AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Fiera nocturna {Volk Temen}
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Fiera nocturna {Volk Temen}
La noche era fría, podia escuchar el ruido de las hojas secas al pisarlas en su andar, el bosque siempre le parecería el lugar más adecuado para alguien como ella. Sus ojos podían distinguir entre la noche con perfección, no hacía falta nada de luz. Ese bosque estaba convirtiéndose en su hogar. En su forma humana le era fácil ir a París y comprar comida, pero no le gustaba la gente, el ruido. Tenía una casa que conservaba sólo para pasar pequeños ratos, ahí dormía a veces y se duchaba, pero no pasaba tanto tiempo en ese sitio.
Esa noche en el bosque parecía todo tranquilo, últimamente iba con más cuidado, sabía lo de la inquisición y sabía que había quienes cazaban a los que formaban parte de su raza, lo que había provocado también que su lado pantera apareciera más veces, el peligro la hacía perder la conciencia hasta el grado de llamarla, tenía que aprender a controlarla o un día las cosas no acabarían bien.
Se recostó a los pies de un árbol enorme que le permitía ver el cielo y su claridad, recordaba Grecia y anhelaba volver a su tierra, pero no podía mientras la gente de esa tierra la recordara, creían que por culpa de su madre, siendo una cambiaformas, su padre había sufrido hasta la muerte, que había sido su madre quien lo había engañado y llevado al reino a la ruina, cuando la verdadera historia era otra. Pero la gente siempre hablaría sin saber.
Escuchó un ruido y de manera sigilosa camino hacia dentro del bosque. Su olfato inexperto no podía distinguir aun que clase de criatura era o si era peligroso o no. Vio lo que parecía un lobo gigante, pero al acercarse más y observarlo mejor notó que no era un lobo, era otro tipo de criatura, por un momento sintió deseos de correr y gritar por lo que estaba viendo, pero ¿Por qué lo haría? Después de todo ella era una bestia. Aquella grande criatura se convirtió en un hombre tras un aullido, Dianthe la miro y enseguida volteo al cielo, la luna llena desaparecía, no faltaba mucho para el amanecer. Intentó echarse para atrás, pero pisó una rama que provoco un ruido, haciendo que el hombre girara a verla.
-L-lo siento… no quería molestar…
No sabía porque hablaba con él, para empezar no sabía que criatura era, pero habia notado que era grande y sus ojos eran enormes, pero había algo en ellos que le llamó la atención a la rubia cuando se estaba transformando en hombre nuevamente. Se quedó quieta y espero que él muchacho se acercara, no correría y mucho menos gritaría, tenía que ser valiente y enfrentar sus temores, o al menos eso se decía a sí misma.
Esa noche en el bosque parecía todo tranquilo, últimamente iba con más cuidado, sabía lo de la inquisición y sabía que había quienes cazaban a los que formaban parte de su raza, lo que había provocado también que su lado pantera apareciera más veces, el peligro la hacía perder la conciencia hasta el grado de llamarla, tenía que aprender a controlarla o un día las cosas no acabarían bien.
Se recostó a los pies de un árbol enorme que le permitía ver el cielo y su claridad, recordaba Grecia y anhelaba volver a su tierra, pero no podía mientras la gente de esa tierra la recordara, creían que por culpa de su madre, siendo una cambiaformas, su padre había sufrido hasta la muerte, que había sido su madre quien lo había engañado y llevado al reino a la ruina, cuando la verdadera historia era otra. Pero la gente siempre hablaría sin saber.
Escuchó un ruido y de manera sigilosa camino hacia dentro del bosque. Su olfato inexperto no podía distinguir aun que clase de criatura era o si era peligroso o no. Vio lo que parecía un lobo gigante, pero al acercarse más y observarlo mejor notó que no era un lobo, era otro tipo de criatura, por un momento sintió deseos de correr y gritar por lo que estaba viendo, pero ¿Por qué lo haría? Después de todo ella era una bestia. Aquella grande criatura se convirtió en un hombre tras un aullido, Dianthe la miro y enseguida volteo al cielo, la luna llena desaparecía, no faltaba mucho para el amanecer. Intentó echarse para atrás, pero pisó una rama que provoco un ruido, haciendo que el hombre girara a verla.
-L-lo siento… no quería molestar…
No sabía porque hablaba con él, para empezar no sabía que criatura era, pero habia notado que era grande y sus ojos eran enormes, pero había algo en ellos que le llamó la atención a la rubia cuando se estaba transformando en hombre nuevamente. Se quedó quieta y espero que él muchacho se acercara, no correría y mucho menos gritaría, tenía que ser valiente y enfrentar sus temores, o al menos eso se decía a sí misma.
Última edición por Dianthe Soiledis el Dom Ene 12, 2014 7:49 pm, editado 1 vez
Dianthe Soiledis- Cambiante Clase Alta
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Fecha de inscripción : 21/11/2013
Edad : 35
Localización : Francia
Re: Fiera nocturna {Volk Temen}
Luna llena... Sangre, gritos, aullidos y lo más temible que uno se puede imaginar vuelve a la vida cada vez que este astro brilla con todo su esplendor. Todo rastro de Volk había desaparecido por completo, ahora era cuando su lado más salvaje y primitivo hacía cuanto quería y sin restricciones.
Así es, una bestia que había cumplido veinte años viviendo dentro del hombre de 40 y ahora propagaba el terror ahí por donde pasará. Varios hombres corrían, hombres que anteriormente lo habían perseguido con antorchas y palas. Hombres que antes habían tenido el coraje suficiente como para perseguir a la bestia de Volk, ahora corrían presas del miedo. Muchos no llegarían a sus casa cuando saliese el sol.
(…)
El amanecer estaba próximo. El terror de la luna llena estaba por acabar hasta que saliese de nuevo. Los ojos de la bestia tomaron un tono más humano. Volk pedía a gritos que le dejase volver, no quería más de aquello. A diferencia de la bestia, Volk no era un asesino que mataba por matar, no soportaba la idea de perder el control y aquello que podía ver siempre lo olvidaba a la mañana siguiente. Así es, el interior de Volk gritaba por olvidar todo el terror que había causado involuntariamente. Así eran todas las lunas llenas.
Un ruido no muy lejano en ese mismo claro que había sido transformado Volk logró escuchar un ruido. Al darse vuelta logró notar una cambia formas en su forma humana. Una mujer bastante hermosa que provocaba deseo en la bestia, pero la luna llena ya se había escondido. Con dolor y cansancio la bestia comenzaba a desaparecer para que Volk volviese a su estado normal. Aún quedaban rastros de la bestia en los ojos de Volk quien ya no podía recordar nada.
Tambaleante, el hombre comenzaba a avanzar con algo de torpeza hacía la primera persona que había visto. ¿Por qué lo hacía? Volk entendía que había pasado la luna llena. Los primeros rayos de sol comenzaban a salir mientras se acercaba. No le gustaba ser visto así, desnudo y en condiciones bastante precarias. Sin embargo, se mantenía fuerte. Debía de hacerlo, su apellido se lo recordaba, aunque la visión le fallaba y amenazaba con desmayarse como cada mañana en que volvía a ser humano.
Se paró frente a ella. La garganta le picaba, sentía sed y un dolor tremendo de cabeza, pero hacía lo mejor que podía para mantenerse en píe y apreciar a la primera mujer que no corría de él, aunque no recordaba si lo había visto transformarse o no. – ¿Pudiste verla? – Preguntó a penas con un hilo de voz.
No pudo mantenerse más en píe. Con la cabeza en alto apreciando la obra de arte que tenía en frente, dejo que su cabeza cayera sobre el hombro de la cambia formas. Quería aferrarse a ella, pero apenas podía mover sus brazos. – Lo siento, siempre es así – Dijo de la misma forma mientras luchaba con todas sus fuerzas para mantenerse conciente y no caer presa del sueño y los dolores de cabeza, además del cansancio físico. ¨Eres patético, solo mirate¨ Logró escuchar decir con desprecio a la bestia en su cabeza. No quería responder, no quería hacer nada más de lo que había hecho aquella noche. ¿Sería acaso esa mujer capaz de ayudarle a controlar a su lado salvaje? Volk no deseaba otra cosa más en esos momentos de debilidad.
Así es, una bestia que había cumplido veinte años viviendo dentro del hombre de 40 y ahora propagaba el terror ahí por donde pasará. Varios hombres corrían, hombres que anteriormente lo habían perseguido con antorchas y palas. Hombres que antes habían tenido el coraje suficiente como para perseguir a la bestia de Volk, ahora corrían presas del miedo. Muchos no llegarían a sus casa cuando saliese el sol.
(…)
El amanecer estaba próximo. El terror de la luna llena estaba por acabar hasta que saliese de nuevo. Los ojos de la bestia tomaron un tono más humano. Volk pedía a gritos que le dejase volver, no quería más de aquello. A diferencia de la bestia, Volk no era un asesino que mataba por matar, no soportaba la idea de perder el control y aquello que podía ver siempre lo olvidaba a la mañana siguiente. Así es, el interior de Volk gritaba por olvidar todo el terror que había causado involuntariamente. Así eran todas las lunas llenas.
Un ruido no muy lejano en ese mismo claro que había sido transformado Volk logró escuchar un ruido. Al darse vuelta logró notar una cambia formas en su forma humana. Una mujer bastante hermosa que provocaba deseo en la bestia, pero la luna llena ya se había escondido. Con dolor y cansancio la bestia comenzaba a desaparecer para que Volk volviese a su estado normal. Aún quedaban rastros de la bestia en los ojos de Volk quien ya no podía recordar nada.
Tambaleante, el hombre comenzaba a avanzar con algo de torpeza hacía la primera persona que había visto. ¿Por qué lo hacía? Volk entendía que había pasado la luna llena. Los primeros rayos de sol comenzaban a salir mientras se acercaba. No le gustaba ser visto así, desnudo y en condiciones bastante precarias. Sin embargo, se mantenía fuerte. Debía de hacerlo, su apellido se lo recordaba, aunque la visión le fallaba y amenazaba con desmayarse como cada mañana en que volvía a ser humano.
Se paró frente a ella. La garganta le picaba, sentía sed y un dolor tremendo de cabeza, pero hacía lo mejor que podía para mantenerse en píe y apreciar a la primera mujer que no corría de él, aunque no recordaba si lo había visto transformarse o no. – ¿Pudiste verla? – Preguntó a penas con un hilo de voz.
No pudo mantenerse más en píe. Con la cabeza en alto apreciando la obra de arte que tenía en frente, dejo que su cabeza cayera sobre el hombro de la cambia formas. Quería aferrarse a ella, pero apenas podía mover sus brazos. – Lo siento, siempre es así – Dijo de la misma forma mientras luchaba con todas sus fuerzas para mantenerse conciente y no caer presa del sueño y los dolores de cabeza, además del cansancio físico. ¨Eres patético, solo mirate¨ Logró escuchar decir con desprecio a la bestia en su cabeza. No quería responder, no quería hacer nada más de lo que había hecho aquella noche. ¿Sería acaso esa mujer capaz de ayudarle a controlar a su lado salvaje? Volk no deseaba otra cosa más en esos momentos de debilidad.
Última edición por Volk Temen el Dom Ene 12, 2014 8:44 pm, editado 1 vez
Volk Temen- Licántropo Clase Media
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Fecha de inscripción : 20/12/2013
Re: Fiera nocturna {Volk Temen}
Sintió el palpitar de su corazón acelerarse, el miedo podía ser su peor enemigo, pero no lo dejaría vencer, no esta vez. La criatura se iba y lentamente comenzó a tomar una apariencia más humana. ¡Un hombre! La bestia era un hombre realmente, pero no era como ella que podía cambiar a un felino, era otro tipo de ser, jamás había visto alguno de su clase.
Su mirada aun con rastro de la criatura mágica la observó detenidamente, pero sus palabras le causaron un terrible escalofrío que la recorrió de la punta de los pies a la cabeza en cuestión de segundos “¿Pudiste verla?”. Dianthe frunció un poco el ceño en un gesto de duda ¿Se refería a la criatura?
Sus ojos varoniles humanos habían regresado, la rubia lo miró acercarse cada vez más y más hasta ella, se veía cansado y Dianthe pudo comprender aquello, pues le pasaba lo mismo después de transformarse, dio un paso hacia él para sujetarlo cuando se tambaleo. Lentamente llevó la mano a la mejilla del chico y lo pegó contra su pecho en un gesto de protección, Dianthe dudó un poco antes de hablarle.
-Tranquilo ¿Te sientes bien?
La voz melódica de Dianthe hizo eco en el bosque, sonrió un poco de manera más tranquila y se relajó al saber que no estaba molesto, fue entonces que su mirada se centró en el hombre, solo para darse cuenta que se encontraba desnudo “Eso siempre me sucede” recordó que al transformarse perdía la ropa y seguramente a él le pasaba lo mismo, se sonrojó ligeramente, en toda su vida Dianthe había observado a un hombre desnudo, quiso darse la vuelta, pero… ¿Si lo soltaba se mantendría en píe?.
Su mirada buscó nuevamente los ojos masculinos y su mano recorrió lentamente su mejilla ¿Qué estaría pasando por la mente del varón? ¿Cuánto tiempo estaría entre sus brazos? Y justo en ese momento sentía que no soportaría de pie con el hombre entre sus brazos, por lo que camino un poco casi llevándolo a rastras hasta sentarse bajo un árbol.
