí —Hero…- dije con mi ronca voz protestando por su actitud, parecía decepcionado pero había más. Sin medir la pesadez de mi tacto al escuchar sus palabras le negué de inmediato y peiné mis cabellos hacia atrás —Aún no es momento para irse, aún hay algo más por hacer….- dije muy suavemente sin mirarle, despidiendo a la última luciérnaga que se perdía de mi vista —Y ya será en otro momento que comentaremos de esa canción, por ahora no tiene caso hacerlo- sonriendo ladinamente y observándole de cerca en la posición que había adoptado. Impulsivamente no pude evitar sentirle. Una de mis manos le tiró con fuerza hacia mí apretujándole a mi cuerpo, de una manera inesperada y repentina, con fuerza y delicado. Una vez teniéndole ahí, le apoyé como acurrucándole. Susurrándole a su oído —Aquí está mi hombro, está bien hacerlo ahora…- dije levemente sobre su pabellón sabiendo bien que había entendido que sabía que algo dentro de él hablaba más que por su simple capricho y ocultarlo no estaría bien, quizás no tuviera que ver conmigo pero que despilfarrara aquel mar si lo deseaba así sea por el o por mí mismo.
’’Quizás si ves más allá de eso tus ojos te dejen ver, que hay algunos más malditos y aun así sonríen…’’
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Re: What are those lights? / Hero Jaejoong
“La luz es solo una hermosa sinfonía que crece y viaja a velocidades increíbles. Pero se extingue y gasta demasiada energía. Y la oscuridad, esta está siempre, es fácil de ganar y no tiene que viajar, aparece en cualquier lugar, en cualquier ausencia de luz. Allí está el puente gris, la separación de la melodía.”
Percibí sus palabras como rodajas de mantequilla cayendo por el filo del cuchillo, temerosas de ser cortadas al medio, aun sabiendo que luego serían despedazadas y desparramadas sobre la superficie de un pan. Sí, era exactamente como me sentía, como una mantequilla, frágil, débil, quebrable y extrañamente apetecible o al menos eso parecía. Y le sonreí, dejé que mi mente divagara hasta los momentos en los que él me regañaba de alguna extraña manera. Y mordí mis labios, reprochándole, pero luego asintiendo sin dejar salir palabra alguna. Él sabía mejor que yo lo que pasaba por mi mente. En realidad yo no tenía real necesidad de hablar, porque todo lo que pensaba podía ser filtrado en la cabeza ajena. Aquello me asustaba, pero no había nada… Nada, por lo que temer. — Sí, el ‘postre’ sería una buena idea, pero no podéis matar a nadie. — Le advertí subiendo un dedo, dejando que mi sonrisa le examine, negando luego pues se veía adorable o al menos en mi mente realmente parecía un pequeño gatito brabucón. Pero él era un dragón, uno dispuesto a guardar su fuego por mí. Algo que nadie hacía, nadie parecía querer tanto mi presencia como para ocultar su verdadera forma, excepto él. El simple pensamiento, tiñó mis mejillas de rosa.
— ¿Vale la pena? ¿Os estoy lastimando? — Pregunté con la voz rajada en amargura, sintiendo el porvenir como una imagen en mi cabeza. Mi cuerpo tembló como el de un niño en medio de una tormenta y dejé mis ojos caer. Sintiendo sus brazos igual de fríos y pesados que los míos, cómodos, acordes a mi tamaño y solo lo dejé brotar, suspirando al tiempo que mis labios levemente hinchados eran mordidos, para acallar los sonidos de mi interior. Riendo entre dientes por aquellos aplausos que había hecho anteriormente. Y yo me sentía tan despedazado. Pero igualmente lleno de orgullo. —Ay… Mi ojo… — Una nueva risa baja se coló entre mi llanto al sentir uno de los botones de la ropa ajena dando contra allí, me removí y acomodé mi cuerpo, dejando salir un suspiro, queriendo limpiar mis lágrimas que seguían brotando como estiércol. Como una desgracia en momento inoportuno. Era exactamente un nido de pájaros, donde en vez de crearse vida libre, se creaba tristeza fúnebre. Quise golpear el mundo, destrozar todo lo que había a nuestro alrededor, matar cada una de las luciérnagas que tanto me habían gustado.
