Reminiscence et le désir au bord de l'enfer [PRIV]

No le cabía de más que empezar de nuevo con la tarea que la inmortalidad le encomendó desde entonces. Él estando ahí en ese sofá, con su hermano sobre sus piernas y notando como quería hincarle el diente. A veces sentía pena por haber ido a aquella reunión y no haber podido ir a ver a Arianne para pedirle ser su esposa, pero volvieron sus pensamientos a la necesidad de sangre que deseaba obtener su hermano de él. No había una cama, pero igualmente serviría la mesa del escritorio.

Su mano fue a la cabeza de su hermano cogiéndola sin más, levantándolo sin cuidado de sus piernas, llevándolo de esa manera hasta el escritorio para ponerle sobre la mesa-….¿Cuánto llevas sin alimentarte? ¿Qué pasa? ¿Se te escapo la loca de tu bruja? –Dijo sonriendo con socarronería, observando al famélico de su hermano que aun pedía de su sangre-…Tienes que controlarte a pesar de estar al borde de la muerte, de la demencia hermano…Somos iguales en años, pero ¿Por qué he sido el único en saber controlarme con esta locura? –Las manos de Freyback se trasladaron sobre la corbata que deshizo de su cuello, se abrió la camisa para después abrir la camisa a su hermano que estaba tumbado, pero no podría hacer nada si entraba en estado de locura.

-….Debes estar calmado…Sé que cuesta Dar…-Levanto la cabeza de su hermano para tenerla justo a su altura, sentó a su hermano en aquel escritorio, poso las manos sobre las mejillas ajenas, observando el iris casi blanco fantasmal que estaba tiñéndose de un tono carmesí -…..Te daré….un poco…No todo de golpe….-murmuro firmemente sobre los labios ajenos que no estaban siendo tocados, simplemente estaban siendo suspirados por palabras de consejo, sujeto su cabeza,  que no se le lanzara de inmediato, teniendo cuidado, su mano fue al torso ajeno para tentarlo, su piel era la prueba descriptiva de que su hermano había estado demasiado tiempo evitando el alimentarse, el después sería una reprimenda por poner su inmortalidad en juego.

Solo un corte basto  sobre su pecho para que salieran múltiples líneas carmesí, su sangre, la cual daría a probar a su hermano, la cabeza de su hermano la dirigió como si fuera un juguete de goma, una muñeca que estaba sin alma y envuelto en soledad, como él también lo estaba. Solamente las palabras dichas por aquel de los Worthing, se le quedaban aun en la mente, sinceras y directas, hirientes a su costa pues se sintió identificado con ese nombre, pero tendría que ser mentira.

Su amada casi-esposa estaba muerta. No había marcha atrás sinceramente, ella no estaría con él jamás y perdió la esperanza de que fuera de otro modo –Bebe estimado hermano….-Lentamente lo acercaba al corte que hizo sobre uno de sus pectorales -….Espero que no lo rechaces…no quiero perderos a ambos….-murmuro en el oído ajeno mostrando por última vez clemencia, ¿dulzura? Como pensó, sería la última vez.

-Solo…cuidado…-Mostrando prudencia en el entorno, seguía un patrón para que nadie saliera mal parado. Poco a poco. Lentamente, tragando, disfrutando el cáliz sagrado que le entregaba -…Al menos…-rio-…Soporta el olor de mujer por unos segundos..-Su sonrisa volvió a aparecer en su rostro, mostrándose divertida.

A veces su hermano se las pasaba de listo y de gracioso - ¿Espérate, no? Te acabo de dar parte de mi sangre más un extra que has obtenido gratis…-Termino riendo con un sonido afable para los oídos ajenos- ….Ahora estas medianamente habilitado para follarte incluso a alguna de las doncellas de la casa…-sonríe-….¿Te gustaría una orgia sangrienta? Emborrachamos a las doncellas y nos montamos una orgia entre los…cinco? Seis? –rio con la idea-…Un baño de sangre, elegimos así a las más adecuadas para poder llevárnoslas a la cama mientras le absorbemos su vitae lentamente y adecuadamente claro está, he oído que la sangre no sale de la seda….a tu hermana Berenice le daría algo si descubriera las sabanas de ese modo….-Suspiro lentamente a su vez mientras se sentaba sobre el canto de la mesa en la que estaba sentado su hermano, a su lado le observo.

