Reencuentro y recuerdos || private +18.

por **Arianne Vermelle** Dom Mar 02, 2014 7:08 pm

A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante.
-Oscar Wilde

Los recuerdos persiguen la mente de todos, no solo los humanos tienen aquello de que sus memorias regresen siempre que puedan o les den cabida, incluso a los inmortales los recuerdos de lo que un día fue y nunca volverá nos atormentan día y noche, bueno sería la noche el momento indicado para ser atormentados por sus recuerdos, y eso es lo que pasar por mi mente, aún está el recuero de él, sus labios, sus caricias incluso esos ojos que me siguen a cada paso que doy, le siento muy cerca de mí como si estuviera atrás mío sonriéndome, protegiéndome.
Entre suspiros camino por la ciudad parisina todos los rostros me parecen iguales no les veo diferencia, y ¿cómo hacerlo? Si he pasado años sumida en el dolor y el sufrimiento que me causó aquel que ahora desprecio y por el que aun siento un profundo cariño, aun después de que él esté muerto, o eso me dijo su tío antes de matarme.

“Zorra, vas a encontrarte con él en el infierno, y así nunca podrás volver a dañar mis planes”

Esas palabras aun retumban en mi corazón lastimando y causando un dolor profundo, aunque sé que no tengo corazón, cada vez que esas palabras vienen a mí la herida que aquel ser provocó en mi cuerpo late con fuerza como si volviera a tenerla derramando mi sangre sobre la ropa otra vez, ¡sí! Todo vuelve tal cual ese nefasto día, aun cuando los años ya han pasado.

1846 Londres.
La luna cubría la ciudad, en lo alto del cielo su brillo era tenue, luna nueva, abro los ojos pero no veo los tengo vendados solo oigo el viento golpear hojas ¿árboles? El aroma a pinos me hace creer que estoy en el bosque, trato de mover mis manos pero están sujetas –AUCH- gimo de dolor, duele mucho las muñecas de las manos, están tensadas ¿una cuerda? Muevo el cuerpo y los pies también los tengo imposibilitados, otra vez el dolor es igual que el de mis manos, no sé dónde estoy ni que hago en aquel lugar en medio de la nada, solo el sonido de aves y el fuego crepitar ¿una cueva en el bosque? Entonces siento a mi espalda la dureza de una mesa de piedra ¿cueva, piedra, bosque, viento?.
Es ahí que caigo en cuenta, no es una cueva, estoy en medio del bosque en un altar de piedra atada y con el vestido rasgado entre las piernas, el escote y los brazos por eso siento frio, seré parte de un sacrificio, la sola idea de morir así provoca lágrimas en mis ojos, y entonces la risa y el cuchillo clavándose en mi vientre fuerte removiéndome gritos de dolor.

-NO- grito y veo que la gente me queda viendo como una loca, sé que no puedo sonrojarme pero aun, con tantos años encima no me despego de mi piel y sentimientos humanos así que siento como si mi rostro ardiera de la vergüenza, los pasos presurosos para escapar de aquello me llevan hasta la playa, majestuosa y bravía en sus olas, gracias a las corrientes y el viento nocturno, camino por la costa mirando la arena y un deseo me invade…retiro los zapatos de tacones tomándolos en la mano echando a correr por aquella arena sintiéndola entre los dedos de los pies, su sensación me provoca nostalgia y una sonrisa en los labios llego caminando despacio hasta la orilla sintiendo la arena mojada con algo de aquella agua helada y siento en el fondo de mi alma perdida ganas de llorar y por vez primera en doscientos años una lágrima rueda por mi mejilla derecha, una sola lágrima de odio más que de tristeza.

por **Freyback Moriarty** Miér Mar 19, 2014 9:09 am

Los paseos en su sola compañía se hacían eternos, pero cuando estaba con ella, nada se hacía eterno, es más, sus encuentros esporádicos era con los que más disfrutaba con aquella cortesana que conoció hace varias primaveras. Su vida estaba embaucada en la soledad hasta que su hermana le diera el ultimátum de que tenía que poner arriba su ánimo o lo llevaría a la muerte. Aun apenas estaba comenzando a vivir sin más, a disfrutar de lo que su vida le llevaría consigo en un futuro. Sin darse cuenta, sus pasos le llevaron a la playa en donde solo había silencio. Escuchaba como algunas personas se bañaban, seguramente parejas en las que después podrían servirle de aperitivo, pero los cantos de sirena llegaron a oídos ajenos, demostrando que en su interior estaba temblando de frio tras empatizarse con su tristeza.

No sentía frio ni sentía calor. Sentía la tristeza que producía una lagrima. Se preguntó de dónde venían esos lamentos. Se preguntó donde estaba esa dama triste. Su mirada iba de lado a lado, buscando aquella bella alma perdida en el olvido para poder reconfortarla con dulces y palabras que le alimentaran el ánimo. No la encontró hasta que sus pies fueron más allá del horizonte donde separaba el ocaso con la playa. Su visión fue la de su amada del pasado pero segundos después, fue la realidad quien le remato con la sorpresa hasta tenerlo en un prematuro estado de shock.

Parecía que su Dulcinea estaba enfrente suya, con su esbelto cuerpo y esas hebras doradas de las que muchas veces había enredado sus dedos en tiempos de cuando aún era mortal para ella, para su amada, su venus, aquella mujer que le había robado el alma y que jamás llegaría a olvidarla por mucho que lo intentara -…. – No palabras, ningún sonido más que suaves imitaciones de inesperados jadeos de sorpresa. Allí al fondo había una silueta pintada de sombras oscuras que no se distinguía bien en las facciones de una mujer, evidentemente.

Freyback entonces fue acercándose con cuidado. Distinguió conforme se acercó a una mujer de hebras doradas. Pensó en la desquiciada y malograda de Juls quien sabía solo echarse mierda a sí misma, pero después se acercó más y paro insitu. Aquel aroma que inmediatamente aspiraron sus fosas nasales le llevó al pasado, hasta 1516 cuando aún era mortal y vivía de los beneficios de la vitamina D que le brindaba la luz solar.

-¿Qué bella dama se ha perdido a estas horas? – Pregunto el vampiro con tranquilidad, acercándose con cautela. No se fiaba, ¿Quién era esa mujer que llevaba el mismo aroma que Arianne ¿ Una descendiente? ¿Su estirpe habría sobrevivido? Las preguntas comenzaron a salir con tan solo la pista del aroma de su amada. Termina por acercarse un poco y el aroma se acentúa un poco más, llegando a sentirse aturdido por los recuerdos que surgen en su mente como flashazos de luz instantánea –Decidme…-Volvió a insistir, poniendo su pálida mano sobre la una hombrera de cuero que era parte de aquella vestimenta que aquella mujer desconocida llevaba esa noche - ….Que…-A medias se quedó la frase cuando el simplemente se puso en el sitio con cara de asombro al verla cuando la giro en el sitio – tu…-Sin mas dijo aquello, sorprendido y las palabras se esfumaron sin más, dejándole en blanco.

-¿Arianne..? –Murmuro su nombre para después surgir de su interior tristeza, odio, furia, enfado y tristeza nuevamente. El no lloro, pero seguramente Arianne sufrió en parte lo mismo que él.

por **Arianne Vermelle** Miér Abr 02, 2014 4:41 pm

Sumida en pensamientos de tristeza y nostalgia con la mirada perdida en el horizonte, viendo como el mar negro se une al cielo oscuro en una sola mancha de negrura y tristeza, así iba mi alma con los pensamientos de aquellas noches donde solo él estaba, donde sus sonrisa y sus caricias eran el plato que abrían mi corazón, un corazón que solo latía por y para él pero ahora no estaba, no había eso todo fue arrebatado por la ambición del poder y de la gloria, eso nos separó y siempre nos tendrá separados.

Entre suspiros me encontré maldiciéndole en la mente deseándole no haberle conocido en aquella fatídica noche cuando llego al burdel y nos miramos pero luego una mujer lo quiso y nos peleamos, la iba a dejar a ella porque era mi primera vez en ese mundo y no sabía las reglas pero al darle la espalda la mujer lo tomo como una provocación y me aruño el rostro tomando una botella para desfigurarme pero solo me dejo una cicatriz por la ceja de sus garras gracias a que mi dulce príncipe de cuento me salvo y desde esa noche solo venia por mí y solo estaba con él.
Al recordar aquella noche sonreí tocando la marca que llevaba y justo en ese momento un mechón de cabello cubre aquella parte de mi rostro, sabía que si alguien de ellos me veía me reconocería así que debía estar un paso de ellos y evitar de que supieran que era yo, que era la verdadera Arianne.