Estaba entrando en crisis. Tomé mi cabeza y volví a reír, pero ahora sin motivo alguno y luego volví a llorar. Multifacéticamente, me dejé guiar por mi estado, pero sin dejarme ver, manteniéndome tan duro como me era posible, hasta que en menos de cinco minutos parecía haberme quedado sin fuerzas. Pero no era así, seguí llorando al instante, desahogándome como solía hacerlo en mí cuarto, hundiendo mis dedos en la carne de mis brazos, sin dejar que me sea impedido, jadeando pues no quería lastimarlo a él. El mundo era una mierda, todo debería ser quemado, arrastrado al mismo infierno por las manos de satán. Quemarme en una hoguera como tantos inquisidores querían. Pero no, yo no daba el brazo a torcer. Me retorcí como un muñequito de porcelana y froté mis piernas una con la otra, apretándome más contra Deiran, sacando la punta de mis garras, de mi piel. Fueron dos segundos de paz en los que me tranquilicé, miré mis dedos que tenían embadurnados mi propia sangre y suspiré. Levantando la vista, esperando encontrarme con unos ojos sorprendidos, quizá decepcionados. No era un ángel, no era un conejo blanco. Era un simple ser de inmundicia, dos caras de una moneda, era alguien que no podía existir ni como un humano, ni como un vampiro. Un ser ridículo y demasiado trágico.
— Me perdonáis? — Quise encontrar salida al horror que acababa de hacer presenciar al vampiro, alzando mis dedos, mostrándoselos casi sin pensarlo, sin entenderlo. Como si hubiese olvidado que es lo que acababa de hacer. Mis ojos estaban brillando en lágrimas y solo pude frotarlos un poco, llenando mi piel tan blanca y lisa con una mancha roja de derecha a izquierda. — ¿Alguna vez habéis sentido que no encontráis la salida? Bueno, así. ¿Q-qué más hay por hacer aquí? — Recordé sus anteriores palabras y quise continuar la conversación, como si nada de lo ocurrido hubiese pasado. Por un momento, mi corazón parecía latir, los sentimientos seguían ahí, escondidos en mi órgano muerto. Buscando volver a colarse en las profundidades.
“A pesar de que muchos tienen el poder de leer las mentes, pocos o nadie, puede entenderla completamente. Y la mía, la mía es la mente más difícil, capaz de olvidar lo que le conviene, con tal de proteger un destino sin camino.”
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Re: What are those lights? / Hero Jaejoong
‘’Como una canción de melancolía tus letras se deslizan por mi piel y aun así, tu hayas perdido el norte, creo saber que está en ti encontrar el camino, porque esa luz, una vida, esa sangre, nuestro podrido tormento, todo se endulza con el resplandor de tu sonrisa, con la sorpresa de los mares al verte danzar, no bailes por mí, por él, hazlo para salvar tu alma…’’
Su infantil mirar era como si me aprensara rompiéndome en mil, estaba ido en su dulzura de infierno. Sus ojos me reflejaban inquietud y es que desde que le conocí quise descubrir su secreto uno que me gritaba sin espera alguna, ahorcaba mi vena y la hacía estallar. Me concentraba más en gestos que en el mar de ideas, en su infinito delirio por ser feliz. Era como una esponja queriendo absorber su viveza, sus ganas de luchar y volar. Aquello me sonó irracional y por eso alcé la vista a las estrellas, estamos tan lejos de alcanzarles pero aun así guardamos la esperanza de verles de más cerca. Mis oídos percibían su voz, como si fuese un papel pautado grabándome sus notas, me hacía sentir extraño, raramente… feliz. Después de admitirlo le dirigí la mirada de vuelta, soltando un poco de manía en todo aquello. —Quizás un poco de abstinencia por esa noche venga bien- murmuré con un tono tranquilo plateándole mis ojos verdes a los suyos que eran un enorme vacío negro, un hondo infinito del que no quería salir. Escapándome de sus palabras le miraba de reojo sonriendo, siempre fijando mi mirada al horizonte, como si esperaba que algo de ahí viniese, sin saber qué podía ser.
La grieta entre él y yo era aún más grande lo que antes era, estaba conteniendo un torbellino de ideas, emociones, esas sensaciones que reprimía dentro de mí y me hacían tener esta cara de piedra disfrazada de dureza, el solo pensarlo me molestó, todos tienen un punto de quiebre, él lo había encontrado o quizás, lo había vivido de nuevo sin poderlo olvidar, en mi caso, el abismo entre aquello y yo era más grande que la galaxia entera, pensé en que no podría quebrarme, intocable e impertinente. Su voz me distrajo, a pesar que el dolor en el pecho presionaba con mayor intensidad —¿Lastimando?- dije un poco sorprendido pero ocultando aquello con una leve negación que encerraba el secreto —Vale más que la pena, el dolor me recuerda que aún vivo, Hero- mencioné con un aire nostálgico que no pude evitar y sonreí de medio lado observándole. Mis brazos que sostenían aquel delgado cuerpo le sostenía, con aquella debilidad que podría romperse en cualquier momento, sus sollozos llenaban mis oídos. Le miré de cerca ignorando. —Hay cargas demasiado pesadas que con una ligera lágrima pueden sopesar- murmuré siempre aferrando su cuerpo al mío, como si fuese algún tipo de protección, aunque era inútil, él lucharía su propia batalla interinamente. Su risa y llanto me despedazaban en dos, era como una madre que no logra consolar a su bebé. Aquel llanto y esas lágrimas que dejaban rastro en mi ropa eran gruesas por la fuerza con las que se expulsaban; ira, dolor, fuego, hielo, lloraba por mí y lloraba por él.