-….No veo que tus ansias sean aclamadas inmediatamente, así que comenzaré con la idea….-Lentamente beso la frente de su hermano con lentitud, mostrándole que aún estaba bajo su protección. Él había sido el primero de los varones en nacer, después de él había nacido Alexindice y finalmente Darwyn. Alexindice. Aquella hermana que nunca estuvo con ellos realmente, pero ¿Desde cuándo habían estado siendo engañados? En verdad, su tío debería de estar entre ellos y vivo si de ese modo podría haber controlado a lo que hubiera sido de su hermana.

Se formulaba demasiadas preguntas en su mente que no encontraba las respuestas. La mayoria del tiempo se encerraba en su estudio para repasar antiguos libros pero solamente le aburria su contenido y estaba harto ya de ir en busca de diversiones al burdel. De hecho le traia malos recuerdos al pensar en ese sitio. Saber que ademas estaba igual que hace 280 años pero con diferentes adquisiciones, diferentes rostros que hubiera conocido en el pasado. Ahora, o se buscaba diversion con su hermano o la luz del dia la volveria a ver -.....Hermano vamos...-Le observo durante varios momentos-....¿Que pasa? ¿Tengo que vestirte tambien? - Dijo el mayor de los varones al mas pequeño de la familia mientras se ataba la camisa boton por boton, averiguaba cual era la mejor forma de colocarse de nuevo el nudo de la corbata mientras se reflejaba en el espejo -Ya esta.....-Murmuro satisfecho, observando que de nuevo estaba hecho un pincel, bueno, en él era costumbre que estuviera siempre asi de "afeminado" como le decian otros solamente por envidia pura y dura.

En otros infiernos, Freyback hubiera torturado y maldecido a quienes hubieran sido sus siervos, desquebrajándolos hasta que estos pidieran clemencia de donde no pudieran hacerlo. Su hermano seria quien no tuviera la unidad de medida al hacer daño a una persona, una persona fuera de sí, sin saber que hacer o que decir en momentos de desesperación, siempre se iría escondiendo tras la máscara de la fuera o de lo que siempre había sido, un cobarde y esta vez había sido una excepción, él ahora había sido el valiente.

Freyback no tenía que replicarle nada, él quería a su hermano en demasía, quería que dejara de decir esas cosas, pero por algún motivo, Freyback no despertaba de su inconsciencia tras haber sido tirado contra la pared, no sabía si iba a ser capaz de levantarse de aquel montón de escombros que ahora eran parte de del decorado…y de su propia casa que había conseguido re-habilitar tras muchas noches y a veces días en vela con las cortinas echadas para evitar la luz que entrara por las ventanas.

-Agh…- ¡Al Fin! Se despertó! Freyback estaba en el suelo observando en secreto como su hermano aún estaba quieto en aquel lugar, de pie y sin darse cuenta de que él había despertado, lo que le dio oportunidad de levantarse sin importarle la tierra que tuviera sobre su cuerpo, sin importarle como se viera, estaba en las sombras y en este caso era evidente que parecía sacado de un libro de terror.

Sus pupilas celestes casi grises se resaltaban en la oscuridad de donde permanecía reincorporándose, siguiendo el patrón de su mirada hacia su hermano estaba meditando que devolverle a cambio, pero como si hubiera resurgido de las cenizas del infierno, las cenizas de la madera y de la pared, terminaron por caer el suelo tras que fueron retiradas con la mano - ¿A qué estás jugando hermano? –Aquella pregunta fue de pura curiosidad, pero fue formulada con la profundidad de su voz, que transmitiera autoridad. Su mano izquierda tomo posesión de una calavera que adornaba la sala y la tiro contra su hermano pero intencionadamente la tiro contra la pared.

-…¿Crees acaso que fuiste un error? ¡El error fue separarnos después de que esta maldición se lanzara sobre nosotros! El error fue aquel quien nos convirtió en esto y no debes caer bajo su influjo…-Estaba a media distancia, aun escondido entre las sombras por no querer mostrar su rostro cubierto por varias cicatrices tras la “caída” magistral de su hermano – Si empieza por ti, él sabrá manejarte a su antojo, sabrá darte las mejores promesas para después romperlas en el mejor momento que será cuando estemos muertos y tu te encuentres solo…-Seguía sin moverse -…Agh…-Ahora intento moverse, su cabeza le daba vueltas por la falta de sangre, de lo que podía intento regenerarse más rápido pero solo llego hasta mostrarse completamente a la luz de la luna, sentándose en el diván y tomando la mano derecha de su hermano –Darwyn…todos hemos sido víctimas de las distancias que los años nos han afligido…-Beso el dorso de la mano ajena -…Y yo, que siempre he estado a tu lado y que siempre estaré, jamás te ignoraría.. ¡Nunca! –La vida en si para los Moriarty no había sido demasiado tranquila.

