AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
¿Me ayudas? - libre
3 participantes
Página 1 de 1.
¿Me ayudas? - libre
Caminó con paso dubitativo por la amplia calle. Sabía que si caminaba un poco mas, llegaría a una plaza arbolada y podría correr como le gustaba jugando con las palomas que intentaría atrapar. Rio divertida de solo pensar en como el sol iluminaria las alas de esas aves, le ilusionaba poder conseguir unas cuantas plumas mas para su cajita de tesoros, - quisiera ser una de ellas – pensó – podría volar y llegar a los brazos de papá -.
Recordar a su papá siempre la hacia llorar, frenó de golpe sus pasos y su pequeño cuerpo comenzó a temblar, mientras delicada boca formaba un apretado gesto de tristeza, sus ojos se llenaron de lagrimas y tapándose el rostro con su brazo dejó que la tristeza saliera en un llanto triste y lastimero.
Las personas pasaban a su lado y algunas se detenían por un segundo para observarla, y preguntarle que le pasaba, pero luego al ver que solo repetía la palabra papá seguían su camino, nadie quería tener que vérselas con un niño perdido, no había tiempo.
Era una hermosa niña de brillantes cabellos rubios algo ondulados, que lloraba llamando a su papá en su media lengua de casi cuatro años. Bien arreglada, con ropas que aunque eran de donaciones parecían casi nuevas. Solo su presencia llamaba enormemente la atención, eso los empleados del orfelinato lo sabían, como también comprendían que por una niña así se podían obtener sendas ganancias. Por eso le separaban las mas bellas y delicadas vestimentas. Si lograban darla en adopción, como era lógico que pasara en ese París convulsionado, si la hacían pasar por la hija de un conde o de un noble decapitado. Las familias de los nobles pagaban muy bien por recuperar a sus vástagos perdidos y por Nouvel deberían desembolsar 5.000 francos.
Ella no sabía como su papá la encontraría pero no perdía la esperanzas, el hombre que la había salvado en el bosque, cuando su mamá se fue al cielo, le había dicho - no te preocupes, pronto tu papá vendrá a buscarte – y ella creía en eso a píe juntillas. Sorbió por la nariz, se secó sus lagrimas e inspiró profundamente, sonriendo luego, pronto podría jugar en aquella plaza y si el destino quería su papá llegaría a buscarla.
Estuvo a punto de salir corriendo cuando se dio cuenta que su botita se había desatado, miró desolada la situación, ella no sabía hacer el nudo ese que tantas veces le intentaron enseñar, observó para todos lados buscando ayuda, ¿alguien la podría ayudar?
Recordar a su papá siempre la hacia llorar, frenó de golpe sus pasos y su pequeño cuerpo comenzó a temblar, mientras delicada boca formaba un apretado gesto de tristeza, sus ojos se llenaron de lagrimas y tapándose el rostro con su brazo dejó que la tristeza saliera en un llanto triste y lastimero.
Las personas pasaban a su lado y algunas se detenían por un segundo para observarla, y preguntarle que le pasaba, pero luego al ver que solo repetía la palabra papá seguían su camino, nadie quería tener que vérselas con un niño perdido, no había tiempo.
Era una hermosa niña de brillantes cabellos rubios algo ondulados, que lloraba llamando a su papá en su media lengua de casi cuatro años. Bien arreglada, con ropas que aunque eran de donaciones parecían casi nuevas. Solo su presencia llamaba enormemente la atención, eso los empleados del orfelinato lo sabían, como también comprendían que por una niña así se podían obtener sendas ganancias. Por eso le separaban las mas bellas y delicadas vestimentas. Si lograban darla en adopción, como era lógico que pasara en ese París convulsionado, si la hacían pasar por la hija de un conde o de un noble decapitado. Las familias de los nobles pagaban muy bien por recuperar a sus vástagos perdidos y por Nouvel deberían desembolsar 5.000 francos.
Ella no sabía como su papá la encontraría pero no perdía la esperanzas, el hombre que la había salvado en el bosque, cuando su mamá se fue al cielo, le había dicho - no te preocupes, pronto tu papá vendrá a buscarte – y ella creía en eso a píe juntillas. Sorbió por la nariz, se secó sus lagrimas e inspiró profundamente, sonriendo luego, pronto podría jugar en aquella plaza y si el destino quería su papá llegaría a buscarla.
Estuvo a punto de salir corriendo cuando se dio cuenta que su botita se había desatado, miró desolada la situación, ella no sabía hacer el nudo ese que tantas veces le intentaron enseñar, observó para todos lados buscando ayuda, ¿alguien la podría ayudar?
Nouvel- Humano Clase Baja
- Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 19/05/2013
Re: ¿Me ayudas? - libre
Para ser sinceros, no hacía tan mal tiempo para estar en invierno, París no se veía hermosa esta vez al estar vestida de blanco a causa de la nieve, era demasiado pronto para que eso ocurriera, aún no hacía el frío suficiente para ver toda la ciudad cubierta con aquel manto que tanto le gustaba a la joven rubia. Hoy el cielo estaba limpio de nubes, dejándonos notar el leve calor del sol que agradaba al pasear por la ciudad.
