Reunión de lobos

por **Ander Vlad** Miér Ago 25, 2010 2:06 pm

Alan y Kayla discutían sobre los efectos de la imprimación en vampiros. Los árboles oscuros se abalanzaban sobre ellos con sus ramas como dedos largos y puntiagudos.
Las lápidas marmóreas y llenas de hiedra fosca y la oscuridad de la tarde otorgaban al enplazamiento una apariencia tétrica y particular.
Alan escuchó un sonido en las cercanías.

por **Kayla Ulrich** Miér Ago 25, 2010 2:18 pm

-¿Qué podra ser?-

Pregunté a Alan girando la cabeza y el torso en dirección al sonido, gruñendo ligeramente; no me agradaba en absoluto la idea de un humano merodeando a estas horas por el cementerio y menos cuando tenía hambre

-Alan, será mejor que investiguemos... asesinar a un humano ahora no está en mi lista, definitivamente...-

por **Kamaria** Miér Ago 25, 2010 2:39 pm

El arrullo de una flora conocida, la simple natura abundante aun en los rincones de una ciudadela tan diferente a la que acostumbro alguna vez, aunque ciertamente la ciudad no fuera nunca lo suyo y posiblemente nunca lo sería.

Pero aquel No era el centro de un mundo sofisticado, era un rincón en medio de un plano conocido… el de los cuerpos muertos.
Una efigie se adentraba a ese territorio que mas metafórico era literal… con sus aromas frescos a muerte, a pestilencia y podredumbre y otros sepulcros tan viejos como conservados los huesos en toda su constitución.

Qué mejor lugar que ese para la muerte de un muerto valga la redundancia? Y la situación singular pero para nada preocupante era que no estaba sola… ni le interesaba si sabían o no que ella estaba allí. Por eso esa lentitud al caminar… arrastrando el cuerpo de un enfermo moribundo que había decidido sacar de la calle para saciarse de él… un sorbo, dos, tres… aun vivía pero ya no por mucho. Y de pronto ante aquello…

A la distancia ese cuerpo femenino cubierto de harapos sucios y polvorosos… una melena despeinada y larga sumada a las facciones duras y aterradoras… comenzó a cantar a labios cerrados, a tararear mientras se acercaba a la pareja de lobos.

por **Ander Vlad** Miér Ago 25, 2010 2:53 pm

Una vampira se acercó a Alan y a Kayla.
Una vampira, pues su piel olía a muerte, a infierno... y al azufre que desprende un alma al desaparecer.
Esa mujer era una hija de la noche y Alan no se sentía agusto con su presencia.
Se interpuso entre la vampira y Kayla. La defendería en el caso de que se volviese loca y les atacase.
La defendería hasta la muerte.
Aunque la violencia no parecía la mejor solución en aquél mismo instante.

Alan soltó un gruñido gutural y sacó sus colmillos para que la vampira retrocediese.
-Kayla, mantente detrás de mí.- Dijo Alan. Aunque su intelecto le decía que podía valerse por ella misma perfectamente, pero eso no significaba que a Alan no le preocupase su vida.

Alan tenía miedo. No podía perder a su hermana lobuna... no ahora.

por **Kayla Ulrich** Miér Ago 25, 2010 3:06 pm

Bastaba el olor a vampiro para hacer sacar mis colmillos y gruñir desde el fondo de mi gargante. Mi mente pedía a gritos que le hincara los dientes, que le arrancara la cabeza, era una criatura que debía aniquilarse de inmediato.
Y más sin embargo, las palabras de Alan me hicieron detenerme y devolverme a un estado más... tranquilo, limitándome a ver a la vampiresa frente a nosotros, aunque nunca dejé de mostrarle los colmillos, me quedaba bien en claro que si atacaba, no dejaría que ella lastimara a Alan.
Nunca.

por **Kamaria** Miér Ago 25, 2010 3:17 pm

Aquella era una escena nueva… dos bestias con apariencia humana. – Hacen demasiado ruido cuando en realidad tenemos tanto en común – Tercio la mujer caminando hacia ellos como si nada, contoneando su figura con soltura felina antes que de pronto elevara el cuerpo moribundo del suelo, dejándolo colgando entre sus dedos… mirando esa expresión lastimera, digna de una compasión que ella no le daría, para luego arrojarlo por los aires hasta aterrizar en una fosa abierta y vacía tras la pareja de lobos que seguramente por sus reacciones exageradas se llevarían un sobresalto. – Esto es un cementerio… en todas las culturas, se le conoce como un lugar para depositar cadáveres – añadió tranquilamente aunque su voz sobrenatural, severa y a la vez melodiosa resonara en la vacuidad del paramo chocando dulcemente contra los obstáculos allí amontonados.

por **Ander Vlad** Miér Ago 25, 2010 3:22 pm

A Alan le daba miedo aquella mujer. A Alan le daban miedo los vampiros... con sus contoneos, sus palabras secas y frías, su frivolidad...

A Alan no le gustaban mucho los vampiros... pero había aprendido a convivir cone llos aunque para ello tubiese que renunciar a su propia personalidad.
-Kayla... creo que no hay peligro- dijo Alan, y se apartó de delante suya.
Seguía estando tenso, pero algo en su interior le decía que aquella vampira no pretendía hacerles daño.

Quizás le hubiesen molestado.
-Escuse moi, mademoiselle... quizás le hemos molestado... si lo desea, nos retiraremos de aquí inmediatamente- dijo Alan. No quería problemas. No podía arriesgarse a tenerlos estando Kayla tan cerca.

por **Kayla Ulrich** Miér Ago 25, 2010 4:02 pm

Sin dejar que Alan se apartara mucho de mí, relajé el cuerpo y retraje mis colmillos, aunque podía sentir cierta tensión en mis músculos, preparados para cualquier cosa: un acto en falso y la Señorita Colmillitos se quedaría sin un brazo, una pierna... o su cabeza

-No me fío mucho de ella Alan... los vampiros no son confiables-

Volteé a ver el cadáver que había caído limpiamente en aquella lápida para luego volver mi mirada a la vampiresa

-Ustedes son las criaturas más repugnantes que puedan pisar la tierra, además de los brujos-

Añadí haciendo una mueca de disgusto

-Y si te molestamos en tu paseíto, nos iremos-

Mi tono para la vampiresa era más frío que el hielo y más afilado que un cuchillo; en serio no toleraba a los vampiros... los odiaba con cada fibra de mi cuerpo

por **Ander Vlad** Miér Ago 25, 2010 4:09 pm

-Relájate, Kayla...- dijo Alan posando un dedo sobre sus labios.
-No va a pasar nada, está en desventaja, deja que se acerque- dijo Alan para calmarla.
Notó que estaba tensa y muy nerviosa y la abrazó para que se tranquilizase.
-Todo va a salir bien mientras me tengas a tu lado- dijo Alan.
No quería que le pasase nada a Kayla... pero tampoco iba a hacerles nada aquella vampira si estaba en su sano juicio.

por **Kamaria** Miér Ago 25, 2010 4:34 pm

3 metros separaban a esas figuras sobrehumanas… aquellos tan hermosos como los ángeles que alguna vez Sebastián le había mostrado en sus pinturas y tan jóvenes y robustos que pasarían tan fácilmente por mortales si ella no pudiera captar ese aroma particular a lobos. Los lobos que había olfateado alguna vez en las montañas, los mismos lobos, los perros gigantes que había abrazado para tocar su pelaje… solo que esos lobos no se volvían humanos… eran animales ejemplares completamente. Y allí recaía la realidad… Ella no tenía ningún sentimientos de repulsión hacia ellos, animales o bestias con excelentes disfraces podían gustarle simplemente porque compartían un sentido con la “naturaleza” más real que el de ella que era un ser extraño, pálido y nocturno. Un demonio… un bebedor…

Mirarlos una vez basto para detallarlos y luego escuchar sus tonos de voz, la manera en que sus huesos daban forma a sus rasgos y cada palabra hablaba más de ellos que un discurso preparado. Y allí, quien era el más listo?

Ser esa criatura sobrenatural tenía sus ventajas… y esa morena de pies descalzos las conocía bien aunque le importaran muy poco, como siempre hubieran estado con ella para fortalecerla y nombrarla la mujer alfa de sus terrenos.

- Por qué sale tanta escoria rabiosa de tu boca? – musito suavemente con su rostro tan unido al de la joven que fácilmente podría besarla. En menos de lo que la realidad fuera concebida, y alguien pudiera notarlo, ella ya estaba allí, frente a ella tomándola firmemente del cuello bajo la mandíbula sin apretarla más que para elevarla un poco mientras le observaba. Como lo había hecho? Era rápida, ágil… era su don además de otros peores que la edad otorga. – Por qué tanta repulsión? Por qué me faltas el respeto cuando yo no te he ofendido? – arrastro sus palabras con cautela volviendo su mirada más feroz alzando de pronto una mano hacia el chico en señal de que esperara pero ya en su mente estaba hablando *Espera… No cometas tú una sandez o los dos lo pagaran * acto seguido le hizo saber de que hablaba… una punzada… corta y rápida sentiría él en su pecho… la habilidad de causar dolor con la mente era eso.

por **Ander Vlad** Jue Ago 26, 2010 5:15 am

Alan cayó al suelo. La vampira le había provocado un fuerte dolor con su mente. Una punzada fría e interna que lo atravesaba como una aguja de hielo.
-Aahjj...- se quejó, Alan. El dolor pudo con él. No se pudo levantar. ¿Qué pretendía aquella vampira apartándolo de la escena?

El dolor le perforaba torturándole. Quería morir. Prefería morirse a quedarse allí, moribundo, sudando y gimiendo al respirar, como un cerdo.
-Para... - suplicó Alan, con uno de sus últimos alientos. Aquella vampira era demasiado poderosa para él.

Deseaba con todas sus fuerzas que aquella pesadilla terminase... Kayla. Kayla podría salvarle.

por **Kayla Ulrich** Jue Ago 26, 2010 1:43 pm

-Precisamente por esto odio a los vampiros... ¡Déjalo en paz! ¡Maldita víbora rastrera! ¡Esto...!-

Tomé su muñeca con ambas manos, apretando con la suficiente fuerza como para haber roto ya los huesos de un humano normal, logrando que me soltara; caí al suelo al lado de Alan y me interpuse entre él y la vampiresa, como si el sólo hecho pudiera aliviarlo de su agonía.

-Es entre tú y yo, Señorita Colmillitos... ¡Déjalo a él o te juro que te cerceno la cabeza!-

No podía controlar la ira... volvía a sacar mis colmillos y mis músculos se tensaron aún más, preparándose para atacar... el terreno no ofrecía mucha ventaja, pero confiaba en mis sentidos y en mis reflejos... mis dedos se convirtieron en garras y me incliné hacia el frente, comenzando a rodear a la vampira, lenta, pero segura... no dejaría que siguiera dañando a Alan

-¿Y bien? Aún lo escucho gimiendo...-

Gruñí amenazadoramente, mis ojos tomando un aspecto más lobuno; no, debía controlarme o acabaría transformándome

por **Kamaria** Miér Sep 15, 2010 3:51 pm

Una sonrisa colgada aunque jamás vacía
Un par de labios curvados en ella
Una mirada vivaz y sardónica… Quizás la antesala a una acción por mucho perversa, pero, ¿Quién sabe?
La joven se había liberado o ella le había dejado ir?

