Vix Vector: Amanece. Parte I (Libre)

Estaba cansada, era inútil negarlo. Llevaba demasiado tiempo arrastrando aquel agotamiento y las consecuencias de su insomnio y frenético trabajo empezaban a ser demasiado evidentes y descaradas. Su piel lucía más pálida que de costumbre y las medias lunas oscuras que descansaban en la parte baja de sus ojos eran difíciles de ocultar llegados a ese punto. Se había preocupado tan poco por ella misma en aquellos días, que había descuidado su apariencia hasta llegar a un punto peligroso. Cuando dejabas de ser productivo te remplazaban, así como los humanos hicieron en su tiempo con una máquina rota. No es de extrañar pues que todo el mundo intentara lucir lo más sano posible a la hora de firmar, pues la alternativa era acompañar a los Filthcell en un viaje de solo ida hasta el Minstreits, donde simplemente terminabas por desaparecer. Nadie había vuelto jamás de allí, así que era bastante fácil suponer que pasaba cuando entrabas.

La muchacha se pellizcó las mejillas con insistencia hasta que tomaron un color menos enfermizo, e hizo lo imposible para que sus ojos no se vieran muy hundidos. Ja joven se dijo que merecía la pena el riesgo. Su mente no había trabajado tan duro desde que decidió perderse durante horas y horas en aquellos preciosos ejemplares del Vix Vector, aquellos libros que lo representaban todo para ella, la libertad, el conocimiento, el progreso... Envidiaba a los hombres que habían podido escribirlos sin temor a que sus cabezas rodasen por el suelo. Estaba recordando unas alentadoras palabras sobre la revolución obrera cuando se obligó a dejar la mente en blanco. Era abrumador lo poco que le costaba, ya había tomado la costumbre de hacerlo cuando un Filthcell andaba cerca.

Esperó su turno para firmar. Quería terminar aquello, que el día finalizase y poder volver al Bar, en donde pasaba las horas muertas ideando como crear una brecha, como romper las vallas que les separaban de la libertar y como desconectar a aquellos malditos centinelas cableados. Pero sobretodo, cómo recuperar a su hermano, había perdido a demasiada gente a manos del Minstreits como pasa pasar su vida por alto. Firmó de manera casi automática, y al salir se encontró al mejor amigo de su hermano murmurando por lo bajo enfurruñado.-Vaya 0029, ¿Tarde otra vez?- preguntó con media sonrisa. Jovial y desinteresada, como ellos querían, como aquellas máquinas dictaban. La muchacha intentó dejar la mente en blanco todo lo posible mientras se acercaba a él.-No deberías hablar así- su tono falso y alegre podía ser realmente irritante. Al pasar por su lado le dejó una nota con la hora en la que se reunirían aquella noche en el Vix.V, había que poner las cosas en marcha ya.