-¿Necesitas algo?
Preguntó la rubia de manera delicada acariciando el cabello del varón.
Su mirada aun con rastro de la criatura mágica la observó detenidamente, pero sus palabras le causaron un terrible escalofrío que la recorrió de la punta de los pies a la cabeza en cuestión de segundos “¿Pudiste verla?”. Dianthe frunció un poco el ceño en un gesto de duda ¿Se refería a la criatura?
Sus ojos varoniles humanos habían regresado, la rubia lo miró acercarse cada vez más y más hasta ella, se veía cansado y Dianthe pudo comprender aquello, pues le pasaba lo mismo después de transformarse, dio un paso hacia él para sujetarlo cuando se tambaleo. Lentamente llevó la mano a la mejilla del chico y lo pegó contra su pecho en un gesto de protección, Dianthe dudó un poco antes de hablarle.
-Tranquilo ¿Te sientes bien?
La voz melódica de Dianthe hizo eco en el bosque, sonrió un poco de manera más tranquila y se relajó al saber que no estaba molesto, fue entonces que su mirada se centró en el hombre, solo para darse cuenta que se encontraba desnudo “Eso siempre me sucede” recordó que al transformarse perdía la ropa y seguramente a él le pasaba lo mismo, se sonrojó ligeramente, en toda su vida Dianthe había observado a un hombre desnudo, quiso darse la vuelta, pero… ¿Si lo soltaba se mantendría en píe?.
Su mirada buscó nuevamente los ojos masculinos y su mano recorrió lentamente su mejilla ¿Qué estaría pasando por la mente del varón? ¿Cuánto tiempo estaría entre sus brazos? Y justo en ese momento sentía que no soportaría de pie con el hombre entre sus brazos, por lo que camino un poco casi llevándolo a rastras hasta sentarse bajo un árbol.
-¿Necesitas algo?
Preguntó la rubia de manera delicada acariciando el cabello del varón.
Última edición por Dianthe Soiledis el Lun Ene 13, 2014 1:53 am, editado 2 veces
Dianthe Soiledis- Cambiante Clase Alta
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Edad : 35
Localización : Francia
Re: Fiera nocturna {Volk Temen}
Tenían que haber pasado veinte años o más para que algo así le ocurriese después de una noche de luna. Mientras la bestia maldecía la compasión de la rubia, Volk estaba agradecido por lo que ella hacía. ¨Tuviste toda la noche para hacer lo que querías, ahora vete¨ Dijo en su cabeza a la bestia para que le dejase disfrutar aquella peculiar mañana. La bestia sorprendida por la actitud de Volk maldijo por ultima vez a Dianthe y decidió dejarlos por ahora.
– Mucho mejor ahora. Gracias... – Dijo cuando sintió que sus fuerzas volvían, aunque lento y muy de apoco. ¿Dónde tenía su cabeza? Pudo comprender que en los pechos de la mujer. Se sentía bien, por primera vez desde que lo transformaron sentía que alguien le protegía. Sonrió levemente. Pudo haber notado antes algo de miedo en ella, pero era Volk quien ahora estaba algo asustado. Era bastante desconfiado, estaba con una cambia formas que le había visto transformado. Sin embargo, no parecía tener nada en su contra.
Los ojos de ambos se cruzaron. Volk pudo comprender con solo mirarla que no tenía malas intenciones con él. Aquello lo tranquilizó bastante, sabía que muchos cazadores y otras especies aprovechaban la mañana siguiente a la que había salido la luna llena para dar caza a los suyos. Ese era el momento más fácil de hacerlo, pero aquella mañana Volk estaba siendo protegido y no perseguido.
Entonces y solo gracias a la condición en que se encontraba, la cambia formas se llevó al hombre lobo hasta un árbol. Volk no pudo hacer más que caminar algo tambaleante junto a ella para sentarse a su lado y llevar la cabeza donde mismo. La fémina no lo sabía entonces, pero aquel encuentro era un alivio enorme para él. Era la primera mujer que sabía de su condición de licántropo y no quería hacerle daño o lo rechazaba.
–Solo descansar un poco – Dijo sin más cerrando los ojos, aunque sin quedarse dormido. Por fin había conseguido una mañana después de la luna llena relativamente agradable, aunque pasaba por alto el hecho de estar desnudo y si estaba más que cansado, la presencia y la voz de la cambia formas significaban un alivio tremendo para el licántropo. – ¿Si viste a la bestia? Tienes suerte, no puedo controlarla cuando sale... Me alegra que estés bien – Termina de decir acomodando su cabeza un poco más. Pasaba por alto también el hecho de que estaba con una extraña y que podía cambiar su actitud en cualquier momento. Hasta ese punto llegaba el agobio de Volk tras aquella noche y quien viera a Volk hablar así, por primera vez en mucho tiempo era realmente honesto con sus sentimientos y en la forma de expresarlos.
– Mucho mejor ahora. Gracias... – Dijo cuando sintió que sus fuerzas volvían, aunque lento y muy de apoco. ¿Dónde tenía su cabeza? Pudo comprender que en los pechos de la mujer. Se sentía bien, por primera vez desde que lo transformaron sentía que alguien le protegía. Sonrió levemente. Pudo haber notado antes algo de miedo en ella, pero era Volk quien ahora estaba algo asustado. Era bastante desconfiado, estaba con una cambia formas que le había visto transformado. Sin embargo, no parecía tener nada en su contra.
Los ojos de ambos se cruzaron. Volk pudo comprender con solo mirarla que no tenía malas intenciones con él. Aquello lo tranquilizó bastante, sabía que muchos cazadores y otras especies aprovechaban la mañana siguiente a la que había salido la luna llena para dar caza a los suyos. Ese era el momento más fácil de hacerlo, pero aquella mañana Volk estaba siendo protegido y no perseguido.
Entonces y solo gracias a la condición en que se encontraba, la cambia formas se llevó al hombre lobo hasta un árbol. Volk no pudo hacer más que caminar algo tambaleante junto a ella para sentarse a su lado y llevar la cabeza donde mismo. La fémina no lo sabía entonces, pero aquel encuentro era un alivio enorme para él. Era la primera mujer que sabía de su condición de licántropo y no quería hacerle daño o lo rechazaba.
–Solo descansar un poco – Dijo sin más cerrando los ojos, aunque sin quedarse dormido. Por fin había conseguido una mañana después de la luna llena relativamente agradable, aunque pasaba por alto el hecho de estar desnudo y si estaba más que cansado, la presencia y la voz de la cambia formas significaban un alivio tremendo para el licántropo. – ¿Si viste a la bestia? Tienes suerte, no puedo controlarla cuando sale... Me alegra que estés bien – Termina de decir acomodando su cabeza un poco más. Pasaba por alto también el hecho de que estaba con una extraña y que podía cambiar su actitud en cualquier momento. Hasta ese punto llegaba el agobio de Volk tras aquella noche y quien viera a Volk hablar así, por primera vez en mucho tiempo era realmente honesto con sus sentimientos y en la forma de expresarlos.
Volk Temen- Licántropo Clase Media
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Fecha de inscripción : 20/12/2013
Re: Fiera nocturna {Volk Temen}
Dianthe se sentí bien de poder ayudar al menos una vez a una persona, no es que estuviera haciendo la gran cosa pero intentaría que el joven al que ahora tenía acurrucado entre sus brazos se sintiera mejor, con suavidad acarició su mejilla y su nuca pasando los dedos con delicadeza por su cabello ¿Por qué actuaba de esa manera con él? Realmente no lo conocía, aunque parecía que sí, su trato era sumamente natural.
–Relajate, no te preocupes por nada.
Sabía que muchas de las criaturas estaban alerta por los inquisidores que buscaban darles caza y seguro este hombre era uno de ellos. Dianthe lo protegería a toda costa, inclusive con su vida si era necesario, mil ideas pasaron por su cabeza en ese momento ¿Cuánto tiempo llevaba viajando? ¿Cuánto tiempo más necesitaba para sanar su alma y dolor?
Asintió a lo que dijo el hombre y luego dio un largo suspiro, había visto a la bestia cuando el estaba convirtiéndose de nuevo y aunque sus ojos habían sido temibles el rastro humano que se vislumbraba la había cautivado de cierta manera, encandilándola hasta conseguir que se quedara estática solo mirándolo a él. Sonrió un poco cuando el hombre se acomodó de mejor manera y ella intentó darle un poco de comodidad y calor a su cuerpo desnudo.
-Supongo que más que suerte fue…
“El destino” pensó un parte de ella en su interior, suspiró y sonrió al hombre nuevamente.
-…. Casualidad, llegué en el momento justo en que eras más hombre que bestia.
Dian sonrió y paso de manera delicada la yema de sus dedos por el brazo de Volk, recorriendo sus músculos y percibiendo la suavidad de su piel, sus dedos querían recorrer cada centímetro de piel descubierta, lo que provocó que la rubia se ruborizara un poco, inclusive sintió su pecho latir un poco más a prisa. Se detuvo un momento en sus caricias.
-Soy Dianthe….Soiledis….
Se presentó con él, en este caso no le iba a dar la mano, principalmente por la postura en que ambos estaban, pero al menos esperaba que el chico le dijera su nombre, estaba segura que sería un nombre único así como él. Sus caricias siguieron de manera lenta ahora recorriendo la espalda del rubio con una sonrisa tierna, el pobre parecía cansado y quizá, si se quedaba dormido, al despertar tendría hambre o sed. Algo tendría que hacer la rubia al respecto.
–Relajate, no te preocupes por nada.
Sabía que muchas de las criaturas estaban alerta por los inquisidores que buscaban darles caza y seguro este hombre era uno de ellos. Dianthe lo protegería a toda costa, inclusive con su vida si era necesario, mil ideas pasaron por su cabeza en ese momento ¿Cuánto tiempo llevaba viajando? ¿Cuánto tiempo más necesitaba para sanar su alma y dolor?
Asintió a lo que dijo el hombre y luego dio un largo suspiro, había visto a la bestia cuando el estaba convirtiéndose de nuevo y aunque sus ojos habían sido temibles el rastro humano que se vislumbraba la había cautivado de cierta manera, encandilándola hasta conseguir que se quedara estática solo mirándolo a él. Sonrió un poco cuando el hombre se acomodó de mejor manera y ella intentó darle un poco de comodidad y calor a su cuerpo desnudo.
-Supongo que más que suerte fue…
“El destino” pensó un parte de ella en su interior, suspiró y sonrió al hombre nuevamente.
-…. Casualidad, llegué en el momento justo en que eras más hombre que bestia.
Dian sonrió y paso de manera delicada la yema de sus dedos por el brazo de Volk, recorriendo sus músculos y percibiendo la suavidad de su piel, sus dedos querían recorrer cada centímetro de piel descubierta, lo que provocó que la rubia se ruborizara un poco, inclusive sintió su pecho latir un poco más a prisa. Se detuvo un momento en sus caricias.
-Soy Dianthe….Soiledis….
Se presentó con él, en este caso no le iba a dar la mano, principalmente por la postura en que ambos estaban, pero al menos esperaba que el chico le dijera su nombre, estaba segura que sería un nombre único así como él. Sus caricias siguieron de manera lenta ahora recorriendo la espalda del rubio con una sonrisa tierna, el pobre parecía cansado y quizá, si se quedaba dormido, al despertar tendría hambre o sed. Algo tendría que hacer la rubia al respecto.
Dianthe Soiledis- Cambiante Clase Alta
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Localización : Francia
Re: Fiera nocturna {Volk Temen}
¿Cuál era esa faceta de Volk? ¿Por qué salía tan natural? Preguntas a las que no encontraba respuesta, pero se sentía bien. Casi podía sentir las intenciones de la rubia. ¿Era aquello lo que la gente llamaba consuelo? No había hecho nada para merecerlo y sin embargo lo estaba recibiendo. ¿Qué no se preocupase por nada? Aquello dejo algo en Volk que no sabía bien como expresar. Recordó a su madre por unos segundos. No le gustaba sentirse como un niño pequeño que no podía hacer nada para defenderse, pero así estaba. Así estaba siempre que salía la luna llena.
Por unos segundos Volk quiso levantarse y gritarle a esa mujer que no era nada su hijo, un hombre débil que no sabía valerse por si mismo, pero no tenía las fuerzas para hacerlo. Sentía que si se movía de ahí apenas tendría fuerzas para levantarse. Además estaba mucho más cómodo ahí. Sentía las heridas que había dejado una vida de matar gente para ganársela, de transformarse cada vez que salía la luna llena y despertar sin recordar nada pero estando seguro que muchos inocentes habían pagado por la maldición de su condición. Sentía como estas heridas iban sanando poco a poco gracias al calor que la extraña le brindaba.
Los dedos de quien se presentaba como Dianthe recorrieron parte de su cuerpo en pequeñas caricias. Aquello le confundió. No eran las caricias de una amante y a pesar de que se sentían mejor la desconfianza de Volk era mucha. Sintió luego esos dedos recorrer su espalda y un suspiro leve se escapó del hombre-lobo. – Soy Volk Temen... – Dijo mientras sus ojos se cerraban. Se sorprendió un poco al revelar su apellido, no solía hacerlo y menos con tanta naturalidad.
