AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Déjate Llevar Jeremy [Privado]
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Déjate Llevar Jeremy [Privado]
Había salido a dar un paseo por la plaza, pensando en que a esas altas horas de la noche sería difícil encontrar alma viva alguna por el lugar. Llevaba conmigo a mi violín Jeremy, siempre me acompañaba en aquellas salidas improvisadas que lograban dejar en mi una sensación de relajo…
Me era difícil saber cuán estresada era la vida durante el día, solo oía los comentarios de mis compañeros nobles que París era una ciudad frustrante y agitada durante el día… me preguntaban si yo creía lo mismo, y solo respondía con un sorbo de la copa de vino entre mi mano y cerca de mis labios mirándoles intensamente: “Aprovechen el día, estimados señores ya que les faltarán ganas de vivir en las noches”… acentuando mi doble sentido que les provocaba una carcajada a los Condes y Barones que me acompañaban trabajando en mi despacho con los deberes políticos, todo el santo día.
Ya estaban acostumbrados a la exótica estética de mi despacho, donde toda la habitación siempre estaba oscura, pues había mandado a sellar las ventanas dejando solo una, para no levantar sospechas sobre nada, donde abundaban las copas de vino vacías sobre mi escritorio, sobre los divanes mis pautas musicales inconclusas en cronológico desorden, la chimenea siempre ardiendo en su potente llama, las velas siempre encendidas que aromatizaban la habitación mitigando el olor a sangre que llevaba como un gran cola junto a mi…
Ah… necesitaba un respiro, y es por eso que esa noche me dediqué a buscar un rincón en la plaza donde poder a asentarme a practicar un poco de violín, que había dejado abandonado hace un tiempo, debido a que realizaba también clases de piano y sentía que con el piano al día era suficiente para mi…
Tocaba una pieza sencilla, mientras que sentía un poco la brisa de la noche sobre mi rostro y aveces desafinaba las cuerdas de Jeremy de tanto en tanto, pero era una desentonación imperceptible…yo solo quería seguir tocando.
Diversos sentimientos e imaginaciones pasaban a través de mi mente creativa y vuelta loca tras el filo del arco pasando por el puente del violín…
Me imaginaba a mi mismo en un prado, intentando disfrutar de la luz del día que se me ha privado, sintiendo el sol en mi cara sin temor a carbonizarme entero, el aroma a hierba que expelaba el césped rozando suavemente mis narices parecía un edén, un sueño que me parecía desterrado desde lo más profundo de mi alma… aquel anhelo de volver a ser lo que era antes…un simple humano de clase media, que se burlaba de la alta sociedad.
Rompiendo mis imaginaciones, la realidad me golpeaba y veía como día tras día, me rodeaba la realeza y me bañaba en riquezas sangrientas proveniente de una vida mortal que no me pertenecía más que en sueños…
Escuché levemente una suave respiración, sin saber de donde provenía, sin saber si era la respiración de un hombre o una mujer… pero me allegaba a la idea de que era la de una mujer por tan suave gemido aquel, que se mezclaba con la brisa nocturna y tranquila, un respiro delicado… quizás hasta de una infante perdida, no lo sabía… y no quería detenerme más a analizarle pues yo.. me ensimismaba cada vez un poco más en la melodía que tocaba, sin preocuparme si aquel ser llegaría a encontrarme hasta mi posición… escuchaba su caminar suavemente, casi como una pluma rozando a mi piel, y entonces entrecerré mis ojos con calma….
Me era difícil saber cuán estresada era la vida durante el día, solo oía los comentarios de mis compañeros nobles que París era una ciudad frustrante y agitada durante el día… me preguntaban si yo creía lo mismo, y solo respondía con un sorbo de la copa de vino entre mi mano y cerca de mis labios mirándoles intensamente: “Aprovechen el día, estimados señores ya que les faltarán ganas de vivir en las noches”… acentuando mi doble sentido que les provocaba una carcajada a los Condes y Barones que me acompañaban trabajando en mi despacho con los deberes políticos, todo el santo día.
