All about Temptation.[Privado +18]

Volk se había pasado ese día entero en el bosque más cercano al burdel. ¿Qué era lo que lo mantenía cerca? No era la necesidad de ver a la cortesana con que había estado hace unas noches. No, Volk no es de los que se atan mucho a la gente aunque sean cercanas. Tampoco se ataba a los lugares, de hecho si fuera por él se habría marchado al día siguiente de Francia. Empero la noticia de que un mercenario experimentado y con cierta fama en otros países se expandió rápido por el país natal del hombre lobo. Seguramente su último cliente quedo molesto por la paga extra que se vio obligado a dar por su vida. Mas si, era trabajo lo que mantenía a Volk a la espera o más bien en la duda.

Había aceptado el trabajo, le habían pagado la mitad del sueldo y aún así Volk dudaba. ¿Por qué? Simple, su victima no era de su agrado. Era una cortesana. ¿Qué peligro había en ello? ¿Qué posibilidades de que la mujer supiera defenderse existían? ¿Qué le decía que podía hacerse más fuerte realizando aquel trabajo? No había gloria alguna en la realización de este más allá de lo que aún no le habían pagado. Sin embargo, el ego de tantos trabajos bien realizados le decía que no se podía dar el lujo de no terminar este solo por asuntos morales.

No había convicción alguna en Volk, solo era ego, aunque lo hacía sentir vacío. Su sentido de la justicia parecía más fuerte ahora y el haber estado antes con otra cortesana tampoco le dejaba la conciencia tranquila.

Al final, Volk decidió ir a darle una visita a la pobre criatura y ver que tan inocente era realmente. La razón por la que querían su cabeza era por haber rechazado clientes, lo cual no parecía justo. Ahora sabía que las cortesanas tenían a muchos hombres a sus pies y no veía como podían complacerlos a todos. Quizás Volk comenzaba a sentir algo de compasión por ellas.

(…)

Con la llegada de la noche, Volk hace su entrada en el lugar donde había tenido su primera ve. Los clientes que recordaban como había llegado aquella noche le miraban asustado y no era para menos si la misma ballesta con la que apunto al gordo despilfarrador iba colgada en su espalda. Seguramente se preguntaban a quien iría a amenazar a muerte ahora, pero la verdad es que su mirada esta vez era más resignada que asesina.

Un hombre tubo la torpeza de al intentar salir corriendo chocar de frente con Volk. Este solo le miro a los ojos y con una mano puso su ballesta sobre el hombro izquierdo. – Pareces cliente frecuente, ¿sabes dónde puedo encontrar a Calypso? – Preguntó sin muchos ánimos y en respuesta la mujer fue apuntada.

Al verla pudo comprender la obsesión por su cliente de matarla. Si, era en efecto hermosa, pero aún así tenía derecho de elegir con quien acostarse. O al menos así lo veía Volk. Suspiró y apartó al hombre con una mano el cual comenzó a correr. Sin cambiar su arma de lugar, se acercó hasta la cortesana mirándola a los ojos. – ¿Eres Calypso? – Preguntó algo más animado al encontrar a quien quería, aunque no deseaba matarla aún, es más dudaba que fuera hacerlo. – Si es así, necesito hablar contigo – Dijo ahora con tono firme, casi como si estuviese dando una orden y su mirada por fin parecía más acorde con la personalidad de Volk. Si tenía suerte el miedo haría razonar a la chiquilla ya que su entrada definitivamente no le favorecía y en esta ocasión si bien eran eficaces, Volk no quería usar sus métodos de persuasión.

La inocencia de Calypso era simplemente singular.Era,sin duda,alguien humilde y trabajadora;más de una vez,las otras cortesanas del lugar la habían hablado de la belleza que irradiaba,de que siendo la más joven tendría a varios hombres haciendo cola para poseerla,pero ella,se negaba a creerlo.Por eso,cuando algún hombre requería sus atenciones,hacía lo posible por librarse,temerosa de que algo no fuese a salir bien y la despidiesen.

Temerosa de ese modo como estaba,había pedido encargarse de la barra del bar aquella noche;lo que no esperaba encontrarse,sin duda,era un hombre grande y fuerte,que derrochaba ferocidad allá por donde caminaba.Sin embargo,así fue.

Vestía de manera exótica,lo que sin duda,era algo armónico con su rostro.Su pequeño cuerpo estaba adornado por pequeños tatuajes de pintura azul,lo que hacía que sus ojos resaltasen aún más;vestía de manera casi arábica:el busto lo tapaba una fina tela de tul blanca,que dejaba ver sus hombros y vientre,en este,alrededor de la cintura,descansaba una cadena que imitaba a el oro,y más abajo,se encontraba una falda de vuelo del mismo color que la parte de arriba,blanca y con transparencias.Su pelo,en fin,su pelo era lo más salvaje en toda ella;rizos por doquier de un color rubio ceniza.Iba descalza,eso era lo que más le gustaba de todo aquello,poder ir sin tacones,era mucho más cómodo,y si hubiese sabido lo que estaba por venir,agradecería el echo de ir descalza mucho más.

Calypso observo demasiado movimiento en el local.Se preocupó.Fue por eso que,estando tras la barra,se agacho un momento a coger una daga,por si las moscas.Pues ella era alguien de estatura pequeña,y no quería sufrir daños.Sin embargo,cuando se alzó de nuevo para descubrir lo que pasaba,se chocó de frente con alguien.

Tuvo que echar la cabeza para atrás y alzar el rostro para poder adivinar de quien se trataba.-Lo siento...No era mi intención chocarme con usted,señor.Hablo en tono bajo y con la mirada clavada en el suelo.Se trataba de un hombre alto y fuerte,casi capaz de hacer añicos a la muchacha con tan sólo mirarla.Su mirada era seria.

Cuando oyó su nombre,alzó la vista y retrocedió unos pasos,pudiendo esta vez,llegar a mirarle a la cara.No contesto,precavida y preguntándose a qué venía la pregunta.No supo porqué,pero en cuanto escuchó aquello,algo en la voz de el hombre,o en su mirada,la hicieron salir corriendo del lugar.No se lo pensó,y en cuanto tuvo ocasión,siendo tan pequeña y resbaladiza intentó huir.

