The Last Night || Privado|| Glenn Thomsson .

por **Harriet Migliore** Vie Nov 01, 2013 8:48 am

Ya era la séptima noche en la que no dormía y me la pasaba dando vueltas alrededor de la gran cama que adornaba mi habitación . Mis padres no se encontraban , habían viajado a Inglaterra y mi abuela de seguro estría absorta en algún hechizo por lo que no pude mas con el sonido nulo que hallaba en el lugar llevándome a decidir de una vez por todas levantarme de allí y salir.

Camine a través del corredor centrar de la casa , rumbo al vestido en búsqueda de algún vestido sencillo que usar sin tener la necesidad de levantar a Mary , la criada , para que me ayude a vestirme , ese tipo de cosas eran las que aborrecía , el no poder ponerme un simple vestido debido a lo complicado y ostento que era , y por el otro lado era molestarla . Aquella mujer era admirable y le tenía mucho respeto.

Gracias a dios , encontré un vestido simple de un verde oliva , perfecto para pasar inadvertida está noche . Lo deslice sobre mi cuerpo , me calcé y me até mi capa negra posando su capucha sobre mi cabeza , ya estaba lista para irme de mi hogar al menos unas horas.

Salí de la habitación pase por el cuarto donde estaba mi abuela haciendo una muy elaborada poción -Saldré a caminar , ¿necesitas algo?- interrogué parada en el marco de la puerta con su mirada despectiva posada en mi.

-Sólo ten cuidado- espeto con voz pacifica , a estas alturas de mi vida no me prohibían nada , de todos modos sabían que lo haría igual y que sabía defenderme -Trae raíces de roble querida Harriet- murmuró una vez mas metida en aquel gran caldero. Asentí y salí de la propiedad adentrándome en el bosque.

La noche estaba algo fría pero muy tranquila dentro del contexto de una noche en el bosque cuando a cualquier humano común lo podrían asesinar , bueno a mi posiblemente también pero me gustaba sentirme especial por mis habilidades que ellos tanto aborrecían y yo tanto amaba . Caminé por el lugar buscando un roble y justo frente a mis ojos estaba dicho árbol , pero algo no andaba bien y pude notarlo cuando vi una persona tirada a un lado quejándose del dolor .

Por un momento me quedé estática , pues no sabía si era una trampa , merodeaba un vampiro u hombre lobo , de todos modos mi desesperación pudo mas por lo que en menos de lo esperado salí del trance en el que me encontraba y corrí en dirección al sujeto -¿Que te sucedió?- interrogué dado que preguntarle si estaba bien sería algo muy inapropiado , ya que se notaba que no lo estaba.

por **Glenn Thomsson** Mar Nov 05, 2013 2:02 pm

La maldición que tenía mi vida, era increíble. ¿Por qué moría y volvía a vivir? Me encontraba tan dolido que no podría mover un musculo. Entre mis piernas faltaba algo que me caracterizaba como hombre. ¿Aquel había sido el precio de mi libertad? ¿Mi dulce voz había sido salvada por tal precio? Tirado como un animal moribundo, me sentía, al menos había paz en mi alma, la tortura que había durado más de dos días había terminado, tal vez por sentir tanto alivio era que lloraba, mis lagrimas salían sin poder evitarlo. ¡Cuánto dolía! Mi alma, mi cuerpo, mi intimidad… mi orgullo. Ya o había nada que cubriera mi vergüenza, apenas un vestido hecho trizas, por las garras del maldito cuervo que me apreso.

Deseaba morir, ya los ángeles no existían. ¿O sí? Cerré mis ojos, sintiendo la tierra en mi espalda. ¿Por qué no me abrazaba aun más hasta hacerme desaparecer de la faz de la tierra? Gimotee, sintiendo que ya no podría estar peor, pero los espasmos de un cuerpo colapsado comenzaron a pegarme, volviendo a sentir el dolor de un cuerpo mal herido.

Una voz me distrajo, mire hacia donde una figura borrosa, por mis ojos llenos de lagrimas. Parecía ser una joven por su voz, trate de asentir, negar, pero todo para mí era confuso, por unos minutos pensé que sería Lucy la que me hablaba, que me estaba viendo a buscar, para llevarme consigo al otro mundo, pero no era un ángel de la muerte de quien se trababa, si no, una jovencita que se aproximaba en busca de auxiliarme o eso parecía, en realidad no me importaba, pues para mí faltaban demasiadas cosas en este cruel mundo.

Quise alejarla para que no viera mi estado decadente — Si esta en tu corazón dejarme en este lugar…— trate de moverme, ocultando con la larga tela, que antes era un falda pomposa y perfecta, el charco de sangre que se escurría entre mis piernas, que era absorbida por la tierra —Te… Te lo agradecería — limpie mis lagrimas, ya no valía la pena llorar, esto era lo que el destino me había preparado desde siempre. Decadencia, sufrimiento… simplemente muerte.

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