Ya estaban acostumbrados a la exótica estética de mi despacho, donde toda la habitación siempre estaba oscura, pues había mandado a sellar las ventanas dejando solo una, para no levantar sospechas sobre nada, donde abundaban las copas de vino vacías sobre mi escritorio, sobre los divanes mis pautas musicales inconclusas en cronológico desorden, la chimenea siempre ardiendo en su potente llama, las velas siempre encendidas que aromatizaban la habitación mitigando el olor a sangre que llevaba como un gran cola junto a mi…
Ah… necesitaba un respiro, y es por eso que esa noche me dediqué a buscar un rincón en la plaza donde poder a asentarme a practicar un poco de violín, que había dejado abandonado hace un tiempo, debido a que realizaba también clases de piano y sentía que con el piano al día era suficiente para mi…
Tocaba una pieza sencilla, mientras que sentía un poco la brisa de la noche sobre mi rostro y aveces desafinaba las cuerdas de Jeremy de tanto en tanto, pero era una desentonación imperceptible…yo solo quería seguir tocando.
Diversos sentimientos e imaginaciones pasaban a través de mi mente creativa y vuelta loca tras el filo del arco pasando por el puente del violín…
Me imaginaba a mi mismo en un prado, intentando disfrutar de la luz del día que se me ha privado, sintiendo el sol en mi cara sin temor a carbonizarme entero, el aroma a hierba que expelaba el césped rozando suavemente mis narices parecía un edén, un sueño que me parecía desterrado desde lo más profundo de mi alma… aquel anhelo de volver a ser lo que era antes…un simple humano de clase media, que se burlaba de la alta sociedad.
Rompiendo mis imaginaciones, la realidad me golpeaba y veía como día tras día, me rodeaba la realeza y me bañaba en riquezas sangrientas proveniente de una vida mortal que no me pertenecía más que en sueños…
Escuché levemente una suave respiración, sin saber de donde provenía, sin saber si era la respiración de un hombre o una mujer… pero me allegaba a la idea de que era la de una mujer por tan suave gemido aquel, que se mezclaba con la brisa nocturna y tranquila, un respiro delicado… quizás hasta de una infante perdida, no lo sabía… y no quería detenerme más a analizarle pues yo.. me ensimismaba cada vez un poco más en la melodía que tocaba, sin preocuparme si aquel ser llegaría a encontrarme hasta mi posición… escuchaba su caminar suavemente, casi como una pluma rozando a mi piel, y entonces entrecerré mis ojos con calma….
Mikelangelo Van Dort- Vampiro/Realeza
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Fecha de inscripción : 27/09/2012
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Re: Déjate Llevar Jeremy [Privado]
Se había puesto el sol, podía apreciarlo desde mi ventana. Melancólica, observe como el imponente rey los astros se escondía tras los sofisticados edificios del centre de Paris. De todas las posibles combinaciones del circulo cromático, este atardecer parecía tener la peculiaridad y tendencia a prevalecer, en todo momento, de un intenso color carmesí…”como la sangre”. Sacudí la cabeza al instante, extrañada por mis pensamientos inusuales. Sangre, lunas menguantes y la extraña sensación que me recorría cuando me internaba en las oscuras y frías noches de Paris, era en todo lo que había pensado en las últimas semanas y de repente recordé la razón de mi melancolía. Si bien, aún era joven y temeraria, siempre en busca de aventuras, no les daba razón a mis padres para creer que era estúpida o que cualquiera podría engatusarme con falsos hechos de mi interés. Tal vez, me excedía con mi obsesión por lo sobrenatural, pero eso no les daba derecho a privarme de libertad.
Mantenida y cuidada bajo los ojos de mis padres, durante la luz del día, pero al anocher, cuando ellos tomaban un descanso de todo el largo y pesado día, las cosas cambiaban. Hace un par de meses que había encontrado la forma de escabullirme de casa, a altas horas de la noche y regresar antes del amanecer. Siendo así, la única opción para vivir mi vida y aprender por mí misma aquello que mis padres se empeñaban tanto en ocultar.