Lo que Volk no sabía o más bien había olvidado de si mismo era que de por si su apariencia, sin contar su físico, causaba pavor. Sin embargo, estaba acostumbrado y bastante a que la gente optara por la decisión que tomó Calypso. Incluso hasta para el hombre que vestía botas de militar, pantalones y chaqueta de cuero negro, pareciera la salida más lógica para aquel encuentro. La mirada del hombre-lobo se veía más tranquila o al menos eso intentaba mostrar mientras agarraba la mano de la cortesana, estrechándola con la suya, para frenar su paso sin intención de hacer que caiga.

Hace unas semanas, probablemente Volk no habría podido arreglar aquella situación sin usar la violencia, pero para fortuna de ambos quizás, en ese mismo lugar había aprendido un poco como debía actuar ahí. Dejó su arma sobre la barra sabiendo que ningún payaso se atrevería a tomarla y fue ahí cuando pudo notar la suavidad en la piel de la mano que estrechaba. Una delicadeza que pocas veces había sentido, sabía que no le tomaría más de algunos segundos en acabar con ella si se decidía por cumplir con su trabajo. – Tranquila, no he venido para hacerte daño, ni nada que no quieras – Dijo con un tono más apacible, algo que no solía hacer o más bien descubierto hace poco. Y tras haber dicho esto, trato de estrechar la otra mano de Calypso para quedar frente a frente con ella de nuevo.

Trato de calmar su libido lo mejor que pudo una vez que le veía el cuerpo entero. Tarea difícil, si era bastante hermosa, aquel aspecto árabe en su forma de vestir, la belleza en su rostro y la suavidad de su piel hacían que Volk no pudiera contenerse las ganas de besarla ahí mismo. Suerte que era mercenario, y aún así quizás ese fue uno de los trabajos más difíciles que pudo realizar. Tragando saliva volvió hacía la barra para sentarse, soltando sus manos.

– ¿Puedo invitarte a un trago? – Preguntó con cierta inseguridad, la verdad era que aún le faltaba mejorar mucho cuando de mujeres se trataba y más tratándose de obras de arte como la que tenía en frente. – Lo siento, no fue mi intención asustarte así. Debo tener una especie de talento innato para eso – Dijo algo más calmado y exhalando un suspiro.

Volvió tomar una de las manos de la joven cortesana, palma con palma mientras que con su otra mano acariciaba la parte que quedaba libre. No lo hacía apropósito, era la belleza de Calypso que lo obligaba a actuar así. Aunque por una parte se podía tomar como algo bueno ya que le servía para recordar que no habría descanso en su conciencia si llegaba a acabar con aquella frágil criatura.

En esos momentos se podría llegar incluso a decir que Volk encontraba más lógico darse razones para proteger a Calypso de seres como el que lo había contratado. Estaba atrapado entre la compasión y la tentación. ¿Sería acaso posible llegar a caer en ambas? Si se le preguntase la respuesta más posible era un no por parte del licántropo, aunque siendo más objetivos quizás quien estaba más de suerte entonces era la hermosa mujer que tenía en frente. Gran parte de él quería que la cortesana comprendiese que en esos momentos no corría peligro alguno aceptando su invitación.

Una mano la atrapó en su carrera.Era grande y fuerte,y por un momento tuvo miedo de que su vida fuese a terminar en ese lugar.Sin embargo,no intentó tirarla al suelo o utilizar su fuerza en contra de la pequeña,y eso fue lo que hizo que Calypso se tranquilizase y le diese unos segundos al hombre para poder hablar.De lo contrario,si el hombre la hubiese intentado infringir algun tipo de daño,la joven Calypso,tan astuta y escurridiza como un felino,con lo que siempre la comparaban,hubiese utilizado todo su ingenio para salir de esa.

Le observa,callada como siempre.No era que no fuese mujer de palabras,simplemente se guardaba el derecho a hablar en las situaciones adecuadas;y aquella,sin duda,no le parecía una situación adecuada,así que espero a que el hablase y cuando lo hizo,suspiro aliviada.

La pequeña mano de la muchacha seguía en la del hombre,y era tal la diferencia,que aunque Calypso nunca se hubiese considerado alguien demasiado pequeña,a su lado se imagino a si misma como a una pequeña niña asustada y a el,como a el lobo feroz.No tenía ni idea de lo escalofriantemente cierto que podía ser aquella idea.Se tomó unos segundos para mirarle e intentar identificarle.No,no le conocía pero pudo distinguir en él,el cansancio y mirada distante,sin embargo,por primera vez estando en su presencia no tuvo miedo,quizás fue el resplandor de la compasión que pudo ver en su mirada y se auto-convenció de que no le haría daño.

Sonrie casi inconscientemente ante la oferta del hombre.-Si decidís no envenenar mi bebida,supongo que debo aceptar,al y al cabo,sería descortes rechazaros.¿No?Le mira,esperando saber lo que quiere.Al fin y al cabo,es ella la encargada de servir las bebidas.-No pasa nada.He sido yo quien me he chocado con vos,y ruego me disculpeís.

La curiosidad y los nervios volvieron a formar parte de ella cuando el hombre que se encontraba frente a ella,aún sin haberse soltado del primer agarre con la mano que a él le quedaba libre la posiciona sobre la suya ya agarrada y comenzó a acariciarla.En ese momento no comprendió porqué y quizás,nunca lo comprendería.

Las caricias de Volk en esos momentos eran casi como las de un padre tratando de consolar a su pequeña hija más que las de un hombre tratando de cortejar a su amante. No se daba cuenta de ello, pero si la cortesana sabía notar la diferencia, entonces no le costaría mucho.

Para sorpresa de Volk, su invitación fue aceptada y no reprochaba la falta de confianza que mostraba Calypso en sus palabras, hacía bien, aunque en situaciones de riesgo quizás si lo habría reprochado. Su voz era casi tan hermosa como su apariencia. Además de eso, sus palabras le hicieron comprender que Calypso no era nada como su cliente la había descrito. Quizás aún estaba intimidando de algún modo y eso le hacía darse una impresión equivocada, pero no veía a Calypso como una prostituta cualquiera que por estar muy segura de su belleza se daba el lujo de rechazar a cualquier cliente. Tal vez aquellos hombres rechazados simplemente no supieron como acercarse a ella.

