Los seleccionados [Privado]

por **Sirenia Vídgîr** Miér Dic 25, 2013 6:23 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Quendandose pensando descubrio que no mucho podria hacer estando ahi, estaba o estuvo un buen rato mirando tocar a dos muchachos el violin, unos violines bastante desgastados pero aquello no entorpecio la bella musica que sonaba en ese instante. Sirenia se quedaba mirando a uno de los jovenes, lo poco que tenia, se lo echo a ambos. Ya comeria en otra ocasion, pero tampoco el frio ayudaba de mucho la verdad. A ella solo le importaba los demas, no le importaba ella misma por que sabia que no tenia remedio cuidarse mas.

Siempre estaba sola y habia tenido muchos encuentros efimeros cuando en realidad la gente le decia que eran imaginaciones suyas, que nadie de quien habia conocido, habia existido. Que todo estaba en su mente. Hubo varias veces que llego a pensarselo, a creerselo pero tenia la certeza de que aquellas personas que conocio, existieron alguna vez. De todas maneras ahora estaba ahi, viendo terminar a aquellas personas las cuales les gusto mucho su melodia. Sonreia sin mas.

estuvo esperando hasta que la gente se habia disipado, pero gimio molesta al notar en sus pies descalzos algo que se habia clavado en la planta del pie, se fijo que se habia clavado un poco de cristal asi que en esa pose, se sentó en una banca que encontro y con las manos comenzo a intentar quitarse el trozo de cristal, pequeño pero un trozo de cristal al fin y al cabo.

-ah...-Gimio molesta un poco mas, una persona de rostro dulce se le acerco para ayudarla, pero al escuchar que el hombre querria cobrar por ayudarla, ella nego, alejando a aquella persona. Termino sacando el trozo, se puso un poco de venda alrededor de la herida y simplemente miro a los lados. Nadie. Estaba sola y comenzo a pensar si todas esas personas eran cosa de su imaginacion, o si estaba muerta y ella la unica a la que no podian ver los demas, o era que se inventaba a las personas y las creaba fuera de su mente y realmente estaba sola en la tierra, como si solamente estuviera ella.

por **Sirenia Vídgîr** Mar Feb 24, 2015 5:14 pm

¿Qué había hecho?

Se había comportado como una cría.

Como la cría que evitaba ser estando delante de alguien. Ella se ruborizo, no por haber hecho algo que significase haber hecho algo mal, sino que aquel dialogo que le mostro Thoumas, fue sincero. Aquello fue lo que le hizo sonrojar. Su corazón exploto de la timidez que esas palabras produjeron en ella.

La llave retiro de su cuello lentamente, enganchándose en las hebras castañas de su cabeza. Finalizó el movimiento y echó dos pasos hacia atrás por miedo a lo que pasara – Thoumas, por favor, no pensaba…Lo siento – La llave que antes quería tirar hacia el infinito mar era lo que podría poner en peligro la prematura relación entre ambos, sin embargo, caminó hacia el baúl cerrado y con unos suaves movimientos de muñeca, abrió el baúl, pero lo cerró antes de nuevo y se acercó a Thoumas – Ven…-Tomo de las manos a Thoumas, acercándolo lentamente con ella hacia el baúl y con uno de sus pañuelos le vendo los ojos – Sé que no es necesario, pero…¿Es…más divertido no? –Sonrió no demasiado por lo que estaba haciendo. No estaba segura ¿Qué hacía? El idiota.

Eso hacía, pero se puso de puntillas y comenzó poco a poco, situándose frente a él y besándole el pómulo, sutilmente y ya se puso en marcha hacia el baúl y entregar el violín que estaba en buen estado…casi – Tienes las cuerdas del violín desgastadas….-Dijo como que no quiere la cosa, miró a Thoumas y le entrego el violín, cerró el baúl y lo volvió a enterrar entre la maleza. Le quito la venda de los ojos finalmente para que viera que el violín estaba en manos buenas y ajenas – Perdóname…Thoumas, creo que sobrepasé los límites con el violín –Sirenia parecía arrepentida de lo que hizo, tenía la mirada agachada y pensó que lo mejor sería volver a la tienda, a hacer aquello que bien sabía hacer, que era…llorar, echarse la culpa siempre de todo y sentirse la última persona viva en el mundo.