Samira no necesitaba trabajar para vivir como una joven de clase alta sin faltarle de nada, la herencia heredada por sus padres la harían vivir comodamente, pero éso no le daba felicidad, no quería ser una joven que no tenía otra cosa que hacer que pensar en cotillear o buscar más fortuna o título al lado de un hombre. Para ella era el crear los dulces, los helados y demás comida lo que la hacía sonreír cada mañana y olvidarse de los problemas si los tenía presentes en su cabeza aquel día. Hoy era uno de esos días
Hoy había sido un día donde no había salido de su casa. Un día donde los recuerdos de la vida con sus padres estaban prendidos en su cabeza. Hoy era el día donde recordaba todos los buenos momentos con su padre y lo orgulloso que estaba de la señorita que habían creado. Hoy era el día donde recordaba el funeral de su padre. Sí, hoy era el día de los recuerdos que la dejaban con una mezcla de sentimientos. Hoy había sido uno de los pocos días que no había aparecido por "Les Petits Plaisirs". La joven agarró mejor la cesta donde llevaba unos pocos de sus pasteles y suspiró una vez más mientras paseaba lentamente por la plaza, sus ojos azules miraban al frente pero su mirada estaba perdida al igual que su mente hasta que se encontró con una niña pequeña parada en medio y observando al mundo entero con pesar, "¿estaría bien?" - Princesa, ¿te has perdido?- Susurró la joven con una dulce sonrisa a la vez que se agachaba un poco para quedar algo más cerca de su altura.
Samira no necesitaba trabajar para vivir como una joven de clase alta sin faltarle de nada, la herencia heredada por sus padres la harían vivir comodamente, pero éso no le daba felicidad, no quería ser una joven que no tenía otra cosa que hacer que pensar en cotillear o buscar más fortuna o título al lado de un hombre. Para ella era el crear los dulces, los helados y demás comida lo que la hacía sonreír cada mañana y olvidarse de los problemas si los tenía presentes en su cabeza aquel día. Hoy era uno de esos días
Hoy había sido un día donde no había salido de su casa. Un día donde los recuerdos de la vida con sus padres estaban prendidos en su cabeza. Hoy era el día donde recordaba todos los buenos momentos con su padre y lo orgulloso que estaba de la señorita que habían creado. Hoy era el día donde recordaba el funeral de su padre. Sí, hoy era el día de los recuerdos que la dejaban con una mezcla de sentimientos. Hoy había sido uno de los pocos días que no había aparecido por "Les Petits Plaisirs". La joven agarró mejor la cesta donde llevaba unos pocos de sus pasteles y suspiró una vez más mientras paseaba lentamente por la plaza, sus ojos azules miraban al frente pero su mirada estaba perdida al igual que su mente hasta que se encontró con una niña pequeña parada en medio y observando al mundo entero con pesar, "¿estaría bien?" - Princesa, ¿te has perdido?- Susurró la joven con una dulce sonrisa a la vez que se agachaba un poco para quedar algo más cerca de su altura.
Samira Barascout- Humano Clase Alta
- Mensajes : 49
Fecha de inscripción : 31/01/2013
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: ¿Me ayudas? - libre
Nouvel bajó la vista a su botita, tomó la punta de los cordones y frunciendo el entrecejo, intentó con todas sus fuerzas, recordar como era ese moño, pero su mente se perdía detrás de los recuerdos del gatito atigrado que había saltado a su regazo, esa mañana cuando despertó.
Había estado jugando con él mientras la señora de pecas y rulos color de la zanahoria la vestía con cuidado. Le había atado sus botitas como todos los días, sentada al borde de la cama. Le había puesto un vestido abrigado y medias de lana mas zoquetes porque el día había amanecido frio y no querían que se enfermara. La mujer se arregló el pelo que le caía a la frente perlada por el esfuerzo y comenzó a hablar a la pequeña - bien, Nouvel, espero que ésta vez hayas estado atenta, para recordar como se hace el nudo de tus agujetas – había dicho la niñera. La imponente mujer se incorporaba con dificultad en esos momentos, cuando estuvo parada observó a la pequeña que divertida y perdida en sus juegos, estrujaba al gato entre risas y besos en el pelaje - ¡Nouveelll! - la pequeña la miró con sus ojos bien abiertos y su caríta de yo no fui. Rosa, mantenía sus brazos cruzados en una actitud de reproche y con su pie hacía golpes acompasados en el piso. Su semblante intentaba ser serio y reprender severamente a la niña. Pero no pudo contener la sonrisa y rió, aquella bebé podía estar triste pero siempre entregaba a los demás su amor y su cariños, como si tuviera el don de la empatía, como si fuera capaz de curar el dolor ajeno. - como te extrañaremos cuando vengan a buscarte – dijo mientras alzaba a la pequeña y la colmaba de besos.
