AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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----The art of subconscious illusion----{Vianna Wilde}
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----The art of subconscious illusion----{Vianna Wilde}
El gentío era notablemente menor a esas horas de la mañana, yo cruzaba los dedos porque las puertas del restaurantes de encontraran abiertas, pero mis dudas se despejaron cuando, al doblar la segunda esquina, desde la taberna, puede ver la alfombra de bienvenida habitual frente a la entrada, ya se podía sentir el olor a café molido.
Conduje a Vianna hasta ese lugar que solo estaba a un par de calles de donde nos encontrábamos, mientras le contaba de Cloude, ya que había mostrado interés y simpatía hacia el gordinflón de mi jefe, a grandes rasgos le comenté que él era la única persona que podría llegar a extrañarme si llegara a faltar, era más mi padre que lo que fue mi propio padre, me tendió la mano al llegar a París y ahora, casi un año después, me tiene tanta fe que me ha hecho socio del negocio, que ahora es tan mío como de el, no podía evitar sonreír como un chiquillo cuando hablaba de el, es como hablar de la familia que nunca se me dio.
-¡Ali!, tiempo sin verte, ¿que quieres comer hoy?, ¡has madrugado!
Una camarera se asomó desde el interior del restaurante, tenía una cara redonda y blanca, un par de ojos zafiro brillaban al decir mi nombre, tenía el cabello recogido en una coleta en un costado bajo su oreja derecha de donde desprendía unos bucles atezados hasta la cintura, era delgada y se secaba las manos con toda la tela sobrante de su delantal que podía darle 2 vueltas enteras a su pequeña cintura. Vi una intención de saltarme encima hasta que advirtió la presencia de Vianna asomarse atrás de mi, y se contuvo.
- Emeline, ¿como estás?-
Me aproximé a la ruborizada chica y la abracé, luego tomé su mano y la acerqué a Vianna
-Emeline, ella es unaaa....amiga, venimos a ver que nos ofreces para desayunar-
Me perdí un poco al no saber como presentar a Vianna, así que dejé que lo hiciera ella misma. Acto seguido de presentarse, Emeline se soltó de mi abrazo y bajó la cabeza, ella era algo celosa, se había encargado de atenderme afectuosamente desde mi primer visita al lugar, pero siempre estaba solo, de vez en vez jugaba a coquetearle de vuelta, pero nunca pasaba gran cosa, todo acababa una vez que volvía a salir por la puerta, yo sabía que estaba interesada, pero ella era demasiado tímida para mi gusto, tanto así que, la primera vez que me vio y me atendió me presenté, con un sorbo de café en la boca apenas y pude pronunciar mi nombre, ella ladeó la cabeza escuchándome y entrecerrando los ojos, pero no se atrevió a pedirme que se lo repitiera, desde entonces cree que mi nombre es Alice.
Emeline nos ubicó en una mesa junto a un ventanal y nos sirvió pan fresco, le ofreció una carta a Vianna y luego se dirigió a mi:
-¿Te traigo lo de siempre, Ali?-
En realidad nunca había desayudando allí, a esa hora siempre estaba durmiendo, pero supongo que vio en mi acompañante la seguridad que no tenía antes para hablarme de esa manera, entonces le seguí el juego
-....si, supongo...Gracias, Emeline.-
Me regaló una sonrisa que solo pude interpretar como un tanto maliciosa, tuve que evitar sus ojos por un segundo, me sentí algo acechado, entonces miré por la ventana, tratando de escapar del incomodo momento, y Emeline se volvió a Vianna.
- Y ¿para la señorita?
Aelric Ecrivain- Humano Clase Media
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Re: ----The art of subconscious illusion----{Vianna Wilde}
Dejé que me condujera a un restaurante bastante acogedor, y miré sorprendida a la chica que salió de él. Me fijé en la chica y lo primero que pensé fue en que tenía unos bonitos ojos.
Sonreí mientras veía a Aelric y la chica hablar, aunque no pude negar sentirme algo incómoda, ¿aquella era su novia?
"¿¡A quién se le ocurría llevar a una chica a comer al restaurante donde trabaja tu novia!?" pensé mientras Aelric me presentaba como una amiga.
- Encantada, soy Vianna - saludé a la chica, con mi mejor sonrisa, que nos guió hasta una mesa y fingí mirar la carta con interés mientras le preguntaba a Aelric si le servía lo de siempre.
- Para mí algo de queso, un café... oh, la tarta de manzana tiene buena pinta, dos porciones, y algo de zumo, de naranja a ser posible, también dos vasos - devolví la carta a la chica, que aún tenía una mirada algo perpleja por todo lo que había pedido para comer. Yo le dediqué una sonrisa angelical antes de que se marchara, viendo como miraba hacia atrás de vez en cuando. No era mi culpa tener un estómago que necesitaba tanta comida, era por todo el trabajo físico que hacía durante el día y las noches.
Miré a Aelric y seguí su mirada hacia la calle, intentando encontrar lo que fuera tan entretenido que le mantenía tan atento. Suspiré, jugando con uno de los mechones de mi pelo, enrollándolo en mi dedo.
- No hay mucha gente que conozca la existencia de... nocturnos - dije evitando la palabra vampiro, por si alguien nos podía escuchar - Es por eso que me interesas... bueno, no tú, tu historia - aclaré desviando la mirada, intentando arreglar el doble sentido con el que había sonado aquella frase. - Es extraño, ¿sabes? Dime, ¿cómo es que conoces todo ese mundo? - le miré con curiosidad, inclinándome un poco sobre la mesa para acercarme a él, susurrando un poco al hablar. Por eso no me gustaban los lugares con gente, los restaurantes, los mercados, los bares... eran lugares donde la gente te miraba, donde no podías hablar con tranquilidad.
Sonreí mientras veía a Aelric y la chica hablar, aunque no pude negar sentirme algo incómoda, ¿aquella era su novia?