El olor a sangre inundó el sitio, inmediatamente mi vista descendió hasta buscar el origen de aquel olor, dándose de choque con los del cantante. Mi cejo se frunció mirando aquel chorrete leve brotando de su pálida piel, separándome un poco del cuerpo ajeno negué de inmediato —Yo no tengo nada qué perdonarte Hero, eres a ti mismo que te debes una explicación- tomé con una mano apretándola un poco fuerte hasta que la herida cerrase, era claro, no tardaría más de diez segundos en hacerlo. Sus dedos teñidos de un carmesí así como sus mejillas que mostraban su delito. —El común denominador de la inmortalidad- respondí de manera rápida a su primera interrogante, quería negarme a contestar cual era mi método de olvidar el sin sentido de mi existencia pero creo que era justo y necesario —Mira Hero, sabes por qué me agradas tanto?- murmuré bajo viendo el infinito. —Siento esta admiración por ti por la única razón, que tu dolor, tus confusiones, tu llanto, tu ser, no se han desviado, no te has convertido en un ánima atroz, sedienta de sangre, del dolor ajeno para saciar el tuyo. Burlar la pena con sangre, embriagarse con en ríos de sangre hasta ahogarte en ellos y morir, morir por no poder respirar, por no poder entender qué está bien y qué está mal, por maldecir la noche en la que despertamos, por no poder estar al lado de quien queremos- sopló intensamente el viento, jugando con él y conmigo a ser malos… —Verdaderamente tienes esa energía, una inocencia que en muchos ha muerto así como su sed y ganas de exitir- todo aquello lo había dicho por mí, me había abierto de una manera en la cual jamás había hecho. —Y no, no hay más que hacer por aquí- solté su mano finalmente y limpié con la manga del abrigo los vestigios de dolor de las mejillas del vampiro. Sonreí levemente, una marejada, un destello, ellas volvieron y eran para verle de nuevo y no separarse de él jamás.
‘’Lo más simple es lo más complicado y cada quien busca sus diferentes formas de protegerse’’
Deiran Chassier- Vampiro Clase Alta
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Re: What are those lights? / Hero Jaejoong
“El alma de un mortal es perdida cuando la primer muerte lo agazapa. ¿Piensas que es fácil recuperarla cuando estás muerto? En la inmortalidad el alma es como un tesoro perdido, que hay que buscar en las profundidades de nuestra mente y ser.”
Recordaba que mi padre me decía, que solo el tiempo te hace madurar. Que luego de vivir muchas cosas te haces uno con tu alma y conciencia. Luego del dolor, de la ira, la amistad y el amor. Uno encuentra un verdadero norte, un verdadero destino. Por eso los neófitos siempre son tan violentos, matan por simple gusto y necesidad, sin importarle nada, su alma acaba de perderse. Siempre me pregunté por qué yo no era así, pero no encontré la respuesta jamás, quizá era el simple hecho de haber “nacido” como un vampiro, lo que no me dejaba comprender cuál era lo irracional de mi naturaleza. Aunque también conocía antiguos que eran igual de violentos, eso me descolocaba completamente. — Dicen que la abstinencia purifica el alma que recién resurge del pecho. — Le murmuré desquebrajada mente mientras me acobijaba, bajando el rostro, el cuello lo torcía y dejaba que una sonrisa sincera vague en mi mente y rostro. Por supuesto que él tenía razón. El dolor era la mera existencia de vida en nuestro existir. Ser infinitamente viejos, duros, resistentes y fuertes, todas esas cosas nos hacían olvidar nuestra mortalidad. Pero yo siempre pensaba, cuando me ponía a investigar, que en realidad nosotros, los vampiros, simplemente éramos humanos longevos. Pero decirlo, sería tener que sufrir las risas de millones de vampiros esparcidos por el mundo. Era algo tonto, pero no tan irracional.