Pensaba en eso, en el tazon de leche con su rodaja de pan calentito y untado con manteca salada, su boca se aguó, ya tenía hambre, - que rico sería un pastel – pero se acordó que no tenia ni una moneda en el bolsillo de su vestido y que no podría comprar nada. Debería esperar a volver al orfanato para comer una sopa antes de ir a dormir, con suerte podría comer una fruta a escondidas, si el vendedor de frutas y verduras le obsequiaba una camino a su nuevo hogar. Sus delicados oídos notaron el taconeo de unos pasos firmes dirigiéndose hacia donde ella estaba, y eso llamó su atención, levantó la vista y se quedó sorprendida con lo que contempló. - Un ángel – se dijo, era igual que las imágenes que viera en los libros que su madre le mostraba antes de irse a dormir, o las esculturas que había contemplado en la catedral, aquella mañana cuando se escabulló huyendo de unos señores que pretendían llevarla con ellos. Ese ser, caminaba hacia ella, con sus ojos brillando de dulzura. Nouvel abrió los suyos grandes y expresivos, en su boca se formó una O perfecta, por el asombro que esa aparición había causado en ella.
Aquel ser se acercó preguntando si se había perdido, entonces entendió que no era un ser celestial, que era una persona buena y que intentaba ayudarla, eso no la desilusionó, pero había tenido la esperanza que la ayudara a encontrar a su papá, - los ángeles todo lo ven, podría haberme dicho donde estaba mi papito – pensó con tristeza. Nouvel atinó a cerrar sus labios en un gesto de estar a punto de llorar. Negó con un gesto, - no señora- la miró con sus ojos llenos de suplica y tomando las agujetas , tirando de ellas, - no se como era – sus pestañas se perlaron y su nariz se puso roja como una diminuta frutilla.
Nouvel, solo quería poder atar sus botas y salir tras esas palomas, buscar todas las plumas necesarias para hacerse sus alas y volar a buscar a su papá. No sabía porque, pero se había levantado con la certeza de que si ella estaba en la plaza Tertre su papito la encontraría. Soñaba con sentir el abrazo fuerte de su padre, que la llenara de besos y que nunca mas la dejara sola. No deseaba volver a ese Orfanato, aunque la trataran bien, aunque la mimaran más que a otros niños. Nouvel no lo sabía pero mucho de eso era gracias a la importante suma de francos que el señor que la dejó una noche allí en aquel hogar, había entregado para que la cuidaran y protegieran hasta que pudieran dar con la familia de la pequeña, si es que aún vivían.
Había estado jugando con él mientras la señora de pecas y rulos color de la zanahoria la vestía con cuidado. Le había atado sus botitas como todos los días, sentada al borde de la cama. Le había puesto un vestido abrigado y medias de lana mas zoquetes porque el día había amanecido frio y no querían que se enfermara. La mujer se arregló el pelo que le caía a la frente perlada por el esfuerzo y comenzó a hablar a la pequeña - bien, Nouvel, espero que ésta vez hayas estado atenta, para recordar como se hace el nudo de tus agujetas – había dicho la niñera. La imponente mujer se incorporaba con dificultad en esos momentos, cuando estuvo parada observó a la pequeña que divertida y perdida en sus juegos, estrujaba al gato entre risas y besos en el pelaje - ¡Nouveelll! - la pequeña la miró con sus ojos bien abiertos y su caríta de yo no fui. Rosa, mantenía sus brazos cruzados en una actitud de reproche y con su pie hacía golpes acompasados en el piso. Su semblante intentaba ser serio y reprender severamente a la niña. Pero no pudo contener la sonrisa y rió, aquella bebé podía estar triste pero siempre entregaba a los demás su amor y su cariños, como si tuviera el don de la empatía, como si fuera capaz de curar el dolor ajeno. - como te extrañaremos cuando vengan a buscarte – dijo mientras alzaba a la pequeña y la colmaba de besos.
Pensaba en eso, en el tazon de leche con su rodaja de pan calentito y untado con manteca salada, su boca se aguó, ya tenía hambre, - que rico sería un pastel – pero se acordó que no tenia ni una moneda en el bolsillo de su vestido y que no podría comprar nada. Debería esperar a volver al orfanato para comer una sopa antes de ir a dormir, con suerte podría comer una fruta a escondidas, si el vendedor de frutas y verduras le obsequiaba una camino a su nuevo hogar. Sus delicados oídos notaron el taconeo de unos pasos firmes dirigiéndose hacia donde ella estaba, y eso llamó su atención, levantó la vista y se quedó sorprendida con lo que contempló. - Un ángel – se dijo, era igual que las imágenes que viera en los libros que su madre le mostraba antes de irse a dormir, o las esculturas que había contemplado en la catedral, aquella mañana cuando se escabulló huyendo de unos señores que pretendían llevarla con ellos. Ese ser, caminaba hacia ella, con sus ojos brillando de dulzura. Nouvel abrió los suyos grandes y expresivos, en su boca se formó una O perfecta, por el asombro que esa aparición había causado en ella.