Justo cuando iba a retirarme a mi cómodo hogar para pasar la noche frente a la chimenea viendo el recuerdo de él quemarse, cada vez que lo hacía mas albergaba dolor contra él, pero en ese momento el aroma conocido de mi encantador hechicero de mi flautista llego a mi haciéndome temblar por completo, las piernas me fallaron las sentía como si fueran de goma, la respiración se agitó, bueno yo la agité ya que no respiramos pero aun me niego a dejar aquella acción humana, lo sentía cerca hasta que su voz me hizo recordar las noches que pasábamos juntos, gire y le contemple quise lanzarme a sus brazos, besar sus labios y deja que me tomara en aquel lugar como si no hubiera pasado nada pero antes de hacerlo frené mis pies y mis pensamientos, tome la falda del vestido en puños agachando la cabeza no quería que me reconociera.

-lo siento pero se ha equivocado señor, Arianne es mi tatarabuela, aunque llevo su nombre no soy ella…- iba a salir corriendo de la playa pero eso sería ser muy obvio asi que tome todo el acopio de mi alma muerta y condenada para seguir con la mentira –la familia de mi prometido siempre me dice que me parezco mucho a mi tatarabuela Arianne primera, pero somos diferentes ella murió hace muchos años atrás y yo…yo soy convertida recién por mi futuro esposo- una mentira tras otras y tras otra aunque una parte era verdad, la Arianne que él conoció feliz y amorosa con él se había muerto aquella noche cuando su tío acabo con mi cuerpo y mi vida.

El rostro seguía gacho, no lo alzaría hasta que el se quedara atrás o a mi lado, así no vería mis ojos ni aquella marca, debía fingir ser una de mis descendientes, descendiente que jamás tendré, cerré los ojos subiendo la zurda a mis cabellos jugando con unos mechones para acomodarlos en un flequillo cerca de mi rostro, justo que cubra la cicatriz en mi ceja izquierda, y ahí lo pude ver a los ojos, él no había cambiado para nada, seguía igual y hasta mejor estaba con sus ojos celeste cielo, sus labios gruesos y esa lengua tan dulce y amable, su barba que me hacía cosquilla en la mano, su cuello tan atractivo cuando respiraba o hablaba y movía aquella manzana de adán que tanto me excitaba, un suspiro deje salir al ver justo lo que siempre le besaba, tanto así que mis pies me traicionaron moviéndose hasta estar frente a frente tan cerca que luego sentí que me sonrojaba, tenía que buscar una distracción –Usted conoció a mi abuela, osea la conoció, como era ella, es cierto que era solo una cortesana más que los hombres buscaban para satisfacer sus necesidades y luego la tiraban y se olvidaban de ella, es cierto que no era más que una puta que arruinaba a otros sus planes, ¿qué fue para usted mi abuela? Un cliente de tantos- chocaban mis dientes contra si por la rabia que sentía al recordar al tío de él, seguiría con vida, si era así lo mataría con mis manos haciéndole todo lo que el me hizo, pero antes, antes quería saber si mi amado Frey no me había olvidado y que era yo para él, solo su diversión de cada noche o también sentía lo que yo sentía por él, un amor que me consumía y consume los huesos que me hace desear estar siempre con él a su lado amándolo eternamente.

por **Freyback Moriarty** Vie Abr 04, 2014 8:17 am

Él estaba seguro de que era ella y de que no había equivocación alguna. Ese aroma solo lo tenía una persona y si fuera otra persona, olería diferente. No sabía cómo poder comprobarlo, él mismo se dio cuenta de que ella no era más una humana, podía notarlo en una piel tersa y pálida, sabia de su esbelto cuerpo que era el mismo por el que varias noches y siempre de seguido acariciaba y daba placer con insistencia. Los recuerdos le llevaron a 1516 cuando aún era mortal, y aún dicha carta no había aparecido en su vida para impedirle estar al lado de Arianne, la única mujer a la que ha amado. Hubo veces en las que la saco a pasear bajo el Lorenzo. La recordó sonriendo cuando ambos estaban bajo el sol ardiente de los primeros días de verano para después a la noche, estar de nuevo juntos y envueltos entre las sabanas del burdel en donde se veían, estando deseosos de poder volver a estar juntos.

Pero todo lo bueno acaba.

Una carta llego a sus manos antes de que subiera al carruaje de vuelta a casa tras haber comprado un anillo de compromiso que era justamente para Arianne, pero el destino era tan caprichoso que pensó que jamás la vería frente a él nuevamente, que ella se casaría con otro y él tendría que buscarse la descendencia por otros medios. Aunque no sabría ahora cómo podría hacer tal si aquello era con algo con lo que anhelaría para el resto de su vida.

-No tienes que ver el pasado…ya que nunca aprendiste a mentir…..-Dos pasos fueron suficientes para poder acercarse a ella, para poder sostenerla de los hombros-…..¿Cuantas veces he estado sobre ti para protegerte….Como por ejemplo aquel que lucho conmigo solo porque te quería una noche con el….-Palabras que finalmente pudieron ser susurradas en el oído de Arianne como una suave caricia producida por el terciopelo suave de las mantas de invierno – y acabé siendo preso de un amor que me tenía loco si no conseguía conciliar una cita ya hubiera sido diurna o nocturna contigo…. – Freyback no acabaría por terminar su cometido en cuanto pensó que aquel anillo aun lo tenía en su posesión. No había lugar del cuerpo de Arianne que Freyback no hubiera memorizado antes y que aun recordara con nitidez. Las pupilas celestes de Arianne, las recordaba junto con aquellas manchas marrones que ahora veía sin necesidad de forzar la vista, sus hebras doradas las veía apagadas contrastando como se le reflejaba a la luz dorada del sol tiempo atrás o como su piel resaltaba esas pecas que ahora apenas estaban en su rostro pese a la palidez de su piel, aunque tenía un gracioso tono pastel seguramente del colorete.

Le seguiría diciendo verdades, pero ahora que la tenía delante de ella, no la perdería de nuevo y sin más la tomó del brazo, acercándola y dejándola a su lado, muy cerca de su lado. Con suavidad, sus dedos acariciaron su rostro, apartando los mechones que no le dejaban ver la única prueba que tenía para que supiera que se había dado cuenta del engaño. Supo que aún estaba. Él mismo le había dado los puntos con ayuda -….Esta aquí…. – Dijo con un leve susurro sobre su frente, acariciando el lugar donde estaba esa cicatriz-….y sé que te la curé yo mismo…con cierta ayuda…-Finalmente termino mirándola a los ojos, elevando su rostro con sus manos a cada lado de su cuello, se estaba tensando mientras le acariciaba el cuello, aquel lugar del que podría alimentarse o ahí estaba todo el comienzo para de nuevo poseerla -….Aun me acuerdo como gustabas de mi compañía….-Sus manos la trajeron hacia el agarrándola de sus caderas, haciendo que aquel vientre plano rozara su miembro-….y como nos desvelábamos hasta bien entrada el amanecer….-Con aquello dicho, volvía a fijarse en ella pero aun rodeándole sus caderas con ambas manos.

No quería separarse de ella.

Quería pasar su eternidad a su lado.

por **Arianne Vermelle** Mar Abr 08, 2014 4:53 pm

Las palabras salían y venían de sus labios, aquellos labios que muchas noches y amaneceres me acompañaron, aquellos labios que adoraba ver moverse lento cuando hablaba, eran los labios que me hechizaban cuando estaba junto a él, y su magia no había sido extinguida su tan amada humanidad que aun tenia pegada a los huesos tan dentro de ella como lo tenía a él, y de paso yo sabía que no podía engañarlo y aun así me arriesgue a hacerlo rezando a que funcionara, pero él me conocía tan bien incluso hasta mejor que yo misma él conocía todo mí y no solo el cuerpo si no mi forma de ser, mi sonrisa mi aroma, cuantas mañanas no pasábamos acurrucados a la cama abrazados sonriendo como unos tontos, o cuando nos topábamos en las calles “de casualidad” y terminaba en una caminata bajo el amado sol, bajo aquel sol que nos calentaba la piel y nos llevaba a alguna aventura, él lo conocía, el estremecimiento de mi piel con su cercanía.

