AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Los seleccionados [Privado]
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Los seleccionados [Privado]
Quendandose pensando descubrio que no mucho podria hacer estando ahi, estaba o estuvo un buen rato mirando tocar a dos muchachos el violin, unos violines bastante desgastados pero aquello no entorpecio la bella musica que sonaba en ese instante. Sirenia se quedaba mirando a uno de los jovenes, lo poco que tenia, se lo echo a ambos. Ya comeria en otra ocasion, pero tampoco el frio ayudaba de mucho la verdad. A ella solo le importaba los demas, no le importaba ella misma por que sabia que no tenia remedio cuidarse mas.
Siempre estaba sola y habia tenido muchos encuentros efimeros cuando en realidad la gente le decia que eran imaginaciones suyas, que nadie de quien habia conocido, habia existido. Que todo estaba en su mente. Hubo varias veces que llego a pensarselo, a creerselo pero tenia la certeza de que aquellas personas que conocio, existieron alguna vez. De todas maneras ahora estaba ahi, viendo terminar a aquellas personas las cuales les gusto mucho su melodia. Sonreia sin mas.
estuvo esperando hasta que la gente se habia disipado, pero gimio molesta al notar en sus pies descalzos algo que se habia clavado en la planta del pie, se fijo que se habia clavado un poco de cristal asi que en esa pose, se sentó en una banca que encontro y con las manos comenzo a intentar quitarse el trozo de cristal, pequeño pero un trozo de cristal al fin y al cabo.
-ah...-Gimio molesta un poco mas, una persona de rostro dulce se le acerco para ayudarla, pero al escuchar que el hombre querria cobrar por ayudarla, ella nego, alejando a aquella persona. Termino sacando el trozo, se puso un poco de venda alrededor de la herida y simplemente miro a los lados. Nadie. Estaba sola y comenzo a pensar si todas esas personas eran cosa de su imaginacion, o si estaba muerta y ella la unica a la que no podian ver los demas, o era que se inventaba a las personas y las creaba fuera de su mente y realmente estaba sola en la tierra, como si solamente estuviera ella.
Siempre estaba sola y habia tenido muchos encuentros efimeros cuando en realidad la gente le decia que eran imaginaciones suyas, que nadie de quien habia conocido, habia existido. Que todo estaba en su mente. Hubo varias veces que llego a pensarselo, a creerselo pero tenia la certeza de que aquellas personas que conocio, existieron alguna vez. De todas maneras ahora estaba ahi, viendo terminar a aquellas personas las cuales les gusto mucho su melodia. Sonreia sin mas.
estuvo esperando hasta que la gente se habia disipado, pero gimio molesta al notar en sus pies descalzos algo que se habia clavado en la planta del pie, se fijo que se habia clavado un poco de cristal asi que en esa pose, se sentó en una banca que encontro y con las manos comenzo a intentar quitarse el trozo de cristal, pequeño pero un trozo de cristal al fin y al cabo.
-ah...-Gimio molesta un poco mas, una persona de rostro dulce se le acerco para ayudarla, pero al escuchar que el hombre querria cobrar por ayudarla, ella nego, alejando a aquella persona. Termino sacando el trozo, se puso un poco de venda alrededor de la herida y simplemente miro a los lados. Nadie. Estaba sola y comenzo a pensar si todas esas personas eran cosa de su imaginacion, o si estaba muerta y ella la unica a la que no podian ver los demas, o era que se inventaba a las personas y las creaba fuera de su mente y realmente estaba sola en la tierra, como si solamente estuviera ella.
Sirenia Vídgîr- Cazador Clase Alta
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Fecha de inscripción : 28/06/2011
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Re: Los seleccionados [Privado]
Boca de llanto, me llaman
tus pupilas negras,
me reclaman. Tus labios
sin ti me besan.
¡Cómo has podido tener
la misma mirada negra
con esos ojos
que ahora llevas!
tus pupilas negras,
me reclaman. Tus labios
sin ti me besan.
¡Cómo has podido tener
la misma mirada negra
con esos ojos
que ahora llevas!
El sonido del viento cuando toca las hojas verdes de aquellos robustos maderos, tan imponentes, que cuando el otoño llega lloran lamentablemente, y sus lágrimas son el vuelo de la noche fría, como una cobija eterna de sueños no realizados, el dolor de la vida, el llanto de la mañana, siempre juntos cuando uno los mira, dos hermanos con dos historias, dos almas que son ajenos, como el día y la noche, el sol y la luna.
Las melodías encantan a quien tiene el don de apreciarlas, no hay mejor forma de expresar los sentimientos y el alma que con la música.
-La melodía más triste, enamora a las mujeres, las seduce y engalana tanto así que podrían entregar sus cuerpos para que le violinista toque las melodías en sus pieles, las haga sentir y vibrar con cada acorde y cuerda tensada-
Marius Hendrick
-El fulgor de una melodía es cuando esta expresa lo que el alma guarda y no puede ser dicha o descrita con palabras, porque no existen tales acervos para expresarlos, solo una triste melodía puede marcar el comienzo de una vida-
Thoumas Hendrick
Marius Hendrick
-El fulgor de una melodía es cuando esta expresa lo que el alma guarda y no puede ser dicha o descrita con palabras, porque no existen tales acervos para expresarlos, solo una triste melodía puede marcar el comienzo de una vida-
Thoumas Hendrick
Los dos hermanos se miran con sonrisas dejando que las damas de las cortes, nobles, arlcurnia, doncellas, trabajadoras sexuales, empleadas, gitanas dejen una que otra moneda en el sombre de los jóvenes, aun de más papeles con direcciones en el sombre de Marius como promesas de pasiones prohibidas pero muy intensas.
No lloras, no llorarías
aunque quisieras;
tienes el rostro apagado
de las ciegas.
aunque quisieras;
tienes el rostro apagado
de las ciegas.
El ritmo cambió, Thoumas vislumbra entre la multitud de damiselas, una joven de apariencia triste como las de sus notas, la siguió con la mirada hasta que la última nota lo entretuvo, Marius codeó a su hermana a seguir tocando, eso forzó a Thoumas a cerrar los ojos concentrándose en el aroma de lluvia, al aroma de la mañana, el aroma del atardecer y sobre todo el de las hojas cuando caen.
La sonrisa de las aves con su canto, anuncia la hora terminada, deben volver los dos a la caravana, tocar en el circo alegrando los corazones de los pequeños, llamando la atención de los transeúntes con sus habilidades dobles de tocar el piano, pero algo los separa, Marius desaparece entre la multitud, dejando a su hermano solo, este regresa en sus pasos pero antes de siquiera terminar de guardar su violín su mirada se vuelve a percatar de la joven romaní que había visto antes, trata de acercarse a ella pero se detiene pensando las palabras.
Los pies caminan por inercia chocando contra la joven –Oh, disculpad, no os he visto, lamento mucho madame yo-yo- no habían más palabras calló, prefirió pasar por alguien mudo y torpe, y más cuando vio el pie de la joven vendado y sangrado, señaló el pie con una sonrisa amable, dulce y sincera.
Buscaba ayudar, ayudar sin pedir algo a cambio.
Mátyás/Thoumas Hendrick- Gitano
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Localización : En el bosque cerca de la caravana gitana
Re: Los seleccionados [Privado]
La sirena maldita, así habían comenzado a llamarla, pero aquel desconocido se acercó a ayudarla, a mostrar su buenas maneras de hacer algo bueno en la vida. Aquella música le había gustado, ella le acerco el pie -…Me corte con un cristal, seguramente de alguna botella…-murmura sin darse cuenta de que aquellos ojos era tímidos, ella sonrió, desvió la mirada y el pie volvió a estar cerca de ella -... ¿Sois músico? –Murmura cuando llega a mirarle en nueva demasía. Observaba al joven que había acompañado al otro, que ahora estaba delante de ella mirándola fijamente -…No soy una cortesana, si es que buscas esos raros servicios de entrega de cuerpos o algo por el estilo…-levanto una ceja extrañada de que aquel extraño no decidiera su nuevo movimiento.
Era lo que esperaba. Otra vez seguramente estaría de acuerdo con que ella tenía que estar sola y morir como piensa que moriría una viuda. No era su culpa. Muchos creían que su belleza era misteriosa o extraña, o exótica, pero que traía malos augurios. Tanto tiempo sin ser cortejada aunque sea por un hombre ya sea de la raza o especie que sea. Había conocido tantos y con los que se había encontrado, en su mayoría habían sido hijos de la luna, lobos, licántropos otros los llamarían así.
Intento levantarse de aquella banca en la que descansaba, estaba dolorida por el pie, pero cuando lo apoyo, al principio no lo noto, pero el dolor se hizo más notorio cuando tomo fondo y esta vez cayó arrodillada en el suelo frente aquel muchacho que seguía mirándola -….¿Me ayudas…por favor? –Se le quedo mirando con firmeza, sujetándose de su pierna que al parecer estaba en forma, tendría que elogiar su música después, cuando estuviera más cerca de su oído. De alguna forma, la música que ella sintió, no será bien galardonada tras lanzar palabras bellas al aire y que se pierdan al instante sin poder ser grabadas en el cerebro a través del oído receptor que era lo que captaba los sentimientos por el sistema nervioso.
-¿Cuál es el nombre del artista del cual tengo las piernas delante de mi cara? –Sonríe a escondidas, es tímida, sí, pero no quiere confiar, pues al haber confiado, su fortaleza ha crecido para cubrir un corazón bastante herido. En los hombres es en quien no hay que confiar al cabo de un año, son aquellos que durante un año en barbecho te llenan de ilusiones de promesas que jamás las cumplen al pie de la letra, siempre habría un cambio, un trueque en el que podrían siempre salir beneficiados ambos, pero siempre, el hombre intentaría llevarse la mayor parte del botín. Da igual de cuánto dinero se estuviera hablando, o de cuantas riquezas que podrían llenar el almacén de un navío enorme.
La luna parecía estar confundida pues no vestía de plata del todo. Parecía que estaba durmiendo, o en vela pues no se había cubierto del todo, se veía la mitad vestida en plata y solamente las estrellas la cubrían, aquellas estrellas que esta noche, estaban por explotar del fulgor que desprendían -¿Qué dirán las estrellas?
Era lo que esperaba. Otra vez seguramente estaría de acuerdo con que ella tenía que estar sola y morir como piensa que moriría una viuda. No era su culpa. Muchos creían que su belleza era misteriosa o extraña, o exótica, pero que traía malos augurios. Tanto tiempo sin ser cortejada aunque sea por un hombre ya sea de la raza o especie que sea. Había conocido tantos y con los que se había encontrado, en su mayoría habían sido hijos de la luna, lobos, licántropos otros los llamarían así.
Intento levantarse de aquella banca en la que descansaba, estaba dolorida por el pie, pero cuando lo apoyo, al principio no lo noto, pero el dolor se hizo más notorio cuando tomo fondo y esta vez cayó arrodillada en el suelo frente aquel muchacho que seguía mirándola -….¿Me ayudas…por favor? –Se le quedo mirando con firmeza, sujetándose de su pierna que al parecer estaba en forma, tendría que elogiar su música después, cuando estuviera más cerca de su oído. De alguna forma, la música que ella sintió, no será bien galardonada tras lanzar palabras bellas al aire y que se pierdan al instante sin poder ser grabadas en el cerebro a través del oído receptor que era lo que captaba los sentimientos por el sistema nervioso.