Fue así como comencé a formar una interesante hipótesis en mi mente. La hermosa Paris de día, me resultaba hipócrita y falsa, gobernada por aquellos que tenían poder económico o socio-cultural. Siempre aparentando ser una buena clase social, luciendo trajes o vestidos extravagantes por las calles o por los lugares más concurridos. Por otro lado había descubierto a la Paris Bohemia que se ocultaba entre las sombras. Dicen que sentidos y percepción se agudizan por las noches, y gracias a esto, pude descubrir que aquellas personas que se esforzaban tanto en dar falsas apariencias, al anochecer mostraban su verdadera cara. Definitivamente ser falsa no me quedaba, y era por esto por lo cual había decidido hacer mi vida “nocturna”.
Como de costumbre, pasada la medianoche, me aventure en una nueva búsqueda. Con discreción caminaba por las calles que la gente de día no suele visitar. Observar, analizar y grabar en mi mente rostros de personas, eran acciones que solía realizar inconscientemente todas las noches. Esta noche en particular no se notaba la afluencia de personas como era habitual. Imagine que habría un evento o baile masivo en la ciudad, por lo cual hoy no sería un día interesante.
Deje que mis pies me llevaran donde quisieran, faltaba más que un par de horas para el amanecer, tenía tiempo disfrutar un poco más fuera de mi rutina diaria. Sumida en mis pensamientos, me detuve al darme cuenta de que mis pies necesitaban un descanso, observe a mi alrededor buscando el mejor lugar para tomar un descanso. Me acerque a una banca no muy lejos de mí y tome asiento. Había llegado a la plaza tertre, un perfecto lugar para terminar de admirar la noche. No pasaron muchos segundos para que a mis oídos llegara una tenue melodía, de lo que parecía ser un violín. Gire buscando al interprete, pero no se encontraba la alcance de mi vista. Preparada para conocer al solista, me deje guiar por la melodía hasta un extremo de la plaza, donde él estaba sentado sumido en la música que tocaba. Tratando de no hacer ruido para no interrumpir, me posicioné en un lugar cerca de él, pero a la vez fuera de su vista y me dedique a escuchar.
Mantenida y cuidada bajo los ojos de mis padres, durante la luz del día, pero al anocher, cuando ellos tomaban un descanso de todo el largo y pesado día, las cosas cambiaban. Hace un par de meses que había encontrado la forma de escabullirme de casa, a altas horas de la noche y regresar antes del amanecer. Siendo así, la única opción para vivir mi vida y aprender por mí misma aquello que mis padres se empeñaban tanto en ocultar.
Fue así como comencé a formar una interesante hipótesis en mi mente. La hermosa Paris de día, me resultaba hipócrita y falsa, gobernada por aquellos que tenían poder económico o socio-cultural. Siempre aparentando ser una buena clase social, luciendo trajes o vestidos extravagantes por las calles o por los lugares más concurridos. Por otro lado había descubierto a la Paris Bohemia que se ocultaba entre las sombras. Dicen que sentidos y percepción se agudizan por las noches, y gracias a esto, pude descubrir que aquellas personas que se esforzaban tanto en dar falsas apariencias, al anochecer mostraban su verdadera cara. Definitivamente ser falsa no me quedaba, y era por esto por lo cual había decidido hacer mi vida “nocturna”.
Como de costumbre, pasada la medianoche, me aventure en una nueva búsqueda. Con discreción caminaba por las calles que la gente de día no suele visitar. Observar, analizar y grabar en mi mente rostros de personas, eran acciones que solía realizar inconscientemente todas las noches. Esta noche en particular no se notaba la afluencia de personas como era habitual. Imagine que habría un evento o baile masivo en la ciudad, por lo cual hoy no sería un día interesante.