-Sirenia…-Aquella voz que escuchó Sirenia tras volver a su tienda y estar diez minutos hecha una bola en la esquina, fue la de su “Jefe” la del Mayor del campamento. Sirenia se secó las lágrimas rápidamente y cuando salió se encontró a un hombre de casi dos metros, ancho como un armario, de cabello oscuro y ojos grises como la luna. Intimidante, desde luego - ¿estás bien? Te escuché llorar…o eso me pareció.
-No, estoy bien, es solo que me encontré con un animal salvaje de noche en los bosques y...-Sirenia restregaba el dorso de su mano contra la falda por atrás a modo de nerviosismo, desviaba la mirada y entonces miro fijamente a su mayor – me asusté demasiado y llegué llorando...ahora que lo pienso no veo a Thoumas ¿Le ha visto?
-Sí, ahora viene a tu tienda, le he dicho que es bienvenido en el campamento las veces que guste él venir – El jefe del campamento dio una suave palmada en el brazo de Sirenia como diciéndole “Me debes una gorda” y Sirenia solo atinaba a asentir de arriba debajo de forma seca y ridícula que parecía uno de los muñecos que decoraban los relojes de cuco.
-S-Sí señor…-Dijo Sirenia lo bastante sorprendida y asustada a la vez de que su Mayor hubiera asustado a Thoumas – Espero que no le haya asustado –Dijo cuando ya el jefe estaba bien lejos y ella atenta a la llegada de Thoumas.

por **Mátyás/Thoumas Hendrick** Mar Mar 24, 2015 8:53 pm

Había recuperado su violín y abrazándolo con fuerza tocó entre sus dedos aquellas cuerdas que resonaron en un pequeño toque melancólico como si hubiera recobrado aquel brillo perdido, el rostro del gitano mostró una alegría con unos ojos llenos de tristeza como si todo volviera a ser normal para él, cuando alzó la vista la mujer ya no estaba, había salido corriendo, negó para sí mismo poniéndose de pie para dejar que el viento y las cuerdas de su violín cantaran a la luna y a la misma noche que le agradecía el calmarla en su corazón.

Al terminar la melodía entre los arbustos saltó un muchacho sobre el gitano dándole un golpe en la cabeza –Muchacho tonto pensé que tomarías a esa gitana y la harías tu mujer esta noche al menos le hubieras dado alguna esperanza pero no, eres un tonto Thoumas, porque no le haces feliz por una noche, un beso una caricita y luego te la llevas a la cama– la voz inconfundible de su hermano le hizo reaccionar –Oye yo no soy como tú que saltas de cama en cama, prefiero… – su hermano se levanta caminando directo al campamento de la gitana –si ya sé ya sé, tu prefieres los sentimientos del corazón que los del momento– caminó directo entre los arboles cuando Thoumas se levantó para seguirlo.

En el campamento el jefe de este con alegría los recibió a los dos hermanos que encantaron con sus melodías al campamento, ambos violines resonaron como uno mismo llevando alegría y despertando corazón y sentimientos en los que le escuchaban, las jovencitas se acercaban a los dos gitanas iluminadas por las notas entre picantes y melancólicas que los violines como cuerdas que las ataban les hacían danzar. Con toda esa algarabía Thoumas quedó en medio de la fogata y la danza, mientras que Mattyas en secreto siguió al jefe hasta donde aquella jovencita, observó camuflado en la oscuridad hasta que el hombre se alejó.

Se acercó a la mujer lanzándole una pequeña ramita del suelo –Vaya, vaya así que estás enamorada de mi hermano menor, pero que descaro, debes saber algo él no es como otros gitanos es diferente y por lo que pude apreciar tu odias parte de él, muy mal comienzo gitana, no, no me digas nada a mi díselo a tu alma y mente que es toda una confusión realmente tu mente y corazón son opuesto por eso tengo esta actitud contigo– alza su violín igual al que tiene su hermano –veamos qué es lo que hay en tu mente realmente, que es lo que quieres ahora – las cuerdas comienzan a sonar haciendo su magia sobre la gitana, envolviéndola en los hilos de la melodía.

por **Sirenia Vídgîr** Lun Abr 13, 2015 6:07 pm

Bien sabia la fama de aquel gitano que parecía querer encantarla con las notas de aquel violín, bien sabía que malgastaba sus energías.