Una sonrisa leve y relajada se dibujo en el rostro del licántropo. – Me temo que ni la serpiente más traicionera se atrevería a aprovecharse de tu confianza – Dijo en un tono algo más alegre y soltó por fin las manos de la joven. – Descuida, no es necesaria tanta formalidad con alguien como yo... Siendo sincero, me alegra que no seas como las malas lenguas te describen – Dijo mientras los ojos del mercenario se perdían en el azul de los de la cortesana. – Pide lo que quieras, ya dije que yo invito, el dinero no es problema – Volvió a decir mientras acomodaba una de las sillas frente a la barra y la invitaba a sentarse. Luego de eso llevó su ballesta a su espalda, colgándosela como de costumbre, esperando no tener que usarla.

Aquella faceta de Volk no era normal, no la mostraba ni cuando estaba trabajando ni cuando estaba relativamente de buen humor. Quizás una nueva que estaba adoptando desde hace poco. Se podía decir que estaba madurando, algo irónico para esa edad. Aunque claro, dicen que uno nunca deja de crecer y siendo un licántropo tenía mucho más para crecer que la joven a quien intentaba acercarse. No le era fácil quedarse con esa idea tampoco, era un cambio bastante grande en su personalidad, pero se lo estaba tomando mucho mejor de lo que él mismo pensaba.

Ella le observaba,casi ensimismada,y preguntándose la razón por la cual sus manos aún seguían juntas,porqué la estaba acariciando,pero no se quejó,no se movió.Aquello no la hacía sentir incómoda,pues de momento no se había excedido en ningún momento,pero sintió el anhelo de haber conocido a su padre,y por un momento,intento recuperar aquellas imágenes perdidas en la memoria;fue en en vano,como siempre que lo intentaba.

Sus manos,por fin se desataron y con ello,Calypso volvió a la realidad.Torció la cabeza cual pajaro cuando el hablo,aquel gesto se había convertido más bien en algo que la caracterizaba y en un gesto.-Perdonadme,pero,si se puede saber ¿qué es lo que las malas lenguas dicen de mi persona?Preguntó curiosa.Aquello era algo extraño,pues apenas conocía a gente en el gran París,y por un momento barajó la idea de que aquel hombre la hubiese confundido con otra chica pero al momento,recordó su condición de cortesana,y la anterior a esta,la de gitana,y supo que efectivamente,habría más de una persona capaz de ponerla verde y desearle algo malo.

Se levantó de la banqueta,dejándolo a el allí sentado pero manteniendo la conversación.Sirvió dos vasos de vodka,uno para ella y otro para el,y se trajo la botella por si quisiesen seguir bebiendo.Volvió a su lado,sentándose junto a el pero a una distancia prudencial,y entonces,se fijó en la ballesta que portaba.-Es muy bonita...Susurró casi sin ser consciente de aquello,y una mano se dirigió a tocar la madera de la cual estaba echa.

Suspiró al ver que Calypso ya no tenía miedo de él. Aquello no había sido tan difícil como lo esperaba, quizás el haber pasado hace unas noches, una en el burdel con cierta cortesana le había servido más que solo para tener su primera vez. Sonrió levemente ante la pregunta de la cortesana con la que ahora estaba, comenzando a poner atención en las partes del cuerpo que mostraba. Su piel se veía mucho más joven y no tenía golpes... Aquello le daba algo de curiosidad, pero no era momento ni la persona con la que debía hablarlo.

– Bueno, dicen que eres muy quisquillosa a la hora de elegir a tus clientes. Piensan que es por que estas segura de tu belleza y miras al resto hacía abajo – Dijo mientras esperaba los tragos. Noto que era vodka por la botella y el olor. No era su bebida favorita, pero tampoco estaba para ponerse a discutir por eso. – Con lo único que concuerdo es que si eres una mujer hermosa – Dice aunque no pudiendo sonar tan seguro con lo último. Todo tema relacionado con las mujeres y el sexo aún era un campo en el que Volk recién se había adentrado.

Vio luego como la joven llevaba sus manos al arma que tenía colgada en la espalda. Gracias a sus oídos agudos no tuvo problemas para escuchar el susurro. – Hermosa, pero no la construí para mostrar ese lado del arma – Dice dejando la ballesta sobre la barra para que pudiera contemplarla mejor. Si veía con atención podía ver en el mango tallado el nombre de Volk. Era la primera ballesta que había hecho cuando decidió que el arco ya no era tan eficiente para realizar su trabajo.

– Por lo que he visto en la gente, por aquí no acostumbran a usar armas, ¿tu sabes usarlas? – Dijo quien creyera lo que estaba viendo; Volk iniciando una conversación. Bueno, siendo de armas sabía de eso y eran su herramienta de trabajo, no le era difícil hablar de eso tampoco.

Escucho lo que aquel hombre le decía atentamente,con una ligera sonrisa torcida en los labios y una ceja alzada.Cualquiera que la viese así,con ese gesto,diría que ponía en duda lo que aquel hombre le estaba contando pero no era así.Ella era consciente de que había varias razones para que sus clientes pensasen eso,pero debía pararlo.Quizás no fuese esa la razón,pero si el jefe la descubría terminaría en la calle y sola una vez más.Sin embargo,aquel no era ni el lugar,ni el momento,ni la persona con la que hablar sus razones y/o decisiones.

-¿Eso es lo que se rumorea por ahí?Sonrió,no de manera pícara,ni tan siquiera burlesca,simplemente incapaz de imaginarse a si misma no acostándose por hombres por esa razón.No se creía superior a los demás,sus razones eran mucho más honorables que esas,pero aún así...¿para qué se metería una mujer de tales pensamientos a cortesana?-¿Y a tí,qué te he parecido?Volvió a girar la cabeza cual pájaro.-Seré sincera,o por lo menos,no me andaré con rodeos...Pareces el tipo de hombre que es observador,que es dueño de su propio destino,de sus propias decisiones,ese tipo de hombre que no se deja manipular y tiene sus propias opiniones acerca de las cosas.Hizo una pequeña pausa,observándole.La voz de la chica permanecía tranquila,podría compararse con la llama de una vela,baja pero mostrando seguridad al mismo tiempo.-¿Cómo crees que soy?¿Te ha parecido que soy de aquellas mujeres que andan contoneándose por todo el local,o de aquellas que se quedan esperando a que llegue la hora de su infierno personal?Dime.Calypso aún no había tocado el vaso,pero dicho esto,cogió la bebida servida y se la bebió de un trago,sin pestañear,con los ojos clavados en los de aquel hombre.

