Ser o no ser policía? Eh ahí la cuestión. (Janna)

por **Zirano Xanaddo** Mar Mar 18, 2014 1:39 pm

Papeleo y más papeleo, esa era mi nueva vida como comisario de París. El teniente se ocupa a la perfección de organizar las patrullas durante el día, cubriéndome las espaldas para que nadie sospeche nada sobre lo que soy en realidad. Pocos son los días que nos cruzamos, y hoy no es una excepción. Voy directamente a mi despacho, en el mismo centro del edificio, me siento y observo los nuevos informes. Son todos casos normales, tan solo un asesinato llama mi atención.

“Elisa Janiba. Mujer alta, pelo moreno, de entre dieciocho y veinticuatro años, herida contundente en la cabeza y palmas de las manos quemadas. Lo mas destacado del caso es una estrella de David inversa gravada con algún objeto punzante, aun por determinar, en su frente. Fue encontrada a las 12:41 de la tarde en la trastienda de su librería por un cliente. Cuando el Agente Lemoiz llego al lugar, afirma que encontró toda la tienda revuelta, y tras una estantería volcada incrustada en la pared, una caja fuerte abierta y vacía. Posible motivo del crimen, el robo.”

Las marcas podrían ser algo de brujería o ves a saber, y las manos quemadas, no he escuchado de muchos casos así. Tomo el informe y lo doblo por la mitad y de nuevo por la mitad, y lo guardo en el bolsillo de mi pecho. Tomo otros tres informes, y salgo del despacho.

-Gonzalez! Oye Gonzalez donde estas?- Digo en voz alta mirando los informes. De inmediato en un rincón de la sala se levanta un tipo delgado y barbudo. -Si Señor. Aquí!- Lo miro y comienzo a caminar hacía él.
El siguiente informe es sobre una discusión por unas tierras al oeste de la ciudad. Me detengo junto al agente Menao y poniendo el informe en su mesa. -Menao, encárgate del caso, ve con él.- Digo señalando al policía de detrás de él, no van mucho juntos, pero se que se llevan de forma cordial, y se hacen caso uno al otro. -Encargaos de aclarar el caso y darme un informe al final de la noche. De acuerdo?!- Les digo ordenándolo. -Si comisario.- Continuo caminando llegando junto al agente Gonzalez.

-Tengo algo para ti. Dos niños perdidos en el bosque. ¿Puedo contar contigo?- Le digo poniéndole una mano en el hombro. El muchacho me mira y sonríe guiñándome un ojo. -Eso esta hecho comisario.-

Me giro y voy hacia el centro de la comisaria, donde esta el agente Krap. -Agente, tomé investigue este robo.- Se lo doy y miro a toda la sala. -Los demás, volved a vuestro trabajo.- De inmediato todos vuelven a sus tareas, y me quedo observando como mis compañeros, han aceptado mi autoridad. Veo partir a los cuatro agentes a quienes di los casos. Yo me doy un par de toques en el labio con mi dedo indice, pensativo, y me dirijo a la sala de pruebas.

Cuando entro saco el informe de mi bolsillo, miro el numero de caso. “B-437” Doblo de nuevo el papel y lo guardo. Busco la caja, que esta en la estantería mas cercana, bajo la caja y la pongo sobre un escritorio del rincón. La abro y veo unos colgantes y abalorios. Un libro en Italiano, con las siglas escritas con bellísima caligrafía, J. L. y un papel pegado a él. “encontrado en su bolsillo." Y por último un anillo, dejo todo en la caja menos el libro, el cual guardo en el bolsillo lateral de mi chaqueta. Cierro la caja, la dejo en su lugar, salgo de la sala y de la comisaria por la puerta lateral.

Miro de nuevo el informe mirando la dirección y veo que es en el centro, voy a la cuadra, donde Blade me espera aun ensillado, lo saco cogiéndolo de las rindas, y monto en él, dirigiéndome a buen paso hasta el centro de París.

por **Janna Laveau** Mar Mar 18, 2014 2:43 pm

Sombra aquí, sombra allá... No, no es una canción, se trata de mi cuarto. Un pequeño espacio situado en la parte alta del edificio donde tenemos el negocio familiar. Siempre me había parecido uno de los lugares más oscuros de la casa y por eso ocupaba mi tiempo, todas las noches antes de irme a dormir, en iluminar ténuemente la estancia con velas que yo misma prendo gracias a mi afiliación con el elemento fuego.

— Una más... —me incliné sobre la última vela que tenía sobre la mesita de noche y soplé suavemente, colocando ambas manos alrededor de la mecha. Al instante fue cobrando vida— ¡Listo! —dando saltitos, ya con el camisón puesto y el cabello... ejem, decente, me tiré sobre la cama rodando cual croqueta. Tanteé con las manos en busca de uno de mis libros de música favoritos. Tenía la mala costumbre de no hacer nunca la cama, y la lectura era algo que me apasionaba, sobre todo si estos hablaban de la historia musical, como era el caso del libro que tan desesperadamente buscaba entre los pliegues de la desordenada cama.

— ¡No puede ser! —dije echándome las manos sobre la cabeza, revolviendo el pelo aun más— ¡Debería estar aquí! —al momento me invadió una preocupación enorme. Era un libro que había tomado prestado de la biblioteca y como tal préstamo, tenía la obligación de devolverlo. Pensé en decírselo a mi madre, pero a estas horas estaría dormida y no era plan de despertarla sabiendo que mañana tenía que ocupar la tienda temprano. Aparte, siempre la había acusado de cabeza loca y desordenada -cosa que era cierto- y no quería darle más motivos para que me lo repitiera más de lo que ya lo hacía.