-¿Cuál es el nombre del artista del cual tengo las piernas delante de mi cara? –Sonríe a escondidas, es tímida, sí, pero no quiere confiar, pues al haber confiado, su fortaleza ha crecido para cubrir un corazón bastante herido. En los hombres es en quien no hay que confiar al cabo de un año, son aquellos que durante un año en barbecho te llenan de ilusiones de promesas que jamás las cumplen al pie de la letra, siempre habría un cambio, un trueque en el que podrían siempre salir beneficiados ambos, pero siempre, el hombre intentaría llevarse la mayor parte del botín. Da igual de cuánto dinero se estuviera hablando, o de cuantas riquezas que podrían llenar el almacén de un navío enorme.
La luna parecía estar confundida pues no vestía de plata del todo. Parecía que estaba durmiendo, o en vela pues no se había cubierto del todo, se veía la mitad vestida en plata y solamente las estrellas la cubrían, aquellas estrellas que esta noche, estaban por explotar del fulgor que desprendían -¿Qué dirán las estrellas?
Sirenia Vídgîr- Cazador Clase Alta
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Fecha de inscripción : 28/06/2011
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Re: Los seleccionados [Privado]
La tonada de las cuerdas templadas crean un sonido más firme y fino, que cuando las cuerdas están sueltas y libres aquellas que hacen que la tonada sea ruidosa y estrepitosa, que no se pueda oír la melodía ni apreciar ese sentimiento con el que se entona las notas, así es la vida, cuando seguimos el camino recto se refleja en nuestro conducir pero si confundimos libertar con el libertinaje, será lo contrario, nuestros actos serán caóticos para la sociedad.
-Thoumas Hendrick-
-Thoumas Hendrick-
¡Las apariencias engañan, las apariencias son engañosas! Eso es lo que de pequeños nos invaden en la mente las personas mayores a estar alerta de aquellos que nos quieren dar la mano como un acto gentil, porque no existe en este mundo ser que haga algo por amabilidad, siempre pedirán algo a cambio, pero aun dentro de toda esa alusión de mundo oscuro existieron madres que educaron a sus hijos a ayudar al prójimo sin esperar algo a cambio porque el pago no es de este mundo sino del alma, cuando ayudamos a otros nuestras almas encuentran paz y tranquilidad dentro del mundo caótico y doloroso en el que vivimos.
Thoumas agacha la mirada por haber molestado a la joven –Madame no quería molestarla, pero si me permite le ayudaré con su dolencia, puedo cargarla con su permiso, claro está, y llevarla a su casa o a un médico- mantuvo en su zurda su violín apretándolo con fuerza, como si este le diera la confianza para hablar con una dama, más sus ojos no se despegaron del suelo seguían mirando ahí, no quería molestar a la dama más de lo que ya la había incordiado –No piense que por ayudarla pediré algo a cambio, al contrario, la ayudo porque es un deber ayudar a los demás, y sobre todo a las damas- sube unos centímetros la mirada viendo a la joven ponerse de pie, pero Thoumas no se mueve ni un centímetro por temor a que la joven reaccionara de mala forma, es más quiso retroceder un poco pero antes de hacerlo al ver que al joven caía presa del dolor de su herida, extendió sus brazos para tomarla entre ellos, su mirada seguía teniendo esa luz triste y melancólica como sus tonadas –Permítame le ayudo señorita- la tomo en brazos llevándola a una banca del parque para que pudiera tomar asiento –Solo es un nombre nada más, Thoumas Hendrick para servirle madame, más el suyo no me atrevo a preguntar- su francés no era bueno aun cuando ha vivido años ahí no perdía su acento materno –Las estrellas diría que un desdichado ser siempre encuentra el camino, porque esta trazado en el trabajo y como se conduce- susurra de forma audible casi como para que solo él pudiera oírse pero se aseguró que la joven lo oyera. Thoumas es el típico joven tímido trabajador y apasionado de aquellos jóvenes con alma caritativa y deseos de hacer el bien, un alma que nunca se encuentra y pocas veces dura en esta vida.
El infeliz, así era llamado de pequeño, junto a su hermano el impostor, ambos siendo el lado opuesto de la moneda cuando ven cada lado, no los ven a ninguno
Mátyás/Thoumas Hendrick- Gitano
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Localización : En el bosque cerca de la caravana gitana
Re: Los seleccionados [Privado]
Miraba aquellos ojos llenos de una infinita tristeza que por poco consiguió empatizarse con ellos, pero solo sentía el dolor en su pie, que era algo banal en cualquier caso, pero ¿Qué veía en…su campo de visión? A un hombre dispuesto a ayudarla. La noche era aquella madre que traía a sus hijas de paseo, las estrellas, que se contaban secretos, cotilleaban ya que tenían el poder de vigilarlo todo desde arriba, ¿Estarían vigilándoles? -…Las estrellas vigilan cada acción de buena fe que provenga de….-las manos de ellas, suaves y con algún otro corte travieso, se posiciono sobre el pecho ajeno, sintiéndose unida, sentimientos encontrados que le dijeron enseguida de cuanto sufría Thoumas-Aquí…o quizás desde tu entrepierna que en la mayoría los hombres pensáis y queréis con eso a mucha altura….-Las risas brotaron con sinceridad por la boca, ella misma se veía en la misma situación o casi en la misma.
-….Mi nombre os sonará misterioso pues guardo mucho misterios en mi pasado que están relacionado con mi nombre…pero de las lunas soy protegida y de los mares soy dueña…-acercándose estuvo hasta que ya su oído topo con sus propios y carnosos labios-….Sirenia…-susurrado fue su nombre-….Sirenia Von lunirae….-Dijo mirándole a los ojos, tomándole del mentón para poder verle a los ojos-…Tu destino se ahoga en un propósito…-la mano libre de Thoumas la tomo cerca de sus ojos, delineando líneas delgadas con el dedo índice de su mano derecha -….Veo…Dos hermanos de sangre unidos por un destino musical…en el que…-levanto su mirada inquieta para sonreírle con optimismo-….uno diferirá en lo que diga el otro…un poder, un amor…una competición…-Siguió mirando-…pero un pasado oscuro, tus líneas se separan como las aspas de un rastrillo…se abren demasiado con lo que podrás tener caminos abiertos….pero que estarán lejos de uno del otro…-Su mirada finalmente estaba lejos de la de Thoumas, de aquel joven que la ayudo.
Puso un pie sobre lo que era el suelo de tierra. Ya no había dolor, pero si molestia -…Si gustas…podre decirte más…-sonriendo vagamente, se levantó pero no apoyando el pie fastidiado porque no quería llegar al campamento y ver a Gilbert. Que personaje y ya su pie, no sentía dolor alguno - …Tu tocas el violín…¿Sabes lo que se hacer? –Murmuro lentamente -…canto a los hombres inocentes….-acercándose fue-…incitándoles a hacer cosas que jamás estarían dispuestos a hacer….-Las manos de Sirenia estaban alrededor del cuello ajeno, moviéndolo hacia delante, sus caderas las pego contra el extraño de personalidad y que llenaba sus ojos con tristeza-…No albergues tanta tristeza…te ahogaras…tienes que sacarla a flote…-Empujo a Thoumas-…y no irradias positivismo….No es divertido ¿Sabes? Estar con alguien que solo ve lo negro de las cosas….-Bajando su rostro, se encontró con algo que brillaba con inquietud.
Un colgante en forma de tridente, llevaba un nombre, su nombre, pero cierto colgante había dejado de ser de su propiedad-…Ez….-su mirada viro por todos lados, no le vio-…No,...se fue…-Jamás volvería, jamás le dejaría ir…nada. No. Ya estaba por olvidado, se lo puso a Thoumas-…Thomi….-Su liberal comportamiento le permitió ser libre y besarle hasta dejarle sin aliento sobre los labios ajenos-…..El collar será un amuleto para ti…y solo podrán pasarte cosas buenas…-No se separaba de Thoumas, mas bien permaneció con sus manos sobre las ajenas.
-No entristezcas la noche con tu pena....-Sirenia solamente pretendía ayudar ¿Qué le ofendía? Pues, no todos iban a ser buenos con él si en verdad era nuevo en lo de ser un gitano.
Sirenia Vídgîr- Cazador Clase Alta
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Re: Los seleccionados [Privado]
Las llamas queman todo, se llevan todo lo que van tocando a su paso, no queda nada, ni recuerdos ni memorias peor aún, un porvenir, las almas se consumen en el fatuo azul gritando, rogando, suplicando misericordia y su titiritero solo se ríe, goza y disfruta de ese dolor ¿hasta cuándo? Hasta que las lágrimas rojas caigan de las cuerdas del violín roto.
-Thoumas Hendrick-
-Thoumas Hendrick-
El viento soplaba con mayor fuerza ahora, como si nuestra señora del aire no quisiera que las palabras se escucharan, Thoumas lo sabía bien, demasiado bien para su gusto no necesitaba leer las cartas solo con sus ojos cerrada se daba cuenta que fríos aires del sur llegaban a donde ambos gitanos estaban, su ojos cerrados, su rostro agachado, escuchando las palabras de la joven, no podía mirarla, no quería mirarla porque sabía que si lo hacía se sonrojaría y sería obvio que mostraría a la dama que estaba intimidado por ella ¿por qué? Porque él no sabía cómo tratar con las damas, porque le era difícil para él ya que veía al sexo femenino como un arma para destruir corazones humanos, su madre se lo dijo, su madrastra también, por eso la madre de él terminó muerta, y no quería volver al pasado.
Thoumas separó a la joven de él negándole –Gracias Señorita, pero no puedo aceptar aquello que me entrega, es suyo y de aquella persona que sus labios casi sentencia- un leve sonrojo aparece en su rostro por el beso, para él aquella mujer era un sirena, completamente, lo que no sabía era si devoraría su corazón como en los mitos y leyendas llevándolo al fondo del mar a descansar con los miles de cadáveres a su haber, tosió un poco alzando en su diestra el violín –Tal cual su habilidad para encantar a hombres, mi habilidad es la misma pero al contrario, con este amigo fiel y perdurable hacemos que los verdaderos sentimientos afloren, que la persona sea ella misma, al menos en mis manos esta esa habilidad con mis cuerdas, mi hermano…- sonríe ligeramente –su habilidad es la de muchos y la de pocos, siendo único y especial para los gitanos-
Mira el pie de la joven indicándole una banqueta para que tome asiento y pueda descansar, alza el rostro al cielo sonriéndole –Las estrellas guían los caminos de los errantes y los amantes, de los perdidos y los que saben su camino, ellas hacen que nadie se pierda y a la vez que se tomen caminos diferentes, no puedo seguirlas ya que mi camino esta trazado, la tristeza de mi alma no se irá, porque con ella nací y con ella moriré, por eso la luna me abandona cada noche y sus hijas, las estrellas se burlan de mí, solo el viento, el agua, la tierra y el fuego me quedan ¿Qué le queda Madame Sirenia?- intenta que en sus labios delineados aparezca una sonrisa, aunque falsa pero la dibuja, toma el amuleto de la joven y lo coloca en las manos de ella cerrándole el puño –Suyo- murmura en silencio.