Un hombre movió su brazo,en busca de una camarera a la que manosear y pedir más bebida,y ella,haciendo su trabajo se levantó.No le agradaba ser el centro de atención de nadie,y menos que alguien la manosease,pero era mejor que estar siendo follada por una larga cola de hombres por las noches.-Lo siento,me requieren por ahí.Señalo al borracho que estaba haciendo ruido.-Sirvete lo que quieras,yo invito.Sonrío mientras le guiñaba un ojo.

Rápida y elegante como una gacela se levantó de su sitio y se acercó a el.El hombre la cogió de la cintura y tocó su culo tantas veces quiso,ella no era quien para quejarse,y a continuación,la sentó sobre su abultado pantalón,aparentemente mucho más contento que unos segundos atrás.A la chiquilla no le quedo otro remedio que sonreír si no quería ser despedida.-¿Qué desea que la traiga,señor?Dijo con un tono de respeto diferente al que había utilizado anteriormente con el hombre con el cual conversaba.-Follarte toda la noche cariño,eso quiero.¡Ohh!Qué rica que estás.El chico hablaba mientras tocaba todo su cuerpo y su líbido no hacía más que crecer.La chica no se movió,sabía que era lo mejor.-Luego,más tarde,nos divertiremos tu y yo.Pero,¿qué quieres beber?Era algo lógico.Ella emborrachaba al cliente hasta que se desmayase y no pudiese seguir manoseandola.Le trajo la bebida deseada al hombre,y a continuación,volvió junto al chico con el que antes había estado hablando.

Cuando se sentó de nuevo junto a ese gran hombre que la acompañaba aquella noche,su rostro se ruborizó levemente y intentó que los rizos cayesen sobre su rostro,intentando que esto no lo notase.Intento evadir el tema,omitirlo,y contestó.-¿Y para mostrar qué lado del arma la construiste,pues?Sonrió,algo más tranquila ahora.-Así que te llamas Volk,¿eh?Bonito nombre,¿de donde eres,si se me permite preguntarlo?Sonrió mientras sus dedos acariciaban la vieja madera de la cual estaba echa el arma.

¿Que sí sabía usar armas?¡Por dios!Estaba hablando con una chiquilla que había sido toda una aventurera siendo niña,le habían enseñado esgrima en el palacio y ella misma había aprendido a utilizar el arco aquellas tardes de su infancia en el bosque.La cuestión de las dos dagas eran simplemente cuestión de su pasado como gitana,su ''madre'' la había echo aprender a utilizarlas para poder defenderse.-Sí;en fin,nunca viene mal saber defenderse,¿no?No sabía de dónde había sacado el saber utilizar las flechas y el arco,ni tan siquiera la espada,lo único que sabía era que se le daba bien.

Desvió la vista de su arma hacía los ojos azules de Calypso mientras esta hablaba. Vaya sorpresa para él descubrir cierto brillo de determinación en sus ojos y palabras. No solo eso, además se notaba que no era solo una cara bonita y su cabeza no la usaba solo para peinarse. Sonrió levemente al escuchar lo que él le parecía a ella y no estaba del todo equivocada. Él no era dueño de su propio destino o al menos aún no, luchaba, pero si que luchaba con todo lo que tenía para ganarse esa libertad.

Entonces ella señaló al borracho que la llamaba. Suspiró una vez que se quedo solo mientras meditaba en lo que había visto. No era una mujer inocente como lo había pensado, bueno si lo era por lo que se le acusaba. Además de eso era valiente para hablarle a Volk así, aquello le había agradado. No muchas personas se atrevían a hacerlo, aún cuando les daba la pauta para ello. También ahora era ella quien invitaba a la bebida, supuso que trabajaba como cantinera por lo que había visto. No le dio mucha más importancia entonces y se bebió el baso de Vodka al seco.

No le gusto lo que veía que hacían a Calypso, pero prefirió en vez de armar una escena como la de su última visita, buscar a la mujer con la que se había acostado antes. Sin embargo, la única cara conocida que podía divisar en el burdel a esa hora era la de la valiente cantinera. – La bebida nunca ha sobrado – Susurró y volvió a suspirar resignado antes de que llegase quien le pagaba ahora el alcohol.

Se sirvió otro baso y comenzó a beber tranquilo. Entonces sintió el aroma de la cortesana otra vez cerca suyo, pudo notar como se ponía algo colorada, pero logró camuflarlo luego con su cabello. Miro hacía arriba entonces mientras formulaba tantas respuestas para la joven.

– Definitivamente no me pareces como te describen. Note un par de cualidades que me agradaron en ti y debo admitir que me gustaría conocerte más – Dijo para terminarse el vaso que se había servido al seco y luego volver a servirse otro de la botella. Era un licántropo de cuarenta años, podía darse el lujo de beber así. Si bien no le hacía mucho al sexo la bebida le había ayudado mucho para mantenerse en la abnegación tantos años. – Dudo pertenecer a algun lugar en especifico, pero si preguntas por mi país natal, nací en Francia – Dijo para luego colocar su mano sobre la de Calypso, siendo más especifico; la mano de Calypso que tocaba la madera. – Un arma se puede usar para tres cosas, defenderse, de adorno y la tercera ¿cuál crees que es? – Preguntó aunque sin intención de asustarla. Ya se había decidido no hacer su trabajo, es más si la joven demostraba que valía la pena, acabaría con su cliente para defenderla.

La verdad es que le sorprendió un poco el hecho de que si sabía usar armas, se preguntó por unos momentos cual usaría. – Si te gusta puedes quedartela, seguro aprendes a usarla. No te preocupes por mi, tengo más armas y siempre puedo hacer otra – Dijo tranquilo, aunque por dentro algo sorprendido de si mismo. Volk no era de andar regalando cosas, tampoco de hacer amistades, pero ya había optado por defender a la pequeña Calypso y aquella ballesta sabía algo más que defender a su portador. – Creo que la belleza de ambas resaltará más si andan juntas – Terminó de decir para beberse el vaso al seco y dejarlo sobre la barra junto a la botella.