- Saber que eres tú, el que va de flor en flor, el que va de cama en cama con riesgo de que algún marido caprichoso se entere del desliz de su esposa –rio- ¿Y me vienes a pedirme explicaciones? Creo que yo debería de meterme con mis propios sentimientos y tú con los tuyos propios, dejar que, al menos nuestros problemas, bien en este caso somos tu hermano y yo, solucionar y aclarar nuestros pensamientos el uno con el otro. Si enseñas preocupación por que no me conoces o que puedo hacerle, debo entonces decirte que no temas, pero si muestras esta preocupación solo porque ni si quiera sabes quedarte quieto y no dejas de jugar con las ventanas de las casas de mujeres casadas, por favor, abandona esta carpa de inmediato porque en su mayoría, solo vienes a blasfemar a una joven que no le haría daño alguno en este caso a Thoumas. Bien he sufrido todos estos años, siendo apaleada, siendo acosada y todo porque no me relaciono con nadie, porque nadie confía en mí en base de los rumores de las gitanas que difunden por doquier –lamiéndose los labios, Sirenia chasqueo la lengua de pura impotencia - ¿Qué te importará que te hable con la verdad? –Finalizo Sirenia con aquellas palabras, acercándose al que se supone es el hermano de Thoumas, puso una mano sobre aquella mano brincadora sobre las hebras del violín –Para…-Negó, diría algo más, sus labios estaban tan cerca de los de enfrente que casi se rozaban, pero una de las cuerdas de aquel violín acertaron en su rostro -¡AGH! –Fue tan álgido el chillido de dolor que la confusión en su mente se compuso y se rompía como un rompecabezas.

Gritos, gritos y más gritos.

Desesperación con la gitana tapándose parte de su rostro. La ayuda llego enseguida, El mayor del campamento insistió varias veces para que dejara ver la herida en el rostro o lo que hubiera pasado, Sirenia en un rincón y rodeada de gente negaba, entonces fue forzada con dos hombres sujetándole las manos y en ese momento, la desgracia se postro de inmediato en su antiguo bello rostro.

-Sirenia, muéstrate –Ordeno el jefe del campamento, pero lo que vio solo logro sacarle un suspiro de alivio – Tranquila, no es nada grave –No, no lo era, tan solo tenía una cicatriz sangrando desde su mejilla hasta parte del lado izquierdo de su frente. Había rozado parte de ceja y parpado móvil – Cierra los ojos –El jefe se levantó rápidamente, observo con aquella mirada celeste bien iluminada al joven Mátyás del otro campamento con una mirada seria, severa y que pudiera infringir temor en el joven. Echó una rápida mirada hacia donde estaba siendo Sirenia atendida y volvió su mirada al joven, observándole bien fijamente para después ver a Thoumas entrar en la tienda, quedarse detrás de su hermano y este solamente bufando de pura ira.

Acabo por hacer señas a ambos hermanos para poder dar una charla a ambos, de hombre a hombre-s, termino por llevarlos a su ostentosa carromato – Los famosos Hendricks -Burlo - Cuando el infortunio se generaliza en un país, se hace universal el egoísmo. La mayoría de las desgracias son peores como amenaza que como realidad. Es duro fracasar en algo, pero es mucho peor no haberlo intentado. Aquí nuestra victima ha sido presente, ha presenciado una vez más la opresión de fracasar porque alguien quiso que así fuera – Observó a Mátyás- tú mismo la presionaste para que dejara a tu hermano me parece a mí. Más sé que ella no tiene muchas amistades mas esta siempre en una esquina llorando. Pretendí apartar a tu hermano de ella pero la vi sonreír, no recuerdo cuando fue la última vez que sonrió, así que preferí dejar que su destino marcara sus pasos y en ese momento estaba él –señalo con la cabeza a Thoumas y en el que se detuvo un rato antes de volver a mirar a Mátyás – Dime si no debo acusarte de brujería o si ha sido mera coincidencia en que el violín saltara de repente y antes estuvieras pidiendo respuestas como el que quiere robar al más pobre inocente – Declaro pues es lo que le pareció en su ronda sospechosa alrededor de la tienda de Sirenia minutos antes de que entrara a socorrerla.