Con cuidado se dio media vuelta. Su cabeza quedo en el hombro de Dianthe mientras su rostro contemplaba a la rubia. Podía ver lo hermosa que era. No se parecía a ninguna mujer que hubiese visto antes. Podía notar su lado salvaje aunque estaba dormido seguía ahí en armonía y hermoso. Sonrió levemente por el cansancio. Quiso preguntarle entonces porque quería defenderlo si era todo un extraño, pero temió entonces que fuese a dejarlo ahí tirado. Volk no sentía gana alguna de que aquello ocurriera, seguramente cuando se recuperara haría todo lo posible para volver a encontrarla.
–Casualidad o no, ahora me siento el hombre-lobo más afortunado – Dijo para seguir contemplando el rostro de quien le tomaba en sus brazos. Seguía teniendo muchas dudas e inseguridad por aquel encuentro, pero aunque fuese solo hasta que recuperase las fuerzas estaba seguro de que no olvidaría a Dianthe así de fácil. Sus ojos comenzaban a cerrarse en un acto involuntario, el cansancio comenzaba a ganarle y dentro de poco lo más seguro era que se quedaría dormido. – Lo siento, a penas me quedan fuerzas... – Dijo en tono somnoliento mientras un sueño pesado se apoderaba por completo de él y solo esperaba poder contemplar aquel bello rostro al despertar aunque quizás estaba pidiendo mucho.
Por unos segundos Volk quiso levantarse y gritarle a esa mujer que no era nada su hijo, un hombre débil que no sabía valerse por si mismo, pero no tenía las fuerzas para hacerlo. Sentía que si se movía de ahí apenas tendría fuerzas para levantarse. Además estaba mucho más cómodo ahí. Sentía las heridas que había dejado una vida de matar gente para ganársela, de transformarse cada vez que salía la luna llena y despertar sin recordar nada pero estando seguro que muchos inocentes habían pagado por la maldición de su condición. Sentía como estas heridas iban sanando poco a poco gracias al calor que la extraña le brindaba.
Los dedos de quien se presentaba como Dianthe recorrieron parte de su cuerpo en pequeñas caricias. Aquello le confundió. No eran las caricias de una amante y a pesar de que se sentían mejor la desconfianza de Volk era mucha. Sintió luego esos dedos recorrer su espalda y un suspiro leve se escapó del hombre-lobo. – Soy Volk Temen... – Dijo mientras sus ojos se cerraban. Se sorprendió un poco al revelar su apellido, no solía hacerlo y menos con tanta naturalidad.
Con cuidado se dio media vuelta. Su cabeza quedo en el hombro de Dianthe mientras su rostro contemplaba a la rubia. Podía ver lo hermosa que era. No se parecía a ninguna mujer que hubiese visto antes. Podía notar su lado salvaje aunque estaba dormido seguía ahí en armonía y hermoso. Sonrió levemente por el cansancio. Quiso preguntarle entonces porque quería defenderlo si era todo un extraño, pero temió entonces que fuese a dejarlo ahí tirado. Volk no sentía gana alguna de que aquello ocurriera, seguramente cuando se recuperara haría todo lo posible para volver a encontrarla.
–Casualidad o no, ahora me siento el hombre-lobo más afortunado – Dijo para seguir contemplando el rostro de quien le tomaba en sus brazos. Seguía teniendo muchas dudas e inseguridad por aquel encuentro, pero aunque fuese solo hasta que recuperase las fuerzas estaba seguro de que no olvidaría a Dianthe así de fácil. Sus ojos comenzaban a cerrarse en un acto involuntario, el cansancio comenzaba a ganarle y dentro de poco lo más seguro era que se quedaría dormido. – Lo siento, a penas me quedan fuerzas... – Dijo en tono somnoliento mientras un sueño pesado se apoderaba por completo de él y solo esperaba poder contemplar aquel bello rostro al despertar aunque quizás estaba pidiendo mucho.
Volk Temen- Licántropo Clase Media
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Re: Fiera nocturna {Volk Temen}
Así que su nombre era Volk Temen… Por un momento estuvo por decir que conocía el apellido de algún sitio, aunque no recordaba con precisión cuando lo había escuchado, quizá un tiempo atrás, no quiso pensar mucho y solo le sonrió al hombre, parecía mucho más tranquilo y viéndolo así de cerca, Dianthe, pudo notar lo atractivo que era, pero más que eso, pudo ver en sus ojos al ser humano temeroso que había en su interior, la mañana después de una transformación así debía ser un tormento, más en estos tiempos de inquisición, donde todas las criaturas por igual estábamos siendo cazados.
Aquel abrazo acogedor y protector que Dianthe le estaba dando al hombre lobo era extraño, podía sentir algo en su aura que le gustaba a la cambiaformas y no sabía porque ni a qué grado podía llegar a atraerle. Lo dejó relajarse entre sus brazos hasta que quedó dormido, seguramente el cansancio era demasiado, ella simplemente se quedó ahí, cuidando al hombre y dejándolo dormir sobre su regazo, vio algunas heridas en el cuerpo de Volk y sintió algo de pena y dolo propio, odiaba las guerras pero sabía que eran necesarias para sobrevivir en estos tiempos.
Las horas pasaron, en ese tiempo Dianthe había recostado a Volk sobre las hierbas, lo había cubierto con las ropas que él había sacado y había buscado algo que pudiera comer al despertar, todo estando cerca y alerta para evitar así cualquier tipo de percance.
Cerca del medio día escuchó una carreta cerca, se paró al lado del cuerpo aun dormido de Volk y miró a dos hombres acercarse, iban con armas y tenían un aspecto algo bárbaro a su parecer, uno de ellos le sonrío con algo de malicia “¿Qué hacen por aquí un hombre y una mujer?” su pregunta era con claridad algo sospechosa, la rubia sonrió y miró al otro hombre “Contesta mujer, somos inquisidores, que hacen aquí en el bosque solos?” ¿Cómo responder? ¿Tendría que matarlos?
-Bonjour mis señores, este hombre que ven aquí es mi esposo… hemos salido a dar un paseo por el lago, pero unos ladrones han intentado robarnos… mi esposo se enfrento con ellos pero le dieron un golpe en la cabeza, por ahora está inconsciente y yo solo espero despierte.
Uno de los hombres se acercó a ella para mirarla “¿Por qué debería creer esa historia?” preguntó y el otro se acercó a Volk, instintivamente Dianthe se lanzó sobre el cuerpo de Volk para cubrirlo, miró a ambos.
-Deberían creerme a una dama cuando les dice algo, caballeros.
Su sonrisa se volvió algo perversa y en cuestión de segundos una pantera negra estaba atacando a uno de los hombres, sus garras hacían de sus zarpazos algo letal, uno en la cara, otro en el pecho desgarrando la piel, una mordida en la yugular…el otro hombre había intentado huir pero la pantera y su agilidad le dieron solo segundos de ventaja antes de caer sobre él. Sus ojos verdes penetraron en la mente del humano y gruñendo reclamo aquello que habían estado a punto de tocar… a Volk.
-El es mío, humano insignificante.
La pantera arranco un brazo con una mordida, quería saborear la sangre y luego verlo agonizar, pero también sabía que tenía que volver con el lobo, gruño con fuerza y de una mordida y tirones arranco la cabeza del hombre. Luego en un andar elegante, como siempre lo hacía esa parte felina se acercó a Volk, podía verlo inquieto, quizás estaba por despertar, lo miró y con la pata lo movió, lentamente su lengua lamio la mejilla el lobo y se recostó a mirarlo dormir.
Aquel abrazo acogedor y protector que Dianthe le estaba dando al hombre lobo era extraño, podía sentir algo en su aura que le gustaba a la cambiaformas y no sabía porque ni a qué grado podía llegar a atraerle. Lo dejó relajarse entre sus brazos hasta que quedó dormido, seguramente el cansancio era demasiado, ella simplemente se quedó ahí, cuidando al hombre y dejándolo dormir sobre su regazo, vio algunas heridas en el cuerpo de Volk y sintió algo de pena y dolo propio, odiaba las guerras pero sabía que eran necesarias para sobrevivir en estos tiempos.
Las horas pasaron, en ese tiempo Dianthe había recostado a Volk sobre las hierbas, lo había cubierto con las ropas que él había sacado y había buscado algo que pudiera comer al despertar, todo estando cerca y alerta para evitar así cualquier tipo de percance.
Cerca del medio día escuchó una carreta cerca, se paró al lado del cuerpo aun dormido de Volk y miró a dos hombres acercarse, iban con armas y tenían un aspecto algo bárbaro a su parecer, uno de ellos le sonrío con algo de malicia “¿Qué hacen por aquí un hombre y una mujer?” su pregunta era con claridad algo sospechosa, la rubia sonrió y miró al otro hombre “Contesta mujer, somos inquisidores, que hacen aquí en el bosque solos?” ¿Cómo responder? ¿Tendría que matarlos?
-Bonjour mis señores, este hombre que ven aquí es mi esposo… hemos salido a dar un paseo por el lago, pero unos ladrones han intentado robarnos… mi esposo se enfrento con ellos pero le dieron un golpe en la cabeza, por ahora está inconsciente y yo solo espero despierte.
Uno de los hombres se acercó a ella para mirarla “¿Por qué debería creer esa historia?” preguntó y el otro se acercó a Volk, instintivamente Dianthe se lanzó sobre el cuerpo de Volk para cubrirlo, miró a ambos.
-Deberían creerme a una dama cuando les dice algo, caballeros.
Su sonrisa se volvió algo perversa y en cuestión de segundos una pantera negra estaba atacando a uno de los hombres, sus garras hacían de sus zarpazos algo letal, uno en la cara, otro en el pecho desgarrando la piel, una mordida en la yugular…el otro hombre había intentado huir pero la pantera y su agilidad le dieron solo segundos de ventaja antes de caer sobre él. Sus ojos verdes penetraron en la mente del humano y gruñendo reclamo aquello que habían estado a punto de tocar… a Volk.
-El es mío, humano insignificante.
La pantera arranco un brazo con una mordida, quería saborear la sangre y luego verlo agonizar, pero también sabía que tenía que volver con el lobo, gruño con fuerza y de una mordida y tirones arranco la cabeza del hombre. Luego en un andar elegante, como siempre lo hacía esa parte felina se acercó a Volk, podía verlo inquieto, quizás estaba por despertar, lo miró y con la pata lo movió, lentamente su lengua lamio la mejilla el lobo y se recostó a mirarlo dormir.
Dianthe Soiledis- Cambiante Clase Alta
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Re: Fiera nocturna {Volk Temen}
No tenía idea de cuanto tiempo había pasado. Así eran las mañanas cuando la gran luna salía. Dormía hasta recuperar sus fuerzas hasta mediodía o dormía el día entero si estaba siendo perseguido por cazadores o miembros de la inquisición. Durante su sueño Volk pudo recordar la primera mañana después de la luna, cuando fue él la principal causa de otra cazadora en el mundo. No había marchado aún de Paris, pero había pasado las primeras semanas de lobo en ese mismo bosque. La guerra que hubo esa noche entre licántropos y vampiros llamó la atención de sus enemigos. Mucho tiempo los cazadores e inquisidores le dieron caza. No se sentía seguro en ningún lado y el odio por la muerte de sus padres, la perdida de su familia y hogar lo hacían aún más desconfiado. Era un Volk muy parecido a la bestia que le dominaba. La única diferencia era el dolor que sentía aunque hubiese podido superarlo. Esa misma mañana se enteró de que uno de sus amigos de la infancia se había convertido en cazador, pues pensó que Volk había muerto junto con sus padres. No supo como su amiga se enteró de que habían sido los vampiros, pero desde ese entonces les daba caza y a los licántropos también. La cara de sorpresa en ella cuando vio a Volk volver a su forma humana... Volk no se dejo ayudar como lo había hecho ahora con Dianthe. No, de hecho si Dianthe hubiese estado en el lugar de su amiga probablemente tampoco seguirían juntos.
(…)
Escuchó voces a su alrededor pero una punzada en el corazón por la melancolía no le ayudaba a levantarse. Podía oler y escuchar la voz de la cambia formas aún ahí, pero no quería dejarse ver así. Entonces trato de convencerse que ya no era el mismo de antes y que era mucho más fuerte. Comenzó a estirarse un poco mientras oía los gritos de los hombres al ser atacados por la pantera, pero cuando ya estaba apunto de abrir los ojos sintió una lengua felina lamer su mejilla. Frunció el ceño en respuesta y abrió lentamente los ojos para observar a la pantera negra que le correspondía la mirada. Sus rostros estaban muy cerca ya que ambos yacían acostados. Normalmente se habría sorprendido al ver el rostro de un felino como ese tan cerca suyo, pero pudo ver el color del aura similar al de la mujer que lo había protegido antes. Comprendió entonces que era Dianthe, también por la esencia de su olor. Se levantó sonriendo al felino levemente.
Observó los cadáveres cercanos y comprendió que eran inquisidores por lo que había alcanzado a oír. Aquel hermoso animal entonces le había salvado de una muerte segura. Tras estirarse un poco se sentó como indio al lado de la pantera y llevó una mano detrás de la oreja de esta. Comenzó a acariciar ahí mientras miraba a los ojos salvajes del animal. Iba a decir que no había sido necesaria la ayuda, orgulloso como siempre pero entonces le rugió el estómago. Suspiró y siguió haciendo lo de antes. –Gracias, me has salvado de una buena – Dijo aunque aún se podía escuchar algo de cansancio en su tono de voz.