¿Qué le pasaba? Algo simple el beso y la cercanía de la joven no le desagradó es más, le fascinó y por vez primera se sintió a gusto, cómodo, se sintió libre de todo, pero a su vez, se sintió atado, atado al dolor de la perdida de repetir el pasado
“Siempre regresa lo que no se cierra” las palabras de su madrastra le llegaban a la cabeza, el amor para los Hendrick no estaba en planes porque lo que no se cerró en el origen tres generaciones la pagarían, y esta sería la primera, no correría riesgos Thoumas, no con aquel ángel de ojos claros y manos delicadas, de sonrisa afable y alma noble, un ser de luz que ilumina la habitación más oscura de todas, el alma de Thoumas, un ser que cree que debe cargar la cruz del pasado sobre él.
Mátyás/Thoumas Hendrick- Gitano
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Re: Los seleccionados [Privado]
-Discúlpame si te he ofendido en algo, mi señor....-Dijo en cuanto el arrepentimiento se descubrió en el rostro de la gitana y corrió a cogerle de la mano antes de perderle -.....Es mi culpa.....a veces no se- Negaba -...Solo que nunca pude mantener estable una amistad y tiendo ahora en estos tiempos a ser algo brusca....Lo lamento…-Observo el violín en las manos ajenas-…..¿Tocáis el violín? Seguro que tocáis de maravilla y decidme….-se acercó unos pasos por la tierra que donaba la madre naturaleza -….¿Porque rechazáis un regalo? –Con las mismas se lo coloco de nuevo en el cuello, observándole.
-….Es grosero si lo rechazáis….creo…-susurro en su oído ese “creo” pero de inmediato se fue a su otro lado y le tomo de la mano -….Por favor…Vamos a mi tienda e iluminadme con vuestra sabiduría musical…..-Tiraba de el con algo de insistencia, llevándole sin tirarle por fin a su tienda-….No…volveré a ser impulsiva si….podéis poner algo de vuestra parte….-Dijo antes de ir con él nuevamente hacia el interior de la tienda -…..Y Thoumas, dime ¿Tenéis familia aparte de vuestro hermano? –Enseguida noto que ahora quizás, ella había sido la grosera.
-Discúlpame….solo devoto curiosidad hacia ti…solo eso…-Dijo dándole la espalda, jugando coquetamente con sus cabellos sin ella preverlo, se recoloco su escote un poco y después los volantes de su falda – Espero no haberte resultado grosera…aunque quizás un poco efusiva ¿Tal vez? – No le miraba por el mero hecho de que temía sonrojarse, lo sentía y se sentiría rara si en su rostro apareciera de repente un rubor que no tendría sentido que estuviera ahí - ¡Ah! Yo también toco un instrumento…-Fue acercándose hacia un pequeño armario de madera de donde saco un hermoso arpa de cerdas finas -…A...Aun estoy aprendiendo pero se debe tocar con el alma….para que suene bien…aparte de la técnica….-Dejo con delicadeza el arpa dentro de aquel armario de nuevo.
Volvió a sentarse pero esta vez sobre un montón de cojines que hacían como una segunda cama. Se quedó observando el pie que le curó. Una sonrisa suave apareció en su rostro pero ¿Qué le vino a los recuerdos? Recordó nuevamente aquella persona con la que pudo haber compartido algo, pero aquello estaba en el pasado y nunca…iba a volver a ser igual ni podría quizás perdonarle por dejarla como la dejo. Sirenia, estaba repentina melancólica, ida en otra dimensión y solo llego a suspirar largo y tendido. Observo nuevamente a Thoumas -….Ven…siéntate Thoumas….-Dijo mostrándole un sitio a su lado -….No…no te vayas anda…por….-suspiro -….Por favor…..no te vayas…-Pedía una y otra vez, casi suplicando para que la compañía de Thoumas aun siguiera con ella un poco más. Se sentía agusto a su lado. Por el momento de la noche, quería estar acompañada, con un amigo el cual poder conocer un poco más.
-….Es grosero si lo rechazáis….creo…-susurro en su oído ese “creo” pero de inmediato se fue a su otro lado y le tomo de la mano -….Por favor…Vamos a mi tienda e iluminadme con vuestra sabiduría musical…..-Tiraba de el con algo de insistencia, llevándole sin tirarle por fin a su tienda-….No…volveré a ser impulsiva si….podéis poner algo de vuestra parte….-Dijo antes de ir con él nuevamente hacia el interior de la tienda -…..Y Thoumas, dime ¿Tenéis familia aparte de vuestro hermano? –Enseguida noto que ahora quizás, ella había sido la grosera.
-Discúlpame….solo devoto curiosidad hacia ti…solo eso…-Dijo dándole la espalda, jugando coquetamente con sus cabellos sin ella preverlo, se recoloco su escote un poco y después los volantes de su falda – Espero no haberte resultado grosera…aunque quizás un poco efusiva ¿Tal vez? – No le miraba por el mero hecho de que temía sonrojarse, lo sentía y se sentiría rara si en su rostro apareciera de repente un rubor que no tendría sentido que estuviera ahí - ¡Ah! Yo también toco un instrumento…-Fue acercándose hacia un pequeño armario de madera de donde saco un hermoso arpa de cerdas finas -…A...Aun estoy aprendiendo pero se debe tocar con el alma….para que suene bien…aparte de la técnica….-Dejo con delicadeza el arpa dentro de aquel armario de nuevo.
Volvió a sentarse pero esta vez sobre un montón de cojines que hacían como una segunda cama. Se quedó observando el pie que le curó. Una sonrisa suave apareció en su rostro pero ¿Qué le vino a los recuerdos? Recordó nuevamente aquella persona con la que pudo haber compartido algo, pero aquello estaba en el pasado y nunca…iba a volver a ser igual ni podría quizás perdonarle por dejarla como la dejo. Sirenia, estaba repentina melancólica, ida en otra dimensión y solo llego a suspirar largo y tendido. Observo nuevamente a Thoumas -….Ven…siéntate Thoumas….-Dijo mostrándole un sitio a su lado -….No…no te vayas anda…por….-suspiro -….Por favor…..no te vayas…-Pedía una y otra vez, casi suplicando para que la compañía de Thoumas aun siguiera con ella un poco más. Se sentía agusto a su lado. Por el momento de la noche, quería estar acompañada, con un amigo el cual poder conocer un poco más.
Sirenia Vídgîr- Cazador Clase Alta
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Re: Los seleccionados [Privado]
El trinar de las aves es tan dulce y melodioso que te lleva a ciegas escuchando su cantar hasta caer del precipicio, lo más hermoso puede ser lo más mortal y lo más mortal puede ser devastador para el alma porque nunca se sabe en qué momento se puede desvanecer uno, como el dulce trinar de las aves por la mañana.
-Thoumas Hendrick-
-Thoumas Hendrick-
Al mirar a la joven, Thoumas se sintió mal por ella porque había hecho que una dama se sintiera mal y eso le pesaba en su alma aún más como si hubiera sido un golpe bajo, negó rápidamente acompañando a la joven la cual le sonreía como si estuviera contenta de aquello, el solo trato de dibujar una sonrisa en sus labios aunque le costó un poco lo consiguió pero no era del todo una sonrisa pues no le llegaba a los ojos ese brillo, en el camino a la tienda de la gitana se aclaró la voz un poco pensando en sus palabras –No me ha ofendido señorita, al contrario creo que yo la ofendí y le pido me perdone, si ruego el perdón me perdonará?- le mira con tristeza aun en esos ojos pero que poco a poco se iban despejando cada vez que tomada a su violín o tocaba las cuerdas este le quitaba la tristeza para mostrar sus ojos azules y una paz en ellos, una paz y una sonrisa.
Cuando hubieron llegado a la tienda, él espero fuera unos minutos sopesando el colgando de la joven, se lo retiró suspirando entrando al lugar pidiendo permiso para hacerlo, cuando ingresó agacho un poco el rostro viendo una alfombra que cubría como piso, sonrió al recordar que su madre también tenía así la tienda donde vivían, e incluso su madrastra tenia así el carromato, se retiró los zapatos dejando ver sus pies descalzos, ingreso a la vivienda de la gitana mirándole –No quiero ser grosero, pero mi alma no soportaría otra perdida, este colgante le perteneció a alguien, una persona por las cuales sus sentimientos aun no mueren y laten todavía en su corazón, aunque están mezclados con algo de desilusión y amargura, con ira y con deseos de olvidarle, pero no puede, él sigue presente en usted- sintió una punzada en la boca del estómago que le dejó sin aire unos segundos que luego volvió, pero fue porque cuando la joven le besó tuvo una conexión con ella, como si pudiera sentir aquellas sensaciones que muchos años se había privado, suspiró negando pues había abierto demasiado la boca –lo siento, no quise se grosero, pero no puedo soportarlo nuevamente- el recuerdo de perder, pero ¿qué perdería con ella? No lo sabía pero así lo sentía, así que dejó el colgante sobre la pequeña mesa que estaba a un lado con unos jarrones y una lámpara de aceite.
-Usted no es para nada grosera ni efusiva, solo es una joven encantadora que tuvo la mala fortuna de cruzarse con un hombre como yo, eso es todo- relajo la mano con la que tenía su violín sostenido y la tristeza volvió a inundarle el corazón, pero luego lo volvió a sostener fuerte y la tristeza se marchó –Es una dama que solo peca en la curiosidad, pero dígame ¿Quién no lo hace? Santo sería aquel que no sintiera curiosidad por más inmortal que fuera por mas santo que crea ser, solo con ser humano y vivir le hace curioso- sonríe sentando a su lado sobre aquellos cojines, dejó a un lado el violín mostrando el alma triste de Thoumas –Todo instrumento para que entone hermosas melodías deben ser tocado con el corazón de este dependerá las notas y la melodía, la técnica solo hace que movamos los dedos pero el corazón es el motor de aquellos dedos, además con la práctica se hace la perfección, debe practicar más y podrá tocar como los ángeles aquella arpa, aunque en apariencia ya les supere a los ángeles y arcángeles- su sonrisa esta vez es sincera y única pues muestra la otra parte del alma de Thoumas aquella alma que solo su hermano era capaz de ver donde convive la tristeza del pasado y el positivismo de un futuro mejor. –Mis padres murieron hace tiempo, madre nos dejo a cuidado de una mujer gitana con su esposo que también murieron asesinados, ellos nos enviaron a parís a mi hermano y a mí para vivir en la caravana gitana de aquí y trabajar como gitanos, así que ahora solo tengo a mi hermano y nadie más, pero no importa porque no estoy solo por completo así que todo está bien-
Su violín descansa sobre uno de los cojines y con su zurda comienza a tomar cuerda por cuerda haciéndola sonar levemente como una entonación audible para tranquilizar las almas, luego de ver a su violín mira a la joven –Por que vive sola?- murmura mirándole a los ojos a la joven, unos ojos que le mostraron una agonía que vive internamente como él -Alguna melodía en especial que pueda entonarle señorita? Dígame y lo hare, sus deseos son ordenes- sonríe tomando el violín entre sus manos, para hacer lo que mejor saber hacer alegrar a las almas.