* * *

Apenas pude dormir esa noche, lo poco que conseguí cerrar los ojos vislumbraba el libro sobrevolando cual pájaro mi cabeza a una distancia a la que mis brazos nunca llegaban a alcanzar. Sin duda tendría que reconocer mis actos y presentarme en la biblioteca y pedir disculpas por el extravío. Lo que viene siendo ser responsable -aunque tarde-.

Cuando acabé de hacer mis tareas matutinas me arreglé y salí de la casa con aire decidido. No quería mostrar debilidad alguna, aunque el temor ensombrecía levemente mis pálidas facciones. Caminaba a buen ritmo, saludando a conocidos con un movimiento de cabeza, que de haber estado de mejor humor seguramente no me habría importado tener una charla agradable, pero hoy no era el día apropiado para eso.
Me detuve frente a la biblioteca, tragando saliva y cuando me vi con fuerzas subí los peldaños hasta sus grandes puertas de roble. Una vez en el interior, me encaminé hasta la zona donde los bibliotecarios tenían todos los apuntes de los préstamos y anotaciones y listados de todos los libros que poseían en aquel majestuoso lugar. Observaba con los ojos avispados todo movimiento del bibliotecario desde la distancia, mientras iba dando pasos lentamente, intentando no hacer ruido, pensaba las palabras adecuadas y el orden correcto para expresar lo que había pasado y sentía por ello.

— ¡Oh! Señorita. Bienvenida de nuevo —la voz del bibliotecario me sobresaltó. No esperaba que me reconociera, aunque visitaba tanto aquel lugar que había sido una tontería por mi parte haber pensado lo contrario. Me mordí el labio inferior y aceleré el paso hasta encaramarme en el mostrador. Apenas podía mirar a la cara al hombre.

— Gracias, monsieur... Verá, ha sucedido algo con el último libro que me llevé prestado —empecé a decir con cautela. El hombre por el contrario, pareció sorprendido y fue buscando entre los papeles la ficha correspondiente con mi nombre para revisar el último libro al que yo estaba haciendo alusión— verá, el caso es... Que lo he extraviado. ¡No lo encuentro por ninguna parte! ¿Sabría usted si alguien lo ha encontrado por casualidad y lo ha devuelto? —mi cara reflejaba vergüenza total. Me habría ahorrado todo aquello si hubiera hecho un sencillo hechizo invocador o localizador, pero para ello necesitaba algo conectado con el libro, y obviamente no podía tener en mi propiedad una página arrancada del mismo. Sólo podía esperar a que algo sucediera. Un castigo divino o una salvación.

por **Zirano Xanaddo** Jue Mar 20, 2014 8:31 am

Blade galopa raudo por las calles del centro de la ciudad, sus cascos resuenan sobre los adoquines desiguales. Son las nueve de la noche y hace a penas media hora que ha anochecido por completo. El clima suave parece animar a la gente a salir a la calle, pasean envueltos en mil y una conversaciones, y paseando ajenos a cualquier cosa que no les involucre directamente. Tras unos diez minutos de camino, finalmente llego a la dirección. Es una pequeña librería, sus puertas están cerradas, desmonto de mi caballo, y lo dejo junto la entrada. Pongo mi mano en el pomo de la puerta, pero cuando lo hago girar compruebo que esta cerrada con llave. Estarán las llaves en la comisaria lo más seguro.

Me quedo unos instantes mirando la puerta cerrada, pensando en cual sería el siguiente paso que debería dar. El cuerpo posiblemente este en el tanatorio, iré a ver si el forense tiene alguna pista nueva. Vuelvo junto a Blade, y antes de subirme saco el libro de mi bolsillo, lo abro observando de nuevo la hermosa caligrafía de la J.L. Paso a la siguiente página y veo que es propiedad de la biblioteca. Si voy supongo que sabrán quien tenia este libro.

Sin pensarlo dos veces monto en mi caballo, y dando un golpe con mi tacón en su costado, vuelvo a avanzar, tengo que detenerme un instante, para dejar pasar un carruaje que va a toda velocidad, y me incorporo tras él a la calzada y me dirijo a la biblioteca.

Demasiada gente en las calles, y multitud de carruajes fluyen como si fueran una marea sin cesar. Tras unos minutos de tráfico lento, llego a la biblioteca. Amarro a Blade en una esquina del edificio y subo las escaleras para entrar al lugar.
Por dentro es enorme, el olor a papel y polvo inunda el lugar. En las mesas veo a dos o tres personas sentadas y una chica de pie frente al mostrador hablando con el bibliotecario. La mujer es pelirroja, con cabello largo y ondulado, y su silueta es bonita. En París casi todas las damas son bellas y de cuerpos de infarto. El pensamiento pasa por mi mente y sonrío.

Me pongo serio de nuevo, y camino hacía el mostrador. Saludo con un gesto de mi cabeza a la chica y el bibliotecario y espero pacientemente a que acabe de hablar con la chica. -Señorita, deme unos segundos y ahora mismo miro si lo han devuelto.- Le dice el hombre con una sonrisa amable y camina hacía mí. -Hola agente. ¿En que puedo ayudarle?- Me pregunta algo serio.
Saco el libro de mi bolsillo y se lo entrego. -Me gustaría saber quien fue la última persona que tomo prestado este libro.- Le pregunto, y el chico toma el libro y lo observa algo sorprendido. -Que casualidad. Justamente esta chica lo estaba buscando.- Me dice mirando a la pelirroja.

Cuando me dice que ella es la dueña, por inercia miro su aura, viendo que es de un color verde y muy brillante, es al parecer el aura de una bruja o un humano con algún poder. Cojo el libro de las manos del bibliotecario. -De acuerdo. De lo demás me ocupo yo. Muchas gracias.- Le digo con amabilidad. Me coloco bien mi sombrero de comisario y voy junto a la chica.

