Amante de la luna | Eris & Nadezhda.

por Invitado Dom Ago 22, 2010 6:47 pm

Recuerdo del primer mensaje :

-Maldita sea, maldita sea.- susurré, saliendo apresuradamente de la carreta y corriendo al bosque.
No podía quedarme cerca de la carreta, estaba a punto de caer la noche, y estaba completamente seguro de que la luna llena haría aparición aquella noche, podía sentirlo.
Para mi desgracia, la noche cayó mucho antes de lo que yo había calculado, y cuando llegué al bosque, la transformación fue inminente.

Otra vez esos dolores, esa perdida de consciencia. Ahora ya no era yo, ya no sabía que hacer o a donde ir.
Gruñí, cuando ya era tan solo un animal, un animal que no tenía control de sus actos y que a penas recordaba quién era o de donde venía. Las ropas que antes llevaba desaparecieron, y el pelo cubrió todo mi cuerpo.

Me hallé corriendo por el bosque, buscando comida, o algún claro donde poder aullar a la luna.

por Invitado Sáb Oct 16, 2010 6:28 pm

Me pasé dando vueltas por el oscuro bosque, rezando a todos los cielos que la vampiresa no saliera mal parada de aquella pelea, ¿y por qué me interesaba tanto por ella?, no lo podía entender, pero de alguna manera ya había empezado a caerme bien, por encima de su arisco carácter y su forma fría de mirarme.
Cuando empezaba a salir del bosque, preguntándome dónde demonios se había metido mi hermano, el sol empezaba a hacer su aparición, ahora lo ideal sería encontrar el campamento, pero mi poco sentido de la orientación me decía que estaba más perdida que Colón cuando llegó a las Américas pensando que eran las Indias orientales.

¡Bien Nadezhda, ahora aparte de apeligrar tu vida con esos dos seres rondándote y no saber donde está tu dichoso hermano, también estás perdida!... ¡Eres todo un caso! . Y hablar conmigo misma solo me hacía sentirme más loca de lo normal.
Caminé sin rumbo por el linde del bosque, hasta que el camino se me hizo conocido y allí hallé por fin la zona gitana. Corrí hasta llegar a las carretas, cansada y con el corazón en la garganta busqué desesperada a mi hermano, su carreta estaba intacta, su caballo descansaba junto a mi yegua y nada se había movido de su lugar. ¡Sasha no había aparecido!. Mi preocupación afloró aún más y no pude evitar que unas finas lágrimas resbalaran por mi mejilla, a causa del nerviosismo, me apresuré de nuevo hacia el camino que antes había tomado, esperando ver aparecer a alguien a quien poder pedir ayuda o incluso al mismo Sasha. En aquel instante de mi vida deseé tener a mi lado de nuevo a la fría vampiresa, que por muy depredadora que sea, me transmitía seguridad.

por Invitado Sáb Oct 16, 2010 8:33 pm

Cuando se dio cuenta del estado en el que me encontraba, se separó con rápidez de mi cuerpo para colocarse de rodillas unos metros más lejos. Genial, ahora si estaba completamente desnudo. ¿Por qué me pasaban aquellas cosas? Me cubrí con dificultad sintiéndome ridículo y busqué con la mirada alguna de las prendas de ropa de las que anteriormente me había deshecho. Encontré los pedazos de la falda de la vampiresa y los tomé para cubrirme. Me levanté cubierto con aquellas mínimas telas y rebusqué mi ropa con la mirada.

-¿En qué demonios estabas pensando? ¿Te das cuenta de lo cerca que has estado de atacar a tu hermana, maldito lobo descerebrado?.- comenzó frunciendo el ceño de forma evidente, parecía completamente furiosa. Y yo que ni siquiera recordaba que había pasado... solo sentía aquel punzante dolor en mi brazo, ¿qué pretendía entonces con aquellas palabras?-Te lo advierto, Sasha: Si se vuelve a repetir no dudaré ni un instante en atacarte. Y te aseguro que no tendrá nada que ver con el jueguecito de esta noche..- continuó, pero otra vez me aislé continuando con mi búsqueda sin entender bien que decía. Necesitaba mi ropa, luego podría decirme lo que quisiera y explicarme qué demonios había pasado.
Olvidándome de ella un momento, caminé con rápidez hasta debajo de un árbol donde se encontraban mi pantalón y mi camisa. Me tomó un momento ponerme el pantalón, un momento que pareció pasar de forma fugaz.
Los primeros rayos de sol comenzaron a aparecer entre los árboles, y mi mirada se fue directa a Eris, quien tragaba saliva clavando sus ojos en los míos.

