Zirano Xanaddo "Renacido"

DATOS BÁSICOS

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Mi carácter ya muchos lo conocéis, un hombre dulce, curioso, y muy infantil en ocasiones. Controlador, maniático, excéntrico y ególatra, en tantas otras ocasiones. Pero en definitiva un vampiro, con la diferencia que mi humanidad es lo que mas destaca en mi, la moralidad suele regir mis leyes, y ayudar al débil es mi prioridad.
Me siento como si fuese la mano de la justicia en la ciudad. Por lo que muchas veces creo que mi palabra es la ley. Y si no lo es, la impongo por la fuerza, sea quien sea el que se oponga. La Justicia también tiene un lado oscuro.
Con las chicas soy dulce, atento y muy cariñoso. Fogoso y erótico como pocos, donde juegos y placer se mezclan con intensos momentos de suspense y terror.
Mis gustos son sencillos, un paseo por el bosque a caballo, una noche de placer, visitar el teatro. una noche en París junto a ti.

HISTORIA

Mi vida, como resumirla en tan pocas lineas, será difícil, pero de todos modos os la contaré.
Soy Zirano Xanaddo, policía y vampiro en París y nací hace ciento treinta y un años en estados unidos, en plena guerra por la independencia. Mis padres eran unos simples granjeros del antiguo oeste, en las tierras actualmente conocidas como Texas. La guerra parecía lejana, y durante mi niñez disfrute de una vida feliz y tranquila. Siempre rodeado de naturaleza y la cría de ganado. Recuerdo como jugaba a echar el lazo a los terneros y como con el paso de los años me fui volviendo en uno de los mejores lanzadores de lazo de la región.
Pronto la guerra llego a su declive, y tanto los republicanos como los confederados hicieron la firma del tratado por la independencia. La economía comenzó a crecer y pase de ser un simple chico granjero a un comerciante de ganado de renombre. Con 20 años me case con Galatea, una chica de nacionalidad escocesa, llegada tan solo unos meses atrás junto a sus padres. Fue un matrimonio concertado por mi padre, por el cual ganó el derecho de comercio con una de las grandes ciudades de la región. Nuestro matrimonio, siendo concertado, era plenamente feliz, pero pronto descubrí que Galatea no podía concebir hijos. Algo que me dejo totalmente contrariado y desmotivado. Tanto que creía que  el matrimonio iba a llegar a su fin. Fueron pasando los años, y el matrimonio solo aguantaba por el que dirán, yo cumplí treinta y un  años, y cansado de intentar procrear con mi mujer, terminé cansándome de su compañía, buscando la misma entre brazos de prostitutas. Que tan solo con mostrarles unos pocos dolares eras un dios al que debían adorar.

Pero aquella noche era diferente, el burdel era mas atrayente y las mujeres eran todas jóvenes y hermosas. El ambiente era muy animado, pedí una copa y observe a las chicas, pronto se acerco una, que me sedujo con facilidad. -Subamos!- Me susurró al oído y de inmediato quise ir con ella, en la habitación las relaciones fueron geniales y duras, recuerdo como la chica me movía con facilidad. De pronto note una dentellada en el cuello, dolía pero ella se movía mas encima de mi y llegue al éxtasis mientras moría con un sabor metalico en la boca.

No se cuanto seria el tiempo que pasó pero sin yo mismo creérmelo, desperté y me sentía realmente bien. Bueno, lo que se diría bien, bien, no. Tenia una sed atroz. -Agua! Dadme agua!- Grite al verme en una celda. La puerta se abrió y apareció la prostituta, con una niña de apenas seis o siete años medio llorosa. La mujer me miró. -Tienes sed?- Me dijo mientras con la uña le apretaba el cuello dejando que una gota de sangre fluyera, el olor aun lo recuerdo, dulce, suave y puro. Note como los colmillos me crecían. -Bebé su sangre.- Me dijo la mujer lanzándome a la niña. Escuchaba el latir rápido y descompasado de su pequeño corazoncillo, y me miraba pidiéndome perdón, pero cundo vi la sangre y de nuevo note su olor, de forma impulsiva y salvaje, hundí mis colmillos en su pequeño cuello, bebí sin control, escuchaba el corazón, cada vez mas lento... mas lento. Hasta que cuando ya no fluía sangre  finalmente dejo de latir. Fue cuando reaccione, y vi a la pequeña, muerta con los ojos abiertos y llenos de lagrimas. Cerré sus ojos, la deje en el suelo, comprendiendo mi condición. Me levanté mirando a la que me había convertido, lanzándome sobre ella con una velocidad que ni yo me esperaba, pero dos tipos se interpusieron entre ella y yo. Los dos tipos me sujetaban con fuerza, yo me movía compulsívamente, dejándome llevar por la ir. Aun recuerdo que note como si el mismísimo Lucifer controlara mi cuerpo y mi ira. Pro por mucho que me movía no lograba soltarme y la chica se acerco a mi con una dulce sonrisa en sus labios.