Aquel ser se acercó preguntando si se había perdido, entonces entendió que no era un ser celestial, que era una persona buena y que intentaba ayudarla, eso no la desilusionó, pero había tenido la esperanza que la ayudara a encontrar a su papá, - los ángeles todo lo ven, podría haberme dicho donde estaba mi papito – pensó con tristeza. Nouvel atinó a cerrar sus labios en un gesto de estar a punto de llorar. Negó con un gesto, - no señora- la miró con sus ojos llenos de suplica y tomando las agujetas , tirando de ellas, - no se como era – sus pestañas se perlaron y su nariz se puso roja como una diminuta frutilla.
Nouvel, solo quería poder atar sus botas y salir tras esas palomas, buscar todas las plumas necesarias para hacerse sus alas y volar a buscar a su papá. No sabía porque, pero se había levantado con la certeza de que si ella estaba en la plaza Tertre su papito la encontraría. Soñaba con sentir el abrazo fuerte de su padre, que la llenara de besos y que nunca mas la dejara sola. No deseaba volver a ese Orfanato, aunque la trataran bien, aunque la mimaran más que a otros niños. Nouvel no lo sabía pero mucho de eso era gracias a la importante suma de francos que el señor que la dejó una noche allí en aquel hogar, había entregado para que la cuidaran y protegieran hasta que pudieran dar con la familia de la pequeña, si es que aún vivían.
Nouvel- Humano Clase Baja
- Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 19/05/2013
Re: ¿Me ayudas? - libre
Apenas hace 3 días que he logrado escapar de las mazmorras de Notre Dame con la única idea de reencontrarme con mi hermana Galia. Estos 3 días los he pasado oculto en una cabaña abandonada en los bosques aledaños a París, me sentía débil y sin apenas fuerzas, en estos días tan solo he comido una ardilla que logre cazar con una pequeña trampa de lazo. Eh de reconocer que estaba deliciosa, pero era un pequeño bocado y solo me sirvió para engañar un rato a el hambre, pero hoy al despertar mis ganas de comer eran atroces y decidí adentrarme en la ciudad en busca de un plato de comida caliente.
Dicho y hecho, sin esperar mas salgo de la cabaña poniéndome unos harapos viejos que encontré en su interior, una camisa de algodón blanca y unos pantalones que parecían ser de cazador, aunque estaban muy desgastados. Entro en París con mis tripas rugiendo por el hambre. El sol esta en lo mas alto del cielo, y por su posición se que es el mediodía. Las calles estan repletas de parisinos paseando tranquilamente por la ciudad ajetreados en sus quehaceres y varias diligencias pasan por el asfalto en ambas direcciones. Mi barriga ruge de nuevo, una chica joven que pasa por mi lado me mira con una sonrisa dulce y divertida a la vez, ella mira mis ropas, simples trapos viejos, y comprende que soy un simple vagabundo, pero su mirada era extraña, y con una sonrisa casta y dulce toma mi mano girando mi palma hacia arriba, pone una mano por debajo y la otra encima de mi mano, noto como unas monedas caen en mi palma. -Con esto podrás ir a comer algo.- Me mira fijamente a los ojos, donde veo un brillo extraño, y con una sonrisa feliz me dice. -Te ocurrirá algo bueno muy pronto.- Solo decir esas palabras se gira y se marcha, dejándome extrañado y sintiendo como si conociera de antes a esa mujer. Miro a mi mano, viendo 3 francos los miro curioso, desde que me secuestraron solo vi algún que otro franco cuando los amos se los intercambiaban y realmente no sabe su valor real.
Sigo andando por París, observando las tiendas que hay, al final de la calle puedo ver una enorme plaza, al verla una fuerza extraña me empuja a ir hacia allí, y inconscientemente me dejo llevar. Camino ligero, como hechizado, cuando lega a mí un aroma de sopa y carne, mi vientre se retuerce solo notar el olor, y mi boca comienza a salivar, y a mi derecha veo un restaurante, su apariencia era hermosa y elegante, pero mi hambre me supera y me dispongo a entrar en el local.
-Disculpe monsieur. ¿Donde cree que va?- Me dice una voz a mi lado, me giro para mirar a quien me habla, es un hombre de unos cuarenta y largos, vestido con un esmoquin de camarero y un vistoso y fino bigote. Me mira con aires de superioridad y desprecio. -Estamos completos monsieur, lo siento. ¿Puede salir por favor?- Me dice echándome del restaurante, salgo confundido, viendo que había muchísimas mesas vacías, y cuando me encuentro en la calle me doy cuenta de que me ha echado por mi vestimenta, y el hambre hace que me indigne, y lo miro furioso, dispuesto a saltar sobre él y hacerle entender a base de golpes que tan solo quiero comer algo, pero varios transeúntes se paran a mi alrededor obsevándome y cotilleando entre ellos. Yo solo agacho la cabeza, sabiendo que si causaba algún alboroto atraería a la policía y con ellos la inquisición, y debo encontrar a Galia, debo ir con cuidado con todo lo que hago.