-Дерьмо....- murmuré en ruso, corriendo hacia ella para cubrirla con mi camisa. -Tienes que salir de aquí, ¡rápido!.- exclamé sin entender porqué me preocupaba tanto por ella de repente.

Tomé su mano obligándola a levantarse y corrí tirando de ella hasta detrás de un árbol, donde parecía parcialmente protegida por los rayos del sol. Coloqué la camisa sobre su cabeza, a modo de sombrero, y busqué sus ojos con la respiración entrecortada.

-Creo que necesito que me expliques todo esto....- le pedí respirando entrecortadamente casi sobre sus labios a la vez que limpiaba de nuevo las gotas de sangre que manaban de su pequeño corte.

Mi mirada bajó sin sentido hasta sus rojizos labios, y un extraño cosquilleo me invandió. ¿Qué me estaba pasando con aquella maldita vampiresa? Agité la cabeza disimuladamente y posé mi mirada sobre la suya.

-Me temo que tendrás que explicármelo en otro momento....- susurré percatándome de que el sol comenzaba a salir.

por Invitado Miér Oct 20, 2010 4:24 pm

Eris observó como Sasha utilizaba los restos de su elegante falda para cubrirse las vergüenzas y alzó el labio superior con desagrado. Una prenda tan fina, cuidada y femenina, cayendo en manos de un licántropo completamente desnudo y siendo usada nada menos que para tapar lo que los ojos de una dama no deberían llegar a ver antes de estar casadas. Sin embargo, Eris prefería ver los jirones que antes habían conformado su falda cubrir la cintura de Sasha antes que tener que observarle sin ellos.

En ese momento, no obstante, aquel detalle poco pudo importarle. En las agónicas puertas de la muerte, la vampiresa ni siquiera se sentía excesivamente molesta con Sasha, a pesar de ser él en gran parte el causante de su estado. Ni siquiera tenía ambición de hacer uso de sus últimas fuerzas y arrastrarle con ella a lo más profundo del infierno, hacerle lamentar el momento en que sus caminos se cruzaron. Ni siquiera le importaba demasiado ese inesperado final. Llevaba 50 años lista para ello, desde el momento en que creyó que su vida se extinguiría en aquella abandonada y oscura calle, por lo que ahora no significaba más que el pago de una deuda atrasada para ella.

Por eso, nunca llegó a creer que Sasha acudiría en su ayuda haciendo uso de su propia camisa, con la que cubrió su pelo, rostro y cuello y los protegió de los letales rayos solares. La vampiresa abrió los ojos de par en par y se dejó conducir hasta que el licántropo se detuvo. El sol aún la hería, pero desde detrás del arbol no llegaba a impactar directamente en su fría piel. Contra todo pronóstico, la camisa le confería más amparo de lo que cabía suponer tratándose de una simple tela, y aquella ligera disminución en el dolor que el astro rey le provocaba fue suficiente para reactivar su sistema. ¿Había alguna esperanza para ella?

-Como comprenderás, la oscuridad es ahora mi prioridad. Las explicaciones deberán esperar hasta que yo decida lo contrario, pero no dudes de que nos encontraremos de nuevo.-Zanjó, clavando sus claros ojos en los de Sasha una última vez antes de saltar con agilidad hacia la copa del árbol que había detrás de ellos, donde la penumbra aún la resguardaba.

De ese modo, la joven vampiresa acabó de cubrirse con la camisa, dejando apenas un espacio para conservar la visión, y se alejó del licántropo, en una busca desesperada de algún recóndito rincón donde recuperarse de las heridas que el sol le estaba provocando. Algo le decía que durante los próximos días (los cuales debería pasar en completo reposo) tendría mucho tiempo para meditar sobre lo ocurrido en aquel bosque maldito.

