----Oh!, Dear insanity---- {Kvothe du Roux}

por **Aelric Ecrivain** Vie Ene 10, 2014 11:39 am

El viento estaba soplando fuertemente, sentía heladas gotas golpear mi cara, no estaba seguro si era yo quien se tambaleaba o si era esa lúgubre imagen de una población en ruinas que se meneaba incesante.
Lo último que recordaba antes de llegar allí era una especie de celebración, si, eso era, porque Cloude me había hecho socio, yo todos esos borrachos que venían cada noche a la taberna se habían quedado al cerrar, casi acabamos con las existencias del licor. Normalmente me siento seguro trabajando allí, aún cuando no era parte importante del negocio, Cloude me permitía beber tres jarras de cerveza, eso dormía lo locura, al menos hasta donde yo creía, dejaba de ver criaturas que no estaban allí, dejaba de escuchar voces que no sonaban, dejaba de sentir parecencias que no existían, y me estaba acostumbrando a eso, a nunca pasar un día completamente sobrio, a ahogar esa personalidad que emergía de mi cerebro diciéndome que hay cosas más allá de nuestra comprensión y de nuestro conocimiento, esa personalidad, alojada en una parte de mi mente que estaba allí desde el día en que nací, estaba harto de ser una persona extraña o alguien de temer.
Tal vez esta noche nos excedimos con le licor, con las mezclas, estaba completamente perdido, como no lo estaba desde los 16, cuando mi cuerpo todavía no estaba acostumbrado, o desde los 12 que apenas una jarra de cerveza me dejaba inconsciente, pero hoy parecía que no tenía mucha sangre en el torrente alcohólico.
Empecé a escuchar voces, me movía a mi alrededor buscando de donde provenían pero no lograba encontrar un lugar, estaba todo desolado, los caminos se veían abandonados, las casas estaban cayéndose del abandono, ni siquiera los animales carroñeros se acercaban al lugar, la vida de allí se había marchado hacía mucho tiempo, no tengo idea como yo mismo pude llegar hasta allí, solo recuerdo que salí por algo de tabaco y simplemente empecé a caminar. ¿Era esto obra de esos seres de la oscuridad? se que están en algún lado, se que a ellos los eh visto cruzarse por mi vida, uno de esos seres asesinó a mis padres, no estoy loco del todo, tienen que existir, o tal vez....¿hoy acabé de perder mi poca cordura? tal vez al final lo había logrado y me había perdido en un mundo que solo existe para mi, su así era esperaba nunca más salir de el y vivir un infierno donde soy el único diferente.
Las voces persistían, ¿donde estaban? allí no había un alma más que la mía, pero seguía, se aproximaban, las sentía tan cerca que rozaban sus labios con mis oídos, estaba perdiendo la compostura y el equilibrio, una parte de mi cuerpo estaba perdiendo el control total, moviéndose a su antojo, haciéndose más pesado, ya no me pertenecía. Finalmente caí al suelo, si era fatiga o era borrachera no podía saberlo, solo entendía que estaba tirado en tierra de nadie, casi inconsciente y gritando a las voces que se fueran, que me dejaran en paz de una vez, mientras un cielo violeta daba vueltas sobre mi cabeza, sentía la humedad del fango en mi espalda y en las palmas de mis manos y la proximidad de la muerte soplándome en el pecho.

por **Kvothe du Roux** Vie Ene 10, 2014 4:03 pm

Tenía sed.

Había aprendido a no sentirme orgulloso, culpable, a no sentir nada, bueno ni malo, hacia los humanos que convertía en objetivos de mi cacería. Era un error pensar que la raza humana no suponía más que alimento para los vampiros, pero atribuir esa idea únicamente a los que servían a tal efecto no era tan malo. ¿No? La mera realidad, pura y dura. Cazador y presa. Asesino y víctima. Hambriento y alimento. La rueda de la vida.

Las afueras de la ciudad suponían uno de los emplazamientos más básicos para cazar. Vagabundos, borrachos, ovejas descarriadas, adolescentes fugitivos, delincuentes... Desde el punto de vista de un vampiro, un restaurante de lujo con una carta de lo más variada. Tampoco suponía un auténtico reto, en realidad; sencillamente era un lugar donde ibas a saciar tu sed, el equivalente vampírico a pararte en un puesto ambulante y comprar un perrito caliente para saciar el apetito. No es una comida elaborada, no te deja saciado, pero al menos es algo que le das al estómago.

Aquella noche en concreto fui allí. Tenía sed, así de sencillo. Pero fui tarde; a aquellas alturas de la noche los vampiros que frecuentaban la zona, normalmente los más jóvenes, no habrían dejado títere con cabeza. Con razón las afueras hacían correr tantos rumores sobre desapariciones; de hecho, había quien pensaba que la noticia de la existencia de los vampiros se había ido propagando por la humanidad por acontecimientos así. No le faltaría sentido lógico, para qué negarlo.