-Disculpa este libro es tuyo?- Le pregunto y me quedo mirándola atento a su respuesta con gesto serio.

por **Janna Laveau** Jue Mar 20, 2014 10:13 am

El bibliotecario seguía trasteando y removiendo papeles hasta dar con mi ficha. Finalmente, cuando la tuvo entre sus manos la colocó entre ambos, sobre la mesa, para poder ver mi historial de libros pedidos y entregados.

— Señorita Laveau, ¿cierto? El libro que usted dice que ha extraviado... ¿es este? —tras colocarme de puntillas para mirar por encima del papel, en silencio moví afirmativamente la cabeza. Me sentía realmente mal por haber sido tan despistada— Señorita, deme unos segundos y ahora mismo miro si lo han devuelto —permanecí en silencio, observando como el hombre removía papeles. Al cabo de unos segundos alzaba la vista hacia algo o alguien que había llamado considerablemente su atención. Como acto reflejo, me giré para ver de qué se trataba.

Un hombre de mediana edad -bastante apuesto, por cierto- acababa de irrumpir en la calma del edificio. Por su porte y manera segura de caminar, me temía que fuera alguien de autoridad, cosa que pude corroborar segundos después al escuchar cómo el bibliotecario se refería a él como 'agente'. Le devolví el saludo con un gesto e inconscientemente me mordí el labio. Esperé pacientemente mientras ambos intercambiaban palabras.

Observaba cautelosa cada reacción de la pareja de hombres mientras hablaban, fue una conversación breve en la que ambos se pasaban algo que no pude apreciar porque el bibliotecario me daba la espalda. Me sobresalté al ver que la atención del agente pesaba sobre mí tras haber finalizado el encuentro y para mi sorpresa, el objeto que portaba en sus manos no era otro que el libro que yo había extraviado. ¿Qué estaba ocurriendo aquí?

El gesto serio del agente me hizo temblar inconscientemente por un segundo, pero me pude recomponer en seguida. Sus palabras, con ese tono de voz sereno y profundo me preocuparon. ¿Acaso había pasado algo? ¿Qué me había perdido? Se supone que debía estar feliz de que el libro extraviado hubiera aparecido, pero tal como estaban transcurriendo los acontecimientos parecía como si toda aquella trama fuera parte de un plan conspiratorio para involucrarme en alguna broma pesada... Con la diferencia de que ésta no hacía ni la menor gracia.

— Si, es el que andaba buscando precisamente —dije sin apartar la mirada del libro. Tras infundirme calma en mis pensamientos, me atreví a alzar la mirada para observar a aquel hombre con más atención. Mi sexto sentido me decía que había algo en él que no era usual. Efectivamente, tras captar su aura con facilidad pude distinguir su forma irregular, un aura que no procedía del mundo de los vivos, y sin embargo aquel hombre estaba allí, delante de mi. No cabía duda de que era un caminante nocturno, un vampiro— Lo extravié y vine a la biblioteca a preguntar por él. Me gusta leer libros de historia musical y ese concretamente tiene especial interés para mi —expliqué con toda la calma que me fue posible, intentando desviar la atención de mi posible nerviosismo tras averiguar la naturaleza de aquel hombre.

— ¿Es que ha ocurrido algo, agente? Si no es indiscreción preguntar, ¿cómo ha llegado a vuestras manos? —era una pregunta que quizá no debería hacer a la ligera a un agente de la autoridad, pero la curiosidad me picaba sobremanera, pues juraría que la última vez que vi aquel libro estaba en mi cuarto, en mi propiedad. Un aura de misterio parecía aflorar ante aquel acontecimiento.

por **Zirano Xanaddo** Vie Mar 21, 2014 6:17 am

La chica me mira algo confundida y asustada por ver que, quien le trae el objeto perdido, es un agente de policía, osea, yo. -Si, es el que andaba buscando precisamente.- Me responde con cierta calma mirando el libro con atención y me mira a los ojos, profundizando en mi mirada, yo la imito, viendo que se ha dado cuenta de algo importante. Sonrío asintiendo escuchando con atención sus palabras y si trata de esconder algo, no usaré mi telepatía pues sería jugar con ventaja, y la chica es linda, puede llegar a ser divertido. -Lo extravié y vine a la biblioteca a preguntar por él. Me gusta leer libros de historia musical y ese concretamente tiene especial interés para mí.- Me dice con voz calmada, pero es inconfundible que algo nerviosa esta.

-¿Es que ha ocurrido algo, agente? Si no es indiscreción preguntar, ¿Cómo ha llegado a vuestras manos?- Me dice la chica, por sus palabras se que es simple curiosidad, y que andará buscando este libro significa que realmente no sabe donde lo perdió. Pero no responde a la duda principal, como llego este libro, al bolsillo de la victima. Tendré que seguir las pistas poco a poco.

Miro a la chica. -Lo tenia la dueña de la librería “Elisa”, la señora Elisa Janiba. ¿La conoce?- Le pregunto con tono calmado, asegurándome de no decirle nada directamente sobre que esta muerta o que fue asesinada. Quiero intentara hacer que se culpe ella sola si esta involucrada. Miro el libro y antes de que me responda lo abro por la primera pagina, donde esta escrito J.L. -¿Estas siglas le dicen algo?- Le pregunto mirándola a los ojos fijamente, en una pose algo intimidante, pero dejando claro que si ella sabe algo, terminaría sacándosela.

“Tantos años como policía me han enseñado que por mucho que sea bonita y de aspecto dulce, puede ser el mismísimo diablo”

por **Janna Laveau** Vie Mar 21, 2014 7:55 am

¿Qué podía haber ocurrido para que los acontecimientos se desarrollaran de aquella forma? A ver, Janna, hagamos un repaso mental. Había adquirido aquel libro de la biblioteca, el cual parecía haber salido de una librería particular... ¿Y ahora ese libro llevaba inscrito mis iniciales? Para colmo, la persona que había recuperado el libro era una agente de la ley, y para más inri, aquella persona no era nada más ni nada menos que un vampiro. En serio, ¿qué estaba pasando?