¡Maldito traidor mi cuerpo y mi alma que le pertenecieron, pertenece y pertenecerá! Maldije en la mente tratando de encontrar el respiro necesario para encararlo tenía que convencerle que no era yo, que no era Arianna, aparte mi cuerpo del suyo sabía que un segundo más y estar alrededor de sus brazos rodeando su cuello y probando esos labios entre besos y jadeos…. ¡no es hora de pensar en los recuerdos Arianne, mantén la calma! Otra reprendida y tome la postura que siempre mantenía cuando quería evitar algo, trate de evitar el contacto con sus ojos, aquellos ojos celestes que me hacían flaquear y arrancaban toda la verdad de mis labios, sus manos que hacían a mis piernas flaquear, su cuerpo que me hacía….su miembro…

¡oh no, mil veces no, porque tengo que amarlo tanto!

Los dedos de mi manos acariciaron su rostro, su barba incipiente que tantas noches me hacía cosquilla contra la piel, acerque los labios a los de él, agité la respiración, aun olvidaba que no necesita aquello pero era la costumbre, cerré los ojos y me dejé llevar por el momento, por su aroma, por su ser –Cuantas noches te habrá esperado aquella mujer que llamas, aquella mujer que conoces tan bien que endiabladamente haces que su concentración falle y que mantenerte alejado de ella sea un fracaso…- aspiro el aroma de sus labios dejándole una picazón sobre sus rosados labios finos, una comezón por los labios de él y entonces me arriesgue… -bésame, bésame Freyback, bésame y sabrás que no soy esa mujer, aun cuando tenga la misma marca de ella que curaste y luego por esa herida te cautivaste hasta enloquecerte y enloquecer a aquella mujer al punto de sentir vergüenza de ser una cortesana, para ser solo tuya, para que solo tú la tomases, a la que enamoraste y luego dejaste olvidada en un rincón como una muñeca y mandaste a matar para no interponerse en tu “destino”- rompió el sello de amor con esas duras y frías palabras y en eso el recuerdo de su muerte.

ANTES
-Vámonos ya, la puta esta no estorbará en el destino de mi sobrino más-

Un hombre que no reconoce contesta –El señor Freyback Moriarty sabe de eso, tenía entendido que estaba enamorado de ella-

Aquel sujeto se ríe escupiendo al cuerpo casi moribundo de Arianne –Crees que mi sobrino se fijaría en una puta barata, él tiene clase, esta solo fue un pasatiempo que casi arruina mis planes porque esta maldita casi lo convence con sus encantos de bruja a renunciar a aquello que me pertenecer por derecho y que Freyback me dará, asi que se merece la muerte y Freyback está de acuerdo-

Se escucha murmuros de los cuales no se entienden y luego estallan en risas los dos hombres

-Bueno al menos hubieras dejado que la disfrutara y a mis hombres también antes de matarla así….-

Luego el silencio absoluto junto a mis plegarias de redención y al final aquella voz que me recogió, que me dio la mano y por ultimo me preguntó si quería vivir o morir…y me dio esta nueva vida
FIN

Y ahí estaba mirando a Frey pensando que él sabía, que él quería desaparecerme para eso, cada noche fragmentos a fragmentos vienen los recuerdos de aquella noche, gracias a los años algunas cosas se han borrado y otras se han quedado para bien o para mal están vuelven confusas a mi mente como un mal recuero o como una película borrosa solo las voces siguen claras y unas que otras palabras así como acciones de aquel sujeto que se clavó su puñal en el pecho arrancando mi corazón con sus manos para dárselo a quien me lo quito cuando lo vi por vez primera, a Freyback Moriarty.

por **Freyback Moriarty** Miér Abr 30, 2014 2:11 pm

Freyback rio.

Ella no había cambiado nada en absoluto y después de haberla escuchado al decir todas esas excusas que eran en verdad. Él mismo acerco su rostro para que estuvieran cerca del uno del otro, aquella parte inocente de ella le encantaba y como intentaba deshacerse de él, que acabo por volver a reír -….Ni en mil años cambiaras Arianne….-Sus manos fueron a las caderas de ella si es que no podía acercarla más de lo que la acerco, dirigió sus labios a su oreja para después besarle el cuello con lentitud.

-….Me da igual lo que digas para que me vaya de tu lado…-susurro subiendo a su vez-….Me da igual que hayas cambiado…ya habrá tiempo de hablar…-Sus manos fueron por aquella vestimenta de cuero negro que ella vestía en la noche, acariciándole, reconociendo aquellas curvas nuevamente que por muchas noches él acariciaba en secreto, aquellos labios rosados ahora fue a besar con la lentitud en la que se funde el caramelo en los labios de aquel quien fuera el más goloso sobre la faz de la tierra.

Freyback tendría a Arianne bajo sus pies tal y como hizo antaño y todo volvería a ser como antes. Le pediría respuestas a sus preguntas de encontrarla viva en este mismo lugar, pero….Ahora tenían toda la eternidad –Siempre has sabido mentir de pena….-susurro sobre sus labios cuando se separó de ellos, sus brazos alrededor de su cintura ahora estaban por su espalda, acariciándosela -…..y la forma en la que besas y tu aroma es el mismo que el de hace 280 años atrás cuando pasaba las noches a tu lado, sin saber que hacer ya que me quedaba embobado al verte….-Un leve meceo comenzaba a mover entre ambos, sujetándola de las caderas hacia su propio cuerpo.

-….Arianne, no has cambiado para nada en absoluto…-Su mano derecha subió por su rostro mientras que la izquierda subía y le acariciaba sus cabellos dorados, añorándolos, besándoselos y de nuevo volver al rostro ajeno para besárselo mientras rodeaba esa cintura de avispa y le daba vueltas en el sitio -…..Arianne….No te cierres en el pasado, vive el presente y el futuro conmigo….-Mas que una petición era una proposición suplicada desde hace mucho tiempo -…..Y….Casarte conmigo…..-Freyback se arrodillo frente a ella mientras aun la sujetaba de la mano. Había esperado 280 años para poder hacer esto, no llevaba el anillo encima, pero lo tenía a buen recaudo dentro de la cajonera de su mesita de noche.

por **Arianne Vermelle** Mar Mayo 06, 2014 3:37 am

Y entonces….todo quedó en nada.

La cercanía del ser amado hace que una pierda la cordura, que se deje llevar a ojos cerrados y ciegos por el valle de la muerte, a caminar tomada de la mano del dios sol dispuesta a quemarme entre sus manos, eso era, no, no es un era, es un es, pues Freyback sigue siendo mi “sol” mi luz y todo mi ser, es el dueño de todo aquello que ya no soy y fui en definitiva es el dueño eterno de mi vida.
Sabía cómo hacerme perder la cabeza y la razón sus labios en mi cuello hacían que suba la pierna derecha a la cintura de él pero me despierta de aquel embrujo el vestido que me dificulta el subir hasta su destino a mi pierna, lo alejo levemente evitando que siga su camino por el cuello –Frey no…no más…basta- jadeos dejo al aire, aquellos sonidos que él conocía bien cuando en antaño besaba y acariciaba mi desnuda piel, si no había en la cama secretos entre Frey y yo, conocíamos muy bien el cuerpo del otro y lo que le gustaba a cada uno, a él le encantaba mi pasión y fogosidad a la vez que mi timidez en público y mi dulzura con él en público pero en privado le gustaba la pasión que desenfrenábamos pero con amor.

Sonreí tomándome de su cuello girando con él, besando aquellos labios que muchas noches y días arrancaron gritos de placer, orgasmos y sobre todo palabras de amor, palabras que solo estaban destinadas a él, le tomó de las mejillas una vez habiendo parado de girar, se separó de su abrazo caminando por la orilla sintiendo la arena en los pies, trato de decir algo a su propuesta pero solo la guardo en silencio. Camino con él tomados de la mano por toda la orilla hasta un acantilado, una cueva debajo de el, las olas golpeaban sin cesar fuertemente haciendo que pequeñas gotas salieran y mojaran todo el lugar como un collar de perlas únicas y majestuoso. Ahí ocultos de la vista humana y de la inmortal incluso de la luna y las estrellas lo arrinconé contra las piedras dejando que mis manos abran aquella camisa viendo como los botones de esta saltaban al suelo rebotando y perdiéndose en los pocos charcos de agua, su cuerpo y el mío unidos y mis labios reclamando los suyo.