Mátyás/Thoumas Hendrick- Gitano
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Re: Los seleccionados [Privado]
Sinceramente no veía salida para ella en ninguna parte del mundo más que en la muerte que pudiera visitarla alguna noche mientras gozara del sueño. Las palabras de Thoumas eran bellas pero al mismo tiempo sonaban demasiado tristes. Solamente la pregunta que formo le resulto bastante extraña-...Vivo sola porque...Siempre he vivido así….desde hace tres años he permanecido sin la compañía de nadie excepto que la de los del campamento....-Suspirando después de decir esas palabras se quedó pensativa, anhelando que aquella soledad nunca hubiera existido-..Mis padres murieron cuando atacaron el campamento en el que residía y después me instale aquí. El mayor del campamento nos acogió con los brazos abiertos y desde entonces…he estado sola…-Rio con un poco de vergüenza sabiendo que estaba diciendo cosas que jamás había podido decir a nadie.
– Y de quien habláis, jamás he vuelto a saber de esa persona…así que el afecto del colgante que rechazáis apenas permanece intacto en el…-Tomo con lentitud el colgante-..Ahora es vuestro…-Con agilidad consiguió volver a ponérselo alrededor del cuello – Te sienta bien el colgante Thoumas…No te lo quites pues te traerá protección…-Después de aquellas palabras supuestamente dichas con el corazón en la mano, Sirenia observo que Thoumas se aferraba con insistencia al violín -….Una melodía?-Pregunto siendo valiente y acercándose un poco más hacia Thoumas, sintiéndose dichosamente curiosa por la magia que pudiera transmitir aquel violín-…¿Es un violín mágico? –Sonreía sin esfuerzo ya que la pesadez de los últimos segundos se fueron disipando conforme se aproximaba a Thoumas cada vez más y más hasta que se fijó mejor en los ojos de Thoumas.
-….Tienes…tienes unos bonitos ojos Thoumas, pero les veo lleno de dolor y tristeza y no quiero que sufras….-Su cabeza se apoyó en el hombro ajeno, aferrándose al brazo como si temiera de algo o le recorriera el frio por su “semi-desnudo” cuerpo que estaba cubierto de finas telas, pero que no dejaban ver demasiado, una de sus piernas se aferró cerca de uno de los muslos de Thoumas como si quisiera aun atraparle en algún tipo de abrazo úrsido u otra manera de mostrar su afecto o inquietud. Estaba sintiéndose cómoda con la compañía que estaba teniendo en ese momento -…¿Te quedarás, verdad? –Su mirada castaña se fijó en la azulada de Thoumas, mirándole con firmeza como los vientos soplan en poniente.
La suerte no ha sido siempre buena para Sirenia.
La vida, desde lo pasado en el campamento hace tres años, Sirenia no había vuelto a tener la misma suerte de entonces. Se había quedado huérfana con 16 años y desde entonces no se había acercado a otro que no fuera de su agrado. Siempre ha estado a solas y estaba pensando en suicidarse si no veia salida -…Alegre…-murmuro finalmente-…Toca algo alegre…y olvidemos las penas….-Finalmente con esas palabras, fue llevando mientras una mano hasta la mejilla ajena, haciendo que fijara en ella su mirada-….¿Si? –Aunque le hubiera pedido algo alegre, estaba claro que ella tenía planes nada alegres.
– Y de quien habláis, jamás he vuelto a saber de esa persona…así que el afecto del colgante que rechazáis apenas permanece intacto en el…-Tomo con lentitud el colgante-..Ahora es vuestro…-Con agilidad consiguió volver a ponérselo alrededor del cuello – Te sienta bien el colgante Thoumas…No te lo quites pues te traerá protección…-Después de aquellas palabras supuestamente dichas con el corazón en la mano, Sirenia observo que Thoumas se aferraba con insistencia al violín -….Una melodía?-Pregunto siendo valiente y acercándose un poco más hacia Thoumas, sintiéndose dichosamente curiosa por la magia que pudiera transmitir aquel violín-…¿Es un violín mágico? –Sonreía sin esfuerzo ya que la pesadez de los últimos segundos se fueron disipando conforme se aproximaba a Thoumas cada vez más y más hasta que se fijó mejor en los ojos de Thoumas.
-….Tienes…tienes unos bonitos ojos Thoumas, pero les veo lleno de dolor y tristeza y no quiero que sufras….-Su cabeza se apoyó en el hombro ajeno, aferrándose al brazo como si temiera de algo o le recorriera el frio por su “semi-desnudo” cuerpo que estaba cubierto de finas telas, pero que no dejaban ver demasiado, una de sus piernas se aferró cerca de uno de los muslos de Thoumas como si quisiera aun atraparle en algún tipo de abrazo úrsido u otra manera de mostrar su afecto o inquietud. Estaba sintiéndose cómoda con la compañía que estaba teniendo en ese momento -…¿Te quedarás, verdad? –Su mirada castaña se fijó en la azulada de Thoumas, mirándole con firmeza como los vientos soplan en poniente.
La suerte no ha sido siempre buena para Sirenia.
La vida, desde lo pasado en el campamento hace tres años, Sirenia no había vuelto a tener la misma suerte de entonces. Se había quedado huérfana con 16 años y desde entonces no se había acercado a otro que no fuera de su agrado. Siempre ha estado a solas y estaba pensando en suicidarse si no veia salida -…Alegre…-murmuro finalmente-…Toca algo alegre…y olvidemos las penas….-Finalmente con esas palabras, fue llevando mientras una mano hasta la mejilla ajena, haciendo que fijara en ella su mirada-….¿Si? –Aunque le hubiera pedido algo alegre, estaba claro que ella tenía planes nada alegres.
Sirenia Vídgîr- Cazador Clase Alta
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Re: Los seleccionados [Privado]
El dulce rocío de lo Nuevo, el cántico celestial de los ángeles, mueve lentamente las alas de las personas en danzas única que solo son comparadas con la sensación de armonía que las estrellas te dan cuando la oscuridad aparece. No hay más, no existe nada, solo tu corazón palpitante que busca la luz de luna para llenar tu vida vacía y oscura
-Thoumas Hendrick-
-Thoumas Hendrick-
Los dedos iban lento por las cuerdas con el arco en la otra mano, los dedos de la diestra toman la vara mientras las cerdas hacen su magia al contacto de las cuerdas, la zurda con sus dedos oprimen las cuerdas en la diapasón, sus ojos se cierran y lentamente deja que la magia de su instrumento y de su corazón haga el resto, la melodía esta bañada en tonos alegres y tristes pero más llenos de vida, de una esperanza de poder continuar ambos con el dolor que los aqueja. Es una despedida del dolor y la tristeza, al menos por el momento.
La melodía va llenando aquella tienda lentamente, su voz se funde con su violín, son uno tanto Thoumas como su amado violín, sus manos lo sostienen con fuerza y delicadeza a la vez, tal como si acariciara el cuerpo de una doncella, como si le hiciera el amor a una mujer, tan despacio y dulce dejando besos en la espalda de su amante, pero solo el arco que se mueve lento haciendo sonar aquellas cuerdas, cada acorde es tan vibrante que siente el retumbar de ellos en su cuerpo, en su mente y en su corazón.
Al culminar la melodía deja el violín a un lado, aun sentado junto a al joven se deja abrazar por ella, sus ojos se cierran busca en su mente las palabras mientras su mano derecha juega con el colgante, siente que tiene que rechazarlo pero sabe que no debe pues la dama se ofendería aún más, el silencio entre los dos gitanos es inesperado, sabe que debe decir algo pero calla, aguarda en las sombras de su mente con las palabras que quiere pero no dirá.
Su sonrisa aparece tomando de nuevo su violín con la diestra –Gracias por el colgante y por lo de mis ojos, quizás sea por eso que la tristeza me embriaga siempre porque los ojos más claros son los más tristes de este mundo- un comentario que se vuelve una broma sobre él mismo –Sus ojos señorita son muy hermosos, son como la ansiada luz de luna que los elfos y hadas del bosque anhelan con tanto fervor, aquel alimento que les hace ser más hermosos y vivir por miles de años, usted sería la musa y la luz de quien vea lo que en su corazón nace y se arraiga fuertemente- unas palabras que negó luego como si se golpeara él mentalmente por haber hablado de más.
Evita el tema cambiándolo a su violín –Este viejo amigo es mágico porque solo suena con las melodías del corazón a los demás corazones que muestren su verdadero ser- sonríe admirando a su inseparable amigo -Eso dijo nuestro, como decirlo, ¿segundo padre? Aunque nunca supe quién era mi padre, luego de la muerte de mi madre y que ella nos dejara a mi madre y a mí con otra mujer a que nos cuide, nos dio un hogar sólido, fue el esposo de ella, mi padre el que nos hizo estos violines, del violín de él nacen dos iguales uno para mi hermano y otro para mí, no sé si sea del todo mágico pero quizás si lo sea pues mi padre lo hizo con amor y con una entrega única, además siempre dicen que la magia gitana es la más fuerte verdad- mira a la joven mostrándole su violín desgastado con cuerdas cambiadas pero reluciente a la vez, como si fuera algo viejo que ves con ojos normales pero con el corazón ves algo hermoso y único.
Se recostó junto a al joven sobre aquellos cojines que estaban puestos de forma que fuera como una especie de cama o sofá amplio, soltó a su violín dejándolo junto a él, y la diestra la llevó tras su nuca mirando hacia el techo de la tienda, su otra mano tomo la mano de la joven sin decir palabra alguna hasta que recordó la tristeza de la muchacha –Los golpes que nos da la vida viene por un orden natural, porque así debe ser y eso nos hará fuerte, es obra del destino no está marcada ya por las estrellas, la luna, y la fuerza divina…la muerte es parte de ello pero lo bueno es que no todos mueren siempre hay alguien que nos recibe con los brazos abiertos como con usted, como conmigo- suspira recordando cuando llegaron a París –No soy el único que guarda la tristeza y la vive, usted la vive aún más que yo, siente la perdida de sus padres y de su amado ¿Qué dolor más grande que ese puede haber? Pero aun así lo recuerda con cariño y anhelo ¿espera que regrese por usted?...si es así seré solo el celador del colgante hasta que llegue aquel que tanto su corazón anhela volver a tener- cierra los ojos como si fuera a dormirse pero no tiene sueña solo deja así su mirada para no mostrar su alma más pues la ha mostrado demasiado por aquella noche.
Thoumas siente que no puede amar, que no puede ilusionarse porque la muerte le quitaría todo por eso se aleja de todos y solo la música es la que ayuda a su alma y a los demás a ser ellos mismos, ya que él no puede serlo.
Mátyás/Thoumas Hendrick- Gitano
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Re: Los seleccionados [Privado]
Se sentía con pocas ganas de hablar en esos momentos, menos cuando Thoumas estaba hablando, le agradaba bastante su voz y querría seguir escuchando de ella aunque era su turno -…No creo que vuelva…-suspira-…Hace varios años que no vuelve por estos bosques…Lo último que escuché, es que volvió a Paris, pero que recupero sus raíces y parece que le va bien…seguramente casado…-suspiro aún más, acurrucándose inconscientemente en el pecho de Thoumas, suspirando una y otra vez a ver dónde estaba el consuelo para ella que jamás obtendría lo suficiente y con los suspiros llego al límite de encontrarse llorando sin razón, seguramente, o quizás era porque en verdad se sentía sola y esta era la primera vez en mucho tiempo que conocía a alguien y no se había ido a la primera de cambio, dejándola de nuevo sola.
