Nuevas amistades [Adriana Agdal]

por **Claude Van Musschenbroek** Miér Oct 23, 2013 7:21 pm

Ya era tiempo de la gente de mediano criterio se resguardara en la comodidad y hospitalidad de sus hogares; dejándonos a nosotros, los imprudentes que resguardásemos por la vida de los primeros. Me alisté con mis botas militares, mi chaqueta de cuero mis dagas y rifle para poder hacerle frente a los peligros que la oscuridad dejaba florecer.

Sin embargo, las últimas noches no había tenido nada que me indujera a pensar que ésta sería un peligro, al contrario, las últimas noches mostraban una tendencia marcada a la pasividad.

— Esto se está tornando aburrido y envuelto en la monotonía de la rutina — Pensaba mientras paseaba por París, velando por la seguridad de sus habitantes.

La soledad en la cual estaba inmerso sólo se iba cuando estaba con Sigrid, mas ésta por su oficio no pasábamos mucho tiempo juntos, lo que me llevaba a pensar en la posibilidad de interactuar con otras personas aunque mi voluntad interior estuviese en desacuerdo: era una necesidad más que un deseo.

A lo lejos, cerca del puerto logré vislumbrar una figura oscura se paseaba por entre las casas cercanas a éste, como si fuese un guardia de seguridad o algo similar. Me aventuré sin dudarlo a saber cuál era su propósito ahí o si sólo era mi mente jugando conmigo.

Al acercarme, logré identificar que la figura correspondía a la silueta de una mujer que se paseaba con pisadas calmadas y minuciosas, similares a las mías.

Que imprudente dije en voz leve poniendo más atención en lo que alrededor de esta mujer había pero, para su suerte, solamente estaba ella sola y por ende me aventuré hablarle.

—Mademoiselle, esta no es hora prudente para que se pasee por aquí, constituye un peligro para cualquiera. Por favor, permítame acompañarla a casa—.

En silencio caminamos mientras la examinaba con cuidado y reparaba en que no era un ser sobrenatural porque tuve la oportunidad de que tomase mi brazo y sentir la calidez de éste. Tampoco era luna llena por lo que descarté inmediatamente la licantropía como opción.

Si resultaba una cambiaformas, lo descubriría más adelante pero, por ahora, me resultaba interesante intentar mantener una conversación con una mujer tan intrépida que sale por las noches.