"¿¡A quién se le ocurría llevar a una chica a comer al restaurante donde trabaja tu novia!?" pensé mientras Aelric me presentaba como una amiga.
- Encantada, soy Vianna - saludé a la chica, con mi mejor sonrisa, que nos guió hasta una mesa y fingí mirar la carta con interés mientras le preguntaba a Aelric si le servía lo de siempre.
- Para mí algo de queso, un café... oh, la tarta de manzana tiene buena pinta, dos porciones, y algo de zumo, de naranja a ser posible, también dos vasos - devolví la carta a la chica, que aún tenía una mirada algo perpleja por todo lo que había pedido para comer. Yo le dediqué una sonrisa angelical antes de que se marchara, viendo como miraba hacia atrás de vez en cuando. No era mi culpa tener un estómago que necesitaba tanta comida, era por todo el trabajo físico que hacía durante el día y las noches.
Miré a Aelric y seguí su mirada hacia la calle, intentando encontrar lo que fuera tan entretenido que le mantenía tan atento. Suspiré, jugando con uno de los mechones de mi pelo, enrollándolo en mi dedo.
- No hay mucha gente que conozca la existencia de... nocturnos - dije evitando la palabra vampiro, por si alguien nos podía escuchar - Es por eso que me interesas... bueno, no tú, tu historia - aclaré desviando la mirada, intentando arreglar el doble sentido con el que había sonado aquella frase. - Es extraño, ¿sabes? Dime, ¿cómo es que conoces todo ese mundo? - le miré con curiosidad, inclinándome un poco sobre la mesa para acercarme a él, susurrando un poco al hablar. Por eso no me gustaban los lugares con gente, los restaurantes, los mercados, los bares... eran lugares donde la gente te miraba, donde no podías hablar con tranquilidad.
Vianna Wilde- Cazador Clase Media
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Re: ----The art of subconscious illusion----{Vianna Wilde}
Sonreí al escuchar la petición, ¡valla estómago el que tenía!, escuché atentamente lo que me preguntaba, mientras divagaba en mi mente, buscando la mejor manera de empezar aquella historia, recogía los recuerdos de mi vida que tuvieran lugar con criaturas "nocturnas" como ella los llamó, para que ella también pudiera sacarme a mi de algunas dudas que aún me rondaban la cabeza.
Me apoyé en la mesa con los codos, aún viendo por el ventanal, me sobé la barbilla, esperando el momento para comenzar con la narración, que sería luego de la llegada de Emeline a la mesa con nuestra comida, lo que pasó enseguida, Emeline hizo varios viajes, primeramente se encargó de servir el café de Vianna, luego trajo una jarra de zumo de naranja y un vaso de porcelana, luego las dos porciones de tarta con el queso. Tardó un poco en volver a la mesa, traía una bandeja apoyada en una mano, con la otra empezó a descargar un festín frente a mi, sobre la mesa fue poniendo un bowl con fresas y manzanas picadas con una salsa blanca encima, una bebida naranja que olía muy cítrica, aunque no supe de primera de que se trataba, en un vaso de cristal decorado con una rodaja de limón en el borde y finalmente una tarta esponjosa y morena que aún humeaba, Emeline empezó a decorar la tarta con un jarabe que olía a frambuesa, mientras me miraba y derramaba en la tarta unos vectores en forma de corazón, al darme cuenta no pude evitar mirarla con los ojos muy abiertos, nunca la había visto actuar de esa manera, solía ser demasiado tímida, era como si la hubieran cambiado por otra. Aclaré mi garganta y volví la mirada al plato que tenía en frente.
-Bon Appétit-
Crucé los brazos sobre la mesa y me incliné un poco al frente sobre mi pecho, evitando mirar a la camarera a la cara, al escucharla le hice una seña con la mano en agradecimiento y apreté los labios.
Emeline se retiró contoneando las caderas, yo simplemente contemplaba mi tarta atónito, no podía creer lo que le había sucedido. Suspiré y sacudí ligeramente la cabeza, tomé el vaso de cristal en mis manos y le dí un sorbo, era una mezcla de frutas cítricas, sabía muy bien, pero evité hacer comentarios al respecto, volví a aclararme la garganta y me dirigí a Vianna.
-Bien...creo que todo comenzaría al nacer, ¿sabes? en mi tierra se celebraba el día de la cosecha, todos corrían a sus casas a protegerlas contra los malos augurios....- Pude notar como al hablarle a Vianna mi voz volvía a la calma -... Mi madre se vio presa del terror cuando me estaba dando a luz en el pórtico, estaba cayendo la noche y cuando pudo deshacerse de mí me dejó fuera de la casa, volvió a gatas adentro y cerró la puerta tras de sí, imaginarás es lindo espectáculo que vería mi padre al salir a la otra mañana y toparse conmigo recién nacido, azul del frío y en medio de un charco de sangre...-
Recordar como pudo ser esa noche me hizo sentir nuevamente esa pesadez, ese malestar, toqué con disimulo mi mejilla para notar que mi temperatura no bajaba, tomé otro sorbo de zumo esperando que me ayudara, la garganta se me estaba cerrando de a pocos, yo solo esperaba que mi piel no reflejara mi malestar, tenía pensado desayunar y luego volver a la taberna para prepararme algo que me alentara y conciliar algo de sueño.
Aelric Ecrivain- Humano Clase Media
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Re: ----The art of subconscious illusion----{Vianna Wilde}
Esperó hasta que la camarera, o su novia, o la chica con la que tenía una relación extraña, volviera para que pudiéramos hablar con tranquilidad. Aquella camarera vino para servir los platos, tras servir los míos se puso con la comida de Aelric. Tuve que colocar un dedo sobre mis labios, desviando la mirada por la ventana para evitar reírme de aquella situación y de los corazones que la chica había dibujado sobre la tarta. Realmente a aquella chica le faltaba algo en la cabeza.