Pero seguramente, Thoumas habría sentido lo mismo que ella. El silencio había inundado la carpa en donde estaban resguardándose del frio, tumbados sobre un montón de cojines – Thoumas…-De algún modo le había entrado curiosidad -…¿Has estado alguna vez con alguna mujer más guapa que yo? –Se quedó con su mirada fija en él a la espera de alguna respuesta aunque tampoco tendría que dársela, si él no quería. Se acaban de conocer y bueno, preguntas tan atrevidas…al empezar a conocerse ¿Dónde estaban sus modales? En realidad, lo que pasaba, era que ella no tenía modales por ser una muchacha de clase baja, gitana y de haber estado siempre entre otros de su raza.
Cuando su madre vivía aun y ella tendría 15 años, supuso que nunca tendría este tipo de vida. Si no se hubiera ido aquella noche del campamento, ahora mismo, ella estaría muerta o habría sido esclavizada por los que hubieran saqueado el campamento hace años atrás. No olvidaría ese día pues también fue el día de su primer beso. Y desde entonces, no había vuelto a estar en compañía de nadie más. Siempre sola, por eso agradecía tanto la compañía ajena -…No tienes que responder si no quieres….es que no se…empezaba a haber demasiado silencio, no te parece? –De nuevo otro suspiro salió de sus labios, mirando a todos lados hasta fijarse en los tejidos del techo que nunca se había detenido a observar -¿Quieres jugar a algo? –Se preguntó como si estuviera preguntándole a un amigo de la infancia, aunque ¿Jugar a qué? -…Mejor olvídalo…-ríe para ocultar la vergüenza de sus palabras y entonces entrelazo los dedos con los de él, aferrando el agarre de la mano sin llegar al dolor.
En el campamento se podía escuchar tranquilidad. No solía estar el campamento demasiado tranquilo hasta que bien entrada la noche, se daba el toque de queda y cada uno volvía a sus carpas, pero ahora, era temprano, no tendría que haber tanto silencio -…Un momento…-Levanto su cuerpo con lentitud, intentando no pisar nada y se acercó a las cortinas que hacían de puertas de su carpa, la abrió un poco, pero no vio nada inusual. En realidad, si mal no recordaba, la misma sensación era como la de la última vez. Tensaba el aire con un ambiente oscuro y siniestro, como si la muerte estuviera esperando escondida en alguna esquina. Prefirió volver hasta Thoumas que era con quien estaba ahora mismo.
-Normalmente, el campamento está más alegre pero ha debido de contagiarse de algún silencio incomodo como nosotros…-Termino riéndose por lo que dijo conforme volvía a su pose anterior, quedándose sobre Thoumas, esta vez a horcajadas sobre las caderas ajenas-…¿en el tuyo hay gente mucho más animada? –Seguía preguntando comparaciones entre su carpa y la ajena. Todas le parecían iguales.
Pero seguramente, Thoumas habría sentido lo mismo que ella. El silencio había inundado la carpa en donde estaban resguardándose del frio, tumbados sobre un montón de cojines – Thoumas…-De algún modo le había entrado curiosidad -…¿Has estado alguna vez con alguna mujer más guapa que yo? –Se quedó con su mirada fija en él a la espera de alguna respuesta aunque tampoco tendría que dársela, si él no quería. Se acaban de conocer y bueno, preguntas tan atrevidas…al empezar a conocerse ¿Dónde estaban sus modales? En realidad, lo que pasaba, era que ella no tenía modales por ser una muchacha de clase baja, gitana y de haber estado siempre entre otros de su raza.
Cuando su madre vivía aun y ella tendría 15 años, supuso que nunca tendría este tipo de vida. Si no se hubiera ido aquella noche del campamento, ahora mismo, ella estaría muerta o habría sido esclavizada por los que hubieran saqueado el campamento hace años atrás. No olvidaría ese día pues también fue el día de su primer beso. Y desde entonces, no había vuelto a estar en compañía de nadie más. Siempre sola, por eso agradecía tanto la compañía ajena -…No tienes que responder si no quieres….es que no se…empezaba a haber demasiado silencio, no te parece? –De nuevo otro suspiro salió de sus labios, mirando a todos lados hasta fijarse en los tejidos del techo que nunca se había detenido a observar -¿Quieres jugar a algo? –Se preguntó como si estuviera preguntándole a un amigo de la infancia, aunque ¿Jugar a qué? -…Mejor olvídalo…-ríe para ocultar la vergüenza de sus palabras y entonces entrelazo los dedos con los de él, aferrando el agarre de la mano sin llegar al dolor.
En el campamento se podía escuchar tranquilidad. No solía estar el campamento demasiado tranquilo hasta que bien entrada la noche, se daba el toque de queda y cada uno volvía a sus carpas, pero ahora, era temprano, no tendría que haber tanto silencio -…Un momento…-Levanto su cuerpo con lentitud, intentando no pisar nada y se acercó a las cortinas que hacían de puertas de su carpa, la abrió un poco, pero no vio nada inusual. En realidad, si mal no recordaba, la misma sensación era como la de la última vez. Tensaba el aire con un ambiente oscuro y siniestro, como si la muerte estuviera esperando escondida en alguna esquina. Prefirió volver hasta Thoumas que era con quien estaba ahora mismo.
-Normalmente, el campamento está más alegre pero ha debido de contagiarse de algún silencio incomodo como nosotros…-Termino riéndose por lo que dijo conforme volvía a su pose anterior, quedándose sobre Thoumas, esta vez a horcajadas sobre las caderas ajenas-…¿en el tuyo hay gente mucho más animada? –Seguía preguntando comparaciones entre su carpa y la ajena. Todas le parecían iguales.
Sirenia Vídgîr- Cazador Clase Alta
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Re: Los seleccionados [Privado]
El fuerte viento lleva a los pequeños lejos de su madre, aquella madre que llora desconsoladamente porque sus retoños deben florecer en otro lugar, un lugar que estará muy lejos de ella ya no los volverá a ver, los ha perdido para siempre y ahora solo le queda el recuerdo de que los tuvo por unos días.
Pobre madre que llora sin piedad, pobre diente de león que ha perdido su belleza estival, muriendo lento en soledad
-Thoumas Hendrick-
Pobre madre que llora sin piedad, pobre diente de león que ha perdido su belleza estival, muriendo lento en soledad
-Thoumas Hendrick-
Su violín su único amigo, su fiel compañero que conoce su alma, corazón y mente además de todos los secretos que por sus dedos cruzan el único que ha visto sus miedos y sus alegrías, sus dolores y sus lágrimas, y ahora este lo quería traicionar mostrando en las mejillas de Thoumas el color carmesí de la vergüenza, de la timidez, giró su rostro mirando a su amigo como suplicándole que no dijera nada, que tomara todo aquello y pudiera ocultarlo en sus cuerdas, pero sabía que no podía, que no debía.
La cercanía de la joven lo ponía muy nervioso y no era porque no fuera atractiva ni porque no le llamara la atención, al contrario era todo lo opuesto y por ello se sentía así, buscó tranquilizar su angustioso corazón cerrando los ojos y solo aspirando el aroma de la muchacha que sobre él se encontraba y entonces la mano que sostenía a la joven que sujetó de ella y por unos minutos el agarre a su violín había mermado, ahora ya no lo sujetaba con fuerza al contrario solo lo sostenía y poco a poco fue soltándolo hasta dejarlo libre por completo.
Se dejó llevar por el silencio y por la presencia de la joven, como soñando en suaves nubes que le acariciaban el rostro, como si el sol hubiera salido en su perpetua noche, cual si la deuda interna que lleva su pesado corazón ya hubiera sido cancelada, todo estaba más dulce para él hasta la sonrisa apareció en su rostro, pero así como todo va bien, sintió que todo iba desapareciendo hasta volver a tocarse en la tierra con las nubes cubriendo el cielo y a su sol, con las gotas de la lluvia aniquilando la ciudad, una ciudad solitaria y como único inquilino aquel gitano que solo se re incorpora con el tono rojo en su rostro. ¿por qué?.
Una pregunta, una sola pregunta lo dejó ahí estoico, congelado, olvidado de todo y todos, pero acaso sería una ofensa la respuesta que la dama buscaba, quizás pero la verdad era que con Thoumas no había mujer alguna jamás había cruzado con damas y cada vez que lo hacía era a través de su violín cuando tocaba en el campamento o en las calles ahí podía ver a las personas, hombres y mujeres, niñas y niños que siempre le sonreían y pedían otra melodía que les alegre el corazón aun cuando las notas eran tristes…Si, eso significaba que él jamás había estado con una mujer, jamás, jamás, hasta ese momento en el que estaba con una semejante, una bella gitana.
No había escuchado nada más de lo que la joven le hablaba solo se quedó con la pregunta. ¿Has estado alguna vez con alguna mujer más guapa que yo? No estaba pensando en cómo mentirle, ni nada que se le pareciera, al contrario sus pensamientos buscaron sus recuerdos, las únicas mujeres hermosas eran sus dos madres, y no había estado con otras porque siempre les huía incluso a las damas de su campamento que buscaban la oportunidad para meterse a la tienda de los hermanos en busca de Thoumas pero gracias al cuidado del líder del grupo no podían hacer nada porque él siempre estaba atento a aquella alejada morada y cuando las veía entrar iba tras a ellas a sacarlas y si él no se daba cuenta el mismo Thoumas las rechazaba con la caballerosidad innata de él.
Y entonces, sus palabras fueron constantes –NO- alzó la vista viendo a la joven, se puso de pie mirando a todos lados, su violín yacía donde él estaba antes, su diestra agitó los cabellos de su nuca sopesando las mismas palabras de é para con una sonrisa en los labios ver a la joven castaña –Mujeres hermosas hay en todo lado, existen unas que superan la belleza divina y otras que se maldicen con su propia belleza, debo confesar que no he encontrado a mujer más bella que dos a las que le debo mi amor- un silencio incómodo y la sonrisa en sus labios va acercándose a la joven para tomarle el mentón y lo mire a los ojos –Mis madres eran las mujeres más hermosas a mis ojos, hasta ahora- y con eso deja un beso en la mejilla de su compañera para luego alejarse de ella en busca de su violín –Jamás había estado con una mujer- susurró al darse vuelta para tomar a su amigo, un susurro que indicaba que él jamás había intimado con nadie.
Se acuclilló para tomar a su viejo y gastado violín y entonces tocó una cuerda que dejó una melodía aguda y agradable en el lugar –Donde vivimos hay mucha algarabía, siempre están danzando al fuego, cantando y tocando, siempre es como una fiesta y los niños también participan aunque hay noches en donde solo está uno o dos gitanos afinando sus instrumentos y los demás están o descansando o en los circos trabajando- sonríe sentándose cerca de su violín tomando entre las manos, colocando sobre su regazo apoyando la cabeza al diapasón para dejar que sus dedo vayan tocando las cuerdas lento anhelando tocar una melodía –A veces en el silencio podemos oír los corazones de los demás, sus almas llorar o reir, incluso ver sus interior tal cual es- sonríe moviendo una cuerda en tono grave -¿Le molesta algo Sirenia?- pregunta abriendo los ojos para mirar aquel regalo de la joven –Creo que debes guardar eso, uno nunca sabe cuándo regresará aquella persona a la que su corazón tanto ama, tanto anhela y espera, si me lo llevo luego podría…- guarda silencio para irrumpirlo con sus cuerdas danzantes mostrando la tristeza que regresa a su alma.