Deje que mis pies me llevaran donde quisieran, faltaba más que un par de horas para el amanecer, tenía tiempo disfrutar un poco más fuera de mi rutina diaria. Sumida en mis pensamientos, me detuve al darme cuenta de que mis pies necesitaban un descanso, observe a mi alrededor buscando el mejor lugar para tomar un descanso. Me acerque a una banca no muy lejos de mí y tome asiento. Había llegado a la plaza tertre, un perfecto lugar para terminar de admirar la noche. No pasaron muchos segundos para que a mis oídos llegara una tenue melodía, de lo que parecía ser un violín. Gire buscando al interprete, pero no se encontraba la alcance de mi vista. Preparada para conocer al solista, me deje guiar por la melodía hasta un extremo de la plaza, donde él estaba sentado sumido en la música que tocaba. Tratando de no hacer ruido para no interrumpir, me posicioné en un lugar cerca de él, pero a la vez fuera de su vista y me dedique a escuchar.
Alice Marie Rice- Humano Clase Media
- Mensajes : 29
Fecha de inscripción : 27/11/2013
Re: Déjate Llevar Jeremy [Privado]
De pronto escuché cercana la presencia de aquel susurro en la brisa, había acerado pues, era una joven sencilla que había estado escuchando aquellas notas que le daban algo más de vida a Jeremy. Y entonces sentí el aroma de su carmesí recorrer hasta mis entrañas... no me produjo sensaciones más que de alimentarme, pero ya estaba satisfecho con el bocado que me había mandado hace unas horas atrás en el burdel. Así que por esta noche quedaría libre... ¿Quién sabe si nos podríamos volver a encontrar en otra ocasión y podría yo darme el lujo de bañar mi garganta con su sangre? -Reía para mi mismo al pensar aquello-
Lancé un gran suspiro después de haber descansado los ojos bajo aquel árbol de la plaza y simplemente pronuncié en un volumen adecuado, las siguientes palabras, suficientemente directo para que ella me escuchase pues estaba sentada del otro lado del árbol de donde yo estaba:
¿También andabas buscando algo de tranquilidad?-.. dije con voz tenue mientras miraba el cielo nocturno dejando a mi violín a un lado esperando a si ella quisiera responderme...
Realmente aún inconsciente tras haber vuelto a tocar mi violín, solo me nació hablarle, después de todo tener algo de compañía no me incomodaba... Era normal en mi que comenzara a divagar en lo más profundo de mis pensamientos, incluso podía llegar a ensimismarme sin saber siquiera donde estaba parado o lo que sea. El aroma de la joven increíblemente esta noche, no podía desconcentrarme y solo miraba el cielo nocturno como si estuviera bajo un trance, y mi voz era simplemente un suspiro en el viento dentro de un lugar abandonado.
-No puedo en este momento pensar otra razón que no sea eso...es bastante tarde mademoiselle-hablaba más para mi mismo que para la dama, sin ignorar completamente su presencia. Aunque reconozco que esa noche era perfecta para desviarme de todo sin interrupciones, aceptaría de todas formas que ella se quedase a mi lado acompañando.
Lancé un gran suspiro después de haber descansado los ojos bajo aquel árbol de la plaza y simplemente pronuncié en un volumen adecuado, las siguientes palabras, suficientemente directo para que ella me escuchase pues estaba sentada del otro lado del árbol de donde yo estaba:
¿También andabas buscando algo de tranquilidad?-.. dije con voz tenue mientras miraba el cielo nocturno dejando a mi violín a un lado esperando a si ella quisiera responderme...
Realmente aún inconsciente tras haber vuelto a tocar mi violín, solo me nació hablarle, después de todo tener algo de compañía no me incomodaba... Era normal en mi que comenzara a divagar en lo más profundo de mis pensamientos, incluso podía llegar a ensimismarme sin saber siquiera donde estaba parado o lo que sea. El aroma de la joven increíblemente esta noche, no podía desconcentrarme y solo miraba el cielo nocturno como si estuviera bajo un trance, y mi voz era simplemente un suspiro en el viento dentro de un lugar abandonado.
-No puedo en este momento pensar otra razón que no sea eso...es bastante tarde mademoiselle-hablaba más para mi mismo que para la dama, sin ignorar completamente su presencia. Aunque reconozco que esa noche era perfecta para desviarme de todo sin interrupciones, aceptaría de todas formas que ella se quedase a mi lado acompañando.