Intenté calmarme cuando su abrazo se hizo más fuerte, efectivamente esas muestras de afecto provocaban que nuestro cuervo libere unas especies de partículas, muchos filósofos hablaban de que los abrazos largos daban amor y salud. Y no fue hasta ese momento que pude entenderlo. Sentía como si fuese calor entre ambos, me daba esperanzas, pero al mismo tiempo sabía que yo era como un puerco espín entre sus brazos, lo estaba perforando y dañando con cada segundo que pasaba. Y él se lastimaba más aún por el simple hecho de querer contenerme. Yo era detestable, me odiaba y por eso me estremecía de odio, lágrimas y dolor. Los instantes que pasaban eran eternos y cuando pude terminar de calmarme, sus dedos estaban acercándose a mí, buscando cerrar mis heridas que yo veía con completo interés como se cerraban mis potenciales lastimaduras. La piel se unía, para convertirse nuevamente en una porcelana blanca y rosada. — No sé darme la explicación que necesito… — Escupí las palabras en un sin aliento, con los ojos perdidos en tristeza y gimoteé, como si necesitara aire. Frotando uno de mis ojos para luego subir la vista a verlo. Su ropa estaba arrugada por mi culpa, plegada en partes que estiré el brazo y la acomodé cuidadosamente. Sonriéndole de lado, como intentando enmendar mis acciones.
Fue el rostro del ave el que se aplastó en el del ajeno, estaba viendo al cuervo hablarme y solo al mover la cabeza a los lados se desvaneció, dejando en mis mejillas un mar rojo. Un jadeo calmo se sintió en mi estómago, simplemente escuchaba, miraba y aceptaba. Sintiendo como limpiaba mis manos y mejillas. Me seducía su forma de hablar, la historia que me contaba se asemejaba a mucho de lo que yo conocía, aún no sabía por qué era de ese modo, había sido criado fielmente por mi padre, pero nada de eso parecía tener que ver. Quizá era ese amor vivido en mi país de origen, era eso lo que me hacía sentir tanto amor hacia los humanos. Aunque siempre me ocurría, cuando le daba el beso a alguien me enamoraba, lo abrazaba con ansias, le succionaba la sangre y me costaba montones separarme. — Quiero vivir. Hasta los ochenta al menos. No quiero morir antes de eso… — Mordí mi labio y le sonreí, frotando mis ojos mientras le sujetaba la mano, no quería soltarla, estaba cómodo, estaba feliz entre sus brazos, me sentía protegido. Pero luego entendí que de esa forma le haría más daño y por eso me solté, suavemente me desligué de él y miré hacia el mismo horizonte, dejando caer una lágrima más, que resbaló cuidadosamente por mi mejilla, bordeó mi cuello y se metió entre mi camisa para perderse entre mi piel. — No quiero que las ganas de existir se pierdan… Eso es horrible. — Bajé la mirada al pasto y solo cuando sentí la oleada de luces a mi alrededor subí la cabeza, abriendo la boca que con sorpresa me quedé riendo, como un sueño sentía los pequeños bichitos pegados a mi rostro y me tuve que tumbar a un costado, como si me estuviesen limpiando la tristeza.
— Hola amiguitas, ya es hora de caminar para nosotros, pero hagan más hijitos, ¿sí? Estoy seguro que volveremos pronto. Saluden a Monsieur Deiran. — Con una de ellas apoyada en mi dedo, la acerqué al vampiro a mi lado y esta se prendió en la mejilla ajena, por lo que una risa suave se escapó y termino al instante. Negué con fuerzas, acariciando mi propia mejilla y suspirando empecé a levantarme, caminando hacia uno de los árboles que estaba cerca de allí. Que frustrante, que triste era estar enamorado y no ser correspondido. Me rompía lo que quedaba de mi corazón y esperanzas. Pero luego se volvían a recomponer. Yo estaba negado a perder el amor, ya sea en el ave negra, como en cualquier persona que me rodeara. — Venga, podemos caminar por más adentro, ¿quieres? — Mirando al horizonte, pensé en correr, saltar y volar, para perderme en mi mismo nuevamente.
“La esperanza es imposible que se pierda si estas aferrado fuertemente al sentimiento de amor por ese alguien.”
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Re: What are those lights? / Hero Jaejoong
Tan perdida y asustada está la liebre de ser comida que huye de sus peores miedos, destila su veneno, invierte su alma, muestra sus garras y se convierte en un feroz predador capaz de arrancar cabezas, tan oculto y profundo, tan sagaz e intrépido, ¿Quién de los dos eres? Yo ya aposté por ti y no tengo duda alguna de lo que en tus adentros habita.