Me giro en silencio, bajando mi mirada evitando las miradas desagradables de la gente que me juzgaba por mis ropas y continuo andando hacia la gran plaza, cada vez con mas hambre.
Dicho y hecho, sin esperar mas salgo de la cabaña poniéndome unos harapos viejos que encontré en su interior, una camisa de algodón blanca y unos pantalones que parecían ser de cazador, aunque estaban muy desgastados. Entro en París con mis tripas rugiendo por el hambre. El sol esta en lo mas alto del cielo, y por su posición se que es el mediodía. Las calles estan repletas de parisinos paseando tranquilamente por la ciudad ajetreados en sus quehaceres y varias diligencias pasan por el asfalto en ambas direcciones. Mi barriga ruge de nuevo, una chica joven que pasa por mi lado me mira con una sonrisa dulce y divertida a la vez, ella mira mis ropas, simples trapos viejos, y comprende que soy un simple vagabundo, pero su mirada era extraña, y con una sonrisa casta y dulce toma mi mano girando mi palma hacia arriba, pone una mano por debajo y la otra encima de mi mano, noto como unas monedas caen en mi palma. -Con esto podrás ir a comer algo.- Me mira fijamente a los ojos, donde veo un brillo extraño, y con una sonrisa feliz me dice. -Te ocurrirá algo bueno muy pronto.- Solo decir esas palabras se gira y se marcha, dejándome extrañado y sintiendo como si conociera de antes a esa mujer. Miro a mi mano, viendo 3 francos los miro curioso, desde que me secuestraron solo vi algún que otro franco cuando los amos se los intercambiaban y realmente no sabe su valor real.
Sigo andando por París, observando las tiendas que hay, al final de la calle puedo ver una enorme plaza, al verla una fuerza extraña me empuja a ir hacia allí, y inconscientemente me dejo llevar. Camino ligero, como hechizado, cuando lega a mí un aroma de sopa y carne, mi vientre se retuerce solo notar el olor, y mi boca comienza a salivar, y a mi derecha veo un restaurante, su apariencia era hermosa y elegante, pero mi hambre me supera y me dispongo a entrar en el local.
-Disculpe monsieur. ¿Donde cree que va?- Me dice una voz a mi lado, me giro para mirar a quien me habla, es un hombre de unos cuarenta y largos, vestido con un esmoquin de camarero y un vistoso y fino bigote. Me mira con aires de superioridad y desprecio. -Estamos completos monsieur, lo siento. ¿Puede salir por favor?- Me dice echándome del restaurante, salgo confundido, viendo que había muchísimas mesas vacías, y cuando me encuentro en la calle me doy cuenta de que me ha echado por mi vestimenta, y el hambre hace que me indigne, y lo miro furioso, dispuesto a saltar sobre él y hacerle entender a base de golpes que tan solo quiero comer algo, pero varios transeúntes se paran a mi alrededor obsevándome y cotilleando entre ellos. Yo solo agacho la cabeza, sabiendo que si causaba algún alboroto atraería a la policía y con ellos la inquisición, y debo encontrar a Galia, debo ir con cuidado con todo lo que hago.
Me giro en silencio, bajando mi mirada evitando las miradas desagradables de la gente que me juzgaba por mis ropas y continuo andando hacia la gran plaza, cada vez con mas hambre.
Stoiko Moadisa- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 19
Fecha de inscripción : 14/05/2013
Edad : 34
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: ¿Me ayudas? - libre
La joven miró con gran dulzura a la pequeña mientras suspiraba algo más tranquila al saber que por lo menos, no estaba perdida en medio de la ciudad. Algo más tranquila por ello pero no del todo, dado que un ser tan pequeñito como el que tenía delante no podía pasear sola por aquella ciudad. Éso es lo que ella creía, pero la realidad era bien distinta, ella también lo sabía. - No pasa nada, princesa. A todo el mundo nos cuesta aprender al principio pero muchos lo esconden. - Acarició muy suave la mejilla de la niña que parecía a punto de llorar. - Mi madre me contaba un cuento para aprender. - Susurró con una sonrisa algo más grande al recordar aquellos momentos junto a su madre donde no era más que una chiquilla como esa niña.