Aquella arma y Volk habían vivido muchos infiernos juntos, lo había salvado de muchas y crecieron bastante desde el momento que la construyó. Empero, Volk estaba cambiando. Ahora protegía y tenía dos personas a las que no le importaba atarse. Si quería seguir esa senda supuso que sería mejor dejar algunas cosas atrás y tal vez esa hermosa y temible arma solo le recordaba todos esos años que pasó solo, años que quizás estaban llegando a su fin. Aunque sabía que aún había algo que debía hacer algo solo, pero al recordarlo esta vez sonrió casi con alivió a Calypso. Se estaba haciendo más fuerte,  tal vez.

Calypso le escuchó atenta.Era la primera vez que alguien en aquella ciudad se tomaba la molestia de mirarla y hablarla con respeto,de no mentirle¡a y de no sólo fijarse en su cuerpo.Porque aquello era obvio,Volk se había fijado en su cuerpo y aquello le había gustado al hombre.No sabía exactamente la razón de ese echo,pues Calypso no se consideraba una mujer bella y hermosa,quizás su cuerpo se mantenía bien gracias a el deporte que hacía pero nada más.Sin embargo,hacía unos minutos había podido observar en el hombre que le acompañaba cierto brillo de determinación y fiereza en sus ojos,algo salvaje,cuando le había visto observarla todo su cuerpo,y era obvio,que esa mirada a Calypso no la había dejado igual.

-Se puede conocer a una mujer en varios sentidos diferentes.Sonrió y apoyo una mano cerca de la entrepierna de el hombre,acercándose sensualmente a su rostro para después susurrar un:'Dime Volk,¿de qué manera te gustaría conocerme más a fondo?' ¿Ella había dicho eso? No podía creerselo,¿desde cuando se comportaba así? Debía de ser culpa del calor o el alcohol,quizás de las altas horas de la noche,pero que más daba,ella hoy quería divertirse,quería seguir bebiendo.Dicho y escho,cogió una botella de Absenta,ya que al parecer Volk estaba haciendo buen uso de la de Vodka,y comenzó a beber de ella.Ya pagaría más tarde toda la bebida gastada.Que más daba.

Volvió a acariciar la vieja madera del arma una vez bebido un poco más de absenta y fue entónces cuando el hombre volvió a acariciar su mano y lanzó la pregunta.Ella no lo dudó.Clavo sus ojos azules en él,y disparó su respuesta.-Matar.¿No es así?Ni siquiera ella era consciente de dónde le venía esa fascinación por las armas,y ella misma se quedo estupefacta cuando respondió.

Le sorprendió el echo de que aquel hombre se ofreciese a regalarle la ballesta.Tenía su nombre,y por lo tanto era obvio que un valor sentimental bastante amplio.Entonces,¿porqué estaba regalandosela?Fue entonces cuando decidió probarla,por si acaso se trataba de alguna tramap.Miró las flecha encima de la masa.-¿Puedo?Preguntó señalando una de ellas,y antes que incluso pudiese contestar la chica ya estaba agarrando una de ellas y con la ballesta en la otra mano.Ni siquiera ella supo como,pero tras unos instantes se encontraba delante de la puerta de salida,apuntando con el arma un punto pintado de la casa de enfrente al burdel,y tras concentrarse y apuntar,descubrió que su puntería era mejor de lo que pensaba.Había acertado de lleno en la improvisada diana.-Vaya...Es muy buena.¿Seguro que quieres desprenderte de ella?Preguntó mientras volvía a dejarla en la barra y le daba otro trago a la absenta.

Su rostro se enrojeció de nuevo ante las palabras de aquel hombre y se tambaleó un poco por el efecto del calor y el alcohol,sin embargo seguía estando lúcida.

Entonces recordó que no solo estaba conversando con una cantinera, sino también una cortesana. No pudo evitar tragar saliva y ponerse algo nervioso en cuanto escuchó las primeras palabras de Calypso y la vio acercarse, sintiendo donde se posaron las manos de la joven. Algunas veces en el pasado trataron de cortejarlo así y lo había visto también con otros hombres, pero era la primera vez que aquel acto de seducción servía en él. Había aprendido mucho su primera vez y gracias a eso ahora se podía imaginar haciendo cuantas cosas con Calypso. También comprendía el tono seductor y el significado de sus palabras haciendo que se tentará  aún más para pagar por sus servicios.

Las manos de Calypso se alejaron de sus piernas y pudo darse tiempo para soltar un suspiro. Al tiempo que ella bebía de su botella, Volk se sirvió otro  vaso de vodka y se lo bebió al seco, tratando de hacer pasar lo anterior a segundo plano. Asintió algo sorprendido cuando la cortesana mencionó la tercera cosa que se podía hacer con un arma. Esa mujer era todo un enigma y aún no comprendía bien porque rechazaba a tantos clientes. Ahora se estaba divirtiendo y sabía usar armas. ¿Por qué era cortesana o era acaso que se había metido recién en el negocio? Volk no lo sabía, pero aquello era algo que seguramente comenzaría a preguntar más tarde. También, si era por comprender más a las personas que entran a trabajar en el  burdel, conocía muy bien donde ir si esperaba respuestas de una persona experimentada.

Tardo un poco en recomponerse y volver a la normalidad. Era mucho más difícil resistirse al deseo una vez que ya se ha caído en la tentación. Cuando volvió la mirada a la joven, esta ya se encontraba probando su juguete nuevo. Sonrió al ver que podía usarla sin mayor problema y eso que aquella ballesta no era una de las más ligeras. La diseño especialmente para portarla en viajes largos y al mismo tiempo usar fuerza en los brazos sin sacrificar mucha resistencia física.