Me sentía como un capricho suyo, definitivamente sus palabras cobraban tanta fuerza en mí tal cual así él lo quiera, era como si sus frases fuesen mandatos para mí, quería hacerlo realidad, estar ahí en lo posible para conocer hasta su último capricho. Proteger su pura alma de las dudas, aún así ya tuviese quien lo hiciese. —La abstinencia es solo un acto devoto, un sacrilegio para el pecador, un hecho de fe para el creyente ¿Qué será para mí? - sonreí viéndole a sus ojos, como si esperase una respuesta que me aclarase más de lo que yo quería, era como un títere movido a su elección. En mis adentros gruñí con fuerza pero a la vez lo aceptaba estaba bien que fuese solo mi secreto, sin que él lo descubriese. Sinceramente no sabía qué pensar, estaba tan tranquilo, como si nada tuviese que importarme, como si aquel que tenía frente a mí fuese un intocable. Su esencia estaba por todo el viento, inundaba nuestra soledad. Definitivamente si puede tener alas saldría volando, lejos de todo pensamiento inescrupuloso que con facilidad escupía. Todos podían encontrar su equilibrio, yo estaba perdido sin saber el mío lo cual eso me molestaba, me llenaba de ira y a la vez de malestar interinamente. Mostraba una cara recia pero en realidad por dentro estaba destrozado, mi pecho dolía y es que con facilidad ante su humana/vampírica naturaleza resultaba siendo un tanto vulnerable y me asustaba, lo cual por un momento pensé que sería riesgoso si él se diese cuenta de esa ‘’pequeña’’ debilidad. Su tacto era tan ligero y frágil, más que aquellas lágrimas que manchaban mis ropas, que humedecían su corazón disfuncional. —Hay otras maneras en las que explicas lo que quieres decir Hero, para mí son suficiente, espero para ti también lo sean porque no es de nuestra naturaleza contradecirse una y otra vez, es como aquella planta que resurge de las cenizas y comienza a florecer sin ver su pasado, sin ver atrás, un nuevo comienzo- mis ojos se sobre exaltaron un poco por mis palabras, lograba comprender que aquello que acaba de decir aplicaba para mí también.
Su cuerpo fino se deslizaba por mis sentidos, era como un pequeño que no encontraba consuelo, con una enorme herida que dolía, podía sentirlo dentro de mí. Mis oídos captaban más de alguna emoción pero mis palabras duras caían como gotas flojas para lavar esa sangre que escurría de su grieta de confusión. Sus convicciones parecían tambalearse como una cuerda floja, quebrarse pero aún había un camino. Espeté sobre su cabello y susurré un tanto inclinado a sus oídos —Vivirás el tiempo que desees, el tiempo que tu piel dicte, que huya por la claridad, que disfrute de tu existencia, de la eternidad- me aferré un poco más a él —Tu razón de ser por ahora es alguien más, durarás lo que ese sentimiento te mantenga en pie porque has entregado todo tu ser para con el…- terminé la frase viéndole a sus ojos de infinito negro —Y si tus ganas se pierden… Puedes contar con que estaré ahí para levantarte para que les cantes de nuevo a ellas- hice una referencia a la luz que con afán entre nosotros se colaba.
Sonreí ante su actitud infantil, esa que poco a poco se reponía y rehacía su alma, era pura vida. Miré su mano con aquel pequeño ‘’bichito de luz’’ y no pude evitar sonreírle siempre fijado en los ojos ajenos para después ver al cielo, con una enorme convicción por dentro. Mi mejilla iluminada me distrajo y el viento comenzó a soplar danzando con todas ellas y él era el centro de atención. Miré como su cuerpo se deslizaba hasta uno de los árboles que no dejaba de mover sus ramas por el chocar del aire. Su cosido corazón estaba aún vagante y no esperé ni un minuto más para esperar su respuesta —Y…¿Crees que no eres correspondido?- me fui hasta donde él quedando justo frente a su cuerpo con la vista al lejano profundo y se la devolví con una mueca seria pintada con una sonrisa de medio lado. Me adelanté unos pasos con mis manos dentro en mis bolsillos, como queriéndolas calentar —Si realmente existe algo entre ambos, el tiempo o la eternidad misma será quien te lo dirá, lo aligeres lo que no está escrito- no esperé que me contestara ni tampoco quería saberlo, solo entonces entendí que ni el espacio mismo conspiraría en contra de sus deseos porque ya habían sido dictaminados.
‘’La eternidad es más fácil entre dos, a menos que huyas de ello o cierres las puertas de ésta’’
Deiran Chassier- Vampiro Clase Alta
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Re: What are those lights? / Hero Jaejoong
“No quieras buscar más allá de lo que te muestro. Todo eso está oculto y no quiero que lo vean. Deja de tironear aquellos sentimientos que están sujetos en lo profundo de mi muerta alma. No hay más perdón, no hay más plegarias.”