Me costó un rato encontrar un objetivo. Al final, descubrí a un borracho, joven, tambaleándose antes de caer al suelo y comenzar a hablar en voz alta. ¿Hablar? Gritar. Estaba echando a alguien. Esbocé una sonrisa sanguinolienta; la locura era el último nivel al que llegaban los borrachos desesperados. Aquel humano, quien quiera que fuese, no le tenía mucho aprecio a su vida. Tuvo suerte de que hubiera alguien allí cerca capaz de acabar con su sufrimiento. Aunque, teniendo en cuenta a dónde había ido a parar, muy complicado tampoco lo tenía.
Me dejé caer de un salto del árbol al que me había encaramado, y caí limpiamente, de pie, a escasos metros de él. Mis ojos destellaban con un brillo carmesí, mis colmillos resplandecían en contraste con la penumbra.
La más clásica imagen de un vampiro a punto de saciar su sed.

por **Aelric Ecrivain** Vie Ene 10, 2014 4:41 pm

Sentía como las pocas nubes del cielo se ponían en frente de una luna enrojecida, ya debían ser cerca de las 3 de la madrugada, puse mis manos sobre mi cara y cerré los ojos con fuerza, tratando de poner ese alcohol a mi favor, traté de recordar como era que beber me hacía más cuerdo, pero resultaba increíblemente difícil volver a la realidad, no más con cerrar los ojos imágenes fugaces y tétricas de mi pasado pasaban proyectadas en mis párpados cerrados, en momentos como ese era más complicado estar dormido que despierto, era como si tratando de salir del infierno cayera más hondo todavía, era ver cara a cara a mis demonios.
Tomé un hondo respiro y me decidí a seguir caminando, ponerme de pie y salir de ese maldito lugar, mirar de frente a la muerte y decirle "hoy no". Retiré las manos de mi rostro y me percaté de una presencia junto a mi, ¿como era que no lo había sentido llegar? ¿como no escuché sus pasos aproximarse? bueno, claro, estoy borracho y además estaba gritando y escuchando toda clase de cosas. El sujeto se aproximó y sus ojos brillaron igual que la luna, debajo de sus labios asomaron un par de colmillos blancos y afilados, una sonrisa diabólica se dibujó en su rostro.
Estiré los labios a los lados, una sonrisa empezó a asomarse por una comisura, entrecerré los ojos al entender lo que estaba viendo, no estaba pensando con claridad, empezaba a pensar con la lengua.
- Y es a estas horas que empieza el espectáculo, en medio de la nada y cuando no hay nadie al rededor, por eso me llaman loco...-
Estaba gritando, con todo el aire dentro de mis pulmones.
-Las criaturas de la noche solo aparecen frente a mi como un maldito espejismo, para hacerme creer que estoy loco, me tienen harto
Me incorporé sobre los codos, con mi cuerpo alegandome de dolor en cada movimiento.
-¿Que tan real eres? Amigo, ¿Por que solo aparecen en mi vida como una maldita alucinación? ¿vas a matarme? o prefieres que salga a correr a decirle a todos que vi a un vampiro y que me traten de loco....si no me matas tu, seguro que con eso lo harán ellos después.

por **Kvothe du Roux** Vie Ene 10, 2014 5:27 pm

Lo que iba a ser mi cena se incorporó, sin previo aviso. Esperaba poder hacer algo limpio: había caído en un plácido sueño, y yo le ayudaría a no tener que levantarse nunca más. ¿No era eso a lo que la gente llamaba un buen samaritano?
Pero no, tenía que levantarse. Precisamente aquella noche. Una de las pocas noches al año en que me libraba de toda máscara o realidad y me centraba en una única faceta, la de saciar mi sed... Y punto.

Por lo visto, aquel joven estaba delirando. Apestaba a alcohol incluso a aquella distancia, y las palabras que emergían de sus labios no hacían sino fortalecer los cimientos de aquella locura. Me acerqué unos pasos a él y, con cierta curiosidad, me detuve a escasa distancia y ladeé la cabeza, embriagado de curiosidad. Nunca había entendido muy bien lo que pasaba en las cabezas de los locos... Aunque quizá precisamente por eso lo estaban, ¿hm?
Pero había algo mucho más gracioso que su locura: el origen de la misma. Éramos nosotros, las criaturas de la noche. Se trataba, sin lugar a dudas, de uno de esos humanos "privilegiados" que, de algún modo, sabían de nuestra existencia, o la intuían, sin que nadie les hubiera invitado a saber nada de nosotros, y como eran estúpidos se dedicaban a propagarlo a los cuatro vientos hasta que la desesperación convertía en realidad la locura que el resto de los mortales les achacaba.