-Cálmate Zirano hijo mío. Ahora eres un vampiro y para vivir deberás beber la sangre de humanos.- Me decía mirándome con dulzura y amor en sus ojos. Era muy extraño, la miraba y la deseaba y mis fuerzas desaparecían. Ella comenzó a acariciar mi mejilla y su tacto me reconfortaba. -Recuerda, soy Morgana Fetich, y ahora eres de mi propiedad.- Me besó, pero fue un beso posesivo y de inmediato me separé. La imagen de la niña en mis brazos muerta volvió a mi. -Jamas! Jamas te serviré maldita- Le grité soltándome de los dos tipos y salí corriendo hacía la ventana, comprendía que en esos momentos no tenía nada que hacer contra ellos y lo mejor era huir. Mientras saltaba por la ventana, Morgana me grito. -Recuerda hijo mío, la luz del sol nos mata.- Y huí sin perseguidor alguno.

Durante unos días me oculte en mi hogar, mi mujer de inmediato me notó diferente, aunque yo quería hacerle ver que era el mismo. Pero el mantenerme oculto durante el día, el ver en la oscuridad y los reflejos sobrehumanos, Hacían que Galatea cada vez estuviese mas asustada. y la cuarta noche, el frió invadió mi cuerpo y la sed me dominaba por completo. Los últimos rayos de sol se ocultaron y mi mujer abrió la puerta y comenzó a bajar los escalones, yo estaba con los ojos totalmente rojos, encendidos por la sed. -Zirano que te ocurre mi amado?- Me pregunto bajando corriendo los escalones, pasando la mano por la pared, cortándose un poco con un clavo que sobresalía , y la sangre salió, y mi sed se descontrolo, solo recuerdo sus gritos, cada vez mas débiles, y como cada vez yo quería beber mas y mas. La solté, todavía incrédulo de el crimen que había hecho. y la miré. -Galatea? mi amor despierta!- Pero no despertó, y una lagrima de sangre recorrió mi mejilla, pase mi mano ante el cosquilleo en mi car y me miré las lagrimas rojas, comprendiendo lo que había ocurrido y grite con toda mi fuerza hacía el cielo, tan fuerte que se escucho en la ciudad entera.

La sed es incontrolable, si no bebes sangre humana, tras unos días solo oler la sangre ya te hace ser un animal salvaje. Aquello lo comprendí esa noche y jamas lo olvidaré. Aquella misma noche decidí irme de la ciudad, y vi un barco mercante apunto de zarpar. Su destino, no lo sabía. Pero se subió como polizón y viajo durante tres largos meses, alimentándose de ratas y marineros borrachos, no los mataba, aprendió ha hacerlo tras varios cadáveres, era tan difícil retirar la mordida y dejar de beber ese sabroso néctar. Intento comer comida normal, pero aparte de parecer que comía una papilla sin sabor, no le hacia nada ni le quitaba la sed. Finalmente el barco atracó en puerto. Cuando salí descubrí la ciudad que tanto me había descrito aquella niña del barco. Gracias a ella aprendí a defenderme en francés. Al fin estaba en París.

Los primero quince años en la ciudad fueron extraños, vivía junto a una humana a la que seduje con mis poderes recién adquiridos, alimentándome de ladrones, violadores y otros tipos de la misma calaña. Pronto una noche vi un grupo de policías en serios apuros, luchando contra dos vampiros. Estos parecían jugar con los policías, acorralándolos y asustándolos. Uno de los policías saco una pistola, y de inmediato uno de los vampiros de un golpe lo lanzo hacía la pared de mi lado. El policía cayó inconsciente a mis pies y vi el revolver, de un color plateado brillante, lo cogí, admirando su belleza y miré hacia el grupo, sin pensarlo, preparé el percutor, y usando mi velocidad me puse tras uno de los vampiros, puse el revolver en su cabeza y disparé. El vampiro cayo al suelo muerto y el otro se giró mirándome sorprendido. -Eres de los nuestros!!- Cuando dijo aquello enfurecí, y me lance sobre él, mordiéndole el cuello, y arrancándole un trozo del mismo, para que se desangrará y no pudiese continuar hablando.
Y desdé ese día a la actualidad, soy y seré un vampiro guardián de París.

DATOS EXTRA

Tiene un caballo negro llamado Blade y conserva el revolver de su primer encuentro con la policía.

gracias a αgusτınα• de sourcecode

OBSERVACIONES:

RECUERDA QUE EN LA PSICOLOGIA DEBES DE PONER UN MINIMO DE OCHO LINEAS COMPLETAS

POSTEA A CONTINUACIÓN CUANDO TERMINES TU FICHA PARA QUE UN MIEMBRO DEL STAFF
PASE A REVISARLA Y TE DE COLOR Y RANGO SI TODO ESTÁ EN ORDEN. GRACIAS.