Era un lienzo de pensamientos que caía sobre mi mente, un pecador, un creyente. ¿Qué significaban esas palabras en realidad? Yo no sabía, pero estaba claro a qué quería llegar él. Y le reproché con la misma mirada que él me lanzaba, negando con una ternura implacable, de esa que solo yo podía dar, porque estaba entremezclada con la de un niño y un hombre, un gato y un conejo. — ¡No mezcléis mis palabras Monsieur Deiran! — Jugué dejando una risita meticulosa navegar entre ambos, mientras las profundidades de mis ojos lo acechaban, lo embestían intentando hacer que vuelque toda clase de pensamientos que tendría escondidos. Y de repente me perdí en la conversación, mordí mi labio y entrecerré la mirada, descansando en mi propio peso, pues supe que él nos hablaba a ambos dos y me conmoví. Era quizá ese ambiente el que realmente nos hacía “renacer” como él decía. Como un ave fénix que resurge de las cenizas. Pero en realidad nosotros simplemente quedábamos en esa etapa…Cenizas, simples cenizas carbonizadas por un exceso de luz. Yo estaba demasiado intranquilo como para ceder a sus pensamientos y como eventualmente había hecho, volví a negar. — ¿Me estáis queriendo decir, que “renacimos” en esto? Por favor Deiran, si esto es renacer… Tss… No lo sé. Simplemente quiero vivir siendo feliz. —
Al final, terminé aquel tema en donde probablemente no concordaríamos nunca, me dejé hacer por sus brazos, fascinado con lo que me rodeaba, desesperado por absorber y dejar salir una y otra vez toda la luz en mi interior. Buscando captar las cosas escondidas entre frases que me dirigía. Entendía especialmente, que había algo entre los dos que quizá fuese muy molesto para nuestras mentes. Aunque principalmente para la mía, que se negaba a dividirse, todo era para mí ave negra, pero sentía el tironeo que deseaba darle un poco a ese ser completamente oscuro que tenía frente a mí. Quizá era simplemente porque necesitaba un apoyo en esos momentos. Pero estaba consiente que no estaba bien, que lastimaría de una forma que no deseaba. Sin embargo a él parecía no importarle. ¿Qué razones podían ser tan importantes como para querer darme un futuro incierto a cambio de nada? Me mareé, tomé mi cabeza unos segundos, quise levantarme y salir volando de una vez. Pero sus brazos me hicieron aguantar. —Duraría eternamente si fuese de ese modo… — Murmuré dejando que el viento se lleve mis palabras hacía el otro eje, pero aun así estaba seguro que él escucharía. Pero no le di importancia, me quedé mirando hacia la nada misma, mientras hundía mis dedos en aquel hermoso árbol que estaba parado para mí.
— ¿Mmm? Descubriréis que mis deseos son demasiado fuertes, demasiado persistentes. Cuando quiero algo, realmente hago lo imposible por tenerlo. Utilizaría todo el poder de mil hechiceros para poder salir a la luz del sol, con tan de obtener lo que deseo… Lo haría. — Inquietante ante su pregunta, le observé a los ojos y luego seguí con mi mirada sus pasos. Encaminándome hacia su mismo lugar, mordiendo mi labio con curiosidad, porque al final, estaba extrañamente contento. ¿Cómo podía ser? Pues siquiera yo mismo lo entendía. Pero en el fondo sabía que todo estaría bien, él era un ser extraordinario, lleno de sentimientos escondidos profundamente en un pozo olvidado. Pero allí estaban, no había desaparecido, no eran como otros que había conocido, que no sentía nada. Tantos inmortales vacíos, porque el paso del tiempo les quitó todo. Esa era realmente la maldición que teníamos, todo lo que está a nuestro alrededor perece, a menos que sea como nosotros. — El destino podría aclarar muchas cosas, pero se supone que el destino cambia, a medida que damos un paso. Las cosas se cruzarán en nuestro camino igual, eso seguro… Pero de diferentes formas. Y yo quiero hacer las cosas a mi manera… — Apoyé una de mis manos en su espalda y la palmeé, sacándole la lengua de forma juguetona, corriendo delante de él, mientras me preparaba para llegar a mi hogar. De repente quise invitarlo a ella, pero unos celos que no eran míos, me penetraron por todo el pecho y corazón. Tragué saliva y el miedo me inundó completamente. Nuevamente mi imaginación me jugaba malos tratos, pero no le hice caso y solo seguí caminando, empujando con dulzura a aquel que venía a mi lado, acomodándome los cabellos, esperanzado de que las cosas siguieran tranquilas, de ese modo, al menos hasta que el encuentro con Nicolás se vuelva una realidad.