Samira apoyó el cesto que aún tenía en uno de sus brazos en el suelo, al lado de donde ellas dos estaban y tomó un cordón de las botitas. - Orejitas es un conejo muy bonito y curioso que saltaba por todo el campo junto a sus hermanos. - Contaba la joven mientras tomaba los cordones y hacía un pequeño nudo con ellos. - "¡Deprisa, Orejitas! El lobo se acerca" escuchó el conejo con sus grandes orejas blancas. - Fue formando un lazo con cada cordón y miró a la niña sonriendo. - El aullar del lobo sonó está vez más cerca y el conejo asustado corrió y corrió. "¡Corre rápido, Orejitas!" Escuchó a sus hermanos que se escondían detrás del árbol y desaparecían. - Susurraba cruzando los lazos. - Un agujero había allí. "¡Alehop!" dijo Orejitas al saltar dentro y desaparecer de la vista del lobo. El agujero se fue cerrando poco a poco pero las grandes orejas del conejo quedaron atrapadas. "No importa, Orejitas, no te asustes. El lobo no las verá y nos ayudarán para saber cuando el lobo se va" - Samira terminó la historia mientras tiraba de ambos lazos y comprobaba que las botitas estaban perfectamente atadas.
Samira sonrío con dulzura sin perder detalle de aquella pequeña preciosidad de ojos claros que parecía tan dulce como inocente. - Me llamo Samira, princesa. - Susurró aún estando a la altura de la pequeña, mirándola a esos grandes ojos que tenía. Tomó su cesto con una mano y lo alzó dejándolo entre ellas dos, apartó el trozo de tela blanca que cubría a los pasteles y con una sonrisa le susurró. - ¿Quieres uno?
Samira apoyó el cesto que aún tenía en uno de sus brazos en el suelo, al lado de donde ellas dos estaban y tomó un cordón de las botitas. - Orejitas es un conejo muy bonito y curioso que saltaba por todo el campo junto a sus hermanos. - Contaba la joven mientras tomaba los cordones y hacía un pequeño nudo con ellos. - "¡Deprisa, Orejitas! El lobo se acerca" escuchó el conejo con sus grandes orejas blancas. - Fue formando un lazo con cada cordón y miró a la niña sonriendo. - El aullar del lobo sonó está vez más cerca y el conejo asustado corrió y corrió. "¡Corre rápido, Orejitas!" Escuchó a sus hermanos que se escondían detrás del árbol y desaparecían. - Susurraba cruzando los lazos. - Un agujero había allí. "¡Alehop!" dijo Orejitas al saltar dentro y desaparecer de la vista del lobo. El agujero se fue cerrando poco a poco pero las grandes orejas del conejo quedaron atrapadas. "No importa, Orejitas, no te asustes. El lobo no las verá y nos ayudarán para saber cuando el lobo se va" - Samira terminó la historia mientras tiraba de ambos lazos y comprobaba que las botitas estaban perfectamente atadas.
Samira sonrío con dulzura sin perder detalle de aquella pequeña preciosidad de ojos claros que parecía tan dulce como inocente. - Me llamo Samira, princesa. - Susurró aún estando a la altura de la pequeña, mirándola a esos grandes ojos que tenía. Tomó su cesto con una mano y lo alzó dejándolo entre ellas dos, apartó el trozo de tela blanca que cubría a los pasteles y con una sonrisa le susurró. - ¿Quieres uno?
Samira Barascout- Humano Clase Alta
- Mensajes : 49
Fecha de inscripción : 31/01/2013
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: ¿Me ayudas? - libre
La pequeña quedó fascinada por la bella voz de aquella joven que le estaba atando su botita y le enseñaba de una forma tan divertida como hacer el nudo de sus zapatos. Rió con cada movimiento que el conejito hacia y se asustó cuando le habló de lobos, - no, no, lobos no!!! - dijo haciendo gestos de llorar. Solo ella podía entender el miedo que le daban esos animales. Su mamá había partido al cielo por culpa de uno y ella estuvo tan cerca de ser la cena que todo su cuerpecito tembló al recordar sea noche.
Aunque quería demostrar que era una niña fuerte, no pudo contener las lagrimas, lloró en silencio, sin hacer ruido, las lagrimas caían por sus rosadas mejillas, - mamá..., lobo..., papaaaaá – dijo cubriendo sus ojos con el antebrazo. Sorbió por la nariz y se la limpió en la manga de su vestido, - no hagas eso, niña sucia – le había gritado una de las mujeres del orfanato, al recordar la paliza que le habían dado, abrió grande los ojos y miró con terror a la joven de rubios cabellos, - ¿y si, ella me pega, por ser sucia? - se dijo, volviendo a llorar en silencio y ocultando su rostro en sus piernas flexionadas. Estaba sentada en el piso frio y descuidado de una de las calles de París, la separaba una sola calle de la plaza y se sentía totalmente perdida, devastada sin su papá.
Escuchó la voz dulce y cálida de la joven, le dijo que se llamaba Samira, ella levantó un poco su cabeza y dejó que por entre medio de sus cabellos pudiera contemplarla, - Nouvel, me llamo – dijo mirándola con desconfianza, aun temía que le quisiera pegar por secarse las lagrimas con su vestido. Cuando contempló como Samira le sonreía, se animó a levantar su rostro y devolverle la sonrisa, aun con sus mejillas mojadas y sus pestañas acuosas por el llanto.