Bajo la mirada tras unos segundos sin dejar de acariciarla. Era la primera vez que alguien debía pelear por él. No se sentía bien, no podía dejar que Dianthe ser acercase más a él, era peligroso si ella le seguía. Tenía una batalla pendiente y estaba decidido a luchar el solo. Sin embargo, ¿cómo podía correr a la extraña que le había revelado su verdadera forma para protegerlo y que le había estado cuidando incluso sabiendo lo peligroso que podía llegar a ser? No se sentía capaz de mirarla, si le ocurría algo por su culpa... Volk tenía muchos enemigos, aquellos dos inquisidores humanos eran solo el inicio. ¿Qué debía hacer entonces?... Veinte años en los que decidió seguir su camino el solo y nadie se había molestado en cambiar aquello antes. ¿Cómo se suponía que debía actuar ahora? ¿Debía ser el Volk de siempre o buscar un camino nuevo para seguirlo con ella? La duda entonces se reflejó en su rostro...
(…)
Escuchó voces a su alrededor pero una punzada en el corazón por la melancolía no le ayudaba a levantarse. Podía oler y escuchar la voz de la cambia formas aún ahí, pero no quería dejarse ver así. Entonces trato de convencerse que ya no era el mismo de antes y que era mucho más fuerte. Comenzó a estirarse un poco mientras oía los gritos de los hombres al ser atacados por la pantera, pero cuando ya estaba apunto de abrir los ojos sintió una lengua felina lamer su mejilla. Frunció el ceño en respuesta y abrió lentamente los ojos para observar a la pantera negra que le correspondía la mirada. Sus rostros estaban muy cerca ya que ambos yacían acostados. Normalmente se habría sorprendido al ver el rostro de un felino como ese tan cerca suyo, pero pudo ver el color del aura similar al de la mujer que lo había protegido antes. Comprendió entonces que era Dianthe, también por la esencia de su olor. Se levantó sonriendo al felino levemente.
Observó los cadáveres cercanos y comprendió que eran inquisidores por lo que había alcanzado a oír. Aquel hermoso animal entonces le había salvado de una muerte segura. Tras estirarse un poco se sentó como indio al lado de la pantera y llevó una mano detrás de la oreja de esta. Comenzó a acariciar ahí mientras miraba a los ojos salvajes del animal. Iba a decir que no había sido necesaria la ayuda, orgulloso como siempre pero entonces le rugió el estómago. Suspiró y siguió haciendo lo de antes. –Gracias, me has salvado de una buena – Dijo aunque aún se podía escuchar algo de cansancio en su tono de voz.
Bajo la mirada tras unos segundos sin dejar de acariciarla. Era la primera vez que alguien debía pelear por él. No se sentía bien, no podía dejar que Dianthe ser acercase más a él, era peligroso si ella le seguía. Tenía una batalla pendiente y estaba decidido a luchar el solo. Sin embargo, ¿cómo podía correr a la extraña que le había revelado su verdadera forma para protegerlo y que le había estado cuidando incluso sabiendo lo peligroso que podía llegar a ser? No se sentía capaz de mirarla, si le ocurría algo por su culpa... Volk tenía muchos enemigos, aquellos dos inquisidores humanos eran solo el inicio. ¿Qué debía hacer entonces?... Veinte años en los que decidió seguir su camino el solo y nadie se había molestado en cambiar aquello antes. ¿Cómo se suponía que debía actuar ahora? ¿Debía ser el Volk de siempre o buscar un camino nuevo para seguirlo con ella? La duda entonces se reflejó en su rostro...
Volk Temen- Licántropo Clase Media
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Re: Fiera nocturna {Volk Temen}
En su interior Dianthe estaba luchando con la pantera, quería salir pero era como siempre, perdía la conciencia y ella tomaba su cuerpo, el control de todo, la rubia se perdía en la obscuridad, pero podía olfatear la sangre, escuchar los gritos de terror de las personas que la pantera destrozaba, podía percibir la excitación que el felino experimentaba al matar, al ver el terror en la cara de sus victimas… y saber que ella lo disfrutaba la aterraba. Años atrás había intentado controlarla pero le había sido imposible, inclusive la primera vez que la pantera apareció ella no supo como había pasado, ni lo que era, después la conoció y trato de estar en armonía como lo hacía con la tigresa blanca, pero esta pantera negra era indomable.
La pantera miró a Volk levantarse, estaba por protestar que se alejara pues lo había reclamado como suyo y no iba a dejar que se fuera así de fácil, si era necesario lo seguiría, pero todo cambió cuando él se sentó y acarició detrás de sus orejas, instintivamente le tiró un zarpazo aunque sin las garras, solo la pata, para alejarlo de ella, no estaba acostumbrada a las muestras de afecto, ya que por primera vez en mucho tiempo no estaba atacando a alguien. Lo miró a los ojos y le habló telepáticamente, una habilidad que ocupaba de manera constante con Dianthe en su interior.
-Eres mio y no permitiré que nadie te mate….
Se levantó y con el hocico le acercó un paño que tenía envuelto algo de fruta que Dianthe había cortado antes para él, luego le acercó un recipiente con agua, se sentó frente a él para observarlo mientras comía.
-Dianthe lo trajo para ti…
Un gruñido escapo de la pantera, no le gustaba que la humana hiciera nada por él, era suyo y nadie más que ella tenía que cuidarlo ¿Por qué lo había reclamado? Ni ella misma lo sabía, pero en el instante en que lo vio y vio su forma bestial, lo olfateo estando cerca de Dianthe y sobre todo cuando lo vio en peligro, decidió que sería suyo y que lo quería para ella. Se relamió la pata donde aun tenía un poco de sangre de los inquisidores.
-Ahora come humano…
Dijo y se recostó observándolo sin decir nada más, por dentro Dianthe intentaba tomar el control y eso le molestaba bastante, por lo que intentaba calmarla, quería pasar más tiempo cerca de Volk, ella no debía intervenir, Dianthe debía desaparecer.
La pantera miró a Volk levantarse, estaba por protestar que se alejara pues lo había reclamado como suyo y no iba a dejar que se fuera así de fácil, si era necesario lo seguiría, pero todo cambió cuando él se sentó y acarició detrás de sus orejas, instintivamente le tiró un zarpazo aunque sin las garras, solo la pata, para alejarlo de ella, no estaba acostumbrada a las muestras de afecto, ya que por primera vez en mucho tiempo no estaba atacando a alguien. Lo miró a los ojos y le habló telepáticamente, una habilidad que ocupaba de manera constante con Dianthe en su interior.
-Eres mio y no permitiré que nadie te mate….
Se levantó y con el hocico le acercó un paño que tenía envuelto algo de fruta que Dianthe había cortado antes para él, luego le acercó un recipiente con agua, se sentó frente a él para observarlo mientras comía.
-Dianthe lo trajo para ti…
Un gruñido escapo de la pantera, no le gustaba que la humana hiciera nada por él, era suyo y nadie más que ella tenía que cuidarlo ¿Por qué lo había reclamado? Ni ella misma lo sabía, pero en el instante en que lo vio y vio su forma bestial, lo olfateo estando cerca de Dianthe y sobre todo cuando lo vio en peligro, decidió que sería suyo y que lo quería para ella. Se relamió la pata donde aun tenía un poco de sangre de los inquisidores.
-Ahora come humano…
Dijo y se recostó observándolo sin decir nada más, por dentro Dianthe intentaba tomar el control y eso le molestaba bastante, por lo que intentaba calmarla, quería pasar más tiempo cerca de Volk, ella no debía intervenir, Dianthe debía desaparecer.
Dianthe Soiledis- Cambiante Clase Alta
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Re: Fiera nocturna {Volk Temen}
Notó venir el zarpazo de la pantera y quito la mano del camino antes de que la pata llegará a tocarle. Instintivamente en su interior comenzó a ponerse a la defensiva. ¿Era Dianthe o acaso era una bestia como la de Volk? Frunció el ceño mientras la miraba a los ojos. Aquello lo había sacado de súbito de sus pensamientos, más lo hizo la nueva voz que escuchaba en su cabeza. Había escuchado de esa habilidad, pero era la primera vez que alguien hablaba en su mente. La esencia era de Dianthe sin duda, pero la forma de actuar y hablar no era nada lo que había visto. A pesar de no gustarle la idea de pertenecer a alguien al menos se relajó un poco cuando comprendió que la pantera no tenía intención de atacarle. Supuso que era como la bestia de Volk, ninguno sabía lo que era tener que cuidar de alguien ni soportaban que se le acercarán.
Olfateó desde donde estaba las frutas envueltas con el trapo y sonrió al mirar el recipiente con agua. Soltó un suspiro. La rubia se había tomado muchas molestias para un hombre como él. No agradeció entonces, no era que Volk fuese un caballero, aunque bien no quería ser descortés sabía que la felina no había hecho eso por él. No tomo su comida de inmediato. Se quedo mirando a la pantera, no le gustaba que le dieran ordenes ni mucho menos que lo vieran como un objeto que podía cambiar de dueño.
– Hace mucho decidí ser un hombre libre, tampoco te gustará poseerme cuando deje de ser humano – Amenazó aunque su voz sonaba bastante tranquila. Tomo el recipiente con agua y bebió un poco de esta para luego sacar una manzana del trapo. Le dio un mordisco y se quedo mirando a la pantera mientras comía. ¨Intentas hacer razonar a una bestia, serás terco¨ Habló su propia bestia dentro de él. Sabía que tenía razón, pero lo que había pasado al amanecer lo había dejado de buen humor como para hacerle caso.
Sentía ganas de ver a Dianthe de nuevo, pero no sabía que tan bien podía controlar a la pantera, así que decidió ver cuanto tiempo podía pasar con ella. Si llegaba a aburrirse entonces haría que la rubia volviese, pero por ahora estaba bien así.
– Los locos desvarían, yo desvarío a lo loco – Dijo con el mismo tono calmado. ¿Había significado alguno tras esas palabras? Si y no. Simplemente volvía a ser el Volk de siempre, cuando estaba en sus tiempo libre, no trabajaba y no intentaba cazar nada. Aquel Volk que desviaba temas de conversación con tal de que la gente no se acercará a él. No era realmente que odiase a la pantera, puesto a que comprendía que era una bestia, pero tampoco era de aquellos que se acercarían así como así a cualquiera. Además, esa era la pantera, no Dianthe.
Partió un pedazo de la manzana y lo tiró al aíre. Luego tiró su cabeza contra el césped recostándose y abrió la boca para atrapar el pedazo y comenzar a comer. No se alimentaría solo con la fruta, pero de momento era lo que tenía. Desde que volvió a Francia que no había podido tomar esa compostura, debía admitir que se sentía bien. Quizás era la protección de la pantera que le permitía relajarse un poco entonces.
Olfateó desde donde estaba las frutas envueltas con el trapo y sonrió al mirar el recipiente con agua. Soltó un suspiro. La rubia se había tomado muchas molestias para un hombre como él. No agradeció entonces, no era que Volk fuese un caballero, aunque bien no quería ser descortés sabía que la felina no había hecho eso por él. No tomo su comida de inmediato. Se quedo mirando a la pantera, no le gustaba que le dieran ordenes ni mucho menos que lo vieran como un objeto que podía cambiar de dueño.
– Hace mucho decidí ser un hombre libre, tampoco te gustará poseerme cuando deje de ser humano – Amenazó aunque su voz sonaba bastante tranquila. Tomo el recipiente con agua y bebió un poco de esta para luego sacar una manzana del trapo. Le dio un mordisco y se quedo mirando a la pantera mientras comía. ¨Intentas hacer razonar a una bestia, serás terco¨ Habló su propia bestia dentro de él. Sabía que tenía razón, pero lo que había pasado al amanecer lo había dejado de buen humor como para hacerle caso.
Sentía ganas de ver a Dianthe de nuevo, pero no sabía que tan bien podía controlar a la pantera, así que decidió ver cuanto tiempo podía pasar con ella. Si llegaba a aburrirse entonces haría que la rubia volviese, pero por ahora estaba bien así.
– Los locos desvarían, yo desvarío a lo loco – Dijo con el mismo tono calmado. ¿Había significado alguno tras esas palabras? Si y no. Simplemente volvía a ser el Volk de siempre, cuando estaba en sus tiempo libre, no trabajaba y no intentaba cazar nada. Aquel Volk que desviaba temas de conversación con tal de que la gente no se acercará a él. No era realmente que odiase a la pantera, puesto a que comprendía que era una bestia, pero tampoco era de aquellos que se acercarían así como así a cualquiera. Además, esa era la pantera, no Dianthe.
Partió un pedazo de la manzana y lo tiró al aíre. Luego tiró su cabeza contra el césped recostándose y abrió la boca para atrapar el pedazo y comenzar a comer. No se alimentaría solo con la fruta, pero de momento era lo que tenía. Desde que volvió a Francia que no había podido tomar esa compostura, debía admitir que se sentía bien. Quizás era la protección de la pantera que le permitía relajarse un poco entonces.
Volk Temen- Licántropo Clase Media
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Re: Fiera nocturna {Volk Temen}
]i]-No te he preguntado, eres mio te guste o no.[/i]
La pantera era bastante posesiva y hasta cierto punto molesta si lo pensaba bien, pero aun podía tener control sobre la rubia si esta se molestaba o alteraba de manera emocional, era como la brecha que necesitaba este felino para escapar y tomar control, ya que no le gustaba en nada que Dianthe fuera tan “buena” y nunca ocasionara problemas, ya un par de veces atrás había tenido que salvarla de maleantes y asesinos.