-Frey mi Frey dime que tengo que hacer para que me dejes, para te vayas ah dime- bese el cuello de él pero luego me separe negando –Frey esto está mal, no somos los mismos de antes, bueno quizás aún siga siendo la misma tonta mujer de antes enamoradiza de su príncipe azul- le acaricie la mejilla lentamente sintiendo su piel a través de mis dedos –y hemos avanzado en nuestras vidas, ¿Quién te asegura que no estoy casada ya? Para estar como vampiro 280 años es porque soy esposa de algún vampiro o no- era una mentira, no estaba casada con nadie jamás me había interesado otro hombre que no fuera Frey y de paso a nadie le gustaba una vampira que no le gustaba matar humanos al contrario los quería demasiado como para tomar su sangre.

-Frey te amo en verdad pero esto está mal tú debes tener familia, una esposa, hijos convertidos- mordí la lengua fuerte llenando la boca con sangre para tomarla asi evitaría que se notara mis celos, el solo imaginar a Frey con otra mujer me hacía algo imposible pero debía serlo habían pasado muchos años. –Frey vuelve con ellos nosotros solo fuimos amantes- esa palabra me lastima completamente siento que me voy deshaciendo en agua, muriendo al final –si lo que quieres es una despedida podemos tenerlo aquí y ahora, pero solo será eso- suspiro rezando que no sea eso, que de verdad él quiera quedarse, que me diga que no se ha casado que siempre pensó en mi aun cuando podría haber estado muerta y polvo en un ataúd tres metros bajo tierra, le miro sentándome a fuera de aquella cueva del acantilado, en la arena sobre una piedra lisa.

Mis ojos se tornaron dulces, aquella dulzura que escondía de todos, aquella dulzura que solo le pertenecía a Freyback Moriarty.

por **Freyback Moriarty** Jue Mayo 29, 2014 2:35 pm

¿Todo lo que decía iba en serio? Tendría que estar de broma. Sinceramente pretendía que nada se interpusiera en su camino de volver a tenerla entre sus brazos pero si tendría que usar la violencia la usaría-..Arianne…veras nunca he usado la violencia en una mujer y como no dejes tu mentalidad de “victima” despechada entonces si que no vas a verme en toda tu vida…y tengo los contactos suficientes para que te maten….-suspiro, rascándose los ojos ya que la paciencia se le agotaba -¿Cuántas veces necesitas para que te diga la verdad y me creas? Te estoy diciendo que tu has sido la única en mi existencia, la única mujer a la que amo y pienso cumplir ese propósito. Te convertiré en mi esposa tanto si quieres como que no….-

Freyback se había puesto serio y autoritario, acercándose a Arianne para rodearle la cintura y pegarla contra su cuerpo a la vez después de que la ponía contra la pared rocosa de aquella cueva en la que estaban-…Solo vivo con mis hermanos, mi hermano el desequilibrado y mi hermana la sádica a la que siempre supo de ti a mis espaldas…-murmuro fijamente sobre su piel, sobre la curvatura de su cuello-….Te haría el amor una y otra vez solamente para que osaras pedirme más, tus manos recorrerían este torso…-ahora conforme hablaba, Freyback movía las manos ajenas sobre cada parte de su cuerpo que relataba, la condujo por su torso, por su cuello, por su ancha cintura hasta que le obligo que se soltara y tocara el cuerpo masculino que siempre le había pertenecido a ella.

-…Este cuerpo que ya no alberga alma alguna desea pedírsela de vuelta a aquella quien se la quitó…-La cogió en peso de sus piernas para enseguida tenerla contra el suelo de arena-….¿Eh? Te imaginas una nueva vida conmigo? Perdimos a una hermana, y aun estamos solos, los tres, sin nadie a quien poder amar. A mi me engañaron y ahora soy como soy. Si no te hubiera podido tener, jamás habría estado con nadie que no hubieras sido tu...tu Arianne, jamás otra más ni una menos. Solamente tu llenas de alegría mi vacío con tus sonrisas ¿recuerdas aquellos tiempos? Si, aquellos tiempos en los que me embriagaba de tu aroma de jazmín que solías usar cuando venias a verme o coincidíamos, para después estar juntos hasta que el destino caprichoso nos separara. Te amo Arianne…y perdóname si me dejo llevar por la pasión, la adrenalina o cualquier estado anímico, pero es que es la pura verdad. Te amo con lo que me queda que es mi eternidad y mis ansias de vivir contigo y junto con mis hermanos, Arianne….-Con todo aquello que salió de sus labios, estaba encantado pero enfadado consigo mismo. Todo aquello que no le pudo decir antaño, se lo dijo ahora mismo, cuando ella era quien se oponía a la verdad de sus palabras sinceras a pesar de que los vampiros tenían fama de hipócritas.

Las olas apaciguaban los sonidos de la muerte, que no estaba invitada sobre todo a presenciar un acto vergonzoso del amor. El león estaba interpretando mal las señales de su leona que solo estaba reticente a prestarle atención al mayor de los Moriarty. ¿Cómo acabaría la noche? ¿Separados o juntos otra vez por el destino? El hecho de que Freyback quería de nuevo a Arianne a su lado era porque así se sentía vivo y completo, sin nada que ocultar y podría ser la misma persona segura de sí misma que una vez fue tiempo atrás.

por **Arianne Vermelle** Jue Jun 05, 2014 8:51 pm

Una palabra más, una sola que él dijera y sabía que caería a sus pies, a sus manos, a sus labios y por ultimo a que me haga suya toda la noche sin descanso algunos hasta que el sol, aquel sol nos separe y nos una en una habitación muy oscura donde los dos descansaríamos para seguir amándonos entrada la noche, ¿por qué tenía que amarlo tanto? ¿Por qué no me casé con otro rehaciendo mi vida? Lo sé, se las respuestas porque él siempre fue mi dueño, mi amado, mi carcelero mi ángel de vida y muerte, antaño me entregaba a sus deseos y los míos, conocíamos bien lo que nos gustaba y nuestros gemidos de placer hasta culminar las faenas…hmmm como lo anhelaba nuevamente.

Las piernas apresaron su cuerpo, pegué la pelvis a la suya moviendo el cuerpo, arqueando la espalda completamente, ladeo el cuello para darle ese acceso a sus besos y sus colmillos ¡oh mi Dios! Sus colmillos, me excitaba pensar cómo sería sentir sus colmillos, sentir rozar mi piel tomando mi sangre mientras me toma como lo que siempre fui, su mujer…no, no puedo no puedo pensar en eso ahora, debo mantener la calma.

¡Al infierno la calma!

Las piernas se aferran más a él atrayendo su cuerpo, mis manos viajan por su torso bien definido, las uñas se clavan en su piel rasgándole, sentir su piel, sus músculos estremeciéndose hizo que de la nada soltar un gemido, no me estaba tocando y ya estaba deseosa de él, que demonios me pasaba, tan fuerte era su embrujo conmigo, siempre lo fue, al diablo todo, ya no podía más y no tenía que hacerlo. Sus labios los tome con los míos en un beso que se escuchaba por todo el lugar, nuestras lenguas uniéndose, nuestros labios calmando la sed de un sediento en medio del desierto con el sol de mediodía ahí en lo alto, nuestros cuerpos moviéndose buscando aquella liberación de las prendas finas y no faltaba mucho para eso…

Rompí el beso jadeando, me faltaba el aire, con toda la fuerza de una vampira giré ambos cuerpos quedando sobre él justo ahí mi cadera se movía hacia adelante sobre la pelvis de él podía sentir su deseo, tome sus manos llevándolas al vestido y con mi ayuda hice que lo rasgara lo que me hizo soltar un jadeo –hazlo, anda tómame como tuya para poder pedirte más, vamos Frey caro mío tómame como en antaño, hazme gritar tu nombre y pedir más, déjame con ganas de ti cada noche y cada día, quiero anhelarte a cada hora y sentir que no soy nada sin ti, porque es la verdad no lo soy, no soy más que una sombra que camina por la gracia divina de alguien que quiso salvarme- los senos se mostraban hacia su dueño para que los corone como suyos con las pezones endurecidos completamente –Frey si, si tienes todos los medios para matarme, pero ya lo hiciste hace años, me mataste cuando curaste mi herida y cuando cada noche me hacías tuya, cuando solo retozábamos en la cama, o cuando paseábamos, desde ahí me matas y acabaste con mi vida cuando tu tío fue por mí, solo quería saber de ti, quería que no te hicieran daño, no quería creer lo que él dijo que tu…tu- otro jadeo con las manos en su torso impulsando el cuerpo hacia arriba y abajo…ya no iba a aguantar más.