Mikelangelo Van Dort- Vampiro/Realeza
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Fecha de inscripción : 27/09/2012
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Re: Déjate Llevar Jeremy [Privado]
Perdida en la melodiosa armonía, que le daba un toque menos sombrío a la soledad de la noche, deje que mi vista se perdiera en aquel manto oscuro recargado de pequeñas y brillantes estrellas. Recargada contra un árbol, comencé a divagar y hacer conjeturas, sobre la belleza que adquirían ciertas cosas a esa hora y que pocas personas se daban el tiempo para admirar.
Cerré los ojos instintivamente, existía ese algo especial en el ambiente, que me hizo relajarme completamente…”Tal vez sea…”.Pero una voz, irrumpió delicadamente el silencio de la noche. Me sobresalte un poco, era lógico que se dirigía a mí, ya que no había ningún otro ser cercano además del singular músico y yo, pero..¿ Cómo habría dado cuenta de mi presencia?. Había sido sigilosa y precavida al acercarme, había tenido sumo cuidado de no emitir ruido, para no causar distracciones. Sin hacer ningún movimiento me quede en mi posición e inconscientemente mordí mi labio inferior.
Debatiéndome si debía salir de mi escondite y enfréntalo, el no tardo en volver a rozar las cuerdas del violín con su arco y volver a reproducir la atrayente tonalidad. Aun apretando sutilmente mi labio con los dientes, apenas fui consciente de cuando termino de tocar, hasta que volvió a dirigirse a mí. No podía seguir fingiendo que no estaba ahí…eso era descortés.
-Tranquilidad…-Suspire, tratando de contestar a su anterior pregunta, y Salí detrás del árbol-Digamos que soy una persona que siempre está en busca de lo opuesto a la tranquilidad-Me detuve a analizarlo detenidamente. Un hombre que lo rodeaba una atractiva aura misteriosa que le confería a su presencia cierto carácter…intimidante, no aparentaba tener más de 36 años, de semblante serio y ojos que denotaban su experiencia.
-Si me permite el atrevimiento...-incline un poco la cabeza-Podría deducir que usted, messire, sufre una noche de insomnio y busca la manera de reconfortarse en el silencio de la noche y su música-Pestañee un par de veces evaluando su expresión-De otra manera, no me explico no haberlo visto antes por estos lugares, ya que suelo frecuentarlo a menudo..-Le sonreí amablemente a la espera de su respuesta-
Cerré los ojos instintivamente, existía ese algo especial en el ambiente, que me hizo relajarme completamente…”Tal vez sea…”.Pero una voz, irrumpió delicadamente el silencio de la noche. Me sobresalte un poco, era lógico que se dirigía a mí, ya que no había ningún otro ser cercano además del singular músico y yo, pero..¿ Cómo habría dado cuenta de mi presencia?. Había sido sigilosa y precavida al acercarme, había tenido sumo cuidado de no emitir ruido, para no causar distracciones. Sin hacer ningún movimiento me quede en mi posición e inconscientemente mordí mi labio inferior.
Debatiéndome si debía salir de mi escondite y enfréntalo, el no tardo en volver a rozar las cuerdas del violín con su arco y volver a reproducir la atrayente tonalidad. Aun apretando sutilmente mi labio con los dientes, apenas fui consciente de cuando termino de tocar, hasta que volvió a dirigirse a mí. No podía seguir fingiendo que no estaba ahí…eso era descortés.
-Tranquilidad…-Suspire, tratando de contestar a su anterior pregunta, y Salí detrás del árbol-Digamos que soy una persona que siempre está en busca de lo opuesto a la tranquilidad-Me detuve a analizarlo detenidamente. Un hombre que lo rodeaba una atractiva aura misteriosa que le confería a su presencia cierto carácter…intimidante, no aparentaba tener más de 36 años, de semblante serio y ojos que denotaban su experiencia.
