Wake me up, I'm living a nightmare (Drake Ende)

por **Alexia Voltaire** Sáb Ene 04, 2014 7:20 pm

Recuerdo del primer mensaje :

"Alexia: Abuelito, habla conmigo... Me ahogo.
Abuelo: Eso no es nada, ocurre antes de la muerte, palomita. No te preocupes. ¡Espera! ¡Cuando te mueras, descansarás! No necesitarás nada, no debes tener miedo. ¡Silencio, tranquilidad! La muerte lo tranquiliza todo, nos acaricia. Dicen: "¡Cuando te mueras descansarás!" Y es verdad, querida, ponte aquí, ¿Donde vamos a descansar?
Alexia: ¿Y que pasará allí? ¿También habrá tormentos?"

La joven abrio los ojos de golpe y unas gotas perladas le empapaban la frente. Respiraba agitada pero se mantenía inmóvil como si ya estuviera acostumbrada a ello pero de todos modos le causara cierto ardor. No obstante, estaba en una especie de sopor que hizo que cerrara los ojos de nuevo y volviera a soñar. En esta nueva ocasión, pudo ver a un gigantesco buitre que agarraba a una pequeña de las ropas con sus garras amarillas, salía por una ventana rota y se perdía en un cielo cargado de densos nubarrones. La despertó el ruido de la tormenta, el viento azotando los árboles, la lluvia sobre el techo, los relámpagos y truenos. La bruja abrio los ojos e intentó ver el techo en medio de la penumbra. Encendió una vela que tenía junto a ella y la sensación de ir en un barco a la deriva le produjo un mareo que la obligó a tumbarse nuevamente. Se quedó boca arriba, inmóvil sobre aquella tabla en medio de una cripta de cementerio. Calculó que a unas pocas cuadras habían lugares para recorrer y distraer su mente pero se le pasó el tiempo escuchando la tormenta y pensando en el pajaro enorme y negro y en su madre, esa que esperaba como golpes de tambor a que su hija flaqueara para poder dominarla, esperaba de la misma manera en que su corazón latía en aquél momento. Todavía estaba enredada en las imágenes del sueño.

Habría pasado una media hora, eran alrededor de las nueve y media de la noche, hora de levantarse. Decidió que ése será una noche fatal, una de esas noches en que más valía quedarse encerrada todo el día porque todo salía mal. Los sueños parecían augurar a la muerte, como si la rondara y le diera el aviso de su visita sin motivo alguno. Pero la bruja de cabellos pálidos creía también que su único alivio era escapar, salir a correr a donde fuera hasta quedar sin aliento y como si al ahogarse ella sin morir, pudiera ahogar también el aliento fétido de la muerte. Pero de nuevo llovía y llovía, como desde hace una semana, era un verdadero diluvio en el que no podía salir con su gato porque lo había mordido un venado y no podía moverse. Lexi pensaba que tenía a la mascota más bobalicona de la historia, un felino de contextura delgada y mirada asesina mordido por un venado... en sus dos años de vida lo habían atacado un mapache, el perro del señor de la panadería y ahora un venado, sin contar las ocasiones en que lo rociaron los zorrillos y hubo que bañarlo en salsa de tomate para amortiguar el olor. Lexi salio de su "cama" y se abrigó apenas tiritando, no tenía calefacción y entre ella y el animal no alcanzaban a tibiar un lugar tan frio y oculto.

A la hora de salir, la joven no salio de muy buen humor y no tuvo ánimo para disfrutar del sendero hacia el parque de diversiones. Parecía que se llevaba la contraria al ir a un lugar así con semejante enojo y sobre todo porque la lluvia empezaba a mojarle los cabellos, el rostro y las ropas mientras ella caminaba con pereza y pateaba piedras por todo el camino.

-¿Cuando me vas a llevar, mamá?- preguntó Alexia, intentando que el espíritu de su madre apareciera con una respuesta.
-¡Cállate, tonta.! Como si no supieras que no te quiere- le parecio escuchar de una voz risueña.
-¡Mentirosa!¡Sí que me quiere!- chilló la bruja y caminó con mayor rapidez mirando al piso y frunciendo el ceño con todas sus fuerzas. -Eres una mocosa que no sabe nada- refunfuñó de nuevo y haciendo un puchero se metio las manos al bolsillo y apuro el paso para llegar al parque. No quería escuchar nada, no quería enojarse más porque no le gustaba y por eso se quería meter al parque como si el sólo lugar le pudiera contagiar un mejor ánimo.