Mátyás/Thoumas Hendrick- Gitano
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Re: Los seleccionados [Privado]
Ella solamente estaba al borde de lágrimas, no quería mas tristeza para si, no quería estar sola, pero parecía que Thoumas no quería entenderlo, parecía que Thoumas retractaba el presente que le daba -…Es para ti… ¿o es que gustas de rechazar cada regalo que se te ofrece? –De un movimiento brusco se levanto de sus caderas, corriendo así fuera de la tienda, corriendo sin poder evitarlo entre tierra y troncos, charcos y tierra húmeda, perdiéndose por donde no había un camino trazado, ignorando miradas de cada una de las personas por las que pasaba por su lado, escuchaba como demás gitanos corrían cerca de ella, aquellos que siempre causaban estragos a otros gitanos, a otras personas que ni siquiera habían roto un plato.
De repente se encontró rodeada de varios personajillos picaros con dagas y puñales, dos con un arco y una flecha dispuesta a dispararla ¿A ella? Ahora que se paro en un claro del bosque, observo mucho mejor a los que estaban rodeándola con sonrisas de cocodrilo y en su sombreros de tricornio gobernaba una calavera -…-No dijo nada pues estaba muerta de miedo, pensando en todo lo que le podría pasar en ese instante, lo que podrían hacerle todos aquellos que estaban ahí.
Tonta de ella que fue.
Debería de haberse quedado en la tienda, si hubiera hecho falta, haber violado a Thoumas, pero no, no era esa la situación. Era otra. Ahora tenia que lidiar con unos ladrones o…por lo que veía o identificaba, con unos piratas -….La-Largo…-Falta de autoridad faltaba en su voz, mostrándose sin poder alguno, mirando a todos lados pero solo para encontrar una salida - ¡THOUMAS! ¡GILBERT! ¡THOUMAS! –Grito el nombre del mayor y de su nuevo amigo, necesitaba ayuda, pero podrían tardar en llegar, había corrido demasiado y probablemente estaría bien lejos de su campamento. Necesitaba pensar en algo rápido ¿pero que?
-Nadie va a venir pescadito de mar…-Rio uno de los que no presentaban buenas galas – Tu padre estará orgulloso de verte finalmente…o No sé…puede que te meta en una botella de cristal como a todas sus victimas..
-¿Pa-Padre? –Eso era mentira, su padre y su madre murieron a causa de una emboscada por la noche hace tres años, hace bastante tiempo ¿Cómo era posible? -¡Mentira! –Grito desesperada, buscando algo con lo que poder defenderse – Mi padre murió en una emboscada por la noche debido a una manada de lobos y…-se mordió el labio inferior – y otros seres que no conozco…y…¡AgH! –
Sin poder terminar de hablar, noto como otro de los piratas la cogió por detrás, la dio la vuelta y la puso al hombro, todos rieron, iban a secuestrarla y a llevarla con aquel que hubiera sido su padre, la alejarían de la tierra que ella conocía, tenia que impedirlo - ¡THOUMAAASS!!! ¡AYUDAAA! –Grito con todas sus fuerzas a la única persona que se le ocurría en ese momento, podría llamar a Gilbert, pero no sabría si le haría caso por la pequeña disputa que habían tenido antes de salir del campamento.
-Por…favor…Ayuda...-Imploro cuando no pudo hacer mas que dejarse llevar al hombro por unos de los piratas que la tenia presa, entonces ella misma intentaba patalear, hacer que la dejaran suelta, pero uno que seguía al raptor, la golpeo en la cabeza, haciendo que uno de los adornos del pelo se cayeran al suelo mientras que ella se quedo inconsciente.
De repente se encontró rodeada de varios personajillos picaros con dagas y puñales, dos con un arco y una flecha dispuesta a dispararla ¿A ella? Ahora que se paro en un claro del bosque, observo mucho mejor a los que estaban rodeándola con sonrisas de cocodrilo y en su sombreros de tricornio gobernaba una calavera -…-No dijo nada pues estaba muerta de miedo, pensando en todo lo que le podría pasar en ese instante, lo que podrían hacerle todos aquellos que estaban ahí.
Tonta de ella que fue.
Debería de haberse quedado en la tienda, si hubiera hecho falta, haber violado a Thoumas, pero no, no era esa la situación. Era otra. Ahora tenia que lidiar con unos ladrones o…por lo que veía o identificaba, con unos piratas -….La-Largo…-Falta de autoridad faltaba en su voz, mostrándose sin poder alguno, mirando a todos lados pero solo para encontrar una salida - ¡THOUMAS! ¡GILBERT! ¡THOUMAS! –Grito el nombre del mayor y de su nuevo amigo, necesitaba ayuda, pero podrían tardar en llegar, había corrido demasiado y probablemente estaría bien lejos de su campamento. Necesitaba pensar en algo rápido ¿pero que?
-Nadie va a venir pescadito de mar…-Rio uno de los que no presentaban buenas galas – Tu padre estará orgulloso de verte finalmente…o No sé…puede que te meta en una botella de cristal como a todas sus victimas..
-¿Pa-Padre? –Eso era mentira, su padre y su madre murieron a causa de una emboscada por la noche hace tres años, hace bastante tiempo ¿Cómo era posible? -¡Mentira! –Grito desesperada, buscando algo con lo que poder defenderse – Mi padre murió en una emboscada por la noche debido a una manada de lobos y…-se mordió el labio inferior – y otros seres que no conozco…y…¡AgH! –
Sin poder terminar de hablar, noto como otro de los piratas la cogió por detrás, la dio la vuelta y la puso al hombro, todos rieron, iban a secuestrarla y a llevarla con aquel que hubiera sido su padre, la alejarían de la tierra que ella conocía, tenia que impedirlo - ¡THOUMAAASS!!! ¡AYUDAAA! –Grito con todas sus fuerzas a la única persona que se le ocurría en ese momento, podría llamar a Gilbert, pero no sabría si le haría caso por la pequeña disputa que habían tenido antes de salir del campamento.
-Por…favor…Ayuda...-Imploro cuando no pudo hacer mas que dejarse llevar al hombro por unos de los piratas que la tenia presa, entonces ella misma intentaba patalear, hacer que la dejaran suelta, pero uno que seguía al raptor, la golpeo en la cabeza, haciendo que uno de los adornos del pelo se cayeran al suelo mientras que ella se quedo inconsciente.
Sirenia Vídgîr- Cazador Clase Alta
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Re: Los seleccionados [Privado]
La luna mi compañera que me aleja de todos en la fiesta, me lleva por rumbos desconocidos hasta llegar al lugar donde las hojas caen por las lágrimas del cielo…las pequeñas aves que cantan ahora en silencio van en su vuelo, me miran y pasan de mí, porque a mi luna la he engañado con una estrella que brilla cerca de ella.
-Thoumas Hendrick-
-Thoumas Hendrick-
La melodía comienza a ser un poco más fuerte que antes lentamente va adentrándose a los corazones afligidos corazones como el de Thoumas que se iba abriendo lentamente dejando entrever un gran vació y dolor una soledad mezclada con las desilusiones algo que lo hace ver un joven cansado de tener esperanzas de algo que no podrá ser porque así su destino se lo ha planteado para toda su existencia.
Sus ojos se cierran al ver como la mujer sale de la propia tienda de ella un pequeño suspiro se arranca de sus labios y su amigo del alma deja de entonar las melodías ha perdido la voz el violín, ha perdido la voz el corazón, solo hay silencio uno tan sepulcral que ahuyenta el perfume de la joven gitana, en aquel lugar rodeado de cosas e ideas que no comprende opta por marcharse y repetirse que aquello jamás paso, que nunca conoció a la mujer que nunca la vio y que jamás en su vida ella le dio aquel colgante que era de otro ¿acaso él tenía sentimientos por ella y por eso rechazaba el regalo? Quizás sí, pero lo rechazaba porque de alguien más no de él ni para él.
Al salir de la tienda de la mujer se queda observando unos segundos aquel lugar, quería grabarlos en su mente para no olvidarlos aunque luego diga lo contrario, da unos pasos para el bosque cuando el grito de su nombre le alerta, el peligro estaba cerca, corriendo guiado por los pálpitos de su corazón y su impulso de ayudar a quien le pidiese ayuda llega a donde unos hombres están tomando a una mujer, agitado y medio cansado Thoumas les hace frente –Hey ustedes…suelten a la dama, no tiene derecho de tomarla de esa manera y menos tocarla así, por lo tanto déjenla ir y nadie saldrá herido- su voz no era su voz exactamente, tras de él hablaba la ira porque lo que menos soportaba él era ese tipo de atrevimientos con las damas ese tipo de tratos a una hermana gitana, todos lo tomaron como broma por la apariencia triste de aquel gitano.
Las palabras de los hombres daba a entender de que no le harían caso a Thoumas, él era uno y ellos cinco entonces tomó su violín y comenzó, inició una melodía tan triste que una pequeña lágrima rueda por su mejilla hasta las cuerdas haciendo el sonido aún más suave, cuatro de los hombres rodearon al gitano con cuchillos en manos pero cuando este tocó la parte más alta de la melodía los atacantes quedaron petrificados sus manos soltaron los cuchillos y lentamente se iban postrando al suelo a llorar, lloraban muy apenados de ciertos pecados, uno a uno iba gritando lo que más le afligía y llenaba de tristeza, el líder de ellos deja a la gitana en el suelo atada para ir por sus colegas a levantarles el ánimo para acabar con Thoumas pero él llega al final de su melodía y el líder mira a Sirenia y luego a Thoumas y comienza a llorar por su hija, sus lágrimas son de perdón y arrepentimiento, ahora Thoumas no puede parar lentamente repite la melodía a la espera de que la gitana, Sirenia despierte y corra para que cuando él deje de tocar salga de ahí o espere los golpes que no serán solo de ellos a él si no también de él a ellos, pero no lo hace porque a él no le gusta pelear frente a las damas.
Mátyás/Thoumas Hendrick- Gitano
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Re: Los seleccionados [Privado]
Sirenia no respondía a la llamada del violín que Thoumas tocaba para ella. Ella estaba sumida en el interior de un hermoso sueño que se tornó oscuro y cruel devolviéndole el recuerdo de cuando sus padres, su padre la abandonó en el mar hasta que los Von Lunirae la descubrieron, se quedaron con ella y criarla como tal. Los años pasaban en armonía sin demorarse en absoluto hasta que todo pasó. Sirenia recordaba los sucesos de aquella noche y la de cuando el ladrón de su primer beso de amor desapareció sin dejar apenas ni un rastro, ni un aroma que seguir ni siquiera ropas de él. Las lágrimas salían de sus ojos aun estando con los ojos cerrados, se caían las lágrimas y una gota la despertó sin dejarla opción a seguir con el sueño en el que se había sometido.