Siempre había habido desconfianza entre la familia pero de algún modo, se descubría el inicio de los problemas, siempre los causaba una persona y esa era su tío, quien conociéndose como el bastardo del General Moriarty, siempre había sido el “segundón” y para colmo ahora lo pagaba con los hijos de su hermano, es decir, con aquellos a quienes consideraba sus cuatros sobrinos, aun cuando ya la pago con uno de los cuatro.

-Darwyn…-murmuro Freyback cuando por fin pudo regenerarse casi por completo -….Seamos una familia…-se lamio los labios, la sed le aclamaba -..Seamos los Moriarty de nuevo.

El semblante de su hermano solo le basto para decir que no a sus demonios por dentro y estar replanteándose esa idea. ¿Nuevos Moriarty? Pero ¿Dejar suelto aquel que les convirtió en lo que eran? ¿Simplemente dejarle marchar sin más? – Hermano tengo curiosidad de saber que harás si dejamos la búsqueda de nuestro tío para obtener venganza…o que harás después de que comencemos a ser una familia normal como quieres que seamos. Tengo en cuenta que no muchos se atreven a ponerse delante de sus narices. Yo ya he sufrido bastante y admito que quiero paz entre nosotros sin al menos perder nuestro toque familiar pero admite que no nos podemos quedar de brazos cruzados…por ejemplo ¿Te hubiera gustado poder tener hijos? O ¿al menos respirar el aire de la tarde? Hermano, se cómo te sientes –

Puso las manos sobre las de su hermano, acariciando aquella pálida piel con los pulgares. Observaba el semblante de su hermano y se levantó estando frente a Darwyn, término abrazándole como siempre solía hacer en el pasado cuando estaban todos juntos en armonía, Freyback tenía sus ganas de vivir y de casarse con aquella que él amaba con toda su alma. Bérénice tenía ganas de seguir luchando en Jerusalén y casarse con quien estaba prometida en la tierra santa, un antiguo caballero templario que aún existía por aquella época.

Muy pocas veces habían comido juntos un buen manjar - ¿Te apetece cenar con Bérénice un buen manjar de sirvientas? –Termino riendo tras sentirse en paz, en realidad quería hacer algo especial –Pondremos un anuncio, una clasificación o un concurso…para poder traer a las más hermosas que he escuchado de algunas noches en la taberna que las más bellas tienen la mejor sangre…-se quedó pensando – Y además puedas encontrar a alguien que te guste o conozcas a alguien…-Rodeo el cuello de su hermano con uno de sus brazos para despeinarle con los nudillos de su otra mano, riéndose como antaño hacían - ¿Eh? –le soltó – Y así también me olvido un poco de lo que es ir tras aquel cabrón de mala sangre que nos dejó…así…-Sus pasos se alejaron de su hermano para ir a comentarle a Bérénice el nuevo plan que tenía con su hermano sobre el festín de sirvientas y el finalizar la búsqueda, ser unos nuevos Moriarty.

Cuando llego a la habitación de su hermana pudo ver que esta se estaba vistiendo de negro, como si aún estuviera de luto por su hermana – Bérénice….Tienes que superar lo de Alexindice –Dijo con suavidad mientras la miraba desde la puerta, observando su figura y procurando no hacer ningún acto de incesto – Darwyn y yo hemos pensado en hacer un pequeño festín con un manjar exquisito…lleno de las mejores mujeres para poder extraerles su vitae….-Sonrió - ¿te apuntas? Bérénice dime algo…por favor…-Podía ver a su hermana estar aun en silencio pero vio cómo se alistaba con armas bajo el vestido oscuro que llevaba esa noche. Su hermana entonces salto por el balcón no sin antes besar a su hermano en los labios rápidamente, guiñándole el ojo y susurrándole que ella misma iría a cazar. Se fue por el balcón y fue saltando de techo en techo hasta que ya no se la vio por el paisaje oscuro.