Eres como mi hermano, aunque no comparta tu sangre ;; Lancelot

por **Lumarie L.R. D' Alembert** Mar Oct 01, 2013 10:09 am

Recuerdo del primer mensaje :

La brisa que rondaba aquel parque hacía que las hojas revoloteasen por aquel lugar mientras muchos niños de alta y media clase paseaban contentos, jugando con palos o lanzando piedras con alegría. Era realmente confortable ver como unos niños se divertían con palos, pero sabía que si ellos se desprendían de esos objetos, llorarían más de lo que alguien puede llorar por la pérdida de una persona. Tragedias de niños, sueños rotos.
Aquel lugar, a parte de jovencuelos llenos de energía, habían galanes con dulces señoritas adineradas que agitaban sus abanicos de los pequeños rayos del sol que daban en aquel lugar verde donde se escuchaban sonidos de todo tipo. Carruajes en sus alrededores debido a las calles que rodeaban el lugar, pájaros cantar por el ajetreo de los sonidos diversos, la risa de los niños, los murmullos de las habladurías de la gente... todo tipo de sonidos ahora regozijaban mis oídos mientras leía aquel pequeño libro de finas páginas escritas por el puño de mi abuelo Jean Le Rond D'Alembert.

Me hallaba en ese parque quizá una media tarde, pasando ahí el tiempo mientras releía las pequeñas gacetillas y los tomos de la enciclopedia que me abuelo englobó, en su día. Era realmente interesante saber la ciencia del pasado anterior, los ilustrados. Toda la razñon y el saber era de mi agrado, pues no todo englobaba a "Dios" como decía el clero, pero yo no podía hacer más que callar y escuchar, pasar de todo e intentar buscar una manera mejor de solucionar todo por la razón.
Una pequeña brisa azotó el lugar, haciendo que mis largas melenas bailasen al son de aquel frío invernal. Ya faltaba poco para la noche, quizá unas horas, pero, para saberlo mejor, saqué mi reloj de bolsillo de oro que estaba en mi gabardina negra y observé la ora, dejando mi libro encima de mi regazo. Eran las ocho y media.
Di un suspiro y volví a mi lectura, aunque, de pronto, frente a mi apareció una escena que me dejó un tanto chocado. Un niño se cayó frente a mi, de cabeza, haciendo que se quedase en shock. Me levanté rápidamente, con mi libro debajo de mi axila, y me arrodille en el suelo, sujetando la cabeza del niño para intentar ayudarle.

- Pequeño, pequeño, ¿os encontráis bien? -Le decía, sentándolo de lado a mi. El niño me miró y empezó a llorar, asustándome más por la sangre que le salía de una pequeña brecha que se hizo en la frente.- Te has herido. Ven, yo t..

Pero una voz varonil, a mis espaldas, más irrumpió la escena, preocupándose por el niño, a parte de las dos o tres personas que observaban en silencio.

por **Lumarie L.R. D' Alembert** Mar Nov 05, 2013 9:03 am

No podía desconfiar de aquel hombre el cual me había cuidado desde un pasado como si un hermano fuese, siendo ahora bastante importante para mi. Mi hogar ya no estaría solo si de su compañía se tratase y realmente estaría a gusto y podría conversar con alguién, contarle mis preocupaciones, en vez de escribirlas en un diario donde nadie lo leería por nada del mundo. ¿Quién se iba interesar por alguien como yo? Yo sabía que él sí lo haría, por eso me encanta su presencia y pensar que ahora lo volvería a tener a mi lado.

Su grata compañía hacía que acelerasé el pasó, casi como un chico emocionado e ilusionado por un juguete nuevo. No tenía prisa para nada, pues teníamos la tarde apresudara pero larga, de lo más larga. Iba a ser movida, pues teníamos cosas que hacer, pero sabía que estando en su compañía, lo haríamos bien.

— Bueno, bueno, tómate los días que quieras libres, yo estaré en casa, después de todo. Lo que sí pido es que cuando vayas a salir y esté en mi cuarto o en el desván, por favor, avisa antes de nada. Seguramente no te escucharé si lo gritas o algo. — Aconsejé, a sabiendas de que siempre era un despistado cuando estaba leyendo algún tipo de libro tratado sobre los enigmas de la magia (escrito por mi abuelo) o tratando a mis plantas.— Tampoco digo que te quedes si no te escucho. Me basta con que me avisen, ¿Vale? — Le sonreí, juntando nuestras miradas.

Seguíamos camiando y ya veía la salida de aquella plaza, viendo los carros circular, así como la gente. Una taberna cercana no estaría lejos y podríamos refrescarnos con algo en la garganta, pues yo ya me sentía agobiado y de lo más cansado, a pesar de que no llevaba mucho caminando. ¿Sería la emoción?

— Tranquilo, enseguida nos instalaremos. Ya verás que te gustará mucho mi casa y, como hay poca gente, puedes coger un cuarto de los de arriba. Te aconsejo que sea el que tengo en el cuarto de mi lado, pues es el más grande. — Le comenté mientras le di un suave golpe en el hombro y me ajustaba a mi la chaqueta y observaba como tenía este la suya, suspirando por lo mal colocada que estaba.— Bueno, a esta invito yo, pero cuando te page, espero que me la devuelvas, ¿eh?

Sabía que esta amistad no se iba a perder por nada del mundo... ni por el mayor secreto ocultado, el cual sospechaba que hacía.

Off:

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