– Así es, es toda tuya. Estoy seguro que ambas se cuidaran bien – Dice para dejar el vaso de lado e imitar a la joven, bebiendo de la botella de vodka un poco. Cerró los ojos levemente al verla sonrojada y al abrirlos acerco su rostro al suyo, al mismo tiempo sus labios se posaban cerca de su oído derecho. – Eso depende de que forma estes dispuesta a dejar que te conozca – Le responde casí en un susurro y tras hacer eso, su rostro quedo frente al de ella, aunque a una distancia prudente.

Era la primera vez que Volk intentaba seducir a alguien, aún sin saber si había surtido efecto. ¿Por qué lo había hecho? Si bien sus intenciones de proteger a Calypso eran honestas no podía dejar de lado el hecho de que sentía atracción hacía ella. No era solo el físico. Volk había visto muchas mujeres hermosas en el pasado. Tampoco era el hecho de ser cortesana ya que de querer acostarse con una tenía a donde ir. Cuando dijo que habían cualidades en ella que le habían gustado también había sido sincero, la personalidad de la joven lo tentaba demasiado, tanto como para querer algo más que solo defenderla y si debía pagar por acostarse por ella lo haría. Sin embargo, deseaba también que ella aceptará antes de mostrar el dinero.

La chica ni siquiera agradeció el gesto de el regalo.Estaba demasiado confundida como para hacerlo.Aquel hombre la estaba generando demasiado misterio y quería saber porqué.Cuando el se acercó a ella,hubiese jurado que la habría devorado ahí mismo,pero en cambio,en un sólo susurro hizo que Calypso se imaginase acostándose con el.No le desagradó aquella imagen,quizás por los efectos del alcohol,o quizás simplemente,porque quería sacarse aquel hombre del que una vez se enamoró de la mente;el caso fue,que aquella noche,estaría dispuesto a acostarse con él asumiendo su puesto,el de una cortesana.

Calypso no era tonta,y mucho menos pasaba las cosas por alto.Era una jóven observadora e inteligente,curiosa y esta vez,no iba a comportarse de otra manera.Volk la observaba mucho,no sabía en qué sentido,pues era la primerz vez que pasaba tanto tiempo hablando con un hombre en el burdel,pero la miraba,y no sabía si eso la excitaba o la agobiaba,así que simplemente disparó con su arma más mortífera,su lengua y sus palabras.Se levanto de la banqueta y se acercó a él.Las piernas de el hombre no estaban juntas,había un hueco entre ellas,así que allí se colocó.Sus cuerpos chocaban,y sentía muy cerca el pene del gran hombre.Eso la puso algo nervioso,pero estba decidida a saber porqué estaba allí.Se puso tan cerca,que pudo notar la respiración agitada de este,aunque esta vez,no le tocó con las manos,solamente fueron sus cuerpos los que se rozaron.-Llevo toda la noche,desde que te he conocido,intentando descubrir qué es lo que haces aquí.Llevas armas,así que eres peligroso,pero tu voz es tranquila y aún no me has matado.¿Qué quieres de mí?Sí,definitivamente,el alcohol empezaba a hacer mella en ella.Así se quedo,justo enfrente de él,esperando a su respuesta.

Volk aún estaba sentado, se tuvo que estirar un poco una vez que Calypso se acercó a él para que ambos se quedaran mirando cara a cara. El hombre lobo no hizo ademán alguno de alejarse de ella cuando sintió la cintura de ella cerca de su miembro. Aquello lo excito bastante, al punto que sentía como su falo comenzaba a crecer levemente. Sintió además que no había espacio de separación entre sus cuerpos y fue entonces que ambas manos del hombre pasaron a la cintura de la coqueta fémina.

Las palabras de Calypso lograron sorprender un poco a Volk, sabía que no había forma de que hubiese descubierto su profesión. ¿Matarla? No, Volk ya había renunciado a cumplir con su trabajo y aún siendo por trabajo, Volk no pondría un dedo encima de alguien a quien se había decido proteger. Su respiración si era algo agitada entonces y ella podía sentirla, pero soltó un suspiro casi encima de sus labios y mientras una mano buscaba estrechar una de la joven, la otra rodeaba ahora su cintura de forma protectora. Empezó a formular una respuesta rápida a sus preguntas, no iba a mentir pero creía que no era necesario mencionar que en realidad habían mandado a Volk para matarla y terminó queriendo acostarse con ella. Lo cierto es que aquello quedaría como una mancha en su historial de trabajos bien cumplidos, pero si lograba darse más motivos para mantenerse cerca de la joven habría valido la pena.

– Lo cierto es que había escuchado de ti y me dio curiosidad saber si era cierto lo que decían. – Sin notarlo sus labios se acercaron a los de ella al punto que se podía decir estaba hablando sobre estos.   – Tenía intenciones de pasar la noche con alguien más y aproveché que al parecer esta ocupada para acercarme a ti – Se ruborizó en cuanto se dio cuenta con que naturalidad había hecho aquello y tan solo era la segunda mujer que tenía así de cerca a sus labios. –  Y para ser sincero me quedaste gustando – Dijo aún con sus labios cercanos a los de ella. Al terminar de hablar cerro los labios que acabaron besando la comisura superior de ella suavemente.

Separó los labios de los ajenos para apoyar su frente con la de ella suavemente y suspiro, aún algo sonrojado.   – En cuanto a mis armas, es una promesa que nunca las usare contigo – Dijo algo más relajado después de haber probado los labios de ella y le sonrió levemente.   – Tengo una bolsa en el bolsillo, puedes sacarla y decirme si es lo que necesitas para una noche – Volvió a hablar, seguro de que serviría pues era la cantidad que habría usado con la primera mujer y cortesana que se había acostado.

Para el momento en el que la chica notó como el miembro de Volk empezaba a chocar contra su vientre,estaba demasiado excitada y confusa como para alejarse,y no lo hizo.Se quedó allí,quieta,esperando sus respuestas.¡Por dios!¡La duda la estaba matando!Quería saber de una vez lo que aquel hombre quería.¡Por todos los dioses!¡Que la besase o la matase ahí mismo,pero que hiciese algo ya!