-Frey por favor haré lo que sea, lo que quieras pero por favor, me portaré mal, seré buena, seré lo que tú quieres que sea esta noche y de ahí en más seré como siempre he sido tu Arianne, tu cortesana, tu mujer- otro jadeo más se iba de entre los labios lo sentía el placer llegando a su punto máximo, aun no me hacía suya y ya estaba a punto de llegar, eso era el poder de Frey cuando le veía, tocaba su cuerpo, percibía su aroma, le sentía cerca de mi cuerpo que este rápido me traicionaba y se volvía una gelatina lista para ser devorada por él.

Un movimiento más y –Oh Dios Frey…- mordí con suma fuerza mi labio inferior que unas cuantas gotas fueron a su torso junto al orgasmo que empapaba mi ropa interior y el pantalón de él, no respiraba por años pero por primera vez en cientos de esos años sentí el aire entrar a mi cuerpo, y claro porque mi aire, mi vida regresó con Freyback Moriarty.

por **Freyback Moriarty** Sáb Jun 28, 2014 10:35 am

¿Cómo acabaría la noche? Volvió a preguntarse aunque aquello se lo podría responder aquella que se había corrido en sus pantalones -….Creo que debería de enseñarte primero como controlar tus ansias anímicas….-No pudo evitar sacar una risotada mientras miraba hacia el techo rocoso de la cueva -….-No Dijo nada. Él mismo aparto Arianne hacia un lado para que pudiera levantarse del suelo, tomo por pura iniciativa la delicada mano de quien consideraba su esposa tuviera alianza o no, la juntaba contra su cuerpo, rodeándole la cintura con lentitud, colocando la palma de una mano sobre su espalda y la otra la tomo alzándola en el aire. Ambos estaban finalmente juntos sin que nadie les dijera nada a cambio, Freyback comenzó a mover lentamente su cuerpo como si comenzaran a bailar alguna melodía que en realidad no estaba sonando nada en ese instante. Mantenía el cuerpo de Arianne cerca de él, junto su sien con la de Arianne, la mano que estaba alzada la puso sobre su pecho, justo en el lugar de su inexistente palpitar, pero que él sabía que el sentimiento que sentía hacia Arianne estaba ahí para toda la eternidad.

-Arianne…-Susurro ese nombre como si nunca lo hubiera hecho, pero soltó la mano izquierda para tomarla del mentón y alzárselo, logrando rozar sus labios contra los ajenos en un suave y lento beso que prefirió quedarse ahí durante varios segundos hasta minutos cuando a su vez seguía con el beso, la mano que estaba en la espalda había subido hasta las hebras oscuras del vestido en las que comenzó a desatar sin ni siquiera perturbar la tranquilidad de aquel beso. Él estaba atento a las reacciones corporales de su musa pero por el momento solo notaba la de sus labios. Ambas manos ahora comenzaron a moverse por los brazos de su amada, continuando con un beso lento, metiendo la lengua lentamente para profundizar el beso, sus manos seguían por sus brazos hasta que fueron hacia atrás por donde podría tirar hacia arriba y después hacia abajo el vestido, con lentitud, desnudándole sus hombros, sus hombros, escuchando como el sonido de la tela se deslizaba hacia abajo por la tersidad de aquellos brazos. Sus besos se deslizaron de sus labios hasta que obtuvo posesión de su cuello, continuando con los movimientos sobre la tela y por su cuerpo, quitándole todo lo que tenía sobre aquella piel, aprovechando así para acariciar su cintura que en varias ocasiones había agarrado, atraído y de sus caderas sonó un “flop” que fue cuando vio de reojo el vestido negro arrugado en la arena.

Podría estar ella desnuda pero él aún estaba por desvestir -…Arianne…mi musa y mi esposa…-sus manos ya no eran tan delicadas que comenzó a explorar con decisión el cuerpo de la fémina, agarrando de sus nalgas para que en su vientre notara su aun excitado miembro – No te cortes y hazme igual a ti…-y antes de esas palabras movía las manos de ella hasta sus ropas, rozando esas manos sobre su torso, una de las manos de Arianne las llevo hasta su bulto bajo sus pantalones, colocando la propia sobre la de ella en aquel lugar tan íntimo -….Esto…quiere de ti Arianne….ha estado esperándote..-susurro sobre los labios ajenos tras haber subido beso por beso desde su pálido cuello oculto entre sus hebras doradas.

por **Arianne Vermelle** Sáb Jul 05, 2014 10:03 pm

Cada palabra que salía de aquellos labios, cada sentimiento que le ponía, hacía que mi ya muerto corazón volviera latir podía sentirlo y es más quería seguir sintiendo aquellos recuerdos de una mortal viva pues deseaba sentirme nuevamente como pequeña jovencita que se enamoró de aquel hombre y pasaba horas y horas con él solo en silencio abrazados bajo algún árbol a plena luz del día, disfrutando del amor y la presencia del otro, era todo tan normal aquello pero eso se llevó el odio y la ambición de su familia.

Con un leve movimiento acerco los labios a los de él abriendo un poco al sentir el beso para que sus labios se abran, pero no nos besamos, solo quise mostrarle la sed que tenía de él, de sus besos, de du lengua, de su cuerpo, de su amor, con una sonrisa mis manos acarician su torso, los ojos se cierran cayendo en un sueño profundo de deseo, los dedos van surcando los pectorales llevándome a más recuerdos oscuros y pecaminosos, su vientre, su cintura, su sexo, sujeté con fuerza su miembro sintiendo como el cuerpo se erizaba por completo –Oh Frey sí, enséñame, se mi maestro esta noche y todas las noches- un leve jadeo y las uñas se tornan salvajes rasgando aquella piel, no resisto la presión arranco aquella camisa acercando los labios a su cuello besándole lentamente, descendiendo hasta sus pectorales para cubrirlos de besos y lamidas intensas como de antaño, unos besos dulces, las manos van a su espalda masculina para tomarse de esta rasgando levemente la piel mientras se desciende justo frente al vientre que rozaba la tela de aquel corsé, alcé la mirada hacia la de él sonriéndole –Quiero ver lo que me anhela- sus manos bajaron por el pantalón desatando con una sonrisa aquellas cadenas en cinturón y dejando la puerta abierta para la lujuria con un botón abierto y el sonido de algo metálico dejando paso a la pasión, bajó la tela para encontrarse con otra tela, riéndose deja un beso justo en el centro de aquella pequeña prenda íntima para levantarse a los labios de él besándole con aquella misma enjundia con la que se besaron antes.

-Frey….mi Frey- un pequeño suspiro con un gemido acompañados acercando su rostro a mi cuello y las manos tirando de sus cabellos –hazlo, hazlo mi amado, mi amante, mi dueño, mi eterno amor, hazme ahora tuya, muéstrame que ahora la eternidad es nuestra y que nada nos separará, deja tu marca en cada centímetro de mi piel y mi alma, hazlo lo quieres, lo anhelo y eso me excitará tanto como a ti, sentir mi sangre en tu cuerpo para que sientas todo lo que siento por ti amor mío, todo lo que soy y seré, solo tuya- los besos que dejaba sobre la oreja y parte de la mejilla llevándonos a caer sobre la arena, él sobre aquel cuerpo que poseía algo delgado pero atractivo, las piernas se anudaron tras su espalda atrayendo ambos sexos como un imán –Hazlo, que yo también lo haré, tomaré de ti y seremos uno solo de ahora en más- un susurro justo y preciso cuando los dientes toman el lóbulo de la oreja tirando de esta entre salvaje y apasionada

Ya pocas ropas quedaban sobre ambos cuerpos y poco a poco irían desapareciendo.

por **Freyback Moriarty** Mar Jul 22, 2014 6:38 pm

Solamente había una cosa que ansiaba hacer y era hacerla suya esta noche, pero por motivos extraños no estaba saliendo como el esperaba. Su deseo por ella crecía cada vez mas y mas, deseando así que nunca se separara de él, que nunca pudiera estar lejos de ella de nuevo y que viviera con él, sus hermanos, todos para poder formar una nueva familia, un nuevo clan para así poder seguir existiendo. Lo que tenia en cuenta era que estaban congelados en el tiempo. No envejecían, no perdían años ni los ganaban. Estaban igual de bellos como el ultimo día que tuvieron a su mortalidad a su lado, pero ahora estaban malditos. ¡Completamente! Solo deseaban que pudiera haber un milagro de avanzar, aunque fuera en el linaje que siguiera a continuación.