-Si me permite el atrevimiento...-incline un poco la cabeza-Podría deducir que usted, messire, sufre una noche de insomnio y busca la manera de reconfortarse en el silencio de la noche y su música-Pestañee un par de veces evaluando su expresión-De otra manera, no me explico no haberlo visto antes por estos lugares, ya que suelo frecuentarlo a menudo..-Le sonreí amablemente a la espera de su respuesta-
Alice Marie Rice- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 27/11/2013
Re: Déjate Llevar Jeremy [Privado]
Sonrió tras escuchar que la joven correspondía a sus preguntas, y más aún cuando expresó que no era una mujer que suele buscar tranquilidad. Entonces despertó en mí esa curiosidad por seguir el diálogo.
La voz de la dama resonó en el desolado lugar, incluso hasta la humedad de la noche parecía disiparse tras la voz de la muchacha y de nuestro pequeño intercambio de palabras...
Pensó en sus palabras cuando observó acerca del insomnio. Pero simplemente no podía sufrir de ese tipo de desórdenes, la noche será eternamente mi día... y el día eternamente mi noche...
Seguía afirmado en el tronco del árbol, sabiendo que solo a unos cuántos centímetros de grosor, tenía a la mujer con la que estaba hablando del otro lado... No quise darme la vuelta aún, pues pensé que no le interesaría verme la cara, y que con nuestras voces ceñidas en la oscura noche era suficiente...
Mi mente comenzaba a ponerse un poco más relajada tras haber alzado la voz para hablar... había llegado con la intención de tocar mi violín expresando lo que podía a través de él, pero comenzaba a sentirme sereno y ya mi mente emblanquecida viajaba a través de los astros brillantes, que de un momento a otro, sin darme cuenta, comenzaban a rellenar el cielo nocturno...
Después de una pausa silenciosa, donde no se escuchaban ni siquiera los sonidos naturales, me tumbé en el césped cayendo con la mitad del cuerpo al otro lado del tronco donde nos afirmábamos y entonces la vi por vez primera...
-Bonsoir, mademoiselle...- dije con mi voz grave y serena mirándole atentamente.
Mi desplante se tranquilizó y solo así pude contenerme de acariciar los hermosos cabellos rojizos que caían por el hombro de la misma, las damas de cabellos rojizos… definitivamente eran una de mis debilidades…-suspiré algo avergonzado por tal expresión en mi mente- ….
Sus ojos reflejaban naturalidad, y al parecer no me tenían ese miedo que desvela y hace que las criaturas arranquen de mi mirada. Solo seguía tumbado allí contemplándola mientras que mis brazos y manos se doblaban bajo mi nuca para afirmarla. Eran esos segundos mágicos en que la compañía de la criatura desconocida, pareciera que hubiese estado a mi lado toda la vida. Y entonces lo descubrí, se llamaba: “Comodidad”
…Si pues entonces era comodidad…. ¿Sería la noche que translucía mis pesares y los enviaba lejos de aquel manto estrellado?... ¿Sería aquella voz cincelada en la brisa como el susurro mismo rozando a mis fríos labios? Una sola caricia podría llegar a quebrarme en este momento solo por el hecho de que mi alma se sentía en paz consigo misma… pero… ¿Por cuánto tiempo más duraría aquel dulce placer?....
-No sufro de insomnio mademoiselle… solo de sufro de una oda a la noche junto a mi música-… susurré mirando las estrellas, en la misma posición quieta, tumbado al revés al lado de la joven, con la mirada ida y la voz gastada….
La voz de la dama resonó en el desolado lugar, incluso hasta la humedad de la noche parecía disiparse tras la voz de la muchacha y de nuestro pequeño intercambio de palabras...
Pensó en sus palabras cuando observó acerca del insomnio. Pero simplemente no podía sufrir de ese tipo de desórdenes, la noche será eternamente mi día... y el día eternamente mi noche...
Seguía afirmado en el tronco del árbol, sabiendo que solo a unos cuántos centímetros de grosor, tenía a la mujer con la que estaba hablando del otro lado... No quise darme la vuelta aún, pues pensé que no le interesaría verme la cara, y que con nuestras voces ceñidas en la oscura noche era suficiente...