La observó levantar la tela que tapaba algo dentro de la canasta, y pudo distinguir los manjares que llevaba allí, la boca se le hizo agua y un gruñido surgió de su pancita. Le preguntó si quería uno y Nouvel no pudo decir que no, le sonrió con toda su boca, los ojos se le iluminaron y movió su cabeza de forma afirmativa. Extendió sus manitas para recibir el regalo, entonces se dio cuenta que las tenía sucias y volvió a tener miedo.
Estaba por esconderlas cuando por sobre el hombro de Samira divisó a un hombre que cruzaba la calle hacia la Plaza Tertre. El rostro de Nouvel se transformó, por un segundo miró a Samira, - ¿papá? - dijo mientras de un salto se paraba, rodeó a la joven que sin tener tiempo suficiente se había quedado acuclillada. La pequeña salió disparada hacia la calle, no había nada en el mundo mas que la espalda de su papá que se alejaba de donde ella estaba. Nouvel corrió con todas las fuerzas que sus piernitas le daban, - papáaaaaa, papaaaaaaá – gritaba en medio de una ciudad convulsionada y febril, su voz tal vez no llegaría a oídos de aquel hombre que seguía alejándose de ella.
Llegó al borde, bajó la acerá y corrió por la calle en donde los carruajes se desplazaban a gran velocidad, ella no vio que uno de esos vehículos, tirado por cuatro caballos se le venía encima, solo podía ver los cabellos oscuros de su papá que se perderían entre la gente.
Aunque quería demostrar que era una niña fuerte, no pudo contener las lagrimas, lloró en silencio, sin hacer ruido, las lagrimas caían por sus rosadas mejillas, - mamá..., lobo..., papaaaaá – dijo cubriendo sus ojos con el antebrazo. Sorbió por la nariz y se la limpió en la manga de su vestido, - no hagas eso, niña sucia – le había gritado una de las mujeres del orfanato, al recordar la paliza que le habían dado, abrió grande los ojos y miró con terror a la joven de rubios cabellos, - ¿y si, ella me pega, por ser sucia? - se dijo, volviendo a llorar en silencio y ocultando su rostro en sus piernas flexionadas. Estaba sentada en el piso frio y descuidado de una de las calles de París, la separaba una sola calle de la plaza y se sentía totalmente perdida, devastada sin su papá.
Escuchó la voz dulce y cálida de la joven, le dijo que se llamaba Samira, ella levantó un poco su cabeza y dejó que por entre medio de sus cabellos pudiera contemplarla, - Nouvel, me llamo – dijo mirándola con desconfianza, aun temía que le quisiera pegar por secarse las lagrimas con su vestido. Cuando contempló como Samira le sonreía, se animó a levantar su rostro y devolverle la sonrisa, aun con sus mejillas mojadas y sus pestañas acuosas por el llanto.
La observó levantar la tela que tapaba algo dentro de la canasta, y pudo distinguir los manjares que llevaba allí, la boca se le hizo agua y un gruñido surgió de su pancita. Le preguntó si quería uno y Nouvel no pudo decir que no, le sonrió con toda su boca, los ojos se le iluminaron y movió su cabeza de forma afirmativa. Extendió sus manitas para recibir el regalo, entonces se dio cuenta que las tenía sucias y volvió a tener miedo.
Estaba por esconderlas cuando por sobre el hombro de Samira divisó a un hombre que cruzaba la calle hacia la Plaza Tertre. El rostro de Nouvel se transformó, por un segundo miró a Samira, - ¿papá? - dijo mientras de un salto se paraba, rodeó a la joven que sin tener tiempo suficiente se había quedado acuclillada. La pequeña salió disparada hacia la calle, no había nada en el mundo mas que la espalda de su papá que se alejaba de donde ella estaba. Nouvel corrió con todas las fuerzas que sus piernitas le daban, - papáaaaaa, papaaaaaaá – gritaba en medio de una ciudad convulsionada y febril, su voz tal vez no llegaría a oídos de aquel hombre que seguía alejándose de ella.
Llegó al borde, bajó la acerá y corrió por la calle en donde los carruajes se desplazaban a gran velocidad, ella no vio que uno de esos vehículos, tirado por cuatro caballos se le venía encima, solo podía ver los cabellos oscuros de su papá que se perderían entre la gente.
Nouvel- Humano Clase Baja
- Mensajes : 20
Fecha de inscripción : 19/05/2013
Re: ¿Me ayudas? - libre
Sigo caminando por la calle, que esta atestada de gente, muchos me miran y chismorrean entre ellos, con gesto desaprovador en su rostro. _Por que no se meterán en sus asuntos,dejad de mirarme!_ Pienso sintiéndome incomodo siendo el centro de atención. Bajo mi mirada y camino a paso mas ligero, intentando dejar atrás a la gente curiosa, pronto dejo de notar las miradas acusadoras, y comienzo a respirar algo mas tranquilo. Estoy apenas a tres calles de la plaza cuando comienzo a cruzar una de ellas, y veo en una de las fachadas el cartel de una taberna.