No deseaba que por ser inmortales, tuvieran que parar de hacer cosas. Igualmente tenían que sobrevivir pero esta vez a base de sangre humana. Freyback sentía como Arianne jugueteaba lentamente con aquellas ropas que el portaba esa noche, acariciaba sus cabellos dorados ¡Cuánto le excitaba! Pero él quería hacer las cosas bien, se sintió que no era el momento de tener sexo. Él quería revivir el tiempo muerto que los separo del uno del otro, quería recorrer su piel y perderse en los recuerdos de los que tanto rondaban en su cabeza desde aquella vez que se arrepintió de dejar a su único amor vivo. Recordó que fue su tío quien la transformo. Su tío le contó que él había muerto o que la había dejado. Pero era mentira.

Ahí estaba él con ella, observándola, tomó del borde de aquel escote, rompiéndole el corsé y otorgándose una vista plena y satisfecha. Observaba los senos de quien era su prometida – Prometida mía, te amo…-tomo de su nuca para poder tenerla en alto, cerca de su rostro para atraparla, besarla con fervor mientras que le despojaba de la ultima prenda de interior, dejándola como Dios la trajo al mundo y él mismo la había observado de ese modo infinitas de veces. Entonces él la siguió. Él terminó por desnudarse completamente y tomó en brazos a Arianne para que ambos fueran hacia el interior de aquella playa, de aquel silencioso lugar en el que disfrutarían ambos de un bello rato juntos.

La soltó para rodearle la cintura, acercarla a él y apoyarla contra un arrecife que sobresalía del agua – Así…Sí –Y sin más preámbulo ni dilaciones, Freyback hinco sus dientes en aquella piel de porcelana, hincando bien adentro hasta que por fin la agarro con una mano entre sus cabellos para que él pudiera absorber bien y marcarla de su propiedad mientras que la mano libre se había deslizado por cintura, cadera y parte de su muslo izquierdo, rozando su miembro erecto contra el monte de Venus que aun estaba sin explotar al máximo. Aquel dulzor que estaba degustando, era la sangre que provenía de su musa, su amada, y que ahora degustaría gustoso cuando él tuviera ganas de ella, su orbes eran como dos rubíes que reflejaban el ardiente fuego de la pasión, pero inmediatamente saco los colmillos de aquel lugar en donde lamio para cerrar la herida, dejando fresco el lugar de dos incisiones en su cuello.

-…Ahora…ya falta poco para llegar…-Beso por donde había bebido de ella, las aguas a su alrededor se teñían de la sangre que había derramado al beber, aun tenia en su mentón un poco de la sangre ajena, pero no le disgustaba en absoluto. Estaba tranquilo y deseoso de seguir asi toda la noche. La haría suya una y otra vez, pero la fiesta, estaba a punto de empezar.

por **Arianne Vermelle** Mar Ago 05, 2014 9:26 pm

Sus manos, sus labios, sus palabras, todo de él hacía a mi cuerpo estallar junto a mi mente a volar al pasado cuando éramos solo un par de humanos enamorados en busca de una felicidad, en busca de aquello que se llama amor…el tiempo quedó atrás pero la dicha aún permanecía en nosotros, podía sentirlo correr a través de mis venas y de las de él, sentí su necesidad y él la mía ¿por qué?, no lo sabía pero sí sé que no podía ni debía apartar la mirada de esos ojos oscuros, mis manos se tomaron del mentón de él acariciando sus cabellos entre los besos que nos dábamos hasta que la muerte me la volvió a recordar en sus garras…

-Freeey…- en un leve susurro gimo su nombre con los dientes apretados y los colmillos bien expuestos tenía una ansia de devorar su sangre, su piel, todo él…otro gemido más vino enseguida cuando escuche como succionaba mi sangre, no pude resistirme más de lo que lo estaba haciendo, las piernas se las rodee en la cintura aparentándolo con tal fuerza que sentí aquel glande rozarse en mi sexo pidiendo entrar y lo haría se lo pediría, aunque sea yo misma, mis filosas uñas se clavaron con saña en la espalda de Frey tomando la piel y la sangre…el agua nos cubría, no dejaba que nuestros cuerpos inmortales fueran vistos por nadie más que no sean nuestras curiosas manos.

Mi espalda estaba contra unas rocas sentía la dureza de la piedra imitadora de lo que Frey sentía en su sexo, duro y latente… su lengua pasar por la marca de sus colmillos me excitó aún más tanto que fueron los pezones quienes mostraron el deseo de ser mordida más veces por él ¿Qué me pasaba?... –Frey, oh mi amor, tus colmillos casi hacen que me de otro orgasmo- me acerco nadando a él para lamer su mentón, mi sangre estaba cálida y podía sentir aún más calor con esa probada –yo también quiero probarte amor, quiero rozar mis colmillos aquí…- los delgados dedos se rozaron en su pectoral izquierdo justo sobre donde su corazón estaba, mis brazos le rodearon la espalda para tener mis palmas a su espalda…los labios se acercaron a dejar un camino en su pecho, lamiendo su tetilla y besándola, lamía toda aquella zona pues quería que sintiera mi amor y mi deseo por él, mi completa entrega…y sin pedir permiso enterré los colmillos para comenzar a beber…

¡Que calor!

Su sangre salió a borbotones a mi sedienta garganta, no podía parar pero sabía que debía hacerlo y cuando lo logré todo mi mentón tenía rastro de su sangre, mis ojos extasiados lo retaban a volver a mordernos –Frey, dios, si dios existe me ha hecho probar la ambrosía humana, pude sentir que era otra vez una humana que pulso y palpitaciones, pude escuchar mi propio corazón latir…mira la magia que tienes sobre mí –mis manos se colocaron contra aquel arrecife y le mire sobre el hombro con el cabello cayendo a un lado –Frey muérdeme mientras me dejas disfrutar de esta agua y de tu cuerpo meciéndose contra el mío una vez más y para siempre –relamo los labios con su sangre invitando a él que lo hiciera, que mezclemos nuestras sangre como nuestros deseos.

por **Freyback Moriarty** Jue Ago 21, 2014 7:32 pm

Adornando la luna con estrellas era algo digno de ver y más cuando había dos personas entregándose el uno al otro. Freyback y Arianne, eran la pareja perfecta y Freyback sería el primero en poder volver a remontar la dinastía Moriarty, que volviera a ser temido ese apellido por la mera maldad de los acontecimientos ajenos al tiempo en el que vivían actualmente el grupo de los tres hermanos. El clan necesitaría de sus adeptos, de aquellos que solamente eran fieles antaño a cuando el clan Moriarty existía.

Para eso su hermana Bérénice debería de salir de su estado de depresión por estar a falta de su hermana, de saber de qué habían sido engañados durante todos estos años y su hermano, otro que había sido engañado en el amor con anterioridad pero solamente sabía que él era difícil de atrapar. Su hermano, el escurridizo, él un león…asustado que necesitaba encontrar la valentía para tomar la situación por las riendas mientras que su hermana Bérénice, un cisne oscuro se hundía en las sombras que no tenían ningún ápice de luz al que sostenerse.

Freyback ahora estaba pensando en hacer feliz a la mujer que tenía delante de sus ojos, hinco los dientes en la curvatura de aquel cuello para absorber el vitae correspondiente, saborearla a la vez que iba introduciéndose con lentitud dentro de ella, abriéndole una pierna a un lado para que pudiera indagar de golpe. Comenzó a embestirla con estocadas secas pero profundas a cuando se hizo enseguida con el tamaño y la calidez del cuerpo, del orificio en donde embestía ahora con ritmo mientras comenzaba a lamer la herida ajena, cerrando para que la sangre dejase de fluir hacia afuera. Salió de ella para que se diera la vuelta, para que ella estuviera cara a la roca y él tuviera la vista de su trasero al que nalgueo varias veces mientras rozaba con una mano su miembro para que no perdiera la forma erecta.