Como era de esperarse ya no había nadie, pero no podía sacar de su cabeza esa falsa necesidad de estar allí y tal vez encontrar un lugar más cálido donde pasar el resto de la noche. Podría caminar, al menos eso le mantendría el calor, el problema era que le faltaban las ganas. Como pudo, se abrio paso al interior a través de un agujero incómodo por el que incluso se enredo el delgado saco de lana de llevaba y tras unos 30 segundos de caminata tuvo que volver tras sus pasos y liberar aquél enredo del alambre. Hasta ahora, sus augurios parecían ciertos y sus premoniciones inescapables y caminó con la cabeza baja mientras hacía pequeños nudos con la delgada lana que se había enredado hace poco. -Si vas a venir por mí, muerte, pues ven ya, que tengo frío y sueño y si me da pereza ya no querré nada. Eres una lenta...- murmuró sin detener su paso y sin mirar hacia ningún costado.

por **Alexia Voltaire** Sáb Sep 06, 2014 10:43 pm

"Esta es la triste historia de alguien que no cambió, y a quien sin embargo ya no miraban igual..."

Sus horas de sueño eran pocas por más que ella no tuviera como contarlas y, tampoco deseaba dormir tanto si tenía que hacerlo en el incómodo lugar de costumbre. –No, siempre duermo después de que sale el sol y cuando despierto todavía está ahí pero se está despidiendo, o sea cuando se pone como naranja- ¿Recordaría él el atardecer? Por un momento pareció dispersa cuando se preguntó a sí misma eso, pero de pronto volvió la vista a Drake como si sencillamente hubiese entendido tarde la mitad de su frase -¿Otras circunstancias? ¿Cómo cuáles?- quiso saber. –De todos modos todos estamos locos, eso me dijo… mmm, no recuerdo, alguien que no sé- soltó una risita y juntó tantas frases que mezclaba conversaciones y las hacía encajar a su manera. Lo mismo le iba pasando a su mente.

-Él es extraño pero es muy dulce, si le acaricias tras las orejas ronronea y se frota alrededor de tus piernas durante un buen rato. Bueno, eso hace conmigo- le sonrió de inmediato, verlo a él reírse de un modo que no creyó posible en un primer encuentro le gustaba mucho y siempre le buscaba los colmillos con la mirada como si no pudiera evitar esa extraña curiosidad. –Ya quiero que se conozcan, no importa si es sueño o no, pero será lindo- supuso ella con su tono de voz mezcla de despiste y ternura. –Si nos visitas por la noche está bien, no dormimos a esa hora, sobre todo porque él es muy juguetón y me termina saltando encima por cazar animalitos- sus dedos se movieron como si representaran pequeños gusanitos que se acercaban a Drake a la altura del pecho. –Una vez lo desperté todo el día para que aprendiera a dormir de noche pero se enojaba, al final ya mejor duermo con él cuando quiere- se encogió de hombros y se haló las mangas del saco gris para que le cubriera un poco más las manos.

-Las amarillas saben más agrio- dijo frunciendo el ceño –Pero ya no querré más, estos pastelillos saben tan delicioso que ya no quiero probar otra cosa- miraba todo con embeleso, pero era obvio que su delgada figura necesitaba más que postres si es que pretendía durar un par de años más sobre la tierra. Alexia era de un comportamiento extraño, parecía detenida en el tiempo por estar atrapada en una eterna fase de negación al abandono temprano por el que tuvo que pasar. Cuando estuvo internada nadie explicaba nada y sólo las visiones le permitían tener un ambiente diferente aunque por supuesto no más sano. ¿Qué pasaría conforme pasara el tiempo? El interrogante permanecería hasta que llegara el momento de ver a una Alexia envejecida o al menos con un par de años más por delante. ¿Se comportaría como una mujer entonces? Los hechos que podrían lograrlo eran desconocidos y ni siquiera ella misma podía reparar en aquello cuando la mente le jugaba malas pasadas. La mente y su madre o esa doble personalidad de la bruja que en algún momento podría terminar combinándose y dando un resultado cualquiera sobre su vida entera.

