Extraña melodía [Dalmau]

Había pasado la mayoría de los otoños en los bosques cazando algo para comer, mi tiempo en forma felina se iba a largando con el paso de los años, los primeros años solo eran escasas horas de transformación ahora podía permanecer mas de 12 horas en mi otra forma, y aunque me facilitaba gran parte de las cosas, a veces me ponía a pensar que hubiera pasado si... si hubiera llegado con mi familia a la presentación con la alta sociedad, que hubiera pasado si mis padres adoptivos siguieran vivos... que hubiera pasado si se enterasen de mi secreto... tantas preguntas que nunca, sí nunca serian respondidas.

Pocas veces podía sentir un vacío en mi interior y desde que los rayos de sol empezaron a iluminar el bosque, por primera vez en mucho tiempo me sentí sola, abandonada, sin nadie a quien acudir, con quien hablar, no conocía otros de mi especie, y eso me hacia dudar... ¿por que yo? por que. La fría mañana en el bosque se presentaba, eso me había despertado, tuve amigos... pero hace cuanto que no los veía... ahora entendía por que pasaba la mayor parte de mi tiempo siendo una felina, una gatita, por que a muchos les gustaban los gatos y los acariciaban, si era eso el extraño cariño que recibía como gato nunca lo había tenido como humana o mejor dicho, hasta los 13 años lo tuve.

Había encontrado una chosa abandonada y ahí deje mi maleta con mis vestidos, y mi dinero, estaban sumamente escondidos así que no me preocupaba si alguien irrumpiese en el lugar. Me puse el vestido mas hermoso que a mi parecer tenia, era color rosa palido con detalles en rosa oscuro, me acomode el pelo, que acostumbraba a llevarlo corto, y risado. Salí de aquel refugio y camine por el sendero, el estomago me sonaba pero pasaría a comprar una manzana para callarlo. Al llegar a las calles de la hermosa París, anduve a paso lento observando los lugares, el comercio pero hubo algo que llamo mi atención el Palacio Royal, me quede mirando la arquitectura del lugar en verdad era maravilloso y no pude quedarme con las ganas de solo mirarlo por fuera, sus puertas estaban abiertas. Me adentre en el y todo en su interior era magnifico, reluciente y fascinante, ¿cuantos bailes habrán ocurrido en este lugar? me pregunte mientras observaba el gran salón, subí por unas escaleras y vi todo desde el balcón de esta, nunca había visto tanto lujo en un solo lugar. Mis pasos eran pausados me imaginaba bailando, hablando con gente de clase en fin, llegue a un pequeño salón donde habían varios asientos y un piano, siempre habían llamado mi atención el sonido o la música que uno podía crear con estos... pero yo no tuve la oportunidad de aprender a tocarlo.

Mire en todas direcciones, las personas que habían en el palacio parecían andar en lo suyo, entre y me dirigí al piano, me senté en el banco que había frente de el y toque una nota por largos segundos, luego otra... pero no sabia.... simplemente eran al azar...

Cada nota que tocaba, hacía que la melodía extraña me embriagara, me imagine en un teatro, con todas las butacas llenas de las mas distinguidas personas esperaban que el telón se abriera para dar paso al espectáculo único en Paris, Sophia D`Luca, aparecía en cuanto el telón se abrío, con un vestido blanco como la nieve que hacía denotar sus bellas facciones y sus ojos color verde, hace una reverencia, y el publico comenza aplaudir, los ojos de Sophia emocionados les dedicaba una sonrisa amplia y como si estuviera bailando llega al pequeño banco color negro, y toma asiento con la delicadeza única de una dama de su clase, el piano que tenia enfrente negro,mas negro que la noche relucía con la tenue luz que había en el lugar, el corazón de Sophia estaba agitado la sensación de ser observada le encantaba de cierta manera, sentia el aprecio de los espectadores. Acomodo las partituras, que extrañamente entedia la mitad de lo que decian pero, por harte de magia comenzo a tocar cada uno de los acordes, cada una de las lineas que en conjunto hacian que la melodia brillara por si sola, era su primer solo de pianista y su corazon estaba agitado al igual que su respiracion, dio su alma tocando esa extraña melodía que le llegaba al corazón, al alma, sus ojos se nublaron de emoción era lo mas hermoso que le había tocado vivir era simplemte admirable, toco la ultima nota como si fuera la primera y el teatro quedo en silencio, cosa que duro tan solo unos segundo y la ovacion se hizo presentes eran aplausos… Lastima que solo eso cayera en mi imaginación, di un suspiro de ingenuidad.

Sonrei para mi ante mi gran imaginación yo era un asco para esto, mire las teclas blancas que relucían ante las negras y toque un par de acordes o al menos eso creía yo, era simplemente espantoso para cualquier oído, ladee mi cabeza en negativa y a continuación comence a tocar una a una cada tecla haciendo una escala, sonrei ya que el sonido era ciertamente agradable – Algun día – dije en voz alta sin reparo a lo que a mi alrededor ocurría mas una precensia me alerto, mis instintos genuinos en mi, hicieron que girara mi cabeza hacia el humbral de la puerta muy cerca de esta había una persona, los nervios me invadieron en aquel momento y solo pude articular no sin antes dar un suspiro – Lo siento Monseur, soy un fiasco – dije haciendo mensión que no sabía tocar y que el ruido quizás lo haya molestado de alguna manera.

Me levante del banquillo que estaba sentada, acomodé mi vestido para que se viera bien, en realidad me importaba mi apariencia, pero cuando estaba nerviosa, deseaba con todas mis fuerzas ser Lit, estar en forma de gata y haber estado jugando con el piano, pero heme ahí sin mucho que decir y demasiado nerviosa, quizás él era dueño del piano, o quizás era un gran pianista que había oído lo espantoso que tocaba, muchas dudas saltaban en mi mente, mas que dudas la curiosidad me invadía poco a poco – creo que debería retirarme – dije rompiendo el silencio, que me gustaba de cierta forma, aunque con alguna melodía sería mas ameno. De seguro ya estaba en algun lio y aquel joven que parecia estar en un trance me venia a sacar del lugar; me quede parada a un lado del piano en realidad me sentía avergonzada, era un verdadero fiasco.