Casi sin darse cuenta,su cuerpo se adelanto unos pequeños pasos más hacia el;fue entonces cuando tuvo que alzarse sobre los dedos de sus pies y ponerse de puntillas,para poder llegar de nuevo a estar tan cerca de su boca.Cuando el hombre por fín hablo,lo hizo sobre los labios de Lypso,tan solo a unos centímetros de estos.-Entonces,dime.¿Es cierto lo que dicen?Sonrió levemente,como una niña pequeña conocedora de que está jugando con fuego.-Así que,simplemente,...Aquello último la había pillado por sorpresa y aunque no se separó,su voz dejo de ser tan sensual y dejo paso a una Calypso más fría e insegura.-...estás aquí,ahora,hablando conmigo,porque la cortesana con la que querías acostarte hoy,no está aquí,si mal no he entendido. Le miró de manera extraña,escrutándole con la mirada.En un segundo,sin dar paso a que la pequeña cortesana que allí se encontraba volviese a contestar,el hombre posó sus labios sobre los carnosos de ella y más tarde,así fue como se quedaron.Quietos de nuevo.Calypso no supo si irse en aquel momento,o quedarse allí.

Se separó de el.El echo de estar tan juntos la agobiaba,le traía demasiado recuerdos,y se veía incapaz de asimilar todo aquello.Con un poco de maña,pues carecía de la suficiente fuerza,consiguió auparse y sentarse sobre la barra de aquel local.-Puedes usar las armas conmigo tantas veces quieras...Clavó su mirada en la de el.-...creo que ya te has dado cuenta de que sé defenderme,así que adelante.Aquello la estaba excitando.El hablar así,sobre las armas y el sexo;el que ella le picase a el,y el la irritase a ella.-Pero he de admitir,que es un detalle por tu parte el decidir no usarlas conmigo.Sonrió.-Créeme.Da igual cuanto haya en la bolsa,estás decidido y yo he bebido demasiado,así que el dinero da igual.Dicho eso,volvió a saltar de la barra,pues sabido era que la muchacha no podía permanecer más de dos segundos quieta,y se contoneo por todo el local,recojiendo los vasos por el suelo y dejando las mesas un poco más limpias,así como haciendo que los borrachos se fuesen a dormir la mona a otro sitio.

¿Por qué no la mataba de una? No le era nada difícil, Volk tenía seguramente la mejor puntería en Francia, nunca fallaba un tiro si no lo hacía a propósito. No resultaba nada difícil, matarla, cobrar el dinero por llevar su cabeza y volver al burdel con la única mujer que se había acostado entonces. Empero, ¿por qué no lo hacía? La diferencia entre Calypso y Volk era demasiada. Se notaba que la cortesana era a penas una niña mientras que Volk había pasado ya por mucho y estaba consciente de cuanto más le quedaba. También, era terco pues sabía lo que era terminar algo y sentir la satisfacción de haberlo hecho, por eso mismo la idea de hacerle daño a la pequeña le era imposible. Se había decidido a protegerla, aunque de no ser por Vanesa lo más seguro es que ya estaría cobrando su dinero.

No sabía si la joven cortesana quería acostarse con él o solo estaba jugando con él. No dijo nada en cuanto esta se fue a limpiar el local. Se quedo ahí sentado mientras la joven hacía lo suyo de manera tan sensual que no dejaba de excitar a Volk. Siguió bebiendo un poco más de la botella de vodka hasta que decidió que esa noche la pasaría en una cama junto a la mujer que le habían mandado a asesinar.

Espero paciente a que la joven volviese a la barra y una vez termino esta de hacer lo que estuviese haciendo, se levanto para acercarse a ella y con un brazo rodear su cadera para a traerla hacía él. – Da igual con quien haya querido acostarme. Ahora solo tengo ojos para ti y cuando dije que me gustas lo dije en serio... – Dijo sonando decidido como no lo había hecho esa noche. –Me gustas y quiero protegerte, no hacerte daño... Pero aceptame esta noche como tu cliente, por favor... – Volvió a decir de la misma forma, pero esta vez no esperó respuesta, simplemente llevó una mano a su mejilla y sin pensarlo dos veces sus labios volvieron a juntarse en un beso apasionado. La lengua del licántropo ya buscaba la de la humana. No podía aguantarse más el deseo.

Calypso era tentadora en todo sentido. Sabía de arnas, como usarlas y podía defenderse. También era totalmente distinta a lo que su inocente apariencia mostraba, era aún muy joven, pero bastante inteligente y hermosa. Además, sabía como sacar de quicio a Volk al mismo tiempo que excitarlo como ella no se imaginaba. Era por eso sin duda. Además de querer protegerla, era por eso el porque aún no la había matado y no quería revelarle los verdaderos motivos de su visita ni mucho menos pensar en eso.

¿Qué se suponía qué estaba haciendo?¿Acaso no recordaba las noches que había pasado junto a ÉL?¿Porqué se comportaba entonces de manera tan infantil?Sí,así era.Por mucho que le costase imaginarse como tal,Calypso seguía siendo una niña y era como se estaba comportando.

En el local sólo quedaban ambos y la muchacha se comportaba de manera sensual y provocativa,en parte por efectos del alcohol y en parte porque algo en ella había crecido hacía ese hombre,sin saber que el hombre ya estaba excitado desde hacía un rato.

Terminó de recoger y una vez asegurándose de que todo estaba en orden,le miró y se dirigió a la barra para sentarse de nuevo sobre esta,juguetona.Cuando el la cogió de la cintura sonrió,y se acercó peligrosamente a su boca mientras este hablaba.-Y si esa mujer...Dice mientras se acerca aún más a sus labios.-...¿apareciese ahora?Y se separa rápidamente,justo cuando está apunto de besarle.-Entonces,¿seguiríais queriendo acostaros conmigo?Sonríe coqueta y pícara,haciéndole sufrir algo más.El beso del hombre la pilló por sorpresa y no pudo resistirse a él,así que consiguió disfrutar del beso hasta que después,se separó de él.Una mano se dirigió a la mejilla del hombre y le acarició,cariñosa.-Está bien...Consiguió pronunciar a pesar de su nerviosismo,pues era la primera vez que se iba a acostar son alguien que más tarde le iba a pagar por sus servicios.-...Tomadme.