Pobre infeliz. Decidí divertirme; no conocía a nadie mayor que yo y menos aún dispuesto a espetarme eso de que con la comida no se juega.
- ¿Para qué lo preguntas? Si soy real, te diré que lo soy. Y si soy una imaginación tuya, afirmaré ser real para confundirte. ¿Cuál es la diferencia? Ninguna de las dos opciones te ayudará a vencer tu locura -cerré aquella última palabra siseando, divertido. La locura humana, tan impredecible ella.
Era una de las cosas que los hacían tan únicos.

por **Aelric Ecrivain** Dom Ene 12, 2014 3:48 pm

Y bueno, ¿que podía ser más lógico que un vampiro que se burlara de mi locura?, pero estaba allí, junto a mí, mirándome burlón, y bueno, si aquel era mi fin, que fuera a manos de quienes me habían hecho el lunático que soy no estaba del todo mal, además el planeaba divertirse conmigo y si planeaba acabar con mi vida después de todo, al menos que tuviera una buena historia que contar con respecto a nosotros.
El alcohol empezaba a asentarse en mi cuerpo, había dejado de burbujear, y aunque nunca fui de los que vomita, el efecto en mi cuerpo es igual, como si de repente el alcohol saliera del sistema, las cosas volvían a tener claridad, claro que en mi vida, ese nunca fue un momento de lucidez, en cambio, volvía al estado donde escuchaba y veía cosas que nadie más.
Lo miré extrañado, mientras me tomaba la cabeza que dejó de darme vueltas súbitamente, miré en dirección de su pecho y entrecerré los ojos...
- Nunca me habría imaginado que ustedes estaban muertos...solo creí que estaban malditos o algo así....o benditos ¿por que no?.... sonreí, volviendo a mirar sus ojos, enrojecidos y escépticos
-...¿como es posible que sigan andando en el mundo si no tienen vida?...o tal vez ya estoy demasiado loco Hice un gesto con la mano restandole importancia a lo que recién decía.

por **Kvothe du Roux** Lun Ene 13, 2014 8:38 am

Pobre demente. Parecía, incluso, divertirse, como si todo aquello le diese igual, como si estuviera deseando que fuera y acabara con su sufrimiento. Quizá fue precisamente eso lo que hizo que me replanteara la cacería, por el momento; por mucho tiempo que llevase caminando por el mundo, seguía existiendo en mí esa parte infantil que todos llevamos dentro y que nos incita a llevar la contraria por el puro placer de... Exacto, llevar la contraria.

Así pues, me acuclillé a unos metros de su posición y le observé, sonriente, contemplando todos esos rasgos de locura que desfiguraban su expresión, fácilmente distinguibles incluso en la penumbra de la noche y la mala escasa iluminación de las afueras.
- Eso depende de lo que signifique para ti estar muerto. Si estar muerto implica no moverse, ser un cadáver, alimentar a los gusanos, que tu alma viaje a nosedonde y bla, bla, bla... Yo diría que estoy bastante vivo. Salta a la vista, ¿no? -y, en realidad, ¿por qué esa acepción hacia nosotros? ¿Muertos? ¿Por qué? ¿Porque vivíamos de la sangre y de la muerte ajena? ¿Porque nuestro corazón dejaba de latir antes de que despertásemos con esa "vida nueva"?
Ahh, demasiada filosofía para una noche de cacería.

Suspiré, de todos modos, ante su insistencia.
- ¿Y no será la locura misma la que te ha hecho pensar que los culpables de tu demencia podrían sacarte de ella? Mírate, estás peor a cada segundo por el mero hecho de contemplarme -había sido testigo de muchas y muy estrafalarias reacciones humanas a nuestra existencia, pero aquella... Destrozaba un número preocupante de récords.