Cuando cambiaba, los dones eran más fuertes, una extraña ira parecía crecer dentro de ella buscando controlarlo todo y no ser interrumpida ni arriesgada. No importaba con quien estuviera, siempre que aquello aparecía le daba al otro la alarma de lo más extraño que podía poseer la joven bruja. En el fondo no quería activar ninguna barrera para Drake, de hecho le había gustado su cercanía todo el tiempo, pero las voces afuera la perturbaban de tal manera que le habían encontrado el punto de quiebre a su descontrol. –Si quieres mirarlos ¿Por qué no lo haces? ¿No creen tener ustedes el control de todo por ser inmortales?- respondió la voz más madura que podría llegar a escucharse en ella y que distaba cada vez más de la dulzura primera. Las manos de la jovencita se afianzaron con más firmeza al suelo en el primer basta emitido por él, como si la instara a seguirlo haciendo mientras afuera se sentía el viento que movía la carpa con el desespero de los muertos. Las uñas terminaban de deshacerse arrancando la piel de las yemas de sus dedos. No parecía dolerle, al menos no en la expresión de su rostro, porque más allá de los gestos fríos, caían lágrimas sobre el suelo como si ella no las sintiera y fueran una especie de escape en el que no reparaba. De pronto, sus manos fueron detenidas con fuerza y el viento afuera cesó al instante. El frío se posó en su piel y levantó la mirada hacia él, quien ya estaba de rodillas a su lado y que con voz imperativa le decía que parara. -¿Qué?- preguntó retomando la voz inicial como si despertara y el ardor le desvió la mirada hacia sus propias manos –Me duele…- susurró mientras los ojos se le llenaban aún más de lágrimas que le corrían a grandes gotas por las mejillas. –Tengo que irme- musitó mientras se levantaba de súbito y emprendía el escape hacia afuera, a la intemperie donde correría de nuevo.

Sea lo que fuere que hizo, la calma habían vuelto y ya no habían otras voces más que la suya propia y la del inmortal que recién conocía. Pero tenía claro que debía desaparecer y que si no era ella, él partiría ¿Quién querría quedarse con alguien que se comportaba de un modo tan inusual y enfermizo? la experiencia en esas situaciones le hablaban a la bruja y no quería de nuevo sobre sí las miradas extrañas que la sabían diferente, extraña, molesta, enloquecida y hasta peligrosa. Tampoco quería las burlas que le retumbaban en la mente cada vez que pensaba en ellas. Era por todo eso que vivía de noche, como si fuese un vampiro o quizás un indeseado. De algún modo, sin saber con exactitud que había pasado, creía que lo mejor sería de nuevo desaparecer y guardar esa noche como el mejor de sus recuerdos.

por **Konrad Zhivago** Dom Sep 14, 2014 9:15 pm

“Te prometo, no dejarte nunca”

Un encuentro no buscado, una paz que creía inexistente para él. Todo eso encontraba con aquella bruja que no estaba tan cuerda como otras personas pero que sin embargo le mantenía ahí a su lado. Más que cualquier otra persona, calmaba las torturas mentales y preocupaciones de Drake con cada cosa que decía y preguntaba. Su imaginación también cooperaba a distraerse en ella, pues era capaz de imaginarle en cada una de los aspectos de su vida que relataba y eso le enternecía, algo que pensaba no era capaz de lograrse en él nunca más. Le fascinaba hasta el modo en que le explicaba las cosas, como si fuera una niña pequeña que habla con alguien que desconoce todo. Drake podía recordar aún el atardecer, pero en el fondo sabía que eso no le duraría para siempre.
– Ya veo, entonces duermes bastante – sonrió y negó a sus preguntas. No planeaba hablar de la muerte teniendo su compañía, no buscaba esa clase de charlas con ella pese a que estuviese todo el tiempo rodeada de cadáveres – Solo otras circunstancias, luego te las diré – se echo a reír– Tiene razón quien haya hablado contigo, todos estamos locos – y él estaba más loco que nunca; todo por ella.

– Nos conoceremos porque ya te dije que no soy un sueño, soy real así que deja de decirme que no soy real o comenzare a creerlo – le pellizco la nariz con suavidad, le gustaba el contacto con Lexi por mínimo que fuera – Yo solo puedo visitarte de noche, así que es seguro que ahí estaré para cuando despiertes – y lo estaría todas las noches si es que ella se lo pedía o le daba la aprobación para algo así. Rió al ver la mano de la bruja hacer como si fueran animalitos y de manera juguetona le dio un golpecito suave – ya me imagino como es que hace; pero igual quiero verlo ya que es especial para ti.

No pensaba decirle nada más a Lexi, pero ya decidía que también le llevaría pastelillos cada vez que le fuera posible, le daría la comida que ella pidiera aunque fuera lo más extraño del mundo como flores. Lo único que esperaba Drake era ser capaz de hacerla feliz, tan feliz como ella lo mereciera; aunque era más bien dicho, como él creyera que la bruja lo merecía. Estaba embobado con ella, era imposible negárselo a si mismo y quien le viera observando a Alexia, si que alguna vez alguien les veía, podría notarlo. El inmortal no planeaba negarse las cosas, disfrutar de todo aquello que le pareciera lo correcto, Lexi era parte de eso.