No hice comentario alguno sobre lo que había pasado, al chico ya se le veía suficientemente abochornado y sorprendido.
Comencé a comer mi tarta de manzana mientras él empezaba a relatar su historia, pero no fue ni mucho menos como me esperaba.
Fruncí el ceño, mirándole sintiéndome algo culpable por haberle preguntado sobre su historia y haberle hecho recordar aquello. Realmente no me esperaba una historia como aquella, simplemente esperaba que me contara algo como: una vez vi a un vampiro alimentándose de un humano y salí corriendo, desde entonces he investigado sobre el tema y he llegado a la conclusión de que existen... O algo parecido.
- No tienes que contármelo si no quieres - murmuré, mordiéndome el labio y desviando la mirada a mis platos de comida. Se me había quitado el apetito. Me crucé de brazos y apoyé mi espalda contra el asiento, mirando por la ventana, preguntándome cómo la madre de Aelric podía haberle hecho algo así.
- ¿Está todo a vuestro gusto? - la camarera se había acercado a nuestra mesa. Seguramente se había acercado para vigilar que no me acercara a su supuesto novio. No apartaba la mirada de Aelric y yo suspiré, exasperada.
- ¿No tienes clientes que atender? - pregunté algo cabreada, no estábamos teniendo una conversación para que ella estuviera dando vueltas a nuestro alrededor, además, después de recordar esas cosas, lo que Aelric menos necesitaba era a una loca enamorada a su alrededor.
Miré a la chica con el ceño fruncido - Lárgate - dije haciendo un gesto con la mano. La chica me miró airada y vi en su cara su duda de si contestarme o no, pero uno de los clientes de otra mesa le llamó para que llenará su taza.
Puse los ojos en blanco cuando la chica se marchó y volví a mirar por la ventana, sin ninguna intención de disculparme con Aelric por mi comportamiento con su "amiguita", aquella chica no me caía bien, y no pensaba mostrarme como si lo hiciera, por mucha confianza que tuviera mi acompañante con ella.
No hice comentario alguno sobre lo que había pasado, al chico ya se le veía suficientemente abochornado y sorprendido.
Comencé a comer mi tarta de manzana mientras él empezaba a relatar su historia, pero no fue ni mucho menos como me esperaba.
Fruncí el ceño, mirándole sintiéndome algo culpable por haberle preguntado sobre su historia y haberle hecho recordar aquello. Realmente no me esperaba una historia como aquella, simplemente esperaba que me contara algo como: una vez vi a un vampiro alimentándose de un humano y salí corriendo, desde entonces he investigado sobre el tema y he llegado a la conclusión de que existen... O algo parecido.
- No tienes que contármelo si no quieres - murmuré, mordiéndome el labio y desviando la mirada a mis platos de comida. Se me había quitado el apetito. Me crucé de brazos y apoyé mi espalda contra el asiento, mirando por la ventana, preguntándome cómo la madre de Aelric podía haberle hecho algo así.
- ¿Está todo a vuestro gusto? - la camarera se había acercado a nuestra mesa. Seguramente se había acercado para vigilar que no me acercara a su supuesto novio. No apartaba la mirada de Aelric y yo suspiré, exasperada.
- ¿No tienes clientes que atender? - pregunté algo cabreada, no estábamos teniendo una conversación para que ella estuviera dando vueltas a nuestro alrededor, además, después de recordar esas cosas, lo que Aelric menos necesitaba era a una loca enamorada a su alrededor.
Miré a la chica con el ceño fruncido - Lárgate - dije haciendo un gesto con la mano. La chica me miró airada y vi en su cara su duda de si contestarme o no, pero uno de los clientes de otra mesa le llamó para que llenará su taza.
Puse los ojos en blanco cuando la chica se marchó y volví a mirar por la ventana, sin ninguna intención de disculparme con Aelric por mi comportamiento con su "amiguita", aquella chica no me caía bien, y no pensaba mostrarme como si lo hiciera, por mucha confianza que tuviera mi acompañante con ella.
Vianna Wilde- Cazador Clase Media
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Re: ----The art of subconscious illusion----{Vianna Wilde}
Noté al terminar mi primera parte de la narración que Vianna se sintió conmovida por la historia, hasta me dijo que no tenía que seguir, obviando mi estado de salud de ese instante, la historia no me afectaba emocionalmente, mi madre nunca fue una mujer que me demostrara su afecto, y, la forma que mi padre lo hacía solo me metía en problemas, así que, lo que fue mi vida en York, yo lo tomaría como mi más épica batalla, de la que había salido victorioso. Esto era algo que nunca antes había contado a nadie, pero me hacía sentir orgulloso.
- No tengo problema, puedo hablar de ello- Le dije mirándola con una sonrisa.
Emeline regresó a la mesa, yo traté de ignorarla, pero Vianna estuvo a poco de darle un golpe, a mi me causó mucha gracia y cuando Emeline se retiró reí divertido
- Tal vez el hecho de no haber sido un niño muy querido en el pueblo me hizo muy desapegado de la gente, no me importa que lleguen o se vallan de mi vida, o lo que pase con ellas, creo que solo extrañaría a Cloude si no estuviera, pero el gordo se lo ha ganado, por lo demás, pretendo tener mis relaciones personales al mínimo de cortesía por mi trabajo, no me permito tener muchos amigos y mucho menos una novia, aunque me guste ser una persona servicial y amable-
Concluí mientras tomaba el bowl de frutas y lo hurgaba con un tenedor. Lo dije con el volumen suficiente para que Emeline me escuchara y, con suerte, cortara el rollo tan bochornoso en el que estaba.