Pudo ver a Thoumas tocando el violín y mostrando una melodía triste – Thoumas…-murmuro cansada, intento levantarse como único apoyo el árbol que tenía detrás de ella pero cayó al suelo rodando por el costado hasta que cayó en el interior de un pequeño riachuelo que fluía con poca agua. No se encontraba en buena forma. Necesitaba el apoyo de alguien o solamente que la muerte se la llevara al igual que sus padres. ¿Por qué siempre estaba sola? ¿Por qué nunca nadie la deseaba? ¿Por qué le era tan fácil a la gente deshacerse de su compañía cuando ella se sentía segura de la compañía ajena? ¿Por qué era tan desdichada? ¿Por qué nadie, NADIE la amaba? Su cuerpo notaba que se humedecía con el vaivén del agua corriendo por el riachuelo, notaba el frio recorrerle el cuerpo.
Sentía bastante frio.
Esperaba que al menos alguien se tomara la molestia de ir hacia ella, a rescatarla y además que pueda pensar un poco positiva. Algún brujo o alguna gitana envidiosa habría echado un maleficio sobre ella dejándola sola eternamente. No sentía las ganas de tener que levantarse de aquellas aguas que corrían por el riachuelo. Moriría de frio por aquellas aguas.
Aguas y más aguas.
Comenzaba a temblar mientras seguía llamando sin fuerzas a Thoumas. ¿Por qué no la socorría? ¿Por qué seguía sola en el riachuelo? Seguramente Thoumas se había olvidado de ella como todas las personas que habían hecho anteriormente con ella.
Pudo ver a Thoumas tocando el violín y mostrando una melodía triste – Thoumas…-murmuro cansada, intento levantarse como único apoyo el árbol que tenía detrás de ella pero cayó al suelo rodando por el costado hasta que cayó en el interior de un pequeño riachuelo que fluía con poca agua. No se encontraba en buena forma. Necesitaba el apoyo de alguien o solamente que la muerte se la llevara al igual que sus padres. ¿Por qué siempre estaba sola? ¿Por qué nunca nadie la deseaba? ¿Por qué le era tan fácil a la gente deshacerse de su compañía cuando ella se sentía segura de la compañía ajena? ¿Por qué era tan desdichada? ¿Por qué nadie, NADIE la amaba? Su cuerpo notaba que se humedecía con el vaivén del agua corriendo por el riachuelo, notaba el frio recorrerle el cuerpo.
Sentía bastante frio.
Esperaba que al menos alguien se tomara la molestia de ir hacia ella, a rescatarla y además que pueda pensar un poco positiva. Algún brujo o alguna gitana envidiosa habría echado un maleficio sobre ella dejándola sola eternamente. No sentía las ganas de tener que levantarse de aquellas aguas que corrían por el riachuelo. Moriría de frio por aquellas aguas.
Aguas y más aguas.
Comenzaba a temblar mientras seguía llamando sin fuerzas a Thoumas. ¿Por qué no la socorría? ¿Por qué seguía sola en el riachuelo? Seguramente Thoumas se había olvidado de ella como todas las personas que habían hecho anteriormente con ella.
Sirenia Vídgîr- Cazador Clase Alta
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Re: Los seleccionados [Privado]
Dulces melodías de antaño regresen a mis manos para llenar de alegría a mi dama, no dejen que ella se valla de mi lado, no sin antes conocer los sentimientos de mi corazón, la tristeza y el amor, el dolor y la felicidad de las manos del violín, el amigo que tocará el mensaje en las notas más tristes pero dulces de este tiempo y de otro, ¡Oh dulces notas! No me fallen esta noche, no dejen a mi viejo amigo solo y mis manos frías
-Thoumas Hendrick-
-Thoumas Hendrick-
La música iba desapareciendo lentamente llegando a su final, los dedos de Thoumas rasgaban las ultimas cuerdas y sabía que aquello le daría solo segundos para huir pero ¿A dónde? En su mente se trazaba las ideas de a donde poder escapar, si volvía donde la gitana la podrían lastimar en su tienda, alarga más la melodía repitiendo notas, se arriesga a que se rompa la magia del violín así que va camiando lento a donde estaba la gitana atada, abre los ojos y no la ve, presume que se fue a su tienda, se aleja unos dos metros dejando a los tipos ahí llorando, sumidos en recuerdos, termina ahora si la melodía pues sabe que no es bueno jugar con las emociones de otros por mucho tiempo o se les provocaría algún mal.
Silencio en el bosque, los ojos de Thoumas aun muestran esa tristeza en sus iris claros, sus cabellos alborotados justo cuando baja a su amigo y camina entre el sendero de hojas secas y árboles frondosos que formaban aquel bosque, entre susurros va llamando a un nombre –Sirenia…Sirenia…Sirenia- llama a susurros para no avisar donde se encuentra, pero no le sirvió pues los hombres que quería secuestrar a la gitana recuperan la compostura alzándose –Eh venga maldito gitano bribon nos las pagarás- ese grito asusto un poco a Thoumas no por él si no por su adorada Sirenia, corriendo entre el bosque a esa hora –Tu maldito gitano ven acá- voltea para verles y no se percata de una caída, rueda cuesta abajo hasta un pequeño riachuelo, el agua moja su rostro haciéndole reír.
-Esto sería digno para mi hermano que se riera, juntarme con él me ha hecho daño creo- se levantó limpiándose el agua y luego viendo a su amigo cubierto de hojas con algo de aquella fría agua –Será que si toco algo Sirenia estará bien, que dices viejo amigo- cierra los ojos y el viento trae para si un perfume –Sirenia- murmura poniéndose de pie rápido escuchando pasos por donde iba, hasta que llego a ver un bulto entre el pequeño riachuelo, un bulto que se movía y se lamentaba, se acercó cautelo para ver quién era, cuando divisó la figura femenina corrió a ella para desatarla –Sirenia, Sirenia estás bien- preguntaba quitándole las cuerdas.
La carga en brazos saliendo de ahí directo a la tienda de ella, cerrando y apagando las velas, dejó a la gitana en la cama junto a su violín, arropados los dos mientras él esperaba afuera, si llegaban de nuevo esos tipos el estaría ahí para proteger a aquella bella dama, no sabía por qué pero no le importaba, incluso ahí afuera todo mojado la camisa pensaba en ¿por qué estaba ahí? ¿Por qué no se fue antes? ¿Qué lo ataba a la mujer? Preguntas sin respuestas que lo confundían más.
Mátyás/Thoumas Hendrick- Gitano
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Re: Los seleccionados [Privado]
La sorpresa que su corazón no pudo asimilar al momento fue que los bellos ojos de Thoumas se clavaron en ella y solo pudo estar en silencio hasta que la dejo sobre su cama y el montón de cojines. Sirenia estaba inquieta por algún motivo. Estaba en su cama pero estaba con los ojos abiertos de par en par, acariciándose el brazo por donde las cuerdas y se sentó en aquel colchón que se había hecho ella misma con esfuerzo. Vio el violín al lado y entonces recordó que faltaba Thoumas.
Ella salió de su cama para ir a cambiarse por un fino vestido de manga al codo medio translucido, aún estaba húmeda del riachuelo, parte de su anatomía se veía pues el vestido se humedeció pegándose un poco al cuerpo. Tosió un poco y cogió un manto multicolor de tonos apagados. Se cubrió con el e inmediatamente salió al exterior para darse cuenta de que ahí estaba Thoumas – Thoumas…-Dijo algo entrecortada, sintiéndose débil hablando ante el – Muchas….muchas gracias por...venir a rescatarme….-Dijo rodeándose más y más con aquel manto que tenía encima hasta que se puso al lado de Thoumas.
- …-No dijo nada, se acercó a él para posar un delicado beso en su mejilla, acurrucándose en su pecho esperando a que no la rechazara, pero acabo por echar aquel manto enorme por encima de ambos, que cubriera a ambos, a ella y a él y entonces fue cuando le miro a los ojos – Has sido muy valiente…y te estaré eternamente agradecida…deberías de entrar de hecho…-le rodeo la cintura con un brazo mientras seguía intentando aumentar el afecto entre ambos – y dormir…no creo que vayan a venir por aquí sabiendo que ahora el jefe del campamento sabe de lo que me ha pasado…-
Le tomo de la mano y con algo de insistencia lo metió en el interior de su tienda – Duerme conmigo Thoumas…-Le fue quitando el manto y ambos quedaron sin nada más que con lo que llevaban puesto y que estaba húmedo por lo de momentos atrás. Sirenia cogió de la camisa de Thoumas sin preguntarle si quiera y se la saco para ponerla cerca a secar, y le ofreció otra seca – Con esta que esta seca podrás dormir….-Dijo para finalizar acercándose a sus labios y robarle un beso lento y persistente.
Inmediatamente se separó lentamente y se fue a su lado en la cama donde también estaba el violín de Thoumas – Y pon el violín en un sitio seguro…aquí en cama es peligroso para alguien que esté cerca…-No se atrevía coger el violín pues parecía que Thoumas le tenía mucho cariño y aprecio y por lo torpe que era ella no quería estropearlo lo más mínimo –Podemos dormir juntos si lo prefieres. Mañana te daré provisiones para que puedas volver al campamento o diablos…no sé de qué parte vienes…
Ella salió de su cama para ir a cambiarse por un fino vestido de manga al codo medio translucido, aún estaba húmeda del riachuelo, parte de su anatomía se veía pues el vestido se humedeció pegándose un poco al cuerpo. Tosió un poco y cogió un manto multicolor de tonos apagados. Se cubrió con el e inmediatamente salió al exterior para darse cuenta de que ahí estaba Thoumas – Thoumas…-Dijo algo entrecortada, sintiéndose débil hablando ante el – Muchas….muchas gracias por...venir a rescatarme….-Dijo rodeándose más y más con aquel manto que tenía encima hasta que se puso al lado de Thoumas.
- …-No dijo nada, se acercó a él para posar un delicado beso en su mejilla, acurrucándose en su pecho esperando a que no la rechazara, pero acabo por echar aquel manto enorme por encima de ambos, que cubriera a ambos, a ella y a él y entonces fue cuando le miro a los ojos – Has sido muy valiente…y te estaré eternamente agradecida…deberías de entrar de hecho…-le rodeo la cintura con un brazo mientras seguía intentando aumentar el afecto entre ambos – y dormir…no creo que vayan a venir por aquí sabiendo que ahora el jefe del campamento sabe de lo que me ha pasado…-
Le tomo de la mano y con algo de insistencia lo metió en el interior de su tienda – Duerme conmigo Thoumas…-Le fue quitando el manto y ambos quedaron sin nada más que con lo que llevaban puesto y que estaba húmedo por lo de momentos atrás. Sirenia cogió de la camisa de Thoumas sin preguntarle si quiera y se la saco para ponerla cerca a secar, y le ofreció otra seca – Con esta que esta seca podrás dormir….-Dijo para finalizar acercándose a sus labios y robarle un beso lento y persistente.