La paz, la agradable sensación de Lexi cerca de su cuerpo muerto desapareció por la interrupción de aquella otra Alexia que le hablaba de una manera más ruda, era más fría y realista ante las cosas que le rodeaban; en el fondo, allá donde ya no podía escuchar la voz de Drake seguía siendo la misma bruja que antes estuviera aterrada por las voces fuera de la carpa.
– No tengo el control de todo, no digas esas cosas sino sabes de que hablas – le retaba con molestia; aquella parte que le hablaba no era más que pura cobardía que se daba aires de valiente. Pese a eso no permitiría que le hiciera daño a aquella mujer que le recordaba tanto, que por primera vez en mucho tiempo le daba esperanzas y le hacía sentir más vivo que cuando realmente lo estuviera. Ante su agarre firme y la voz que ordenaba a aquella Alexia que abandonara las intenciones de dañar a la bruja y de hacerse la valiente, fue que se percato de nuevo de los latido que le gustaban y sus ojos miraron con atención a la bruja que volvía ser ella misma.
– Hola de nuevo – susurro apenas antes de soltarle las manos, creyendo que era el mismo quien le hacía daño – ¿Te encuentras bien? – su pregunta no tuvo respuesta, solo un rápido movimiento de la bruja que se alejaba de él, salía de la carpa aquella y comenzaba a correr.

– ¡LEXI! – grito al verla partir y se quedo estancado en su pose, sin poder reaccionar al instante. Parte de él le grito que fuera tras ella y otra parte le dijo que le dejara que se tranquilizara. De no ir tras ella ¿Volvería a verle? La idea de no hacerlo le aterro y fue por eso que corrió ayudado por la velocidad que poseía para llegar frente a ella y detenerle por los hombros – Hey tranquila, si debes irte te acompañare, no salgas corriendo de esa manera y… – el aroma a sangre, a lágrimas y cierto dolor en su mirada que no podía ignorar le llevo a abrazarla de manera suave – Todo esta bien Lexi, no huyas de mi, somos amigos y si sales corriendo de esa manera me haces pensar que me odias – la separo de él y le sonrió – ¿Te duelen mucho los dedos? – y sujetando una de sus manos la llevo a la altura de su rostro y lamió la sangre de uno de sus dedos. Agradecía haberse alimentado hacía poco, porque la sangre de la bruja era deliciosa, más que la de cualquier otra persona de la que hubiera bebido en alguna ocasión – ¿Quieres que te acompañe a casa? Puedo ir contigo un poco más antes de que salga el sol – hablaba con calma, sin alejarse de ella. Drake sabía que el amanecer no debía estar tan lejos, pero no iba a irse del lado de la bruja, no hasta que supiera que estaba bien… que ambos lo estaban.

por **Alexia Voltaire** Miér Sep 24, 2014 2:12 pm

"Parecía que él estaba en todos los lugares donde me gusta esconderme,
cuando juego a ser sólo yo"

Sonrió y se cubrió la boca con una de sus manos conteniendo una risita –Eres un sueño- bromeo y soltó una carcajada sin retirar la mano de su propio rostro. La primera impresión de Drake había desaparecido por completo y sentía que se conocían de hace mucho. Era como si él no se molestara con ella por más tonterías que dijera o por más que le llevara la contraria. Cuando le palmeó la mano con la que fingía gusanitos, se rió aún más y escondió ambas manos tras de sí.

¿Cómo era que Drake estaba tanto tiempo con ella? Sonreía como si nada, como si las rarezas tan típicas de la bruja no le molestaran sino que les encontrara gracia alguna y quisiera darles más y más cuerda. Pero si no eran sus comportamientos raros, seguro que lo sería esa actitud maligna que la tomaba por momentos y que repelía al vampiro por completo. Por eso adentro de la carpa y con la presencia de los espíritus todo se volvió otra cosa.