- En fin, crecí y durante mi niñez pasaba los días fuera de casa, mas que dentro de ella, mi madre tenía la costumbre de sacarme al patio trasero en las mañanas, cuando mi padre se iba a trabajar, me dejaba tres comidas en la puerta y pasaba los días con sus amigas tomando té, mientras yo me quedaba fuera, solo podía volver a entrar un poco antes de que llegara mi padre, al final y luego de un par de años me cansé de contemplarla por la ventana y esperar que me dejase estar con ella, y empecé a irme a las praderas y los bosques, allí escalaba los arboles y comía sus frutos, aveces también pescaba en los ríos y me alimentaba con ello, estando allí hasta oscurecer tuve muchos encuentros extraños, creo que solo porque nadie esperaba encontrarse con un niño encaramado en lo más alto de los arboles, los ataques de criaturas lobunas empezaron cerca de los ríos cuando tenía mas o menos 8 años.
Trataba de ignorar los ojos de Vianna lo más que podía, no quería ver en ellos nada de compasión o pena, y por el momento era lo que podía motivar mi historia, el niño rechazado por sus padres, obligado a subsistir por si solo en los bosques...pero la historia se pondría mejor, luego de comer algo de fruta y volver a humedecer su garganta con el zumo.
Aelric Ecrivain- Humano Clase Media
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Re: ----The art of subconscious illusion----{Vianna Wilde}
Volví a mirarle con curiosidad cuando siguió hablándome de él, sobre su personalidad y su relación con las personas. En ese aspecto me sentí identificado con él, perder a mi madre y a mi hermana había sido duro para mí, que mi padre me diera la espalda hizo que no volviera a apegarme a nadie, todo el mundo acababa yéndose algún día y yo había aprendido que la mejor forma de evitar el sufrimiento era no encariñarte con nadie.
Sonreí divertida cuando dijo en alto lo de la novia, intentando que la camarera loca le oyera.
Comí lentamente, notando como el apetito volvía a mí, saboreando la tarta de manzana que estaba especialmente rica, mientras escuchaba la continuación de su historia.
Le miré con curiosidad, imaginándome a un pequeño Aelric solo, sin ninguna compañía, adentrándose en los bosques, sobreviviendo en ellos.
- ¿Supiste el por qué de esa actitud de tu madre hacia ti? - pregunté con cuidado, sabiendo que tocaba un tema algo delicado, o lo que yo pensaba era un tema delicado. Aquella parte aún no me encajaba, los pocos años que yo estuve con mi madre los recordaba como años llenos de cariños, mi madre siempre había estado para mí, me quería.
Metí el tenedor con un trozo de tarta de manzana en mi boca para evitar que el torrente de preguntas que tenía en mi cabeza se desbordara. Sabía que era difícil confiar en extraños, más teniendo la personalidad de Aelric, según me había contado, y añadiéndole que yo era una loca que le había apuntado con una pistola y luego con una estaca de madera,a demás de portarme algo mal con él.
- ¿Aquellos encuentros extraños en el bosque por la noche eran...? ya sabes - puse cada uno de mis dedos índices sobre mis labios, hacia abajo, simulando un par de colmillos. Sonreí, notando que me sonrojaba un poco por la estupidez que acababa de hacer.
Sonreí divertida cuando dijo en alto lo de la novia, intentando que la camarera loca le oyera.
Comí lentamente, notando como el apetito volvía a mí, saboreando la tarta de manzana que estaba especialmente rica, mientras escuchaba la continuación de su historia.
Le miré con curiosidad, imaginándome a un pequeño Aelric solo, sin ninguna compañía, adentrándose en los bosques, sobreviviendo en ellos.
- ¿Supiste el por qué de esa actitud de tu madre hacia ti? - pregunté con cuidado, sabiendo que tocaba un tema algo delicado, o lo que yo pensaba era un tema delicado. Aquella parte aún no me encajaba, los pocos años que yo estuve con mi madre los recordaba como años llenos de cariños, mi madre siempre había estado para mí, me quería.
Metí el tenedor con un trozo de tarta de manzana en mi boca para evitar que el torrente de preguntas que tenía en mi cabeza se desbordara. Sabía que era difícil confiar en extraños, más teniendo la personalidad de Aelric, según me había contado, y añadiéndole que yo era una loca que le había apuntado con una pistola y luego con una estaca de madera,a demás de portarme algo mal con él.
- ¿Aquellos encuentros extraños en el bosque por la noche eran...? ya sabes - puse cada uno de mis dedos índices sobre mis labios, hacia abajo, simulando un par de colmillos. Sonreí, notando que me sonrojaba un poco por la estupidez que acababa de hacer.
