De Padrastro... a hijastro. (privado)

por **Michael/Häel Collingwood** Jue Dic 05, 2013 1:31 pm

"Me parece que me matan un hijo cada vez que privan a un hombre del derecho de pensar."
Jose Marti.

Desdichado Londres, aquella ciudad que me vio nacer, desde las cenizas mas oblicuas de lo perdido de mi esencia, de aquello que me vio transformar mi inocencia, en eterno odio y sufrimiento palpable, por la noción más perdida de lo ajeno de mi felicidad, un monstruo.
No por algo vagaba en dos caras, era el géminis de mi propio destino, el comienzo y el final de mi, el alfa y omega de mi cosmovisión, yo era todo sin ser nada, no tendría principio de seguir adelante si no hubiese sido por el, aquel hombre con quien me dispuse a conversar de porque me había conocido.

- ¿Porqué me rescataste?... - le preguntaba en un flashback de recuerdos animados

- ... - nada me respondía desde que miraba la luna con más frecuencia, sabia que esta pregunta llegaría a su vida de una u otra manera.

Todo era oscuro en si, no era como si la luna iluminara en alguna parte de su eterna anchura y con otra escondiera su oscuridad, la luna no tenia un lado oscuro... ella era oscura de por si.
De hace un tiempo al mismo, que mirarla se había vuelto un hobby, desde que lo iba a dejar a sus reuniones en la carroza, solía mirar más la luna que de costumbre, olvidando sus libros, olvidando a Tolstoi a quien estaba comenzando a leer desde su viaje a Rusia, lo conocía en persona y habían tenido una extensa charla de como mirar el mundo, desde la experiencia de un viejo como Samael, y desde un joven que creía ser viejo, como Tolstoi.
"El viejo" - como yo le decía - solía entregarme cada noche desde que recordaba unos cuentos de su memoria tan añeja pero sin falta de ser padre, algo que nunca pudo concretar desde que fue convertido, era algo así como el hijo humano que nunca tuvo. - hasta que supe de su eterno amigo Mikelangelo - y como yo creía ser el único, extraño sin duda pensando en que un hombre buscara ser único para otro hombre. Pues ese hombre era mi padre o algo así como mi padrastro.

- ¿Me dirás algo?... - le pregunté en uno de esos viajes en carroza donde anhelaba tanto a la luna, más que a esa mujer que alguna vez amo con tanto recelo, Marthina... aun la recuerdo.

Seguía sin responderme... solo miraba el reflejo de la luna, como si lo mirara de reojo, como si en realidad viera otra cosa, el reflejo de los arboles tal vez, o las ventanas de los edificios londinenses, quien sabe...

Solo, respondeme... ¿quien soy?.

por **Samael von Percy** Vie Dic 06, 2013 1:05 pm

"Todo dura siempre un poco más de lo que debería."
Julio Cortazar.

(...) era complicado pensar en como se habían incluido momentos que no pensé tendría que vivir... yo no podía ser padre desde el momento en que me volví un vampiro, menos aun desde que me quede solo y jamas había tenido esa conversación con alguna mujer. Me sentía tal vez como un niño jugando a creerse padre, pero no podía jugar a serlo si ya alguien dependía de mi desde hace años... todo eso me tenia sin duda confundido, tanto como buscar la respuesta a porque el destino me había escogido a mi; el desdichado, el maltrecho, el podrido... encontrar a una criatura tan pura como un bebe, y que ademas debía cuidar con fuerza pues lo que habia pasado con sus padres era indescriptible.

- ¿Porqué me rescataste?... -

No podía responder ante semejante pregunta... miraba la luna mientras el esperaba una respuesta hace años, y sin duda no estaba preparado para decirle que, tal vez lo salve por que si, o tal vez porque deseaba tener un hijo... el no lo entendería, no entendería que un vejestorio de 4582 años deseaba ser padre y no podía serlo por su condición maldita...

Yo lo quería mucho, y le di todo lo que un hombre podía darle a un joven de nuestra época, buena salud, buena educación, un buen vivir... pero para que evitara las persecuciones de ser un hijo de un vampiro se le asigno a la mansión de los mayordomos donde de igual manera tendría una vida tranquila y sin traspié que lo obligara a algo que no quisiera...

- Déjame pensar... - le dije mirando la Luna, o al menos su reflejo, pensaba en su luminosidad, me devolvía a la mansión, lo había invitado a comer conmigo, claramente era mi hijastro y de vez en cuando era bueno pasar tiempo con el...

- Prefiero que en la mansión hablemos... - le dije mientras miraba los edificios que tapaban la luna, me había quitado la concentración del momento y me di cuenta que Michael me miraba a través del espejo... me puse nervioso...
Ya hablaríamos... cuando fuera necesario...

por **Michael/Häel Collingwood** Mar Dic 24, 2013 1:05 am

"La mayor gloria en la vida no consiste en no caer, sino en levantarnos cada vez que caemos."
Nelson Mandela.

Seguía conduciendo el coche de mi padrastro llegando ya a una hora de la mansión, nos quedaba bastante de viaje...
No entendía porque escondía de mi, con tanta fortaleza impenetrable el deseo de saber mi propia historia, esa historia personal que todo hombre debía saber y yo era negado de esa oportunidad.
Su mirada sobre el espejo, retratando la luna como si no hubiese otra y es que en la metáfora el intentaba buscar lunas en su vida, que iluminaran los últimos vestigios de su humanidad retardada - o al menos eso se consideraba el... - pero lo cierto era, y hasta lo que pude saber de el... es que yo había sido como el hijo que el jamas tuvo, pero que no se atrevía a llamarme hijo, por respeto a mi verdadero padre... un obrero de clase baja, a quien mi padrastro respeta mucho - y era claramente por sus tendencias ideológicas que jamas entendí, para ser honesto. - lo que llevaba a que jamas me llamara hijo, aunque había sido el quien por cierta suerte me había dado un mejor porvenir, en esta sociedad claramente clasista... donde por mi sangre no corría sangre real, estaba destinado a ser a escondidas el hijastro de el Gran Duque de Inglaterra, Samael Midstrange von Percy, mientras que yo era simplemente Michael... Michael Collingwood.

- Al menos... podrías decirme algo, ¿no te parece?... el silencio es algo incomodo a una hora de viaje... - Y efectivamente el silencio era algo incomodo a tanta distancia, el mirando la luna y yo... yo mirando hacia que direcciones tomar para llegar más luego a la mansión, cosa algo complicada dado las constantes lluvias y nevadas que han ocurrido últimamente.

- Cuéntame de mi padre biológico... ¿que sabes de el? -
Trate de buscar conversación en una sencilla pregunta que podia tener doble intención, y es que... - recordando... - haber vivido toda una vida con un antiguo vampiro tiene sus ventajas - y sus contras también... - como por ejemplo...
- Sabia mentir mejor que el resto...
- Sabia esconderme mejor que la mayoría...
- Sabia secretos que otros no sabian... (ok creo que eso no debía decirlo.)
Pero todo eso, me hacia tener la suficiente astucia de sacar verdad por mentira, y era efectivamente lo que trataba de hacer ahora, mi querido lector.

- Decidme my lord... ¿que era lo que hacia tan grande a mi padre que lo respetas tanto?... soy un joven bastante curioso... algo que agarré de ti. -
Notaba aun en su rostro cierto desconcierto al mirar la luna... ¿Que lo tendría así?
A veces sentía que mis preguntas lo incomodaban, pero como dije en un principio... tenia derecho a saber quien era, y algo provechoso se podrá sacar de esta hora de viaje... por las buenas, o por las malas.

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