Su pelaje brillaba con la luz el sol y estaba disfrutando del calor, hasta que decidió relajarse, escuchó las últimas palabras de Volk antes de dejarle paso a su forma humana, esto normalmente sucedía solo cuando la pantera estaba muy agotada o aburrida, pero en este caso lo hacía por darle gusto a la rubia de volver a mirar a Volk. “Si algo le pasa Dianthe…” gruño por dentro la pantera y enseguida su cuerpo comenzó a cambiar, para su desgracia la ropa estaba desecha, la pantera no tenía cuidado, salía en cuestión de segundos al sentirse en peligro.
Dianthe miró a Volk en su forma humana y sonrió un poco, aunque de manera instintiva se llevó un brazo para cubrirse los pechos, jamás en sus años de vida había estado desnuda ante un hombre y él era uno, se sentía avergonzada y el rubor se notaba en sus mejillas, se mordió el labio y entonces buscó sus ojos.
-Me alegra que sigas aquí y estés bien…
Susurró algo sorprendida de que la pantera hubiese decidido “adueñarse” de él y protegerlo sobre todo, aun sin importarle que el supiera la clase de criatura sobrenatural que era. Se levantó del suelo y se sacudió un poco el cuerpo, tendría que buscar ropa pronto, no podía ir así por el bosque, podría encontrarse con bandidos o más inquisidores. Miró las cosas que la pantera había acercado a Volk y sonrío de manera dulce al licántropo.
-También me da gusto que al menos hubieras comido algo
Así era la rubia, siempre atenta con los demás lo merecieran o no, inclusive no esperaba una respuesta pues no sabía como era Volk al respeto, caminó un poco recogiendo lo que había quedado de su vestido, las telas al menos le servirían para cubrirse y no estar completamente desnuda. Sacó de un pequeño costalito un hilo y aguja y se puso a enmendar las prendas para ponerse algo que al menos cubriera su intimidad y sus pechos, no era una gran costurera, pero cualquier cosa era mejor que estar desnuda como si nada ante un hombre desconocido… y sobre todo atractivo como Volk.
La pantera era bastante posesiva y hasta cierto punto molesta si lo pensaba bien, pero aun podía tener control sobre la rubia si esta se molestaba o alteraba de manera emocional, era como la brecha que necesitaba este felino para escapar y tomar control, ya que no le gustaba en nada que Dianthe fuera tan “buena” y nunca ocasionara problemas, ya un par de veces atrás había tenido que salvarla de maleantes y asesinos.
Su pelaje brillaba con la luz el sol y estaba disfrutando del calor, hasta que decidió relajarse, escuchó las últimas palabras de Volk antes de dejarle paso a su forma humana, esto normalmente sucedía solo cuando la pantera estaba muy agotada o aburrida, pero en este caso lo hacía por darle gusto a la rubia de volver a mirar a Volk. “Si algo le pasa Dianthe…” gruño por dentro la pantera y enseguida su cuerpo comenzó a cambiar, para su desgracia la ropa estaba desecha, la pantera no tenía cuidado, salía en cuestión de segundos al sentirse en peligro.
Dianthe miró a Volk en su forma humana y sonrió un poco, aunque de manera instintiva se llevó un brazo para cubrirse los pechos, jamás en sus años de vida había estado desnuda ante un hombre y él era uno, se sentía avergonzada y el rubor se notaba en sus mejillas, se mordió el labio y entonces buscó sus ojos.
-Me alegra que sigas aquí y estés bien…
Susurró algo sorprendida de que la pantera hubiese decidido “adueñarse” de él y protegerlo sobre todo, aun sin importarle que el supiera la clase de criatura sobrenatural que era. Se levantó del suelo y se sacudió un poco el cuerpo, tendría que buscar ropa pronto, no podía ir así por el bosque, podría encontrarse con bandidos o más inquisidores. Miró las cosas que la pantera había acercado a Volk y sonrío de manera dulce al licántropo.
-También me da gusto que al menos hubieras comido algo
Así era la rubia, siempre atenta con los demás lo merecieran o no, inclusive no esperaba una respuesta pues no sabía como era Volk al respeto, caminó un poco recogiendo lo que había quedado de su vestido, las telas al menos le servirían para cubrirse y no estar completamente desnuda. Sacó de un pequeño costalito un hilo y aguja y se puso a enmendar las prendas para ponerse algo que al menos cubriera su intimidad y sus pechos, no era una gran costurera, pero cualquier cosa era mejor que estar desnuda como si nada ante un hombre desconocido… y sobre todo atractivo como Volk.
Dianthe Soiledis- Cambiante Clase Alta
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Re: Fiera nocturna {Volk Temen}
¨Una bestia que no puede hacerle daño a un humano...Patético¨ Se burló la bestia por dentro. ¨Tu no pudiste dañar a Dianthe, ¿eso que te hace?¨ Le reprimió Volk de la misma forma. Aunque en realidad le costaba entenderlo. ¿Era eso amor? El único amor que Volk había conocido en su vida había sido el de sus padres. En cierto sentido el tema con Dianthe era parecido, pero le quedaban bastantes dudas. ¿Cómo era posible que un mercenario pudiera entenderse con asuntos del corazón? Encima siendo que ella era una extraña aún, la pantera también y esta lo había hecho suyo contra su propia voluntad.
El licántropo seguía comiéndose la manzana de la misma forma cuando escuchó la voz de Dianthe, aunque esta no estaba en su cabeza y su olor había vuelto más fuerte que cuando estaba la felina. Sonrió levemente, sin saber bien porque. ¨Deberías olvidarte de ella y recordar más que eres un Temen¨ Le reprochó la bestia por dentro. – Eres bastante molesto a veces, ¿sabes? – Respondió Volk sin darse cuenta que lo hacía en voz alta cuando Dianthe dejó de hablarle.
Suspiró y se sentó donde mismo estaba acostado. No pudo evitar ruborizarse un poco al verla desnuda. No era la primera mujer que veía así, pero debía admitir que era la que más le atraía. Tragó un poco de saliva y trato de guardar la compostura, recordando que a él también le pasaba lo mismo siempre que volvía a ser humano. – Lo siento, aunque supongo que sabes lo que es tener una voz en tu cabeza... – Dijo para soltar otro suspiro mientras la veía buscar sus prendas y ponerse a coser.
Aquello le recordó cuando Volk era novato. Era bueno para los trabajos manuales, pero la costura nunca se le dio tan bien como para restaurar su vestimenta, por eso prefería llevar siempre una de cambio cuando iba a salir la luna llena. Le salía más practico y menos tedioso. – Gracias, al menos no corrí la misma suerte que esos dos de ahí – Habló haciendo referencia a los inquisidores muertos por el ataque de la pantera mientras dormía. – Aunque algo me dice que al menos tu pantera no será quien acabe conmigo – Terminó de decir. Era sabido para Volk que los cambia formas también tenían bestias dentro de ellos, así como los licántropos, aunque el control para estos no se les daba tan difícil.
– Siempre es bueno traer ropa de cambio, pero veo que se te da bien la costura – Añadió tranquilo sin moverse de su sitio. Se sentía en paz estando con Dianthe por extraño que pareciera. Al parecer el haberse encontrado en tales circunstancias y dejarse cuidar por ella había despertado algo en Volk que le dejaba estar en paz consigo mismo mientras estuviese con ella. Le miro mientras hacía su tarea como si fuese la primera vez que veía a alguien cociendo. Parecía algo intrigante y lejos de querer deshacerse de eso que le fascinaba de Dianthe prefería optar por descubrir que era. – Ese lado tuyo, ¿sale cuando estas en peligro? – Preguntó curioso y decidió dejar de hablar. No era nada común que Volk pasará tanto tiempo sin desviar el tema ni mucho menos intentar acercarse a alguien cuando no estaba trabajando, menos aún que se empeñara en eso.
El licántropo seguía comiéndose la manzana de la misma forma cuando escuchó la voz de Dianthe, aunque esta no estaba en su cabeza y su olor había vuelto más fuerte que cuando estaba la felina. Sonrió levemente, sin saber bien porque. ¨Deberías olvidarte de ella y recordar más que eres un Temen¨ Le reprochó la bestia por dentro. – Eres bastante molesto a veces, ¿sabes? – Respondió Volk sin darse cuenta que lo hacía en voz alta cuando Dianthe dejó de hablarle.
Suspiró y se sentó donde mismo estaba acostado. No pudo evitar ruborizarse un poco al verla desnuda. No era la primera mujer que veía así, pero debía admitir que era la que más le atraía. Tragó un poco de saliva y trato de guardar la compostura, recordando que a él también le pasaba lo mismo siempre que volvía a ser humano. – Lo siento, aunque supongo que sabes lo que es tener una voz en tu cabeza... – Dijo para soltar otro suspiro mientras la veía buscar sus prendas y ponerse a coser.
Aquello le recordó cuando Volk era novato. Era bueno para los trabajos manuales, pero la costura nunca se le dio tan bien como para restaurar su vestimenta, por eso prefería llevar siempre una de cambio cuando iba a salir la luna llena. Le salía más practico y menos tedioso. – Gracias, al menos no corrí la misma suerte que esos dos de ahí – Habló haciendo referencia a los inquisidores muertos por el ataque de la pantera mientras dormía. – Aunque algo me dice que al menos tu pantera no será quien acabe conmigo – Terminó de decir. Era sabido para Volk que los cambia formas también tenían bestias dentro de ellos, así como los licántropos, aunque el control para estos no se les daba tan difícil.
– Siempre es bueno traer ropa de cambio, pero veo que se te da bien la costura – Añadió tranquilo sin moverse de su sitio. Se sentía en paz estando con Dianthe por extraño que pareciera. Al parecer el haberse encontrado en tales circunstancias y dejarse cuidar por ella había despertado algo en Volk que le dejaba estar en paz consigo mismo mientras estuviese con ella. Le miro mientras hacía su tarea como si fuese la primera vez que veía a alguien cociendo. Parecía algo intrigante y lejos de querer deshacerse de eso que le fascinaba de Dianthe prefería optar por descubrir que era. – Ese lado tuyo, ¿sale cuando estas en peligro? – Preguntó curioso y decidió dejar de hablar. No era nada común que Volk pasará tanto tiempo sin desviar el tema ni mucho menos intentar acercarse a alguien cuando no estaba trabajando, menos aún que se empeñara en eso.
Volk Temen- Licántropo Clase Media
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Re: Fiera nocturna {Volk Temen}
-Si, es un poco molesto lidiar con otra persona que te dice que todo lo que haces está mal…
Contestó con una sonrisa aun algo avergonzada, la verdad es que para lidiar con la pantera Dianthe tenía que hacer uso de toda su paciencia, Más cuando estaba tan despeirta y alerta como ahora, que parecía no querer perder de vista a Volk, suspiró y terminó de vestirse, escuchó lo ultimo que dijo y soltó una risita traviesa.
-Lo sé mon cher… pero es que ahora no sabía que ella querría salir…
Se encogió de hombros, esperaba que esa tarde fuese tranquila y que pudiera pasar un rato a gusto, bien, en el bosque, su lugar favorito, quería calmarse y asimilar lo que ahora estaba pasando en el mundo, se había dado cuenta que pasar tanto tiempo fuera de Paris habían conseguido que no notara los cambios que habían llegado a la ciudad y todo la tomaba pro sorpresa.
Además del encuentro tan raro con el hombre lobo, sabía de antemano que esas criaturas eran un poco agresivas y se sorprendía que seguía con vida y que estaba charlando con el aun cuando lo había visto en su forma humana y en su forma de bestia y viceversa, el ya sabía lo que era aunque claro tampoco es que fuera algo raro, las criaturas mágicas rondaban pro todas partes.
-Si, es extraño hasta hace unos cuantos años no sabía que tenía ese lado, pero me vi en una situación de peligro y apareció… desde entonces es como traer un dolor de cabeza constante…
Comentó un tanto tranquila, era raro que confiara en alguien para decirle tales cosas sobre ella y sus transformaciones pero se sentía segura estando con él. Se acomodo lo que pudo ponerse como ropa y enseguida el cabello largo, intento trenzarlo, así tenía un aspecto un tanto salvaje y extraño, que en parte le gustaba, era su naturaleza.
-Aunque no es muy amigable, cuando me transformo en tigre blanco estamos en armonía y podemos hablar y razonar juntos, pero cuando la pantera negra aparece, me bloquea y no me deja actuar… ella toma el control… y creo que le gustas…
Soltó una risita al decir eso, era extraño pero era el sentir tanto de la pantera como en parte de Dianthe, quizás más allá de ver a un hombre lobo, estaba viendo realmente al hombre que era Volk ahora.
Contestó con una sonrisa aun algo avergonzada, la verdad es que para lidiar con la pantera Dianthe tenía que hacer uso de toda su paciencia, Más cuando estaba tan despeirta y alerta como ahora, que parecía no querer perder de vista a Volk, suspiró y terminó de vestirse, escuchó lo ultimo que dijo y soltó una risita traviesa.