Vianna Wilde- Cazador Clase Media
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Re: ----The art of subconscious illusion----{Vianna Wilde}
Cuando preguntó por mi madre la miré con los ojos bien abiertos y asentí con la cabeza, aún tenía fruta en la boca, pero luego de haberme comportado como un maldito caballero la noche anterior, hoy no tenía muchas intenciones de ser el más educado, así que le respondí con una mejilla inflada y sin poder abrir bien la boca:
-¡Por supuesto!, la mujer era una devota cristiana, pasó varias noches en el Vaticano, buscando el perdón de Dios o algo así, que tu hijo naciera el día de la cosecha era el peor de los augurios, y yo estaba fuera de la casa, indefenso y a la merced de todos los demonios que visitaban la tierra esa noche, se que ella esperó que muriera esa noche, pero al ver que no, simplemente me tuvo mucho miedo y repulsión, decía que estaba loco cuando trataba de contarle lo que veía en los bosques, pobre mujer.... Si en realidad estoy loco se lo heredé a ella
Reí pensando en ello, mi narración fue tan natural, me expresaba histriónicamente, como sí narrará un episodio muy emocionante de una novela que hubiera leído, como si el cuento no fuera mío, pero es simple aceptación, todo lo que había tenido que vivir me hacia la persona que era hoy en día, y, a pesar de todo, estaba feliz de ser quien era, todo eso me hacia más fuerte. Tome otro poco de fruta mientras escuchaba su siguiente pregunta, tuve que reír al ver sus muecas, pero al pensar en mi respuesta tuve que entrecerrar los ojos, tratando de recordar esos encuentros de hace casi 11 años:-La verdad no era una sola "especie", había toda clase de ataques, y como nunca hablaban de ellos en mi pueblo, nunca antes había sabido como llamarlos, opte por ponerle nombres a mi conveniencia, al principio solo veía a unos hombres muy grandes y peludos, o a unos osos muy delgados, a estos les decía perros monstruo, a los 10 años vi como uno de esos perros era asesinado por un hombre, al principio parecía normal, sólo muy bien vestido, había seguido al perro hasta el bosque y luego lo atacó, fue muy rápido, y por como podía levantar a la bestia me di cuenta de la fuerza que poseía, era algo extra normal, a esos les decía "poseídos" y ese poseído en partículas fue el único que me encontró, supe que me estaba mirando a mi porque me contemplo por un momento, mirando fijamente al lugar en el que me encontraba en el árbol, pero no me hizo nada, dejo al perro muerto, que luego se volvió hombre.... Nadie creyó lo que había visto, pero luego de esa historia todos en el pueblo empezaron a temerme-
Recordaba aquello, mirando al vacío y recordándolo como una lisa época de mi vida, fue cuando todos empezaron a llamarme loco, a cruzar la acera cuando me veían venir, que tiempos aquellos
-¡Por supuesto!, la mujer era una devota cristiana, pasó varias noches en el Vaticano, buscando el perdón de Dios o algo así, que tu hijo naciera el día de la cosecha era el peor de los augurios, y yo estaba fuera de la casa, indefenso y a la merced de todos los demonios que visitaban la tierra esa noche, se que ella esperó que muriera esa noche, pero al ver que no, simplemente me tuvo mucho miedo y repulsión, decía que estaba loco cuando trataba de contarle lo que veía en los bosques, pobre mujer.... Si en realidad estoy loco se lo heredé a ella
Reí pensando en ello, mi narración fue tan natural, me expresaba histriónicamente, como sí narrará un episodio muy emocionante de una novela que hubiera leído, como si el cuento no fuera mío, pero es simple aceptación, todo lo que había tenido que vivir me hacia la persona que era hoy en día, y, a pesar de todo, estaba feliz de ser quien era, todo eso me hacia más fuerte. Tome otro poco de fruta mientras escuchaba su siguiente pregunta, tuve que reír al ver sus muecas, pero al pensar en mi respuesta tuve que entrecerrar los ojos, tratando de recordar esos encuentros de hace casi 11 años:-La verdad no era una sola "especie", había toda clase de ataques, y como nunca hablaban de ellos en mi pueblo, nunca antes había sabido como llamarlos, opte por ponerle nombres a mi conveniencia, al principio solo veía a unos hombres muy grandes y peludos, o a unos osos muy delgados, a estos les decía perros monstruo, a los 10 años vi como uno de esos perros era asesinado por un hombre, al principio parecía normal, sólo muy bien vestido, había seguido al perro hasta el bosque y luego lo atacó, fue muy rápido, y por como podía levantar a la bestia me di cuenta de la fuerza que poseía, era algo extra normal, a esos les decía "poseídos" y ese poseído en partículas fue el único que me encontró, supe que me estaba mirando a mi porque me contemplo por un momento, mirando fijamente al lugar en el que me encontraba en el árbol, pero no me hizo nada, dejo al perro muerto, que luego se volvió hombre.... Nadie creyó lo que había visto, pero luego de esa historia todos en el pueblo empezaron a temerme-
Recordaba aquello, mirando al vacío y recordándolo como una lisa época de mi vida, fue cuando todos empezaron a llamarme loco, a cruzar la acera cuando me veían venir, que tiempos aquellos
Aelric Ecrivain- Humano Clase Media
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Re: ----The art of subconscious illusion----{Vianna Wilde}
Un escalofrío recorrió mi espalda cuando contestó a mi primera pregunta, explicando el por qué de la actitud de su madre hacia él, lo que me hizo pensar en la cantidad de cosas que puede hacer el miedo en un ser humano, incluso hacer que una madre repudie a su propio hijo.
Comí en silencio, despacio y sin apartar la vista de Aelric, escuchando con curiosidad su historia, cómo se había encontrado a aquellas criaturas sobrenaturales en el bosque, cómo no le hicieron daño y cómo después de eso todo el mundo empezó a temerlo.
Bebí un largo trago de zumo, dejando que el silencio se instalara unos segundos entre nosotros, cada uno metido en sus propios pensamientos. Comí un trozo de tarta, terminando la primera porción y hablé, con la boca llena igual que él había hecho, dejando a un lado las "reglas de comportamiento" que debía tener una señorita en una cita o encuentro con un hombre. Nunca había sido partidaria de todas aquellas reglas de comportamiento, es verdad que no provenía de una familia adinerada, ni era de alta cuna, pero recordaba como mi madre, antes de morir, se preocupaba de mis modales y mis maneras, diciéndome que había que enamorar a las personas con tu presencia y las primeras impresiones. El haberla perdido y haberme convertido en cazadora había más que aumentado mi tendencia a no comportarme como las otras chicas.
- Hay diferentes especies - contesté con la boca llena, terminando de masticar y tragando. Sabía que estaba rompiendo algunas normas al contarle todo aquello, en teoría los cazadores no debíamos dejar que las personas normales y corrientes se enteraran de todo el submundo que existía, pero él ya tenía una idea de lo que ocurría, por lo que no estaba rompiendo muchas reglas al fin y al cabo - La más peligrosa son los... chupa sangre - bajé el tono de voz, inclinándome un poco y acercándome a él - Vampiros. Además existen también los cambiaformas, los licántropos y los brujos. Pero los vampiros, a los que particularmente me dedico a cazar - me encojo de hombros como si nada. Me vuelvo a separar, levanto la mano, llamando a la camarera para que me llene la jarra de zumo.