Inmediatamente se separó lentamente y se fue a su lado en la cama donde también estaba el violín de Thoumas – Y pon el violín en un sitio seguro…aquí en cama es peligroso para alguien que esté cerca…-No se atrevía coger el violín pues parecía que Thoumas le tenía mucho cariño y aprecio y por lo torpe que era ella no quería estropearlo lo más mínimo –Podemos dormir juntos si lo prefieres. Mañana te daré provisiones para que puedas volver al campamento o diablos…no sé de qué parte vienes…
Sirenia Vídgîr- Cazador Clase Alta
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Re: Los seleccionados [Privado]
El sendero de espinas que marca aquel puente es la tristeza que se aferra al corazón herido y que no puede, no quiere alejarse, porque si lo hace entonces aquel latiente ser dejaría de existir, ¿cómo evitar la pena de un corazón melancólico? No se puede, se vive con él, se respira y se muere con ella. Compañera, amiga, aliada que es la que crea las melodías más cándidas y hermosas que a los verdaderos solitarios de compañía sirve.
-Thoumas Hendrick-
-Thoumas Hendrick-
La melodía de su corazón seguía entonando en notas tristes pero ahora con el clamor de la timidez sobre todo porque a pesar de no haber tenido roce con las damas el sentía que no estaba bien, que aquello no era correcto, tenía que irse de ahí no podía estar en la misma tienda que la dama y más en las condiciones en las que estaba, él comprendía que ella debía estar con una mujer, una amiga que le ayude a cambiarse y a estar mejor, él no era de utilidad ahí. Lo sabía, lo sentía.
Trago en seco nervioso por la cercanía de la gitana, sus manos sudaban completamente y los ojos de Thoumas fueron al cielo se sentía un tonto por su actitud, verdad es que tiene la edad avanzada para desposar a alguien pero la realidad era otra pues no encontraba comodidad con las féminas a causa de su tristeza y algo de timidez, en ese momento él rogó poder ser como su hermano Mátyás que se lanzaba contra cualquier conquista pero no, él no era así.
Entro a la tienda con ese nerviosismo, al punto de no poder decir nada ni una sola palabra le abandonaba aun cuando sus labios se abrían para decir algo pero no gesticulaba nada todo era blanco hasta que supo que tenía que decir algo o Sirenia se preocuparía por su actitud, se acercó tomando su violín del cuello con algo de fuerza, quedó frente a ella dejando un beso en la frente, el primer beso que ha dado en mucho tiempo, levanto su diestra apartando mechones de cabellos del rostro de la mujer y esa sonrisa tan cálida pero que muestra su pesar –No podría dormir contigo Sirenia, no es correcto de mi parte, me quedaré afuera haciendo guardia cuidándote, no te preocupes en la mañana estarás mejor y podré ir con mi hermano, debes descansar y si estoy no lo harás- recorre esa mano por la mejilla de ella y el pulgar borra una lágrima inexistente, era una pequeña caricia amistosa.
Tomo la camisa dándole la espalda para poder ponérsela, una vez conseguido ello volvió a besar la frente de Sirenia –ve a descansar que yo cuidaré la entrada junto a mi violín, con el cerca nadie podrá hacer algo malo- tocó una de las cuerdas del violín con una sonrisa, una que si era sincera en mostrar algo de felicidad.
Salió de la tienda y comenzó a buscar leña sin alejarse demasiado…y en la entrada de la tienda el violín recargado como un custodio guardián.
Mátyás/Thoumas Hendrick- Gitano
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Re: Los seleccionados [Privado]
La encrucijada en la que estaba Sirenia era la de que veía el mundo demasiado oscuro en estos momentos. Ella había soñado con un momento con Thoumas pero este seguía rechazándola una y otra vez. Sintiéndose invalida ante su esfuerzo bien merecido.
No por eso se iba a rendir tan pronto –Thoumas –Salió afuera con Thoumas y le tomo la mano para que la pusiera en su propia mejilla – Acaríciame el rostro, siente como mi pálido rostro necesita de tu calor –Dijo con las palabras en el corazón – Simplemente no creo que tenga opción a estar lejos de ti ¿sabes? Tengo ganas de que haya un mañana lejos de la perdición, si pero no por eso tienes que alejarte de mi y deja tu andar triste – Se alejó un paso de él para cruzarse de brazos – Tienes que alejarte de este violín –Cogió entre sus manos el violín de Thoumas y corriendo se fue entre los bosques, la noche prometía ser demasiado larga hasta que por fin, Sirenia llego atravesando los bosques hasta el centro de un lago, a orillas de él y rápidamente encontró la caja grande en la que guardaba todo lo que ella preciaba.
Miro hacia atrás y vio que no había nadie, siguió su camino para poder llevarlo hacia la caja, abrió lentamente la caja de madera y ahí estaban todos los recuerdos que tenia de sus padres, los que la cuidaron. Guardo el violín y entonces cerró con llave, una llave que se colgó de su collar, pero entonces vio que las hojas se removían y entonces vio aparecer a Thoumas.
–No te acerques Thoumas –Dijo con cautela, procurándose no separarse del baúl - ¿Sabes que puedes confiar en mí, verdad? ¿Sabes que? –Cogió la llave de su collar y se la enseño- Esta es la llave con la que cierro este baúl y te digo una cosa, o cambias y te devuelvo el violín o tiro la llave –Dijo aquello sabiendo de que tenia mil y una copias en su tienda – Ese violín te ha estado poseyendo una y otra vez con tristeza y penas, estas tan triste que ese violín se come tu alma sin que tu te des cuenta….-Se lamio los labios – El espíritu de tu madre, de tu familia vive en el violín y te transmite, te posee hasta el punto de no ver la verdad –Dijo siendo sincera – Thoumas, tienes que confiar en mi….
No por eso se iba a rendir tan pronto –Thoumas –Salió afuera con Thoumas y le tomo la mano para que la pusiera en su propia mejilla – Acaríciame el rostro, siente como mi pálido rostro necesita de tu calor –Dijo con las palabras en el corazón – Simplemente no creo que tenga opción a estar lejos de ti ¿sabes? Tengo ganas de que haya un mañana lejos de la perdición, si pero no por eso tienes que alejarte de mi y deja tu andar triste – Se alejó un paso de él para cruzarse de brazos – Tienes que alejarte de este violín –Cogió entre sus manos el violín de Thoumas y corriendo se fue entre los bosques, la noche prometía ser demasiado larga hasta que por fin, Sirenia llego atravesando los bosques hasta el centro de un lago, a orillas de él y rápidamente encontró la caja grande en la que guardaba todo lo que ella preciaba.
Miro hacia atrás y vio que no había nadie, siguió su camino para poder llevarlo hacia la caja, abrió lentamente la caja de madera y ahí estaban todos los recuerdos que tenia de sus padres, los que la cuidaron. Guardo el violín y entonces cerró con llave, una llave que se colgó de su collar, pero entonces vio que las hojas se removían y entonces vio aparecer a Thoumas.
–No te acerques Thoumas –Dijo con cautela, procurándose no separarse del baúl - ¿Sabes que puedes confiar en mí, verdad? ¿Sabes que? –Cogió la llave de su collar y se la enseño- Esta es la llave con la que cierro este baúl y te digo una cosa, o cambias y te devuelvo el violín o tiro la llave –Dijo aquello sabiendo de que tenia mil y una copias en su tienda – Ese violín te ha estado poseyendo una y otra vez con tristeza y penas, estas tan triste que ese violín se come tu alma sin que tu te des cuenta….-Se lamio los labios – El espíritu de tu madre, de tu familia vive en el violín y te transmite, te posee hasta el punto de no ver la verdad –Dijo siendo sincera – Thoumas, tienes que confiar en mi….
Sirenia Vídgîr- Cazador Clase Alta
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Re: Los seleccionados [Privado]
El trinar de las de las aves lentamente muere con la caída del sol, cuando la oscuridad llega abruptamente, dejando el camino libre a los salmos en voces gruesas que denotan algo de terror y amenaza. Las lechuzas, observan todo desde sus árboles, hasta el más ligero movimiento como guardianes de los espíritus de la naturaleza para que cuando el sol y la alegría vuelvan pueda saber lo que ha ocurrido en las tinieblas.
-Thoumas Hendrick-
-Thoumas Hendrick-
Entre tanto, el soplido del viento lleva las melodías tristes del antaño, las mece con el suave tocar de las hojas que danzan entre sí para liberar sus pequeñas lágrimas contenidas. Una a una van cayendo muriendo en el suelo como el recuerdo de algo o alguien, eso es en lo que todo termina un bello recuerdo incluso se vuelve un “y si”, niega con la cabeza abruptamente sonriendo al ver a su guardián en su lugar; sus manos llenas de leño seco para una buena fogata al estilo gitano. Los ojos enternecidos por ver el único obsequio que a su alma le ayuda a no lanzarse a la locura del olvido, a la calle de la amargura y eterna soledad.
Tanto se mantuvo en sus viejos recuerdos que a lo lejos escuchaba una voz que le llamaba, muy cálida que le hacía pensar en su madre, nuevamente su nombre le hace eco hasta que el pasado se hace presente. Sus ojos van directos a la pequeña gitana, a Sirenia, pero así como fueron hacia ella se elevaron al cielo. Estaba ante una mujer con prendas translucidas que harían hasta a un monje sonrojar, y no es que aquel gitano fuera uno de esos sujetos, pero si estaba sonrojado que incluso quiso decir algo, un pequeña palabra, el nombre de la joven pero solo se limitó a gaguear cual tonto. Lo era y lo es. Separó la mano abruptamente pues el comenzó a sudar, la joven interpretó mal todo su proceder y es que quien no lo haría porque realmente no se cree que un jovencito sea tímido no cuando su hermano es un picaflor que baila de cama en cama, y ya le había pasado cuando sabían el apellido de su hermano que era el de él, era Thoumas quien pagaba a veces los platos rotos de Mattyas.
Enseguida su mirada fue al suelo buscando las respuestas, mejor dicho la inspiración para poder decirle a la gitana que él no estaba con mujeres, que no era muy bueno hablando con ellas, que incluso su hermano le molestaba con su timidez. Pero un rayó golpeo su alma cuando su violín fue tomado por ella; cada una de sus palabras hacia su violín rompían más su corazón. Le tomó unos minutos para reaccionar, aun no lo podía creer. Corrió tras la joven hasta llegar a un lago, agitado y cansado pero sobre todo asustado por su alma buscó alcanzarla y fue ahí que sus palabras por fin fluyeron. -NO- un grito fue lo primero que salió, cuando su mano se extendió para pedir a su amigo, pero verla negarse a entregárselo lo partió aún más -Sirenia, confió en ti porque eres una gitana y por eso sé que me devolverás mi violín, no es así como dices, no sabes nada por favor devuélveme a mi alma, no hagas una locura como encerrarlo, entiende no eres tu soy yo realmente, mi violín no tiene nada que ver- tragó en seco asustado por lo que podría pasarle -Verás, el violín que tenemos mi hermano y yo son canalizadores de nuestras almas, y solo podemos expresar nuestros verdaderos sentimientos con ellos, si nos quitan el violín nos quitan el alma, me estas quitando el alma Sirenia, estas matándome, la tristeza no está en mi violín esta en mi alma, mi verdadera alma y es lo que mi violín saca, te dije que lo que nuestras melodías hacen en la gente son mostrar sus almas, sus verdaderos estados de ánimo, porque son nuestras almas las que tocan las de ellos. Por favor no cometas una locura- se acerca sigiloso como un lince tras su presa.
Mátyás/Thoumas Hendrick- Gitano
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