Mi mente comenzaba a ponerse un poco más relajada tras haber alzado la voz para hablar... había llegado con la intención de tocar mi violín expresando lo que podía a través de él, pero comenzaba a sentirme sereno y ya mi mente emblanquecida viajaba a través de los astros brillantes, que de un momento a otro, sin darme cuenta, comenzaban a rellenar el cielo nocturno...
Después de una pausa silenciosa, donde no se escuchaban ni siquiera los sonidos naturales, me tumbé en el césped cayendo con la mitad del cuerpo al otro lado del tronco donde nos afirmábamos y entonces la vi por vez primera...
-Bonsoir, mademoiselle...- dije con mi voz grave y serena mirándole atentamente.
Mi desplante se tranquilizó y solo así pude contenerme de acariciar los hermosos cabellos rojizos que caían por el hombro de la misma, las damas de cabellos rojizos… definitivamente eran una de mis debilidades…-suspiré algo avergonzado por tal expresión en mi mente- ….
Sus ojos reflejaban naturalidad, y al parecer no me tenían ese miedo que desvela y hace que las criaturas arranquen de mi mirada. Solo seguía tumbado allí contemplándola mientras que mis brazos y manos se doblaban bajo mi nuca para afirmarla. Eran esos segundos mágicos en que la compañía de la criatura desconocida, pareciera que hubiese estado a mi lado toda la vida. Y entonces lo descubrí, se llamaba: “Comodidad”
…Si pues entonces era comodidad…. ¿Sería la noche que translucía mis pesares y los enviaba lejos de aquel manto estrellado?... ¿Sería aquella voz cincelada en la brisa como el susurro mismo rozando a mis fríos labios? Una sola caricia podría llegar a quebrarme en este momento solo por el hecho de que mi alma se sentía en paz consigo misma… pero… ¿Por cuánto tiempo más duraría aquel dulce placer?....
-No sufro de insomnio mademoiselle… solo de sufro de una oda a la noche junto a mi música-… susurré mirando las estrellas, en la misma posición quieta, tumbado al revés al lado de la joven, con la mirada ida y la voz gastada….
Mikelangelo Van Dort- Vampiro/Realeza
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Re: Déjate Llevar Jeremy [Privado]
Con tan solo asomarme de mi escondite fui conocedora de la poca distancia que nos separaba. Extrañanamente la situación causaba cierta emoción en mi…normalmente mi reacción hubiera sido permanecer distanciada del solitario desconocido en la mitad de la plaza con un violín, pero por alguna extraña razón, por más extraña que fuera su conducta, no me producía la sensación de querer mantenerme alejada. A demás el frio ambiente instaba a comenzar una amena charla nocturna.
La luna parecía estar en su mayor esplendor, su luz aclaraba mis ideas y ayudaba en el control de mi ansiedad. Escuchando el silencio que me rodeaba, deje escapar un suspiro que fue transformado en vaho, como la pequeña neblina blanquecina que rodeaba el lugar. Y fui consciente del frío que me acechaba.
Junte mis manos y las acerque a mi boca dejando escapar y un poco de calor en un intento de poder recobrar algo de temperatura. El suave sonido del césped siendo aplastado hizo que girara la cabeza en su dirección…y estaban un par de ojos mirándome con intensidad, pero eso no fue lo que capto mi interés total, si no que fue el extraño brillo que encontré al dejar caer mi mirada en la suya, como si fuera una criatura que rara vez se puede encontrar en lugares como este.
-Bonsoir…messire…-Fueron las palabras entrecortadas que salieron de mis labios y fueron interpretadas por una voz neutra en repuesta a su saludo. Silenciosos minutos le siguieron, en los que él seguía mirándome y yo le respondía de la misma manera. En algún momento el cruce de miradas constante se debería haber vuelto una escena incómoda para alguno de los partícipes, pero..No sucedió. Por aluna razón que desconocía no podía quitar mi vista de sus profundos ojos que sugerían precaución.
No estaba segura si mi interés radicaba en lo misterioso del suceso...¿Qué hacia un hombre sólo a la mitad de la noche?¿Sería un comportamiento normal?. Tal vez mi curiosidad latente sólo quería probar un poco de lo que me ofrecía la estrellada noche, o si mi interés provenía de la necesidad del ser humano de socializar, de conocer y saber del igual que te acompaña. Del interés que tenía en el ser que estaba recostado a un costado mío.