Era un lienzo de pensamientos que caía sobre mi mente, un pecador, un creyente. ¿Qué significaban esas palabras en realidad? Yo no sabía, pero estaba claro a qué quería llegar él. Y le reproché con la misma mirada que él me lanzaba, negando con una ternura implacable, de esa que solo yo podía dar, porque estaba entremezclada con la de un niño y un hombre, un gato y un conejo. — ¡No mezcléis mis palabras Monsieur Deiran! — Jugué dejando una risita meticulosa navegar entre ambos, mientras las profundidades de mis ojos lo acechaban, lo embestían intentando hacer que vuelque toda clase de pensamientos que tendría escondidos. Y de repente me perdí en la conversación, mordí mi labio y entrecerré la mirada, descansando en mi propio peso, pues supe que él nos hablaba a ambos dos y me conmoví. Era quizá ese ambiente el que realmente nos hacía “renacer” como él decía. Como un ave fénix que resurge de las cenizas. Pero en realidad nosotros simplemente quedábamos en esa etapa…Cenizas, simples cenizas carbonizadas por un exceso de luz. Yo estaba demasiado intranquilo como para ceder a sus pensamientos y como eventualmente había hecho, volví a negar. — ¿Me estáis queriendo decir, que “renacimos” en esto? Por favor Deiran, si esto es renacer… Tss… No lo sé. Simplemente quiero vivir siendo feliz. —
Al final, terminé aquel tema en donde probablemente no concordaríamos nunca, me dejé hacer por sus brazos, fascinado con lo que me rodeaba, desesperado por absorber y dejar salir una y otra vez toda la luz en mi interior. Buscando captar las cosas escondidas entre frases que me dirigía. Entendía especialmente, que había algo entre los dos que quizá fuese muy molesto para nuestras mentes. Aunque principalmente para la mía, que se negaba a dividirse, todo era para mí ave negra, pero sentía el tironeo que deseaba darle un poco a ese ser completamente oscuro que tenía frente a mí. Quizá era simplemente porque necesitaba un apoyo en esos momentos. Pero estaba consiente que no estaba bien, que lastimaría de una forma que no deseaba. Sin embargo a él parecía no importarle. ¿Qué razones podían ser tan importantes como para querer darme un futuro incierto a cambio de nada? Me mareé, tomé mi cabeza unos segundos, quise levantarme y salir volando de una vez. Pero sus brazos me hicieron aguantar. —Duraría eternamente si fuese de ese modo… — Murmuré dejando que el viento se lleve mis palabras hacía el otro eje, pero aun así estaba seguro que él escucharía. Pero no le di importancia, me quedé mirando hacia la nada misma, mientras hundía mis dedos en aquel hermoso árbol que estaba parado para mí.
— ¿Mmm? Descubriréis que mis deseos son demasiado fuertes, demasiado persistentes. Cuando quiero algo, realmente hago lo imposible por tenerlo. Utilizaría todo el poder de mil hechiceros para poder salir a la luz del sol, con tan de obtener lo que deseo… Lo haría. — Inquietante ante su pregunta, le observé a los ojos y luego seguí con mi mirada sus pasos. Encaminándome hacia su mismo lugar, mordiendo mi labio con curiosidad, porque al final, estaba extrañamente contento. ¿Cómo podía ser? Pues siquiera yo mismo lo entendía. Pero en el fondo sabía que todo estaría bien, él era un ser extraordinario, lleno de sentimientos escondidos profundamente en un pozo olvidado. Pero allí estaban, no había desaparecido, no eran como otros que había conocido, que no sentía nada. Tantos inmortales vacíos, porque el paso del tiempo les quitó todo. Esa era realmente la maldición que teníamos, todo lo que está a nuestro alrededor perece, a menos que sea como nosotros. — El destino podría aclarar muchas cosas, pero se supone que el destino cambia, a medida que damos un paso. Las cosas se cruzarán en nuestro camino igual, eso seguro… Pero de diferentes formas. Y yo quiero hacer las cosas a mi manera… — Apoyé una de mis manos en su espalda y la palmeé, sacándole la lengua de forma juguetona, corriendo delante de él, mientras me preparaba para llegar a mi hogar. De repente quise invitarlo a ella, pero unos celos que no eran míos, me penetraron por todo el pecho y corazón. Tragué saliva y el miedo me inundó completamente. Nuevamente mi imaginación me jugaba malos tratos, pero no le hice caso y solo seguí caminando, empujando con dulzura a aquel que venía a mi lado, acomodándome los cabellos, esperanzado de que las cosas siguieran tranquilas, de ese modo, al menos hasta que el encuentro con Nicolás se vuelva una realidad.
“Descubrirás que tan molesto puedo ser, si cuando de tomar algo se trata. Porque todo lo que quiero lo tengo y si no lo tengo lo intento destruir.”