-Lo sé mon cher… pero es que ahora no sabía que ella querría salir…
Se encogió de hombros, esperaba que esa tarde fuese tranquila y que pudiera pasar un rato a gusto, bien, en el bosque, su lugar favorito, quería calmarse y asimilar lo que ahora estaba pasando en el mundo, se había dado cuenta que pasar tanto tiempo fuera de Paris habían conseguido que no notara los cambios que habían llegado a la ciudad y todo la tomaba pro sorpresa.
Además del encuentro tan raro con el hombre lobo, sabía de antemano que esas criaturas eran un poco agresivas y se sorprendía que seguía con vida y que estaba charlando con el aun cuando lo había visto en su forma humana y en su forma de bestia y viceversa, el ya sabía lo que era aunque claro tampoco es que fuera algo raro, las criaturas mágicas rondaban pro todas partes.
-Si, es extraño hasta hace unos cuantos años no sabía que tenía ese lado, pero me vi en una situación de peligro y apareció… desde entonces es como traer un dolor de cabeza constante…
Comentó un tanto tranquila, era raro que confiara en alguien para decirle tales cosas sobre ella y sus transformaciones pero se sentía segura estando con él. Se acomodo lo que pudo ponerse como ropa y enseguida el cabello largo, intento trenzarlo, así tenía un aspecto un tanto salvaje y extraño, que en parte le gustaba, era su naturaleza.
-Aunque no es muy amigable, cuando me transformo en tigre blanco estamos en armonía y podemos hablar y razonar juntos, pero cuando la pantera negra aparece, me bloquea y no me deja actuar… ella toma el control… y creo que le gustas…
Soltó una risita al decir eso, era extraño pero era el sentir tanto de la pantera como en parte de Dianthe, quizás más allá de ver a un hombre lobo, estaba viendo realmente al hombre que era Volk ahora.
Dianthe Soiledis- Cambiante Clase Alta
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Re: Fiera nocturna {Volk Temen}
La tarde había llegado algo rápido. Hace tiempo que no pasaba esos días con alguien que conversar, ya se le había olvidado lo rápido que pasa el tiempo cuando se habla con alguien. Sonrió levemente al mirar el cielo y comprobarlo. Se sentía tranquilo estando con Dianthe. Como si hubiese encontrado algo que andaba buscando desesperado y sin saber bien que era. ¨La violencia es tu naturaleza, no puedes escapar de ella ni proteger a alguien por siempre...¨ Le advirtió la bestia, pero Volk eso lo sabía de memoria y no estaba dispuesto a pagar caro otra vez por intentar cambiar algo tan complicado, mucho menos para discutirlo. A pesar de eso, la bestia también parecía tranquila, quizás el haber visto a la pantera le decía que podía dejar a Volk en paz por unos segundos.
Bajo levemente el rostro mientras sacaba otra manzana del saco que le había dado Dianthe. Aquello no lo había dejado con muchos ánimos para comer, pero lo hizo para no preocupar a la mujer que le acompañaba. – ¿Le gusto? – Preguntó en un susurro. Lo cierto es que Volk no lo veía así. Quizás era un simple capricho, si la pantera aparecía solo cuando Dianthe estaba en peligro, pudo haberlo visto transformado. Se habrían enfrentado las dos bestias. Tampoco era que pudiese comprenderlas del todo, en veinte años aún no podía entender en su totalidad a la suya propia. Suspiró y prefirió darse unos segundos para pensar en lo otro que ella había dicho.
– Eso es nuevo, no tenía idea que los cambia formas pudiesen transformarse en dos animales distintos – Dijo en tono calmado, con una sonrisa leve dibujada en su rostro, aunque su mirada seguía en la manzana. Dio un mordisco y vio como la mujer ahora comenzaba a trenzarse el cabello. Si tenía un aspecto salvaje, bastante exótico. No podía adivinar con exactitud la procedencia de la felina, pero algo le decía que no era francesa como él.
Se levantó de donde estaba aún con la manzana en la mano y caminó hasta el árbol más cercano. Ya se encontraba mucho mejor ahora que había bebido y comido algo, se notaba en su forma de caminar. Apoyó su espalda contra el árbol y se la quedo mirando. – Muchas gracias por todo, Dianthe. Me gustaría pasar más tiempo contigo. Lo cierto es que es peligroso. Hoy corriste suerte y me alegra, pero a diferencia tuya no puedo predecir cuando la bestia me dominará – Su voz sonaba melancólica. En realidad no quería despedirse de ella. ¨Haces bien, eres un Temen y un hombre lobo te guste o no...¨ Volvió a hablarle la bestia, pero Volk simplemente se resignaba. No era lo que él realmente quería.
No se despedía por bien propio, sino ajeno. Tanto la bestia como él estaban de acuerdo en que ella no debía acompañarles. Ambos estaban en deuda y pensaban que lo mejor que podían hacer para compensarla era marcharse. – La luna llena es más poderosa de lo que uno cree – Dijo sin más tratando de excusarse, pero sabía que solo otro licántropo o Temen podrían entender el verdadero significado detrás de esas palabras.
Bajo levemente el rostro mientras sacaba otra manzana del saco que le había dado Dianthe. Aquello no lo había dejado con muchos ánimos para comer, pero lo hizo para no preocupar a la mujer que le acompañaba. – ¿Le gusto? – Preguntó en un susurro. Lo cierto es que Volk no lo veía así. Quizás era un simple capricho, si la pantera aparecía solo cuando Dianthe estaba en peligro, pudo haberlo visto transformado. Se habrían enfrentado las dos bestias. Tampoco era que pudiese comprenderlas del todo, en veinte años aún no podía entender en su totalidad a la suya propia. Suspiró y prefirió darse unos segundos para pensar en lo otro que ella había dicho.
– Eso es nuevo, no tenía idea que los cambia formas pudiesen transformarse en dos animales distintos – Dijo en tono calmado, con una sonrisa leve dibujada en su rostro, aunque su mirada seguía en la manzana. Dio un mordisco y vio como la mujer ahora comenzaba a trenzarse el cabello. Si tenía un aspecto salvaje, bastante exótico. No podía adivinar con exactitud la procedencia de la felina, pero algo le decía que no era francesa como él.
Se levantó de donde estaba aún con la manzana en la mano y caminó hasta el árbol más cercano. Ya se encontraba mucho mejor ahora que había bebido y comido algo, se notaba en su forma de caminar. Apoyó su espalda contra el árbol y se la quedo mirando. – Muchas gracias por todo, Dianthe. Me gustaría pasar más tiempo contigo. Lo cierto es que es peligroso. Hoy corriste suerte y me alegra, pero a diferencia tuya no puedo predecir cuando la bestia me dominará – Su voz sonaba melancólica. En realidad no quería despedirse de ella. ¨Haces bien, eres un Temen y un hombre lobo te guste o no...¨ Volvió a hablarle la bestia, pero Volk simplemente se resignaba. No era lo que él realmente quería.
No se despedía por bien propio, sino ajeno. Tanto la bestia como él estaban de acuerdo en que ella no debía acompañarles. Ambos estaban en deuda y pensaban que lo mejor que podían hacer para compensarla era marcharse. – La luna llena es más poderosa de lo que uno cree – Dijo sin más tratando de excusarse, pero sabía que solo otro licántropo o Temen podrían entender el verdadero significado detrás de esas palabras.
Volk Temen- Licántropo Clase Media
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Re: Fiera nocturna {Volk Temen}
-Si, bueno realmente no sé hasta cuantas veces puedas llegar a transformarte en un animal diferente, pero al menos sé que dos si podemos….
Sonrió intentando evadir el comentario acerca de la pantera, claro que le había gustado y lo había llamado “suyo” algo que era bastante extraño, por dentro la pantera gruñía ante la negación del hombre a ese título de posesión, pero Dianthe trataba de calmarla mientras lo observaba, él se levanto y camino hasta el otro lado, enseguida la rubia hizo lo mismo ¿Qué hacía?. Escuchó lo que Volk dijo y apretó los labios, pensaba irse… y dejarla sola nuevamente, algo por dentro le decía que saltara frente a él para impedir aquello, pero su parte más tranquila y conciente entendía los motivos de su partida, ella era una extraña y él quizás no se sentía a gusto con su compañía. Asintió un poco a sus palabras.
-Entiendo el riesgo Volk… y también me gustaría pasar mas tiempo contigo…
No sabía porque había dicho aquello con tanta naturalidad, como si no le importara nada más que seguirlo y estaba segura que si dejaba que la pantera hablara le diría que lo siguiera, hasta el fin del mundo si era necesario, enseguida sus mejillas se ruborizaron, podía sentir que la cara le ardía de pena, por el pensamiento y su dialogo interior “De verdad lo seguirías hasta el fin del mundo?” pregunto ella a la pantera que no hizo más que gruñir en aprobación a sus palabras, sonrió de manera algo boba e inocente, jamás había experimentado esas sensaciones con nadie.
-…Sólo un eclipse podría para su fuerza.
Respondió a la frase de Volk “La luna llena es más poderosa de lo que uno cree” fue una respuesta más espontanea que nada, sabía que el hombre se transformaría con la luna llena y que volvería a ser esa bestia, pero…no quería que se fuera, no así. Necesitaba un poco más de su tiempo, se acercó a él en pasos lentos y casi sensuales y tomó su mano libre y la apretó un poco, sin decir mucho y sin pensarlo se pegó a él, lo abrazó por la cintura y pegó su nariz a su pecho, aspirando su aroma natural, cerró los ojos un segundo y con delicadeza dejó un beso en sus pectorales, antes de separa el rostro para verlo
-Pero comprendo que quieras irte… sólo cuídate…. ¿Si?
Dijo sin más, mirándolo desde abajo, ahora con esa cercanía, había necesitado sentirlo de esa manera, había necesitado abrazarlo y sentir que estaría bien lejos de ella, tuvo que usar toda su fuerza para que la pantera no saliera molesta por la decisión que Dianthe había tomado de dejarlo irse “Qué haces!!!” exclamó en su interior y enseguida Dianthe le respondió “Dejando que decida su camino, no puedes obligarlo a estar con nosotras” dijo tranquila y regresó a la realidad, donde aún permanecía abrazada a la cintura de Volk.
Sonrió intentando evadir el comentario acerca de la pantera, claro que le había gustado y lo había llamado “suyo” algo que era bastante extraño, por dentro la pantera gruñía ante la negación del hombre a ese título de posesión, pero Dianthe trataba de calmarla mientras lo observaba, él se levanto y camino hasta el otro lado, enseguida la rubia hizo lo mismo ¿Qué hacía?. Escuchó lo que Volk dijo y apretó los labios, pensaba irse… y dejarla sola nuevamente, algo por dentro le decía que saltara frente a él para impedir aquello, pero su parte más tranquila y conciente entendía los motivos de su partida, ella era una extraña y él quizás no se sentía a gusto con su compañía. Asintió un poco a sus palabras.
-Entiendo el riesgo Volk… y también me gustaría pasar mas tiempo contigo…
No sabía porque había dicho aquello con tanta naturalidad, como si no le importara nada más que seguirlo y estaba segura que si dejaba que la pantera hablara le diría que lo siguiera, hasta el fin del mundo si era necesario, enseguida sus mejillas se ruborizaron, podía sentir que la cara le ardía de pena, por el pensamiento y su dialogo interior “De verdad lo seguirías hasta el fin del mundo?” pregunto ella a la pantera que no hizo más que gruñir en aprobación a sus palabras, sonrió de manera algo boba e inocente, jamás había experimentado esas sensaciones con nadie.
-…Sólo un eclipse podría para su fuerza.
Respondió a la frase de Volk “La luna llena es más poderosa de lo que uno cree” fue una respuesta más espontanea que nada, sabía que el hombre se transformaría con la luna llena y que volvería a ser esa bestia, pero…no quería que se fuera, no así. Necesitaba un poco más de su tiempo, se acercó a él en pasos lentos y casi sensuales y tomó su mano libre y la apretó un poco, sin decir mucho y sin pensarlo se pegó a él, lo abrazó por la cintura y pegó su nariz a su pecho, aspirando su aroma natural, cerró los ojos un segundo y con delicadeza dejó un beso en sus pectorales, antes de separa el rostro para verlo
-Pero comprendo que quieras irte… sólo cuídate…. ¿Si?
Dijo sin más, mirándolo desde abajo, ahora con esa cercanía, había necesitado sentirlo de esa manera, había necesitado abrazarlo y sentir que estaría bien lejos de ella, tuvo que usar toda su fuerza para que la pantera no saliera molesta por la decisión que Dianthe había tomado de dejarlo irse “Qué haces!!!” exclamó en su interior y enseguida Dianthe le respondió “Dejando que decida su camino, no puedes obligarlo a estar con nosotras” dijo tranquila y regresó a la realidad, donde aún permanecía abrazada a la cintura de Volk.
Dianthe Soiledis- Cambiante Clase Alta
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Re: Fiera nocturna {Volk Temen}
¨¡¿Volk, qué haces?! ¡Ya dejalá!¨ Le reprimió la bestia por dentro en cuanto Dianthe se le acercó a él y se ruborizaba. Esa mujer que tendía enfrente, era hermosa y sin duda había algo más en ella que le gustaba. No sabía que era, pero hacía todo mucho más difícil. ¨Has dejado a muchas ya antes, ¡sabes que es peligroso! ¡Si no la matas tu, lo haré yo!¨ Advirtió la bestia de nuevo, pero... Estaba confundido, por primera vez en mucho tiempo, sabía lo que debía hacer pero no era lo que realmente quería. Ambos querían estar juntos, pero Volk tenía un conflicto interno. No era con la bestia, era corazón y cabeza quienes no podían razonar al mismo tiempo.