por **Mátyás/Thoumas Hendrick** Vie Abr 24, 2015 10:08 pm

Las palabras con las que se defendía la mujer no provocaron nada en aquel gitano que continuaba con su melodía aumentando el ritmo mientras se reía de ella y de lo que él decía con tanta seguridad y firmeza, niega acercándose a ella lo suficiente como para que lo vea a los ojos directamente, para que vea que no es como los otros gitanos del campamento donde ella vive, que vea lo que es ser un errante de verdad, que los dos gitanos no eran los sobreprotectores con los que ella vivió que son muy distantes y poco usuales a la mayoría –No me hagas reír gitana, si no niego que voy de cama en cama que pico de aquí y allá pero tengo claros mis sentimientos mientras que tú no los tienes claros, ni siquiera puedes ver la verdadera alma de mi hermano y te atreves a decir “nosotros”, por favor para haber eso debes ver realmente lo que hay en su alma, en su ser y no logras percibirlo realmente, mi violín hizo lo cometido, saco lo que quería oír tu arrogancia, en eso piensas, no has pensado en mi hermano en ningún momento si no en ti, mal muy mal niña en lo que has vivido en lo que has tenido que pasar y todo eso que hablas pero te has preguntado de verdad, te has preguntado ¿Qué ha pasado Thoumas? –

La melodía continua, las cuerdas vibran y en eso y mal movimiento deja que la cuerda se afloje golpeando el rostro de la mujer de lo cerca que estaba de ella, no se asustó ni se disculpó, incluso cuando los gritos de ella alarmaron a todos los gitanos acudiendo a ayudarla, el simplemente se acercó a su hermano – Vámonos, tú no tienes nada que hacer aquí, estamos mejor en nuestro campamento con nuestros hermanos, bien que no te la follaste o estarías en un lio aun mayor hermanito, pero tranquilo yo siempre resuelvo estas cosas– entre risas y empujones se alejan, pero antes de que los dos den un paso fuera de los dominios del jefe un hombre les detuvo la salida arrebatándoles a ambos los violines y escoltándolos a la tienda del jefe del campamento. Esperaron unos minutos que se volvieron horas, hasta que el hombre llego hecho una furia.

Lo que suscitó luego de que termino con sus palabras fue el silencio hasta que el mismo Thoumas lo rompió –Por favor, señor mi hermano jamás quiso dañar a su hija Sirenia somos incapaces de lastimar como puede decir eso, quizás sí, quizás usted debió alejarme de su hija porque no soy bueno para ella realmente, somos la nada, mi hermano y yo no somos nada la dicha y desdicha juntas mente y corazón opuestos y siempre encontrándose en peleas con la melodía y las notas que los violines arrancan de nuestros dedos, habla de intentar y de no hacerlo pero le digo… - no termino la frase cuando Maty intervino poniéndose de pie –Tú hablas de que ella no tiene amigos ni a nadie, no será porque las has sobreprotegido tanto que hasta de ella, lo que ha dicho mi hermano es verdad ni uno de los dos somos buenas influencias como bien has dicho tú y tu hija, nuestra fama nos precede, a mí el de picaflor y al de mi hermano el del melancólico y triste alma, un hombre que parece más un ser sin alma, no te preocupes mi hermano no verá a tu hija más ni a mí me verás rondar aquí estaremos en nuestros campamentos, mi hermano prefiere los sentimientos pero tu hija no tiene claro sus sentimientos quiere atarlo a ella sin conocer sin saber el alma de mi hermano, ella oculta cosas por otros – mira a su hermano que se levanta molesto por las palabras de él –Matyas por favor no digas esas cosas, y menos si no está Sirenia para que se defienda, es mejor que nos vayamos ya hemos causado muchas molestias, dolores y estragos negativos a todos y no queríamos eso, se los juro – se acerca a los hombres para pedir los violines –Nuestros violines si están encantados porque muestran lo que él gente oculta y lo que a tu hija le paso fue un accidente, el violín sintió demasiada carga de ella, demasiado que oculta y decidió romperse la cuerda a la mitad, jamás había pasado y jamás saltó así, así que pregúntate ¿Qué oculta tu hija? – Matyas salió dejando a Thoumas pidiendo disculpas a todos por la imprudencia de su hermano, algo que siempre ocurría entre ellos.

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