Comí en silencio, despacio y sin apartar la vista de Aelric, escuchando con curiosidad su historia, cómo se había encontrado a aquellas criaturas sobrenaturales en el bosque, cómo no le hicieron daño y cómo después de eso todo el mundo empezó a temerlo.
Bebí un largo trago de zumo, dejando que el silencio se instalara unos segundos entre nosotros, cada uno metido en sus propios pensamientos. Comí un trozo de tarta, terminando la primera porción y hablé, con la boca llena igual que él había hecho, dejando a un lado las "reglas de comportamiento" que debía tener una señorita en una cita o encuentro con un hombre. Nunca había sido partidaria de todas aquellas reglas de comportamiento, es verdad que no provenía de una familia adinerada, ni era de alta cuna, pero recordaba como mi madre, antes de morir, se preocupaba de mis modales y mis maneras, diciéndome que había que enamorar a las personas con tu presencia y las primeras impresiones. El haberla perdido y haberme convertido en cazadora había más que aumentado mi tendencia a no comportarme como las otras chicas.
- Hay diferentes especies - contesté con la boca llena, terminando de masticar y tragando. Sabía que estaba rompiendo algunas normas al contarle todo aquello, en teoría los cazadores no debíamos dejar que las personas normales y corrientes se enteraran de todo el submundo que existía, pero él ya tenía una idea de lo que ocurría, por lo que no estaba rompiendo muchas reglas al fin y al cabo - La más peligrosa son los... chupa sangre - bajé el tono de voz, inclinándome un poco y acercándome a él - Vampiros. Además existen también los cambiaformas, los licántropos y los brujos. Pero los vampiros, a los que particularmente me dedico a cazar - me encojo de hombros como si nada. Me vuelvo a separar, levanto la mano, llamando a la camarera para que me llene la jarra de zumo.
Vianna Wilde- Cazador Clase Media
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Re: ----The art of subconscious illusion----{Vianna Wilde}
Me acerqué a ella cuando me habló de las especies, la escuché con cuidado y mucha atención, cuando me dijo aquello, me alejé mirándola con los ojos bien abiertos.
- No tenía idea de eso..-
Tomé un último sorbo de mi zumo.
- Supongo que tu eres una especie nueva que conozco hoy ¿eh?-
Comenté divertido, tomé el bowl de frutas también para terminarlo, casi ni me percaté de la presencia de Emeline en la mesa.
- Pero debe ser genial, digo, lo que haces, a mi me habría encantado llevar una vida como esa, además saldría de la ignorancia que me restó tanta credibilidad a lo largo de mi vida
Reí, prácticamente ignorando a Emeline, que se había acercado en silencio a servir el zumo de Vianna, al parecer ya había renunciado a esa ridícula pataleta de niña celosa, fuera por la actitud cortante de Vianna o por mi comentario, eso no me importaba, ya no me sentía tan incomodo cuando se acercaba, mientras actuara como siempre lo había hecho conmigo, me parecía una chica agradable.
- Nunca creí que existieran tantas cosas que las personas ignoran, aveces ellos mismo me hacían sentir que era mi imaginación, esos demonios que se me habían metido dentro el día de la cosecha los que me hacían ver cosas que no existían, ¿sabes? por un tiempo yo también creí que estaba loco, ¿quien hubiera dicho que en realidad veía más allá que los demás?
Dije con aire victorioso, como si una duda eterna en mi vida se viera despejada en ese instante frente a mis ojos, era como verlo todo con otra luz, una más brillante.
Aelric Ecrivain- Humano Clase Media
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Re: ----The art of subconscious illusion----{Vianna Wilde}
Sonreí, desviando la mirada cuando dijo que yo era una especie nueva que conocía hoy.
La verdad es que yo tampoco me había cruzado con muchas criaturas mágicas a lo largo de mi vida, no había tenido encuentros de mucha variedad. La mayor parte de mi vida como cazadora la había pasado persiguiendo vampiros, matándoles y dándoles caza por venganza, una forma de saciar el odio que llevaba en mi interior, les arrebataba su vida como ellos me habían arrebatado a mí la mía al matar a Sophie.
Sabía que existían otros tipos de criaturas mágicas, pero no había tenido muchas ocasiones de encontrarme con ellas.
Miré por la ventana mientras él se dedicaba a decir lo genial que era ser cazador y sus deseos de poder haber llevado una vida así. ¿Quién quiere una vida fuera de lo normal? ¿quién quiere poner su vida en peligro todos los días por el simple hecho de odiar tanto a una especie? Nunca antes que me había cruzado con alguien que supiera de la existencia de criaturas mágicas me había dicho semejante cosa. Nadie quería esta vida, y hacían bien en no desearla. Pero Aelric no, él se había entusiasmado, la había deseado. Realmente aquel chico no era alguien corriente.
Le miré y sonreí débilmente al escuchar su tono de orgullo. Debía ser todo un alivio descubrir que no estabas loco... no del todo.
- Me alegra haberte ayudado a descubrir que no estás mal de la cabeza - comenté antes de que la sonrisa desapareciera de mi boca - Pero créeme cuando te digo que esta vida no es nada de lo que parece... harías mejor en no desearla - concluyo antes de estirar los brazos hacia arriba, desperezándome y destensando mi espalda.
Miré los platos de comida frunciendo el el labio y los aparté de mí con la mano. Notaba que si comía algo más acabaría explotando.
- Creo que no volveré a comer tarta de manzana en una buena temporada - murmuró - Siempre me pasa, pido mucha comida que luego no me puedo terminar - me encojo de hombros y me giro para volver a llamar a la camarera. No lo hacía con mala intención... o con no mucha, simplemente me hacía gracia ver la cara de la chica cada vez que se acercaba a mí.