Hizo su mejor esfuerzo para no ruborizarse cuando Dianthe se acercó a él y le tomo la manó. ¿Por qué simplemente no podía optar por su seguridad y marcharse de una vez? Y como si no fuera bastante difícil ya apartarse de ella sintió su abrazo. Eso era lo que él realmente quería, tenerla entre sus brazos y protegerla de todo, ser como la pantera que haría lo mismo con él, pero no se sentía capaz de hacerlo. ¿Cómo podía protegerla de todo si no se sentía capaz de hacer frente a un vampiro milenario? ¿Si había ya fracasado en un trabajo por dejarse llevar por el deseo? ¿Si no podía tener el control de su bestia? Eran muchas las razones que le decían que no podría proteger a aquella mujer, pero su corazón era quizás más terco que su voluntad.
Entonces le pidió que se cuidase. Era eso también lo que le gustaba de ella. A penas se conocían y se preocupaba mucho por él. El licántropo también lo hacía, era por eso que era egoísta el mantenerla a su lado. ¿Lo era?...
No era el deseo de acostarse con ella o la perversión lo que hacía difícil alejarse de ella. Era algo más dentro de él, algo que incluso sin el contacto físico de dos cuerpos que se aman o la belleza ajena. Había algo que despertaba en él cuando veía a esa mujer, algo que no había sentido antes. Con ambas manos la tomó por los brazos, a la altura de sus omóplatos y la separó un poco de él pensando que así sería más fácil, mas fue cuando miro su rostro cuando supo cuan equivocado había estado.
– Lo siento, de verdad me gustaría no tener que hacerlo – Sus labios se movieron por primera vez en mucho tiempo sin pensar en lo que decía. ¨¡Idiota, eres de los que saben mantener a la gente lejos de ti!¨ No reprochaba eso que le dijo la bestia. Era cierto, pero lo había estado haciendo por mucho tiempo. Veinte años de soledad había sido el precio que debió pagar, aunque no sentía remordimientos ni deseos de que las cosas hubiesen sido distintas después de haber sido transformado en lo que era.
Se quedó ahí mirándola. La sola idea de no verla por el resto de su vida era algo que le atemorizaba como nada lo había hecho antes. ¿Por qué debía ser tan difícil alejarse de alguien ahora? Muchas veces hizo lo que no quería sin miedo al remordimiento, ¿por qué ahora no podía alejarse de ella?
Hizo su mejor esfuerzo para no ruborizarse cuando Dianthe se acercó a él y le tomo la manó. ¿Por qué simplemente no podía optar por su seguridad y marcharse de una vez? Y como si no fuera bastante difícil ya apartarse de ella sintió su abrazo. Eso era lo que él realmente quería, tenerla entre sus brazos y protegerla de todo, ser como la pantera que haría lo mismo con él, pero no se sentía capaz de hacerlo. ¿Cómo podía protegerla de todo si no se sentía capaz de hacer frente a un vampiro milenario? ¿Si había ya fracasado en un trabajo por dejarse llevar por el deseo? ¿Si no podía tener el control de su bestia? Eran muchas las razones que le decían que no podría proteger a aquella mujer, pero su corazón era quizás más terco que su voluntad.
Entonces le pidió que se cuidase. Era eso también lo que le gustaba de ella. A penas se conocían y se preocupaba mucho por él. El licántropo también lo hacía, era por eso que era egoísta el mantenerla a su lado. ¿Lo era?...
No era el deseo de acostarse con ella o la perversión lo que hacía difícil alejarse de ella. Era algo más dentro de él, algo que incluso sin el contacto físico de dos cuerpos que se aman o la belleza ajena. Había algo que despertaba en él cuando veía a esa mujer, algo que no había sentido antes. Con ambas manos la tomó por los brazos, a la altura de sus omóplatos y la separó un poco de él pensando que así sería más fácil, mas fue cuando miro su rostro cuando supo cuan equivocado había estado.
– Lo siento, de verdad me gustaría no tener que hacerlo – Sus labios se movieron por primera vez en mucho tiempo sin pensar en lo que decía. ¨¡Idiota, eres de los que saben mantener a la gente lejos de ti!¨ No reprochaba eso que le dijo la bestia. Era cierto, pero lo había estado haciendo por mucho tiempo. Veinte años de soledad había sido el precio que debió pagar, aunque no sentía remordimientos ni deseos de que las cosas hubiesen sido distintas después de haber sido transformado en lo que era.
Se quedó ahí mirándola. La sola idea de no verla por el resto de su vida era algo que le atemorizaba como nada lo había hecho antes. ¿Por qué debía ser tan difícil alejarse de alguien ahora? Muchas veces hizo lo que no quería sin miedo al remordimiento, ¿por qué ahora no podía alejarse de ella?
Volk Temen- Licántropo Clase Media
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Re: Fiera nocturna {Volk Temen}
La rubia sintió las manos de Volk por sus omóplatos y dio un suspiro,sabía que él se iría así sin más y que quizás jamás volvería a verlo, guerras, peligros, todo eso asechaba la vida de las criaturas mágicas en esa época y era demasiado difícil vivir o subsistir sin tener que pelear y matar, aunque ella podía hacerlo sabía que no todas las criaturas tenían la misma suerte, se separó un poco cuando la miró, y ella simplemente asintió.
-Está bien Volk…
Intentó sonreír esperando que él se alejara, ella se quedaría ahí observando como desaparecía en el bosque, pero su cuerpo no podía moverse, no quería hacerlo, la pantera en su interior gruñía por la debilidad de Dianthe, porque no quería que el hombre lobo se alejara de ambas, en eso estaban de acuerdo. Fue entonces que parte de la pantera tomo control sobre el cuerpo de Dianthe, sin transformarse en su forma felina y se acercó a él, volvió a pegarse a su cuerpo en totalidad y aspiró el aroma de su cuello.
-No te vayas…
Susurró apenas y enseguida dejó un suave beso en esa zona, ambas estaban conectadas por primera vez, quizás era Volk la persona que conseguía que eso sucediera, sus manos recorrieron la espalda del varón desde la cintura y hasta la nuca y ya ahí, se separo, lo miró a los ojos, eran sus ojos humanos los que lo miraban, pero en el interior ambas luchaban por hablar, sonrió un poco y no tuvo que decir más, sus labios en cuestión de segundos estaban apoderándose de los del licántropo.
-Mio…
Gruñó la pantera desde su interior al sentir ese contacto calido y húmedo, pero sobretodo suave, paso sus manos por el cabello del rubio y profundizó más en su boca, buscando la humedad de su lengua con la propia, necesitaba sentirlo y saborearlo. Y si aun después de ese beso él deseaba irse lo dejaría, aunque viajaría como su sombra, siguiéndole los paso lugar al que fuera.¿Cómo había pasado eso? No lo sabía, ni siquiera Dianthe podía entenderlo, jamás había sentido esa atracción y curiosidad por alguna otra persona o criatura, inclusive jamás había pensado en estar con alguien, mucho menos después de la tragedia que su familia había vivido, se sentía un ser extraño en una tierra de humanos y no tenía a nadie ahora, deambulaba sola por el bosque en busca de una razón a su existencia
-Está bien Volk…
Intentó sonreír esperando que él se alejara, ella se quedaría ahí observando como desaparecía en el bosque, pero su cuerpo no podía moverse, no quería hacerlo, la pantera en su interior gruñía por la debilidad de Dianthe, porque no quería que el hombre lobo se alejara de ambas, en eso estaban de acuerdo. Fue entonces que parte de la pantera tomo control sobre el cuerpo de Dianthe, sin transformarse en su forma felina y se acercó a él, volvió a pegarse a su cuerpo en totalidad y aspiró el aroma de su cuello.
-No te vayas…
Susurró apenas y enseguida dejó un suave beso en esa zona, ambas estaban conectadas por primera vez, quizás era Volk la persona que conseguía que eso sucediera, sus manos recorrieron la espalda del varón desde la cintura y hasta la nuca y ya ahí, se separo, lo miró a los ojos, eran sus ojos humanos los que lo miraban, pero en el interior ambas luchaban por hablar, sonrió un poco y no tuvo que decir más, sus labios en cuestión de segundos estaban apoderándose de los del licántropo.
-Mio…
Gruñó la pantera desde su interior al sentir ese contacto calido y húmedo, pero sobretodo suave, paso sus manos por el cabello del rubio y profundizó más en su boca, buscando la humedad de su lengua con la propia, necesitaba sentirlo y saborearlo. Y si aun después de ese beso él deseaba irse lo dejaría, aunque viajaría como su sombra, siguiéndole los paso lugar al que fuera.¿Cómo había pasado eso? No lo sabía, ni siquiera Dianthe podía entenderlo, jamás había sentido esa atracción y curiosidad por alguna otra persona o criatura, inclusive jamás había pensado en estar con alguien, mucho menos después de la tragedia que su familia había vivido, se sentía un ser extraño en una tierra de humanos y no tenía a nadie ahora, deambulaba sola por el bosque en busca de una razón a su existencia
Dianthe Soiledis- Cambiante Clase Alta
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Re: Fiera nocturna {Volk Temen}
Por más que tratase de sintonizar su corazón con su mente el conflicto interno era muy reñido. ¿Qué tenía de especial esa mujer frente a él que lo ataba solo con su mirada? La duda lo invadía y no le permitía pensar las cosas con calma. ¿Estaba bien dijo? ¿Cómo podía estarlo? Por unos segundos aquello lo calmo un poco, pero no era del todo lo que ella sentía por su partida, sino las pocas ganas que tenía él de irse.
Y como si la cosa no fuese ya difícil, ambos cuerpos ahora estaban totalmente pegados en un abrazo. Era bastante cálido, podía sentir que Dianthe tampoco quería alejarse de él. Un acto desesperado tal vez, pero Volk no quería hacerle daño, era peligroso estar con un licántropo y más uno como él. Lo dijo, lo escuchó fuerte y claro a pesar de ser un susurro, ella realmente no quería que Volk se alejará. ¿Por qué? ¿Por qué de pronto ambos querían lo mismo? Estar con el otro, pero ¿para qué? ¿Acaso era que Dianthe se sentía segura con Volk? ¿Cómo podía sentirse segura con un hombre con tantas dudas y más encima uno que no sabía nada del amor?
Las manos de la cambia formas comenzaron a moverse como caricias, se detuvieron en su nuca y luego la mirada de ambos se encontraron. Volk no pudo hacer nada más que tragar saliva, sabía en donde iba a parar aquello y ahora que sabía le era muy difícil controlar el deseo. Lo adivino bien, ambos labios se encontraron en un cálido beso. Las manos de Volk pasaron a la cintura de Dianthe, rodeándola mientras que las de ella estaban en su cabeza. Ambas lenguas entonces se encontraron en un apasionado juego. ´´Bien hecho, idiota. Ahora no hay marcha atrás´´ Le reclamó la bestia en su cabeza, pero Volk apenas pudo escucharla. El beso era prioridad para él ahora. ¿Cómo podría marcharse después de aquello?
(…)
– Un licántropo y una cambia formas, más dos inquisidores muertos. Esto será divertido – Susurró un hombre encapuchado mientras miraba a la pareja desde lo lejos, subido en un árbol a través de un catalejo.
(…)
Volk continuó el beso lo más que pudo, gran parte de él quería darse motivos para no separarse de la cambia formas, pero unas gotas de agua cayeron sobre su cabello y las manos de la felina. De pronto y sin previo aviso una lluvia bastante fuerte comenzó a caer donde estaban. El hombre lobo se separó un poco de ella y miró desafiante al cielo como reprochando el atrevimiento. – Lo que faltaba, deberemos buscar refugio – Dijo en tono molesto. Aquella interrupción no lo había dejado con buenos ánimos, aunque en parte agradecida tener más escusas para pasar con ella.
A cada segundo la lluvia parecía hacerse más fuerte y no tenía pinta de para pronto. Aquello era sumamente raro, probablemente un temporal de la nada y sin previo aviso. – Conozco un lugar que nos puede servir, no esta muy lejos, claro si quieres venir o tienes otra idea en mente... – Dijo sin soltarla. A pesar de estar molesto su tono se mantenía calmado cuando le hablaba.
– ¡Es la maldición que predijo la gitana! No es seguro quedarse afuera, ustedes dos... – Habló un brujo bastante agitado que apareció con bastante prisa frente a la pareja. – Conozco un lugar seguro no muy lejos de aquí, pero debemos apresurarnos – Habló de nuevo el brujo bastante rápido. Era un joven de unos veinte años, iba vestido con unos pantalones de cuero café y una camisa del mismo color, sobre esta llevaba un arco colgado a la espalda junto a un carcaj. Además usaba botas café, algo le decía a Volk que era un aprendiz de magia. No tenía mucho tiempo para pensar más sobre el joven, era cierto que la lluvia se hacía más fuerte y no era algo normal. Miró a Dianthe con el ceño fruncido mientras pensaba, no le parecía buena idea pero tal vez era mejor que el refugio que le mencionó. – ¿Tu qué dices, Dianthe? – Preguntó tratando de no sonar molesto con ella, aunque la situación en la que se habían visto envueltos no lo hacía nada fácil.