– Cuanto tiempo…he pasado sin hacerle esto a una mujer….-Dijo conforme introducía su pene erecto en la cavidad vaginal al mismo tiempo que le enterraba dos dedos en su orificio anal. La estrechez del segundo orificio era evidente que era virgen -…Agh…seh…-Comenzó a mover las caderas y a raíz de ello, su mano que tenía dos dedos introducidos dentro del ano de Arianne, también comenzó a moverse rítmicamente, otorgándose el placer que siempre obtenía con cualquier cortesana, pero la mujer a la que estaba follando no era una don nadie. Ella tenía nombre y ahora parecía estar hecha de otro tipo de calaña.

por **Arianne Vermelle** Sáb Oct 04, 2014 8:31 pm

El agua solo era una excusa, algo que los dos habíamos usado para acercar más nuestros cuerpos, las corrientes frías harían en el cuerpo de un humano una paleta helada mientras que con seres como nosotros lo que hacía era nada, no había cambio ni molestia alguna al sentir aquello pero esta vez fingíamos que si para estar aún más cerca los dos, el viento corría fuertemente en la playa, se podía escuchar el bramido de las olas morir en la costa pero en ese instante en mi mente y ser estaba la respiración agitada de Frey, su gruñido y sobre todo su presencia, su aroma.

Enloquecida!!!

Su agarre me hizo gritar, la boca se abrió al punto de sentir que se desencajaba completamente, las manos las dejé sobre aquella roca con las uñas apenas crujiendo al paso de estas, justo cuando sentía como Freyback iba entrando de aquella manera en mi interior, él ya lo conocía mejor que nadie pues muchas veces fui mujer de él y en todas siempre estábamos en el lecho compartiéndolo y amándonos, aunque esta vez fue más intenso, más brutal, la intrusión en aquella parte, él nunca lo había hecho siendo humanos y ahora lo hacía…gruñí fuertemente al sentir sus dedos pero no lo aparté al contrario movía lentamente el trasero para acostumbrarme a aquella sensación.
Su miembro palpitante contra mi húmedo sexo y sus dedos en mi ano, me hacían enloquecer más, pegue la cabeza contra la roca con los gemidos a flor de piel –No…no has…ooh sii Frey…es verdad que no lo has hecho con nadie más- apreté más el sexo para él, quería sentirlo mío solamente mío y así era.

Los colmillos estaban mostrándose completamente, arqueaba la espalda hasta que retome la postura, levantándome lentamente poso los brazos alrededor del cuello de Frey tomando sus cabellos en mis manos, a espalda aún más arqueada mostrando mis senos a él, mi cuerpo mi alma desnuda en sus manos, nuestros sexos unidos moviéndose lentamente en aquella danza de amor, sentía el dolor de la soledad y a la vez la alegría de volver a estar juntos, entre besos que iba dejando en su mentón susurré algunas palabras dulces –Frey esta noche y las otras serán siempre las mismas, siempre seré tuya como antaño- solté un gemido en su oído para volver sentir trataba de moverme y no podía el calor que sentí recorría cada punto nervioso de mi cuerpo hasta hacerme estallar en un orgasmo nuevamente, los músculos se tensaron y mi rostro enrojeció por la sangre que subía, la misma que había tomado de algunos sirvientes de la casa donde vivía y que se prestaban para ello –FREYYYYY – un grito, un grito que indicó que había alcanzado por segunda ocasión aquel clímax, fuerte y estremecedor –Dios Frey….me tienes enloquecida, por ti- una sonrisa y beso aquel cuello.

Intenso había llegado y así me aleje un poco, para poder voltearme y encararle, nuevamente mis brazos se recargaron en su cuello los pulgares tocaron sus mejillas y mis labios fueron a los de él a devorar, la otra mano la zurda bajo por su torso hasta el miembro de él acariciándolo lentamente, las yemas de mis dedos exploraban cuan niña pequeña que conoce por vez primera el sexo, así me sentía –Vaya esta como lo recuerdo y aun me hace sentir lo que en antaño me hacía sentir, solo que ahora es el doble, será que hay una tercera- coquetamente lamo sus labios para darle la espalda nuevamente, muerdo mi labio inferior y por vez primera ni cuando era una mortal lo habíamos hecho y ahora si, porque sabía que podía, podía por él y con él –Hazlo Frey lo anhelas y yo también, hazme tuya completamente que cada parte de mi cuerpo sea tuyo y lo reclames como tal yo…yo también lo quiero- mordí con tal fuerza mi labio que unas gotas cayeron sobre la misma roca, la diestra corrió por mi cuello donde él había mordido indicando que eso ya era de él, bajaron por los senos tocando los pezones con la punta de las uñas, bajando por mi vientre dejando una marca que se iba borrando lentamente, hasta llegar a mi intimidad y rozar con los dedos aquel botón que él conocía mejor que nadie, me estimulaba para él para que viera que era como él, tal cual.

Ya no eras diferente, ahora éramos iguales, iguales en todo.

por **Freyback Moriarty** Lun Oct 20, 2014 8:12 pm

El mismo desconocía de su propósito en busca de lo que buscaba en el placer tras haber acabado dentro de ella. Su cuerpo se quedó sobre el ajeno recuperando el aire perdido debido a los jadeos gastados por el acto sucedido. Pensaba si seguirían así todos los días o volvería a interponerse su estimado tío de nuevo. Esperaba que no y Darwyn tuviera razón. Ambos y Bérénice tenían que hacer sus vidas de nuevo, volver a empezar. Ahora, centrándose en donde estaba se retiró de Arianne. Dejándose caer sobre la humedecida arena tras haber arrastrado consigo a Arianne. Acariciaba jadeante sus cabellos una y otra vez. No sabía que decirle. Estaba pensando recordar el pasado pero de eso ya lo hablarían más adelante, pero ¿Cuánto tiempo aguantarían?

Aún estaba abrazándola como si aún fueran humanos – Arianne, vayamos a casa, seguro que recordaras a Darwyn…¿no?-Era evidente que en antiguas ocasiones le había presentado a su hermano del cual ella no se había acercado mucho – Tranquila, saldrá todo bien…ahora tenemos que empezar una vida juntos…-Masajeo parte de sus nalgas mientras hablaba, ahora no quería incitar al libido en el que podrían volver y solo la abrazo con ambos brazos, sintiéndola contra su cuerpo una vez más, sintiendo que aún estaba realmente a su lado. Nunca había pensado que podría volver a verla una noche más, imaginaba que podría estar así durante el resto de su vida. Aquella idea si le gustaba. Seguir juntos, cazar juntos aunque tendría la intuición de que a ella misma no le gustaría y probablemente tuviera que forzarla a hacer tal acto de esfuerzo.

-Arianne, noto en ti un deje por la sangre humana…-Se sentó con Arianne encima de él, tapándole sus partes nobles – Te enseñaré a que bebas por el momento de mi pero pronto tendrás que hacerlo por ti misma…-Dijo con una sonrisa calmada a la vista de Arianne. Se alejó de ella para ir hacia sus prendas una vez más y poder vestirse y así poder acercar las de ella hacia donde estaba situada.

por **Arianne Vermelle** Sáb Oct 25, 2014 2:58 pm

La hora, el momento, el lugar todo parecía ser perfecto para los amantes nocturnos que las olas abrazan acariciando lentamente los cuerpos desnudos y exhaustos, una a una las caricias se llenan de la húmeda arena que cual lecho nos mantiene unidos, en un abrazo en donde puedo sentir nuevamente su piel, sus músculos, sus brazos todo lo que había deseado cuando aún podía sentir el cálido sol en mi cuerpo, cuando ambos aun podíamos retozar sobre la hierba o con cortinas corridas calentándonos con la llegada del nuevo día. Pero así como lo había ansiado entre sonrisas y ojos cerrados, se fue, todo por una palabra que de aquellos labios antes estaba besando, una palabra que hizo que volviera al presente y al pasado.