Dejé de divagar por los resquicios de mi memoria y análisis de los hechos y volví al presente, en donde me encontré con la mirada inquisitiva del vampiro haciendo el perfecto papel que le correspondía. Como buena bruja avispada, activé mis sentidos en modo defensivo por si acaso aquel ser pretendía hacer algo, aunque sería algo extraño por su parte viéndose rodeado de personas en un lugar tan corriente como una biblioteca.

Me encogí de hombros, aparentando normalidad. Me sentía segura de mi misma en aquellos momentos. Un vampiro no iba a intimidar a una bruja y aun menos en un sitio público a la mirada de todos.

— Claro, la dueña de la librería de los barrios medios —no tenía porqué mentir a aquel hombre, conocía a la dueña del pequeño comercio aunque solo de vista. Siempre había sido amable conmigo y me había ayudado a buscar títulos de libros interesantes— Coinciden con mis iniciales, está claro. Pero yo no he escrito tal cosa, ni siquiera las tenían grabadas cuando yo tenía ese libro en mi posesión. ¿Porqué tanto misterio alrededor de este libro? —pregunté, aguardando su respuesta o reacción.

por **Zirano Xanaddo** Sáb Mar 22, 2014 12:19 pm

Miro a la pelirroja a los ojos, observando sus reacciones y movimientos. Esta del todo claro que antes de que lo tuviese la dueña de la librería, estaba en posesión de esta señorita. Ella me responde tranquila que si que conoce a la victima. No veo que haga ningún gesto extraño.

Me confirma que las iniciales escritas en la primera plana del libro son las suyas, pero que ella no las ha escrito, y que es más, cuando estaba en su posesión no tenía nada escrito. Su mirada es sincera y tranquila, o no sabe nada de lo que ha ocurrido, o por el contrario sabe mucho yes lo suficiente inteligente como para hacer que no sospeche de ella. En todo caso, seguiremos con el interrogatorio.

Pongo el libro bajo mi axila, y saco un lápiz y una pequeña libreta. La abro por una hoja en blanco. -Y usted se llama?- Le pregunto preparándome para escribir. Tras unos momentos le miro. -¿Y cuando vio por última vez a la señora Janiba?- Le pregunto con tono inculpatorio

por **Janna Laveau** Sáb Mar 22, 2014 5:20 pm

Entrecerré los ojos, observando al vampiro. No estaba segura si sería bueno descubrir mi verdadero nombre, pues quizá era reconocido por ser parte de los antiguos clanes de Brujas y tenía el temor de que aquel agente pudiera estar interesado en dar caza a su raza. Sopesé mis opciones, paseaba los ojos del libro que ahora descansaba en la axila del vampiro, hasta sus manos donde comenzaba a tomar nota como si aquello fuera un interrogatorio.

— Mi nombre es Janna Laveau, como ve, concuerda misteriosamente con las iniciales grabadas en el libro —finalmente opté por decir la verdad, aunque si lo que intentaba era dar caza a una bruja, tendría que vérselas conmigo después de todo— Hum... —intenté rememorar el momento en el que había visto a la dueña de la librería por última vez. Pequeñas arruguitas aparecieron en mi frente al fruncir el ceño, pensativa, me llevé una mano a la barbilla antes de contestar— Creo que fue hace cosa de seis días o una semana. Más o menos —me encogí de hombros, en verdad no sabía hacia dónde estaba dispuesto a llegar el agente-vampiro.

— ¿Le ha pasado algo? —pregunté intentando no pensar en lo peor. Fue entonces cuando desvié la mirada de la libreta y me centré más en los ojos de aquel hombre, intentaba indagar en ellos para poder intuir al menos algo de lo que estaba sucediendo. Un escalofrío recorrió mi cuerpo, haciéndome temblar.

por **Zirano Xanaddo** Lun Mar 24, 2014 6:35 am

La chica esta unos instantes pensativa, parece como que no quisiera decirme su nombre, y pasea nerviosa su mirada de el libro a mi libreta. Tras unos segundos en los que indago en su mirada, veo que esta preocupada y insegura. Por el momento parece que quiere evitar cruzar su mirada conmigo. Nada de esto indica que sea culpable. Pero no pienso quedarme con dudas.

Finalmente la chica me responde, miro a mi libreta y anoto su nombre “Janna Laveau” y mientras yo escribo y ella se queda pensativa un rato, acariciándose la barbilla. Aparto la mirada de mi libreta para mirar a Janna a los ojos. Sonrío cundo veo las arruguitas de su frente. Le dan un toque dulce y simpático. La chica me dice que hace aproximadamente una semana que estuvo con ella. Anoto los datos en la libreta, esto la exonera como culpable, pero aun sigo sin saber como llego el libro al bolsillo de la victima.

Las dudas vuelan en mi cabeza, no dejo de mirar a la chica, no la veo como asesina, y por mucho que intento imaginarlo no veo ningún motivo por que Janna quisiera matar a la dueña de la librería. Miro mi libreta. Y apunto una nota a pie de pagina, inclinando la libreta, para que la chica no pueda leer lo que escribo. “No creo que sea la asesina que busco.”

La chica me pregunta con algo de preocupación en su voz, si le ha pasado algo a la victima y me mira a los ojos como queriendo indagar sobre lo que ocurre. Le devuelvo la mirada, con una leve mueca, sabiendo que si realmente no ha sido ella, la noticia le afectará, por ello intento decirlo con algo de tacto.