- ¿Nos puede traer la cuenta? - pregunto sonriendo y ella asiente, pero sin mirarme a los ojos. En ese momento me siento mal y decido intentar ser "amable" con la chica. - ¿Por qué no te sientas con nosotros? - la chica niega con la cabeza y veo como sus mejillas se tiñen un poco de rojo. La cojo del brazo, haciendo pucheros con mis labios - ¡Oh vamos! - digo tirando suavemente de ella - No tienes casi clientes, tómate un descanso... ¡vamos! intento ser amable y disculparme por lo de antes - tiro un poco más y consigo que se siente a mi lado, aunque sigue sin mirarme - Decidme, ¿cómo os conocisteis? - pregunto apoyando mi codo en la mesa y mi barbilla sobre mi mano, mirando a Aelric y a la chica - Parecéis buenos amigos, hacéis muy buena pareja - veo como la chica se sonroja a más no poder y no puedo evitar sonreír, divertida, aunque sintiéndome un poco mal por ella. Pero yo solo quiero disculparme... a mí manera, pero disculparme.
La verdad es que yo tampoco me había cruzado con muchas criaturas mágicas a lo largo de mi vida, no había tenido encuentros de mucha variedad. La mayor parte de mi vida como cazadora la había pasado persiguiendo vampiros, matándoles y dándoles caza por venganza, una forma de saciar el odio que llevaba en mi interior, les arrebataba su vida como ellos me habían arrebatado a mí la mía al matar a Sophie.
Sabía que existían otros tipos de criaturas mágicas, pero no había tenido muchas ocasiones de encontrarme con ellas.
Miré por la ventana mientras él se dedicaba a decir lo genial que era ser cazador y sus deseos de poder haber llevado una vida así. ¿Quién quiere una vida fuera de lo normal? ¿quién quiere poner su vida en peligro todos los días por el simple hecho de odiar tanto a una especie? Nunca antes que me había cruzado con alguien que supiera de la existencia de criaturas mágicas me había dicho semejante cosa. Nadie quería esta vida, y hacían bien en no desearla. Pero Aelric no, él se había entusiasmado, la había deseado. Realmente aquel chico no era alguien corriente.
Le miré y sonreí débilmente al escuchar su tono de orgullo. Debía ser todo un alivio descubrir que no estabas loco... no del todo.
- Me alegra haberte ayudado a descubrir que no estás mal de la cabeza - comenté antes de que la sonrisa desapareciera de mi boca - Pero créeme cuando te digo que esta vida no es nada de lo que parece... harías mejor en no desearla - concluyo antes de estirar los brazos hacia arriba, desperezándome y destensando mi espalda.
Miré los platos de comida frunciendo el el labio y los aparté de mí con la mano. Notaba que si comía algo más acabaría explotando.
- Creo que no volveré a comer tarta de manzana en una buena temporada - murmuró - Siempre me pasa, pido mucha comida que luego no me puedo terminar - me encojo de hombros y me giro para volver a llamar a la camarera. No lo hacía con mala intención... o con no mucha, simplemente me hacía gracia ver la cara de la chica cada vez que se acercaba a mí.
- ¿Nos puede traer la cuenta? - pregunto sonriendo y ella asiente, pero sin mirarme a los ojos. En ese momento me siento mal y decido intentar ser "amable" con la chica. - ¿Por qué no te sientas con nosotros? - la chica niega con la cabeza y veo como sus mejillas se tiñen un poco de rojo. La cojo del brazo, haciendo pucheros con mis labios - ¡Oh vamos! - digo tirando suavemente de ella - No tienes casi clientes, tómate un descanso... ¡vamos! intento ser amable y disculparme por lo de antes - tiro un poco más y consigo que se siente a mi lado, aunque sigue sin mirarme - Decidme, ¿cómo os conocisteis? - pregunto apoyando mi codo en la mesa y mi barbilla sobre mi mano, mirando a Aelric y a la chica - Parecéis buenos amigos, hacéis muy buena pareja - veo como la chica se sonroja a más no poder y no puedo evitar sonreír, divertida, aunque sintiéndome un poco mal por ella. Pero yo solo quiero disculparme... a mí manera, pero disculparme.
Vianna Wilde- Cazador Clase Media
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Re: ----The art of subconscious illusion----{Vianna Wilde}
Vianna sentó junto a ella a Emeline, que sentía que se evaporaría en cualquier momento con el calor que demostraban sus mejillas. Yo tuve que echarme para atrás y taparme la boca para disimular un poco la risa que me causaba la situación.
Emeline no decía nada, no respondía a las preguntas de Vianna y permanecía exánime en su lugar, así que tuve que intervenir:
- Emeline me atendió la primera vez que vine aquí, creo que la razón de que me volviera cliente es por su atención, siempre está muy atenta... Dije esto último guiñando un ojo a Vianna.
Emeline se levantó de un brinco y dijo traer la cuenta mientras se alejaba con pequeños saltos hasta la registradora.
No pude evitar reírme.
- No la tortures, ella sabe, ahora, que nunca tendrá nada conmigo, hahaha, ¿buena pareja?-
Le dije a Vianna, mientras veía a Emeline tratando de demorar la cuenta, mientras esperaba que el rubor de sus mejillas bajara para poder volver a la mesa.
No tenía idea de por qué Vianna había hecho aquello con Emeline, después de tratarla como la había tratado, esta chica era muy extraña, pero haciendo recuento, así mismo había sucedido conmigo, cuando siente que tal vez se ha comportado muy ofensiva trata de enmendar las cosas de las maneras más extrañas, entre más la conocía más me daba curiosidad seguirla conociendo, era como ir removiendo capas y capas mientras te acercas a la verdadera Vianna, esto me parecía curioso, y bastante trabajoso, pero creo que podía valer la pena, además de ese cabello fuego, que en cualquier mujer me atrae, la piel tersa o sus ojos grandes y atentos, definitivamente lo que me gustaba de ella era su sonrisa, su sonrisa sincera, parecía valer el esfuerzo de buscarla cada vez. Y pensándolo bien, el que no daba nada de trabajo era yo, pero que mas da, es algo de mi que no puedo cambiar, soy simplemente un libro abierto.
