I´m Worse Than Loneliness [Privado Amber]

Una noche más y estaba sola, esa casa parecía enorme mientras iba y venía sin rumbo fijo, podía subir y bajar las escaleras sin ningún problema intentando cansarse pero eso no pasaba, ella necesitaba más que aquello, además de que la luna todavía le daba unos cuantos días más de gracia, por primera vez desde que se había convertido en esto, estaba deseando poder ser aquella bestia que no tenía sentidos ni razón, a la cual no le importaba nada, ni siquiera ella misma, para poder hacer y deshacer sin darse cuenta, quizá lograr realizar lo mismo que le estaba quemando por dentro pero que con consciencia no era capaz de llevar a cabo. Terminó de subir las escaleras y en el tocador un papel se apareció delante de sus ojos, se movía apenas por el viento que se colaba por la ventana, logrando con ello captar la atención de Amber y se acercó al tocador. Una sonrisa cruzó por sus labios, sería una buena noche o al menos eso pensó.

Se metió en el cuarto de baño, mientras estiraba los brazos y se miraba en el espejo, lucía bien, o al menos eso era lo que parecía en ella. Sonrió y terminó por desvestirse para meterse a la tina, dejando que el agua tibia relajara todos sus músculos, por breves instantes olvidó el estrés al que estaba sometida mientras que se relajó, permitiéndose cerrar los ojos, perdiéndose en la inmensidad de sus propios pensamientos hasta que estos por fin también la abandonaron. De pronto la idea surgió en su mente... ¿Quién le había dado la invitación? ¿La novia o el novio? Ninguno de los dos nombres le sonaba conocido, tal vez alguien más la había enviado o le había llegado por error, pero bueno iría a disfrutar de una "buena" fiesta, esperando que aquello fuera verdad. Salió del agua sin muchas ganas y caminó hacia su habitación para poder escoger cual sería el atuendo de la noche, ¿Atrevido? ¿Normal? ¿Recatado? ¡Que complicado!, al final optó por un punto medio entre los tres, dejando un vestido color carmín que se entallara en la cintura, pero con el escote lo suficientemente discreto como para que tuviera que ser retirado si querían llegar a ver más allá, las curvas se veían, pero aún así dejaban en incógnito lo necesario.

El carro estaba listo para cuando ella quisiera salir, así que nada más guardó en su bolso de mano la invitación y salió sin prisa, el cochero sabía que le gustaba que fuera con calma pues no toleraba los percances, ya que odiaba los retrasos, siempre los había detestado así que era sumamente precavida. El cielo se iluminaba apenas con un cuerno de la luna que se dibujaba en el firmamento, dejando una tenue luz que guiaba el camino de muchos, Amber deseaba verla entera, causando estragos en su ser, de sólo pensarlo fue como si su cuerpo comenzara a doler, pero desafortunadamente todavía tenía el control entero sobre sí.

Indicó al hombre que se fuera, ella volvería sola, no le tenía miedo a la noche y menos a los peligros que pudieran haber en la ciudad, así que no importaba que tan ebria o que tan noche saliera, sabía que llegaría sana y salva.

Había llegado tarde, se había saltado la ceremonia, con toda la alevosía y ventaja del mundo, llegando al Palacio Royal simplemente a la fiesta, ¿Quiénes eran? No importaba, al menos no hasta que a alguien se le ocurriera preguntar -Buenas noches...- contestó al tiempo que se iba girando hasta observar al hombre que le hablaba -Ya tengo una bebida, pero muchas gracias, la compañía no se la niego- contestó lo más amable que podía mientras hacía un ademán con la mano como indicando un brindis. Los demás bailaban, se abrazaban o simplemente se quedaban observándose unos a otros sin saber que hacer -Amber, Amber Aveiro- extendió su mano hacia el caballero, sonriendo con amabilidad, sabía como era que se tenía que comportar con los demás, como eran los de clase alta, media o baja, había estado con todos en algún momento de su vida, el hombre se veía educado, pero su aura era extraña, no era un humano común y corriente, por eso mismo sus sentidos se pusieron alerta.