-Señorita Laveau, Elisa ha sido asesinada esta mañana. Y la única pista que tenemos es este libro.- Le digo con sinceridad y voz calmada y respetuosa. Pero debo hacerle una pregunta mas. -My lady, me puede decir donde ha estado hoy entre las 9 de la mañana y la 1 de la tarde?- Le pregunto mientras cierro la libreta.

por **Janna Laveau** Lun Mar 24, 2014 10:17 am

Intentaba sostenerle la mirada, pero cada vez me costaba más. Como una sombra, la idea de que a la señora le hubiera pasado algo nublaba parcialmente mi visión y mi calma para pensar y centrarme en la situación.

Pasé los brazos alrededor de mi cuerpo, cruzándolos en un abrazo para intentar reconfortarme, aunque las palabras que salían de los labios de aquel vampiro no ayudaban en absoluto. La mujer de la librería había fallecido misteriosamente, un asesinato... Y el libro que tenía en mi propiedad estaba en su posesión en aquel momento. Me sentía encogida sobre mi misma, confundida. ¿Qué estaba ocurriendo? ¿Había alguien que estaba tramando algo contra mi persona? ¿Habían averiguado mi condición e iban detrás de mi por brujería? ¿Porqué tenía que morir gente inocente?

Multitud de pensamientos y preguntas se agolpaban en mi cabeza, apenas prestaba atención al agente que tenía delante de mi. Me giré levemente en busca de alguien, del bibliotecario, de cualquiera que pudiera decirme que todo aquello era una broma pesada, o un sueño, mejor dicho, una pesadilla. Necesitaba despertar de aquello... Pero era la cruda realidad.

Volví a prestarle atención al hombre, que me preguntaba sobre un horario fijo seguramente por si tenía coartada. Entonces era verdad, era sospechosa de un asesinato... Negué con la cabeza, abochornada.

— Hoy no dormí demasiado bien, por lo que desperté tarde. Estuve ayudando en los recados del Boticario en el que trabajo. Alterno eso con mis clases de violín en el teatro... —no le mencioné que la tienda era de mi madre, no quería implicarla en todo aquello. Observé como el vampiro cerró la libreta, por lo visto no tenía pensado el apuntar mi explicación. Esperé entonces que siguiera.

por **Zirano Xanaddo** Vie Mar 28, 2014 8:41 am

Guardo la libreta en el bolsillo de mi pecho junto con el lápiz y miro a la pelirroja a los ojos con aire pensativo. Ahora no es posible comprobar su coartada, por lo que, cuando regrese a la comisaria, deberé dejar a dos policías con el encargo de confirmar dicha coartada. Ahora el caso esta en aclarar el asunto del libro.

-¿Donde recuerda haber tenido el libro por última vez?- Le pregunto para intentar ordenar una a una las piezas del rompecabezas. De momento tan solo se que, o Janna es la asesina o la están intentando incriminar, aunque también podría ser simple casualidad. Sea lo que sea lo terminaré averiguando.

Observo en silencio a la chica, acaricio mi barbilla prestando atención a las palabras de la brujita mientras me responde. Cruzo los brazos y alzo una mano hasta mi cara, para darme toques en mi mejilla con el dedo indice de forma pensativa mirando hacia el techo de la biblioteca. Miro ala chica a los ojos. -Entonces my lady, no le importara acompañarme a su casa. Me gustaría hacer una preguntas a sus familiares o inquilinos.- Le digo esperando una respuesta afirmativa.

No se si resolveré nada preguntando en su casa, pero no pierdo nada y así al menos tendré la dirección de la sospechosa. Algo en el caso no me cuadra.

por **Janna Laveau** Mar Abr 01, 2014 12:54 pm

Se me estaba poniendo mal cuerpo, literalmente hablando. Después del interrogatorio acabó por pedirme acceso a mi casa. Eso implicaría a mi madre directamente. No sólo las brujas estábamos amenazadas por los ciudadanos corrientes, sino también por otros seres sobrenaturales. El hecho de que el agente de policía fuera un vampiro no ayudaba para nada en este dilema. Si el hombre fuera alguien normal, no tendría demasiado reparo en llevarle hasta mi casa, pero siendo un vampiro..., ¿realmente esperaba que respondiera afirmativamente? Pero, ¿acaso tenía otra opción?

Observé al hombre de arriba a abajo, sopesando mis posibles maneras de mover ficha. No tenía mucha forma de desviar el tema, había fallecido una persona y en su poder estaba el objeto que me incriminaba directamente. ¿Porqué? Ni idea.

Me mordí el labio inferior y desvié momentáneamente la mirada hacia una de las ventanas del edificio. Era de noche y seguramente la biblioteca no tardaría en cerrar. Tendría que llevar al vampiro a mi casa ahora, lo más seguro. Pues no creía que fuera a querer visitarla en pleno día para acabar abrasado o cosas peores.

Finalmente asentí con la cabeza. Terminé de serenarme.

— No tengo más remedio que hacerlo. Aunque no me haga demasiada gracia tendré que demostrar mi inocencia. Si visitar mi casa y revisar... lo que tenga que revisar ayuda a encontrar a la persona o dar alguna pista, no seré yo la que se interponga en ello —dije seriamente y le miré a los ojos— también colaboraré con lo que pueda o esté en mis manos.

La muerte de la mujer de la librería no sería en vano. Aunque no tuviéramos demasiada confianza o lazos era una persona asesinada inocente, y eso me quemaba por dentro.

por **Zirano Xanaddo** Vie Abr 04, 2014 12:24 pm

Observo a la bruja, como me mira de arriba a abajo, con visible incomodidad en su mirada. Y asiente con la cabeza a mi petición. Con voz mas tranquila, me dice que sin que le haga mucha gracia, debe acompañarme, y que no se interpondrá en nada que lleve a encontrar al verdadero asesino y que incluso ayudará en todo lo que pueda. La observo sonriendo complacido.