-¿Papa?- Logro escuchar varios metros mas atrás, pero no presto mucha atención, el cartel de la taberna y imaginarme un plato de comida caliente se me hace la boca agua y continuo caminando derecho hacia el edificio.
-papáaaaaa, papaaaaaaá- Vuelvo a escuchar y un escalofrió recorre mi columna por completo. -¿Nouvel?- Digo para mi girándome hacia la voz, y allí la veo, con su bonito pelo y su vestidito, con una enorme sonrisa en su carita y los brazos extendidos hacia mi. Ella comienza a correr por la acera, gritando papá. Comienzo a correr hacia ella, chocando con la gente que esta en mi camino y haciéndolos a un lado a empujones, no preocupan las quejas, es mi hija, mi pequeña Nouvel no hay nada mas importante.
Y entonces veo como Nouvel baja a la calzada sin prestar atención a los carruajes que pasaban a toda velocidad. Y uno de ellos, tirado por cuatro grandes caballos se acerca a toda velocidad hacia mi pequeña. No siento la falta de fuerza ni el hambre, tan solo empiezo a correr con todas las fuerzas que tengo. -Nouveeeeel!!- Grito desesperado viendo como el carruaje cada vez se acerca mas a ella y ella sigue corriendo solo mirando en mi dirección. Tiro al suelo a mas de una persona en mi carrera por salvar a mi hija. Ahora que por fin vuelvo a verla, su rostro es el mismo que cuando me fui, el mismo bebe hermoso, con la naricita y ojos de su madre. Bajo a la calzada y doy un salto con todas mis fuerzas, cogiendo entre mis brazos a Nouvel, mientras caigo me giro, para caer de espaldas, a un lado del carruaje, que pasa apenas a un segundo de que yo coja a mi hija. La abrazo con todas mis fuerzas arqueando un poco mi cuerpo para protegerla, y al caer me golpeo en la nuca con el borde de la acera. Un mareo enorme se apodera de mi, la visión se me nubla y yo solo pienso en Nouvel.
-Nouvel. Papá esta contigo, ya esta todo bien. Tranqui....- Y quedo inconsciente durante 15 minutos, tirado a un lado de la calzada con Nouvel entre mis brazos.
-¿Papa?- Logro escuchar varios metros mas atrás, pero no presto mucha atención, el cartel de la taberna y imaginarme un plato de comida caliente se me hace la boca agua y continuo caminando derecho hacia el edificio.
-papáaaaaa, papaaaaaaá- Vuelvo a escuchar y un escalofrió recorre mi columna por completo. -¿Nouvel?- Digo para mi girándome hacia la voz, y allí la veo, con su bonito pelo y su vestidito, con una enorme sonrisa en su carita y los brazos extendidos hacia mi. Ella comienza a correr por la acera, gritando papá. Comienzo a correr hacia ella, chocando con la gente que esta en mi camino y haciéndolos a un lado a empujones, no preocupan las quejas, es mi hija, mi pequeña Nouvel no hay nada mas importante.
Y entonces veo como Nouvel baja a la calzada sin prestar atención a los carruajes que pasaban a toda velocidad. Y uno de ellos, tirado por cuatro grandes caballos se acerca a toda velocidad hacia mi pequeña. No siento la falta de fuerza ni el hambre, tan solo empiezo a correr con todas las fuerzas que tengo. -Nouveeeeel!!- Grito desesperado viendo como el carruaje cada vez se acerca mas a ella y ella sigue corriendo solo mirando en mi dirección. Tiro al suelo a mas de una persona en mi carrera por salvar a mi hija. Ahora que por fin vuelvo a verla, su rostro es el mismo que cuando me fui, el mismo bebe hermoso, con la naricita y ojos de su madre. Bajo a la calzada y doy un salto con todas mis fuerzas, cogiendo entre mis brazos a Nouvel, mientras caigo me giro, para caer de espaldas, a un lado del carruaje, que pasa apenas a un segundo de que yo coja a mi hija. La abrazo con todas mis fuerzas arqueando un poco mi cuerpo para protegerla, y al caer me golpeo en la nuca con el borde de la acera. Un mareo enorme se apodera de mi, la visión se me nubla y yo solo pienso en Nouvel.
-Nouvel. Papá esta contigo, ya esta todo bien. Tranqui....- Y quedo inconsciente durante 15 minutos, tirado a un lado de la calzada con Nouvel entre mis brazos.
Stoiko Moadisa- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 19
Fecha de inscripción : 14/05/2013
Edad : 34
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Temas similares
» Perfect Lines /Open 24h/
» ¿Me ayudas con...? [Demona +18]
» [libre]Siguiendo una pista, buscando una solución...[Libre]
» Buscando quien soy..... ¿me ayudas ?
» ¿Me ayudas a salir? (Jack Turner)
» ¿Me ayudas con...? [Demona +18]
» [libre]Siguiendo una pista, buscando una solución...[Libre]
» Buscando quien soy..... ¿me ayudas ?
» ¿Me ayudas a salir? (Jack Turner)
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour