Reencuentro y recuerdos || private +18.

por **Arianne Vermelle** Dom Mar 02, 2014 7:08 pm

Recuerdo del primer mensaje :

A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante.
-Oscar Wilde

Los recuerdos persiguen la mente de todos, no solo los humanos tienen aquello de que sus memorias regresen siempre que puedan o les den cabida, incluso a los inmortales los recuerdos de lo que un día fue y nunca volverá nos atormentan día y noche, bueno sería la noche el momento indicado para ser atormentados por sus recuerdos, y eso es lo que pasar por mi mente, aún está el recuero de él, sus labios, sus caricias incluso esos ojos que me siguen a cada paso que doy, le siento muy cerca de mí como si estuviera atrás mío sonriéndome, protegiéndome.
Entre suspiros camino por la ciudad parisina todos los rostros me parecen iguales no les veo diferencia, y ¿cómo hacerlo? Si he pasado años sumida en el dolor y el sufrimiento que me causó aquel que ahora desprecio y por el que aun siento un profundo cariño, aun después de que él esté muerto, o eso me dijo su tío antes de matarme.

“Zorra, vas a encontrarte con él en el infierno, y así nunca podrás volver a dañar mis planes”

Esas palabras aun retumban en mi corazón lastimando y causando un dolor profundo, aunque sé que no tengo corazón, cada vez que esas palabras vienen a mí la herida que aquel ser provocó en mi cuerpo late con fuerza como si volviera a tenerla derramando mi sangre sobre la ropa otra vez, ¡sí! Todo vuelve tal cual ese nefasto día, aun cuando los años ya han pasado.

1846 Londres.
La luna cubría la ciudad, en lo alto del cielo su brillo era tenue, luna nueva, abro los ojos pero no veo los tengo vendados solo oigo el viento golpear hojas ¿árboles? El aroma a pinos me hace creer que estoy en el bosque, trato de mover mis manos pero están sujetas –AUCH- gimo de dolor, duele mucho las muñecas de las manos, están tensadas ¿una cuerda? Muevo el cuerpo y los pies también los tengo imposibilitados, otra vez el dolor es igual que el de mis manos, no sé dónde estoy ni que hago en aquel lugar en medio de la nada, solo el sonido de aves y el fuego crepitar ¿una cueva en el bosque? Entonces siento a mi espalda la dureza de una mesa de piedra ¿cueva, piedra, bosque, viento?.
Es ahí que caigo en cuenta, no es una cueva, estoy en medio del bosque en un altar de piedra atada y con el vestido rasgado entre las piernas, el escote y los brazos por eso siento frio, seré parte de un sacrificio, la sola idea de morir así provoca lágrimas en mis ojos, y entonces la risa y el cuchillo clavándose en mi vientre fuerte removiéndome gritos de dolor.

-NO- grito y veo que la gente me queda viendo como una loca, sé que no puedo sonrojarme pero aun, con tantos años encima no me despego de mi piel y sentimientos humanos así que siento como si mi rostro ardiera de la vergüenza, los pasos presurosos para escapar de aquello me llevan hasta la playa, majestuosa y bravía en sus olas, gracias a las corrientes y el viento nocturno, camino por la costa mirando la arena y un deseo me invade…retiro los zapatos de tacones tomándolos en la mano echando a correr por aquella arena sintiéndola entre los dedos de los pies, su sensación me provoca nostalgia y una sonrisa en los labios llego caminando despacio hasta la orilla sintiendo la arena mojada con algo de aquella agua helada y siento en el fondo de mi alma perdida ganas de llorar y por vez primera en doscientos años una lágrima rueda por mi mejilla derecha, una sola lágrima de odio más que de tristeza.

por **Arianne Vermelle** Lun Dic 22, 2014 6:54 pm

Su voz aun la sentía lejana a mi piel y realidad, parecía que todo era solo eso un sueño mal contado una pesadilla de antaño y que pronto despertaría como si no hubiera ocurrido nada, como si él y yo siguiéramos siendo un par de simples mortales enamorados, peor no, la realidad era ese ambos condenados a vagar sin la muerte si no siendo su emisario al tomar la vida de inocentes y pobres almas que viven la luz mientras nosotros continuamos en la oscuridad esperándolos diariamente.

Vida pendenciera…

Sus pequeñas caricias y aquellas atenciones que tenía para conmigo me hacía recordar mi humanidad perdida, la misma que sentí nacer con un sonrojo pero solo fue eso, un atisbo de recuerdo y deseo aun enraizado en mi muerto corazón, cuantas veces no soñé que él viniera un día al burdel y me propusiera matrimonio, que me pidiera ser su esposa y para cuando creo que lo hará el desaparece y todo le tormento inició ¿será diferente ahora? Quizás si o quizás no, con mi diestra acaricia su rostro aquella barba incipiente que amenazaba con quedarse ahí siempre, pegue mi mejilla a la de él en una caricia dulce, supe que iba a decir algo más pero lo sentencie con mi índice en sobre sus labios.

-Ya has hablado y entiendo tu punto, sé que me quieres proteger pero ¿Qué hay de ti? Acaso no tengo derecho de estar preocupada por ti y lo que te pueda ocurrir, la Arianne frágil que conociste hace años murió, esta es una nueva, en una piel nueva que probaste esta noche, tengo una misión al final de todo porque esta vida no se da así de gratis y temo que seas tú el precio a pagar al final del cuento de hadas que estoy viviendo- bese sus labios con aquel ímpetu que ambos deseábamos; al romper el beso tomé su mano para guiarlo a entrar a su mansión –por esta noche estaré a tu lado pero mañana tengo que partir, mi trabajo, mi vida y mi nueva familia me espera Freyback Moriarty, además de que …- escucha a los animales sintiéndose mal –Es mi noche de alimento mañana y mi padre me dará la cena…quiero ser tu esposa pero si lo hacemos ahora él nos matará a los dos y nuestro amor será tan fugaz y poco vivido- girando el rostro evité verle, temía que el aborreciera la criatura débil que seguía siendo, dependiendo para alimentarse de su creador porque no es capaz por su dualidad humana de matar y más que temía el poder de aquel clan, ya lo había experimentado los castigos al ser obligada a consumir sangre humana y luego los actos que siguieron…

No es que no quiera, simplemente la sangre humana saca lo peor de mí y no quiero que Freyback lo vea o temería lo peor…

por **Freyback Moriarty** Lun Ene 19, 2015 5:19 pm

Era complicado entender para Freyback que Arianne tenía un problema entre manos y estaría preocupada por él, pero no debería de estarlo. Él había podido con muchos soldados, con muchas fuerzas oscuras antaño incluso cuando era mortal. Él mismo se sentía vigoroso porque tenia y conocía a Arianne, sabia que estaba acompañada de una hermosa mujer y de la compañía de su familia, solo eso necesitaba, pero desde que Bérénice tuvo esa pelea en la mansión con sus padres, se fue y el cuarteto de hermanos se quedó cojo, los demás se dispersaron aunque él fue con Darwyn, allá, juntos en busca de Bérénice pero no la encontraron, recibieron la carta y entonces todo se había acabado. Pero ahora, en 1800 se volvia a encontrar a Arianne, bien abierta de mente pero bien cerrada de comprensión. Era algo que no lograba entenderlo del todo.

-Arianne….-Susurro cuando se acercó a ella – Aquí en mi mansión tienes comida de sobra pero tienes que contarme que te pasa, ¿Por qué estás tan evasiva a que te quedes con tu familia? La nueva familia que conmigo formaremos. Tengo entendido que nunca quisiste que me fuera, no me fui por placer sino por deber pero acabé yendo hacia mi muerte….y creo entender, ¡CLARO! Ahora todo encaja! – Cerro las puertas de su mansión y llevo a su amada al escritorio mas próximo, cerro puertas y ventanas y entonces se quedó mirando a su amada.

- ¿Es mi tio? ¿Verdad? Como no nos mató, ahora te usa para que TÚ hagas el trabajo sucio! –Freyback había estado tan ciego, su tío habrá podido adquirir dones malignos, incluso él pudo haberse convertido hace tiempo y entonces conocer aquella torre maldita, si, parecía que todo encajaba, ¡¿Cómo no se había dado cuenta antes!? – Arianne, aquí estas bajo protección, ¡maldita sea! –Golpeo en la mesa de madera de manera brusca, estaba enfadándose, acabaría con aquel desgraciado – Se acerca el alba Arianne, pero no vas a quedarte una noche, querida….-Su mentón se tensó conforme pensaba las palabras correctas de decir su mandato – Te quedarás aquí conmigo, te libraré del yugo que te tiene sometida ese animal y ya verás cómo podremos volver a ser una pareja normal….-Acabo por acercarse al rostro de Arianne, se quedó inmóvil y apoyo su frente contra la ajena a la vez que le rodeo la cintura.

por **Arianne Vermelle** Jue Ene 22, 2015 7:31 pm

Las bellas palabras acariciaban mis piel junto al corazón muerto que se esforzaba por emitir aquellos latidos de antaño con aquel sentimiento de amor y entrega por él, pero todo había cambiado no podía emitirlos más quedando solo como simples recuerdos muy bellos recuerdos que ahora se aferraba a no dejarlos irse así tan fácil como un hoja siendo llevada por el frio viento.

Aquella mansión era igual en apariencia en la que vivía encerrada por noches, el pecho se agitó y se sentía el aire pesado podía incluso volver a respirar porque una bocanada de aire tome, el ritmo cardiaco aumento a cada pasado que dábamos a su escritorio, sentí por vez primera la respiración entrar a llenar mis pulmones pero solo eran los malditos nervios de estar en aquel lugar más porque sabía lo que había pasado y lo que tenía que hacer, soy la creación del mal para dañar a los Moriarty sobre todo a Freyback por eso me mataron porque como humana no lo lograba y ahora el que me dio la nueva vida espera que logre mi cometido, matar al tío de los Moriarty y a todos ellos para acabarlos ¿Qué sucios juegos se traen entre manos los clanes familiares? .

Su beso fue lo que calmó aquella agitación y por segundos quedé impávida por su cercanía pero así mismo tuve que obligarme a reaccionar, no podía, no debía…no tenía.

–Freyback, no puedo, como dices el alba está llegando y debo volver a mi jaula de oro si no llego será peor para mi te amo y por ello debo irme esta noche – tome sus mejillas para que mirase mis ojos directo, aquella mirada que comenzó a cristalizarse distorsionadamente por las lágrimas que amenazaban en salir y una se atrevió a dejarse correr por la mejilla –Te amo, esto no solo lo arreglas tú, entiende es más fuerte que tú y que yo juntos no solo es tu tío son todos la pugna por los clanes familiares al que debo respeto por darme esta vida y por los tuyos, quieres matar a tu tío, adelante pero antes seré yo quien clave en su corazón una estaca, no entiendes Frey el que sea inmortal no significa que todo acabo al contrario recién comienza y aún es pronto para estar juntos – baje de su escritorio caminando hasta la puerta del estudio –No me busques, no por el momento si mi “padre” se entera que nos estamos viendo me matará, seré cenizas porque ya no le serviré y si me quedo contigo me darán cacería eterna hasta matarme y matarte – se abre la puerta tragando mi cuerpo completamente y al cerrarla las lágrimas corren por mi rostro abruptamente sin reparo a cesar, corro hasta la salida y admiro el cielo aclarándose, la mañana estaba por empezar.

Un carruaje tan oscuro como la noche apareció con un jinete que no me miró para nada solo a los negros corceles bravíos, la puerta se abre y no discuto solo me subo sintiendo como se aleja de aquella mansión que tiene lo mejor de mí, mi corazón y amor eterno.

por **Freyback Moriarty** Jue Feb 19, 2015 5:19 pm

No había dicho nada al respecto. Había sido inútil convencerla de que él la podría proteger, pero ¿Por qué era tan testaruda? No tenía por qué ser así con él, el hombre que la encontró y la saco de una inevitable enfermedad y desde ese día, los dos comenzaron a verse. Todo había sido precioso entonces entre ambos pero ¿ahora? ¿Qué podía hacer? Cuando salió corriendo a buscarla, ella ya estaba dentro de un carruaje que se alejaba de la mansión y cuando fue corriendo hacia este, fue disparado en el cuello con un dardo lleno de verbena lo cual le hizo debilitarse hasta el punto de desmayarse.

Él se situó en la arena delantera de su mansión y nadie pudo socorrerle hasta que el carruaje finalmente desapareció en la oscuridad. Los sirvientes por fin pudieron meter a Freyback en el interior de la casa, le retiraron el dardo tranquilizante y venenoso para el vampiro y con mucho esfuerzo, lo llevaron al salón principal, cerraron cortinas y persianas hasta debajo del alfeizar.

Habían pasado varias horas, tres como mucho cuando Freyback se despertó en su sillón del salón principal, arropado y con el veneno parcialmente sacado de su sistema. El líquido amarillento descansaba dentro de un pequeño recipiente, alejado de cualquier mano viciosa ganas de provocar dolor. A su lado estaba una de sus sirvientas quitándole las gotas de sudor carmesí que el vampiro expiraba por los poros de la piel.

Las lágrimas de sangre seca de los lagrimales habían sido retiradas con alcohol y gasas limpias aunque aún quedaran un poco de restos. Finalmente, una sirvienta regreso con una jarra de sangre virgen tal y como le gustaba al señor cuando llegaba debilitado de una pelea importante. Los sirvientes traían ropas limpias pues la camisa que en ese momento Freyback portaba estaba manchada completamente de sangre. No lucia estable de salud.

Agradecía el trato que le daban sus sirvientes, para eso les pagaba y Vivian todos bajo el mismo techo pero nada se sentía diferente hasta que Arianne había pisado el mármol de su propia mansión. Estaba con la mirada ausente, desperdigado en sus pensamientos y recuerdos que pudiera tener ahora mismo de Arianne en el pasado. Ya le habían cambiado la camisa y limpiado el resto de la cara de restos de sangre pero seguía perdido en sus recuerdos.

-Dejadme solo –Dijo seco y al parecer sin emoción en el enunciado.

Los sirvientes abandonaron el salón en el que estaba. No sabía cómo tratarlos o que ordenarles aparte de lo que le dijo. Solo así podría pensar que hacer al respecto de si…dejaba a Arianne sola con su camino o si luchaba por ella.

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