Tal vez quiera estar cerca, y así pasar desapercibida, pero es cierto que siendo yo policía, si se negará sería aun mas sospechosa. -Bien, entonces cuando quiera podemos irnos.- Le digo con voz varonil y calmada. Me giro y voy al mostrador, parándome frente al bibliotecario. -Si no le importa, me llevo el libro como prueba. Cuando cierre el caso se lo devolveré.- Le digo mirando al hombre y me guardo el libro. -Como quiera agente.- Me dice con una sonrisa cortés.

Voy hacia la puerta de salida y la abro. Me quedo quieto a un lado, manteniendo abierta la entrada, haciendo una reverencia a Janna para que pase delante. Cierro la puerta y bajo un escalón. -Janna espéreme al pie de la escalera, voy a buscar mi caballo.- Le digo bajando las escaleras rápidamente y voy junto a Blade. Lo desamarro y en un salto me subo sobre él.

Voy hasta la escalera donde espero encontrar a Janna, me paro frente a ella y le tiendo mi mano para que suba detrás de mi. El pelaje negro de Blade brilla con destellos azul eléctrico por la luz de la luna. -Ya ira guiándome my lady.- Le digo sin saber el camino.

por **Janna Laveau** Vie Abr 04, 2014 1:23 pm

Sentía un ardor desagradable en la boca estómago. Pasé ambos brazos estrechándome en un abrazo, dejando reposar las manos sobre la cintura. Intentaba reconfortarme a mi misma con el gesto, aunque los acontecimientos que se cernían sobre mi no me daban la esperanza necesaria como para poder afrontar los hechos con frialdad. Miré al agente a los ojos, dejando después que hiciera lo que tuviera en mente antes de partir.

Pensamientos pasaban como relámpagos por mi mente, no podía evitar darle vueltas a todo. ¿Qué diría mi madre? Me iba a presentar en mi casa con un agente de la ley que para más inri se trataba de un vampiro. ¿Cómo podría explicárselo? Que era sospechosa o pieza entrometida de un caso de asesinato...

Seguí al vampiro, atravesando la estancia hasta llegar a las puertas que daban a la calle. Iba mirando al suelo hasta que el hombre abrió las puertas, dejándome salir y alcé la vista hacia la luna. La luna, siempre tan brillante, tan expectante. De alguna forma me reconfortaba, como si aquel astro del firmamento nocturno me dijera con voz suave que me calmara, que no estaba en peligro, que todo iba a salir bien.

Aguardé en la misma posición, abajo de las escaleras, observando la negrura por donde el hombre había desaparecido para ir a buscar su montura. Subí las manos por mi delgado cuerpo hasta llegar a los hombros, donde froté mis brazos para entrar un poco en calor. No me supuso demasiado trabajo gracias a mi don.
Volví la mirada de nuevo cuando escuché los cascos del caballo acercándose. El agente se detuvo frente a mi y pude admirar la silueta del jinete y como no, del bello animal. Siempre me habían fascinado los animales, mucho los caballos en verdad, pues los consideraba hermosos, honestos y fieles.

Algo temerosa, alcancé la mano tendida del agente con la mía. No hizo falta mucho impulso ni fuerza para lograr que montara, colocándome en las espaldas del vampiro. Al menos en esa posición no tendría los colmillos pegados a mi nuca.
Me agarré con las manos al borde de la silla de montar y aguardé que el animal se sintiese cómodo con ambos ensillados. Después fui guiando tal como me pidió, por las calles semiluminadas de París.

— Todavía no me habéis dicho su nombre, Monssieur. Para ser un agente de la ley es raro que no se hubiera identificado antes —puntualicé, rompiendo el silencio que se había generado al estar durante un tiempo cabalgando en linea recta.— Gire aquí, verá una plaza pequeña con una fuente. El edificio de dos plantas del fondo a la derecha es donde vivo.

El edificio era humilde, como la mayoría de aquel barrio francés, dispuesto como todos aquellos que le rodeaban por negocios en la parte baja y casas habitables en la planta superior. Como me temía, las luces de las ventanas superiores estaban encendidas, por lo que mi madre lo más seguro es que estaría preparando algo de cena para cuando llegara. Me mordí el labio, temerosa de cómo pudiera sentarle todo aquello.

por **Zirano Xanaddo** Dom Abr 06, 2014 12:53 pm

Janna coge mi mano y con un suave tirón la ayudo a montarse detrás de mi. Cuando noto que ella se ha acomodado, doy un toque con mi tacón en el costado de Blade y esté empieza a caminar. Aun hay algunos transeúntes por las calles, con un suave latigazo de las riendas, hago que el animal acelere un poco su paso, mientras sigo las indicaciones de la chica. Mis sospechas sobre Janna cada vez son menos, pero ahora en su casa veamos si encuentro algo extraño.

Avanzamos por una calle amplia, con poca iluminación, esta solitaria, son ya las once y media de la noche, y la gente ya hace un rato que deben estar resguardados en sus respectivos hogares. Janna me dice que aun no le he dicho mi nombre, inquiriendo en que siendo policía es extraño que no me hubiese identificado. Sonrío y giro un poco mi cabeza para mirarla por encima del hombro.

-Oh! My lady, mis mas sinceras disculpas, realmente fue un descuido muy poco cortés. Mi nombre es Zirano Xanaddo. A su servicio my lady.- Le digo con tono varonil y seguro. Miro de nuevo hacía al frente siguiendo en linea recta mientras la chica no me indique lo contrario. Finalmente me dice que gire en la siguiente esquina, donde veré una plaza con una fuente y un edificio de dos plantas, en el cual vive. -De acuerdo.- Digo girando obedeciendo a la chica.