-Tengo más años que tú, vampiro. Sé muy bien de lo que hablo- respondió de mala gana la voz madura y con ello revelaba que no era la muchachita con la que se había encontrado al principio sino que era algo con mucho más conocimiento que ella, alguien mayor que ambos pero que no revelaba nombre verdadero ni edad. Era un desafortunado suceso que se repetía con cierta constancia y que dejaba a Alexia más enloquecida porque no recordaba casi nunca lo que sucedía en esos estados. En muchas ocasiones resultó en lugares diferentes, maltratada, sin saber qué había pasado, ni nada. Esas lagunas mentales eran lo que realmente la enloquecían. Eso y las voces que la atormentaban y que no hacían sino augurar la presencia del espíritu más fuerte que tomaba posesión de la joven bruja. Por eso había salido corriendo.

Corrió lo que pudo, lloraba y corría sin detenerse. Se sentía mal ¿Es que acaso nunca podía ser feliz? Sus buenos recuerdos se empantanaban de situaciones como esa y por eso todos la terminaban abandonando, excepto Canelo y sus muertos que no tenían a donde irse. Prácticamente no veía a donde corría, sólo seguía haciéndolo y fue así que chocó con el duro pecho de Drake, aunque no era tan duro como creía. Era probable que su juventud como vampiro no lo hiciera sentir aún como una completa roca. Él la sostuvo por los hombros, pero Alexia hizo caso omiso de sus manos que la apartaban y se abrazó a él como si lo necesitara. Lloró así, en su pecho. Lo hizo como si le doliera más de lo que realmente sentía y era casi de ese modo, porque en ese modo de llorar pretendía despedirse de él. Duró así un buen rato y luego se separó para mirarlo con esa cara de cachorro perdido que solía poner a veces. Sorbió por la nariz por el efecto del llanto y se limpió el rostro con una de las mangas de su saco. –No... no te odio- gimoteó. –Pero ella sí- ¿Sabría él que se refería a la otra entidad? Alexia no recordaba nada, pero en el fondo sentía que no lo toleraba y no sabía cómo explicarse aquello. La de apariencia inocente si quería a Drake a su lado, pero era mejor no hacerse ilusiones.

Cuando él le preguntó por sus dedos levantó ambas manos y se las miró –Ajam- asintió. Sonrió cuando él le tomó la mano y limpió sus dedos con la boca haciéndole sentir cosquillas. Ella se sonrió, pero poco le duró la sonrisa de inocencia porque luego volvió a mutar y sonreía de un modo aterrador. –No quiero que la toques- susurró –¡MALDITO VAMPIRO!- gritó y de nuevo activó de tal modo su barrera que obligaba a Drake de un golpe a irse hacia atrás. –Quédate hasta que salga el sol y hasta que te mueras. No te le acerques, la vas a matar, sé cómo te brillaron esos ojos de predador cuando la probaste. Espero que te mueras pronto- mencionó y sonrió de nuevo. Pero entonces cerró los ojos con fuerza –No- sollozó de nuevo la voz dulce y de nueva cuenta arrancó a correr.

Ese "No" había parecido repeler a la presencia maligna, como si en esa ocasión si pudiera escucharla mientras ella se aferraba a permanecer con Drake ¿Cómo era posible eso? era la primera vez que sucedía pero no habían cuestionamientos ni explicaciones. Alexia corría no por ella, sino por él. Corría más deprisa para que nada lo lastimara o hasta para que él no terminara matándola en una confusión. Seguía corriendo porque quería verle otra vez en otras circunstancias o para mantener en la memoria el recuerdo de un vampiro que se había comportado como si la quisiera por más que acabara de conocerla. Alexia llevaba años sin sentir afecto de otro más que de su gato. Drake representaba el despertar de sus pesadillas por más que estas parecieran correr detrás de ambos.

por **Konrad Zhivago** Vie Oct 10, 2014 7:37 pm

“Resistiré cuanto sea, porque deseo estar a tu lado”

Más que un sueño, se consideraba a si mismo en muchas ocasiones como una pesadilla. De poder, habría dicho eso a Alexia, pero la veía tan feliz que le era imposible destruir esa burbuja de perfección y paz que se generaba cerca de ella. Era también esa sensación de paz y seguridad lo que mantenía tan anclado a Drake a mantenerse cerca de ella. Lexi era la gravedad que le mantenía atado a ese mundo, la razón por la cual no se hubiera lanzado al sol a si mismo desde que se viera a si mismo como una de esas criaturas oscuras. Unicamente necesito verla para darse cuenta de eso y de que era capaz de permanecer a su lado simplemente mirándole sonreír, solo con eso sería feliz él mismo.