por **Aelric Ecrivain** Lun Ene 13, 2014 4:48 pm

Lo miré escéptico, ¿era posible que mi asesino estuviera allí, burlándose de mi?, de acuerdo con mi experiencia, en MI mundo, era eso lo que sucedía, y, justamente estaba en mi mundo, en lo más profundo que alguna vez estuve, y siendo coherentes, solo me creía yo mismo mi demencia porque, a lo largo de mi vida me habían señalado de esa manera, indicando que existían restricciones en mi mente que me distaban de la realidad, pero en momentos como este, creo que esta es la realidad, los demás solo se niegan a creerlo, pero me llaman loco para defender sus muy frágiles creencias y poder asegurar que están seguros siguiendo en sus vidas cotidianas, el nunca estar seguro del todo tal vez me hizo más sensible a todo esto, y era esta hipótesis lo que me sostenía ahora, que en realidad estaba hablando cara a cara con mi asesino potencial, que tenía capacidades sobrehumanas y muchas menos debilidades que las mías, estaba en un lugar desolado y sin escapatoria, los había visto antes moverse a velocidades impresionantes, si estaba jugando conmigo era porque tenía la seguridad que no podía hacer nada para evitar mi muerte inminente.
Ladee la cabeza, mirando directamente a esos ojos pequeños y sinuosos, que me tenían atrapado, me quitaba esperanza, tenía una energía pesada que poco a poco me quitaba la poca vitalidad que de por sí me quedaba, podía ver como lo envolvía una oscuridad que solo a el le pertenecía, como una manta que lo cubría, mucho más espesa que el resto de oscuridad a nuestro alrededor.
- ¿Que te contiene para matarme ahora mismo?o ¿para haberlo hecho en cuanto llegaste?...¿que placer pueden ver ustedes en nuestras aflicciones?
Bajé el cuello de mi camisa hasta el hombro, enseñándole mi cuello
-¿Por que no me das muerte de una vez?

por **Kvothe du Roux** Mar Ene 14, 2014 1:09 pm

Negué con la cabeza, casi automáticamente, al escucharle. No, no estaba disfrutando con su agonía. Muchos vampiros lo hacían, pero a mí me gustaba pensar que era diferente. No; prefería, muy por encima, la locura, la demencia. Ese extremismo mental era el que volvía a ciertos humanos totalmente impredecibles, y precisamente en lo impredecible radicaban las raíces del entretenimiento vespertino.

Me incorporé de nuevo. La posición de cuclillas quedaba bien para la puesta en escena pero, en la práctica, resultaba un tanto incómoda.
- ¿Y qué te hace pensar que quiero matarte? ¿No lo habría hecho ya, precisamente, de ser así? -recordar lo que dije antes: no se juega con la comida. Buscaba víctimas concretas para saciar mi sed; alguien con semejante potencial de locura merecía que ésta fuese explotada, y si hincaba mis colmillos en su yugular se acabaría la diversión.

Estiré los brazos por encima de mi cabeza, como desperezándome, y le observé, curioso.
- Placer en las aflicciones... Por favor. La locura es mucho más satisfactoria que el sufrimiento o el miedo. Estás loco, así que me caes bien y, por tanto, no te mataré -no funcionaba exactamente así, en realidad, pero... ¿Cuándo se dedicaba Kvothe du Roux a ser totalmente honesto? Nunca. Bueno, casi nunca. Había alguien por ahí que estaba bien decidida a sacar lo mejor de mí, y lo estaba consiguiendo.

Entre otras cosas.

por **Aelric Ecrivain** Mar Ene 14, 2014 3:41 pm

Podía escuchar sus palabras, pero aún no me sonaban muy lógicas, tenía palpitante en mi mente la primera imagen suya, sobre mí, con los ojos carmesí y los colmillos casi desencajados de su mandíbula, tenía intenciones de acabar conmigo y no entiendo como algo de lo que haya dicho pudiera cambiar sus intenciones, más que prolongarlas, pero una vez tendida la mano de la benevolencia hacia mí, decidí tomarla, por el tiempo de más que le diera perdón a mi vida.
Recogí mis piernas y crucé los tobillos frente a mi, apoyé los codos en las rodillas y dejé caer mi cabeza en mis manos, mientras, las cosas iban retomando su forma original y mi intoxicación se iba venciendo, sacudí la cabeza y volví mis ojos a los del vampiro.
-¿Que desea hacer conmigo el vampiro condescendiente?....quiero decir, ¿a que quieres jugar con un lunático?..-
Resultaba irónico, y un poco hiriente, que las criaturas por las que los demás humanos me llamaran loco, me llamasen loco por su parte también, las cosas en este retorcido mundo me demostraban de a pocos que posiblemente no pertenecía a este lugar, pero más allá de ser una burla para los demás, al verme con humor a mi mismo y a mi estado mental tan cuestionable podía hacerme menos vulnerable, un poco menos interesado, y ciertamente menos apegado de placeres y deseos humanos, tal vez esa fuera la razón por la que, en ocasiones anteriores, las criaturas habían jugado conmigo sin aniquilarme, solo que nunca tan directamente como esta vez.
Me incorporé y me sacudí el barro de los pantalones.
- Bien, te advierto que ahora mismo no puedo irme de parranda, por lo demás supongo que no tengo mayores restricciones ..aunque no creo que pueda andar por ahí mordiendo cuellos ¿eh? todavía no entiendo como funciona eso-

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