Y como dijo, me topo de frente con una pequeña plaza cuadrada. Hay un par de bancos, uno a cada lado de un fuente redonda en su centro con un pequeño querubín con un jarrón bajo su brazo, por el cual sale un caño continuo de agua que cae en la fuente. Es una hermosa fuente, hago que Blade se pare frente a esta por si quiere beber. -Dejaré aquí mismo a mi caballo, baje con cuidado my lady.- Le digo ofreciéndole mi mano como apoyo, una ves se desmonta, bajo yo también.

-Vaya usted delante señorita Laveau, y así me hace las presentaciones pertinentes.- Le digo con tono neutro, observándola y siguiéndola en silencio

por **Janna Laveau** Mar Abr 08, 2014 10:35 am

Hechas las presentaciones, me quedé un poco más tranquila. Rocé suavemente con la palma de mi mano la robusta pero suave piel del caballo, a medida que avanzábamos, iba amainando el ritmo hasta que Zirano lo guió a la fuente donde le dejó reposando, diciéndome que fuera delante.
Por toda respuesta bajé de la montura con su ayuda, aunque no era necesario tampoco iba a menospreciarla, y me encaminé hasta la puerta de la tienda. No hizo falta ni llamar a la puerta, pues mi madre ya se había percatado de nuestra presencia en la plaza y había bajado para recibirnos.

Abrió la puerta, mostrando su semblante sereno. Un rostro que emanaba sabiduría a pesar de su juventud. Sus cabellos morenos y largos (que dejaban entrever alguna cana) caían en bucles sobre sus hombros y sus ojos grandes y azules escrutaban la oscuridad de la noche, ayudándose de un candil que sostenía en su diestra iluminaba todo aquello que tenía delante de si.

— Perdón por la tardanza, madre... —dije e intercambié con ella una mirada que bastó para entendernos. Me giré siguiendo sus ojos, que se habían fijado directamente en el vampiro que aguardaba en el centro de la plaza, al lado de su montura. Según me pareció, no hacía ni falta abrir la boca o pronunciar palabra alguna.

— No pasa nada, Jan. Entra —me dijo con voz suave, como siempre, y me adentré en el resguardo de mi hogar— ten —me tendió el candil y yo lo sostuve mientras ella se colocaba el chal sobre los hombros, cruzándose de brazos. Observaba al agente, según pude atisbar, con cautela— No se quede ahí, monsieur. Ha venido a charlar, ¿no es así? Pase por favor —nos hicimos a un lado, esperando a que Zirano cruzara el umbral. Estaba claro que mi madre no desconfiaba de aquel vampiro, pues en esa ocasión venía como agente de policía y las noticias que traíamos no eran demasiado buenas como para dejarlas a la ligera.
Había que ponerse al día de los hechos.

Una vez Zirano entró en el edificio, cerré la puerta. Sólo estábamos iluminados por mi candil y la luz que provenía del piso superior. El suave olor de hiervas y mezclas flotaba en el ambiente del negocio del boticario.

— Si no le importa, será mejor que subamos a la parte de arriba. Podría ofrecerle un té. ¿Quiere un té? Me temo que lo que viene a decirme no son buenas noticias, lo noto por todas partes —caminábamos para subir las escaleras hasta el piso superior mientras mi madre hablaba. Nos acomodamos en la salita donde había un par de sofás y una mesa camilla provista de todo lo necesario para tomar el té.

Yo me senté al lado de mi madre, dejando el sofá de al lado libre para Zirano. Mi madre se sentó en el brazo del sofá, cruzándose de piernas mientras se colocaba el chal que se le escurría por los hombros.

— Dígame. ¿Qué ha pasado para que mi hija venga a estas horas acompañada de un agente de la ley tan peculiar?

por **Zirano Xanaddo** Lun Abr 14, 2014 12:37 pm

Sigo a Janna con la mirada permaneciendo unos instantes junto a mi caballo , veo como se dirige hacía la puerta de un edificio, del cual sale una mujer joven, pero con mucha madurez en su mirada, de cabello negro y largo y rostro hermoso. Janna pasa junto a ella disculpándose por haber tardado tanto. Por lo que se ve la chica tiene un gran respeto por su madre, un punto mas en favor de Janna. La mujer, con su mirada fija en mí, le dice con voz calmada y suave que no se preocupe y que entre en casa, le da un candil y ambas se quedan junto a la puerta mirándome, pidiéndome que entrará.

Camino hacía ellas, y cuando me acerco un poco mas y observo mejor a la madre de la sospechosa, es bella como su hija y puedo notar que esta calmada. Me quito el sombrero y inclino un poco la cabeza en gesto de reverencia antes de entrar. -Muchas gracias madame Laveau.- Digo mirando a la mujer con una sonrisa amable y entro. En el piso superior se ve luz, miro ami alrededor, observando todas las hierbas y productos esotéricos que hay. Todo esta ordena y pulcro, y el aroma a silvestre inunda el lugar. Sin duda un sitio agradable.

Madre e hija caminan subiendo las escaleras, y la madre me dice que mejor sera subir, me ofrece un te y que nota que son malas noticias. -Como desee madame.- Asiento y subo tras ellas.
Miro el aura, y ambas la tienen idéntica, por lo tanto también es bruja. Pero no tengo sensación alguna de peligro.

Entramos en una sala con os sofás y una mesita con una tetera, varias tazas y cosas varias para el té. Janna se sienta en uno de los sillones, y la madre en el brazo del mismo sofá que su hija, y me dejan el otro a mi. -Con su permiso.- Me siento y miro a la mujer a los ojos mientras cruza las piernas y se coloca bien el chal. -Dígame. ¿Qué ha pasado para que mi hija venga a estas horas acompañada de un agente de la ley tan peculiar?- Me pregunta la mujer.

-Como quiera my lady.- Digo acomodándome un poco, sin dejar de mirarla. -Soy Zirano Xanaddo. Y soy el comisario de París. Pido disculpas por haber entretenido a su hija hasta estas horas. Pero...- Me pauso un instante buscando en mi mente como decirlo de forma mas sutil, pero mejor es ser claro. -Janna es sospechosa del asesinato.- Le digo mientras miro a ambas, observando sus reacciones.