Hasta cuando Lexi se mostraba oscura, con aquella posesión que la hería y no le dejaba ser ella misma. Tenía la extraña necesidad de defenderle, hasta de ella misma o de lo que fuera.
– No me importa cuantos años tengas realmente, solo quiero que la dejes en paz y no lastimes a Alexia – estaba ahí con la única misión de protegerla; se lo dijo antes y ahora estaba ahí confirmandolo. Alejaría cuanto pudiera y como pudiera todo aquello que amenazar a la joven bruja pero no se consideraba a si mismo como un peligro para ella, cosa que era lo que intentaba demostrar el espíritu que había tomado posesión del cuerpo femenino. De un segundo a otro, Lexi regreso a ser ella misma y salió huyendo de él. ¿Por qué huía? Él estaba consciente de que no era culpa de la bruja aquello que pasaba, el espíritu le dio lo necesario para que supiera que ella no lo hacía intencional y por eso, le siguió.

Alcanzo a la bruja pronto, no era complicado que alguien como él diera alcance a una mortal que se esforzaba por evadirle. Sonrió al saber que no era rechazado por ella.
– Tranquila Lexi, no llores que me pondré triste – busco la manera de consolarla, de hacer que se sintiera mejor y evitara pensar en lo que sucediera dentro de la carpa. Él no sufriría daños por cosas como las que hacía el espíritu en su interior y era por eso que no creía en la necesidad de ella de mantenerse huyendo si al igual que él, le agradaba la compañía del otro. Le observo con ternura, aquella forma de mirarle le provocaba una ternura que no podía comparar con nada en el mundo y le sonrió para que descansara de sus pesares – Bueno pues, no me interesa que es lo que ella piensa, solo lo que pasa contigo y si tu no me odias entonces estaré bien. No quisiera que tu me odiaras, eso si, no lo toleraría – expresaba eso con sinceridad. Todo cuanto pasara sería soportable si es que podía estar al lado de la bruja que tanta paz le brindaba y le hacía sonreír sin dificultad alguna.

Su idea al lamer la sangre de los dedos de Alexia no había sido con fines de alimentarse. Había sido un arrebato del momento por hacerle sonreír o sentirse mejor y aunque en un inicio funciono, no espero lo que sucedió a continuación, cuando la barrera de la bruja le hizo retroceder.
– ¿Lexi? – la voz fuerte y la manera en que se dirigió a él le hizo mirar firme en dirección a la bruja – Voy a tocarla siempre que ella me lo permita, tu no deberías entrometerte en eso – No estaba del todo seguro que desafiar aquella fuerza fuera la mejor de las soluciones pero era lo que sentía que debía hacer – Solo me quedaría hasta que salga el sol si es por Lexi y no pienso matarla, de quererlo, lo hubiera hecho desde un inicio así que déjame estar con ella y largate – sus palabras no afectaban en nada aquella mitad oscura que parecía tan empeñada en alejarlo de la adorable bruja. Nuevamente sucedió algo que no creyó posible y Lexi se vio libre de la posesión para salir corriendo de nueva cuenta.

No espero tiempo y fue tras ella de nueva cuenta, quería que la bruja se diera cuenta de que nada iba a hacerle daño a él y que estaría a salvo de lo que el espíritu pudiera hacerle. La alcanzo pronto, le tomo de la mano y la detuvo soltando a la bruja al instante, solo requería de su atención.
– Lexi, estoy bien. Estamos bien, de verdad que no debes correr, no te alejes de mi – sonrió con las ganas de abrazarla de nuevo, pero se mantuvo a raya para hacer que aquel espíritu no interviniera nuevamente – Sabes que no voy a dejarte ¿verdad? Te prometo que seremos amigos y que te daré todo lo que pueda. Nunca voy a hacerte daño aunque sea algo que podría hacerlo en el momento que deseara – ladeo el rostro sin dejar de mirarla. Parecía sufrir al igual que él, pero no era capaz de dejarla ir así, sin decirle cuanto le importaba y que estaría a su lado pese a todo – Te acompaño fuera, prometo mantenerme al margen y no tocarte ¿Te parece? – sonrió, esperando que le permitiera al menos eso hasta que se repitiera su encuentro.

por **Alexia Voltaire** Dom Oct 19, 2014 5:43 pm

"Me has ganado poquito a poco, tú que llegaste por casualidad"

–¿Crees que me importa lo que pueda querer alguien como tú? Egocéntrico ¿Qué vas a hacer? Matarme? – rió a carcajadas y se acercó más a él, sin temor alguno. –Soy yo quien toma posesión de este cuerpo. Lo que hagas a esta carne le dolerá a la ingenua. Así que no estás en condiciones de pedir nada– era cierto, no había manera de atacar y quizás la única que podía era Alexia desde el interior, desde el centro de lo que realmente era ella.