Claramente había escuchado aquella perorata cargada de amenazas que pretendían ofenderle u herir su orgullo. Aun peor, hacerle temer? Monstruos… y ella antes había sido una mujer. Incluso mortales o no, se puede ser monstruos igualmente. Eso debían saberlo todos.

-Tú lo sabes? – Inquirió de pronto casi distraída, meditabunda aunque su atención no la hubiera quitado de ella ni de nadie en realidad… ni siquiera del cadáver en el hoyo cuya cabeza al estrellarse en el fondo había quedado fuera de lugar… tan frágil, tan rota y húmeda por la misma masa blandengue que se escurría por la herida. Ah… si detalles de los cuales nadie sin interés podía saber. – Sabes sobre el error del juicio? – Esta vez pareció más atenta al hablar y mirarle directamente a los ojos, como de costumbre tenia por hacer. Aquellos ojos tan camaleónicos como su cabello. Eran gemas? Eran cobre? Era la mismísima tierra marrón y rudimentaria? – Se debe observar mucho y tener muchas pruebas antes de ejecutar un veredicto y en él y por él no se deben meter a todos en una misma bolsa. – su rostro descendió con lentitud mientras su mirada se elevaba en fiereza aun sin moverla un milímetro. Su poder doloroso para aquel era sutil y aun así chillaba pidiendo clemencia. Podía ser decepcionante esa debilidad o… tierna, casi tierna.

- Dices: “Esto es entre tú y yo señorita colmillos” – murmuro imitando la vocecita de la joven licana – Pero si vas a hacer personalmente general tu odio hacia todos los vampiros sin distinción de razón o modo de trato… entonces yo hare lo mismo, pudiendo justificar el porqué de que tu hermano de raza perezca... verdad? – acto seguido fue ardor punzante… salvaje y brutal que se propago de golpe como a quien le propinan una puñalada con acero humeante y rojo por la exposición al fuego. Una espada en bruto incrustándose en la carne sin perforarla limpiamente… Pobre muchacho… Ahora si podía con todo derecho padecer crudamente con ese dolor. Uno que no le mataría pero… Qué no era de conocimiento popular que el dolor podría enloquecer? Ah… tenía otro efecto, uno reservado para los más perspicaces. Los mas deseosos de obtener la ventaja. – Esto haces tú … Un juicio apresurado donde cualquiera se lleva de paga tu ira… - comento con tranquilidad en la cual por esta vez no había asomo de burla o muestra de un humor rebosante de placer… más que el que le proporcionaba una enseñanza. Dura, si, pero… decidir si aprender o no, dependían de los demás al final.

– Lo comprendes? – musito finalmente con las reacciones de las posibles respuestas a flor de piel. Sabía la otra cual era la real victoria?

por **Ander Vlad** Dom Nov 28, 2010 6:50 am

Escuchaba mis propios gemidos dispersos, todo lo veía borroso, el dolor tapaba mis ojos como una ceguera espontánea. Sentía mi mente dispersa como si no fuese yo el que estaba dentro de mi cuerpo, si no como si estubiese contemplando una obra de teatro en la que yo era el protagonista.
El dolor crecía y crecía, como si me estubiesen apuñalando. Sentía mis músculos desgarrarse con fiereza bajo mi piel, y el frío de quien pierde dos litros de sangre.
Un golpe seco, como si me hubiesen clavado una espada, me sacó de mis caudales, aullé y no pude impedir que mis dientes se convirtiesen en colmillos, en un ataque de ira. Kayla... Kayla... ¿porqué no me ayudaba? Aquél dolor era inhumano...
-¡Kayla!...- dije gritando... no podía más y cerré los ojos como en una ensoñación. El frío me hacía tiritar y los dientes me castañeaban con fuerza. Me abracé a mi mismo, en posición fetal.
-Ayúdame...- dije, en un murmullo casi inaudible.

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