Quitando mi mirada de la suya, en un intento de no incomodarlo con mis excentricidades, la desvía hacia un punto muerto entre las penumbras de la arboleda y el manto estelar. Donde llegaba el punto que se hacía imposible reconocer cual era cual. Recordando el frio, pase ambas manos mis brazos abrazándome a mí misma, provocando un roce reconfortante.
Mi abstracción en el cielo nocturno, fue nuevamente interrumpida por el susurro de su voz.-Una oda a la noche…Entonces puedo decir que ¿Además de ser músico es poeta?-Pregunte ocultando mi creciente interés-Si me permite puedo preguntar, si no es un trastorno del sueño lo que lo trajo a este lugar ¿Qué fue?-Cerré los ojos castigándome internamente. Por tratar de averiguar más acerca de las personas en simples conversaciones, las cosas no siempre terminaban bien.-Por cierto lamento si eh interrumpido su concentración…yo sólo pasaba por aquí y me detuve a escuchar-Me disculpe rápidamente, mientras acomodaba y mechón de cabello rebelde detrás de mí oreja-
La luna parecía estar en su mayor esplendor, su luz aclaraba mis ideas y ayudaba en el control de mi ansiedad. Escuchando el silencio que me rodeaba, deje escapar un suspiro que fue transformado en vaho, como la pequeña neblina blanquecina que rodeaba el lugar. Y fui consciente del frío que me acechaba.
Junte mis manos y las acerque a mi boca dejando escapar y un poco de calor en un intento de poder recobrar algo de temperatura. El suave sonido del césped siendo aplastado hizo que girara la cabeza en su dirección…y estaban un par de ojos mirándome con intensidad, pero eso no fue lo que capto mi interés total, si no que fue el extraño brillo que encontré al dejar caer mi mirada en la suya, como si fuera una criatura que rara vez se puede encontrar en lugares como este.
-Bonsoir…messire…-Fueron las palabras entrecortadas que salieron de mis labios y fueron interpretadas por una voz neutra en repuesta a su saludo. Silenciosos minutos le siguieron, en los que él seguía mirándome y yo le respondía de la misma manera. En algún momento el cruce de miradas constante se debería haber vuelto una escena incómoda para alguno de los partícipes, pero..No sucedió. Por aluna razón que desconocía no podía quitar mi vista de sus profundos ojos que sugerían precaución.
No estaba segura si mi interés radicaba en lo misterioso del suceso...¿Qué hacia un hombre sólo a la mitad de la noche?¿Sería un comportamiento normal?. Tal vez mi curiosidad latente sólo quería probar un poco de lo que me ofrecía la estrellada noche, o si mi interés provenía de la necesidad del ser humano de socializar, de conocer y saber del igual que te acompaña. Del interés que tenía en el ser que estaba recostado a un costado mío.
Quitando mi mirada de la suya, en un intento de no incomodarlo con mis excentricidades, la desvía hacia un punto muerto entre las penumbras de la arboleda y el manto estelar. Donde llegaba el punto que se hacía imposible reconocer cual era cual. Recordando el frio, pase ambas manos mis brazos abrazándome a mí misma, provocando un roce reconfortante.
Mi abstracción en el cielo nocturno, fue nuevamente interrumpida por el susurro de su voz.-Una oda a la noche…Entonces puedo decir que ¿Además de ser músico es poeta?-Pregunte ocultando mi creciente interés-Si me permite puedo preguntar, si no es un trastorno del sueño lo que lo trajo a este lugar ¿Qué fue?-Cerré los ojos castigándome internamente. Por tratar de averiguar más acerca de las personas en simples conversaciones, las cosas no siempre terminaban bien.-Por cierto lamento si eh interrumpido su concentración…yo sólo pasaba por aquí y me detuve a escuchar-Me disculpe rápidamente, mientras acomodaba y mechón de cabello rebelde detrás de mí oreja-
Alice Marie Rice- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 27/11/2013
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