I'll protect you ;; Giselle.

Fue una mañana agetreada entre tanta mujer y hombre que se ofrecía al puesto de trabajo que había publicado por la media clase. Todo el mundo quería ser ayudante del barón y, quizá, ganarse algo de dinero intentando trabajar a su servicio, pero no encontré a nadie con, al menos, el mínimo de conocimiento sobre plantas medicinales ni lo más mínimo que pedía. Nada. Nadie daba la talla, pero tampoco les iba a dejar con los brazos vacíos y, como compensación, les daba algo de dinero por su entrevista para que, al menos, se comprasen algo. Vinieron muchos de baja clase y me sentí realmente mal denegando el empleo, pero ellos no se lo tomaron a mal y pude seguir con mi mañana.

Todo acabó rápido y ya no hubo nadie que se acercó por casa, dejandome un rato de soledad en el salón de mi casa mientras estaba contemplando el retrato familiar durante unos largos minutos. Voces de mi mente de mi abuelo sonaban: "Vas a ser un gran hombre si tienes grandes intenciones", "Eres todo un orgullo, nieto mío". Frases de mi abuelo materno rondaban mi mente hasta que, de pronto, la voz de mi viejo padré sonó en el marco de la puerta del salón, inesperado.

- Hijo mío, una joven pide su audiencia. Dice venir para la entrevista. -Mientras mi padre hablaba y se colocaba tras de mi, poniendo sus manos en mi hombro, pestañee y cerré los ojos, escuchando su palabra.- ¿Qué le ocurre? Le noto agotado. Soy viejo, pero no ingenuo, porque sabes que soy más listo que usted.
- Padre, realmente hoy no es mi día, créame. -Tragué saliva, levantándome de ese sillón de aquel pequeño comedor.- Da igual, son cosas míos. Solo es un pequeño bajón, no es nada grave. -Tranquilicé a mi viejo padre, poniéndole una mano en el hombro.- ¿Dónde esta la joven?
- En la puerta, hijo. -Me colocó otra mano en mi hombro.

Unos segundos compartimos unas miradas sinceras, llena de amor fraternal y filial. Sonreí ampliamente cuando este me pellizco la mejilla y caminó, como pudo, hacía el sofá, sentándose con un alarido de gusto. Yo reí y, haciendo una leve reverencia, me marché del lugar. Estos pequeños detalles con la gente que quería me daban más fuerzas a seguir.
En el vestíbulo encontré a una de mis sirvientas hablando con la mujer, la cual tenía algo extraño en ella cuando la vi. ¿El aura? Demasiado concentrada, llena de poder. No, no era humana, tampoco parecía malvado ni demasiado concentrado. Me interesó, por eso me acerqué a ella, a parte de que ya venía de por si.

- ¿Sois vos la mujer que tiene la audiencia? Ya se cerró, pero puedo hacerle una excepción. Pase.

Su aura destacaba más que la de los demás, haciendo que me sintiese confuso de porque el aura con tanto poder mágico se encontraba aquí. En mi mente, atravesé quizá un poco en sus pensamientos y su poder y, realmente, era una aprendiz con bastante potencial; me encantaba poder atravesar las barreras, pero a veces me costaba mucho ver que era lo que realmente se escondía en las personas. Hice un ademán con mi cabeza de que pasase, mirando a la sirvienta, la cual la miraba muy mal e indiscretamente, par que cerrase la puerta. Esta la cerró detrás de la mujer y, cuando le hice un gesto, se fue. Con las mismas, quedándome frente a la mujer, le agarré la mano para besarla con una reverencia, mientras la saludaba. Los modales lo primero, la forma coloquial era después.

- Es un placer tenerla en mis lares, bella dama. Veo que viene a por el puesto, pero, a pesar de este frío mañanero, debo de hacer unos recados, así que me gustaría que me acompañase, así sí, le doy el puesto...-"Seguro que se lo daré", pensé para mi mientras seguía hablando, soltándole la mano y cogiendo dos gabardinas bastante abrigantes y dándole una a la mujer.- sabrá lo que deba de comprar cuando le mande a comprar algo. ¿Entiende?


~~

El frío azoraba la zona comercial donde siempre confiaba mis compras por aquellas grandes calles con todos esos mercados de gran marca y gran gama. Había tiendas de todo tipo donde conocía a más de la mitad propietarios, pero hoy solamente me dediqué a los cuidados de mis hierbas medicinales, pues estaban faltos de medicina por el barrio donde vivía y estos las necesitaban; me dedicaba a probar con plantas medicionales por aficción.
Hoy no estaba todo muy transcurrido toda esas calles por el helor y las malas temperaturas, con aquel cielo encapotado que daba la amenaza de lluvia pronto. Aun así, paseaba con mi larga gabardina mientras caminaba al lado de mi acompañante, la cual no le había dicho nada en todo el camino. ¿Es qué a caso ella no se atrevería a decir nada? ¿No era ella la interesada? Por todo el camino -unos diez minutos o por ahí- estudié aquella aura y aquel poder que le rodeaba, siendo mi algo sin novedad y de experiencia de verlo en otros magos. Aun así, quería ver algo más en ella sin mirarla a los ojos y permaneciendo con mi campo de visión al frente mientras jugaba con mi bastón de madera de roble con la punta dorada y detalles de león en mi mano derecha.

Al llegar a la gran calle mayor, me detuve en una esquina de la gran cruzada y miré el ambiente transcurrido con ese gran frío y la calle llena de neblina. Miré a la chica con una sonrisa mientras agarraba el bastón con alternativas manos.

- Ya hemos llegado. Como sabrás, este es el distrito comercial y, bueno, aquí es donde acudo a comprar mis hierbas medicinales y algunas cosas más. Si vas de mi parte en las tiendas, sabrán los dueños que quieres, porque siempre compro lo mismo. Creo que debería cambiar mi rutina. Ya que siempre digo de cambiar el mundo, primero empezar por mi. -Dije todo en un tono sosegado, poniéndome al lado de la chica para contemplarlo todo y, después, di una risotada muy poco prolongada de la broma que me gasté a mi mismo. Suspiré, calmando mi mal sentido del humor, y miré a la chica. Debía de ir al grano.- Bueno, antes de que comencemos mis compras, quiero que me respondas a unas preguntas, ¿Esta bien, mademoiselle? -Carraspee entonces, notando como ligeros mocos ya atravesaban mi garganta por el frío invernal; adoraba ese frío en cierto modo.- Lo primero de todo es su nombre, para conocerla mejor, y de donde es.