Y por primera vez lo hacía, por el mero hecho de pensar que ese vampiro que tan raramente le gustaba, podría morir. Lo peor es que al volver en sí, podía ser la culpable, como si fuera el arma aunque la operara otro. De algún modo se dejaba alcanzar, ella era como la lágrima de quien no quiere dejar de jugar. –Yo quiero que te quedes, pero me voy y me voy para que no te haga nada– susurró entre respiraciones ahogadas producto de su llanto, de la carrera, de la lluvia.

Pero el espíritu no los dejaría en paz, iba a venía abruptamente como si el cuerpo de Alexia fuera más de lo desconocido que de nadie. A Drake podría resultarle extraño, como a cualquiera, pero lo que él no imaginaba es que su presencia alteraba a ese ente como no sucedía hace mucho tiempo. Por lo general aparecía en alguna situación de riesgo de Alexia, pero jamás iba y venía en intervalos de tiempo tan cortos. Ese inconveniente dejaría exhausta a la bruja cuando todo terminara y seguramente dormiría durante muchas horas pese a la incomodidad de sus aposentos. –Ella es una idiota ¿Qué no te das cuenta? Debiste notarlo cuando la besaste y ella reaccionó como una nena de jardín que no entiende nada ¿Qué quieres de ella? ¿Besarla hasta que entienda? ¿Engordarla a punta de postres para que también sus venas se ensanchen y puedas beber más? Jaaa. Estás perdiendo el tiempo por nada– espetó burlona haciendo que el rostro de Alexia se viera más fuerte al igual que su postura. –No te ilusiones, voy a quedarme con este cuerpo pronto. Como sea ella morirá, así que no será para tu deleite. Lárgate o haré que te arrepientas. Si te ataco, perderás, si me atacas, perderá Alexia…– apretó los dientes con fuerza, con rabia y fue en ese preciso momento que la dueña de aquél cuerpo indeleble volvió en sí y salió a correr de nuevo hasta que él la alcanzó. –No, no, vete tranquilo. No voy a odiarte, lo juro, pero ella quiere hacerte daño– dijo lloriqueando de nuevo y tan avergonzada que no podía verlo a los ojos otra vez.

Quiso correr, pero el huir de nuevo le hizo pensar que de veras no volvería a verlo y no soportaba la idea. No lo hacía porque era increíble que luego de todo lo sucedido se mantuviera ahí, queriendo estar a su lado, sin culparla de cada amenaza o barrera aplicada para alejarlo. Sin pensarlo demasiado se abrazó a él con fuerza –Ya me voy a ir, vete tú también. Yo sé que eres bueno aunque ella me diga que no. Gracias por todo y perdóname ¿Sí? – masculló separándose de él sin verlo aún. –Estaban muy ricos los pasteles. Fuiste un sueño lindo, Drake– se estiró un poco, le besó en la mejilla y esta vez sin correr, avanzó hacia el cementerio pateando piedritas en el camino para evitar pensar en el ardor de sus manos y sobre todo de su corazón.

Se sentía mal por Drake, era como si ella misma lo hubiera echado luego que él la hubiera hecho feliz entre postres e incluso el par de besos. Se había sentido gratamente protegida también, pero el cómo había terminado todo no era sino un mal presagio. Ella sabía bien que el vampiro no quería matarla, de lo contrario lo hubiera hecho hace mucho. Alexia parecía una dulce combinación de las risas de un niño y de sus gritos. Drake era las nubes de un día que fue soleado pero que le recordaban que vivir no era tan malo. Era la inercia y el impulso y quien acariciaba las cicatrices que dejaban las piedras en las rodillas de la bruja. Pero el que juega con toboganes también se quema. La bruja suspira, no lo quiere dejar ir.

Perdería al sol por su compañía; al cementerio, su lugar de paz, por un abrazo que le hacía creer que él sólo podría romper al mundo; compartiría su sangre, si a cambio le viera esas sonrisas que hasta le quitaban el hambre. Alexia, era un absurdo completo.

por **Konrad Zhivago** Sáb Nov 08, 2014 9:25 pm

“Pero esta no es una despedida, es un hasta pronto”

Aquel espíritu que tomaba posesión del cuerpo de Alexia tenía razón en algo clave. Drake no podía hacerle daño porque de antemano sabía que hacerlo solo traería dolor a Alexia, aquel ser no existía solo ocupaba el cuerpo de la bruja que al regresar a tomar consciencia de lo que era se encontraría quizás herida o llegaría incluso a no despertar jamás. La frustración que enfrentaba en esos momentos era absoluta. Estaba ahí, dispuesto a proteger a Alexia de todo y pese a sus deseos no era capaz de acercarse sin provocar en el espíritu un estallido de ira que le alejaba cada vez más de ella. no tuvo nada que decir, no existía manera alguna de refutar las palabras del espíritu que hablaba con seguridad, con la certeza de que Drake no intentaría atacar a Lexi.