-vayamos a casa-

Ir a casa, esa pequeña palabra con gran connotación despertó mis ojos a la realidad, que haría ¿iría con él? ¿Volvería a Italia con la inquisición? Las preguntas volvían a rondar en mi cabeza y más por el peligro que representaba en especial si su tío rondará el hogar de Frey, quise refutarle pero solo guardo silencio; tomo las prendas que Frey me entrega, una a una esas telas las coloco sobre mi pálido ser hasta comenzar con el vestido y ahí antes de siquiera poder entallarlo completamente las mismas palabras que mi creador él las pronuncia “no te estas alimentando como se debe”, después de pensar en todas las posibilidades que nos espera comencé a reír, acerque el cuerpo al de él rodee los brazos a su cuello sonriéndole.

-Siempre ha sido el alimento lo que todos me han llamado la atención por qué será Frey, acaso estoy muy delgada para su gusto, te recuerdo que era así, o será que estoy más débil que puedo ser sometida tan fácil- beso nuevamente la comisura de sus labios con cariño y dulzura tal cual en antaño –Frey no soy tan débil como crees y hace una luna que me alimente aunque…- las palabras se cortaron, pues como decirle al hombre que amaba que no bebía de humanos porque su sangre me era muy adictiva hasta la muerte de lamentos y reproches por lo tanto prefería la sangre de animales como ratas y pollos, que hace tiempo que no bebo por mi cuenta si no que mi creador es el que me suministra la sangre porque sabe que no cazaría a ningún humano.

Como decirle que aún estaba atada a mi humanidad, tantos años, tanto tiempo que ahora soy el depredador pero aún me comporto como una presa.

Todos menos ir a su hogar, aun temía por mí y por él no estaba lista para dar ese paso, para recordar todo tan abruptamente –Frey debo ir a mi hogar, no, no puedo ir contigo y no es que no quiera, lo quiero como nunca antes pero…- nuevamente las palabras a medias y la mirada melancólica.

por **Freyback Moriarty** Miér Nov 19, 2014 7:59 pm

Las palabras que escuchaba de su amada vampira le dolían incluso aun no tener corazón palpitante - ¿Cuándo entonces quieres que nos veamos, eh? –Pregunto desesperado y con temor a perderla de nuevo –Hoy te iras conmigo y mi hermano, no te volverás a escapar ni te dejare escapar….-Con el poder hipnótico de su naturaleza, puso la mano sobre la cabeza de Arianne y se concentró para que se durmiera. La cogió cual doncella al ver que cayo su cuerpo bajo su influjo. Ahora podría tenerla bajo su control a todo momento, no permitiría que otra persona tomara el control sobre ella y con eso dicho la tumbo en la arena y termino de vestirla y después se vistió él del todo. Volvió a cogerla en brazos y la cubría como si tuviera o estuviera pasando por el más congelado de los inviernos a pesar de estar casi al final del verano.

-Te voy a proteger Arianne…me da igual de lo que estés huyendo…-susurraba conforme caminaba por la playa e iba hacia el carruaje que estarían esperándolos – O quien te controle a su antojo…nosotros somos más…-seguía susurrando aunque esta estuviera en su influjo – Tanto tiempo he estado esperando, te creía por muerta tanto que ahora pienso que espere hasta esta noche y no, no te soltare aunque estés tan hermosa dormida bajo mi influjo – Era inútil seguir la conversación si él seguía hablando solo. Estaría loco, loco de amor por ella y por ninguna más que habría conocido cuando creía muerta a Arianne.

Esta noche podría decirse que era fría y cruel si hubiera sido humano. Estaba llegando al carruaje cuando de repente, lo que pareció identificar como una ilusión, pudo ver que estaba entrando en una playa llena de cadáveres, pero no cadáveres cualquiera, sino los cadáveres de toda su familia y su linaje que se remontaban hasta la época de los templarios. Entonces Freyback, sujetando más afín el cuerpo adormecido de Arianne, se concentró para ver que en realidad seguían en la playa y ya no había más cadáveres. ¿Qué había pasado? Era vampiro, había hecho favores a muchas personas y entonces pudo llegar a la conclusión de que alguien había estado observándoles.

por **Arianne Vermelle** Mar Nov 25, 2014 6:28 pm

Nunca más había pensado en huir pero el influjo que soltó Freyback sobre mí, me hizo saber que jamás podría huir de esa noche. No sabía qué hacer, estaba indefensa por aquella intensa mirada celeste, sentía mi corazón arder de necesidad por su sangre, quería sentirme nueva de el y formar una familia como siempre habíamos deseado en el pasado. Él, yo y nuestros hijos que también podríamos tenido si no hubiera sido porque desapareció sin dejar rastro, para ahora encontrarme con que ambos éramos vampiros y que después de tanto tiempo separados, nos hemos vuelto a encontrar juntos.

No sabía dónde estaba divagando mi mente o por donde estábamos. Mi mente estaba bloqueada en lo que era una laguna de recuerdos que pasaban rápidamente por mi mente sin dejarme descansar apenas un segundo. Recordando el pasado, el presente en esta playa teniendo sexo raudo con Freyback y el futuro, un futuro que pensé tener con mi amado ahora vampiro, pero no era posible ya, aquella persona que me obligo a transformarme, a tener la vida que tengo ahora y recordé mi propósito en matar a Freyback por mandato de su tío malvado que quería el legado secreto de los Moriarty. No sé de qué legado tan secreto se trataba, tenía que averiguarlo, tenía que pensar que pasaba para que su tio quisiera la muerte de cada uno, pero era todo tan complicado que no me atrevía a soltar prenda y solamente daba largas. Por eso no podía irme a su hogar, tenía que alejarme para sí protegerlo.

Debía de haber otras maneras de averiguar el paradero, Algún hechizo de seguimiento o simplemente alguna pista y no llegar con la muerte. El tío de Freyback me dijo que había planeado la emboscada en aquella mansión hace mucho tiempo con la esperanza de que murieran desangrados pero al parecer, aquellos mitos en forma de mujeres al parecer querían darles una segunda oportunidad a cada uno. Simplemente dando lugar a un nuevo amanecer para cada uno.

por **Freyback Moriarty** Vie Dic 19, 2014 6:39 pm

No más mentiras y todo ahora seria sin tener ningún secreto con nadie. Y ella tenía que seguir también sus reglas si quería vivir por mucho que le pesara. Ambos, Freyback con Arianne en sus brazos, y él mirando por la mirilla de la ventana en la que las cortinas echadas y el carruaje seguía su trayectoria. Con su poder mental pudo cerrar el carruaje y cuando hizo aquello fue a despertar a Arianne – Hey…Amor mío despierta….-Sonrió pues hubo una vez que quiso engañarlo, haciéndose ella la dormida y bella durmiente. Estuvo con ella asi, sin dejar la pose pero ahora ella descansaba en su pecho.

Vio que abrió los ojos y solamente una sonrisa salió de su rostro, demostrando que se preocupaba por ella, le retiro los cabellos por detrás de la oreja – Arianne…debes entender una cosa…y es que si te quedas sola serás vulnerable y eso no quiero que pase, ya te perdí una vez y como vuelvas a decir de nuevo que no quieres estar aquí conmigo te obligaré y eso es algo que no quiero hacer pues lo tengo muy bien aprendido – Se quedó mirándola fijamente hasta que escucho en el exterior algo que provenía de un animal.

Un quejido, un susto, un llanto de otros, estaba pasando que alguien se estaba alimentando de los animales y entonces suspiro dejándolo pasar. Miró nuevamente a Arianne y solo diez minutos basto para mirarla a los ojos y de nuevo suspirar – Arianne No huyas más, es una tontería. Probablemente se de quién estés huyendo y hagas lo que esa persona quiere que hagas, no debes ceder, ya no Arianne…-Tomo las manos de su amada y las beso para después besarla con pasionalidad – tienes que confiar en mí, sabes que me pasó, creo que no hay cazador o inquisidor que no sepa nuestra endemoniada noche en aquella trampa, en aquel torreón en el que nos encerraron y a partir de ahí tuvimos que separarnos. Por favor…-Volvió a besar sus manos y su mirada celeste se quedó en los ojos de Arianne – Cásate conmigo….ahora mismo…-Dijo a modo de súplica mientras aún seguía sujetándole ambas manos.

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