-Un segundo ya le explico.- Le digo interrumpiendo a la señora Laveau justo cuando va ha hablar. -Esta mañana, Elisa Janiba, dueña de la librería Elisa, fue encontrada muerta dentro de su tienda.- Observo a la mujer y la noto diferente. -Y encontremos este libro...- Digo sacando el libro de mi bolsillo. -en su bolsillo del delantal. Y según su hija, anoche lo perdió.- Abro el libro por la primera pagina, donde están las siglas del nombre de Janna y se lo muestro a la mujer. -Reconoce esta caligrafía?- Le pregunto mirándola y comienzo con mi investigación.

por **Janna Laveau** Lun Abr 14, 2014 1:38 pm

De algún modo me temía lo que Zirano iba a contarle a mi madre, estaba claro que el viaje había sido para ello. Mientras el agente se explicaba a mi madre, contándole todo lo relacionado con el caso que estaba investigando y mi relación con los hechos, yo iba repasando con la mirada los gestos y reacciones de ambos mientras hablaban.

No sabía si debía entrometerme en la conversación o dejar que ambos siguieran hasta que se me diera pie a poder intervenir. Salí de mis pensamientos cuando, con un gesto de la mano, mi madre me indicó que sirviera el té para los tres. No estaba segura de si los vampiros podían tomar comida humana, pero por no hacer el feo, me dispuse a servir mientras Zirano hablaba.
Se me quedaron congeladas las manos -cosa rara en mi- cuando Zirano soltó sin más que yo era sospechosa del asesinato. No podía ni moverme. Me giré hacia mi madre y luego miré a Zirano alternativamente. ¿Yo? ¿En serio? Bueno, realmente todas las pruebas apuntaban a algo así. Pero... ¿Cómo?

La cara de mi madre, siempre serena, cambió al enarcar una ceja, arrugando el entrecejo suavemente mostrando su obvia preocupación por la revelación y los datos del vampiro.

—¿Está seguro de eso monsieur Xanaddo? —mi madre me miró, y al ver mi reacción y gesto apenado, volvió a centrarse en Zirano— Creo que es imposible que mi hija halla hecho tal cosa, ni siquiera de cómplice. Será una bruja, pero no una asesina.
—Madre...
—Shhh. Dejemos que monsieur Xanaddo nos aclare las cosas un poco —dijo, interrumpiéndome— Dígame, ¿tiene alguna prueba?.

Cuando el vampiro explicó de quién se trataba, cómo pensaba que había ocurrido y sacó el libro a la luz, mi madre definitivamente parecía que iba a desmayarse.

—Pobre señora Janiba... Éramos buenas amigas y Janna solía entregarle los recados que hacia al boticario... —mi madre se llevó una mano a la frente, intentando serenarse. Al escuchar la petición de Zirano a reconocer la caligrafía del libro, se incorporó para tomarlo entre sus manos y volver a sentarse colocándose el chal—. Puedo distinguir claramente las letras que señalan las iniciales de mi hija. Pero no comprendo el porqué —dijo sin más.

—No es mi letra, madre. No sé quién pudo escribirlas ni porqué... Me resulta todo tan confuso —me sentía asustada. ¿Tendría que cumplir condena por algo que no había cometido?
Mientras yo hablaba, mi madre meditaba, mirando el libro. Lo cerró y levantó la mirada buscando con los ojos los del vampiro. Después, habló.

—Está claro que mi hija no ha sido, y entiendo que por su trabajo y por los acontecimientos ha llegado hasta este punto. Si de verdad quiere... queremos resolver este caso, creo que lo mejor será aprovecharse de un poco de ventaja, ¿no cree? —miró a Zirano mientras palmeaba el libro— Qué opina, monsieur Xanaddo. ¿Hacemos magia?

Observé a mi madre y asentí con la cabeza. Hacer un hechizo vinculado al objeto quizá nos ayudaría a averiguar qué había pasado para que el libro hubiese llegado al lugar de los hechos. Y quizá lo más importante: el porqué me habían incriminado y asesinado a una mujer inocente.

por Contenido patrocinado

Ser o no ser policía? Eh ahí la cuestión. (Janna)

Ser o no ser policía? Eh ahí la cuestión. (Janna)

Re: Ser o no ser policía? Eh ahí la cuestión. (Janna)

Re: Ser o no ser policía? Eh ahí la cuestión. (Janna)

Re: Ser o no ser policía? Eh ahí la cuestión. (Janna)

Re: Ser o no ser policía? Eh ahí la cuestión. (Janna)

Re: Ser o no ser policía? Eh ahí la cuestión. (Janna)

Re: Ser o no ser policía? Eh ahí la cuestión. (Janna)

Re: Ser o no ser policía? Eh ahí la cuestión. (Janna)

Re: Ser o no ser policía? Eh ahí la cuestión. (Janna)

Re: Ser o no ser policía? Eh ahí la cuestión. (Janna)

Re: Ser o no ser policía? Eh ahí la cuestión. (Janna)

Re: Ser o no ser policía? Eh ahí la cuestión. (Janna)

Re: Ser o no ser policía? Eh ahí la cuestión. (Janna)

Re: Ser o no ser policía? Eh ahí la cuestión. (Janna)

Re: Ser o no ser policía? Eh ahí la cuestión. (Janna)

Re: Ser o no ser policía? Eh ahí la cuestión. (Janna)

Re: Ser o no ser policía? Eh ahí la cuestión. (Janna)

Re: Ser o no ser policía? Eh ahí la cuestión. (Janna)

Re: Ser o no ser policía? Eh ahí la cuestión. (Janna)