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Re: What are those lights? / Hero Jaejoong
Solo tú eres quien me da pistas de lo que está oculto, de lo que se enterrado, de lo que está latente. Sin querer te abres y se cierras como crustáceo y picas con tus tenazas ,mordisqueando aquí y allá afanado por agarrar todo lo que ves y yo que soy como el mar estoy para condescenderte el anhelo.
El susurro del viento era tan juguetón como él cuando me miraba con esa carita de niño consentido, como si todo le molestase, como si todo le gustase. Como si pudiese amar/odiar en pocos minutos, estaba feliz y triste de una manera inusual y rápida que si parpadeaba no le vería sonreír porque después estaría regañándome por algo o cuestionándome lo que decía o hacía, eso por una parte me hacía sentir tranquilo porque era tal cual lo había conocido esa noche en el teatro, no todo era una novedad. Mis ojos incrustados a los ajenos se acercaron un poco para verle de manera más demandante y negué por supuesto sus palabras parecía que ni él ni yo quería dar su brazo a torcer pero detrás de aquellos caprichos habían toques de realidad sublime. —No me digas Monsieur- exigí en un tono discreto y moderado, frunciendo el cejo sin poder evitar sonreír —Te guste o no de aquí ha surgido algo que es necio a nuestro pensar, a tu terco no y a mi necio sí- le dije como si supiera que él también sabía que su juego para mí era más entendido que lo más explicado. Era más que un sacrificio, un pacto.
Entre ambos estaba un espacio considerable que estaba dispuesto a acortar, me quedé pensando en que posiblemente Hero no era tan niño como yo creía porque sus ojos en ese momento me declaraban muchas cosas y yo no estaba seguro qué eran. Eran como un mar de confusiones pero con lagos de ideas. Me paré en seco. El agua salada y dulce ¿se mezcla? Sacudí con prudencia mi cabeza pues era obvio que sí y es por eso que jamás se le encontraba el origen de cual era cual cuando se navegaba entre ellas, simplemente se sabía que era una sola y que provenían de algún lugar del que nunca sabríamos –para fines en este caso- de dónde salía. Satisfecho me di por servido con aquel leve destello que vi brillar para mí. Hay sacrificios que se hacen sin esperar algo a cambio aunque en esta y la otra vida, todo tiene una recompensa, que sea buena o mala depende de otros factores. —Será así tanto como tú lo quieras. Eres quien tiene la última palabra-miré poco a poco con más detenimiento las estrellas. Ellas mismas cerraban el ciclo.
Le devolví la vista y sonreí viendo sin saber por qué lo decía, En realidad sí pero era más allá de lo que en ese momento quería saber, quizás él me había descubierto al mencionarme a mí mismo que tenía un centímetro de talón de Aquiles que se apellidaba Jaejoong. —Entonces si eres persistente estoy seguro que encontrarás más cosas de las cuales renueven tus energías sólo por tener el deseo de obtenerlas con esa gran fuerza- su sonrisa revivió un poco de mí, olvidando aquella escena, si él lo quería para mí jamás pasó pero no podría ignorar el verdadero contenido de sus lágrimas. Le miré cautivo de sus ojos —Entonces tendrás que aprender a dar tu brazo a torcer, ser flexible, expectante, paciente y claro. Porque la inmortalidad no viene acompañada de ninguna de las cosas que acabo de decirte, por el contrario es peor. Tiempo al tiempo y paciencia al corazón- hasta yo mismo me extrañé de lo que había dicho, no son cosas que usualmente suelo decir con aquella naturalidad pero es que él sacaba lo espontáneo de mí. Sentí su mano y aquella mueca que solo pude negar por su actitud con una sonrisa media dibujada.
El aire salpicaba con más perspicacia en el rostro mientras el destino se hacía más evidente, él a su aposento y yo al mío. Aun guardaba su dirección, había jurado una visita. Al sentir el choque de su cuerpo con el mío llevé una de mis manos a su cabeza, despeinándole el cabello y acomodándoselo de nuevo en la parte detrás de su oreja negándome la idea hasta que llegamos a su enorme aposento. —Vendré pronto por esa cena. Tenlo por seguro.- me acerqué con cuidado hasta su mejilla y deposité un beso frío así como el de aquella noche en el teatro —Y él está cerca, casi estoy seguro- dije desapareciendo en la lejanía, intrigado por ese ser, por el dueño del cantante que quizás en un tiempo no muy lejano tendría el placer o desagrado de conocerle.
Entonces vamos a hacer un consentimiento informado para ser parte de tus experimentos.
-FINALIZADO-
Deiran Chassier- Vampiro Clase Alta
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