Volvió a mencionar a la mujer que Volk había dicho supuestamente querer visitar. Fue una mentira, pero en el momento que la mencionó, no pudo evitar pensar en Vanesa. ¿Y si aparecía? El hombre-lobo deseó que no lo hiciera, pues ahora estaba con Calypso y ella era quien lo había excitado en vez de la primera mujer con la que se acostó. El beso siguió, al final la cortesana no pudo negarlo y el mercenario lo disfrutó de principio a fin. Era la primera vez que estaba con una mujer tan joven, a pesar de ser la segunda se notaba la diferencia, hacía que la deseara más. La suavidad de sus labios y el jugueteo con su lengua lo envolvían por completo, pero aún podía pensar con cierta claridad.

Ella aceptó entonces trabajar para Volk mientras le acariciaba la mejilla a este. Era una caricia dulce que lo llevaba de vuelta en el tiempo, cuando era niño. Sonrió admirando el rostro de la joven. – Después de haber conseguido tus servicios, sería un completo idiota al irme con otra – Dice en un tono más bajo al estar tan cerca de ella.

Volk a penas se había dado cuenta de que ya solo quedaban la cortesana y él en el local. Cuando lo hizo sonrió un poco más y acercó sus labios al oído de la mujer que abrazaba. –¿Prefieres qué te lleva a un cuarto o aprovechamos el local? – Dijo posaba la mano izquierda sobre la una nalga de Calypso. Aprovechó donde tenía sus labios para comenzar a besar detrás de su oreja, con suavidad, notando la misma de su piel. Sentía entonces lo frágil que era la humana y lo fácil que podría   acabar con su vida.

Le había ordenado que la tomase y era una orden con la cual no quería ser negligente. Sabía lo que podía hacer con ella y poco a poco su mente se comenzó a nublar por el deseo y la cercanía que tenía con ella. Se decidió de disfrutar cada segundo que quedaba de esa noche y probablemente darse un segundo motivo para volver al burdel las noches que siguieran a esa. – Si hay algo que no te guste dilo. ¿Esta bien? – Dijo de nuevo susurrando en el mismo lugar que había estado besando.

La muchacha sonrió cuando el hubo hablado,haciendo referencia a que sería incapaz de dejarla ahora que había conseguido lo que quería.Era una sonrisa dulce,de esas que te hacen sonreir a ti también,que te hacen soñar u te trasmiten cierta tranquilidad,felicidad.Ella no era consciente de eso,por supuesto,puesto que la mayoría de los gestos y muecas,los hacía por costumbre.Sin embargo,podía sentir tan cerca de ella al hombre,sonreía tan cerca de el,que era capaz hasta de sentir la respiración de el hombre en sus labios,y pudo notar como estos se humedecían y eran mordidos por ella misma,debido a la cercanía que había entre ambos.

-Eres tú quien me tiene entre sus brazos,así que...Sonrío y un leve rubor subió a sus mejillas cuando el posó una mano en su trasero y la empezaba a besar;ella por su parte hizo los mismo,dando pequeños besos en su cuello.Aunque solo hubiese llegado a besar su cuello,era casi imposible no notar la fuerza de el hombre.Sabía a bosque,a lluvia,y a todo lo que Calypso alguna vez había amado y seguía haciendo.Volvió a hablar,ya casi se le había olvidado que había dejado la frase sin terminar.Así que...Decide tu...Consiguió decir entre pequeños susurros.Aquel hombre empezaba a surgirle efecto.

No recordaba haber conocido nunca a nadie tan dulce y feroz al mismo tiempo,y eso la dejo algo confusa.Sin duda,aquel gitano era diferente a todos los demás,le había regalado los mejores años de su vida,se había atado a el.¿Total para qué?Se habían separado,el la había abandonado.Por lo tanto decidió que no debía darle mayor importancia a el,y dejar de pensar en el tema.Se centró en aquel hombre que tenía delante.Su cuerpo se estremeció respondiendo a sus caricias y besos.Dejó de besar su cuello,y cogiéndole la cara con ambas manos,la acercó a sus labios,y le besó.No era un beso comprado,ni siquiera de esos que regalas,era un beso merecido,dulce.

La excitación de Volk era bastante grande ya. Sentía como la bestia quería salir, pero no podía dejarla. Quería acostarse con Calypso, no matarla. No después de tenerla así, había conseguido ser su cliente y por lo visto aquello no era tarea fácil. Ambos dejaron el cuello ajeno y entonces ella tomo la iniciativa del beso en los labios, algo tan dulce que el hombre-lobo no pudo hacer más que corresponder. El sabor de aquel beso si era algo que experimentaba por primera vez y le agradó bastante. Intentó alargarlo para luego introducir su lengua en la boca ajena. Encontró la lengua de la cortesana y comenzó a jugar con esta apasionadamente.

Terminó el beso después de unos segundos y se quedo mirándola a los ojos. – Sería una pena que nos descubrieran – Dijo para tomarla entre sus brazos como si de un bebe se tratase. Lo cierto es que no le costo nada realizar tal tarea y luego con mujer en brazo se dirigió a la habitación más cercana. Por suerte eran los únicos ocupantes y las velas aún tenían para darles luz y ver cuanto querían del otro.

Dio un portazo con el píe y la bajo quedándose apoyado contra la puerta. Una mano volvió a su nalga mientras comenzaba a manosearla suavemente mientras que la otra paraba en su mejilla. El rubor estaba a flor de piel en la mejilla del lobo. Era a penas la segunda vez que se acostaba con alguien, pero lo que aprendió la primera además de su instinto suficiente para decirle lo que debía hacer.

– No has tenido muchos clientes últimamente, ¿o si? – Preguntó por lo bajo mientras la mano que tenía en su trasero subía lentamente y pasaba por debajo de su vestido, encaminándose hasta su entrepierna. La acariciaba de forma suave, subiendo la mano por sobre sus nalgas volviendo a bajar donde mismo sin llegar a la intimidad de Calypso.

No quería ser brusco con ella y tirarla a la cama de una, pero las ansias le estaban ganando desde antes de entrar a la habitación. También quería dejarle a ella hacer lo que le diera la gana hasta que no pudiera controlarse más. Lo había aprendido en su primera vez, controlar a la bestia y sus instintos requerían un esfuerzo doble. La primera vez se dejo llevar un poco por esta, pero tenía fe en que había aprendido algo. Aún le costaba creerse que el estar tan expuesto sexualmente provocará tanto a la bestia.