Merci |LIBRE|

por **Musa O'White** Dom Sep 08, 2013 12:46 am

El retiro del burdel era de lo más normal, pues era de tarde, y los hombres a esa hora acostumbraban a trabajar o estar de paseo con sus familias, un Domingo, era mucho más libre en cuanto a trabajo, por lo que siempre aprovechaba esos días libres para dar libertinos paseos por las calles parisienses. Solía andar por donde sus pies le llevasen, los parques, la laguna, el cementerio, los recónditos lugares de la ciudad, hasta los mas peligrosos, donde en más de una ocasión se llevaba problemas gratis.
Pero ahora era diferente, el circo llevaba un tiempo llamando su atención y mientras en el burdel los domingos eran días libres, en ese lugar el domingo era el lugar donde mas se trabajaba, o así lo creía ella, no era muy conocedora de los lugares libres. Acostumbraba a estar encamada o encerrada a la siga de un hombre o una que otra mujer que rara vez era seguidora de sus encantos. No le hacia asco a nada, iba con quien le diese un poco de dinero y de paso un poco de placer, nunca perdería aquello, jamas perdería el deseo que tenia por su trabajo, amaba tener sexo, era una delicia, un manjar de los dioses que jamas dejaría de lado.

Seguía los caminos por donde todo el mundo recorría, quizás la multitud la llevaría a la entrada de esas carpas; Pero se detuvo unos segundos para buscar entre sus ropas un poco de dinero, las monedas necesarias o un billete que le ayudara a facilitar su entrada, pero al parecer y con lo despistada que era, había demorado un poco mas e lo previsto, miro a su alrededor y ya no había nadie. Iba con la intención de acercarse ahora a un grupo de hombres, ellos la miraban con malicia, bajo su mirada al propio escote de su vestido ceñido y frunció el ceño. Bien, era cortesana, pero por favor, un poco de respeto, seguía siendo una dama. Mientras alzaba ese escote para mostrar menos de lo que una mente perversa podría imaginarse, se giro y llevo sus pies lejos de ello; Llego a una jaulas aisladas, ahora si que la curiosidad la invadió. A paso lento y silencioso siguió caminando, miro cada jaula, una a una hasta detenerse frente al león, era enorme, su cabellera frunduosa y su respiración agitada al verla hacia que hasta ella misma llevara la misma linea de sus pulsaciones aceleradas, pero a pesar de ese miedo que enfriaba sus manos, dio paso mas hasta el. El animal se levanto en sus cuatros patas y ella se detuvo, el animal también lo hizo. Ella dio un paso mas hacia adelante y el animal rugió con fuerzas. Se enredo entre sus piernas y cayo al suelo de espaldas, con la mirada fija en los ojos de ese felino. Mala idea estar allí.
Retrocedió sus pasos y continuo entre las jaulas, un par de monos chillaban por su atención, otro par de ajenos animales que no llamaron su atención.

Pero al parecer no debía estar allí, pero tampoco quería salir de ese lugar, a lo que continuando sus pasos, ya se encontraba de camuflada entre los sectores prohibidos al publico, miro como un chico maquillado pasaba frente a ella y lo siguió, un trapecista, se escondía entre las escaleras junto a una que parecía un bailarina -Vaya... Vaya... -Mascullo casi para si misma, a lo que escucho un signo de afirmación tras su espalda. Trago en seco y sintió como la fina linea de su espalda se enfriaba, alguien estaba tras de ella y quizás, era un guardia o alguien que la delataría por estar allí. No se giro, solo cerro los ojos y tomo aire a la espera de las palabras de ese ajeno.