Aelric Ecrivain- Humano Clase Media
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Re: ----The art of subconscious illusion----{Vianna Wilde}
Miré desilusionada a la camarera cuando se fue para hacernos la cuenta y luego sonrío a Aelric cuando me reprocha el haberla torturado un poco. Bueno, vale, puede que a lo mejor le hubiera hecho pasar un mal rato a la pobre chica, pero simplemente quería disculparme a mí manera.
Me crucé de brazos y apoyé la espalda contra el asiento, esperando a que aquella chica nos trajera la cuenta, aunque era evidente que la pobre intentaba retrasar el momento todo lo que podía.
- Hacéis buena pareja, no entiendo por qué no le das una oportunidad - comento encogiéndome de hombros - Además parece una buena chica, una de esas que dicen "te quiero" de forma sincera, de las que encuentras a tu lado a la mañana siguiente, de las que te preparan un buen desayuno... chicas normales - levanto una mano y miro mis uñas de forma distraída, pensando en que yo nunca sería como aquella chica, y aunque quisiera serlo mi vida había sido tan diferente, conocía tantas cosas, que jamás podría ser normal. La verdad es que no me arrepentía para nada de cómo era mi vida, siempre había pensado que lo normal y corriente era aburrido, y ahora que yo no lo era no podía imaginar mi vida de otra forma. Cuando conoces que el mundo no es como pensabas, no vuelves a ser normal nunca.
Levanto la mirada hacia Aelric y cuando voy a decir algo, la chica aparece con la cuenta. Yo cierro la boca y le sonrío, aunque ella evita mi mirada - Gracias Emeline - contesto cuando dije a media voz lo que cuesta la comida. Meto la mano en uno de mis bolsillos y saco un paquetito con unas monedas en su interior. Lo dejo en su mano y la chica sale huyendo, literalmente, de mi lado.
Suspiro y miro por la ventana, apoyando la barbilla en mi mano, retrasando el momento de irme de allí - La verdad es que no me apetece nada tener que ir ahora a por ese vampiro - murmuro frunciendo el ceño - Nunca me ha gustado mucho cazar con el estómago lleno.
Me crucé de brazos y apoyé la espalda contra el asiento, esperando a que aquella chica nos trajera la cuenta, aunque era evidente que la pobre intentaba retrasar el momento todo lo que podía.
- Hacéis buena pareja, no entiendo por qué no le das una oportunidad - comento encogiéndome de hombros - Además parece una buena chica, una de esas que dicen "te quiero" de forma sincera, de las que encuentras a tu lado a la mañana siguiente, de las que te preparan un buen desayuno... chicas normales - levanto una mano y miro mis uñas de forma distraída, pensando en que yo nunca sería como aquella chica, y aunque quisiera serlo mi vida había sido tan diferente, conocía tantas cosas, que jamás podría ser normal. La verdad es que no me arrepentía para nada de cómo era mi vida, siempre había pensado que lo normal y corriente era aburrido, y ahora que yo no lo era no podía imaginar mi vida de otra forma. Cuando conoces que el mundo no es como pensabas, no vuelves a ser normal nunca.
Levanto la mirada hacia Aelric y cuando voy a decir algo, la chica aparece con la cuenta. Yo cierro la boca y le sonrío, aunque ella evita mi mirada - Gracias Emeline - contesto cuando dije a media voz lo que cuesta la comida. Meto la mano en uno de mis bolsillos y saco un paquetito con unas monedas en su interior. Lo dejo en su mano y la chica sale huyendo, literalmente, de mi lado.
Suspiro y miro por la ventana, apoyando la barbilla en mi mano, retrasando el momento de irme de allí - La verdad es que no me apetece nada tener que ir ahora a por ese vampiro - murmuro frunciendo el ceño - Nunca me ha gustado mucho cazar con el estómago lleno.
Vianna Wilde- Cazador Clase Media
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Re: ----The art of subconscious illusion----{Vianna Wilde}
Me recosté contra el espaldar del asiento y miré a Vianna directamente a los ojos, mientras en silencio escuchaba lo que me decía, retiré el plato de la tarta hacia adelante, sin dejar de verla, hasta que volvió Emeline por la cuenta, que Vianna pagó enseguida sin siquiera preguntar si podía pagarla, yo no protesté, tal vez eso la hiciera sentir que la deuda de la atención medica y el lugar en el que pasar la noche estaría saldada con el desayuno, la vi ver por la ventana y permanecí en silencio un momento, uno corto.
-Siempre eh sabido que mi vida sería distinta...
Murmuré quitando la vista de ella solo un instante.
-Simplemente no puedo estar con una chica que quiera decirme que me quiere, y mucho menos si es una chica "normal", las cosas conmigo nunca serán sencillas si se involucran mucho, preferiría no hacerle ese mal a nadie...
Apoyé los codos en la mesa y me incliné hacia Vianna, poniendo mi abdomen contra la mesa.
- Una vez en el lado oscuro, no puedo arrastrar a alguien que cree tanto en la luz-
Vi a Emeline evitando el contacto con nosotros por completo, sentía su deseo de que nos fuésemos, pero Vianna se veía muy comoda allí, y no tenía intenciones de hacerla levantarse, además, por el momento no sabía a que otro lugar podíamos ir, me deslicé en el asiento de cuero y separé las rodillas, me subí las mangas de el abrigo, el calor de la mañana empezaba a sentirse, y en ese momento empecé a lamentar recibir la ropa que me había lanzado Cloude antes de salir, si estuviera allí solo con el abrigo y los pantalones estaría mas fresco, y tal vez las chicas estarían más incomodas.
Aelric Ecrivain- Humano Clase Media
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