En una lucha interna que el inmortal no alcanzaba a comprender, Alexia se liberaba de aquella existencia oscura y volvía a ser ella misma en un intento de mantenerle a él alejado de aquella oscuridad que de a poco trataba de comérsela hasta que no pudiera regresar más al lado del vampiro y aquella existencia que no tenía ya cuerpo en la tierra, ocupara el lugar de Lexi.

Sufría de ver los cambios en abruptos a los que estaba siendo sometida la bruja y aunque todo parecía ser su culpa, no deseaba separarse de ella. Dentro de él, algo le decía que lo mejor era dejarla partir, que se fuera y no encontrarse nuevamente para evitar que sufriera de aquella manera, sin embargo, sabía a la perfección que eso ya no era posible. El espíritu que estaba haciendo de las suyas apareció por un motivo, mantener alejado a Drake quizás porque estaba consciente de que él, de alguna manera un tanto retorcida y poco común, le hacía bien a Alexia. Que la bruja estuviese bien, alejaba la posibilidad de que algún ente se apoderará como deseaba de aquel cuerpo.
– No es idiota, ella no es idiota – lo dijo con seguridad, manteniendo la distancia de aquel cuerpo humano con espíritu fuerte – Claro que noto que ella es diferente y es por eso que estaré a su lado. No para besarla hasta que entienda ni para alimentarme de ella, solo estaré a su lado – rió, observando el burlón rostro que aparecía en la cara de su preciada mortal – No estoy perdiendo el tiempo, tiempo es lo que más me sobra en esta vida así que, estoy dispuesto a pasarlo al lado de ella – No supo que tan cierto o que tan mentira era lo que decía aquel espíritu. Lexi lucía frágil, enfermiza y vulnerable. No sería una sorpresa que su cuerpo mal cuidado terminara por sucumbir a alguna enfermedad o alguna inclemencia del clima y con todo eso, Drake se negaba a creer que ella abandonaría el mundo de los vivos. Si él no murió cuando debía, seguro que Alexia también podía resistir mucho más tiempo.

– Ella no va a hacerme nada, me preocupo más por ti. Promete que te cuidaras mucho – Lexi regresaba a él, forzaba su cuerpo para expulsar aquello que se apoderaba de su ser y lo hacía ahora para despedirse de él. El amanecer no estaba tan lejano y nunca le había importado menos que fuera tan cercana la posibilidad de la muerte. La bruja era ese momento de paz que se extendía por el tiempo que su presencia se mantuviera y con su cálido abrazo, Drake no pudo más suspirar y regresarle suavemente ese gesto – Me alegra entonces que sepas que no te haría daño, porque de verdad no lo haría – sonrió y le beso la coronilla – Claro que te perdono, porque ni siquiera es tu culpa lo que ha pasado así que no pienses más en eso – se alejaron y pese a que el inmortal la miraba, los ojos de Lexi se encontraban lejos de los suyos y tras sus ultimas palabras y el beso en la mejilla, comenzó a andar en dirección a lo que el supuso sería el cementerio – Y tu eres la realidad más hermosa, Lexi. Ya nos veremos de nuevo – hablo ya cuando la joven no podía escucharle. No quería que lo hiciera porque planeaba verla nuevamente, demostrarle que sin importar lo que sucediera estaría ahí para ella.

Alexia era la criatura más misteriosa y hermosa con la que Drake, humano o inmortal se había topado alguna vez. No estaba dispuesto a renunciar a ella sin importar contra que debiera de luchar para estar a su lado. Se mantuvo de hecho ahí, inmóvil observando en dirección a donde Lexi antes desapareciera andando y solo cuando creyó tener apenas el tiempo justo para volver a la oscuridad, se alejo. Tenía un motivo por el cual cuidarse a si mismo, y ese motivo era inocente, dulce y vivía en un cementerio al lado de cadáveres y un gato de nombre Canelo. Ese motivo pues, llevaba el nombre de Alexia.

TERMINADO

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Wake me up, I'm living a nightmare (Drake Ende)

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