por Invitado Sáb Oct 23, 2010 9:42 am

Inevitablemente sus palabras me pusieron de un ligero mal humor. Me quedé observándola mientras se iba corriendo a ocultarse en algún rincón sin luz solar y bufé sonoramente. ¿Por qué me había parado a ayudarla si siempre perseguía a mi hermana? ¿Por qué sentía aquellas extrañas sensaciones si la miraba demasiado?
Sin duda tenía que ser la confusión y el dolor de la herida de mi brazo.
Terminé por continuar buscando mi ropa para vestirme mientras me preguntaba si estaría bien... ¡pero a mí que me tenía que importar!
Encontré finalmente mi pantalón medio roto, pero que sirvió para cubrir parte de mi cintura y piernas. Usé después el trozo de tela que había estado usando para cubrirme como improvisada venda para mi malherido brazo izquierdo. ¿Me lo habría hecho ella? ¿Por qué? El único motivo que se me ocurría era que me hubiera transformado en licántropo, y viendo todo lo que había pasado, estaba claro que esa era la razón con más posibilidades de ser la correcta.
-¡Nade!.- exclamé de pronto.
¿Como iba a explicarle mi desaparición, mi estado y mis heridas? Tenía que pensar rápido, pero sobre todo, saber si estaba en casa o había salido a buscarme. ¿Lo habría hecho y por eso aquella vampiresa se había enfurecido tanto conmigo?
Me froté el brazo dolorido caminando por el bosque de vuelta a las carretas, esperando que Nade ya estuviera así.

por Invitado Dom Oct 24, 2010 9:08 am

El sol estaba saliendo de su escondite con rapidez y yo no dejaba de buscar con la mirada, a pies del linde del bosque, a mi hermano, el corazón me latía con fuerzas, casi queriendo salir de mi pecho a causa de la preocupación. Pero al instante de ver el claro cielo sobre mi pensé en la fría mujer que me había defendido de aquella horrible bestia peluda, pues si llegase a estar fuera con el sol en su esplendor ella... moriría.
Sacudí la cabeza ante esa idea y sus piré con dolor, ¿por qué la vida de los que más me importaban estaba en peligro?, ¡no!, no quería pensar en esas cosas; y mi mundo se iluminó al ver que del bosque salía un hombre a medio vestir, con el cuerpo descuidado y el andar decidido.

-¡О Боже, Саша!- logré decir en un grito ahogado al verlo caminar hacia mi, no pude tragarme las lágrimas y me lancé hacia él cerrando los ojos, feliz de verlo bien, aun sabiendo que llevaba rasguños y cortes en el cuerpo, que en aquel momento no me importaban más que él estuviera con vida.
-¿¡Donde estabas!?... Te he estado buscando con Eris y luego... ¿¡Sasha, qué te ha pasado!?- No paraba de hablar, las preguntas salieron disparadas de mi al encontrarme con su mirada y separarme de su abrazo, verlo un tanto magullado me había dejado con la impresión de que estaba herido y yo no veía más allá de su propia presencia. Era mi hermano y me moriría si él me hubiese llegado a faltar, pero era notorio aquel estado magullado que poseía y mi curiosidad podía más que mi enfado o mi agonía por haberlo creído desaparecido.

por Invitado Sáb Oct 30, 2010 11:23 am

-¡О Боже, Саша!- escuché que gritaba de pronto la voz de Nade. Corrió hacia mí sin poder evitar que las lágrimas saliesen de sus ojos, abrazándome a la vez que cerraba los ojos. La abracé con fuerza, riendo levemente por oírla hablar en ruso. Me sentí culpable al sentir como lloraba e hipaba nerviosa. -¿¡Donde estabas!?... Te he estado buscando con Eris y luego... ¿¡Sasha, qué te ha pasado!?-.- hablaba sin parar, nerviosa y sin poder callarse.

Acaricié su pelo intentando calmarle y levanté su cabeza para poder mirarla a los ojos. Sonreí levemente intentando calmarla.
-Estoy bien.- dije sin más, aún sonriendo. Esperaba que aquello le sirviese para calmarse y que no hiciera demasiadas preguntas que no podría responder. -Unos... unos ladrones me atacaron... ¡pero ya ha pasado, estoy bien!.- me apresuré a decir, acortando al máximo mi mentira. -Vayamos a casa... creo que necesito que me cures las heridas....- reí con suavidad y besé su frente cariñosamente. -Vamos...- sonreí abrazándola a mi para calmarla.

Odiaba mentirle, pero no podía explicarle lo que había pasado cuando ni siquiera yo lo sabía...

[TEMA CERRADO]

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