Y como si la cosa no fuese ya difícil, ambos cuerpos ahora estaban totalmente pegados en un abrazo. Era bastante cálido, podía sentir que Dianthe tampoco quería alejarse de él. Un acto desesperado tal vez, pero Volk no quería hacerle daño, era peligroso estar con un licántropo y más uno como él. Lo dijo, lo escuchó fuerte y claro a pesar de ser un susurro, ella realmente no quería que Volk se alejará. ¿Por qué? ¿Por qué de pronto ambos querían lo mismo? Estar con el otro, pero ¿para qué? ¿Acaso era que Dianthe se sentía segura con Volk? ¿Cómo podía sentirse segura con un hombre con tantas dudas y más encima uno que no sabía nada del amor?
Las manos de la cambia formas comenzaron a moverse como caricias, se detuvieron en su nuca y luego la mirada de ambos se encontraron. Volk no pudo hacer nada más que tragar saliva, sabía en donde iba a parar aquello y ahora que sabía le era muy difícil controlar el deseo. Lo adivino bien, ambos labios se encontraron en un cálido beso. Las manos de Volk pasaron a la cintura de Dianthe, rodeándola mientras que las de ella estaban en su cabeza. Ambas lenguas entonces se encontraron en un apasionado juego. ´´Bien hecho, idiota. Ahora no hay marcha atrás´´ Le reclamó la bestia en su cabeza, pero Volk apenas pudo escucharla. El beso era prioridad para él ahora. ¿Cómo podría marcharse después de aquello?
(…)
– Un licántropo y una cambia formas, más dos inquisidores muertos. Esto será divertido – Susurró un hombre encapuchado mientras miraba a la pareja desde lo lejos, subido en un árbol a través de un catalejo.
(…)
Volk continuó el beso lo más que pudo, gran parte de él quería darse motivos para no separarse de la cambia formas, pero unas gotas de agua cayeron sobre su cabello y las manos de la felina. De pronto y sin previo aviso una lluvia bastante fuerte comenzó a caer donde estaban. El hombre lobo se separó un poco de ella y miró desafiante al cielo como reprochando el atrevimiento. – Lo que faltaba, deberemos buscar refugio – Dijo en tono molesto. Aquella interrupción no lo había dejado con buenos ánimos, aunque en parte agradecida tener más escusas para pasar con ella.
A cada segundo la lluvia parecía hacerse más fuerte y no tenía pinta de para pronto. Aquello era sumamente raro, probablemente un temporal de la nada y sin previo aviso. – Conozco un lugar que nos puede servir, no esta muy lejos, claro si quieres venir o tienes otra idea en mente... – Dijo sin soltarla. A pesar de estar molesto su tono se mantenía calmado cuando le hablaba.
– ¡Es la maldición que predijo la gitana! No es seguro quedarse afuera, ustedes dos... – Habló un brujo bastante agitado que apareció con bastante prisa frente a la pareja. – Conozco un lugar seguro no muy lejos de aquí, pero debemos apresurarnos – Habló de nuevo el brujo bastante rápido. Era un joven de unos veinte años, iba vestido con unos pantalones de cuero café y una camisa del mismo color, sobre esta llevaba un arco colgado a la espalda junto a un carcaj. Además usaba botas café, algo le decía a Volk que era un aprendiz de magia. No tenía mucho tiempo para pensar más sobre el joven, era cierto que la lluvia se hacía más fuerte y no era algo normal. Miró a Dianthe con el ceño fruncido mientras pensaba, no le parecía buena idea pero tal vez era mejor que el refugio que le mencionó. – ¿Tu qué dices, Dianthe? – Preguntó tratando de no sonar molesto con ella, aunque la situación en la que se habían visto envueltos no lo hacía nada fácil.
Volk Temen- Licántropo Clase Media
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Re: Fiera nocturna {Volk Temen}
El beso era perfecto no solo para Dianthe, la pantera estaba contenta por primera vez en todo su existir no estaba refunfuñeando o culpando a la humana de algo, al contrario, estaba en sincronía con ella, ambas querían y anhelaba demasiado ese beso, esa cercanía del licántropo, nada podía ser más que perfecto ahora, excepto pasar la noche entre sus brazos. Si, eso quería la pantera, no tener que alejarse de él y poder dormir entre sus brazos, que la mirara más que como la chica a la que beso, que la mirara como mujer y la hiciera suya, quería entregarse a él y quizás eso le daría un motivo más a Volk para quedarse cerca.
El beso siguió tanto como debía hasta que sin previo aviso la lluvia rompió a torrenciales sobre ellos, miró el cielo y luego miro a Volk, se quedó fascinada por la forma en que Volk parecía reprocharle al cielo aquello, asintió un poco y pensó que lugar sería bueno, miró para todos lados y luego lo escuchó.- Entonces vamos a ese sitio… yo no se que lugar sería bueno, pero confio en ti- comentó sonriendo, a esas alturas ya no importaba tanto el agua que caía sobre ellos, solo el verlo tan cerca, le hacía resistir la frialdad de la lluvia.
Pero la mirada de la mujer se desvió hacia el hombre que apareció de la nada corriendo y gritando, se aferró a Volk por temor, pensó que sería otro inquisidor que vendría a vengar a sus amigos, pero escuchó los gritos del hombre y Dianthe frunció el ceño ¿De que hablaba? ¿De una maldición? ¿Una gitana? Los ojos de la mujer se posaron sobre los de Volk ¿Qué era lo correcto? ¿Podian confiar en ese hombre? ¿Qué pensaba Volk? Escuchó lo que dijo y desvió la mirada al joven brujo.
-Creo que deberíamos ir con él, después de todo… si es sólo una trampa lo sabremos, pero si no, estaremos seguros…- Susurró tomando su mano y mirando al hombre.- Tu… guíanos a ese lugar… corre..- miró a Volk y sin soltar su mano comenzó a avanzar en dirección hacia el brujo que una vez al escuchar las palabras de la felina comenzó a caminar a paso apresurado. El corazón de Dianthe sentía que iba a explotar, latía con demasiada fuerza, estaba nerviosa ¿De que maldición se trataría? Una gitana involucrada y molesta podía llegar a ser muy peligrosa, y ahora no solo estaba poniendo en riesgo su vida, también la del licántropo.
-Tranquila… estoy alerta, no dejaré que nadie le haga daño…-le aseguró la pantera y por primera vez Dianthe le agradeció, dejando que también ella ocupara parte de su cuerpo, ambas estaban nuevamente en sincronía, la pantera analizaba todo con una velocidad increíble a través de sus ojos y sus oídos, mientras que Dianthe se aseguraba de sentir a Volk cerca, con su mano y su calor, el lugar por el que caminaban era uno que la rubia conocía bien, pero no sabía a que lugar los llevarían.-Dime… De que hablabas allá atrás?.- le preguntó al joven brujo que parecía aterrado mientras caminaban por el bosque obscuro y aun con la lluvia sobre sus hombros.
El beso siguió tanto como debía hasta que sin previo aviso la lluvia rompió a torrenciales sobre ellos, miró el cielo y luego miro a Volk, se quedó fascinada por la forma en que Volk parecía reprocharle al cielo aquello, asintió un poco y pensó que lugar sería bueno, miró para todos lados y luego lo escuchó.- Entonces vamos a ese sitio… yo no se que lugar sería bueno, pero confio en ti- comentó sonriendo, a esas alturas ya no importaba tanto el agua que caía sobre ellos, solo el verlo tan cerca, le hacía resistir la frialdad de la lluvia.
Pero la mirada de la mujer se desvió hacia el hombre que apareció de la nada corriendo y gritando, se aferró a Volk por temor, pensó que sería otro inquisidor que vendría a vengar a sus amigos, pero escuchó los gritos del hombre y Dianthe frunció el ceño ¿De que hablaba? ¿De una maldición? ¿Una gitana? Los ojos de la mujer se posaron sobre los de Volk ¿Qué era lo correcto? ¿Podian confiar en ese hombre? ¿Qué pensaba Volk? Escuchó lo que dijo y desvió la mirada al joven brujo.
-Creo que deberíamos ir con él, después de todo… si es sólo una trampa lo sabremos, pero si no, estaremos seguros…- Susurró tomando su mano y mirando al hombre.- Tu… guíanos a ese lugar… corre..- miró a Volk y sin soltar su mano comenzó a avanzar en dirección hacia el brujo que una vez al escuchar las palabras de la felina comenzó a caminar a paso apresurado. El corazón de Dianthe sentía que iba a explotar, latía con demasiada fuerza, estaba nerviosa ¿De que maldición se trataría? Una gitana involucrada y molesta podía llegar a ser muy peligrosa, y ahora no solo estaba poniendo en riesgo su vida, también la del licántropo.
-Tranquila… estoy alerta, no dejaré que nadie le haga daño…-le aseguró la pantera y por primera vez Dianthe le agradeció, dejando que también ella ocupara parte de su cuerpo, ambas estaban nuevamente en sincronía, la pantera analizaba todo con una velocidad increíble a través de sus ojos y sus oídos, mientras que Dianthe se aseguraba de sentir a Volk cerca, con su mano y su calor, el lugar por el que caminaban era uno que la rubia conocía bien, pero no sabía a que lugar los llevarían.-Dime… De que hablabas allá atrás?.- le preguntó al joven brujo que parecía aterrado mientras caminaban por el bosque obscuro y aun con la lluvia sobre sus hombros.
Dianthe Soiledis- Cambiante Clase Alta
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Fecha de inscripción : 21/11/2013
Edad : 35
Localización : Francia
Re: Fiera nocturna {Volk Temen}
Lo que había comenzado con una suave lluvia en pocos segundos se había vuelto un torrencial. Las gotas de agua caían con más fuerza y frecuencia conforme los tres desafortunados avanzaban hacía el supuesto refugio que prometió el brujo. Volk no pasó por alto las reacciones de Dianthe antes de comenzar a seguir al brujo. Era realmente extraño el hecho de no incomodarle sentirse protegido por la cambia formas, sabía que normalmente debería ser lo contrario, pero por ahora se sentía bien junto a ella a pesar de lo mucho que reprochaba la bestia aquel encuentro.
A pesar de la advertencia de Dianthe que aquello podía ser una trampa Volk se mantenía tranquilo. No le costaba mantener el paso apresurado de ambos, para él era casi como vaguear por las calles cuando no tenía trabajo que hacer. Sin embargo, su semblante se mostraba serio, alerta, cuan asesino acechando a su presa.
– La maldición de la gitana... Hace unos meses predijo una lluvia torrencial tal como esta después de la luna llena – Hablaba el humano agitado mientras se encaminaba por un sendero que poco a poco iba tomando forma de riachuelo. – Dijo: cuando salga el sol el cielo llorará las muertes de la noche trayendo consigo el olor de aquella noche – Terminó de decir mientras avanzaba a paso pesado por medio del fango, encaminándose a una pequeña casa que tenía pinta haber sido construida hace poco.
Volk se quedo observando la casa mientras apretaba la mano de Dianthe con algo de fuerza. Había algo que no le olía bien pero le preocupaba más encontrar un refugio seguro para la mujer que le acompañaba que cualquier otra cosa. – Algo parece fuera de lugar – Susurró sabiendo que el humano no podría escucharle pero si Dianthe. – Con esta lluvia no llegaremos muy lejos de todas formas, ¿qué dices? – Preguntó mientras detenía el paso de Dianthe y le miraba a los ojos, solo hasta entonces sonriendo levemente.
El humano llegó a la puerta primero, la distancia no era mucha aunque a Volk no le importaba ni la maldición de la que hablaba ni la gitana que se encontraba en esa casa. Lo único realmente importante para él en ese momento era proteger a la mujer que tenía en frente.
A pesar de la advertencia de Dianthe que aquello podía ser una trampa Volk se mantenía tranquilo. No le costaba mantener el paso apresurado de ambos, para él era casi como vaguear por las calles cuando no tenía trabajo que hacer. Sin embargo, su semblante se mostraba serio, alerta, cuan asesino acechando a su presa.
– La maldición de la gitana... Hace unos meses predijo una lluvia torrencial tal como esta después de la luna llena – Hablaba el humano agitado mientras se encaminaba por un sendero que poco a poco iba tomando forma de riachuelo. – Dijo: cuando salga el sol el cielo llorará las muertes de la noche trayendo consigo el olor de aquella noche – Terminó de decir mientras avanzaba a paso pesado por medio del fango, encaminándose a una pequeña casa que tenía pinta haber sido construida hace poco.
Volk se quedo observando la casa mientras apretaba la mano de Dianthe con algo de fuerza. Había algo que no le olía bien pero le preocupaba más encontrar un refugio seguro para la mujer que le acompañaba que cualquier otra cosa. – Algo parece fuera de lugar – Susurró sabiendo que el humano no podría escucharle pero si Dianthe. – Con esta lluvia no llegaremos muy lejos de todas formas, ¿qué dices? – Preguntó mientras detenía el paso de Dianthe y le miraba a los ojos, solo hasta entonces sonriendo levemente.
El humano llegó a la puerta primero, la distancia no era mucha aunque a Volk no le importaba ni la maldición de la que hablaba ni la gitana que se encontraba en esa casa. Lo único realmente importante para él en ese momento era proteger a la mujer que tenía en frente.
Volk Temen- Licántropo Clase Media
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Fecha de inscripción : 20/12/2013
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