AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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El Otoño [Privado]
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El Otoño [Privado]
El otoño en Paris era igual que en todos lados, las hojas secas comenzaban a caer paulatinamente y el viento que acompañado de un frio mediático hacia que todos supieran que pronto muy pronto caería el frio invierno, desde el interior de mi perfumería podía ver hacia afuera como las personas ya regresaban a sus hogares, el frio se hacía presente, penetrando todo a su paso, pero de alguna manera me gustaba esta estación del año, aunque a mi parecer era la que pasaba más lenta de todas, pero el tiempo, las horas, era lo de menos mi vida seguía igual. ¿Que pienso igual? No ahora sabía un poco mas de los misterios que ocultaba aquella ciudad que parecía ser perfecta para todos, pero escondía más de lo que cualquier humano podría si quiera imaginarse. Pero no había que imaginar demasiado por que la imaginación a veces podía traicionar.
Según mi reloj, ya era hora de cerrar la perfumería, el día había sido diferente con clientes nuevos, fragancias a pedido y eso tenía que pensar, crear algo que se pudiera ocupar para el diario vivir, me había dicho que sería un regalo para un hombre, una joven de más menos quince años me había pedido que creara algo para regalar a su padre, me causo gracia el pedido pero a la vez algo de nostalgia, quería un perfume para regalárselo para su cumpleaños. Estos niños de hoy son muy exigentes, pero hasta ahora los retos era lo mejor que hacía. Hice mis anotaciones sobre como quería el perfume en realidad nada muy coherente pero entendía a la pequeña. Cerré las puertas de la perfumería y puse mis anotaciones en el pequeño bolso que traía, antes de irme a casa quería visitar la biblioteca, necesitaba un libro sobre herbología.
Salí de la perfumería no sin antes dejar todo en orden y bien cerrado, había oído de algunos robos en el lugar y no quería que a mi tienda le pasara algo, las calles estaban casi desiertas, el comercio poco a poco iba cerrando sus puertas y las personas apresuradas se movían por las calles, sin más reparo camine por las calles, el atardecer ya estaba llegando a su fin para dar paso a la a veces tan esperada noche, sabia o más bien me había dicho que la biblioteca cerraba tarde, así que no me preocupe en apurar mis pasos , nada ni nadie me apuraba, tenía el resto del día o más bien la noche para seguir con lo que tenía que hacer. Mi chofer August sabía que tenía que ir a buscarme a la biblioteca así que no me preocupada por nada mas, tenía mucho trabajo que hacer, y como era mi pasión siempre me preocupaba de dar todo en algo como aquello, la perfección era mi mejor amiga y mi alma me ayudaba para crear fragancias únicas e inigualables, o al menos eso pensaba. Camine varias cuadras hasta que llegue a las afueras de la biblioteca, con esa arquitectura tan sofisticada, tan elegante y digna de aquella ciudad, donde todos los lugares de importancia tenían un toque que las hacia únicas. Me adentre entre las puertas finamente talladas, y como era de esperar el lugar no tenía mucha luz, y el olor a polvo era algo casi como una plaga, mire a la bibliotecaria quien parecía estar en lo suyo y no quería molestarla así que me adentre entre los pasillos buscando la palabra clave Herbologia…
Un pasillo, dos… ya había perdido la cuenta en cuantos había avanzado, había poca gente y todos en completo silencio que llegaba hasta ser agradable no oír absolutamente nada, llegue a un pasillo donde tenía la H escrita en un estantería de madera que albergaba libros pesados y llenos de polvo. Al final del pasillo había una pequeña mesita que tenía una lámpara, me apronte entre aquel pasillo que era bastante oscuro hasta llegar al libro que necesitaba, saque con algo de dificultad aquel libro de tapa verde que decía Herbologia, di un suspiro que jugó en mi contra el polvo entro por mi nariz y me hizo estornudar reiteradas veces. Cubrí mi nariz con una de mis manos y lleve el libro a la mesa, prendí la luz que a pesar de ser escasa permitía leer bien lo que estuviera escrito en aquellas páginas tan amarillas.
Abrí el libro y comencé primeramente a ver los tipos de hierbas que habían dibujadas en el, buscando especialmente las aromáticas…
Según mi reloj, ya era hora de cerrar la perfumería, el día había sido diferente con clientes nuevos, fragancias a pedido y eso tenía que pensar, crear algo que se pudiera ocupar para el diario vivir, me había dicho que sería un regalo para un hombre, una joven de más menos quince años me había pedido que creara algo para regalar a su padre, me causo gracia el pedido pero a la vez algo de nostalgia, quería un perfume para regalárselo para su cumpleaños. Estos niños de hoy son muy exigentes, pero hasta ahora los retos era lo mejor que hacía. Hice mis anotaciones sobre como quería el perfume en realidad nada muy coherente pero entendía a la pequeña. Cerré las puertas de la perfumería y puse mis anotaciones en el pequeño bolso que traía, antes de irme a casa quería visitar la biblioteca, necesitaba un libro sobre herbología.
Salí de la perfumería no sin antes dejar todo en orden y bien cerrado, había oído de algunos robos en el lugar y no quería que a mi tienda le pasara algo, las calles estaban casi desiertas, el comercio poco a poco iba cerrando sus puertas y las personas apresuradas se movían por las calles, sin más reparo camine por las calles, el atardecer ya estaba llegando a su fin para dar paso a la a veces tan esperada noche, sabia o más bien me había dicho que la biblioteca cerraba tarde, así que no me preocupe en apurar mis pasos , nada ni nadie me apuraba, tenía el resto del día o más bien la noche para seguir con lo que tenía que hacer. Mi chofer August sabía que tenía que ir a buscarme a la biblioteca así que no me preocupada por nada mas, tenía mucho trabajo que hacer, y como era mi pasión siempre me preocupaba de dar todo en algo como aquello, la perfección era mi mejor amiga y mi alma me ayudaba para crear fragancias únicas e inigualables, o al menos eso pensaba. Camine varias cuadras hasta que llegue a las afueras de la biblioteca, con esa arquitectura tan sofisticada, tan elegante y digna de aquella ciudad, donde todos los lugares de importancia tenían un toque que las hacia únicas. Me adentre entre las puertas finamente talladas, y como era de esperar el lugar no tenía mucha luz, y el olor a polvo era algo casi como una plaga, mire a la bibliotecaria quien parecía estar en lo suyo y no quería molestarla así que me adentre entre los pasillos buscando la palabra clave Herbologia…
Un pasillo, dos… ya había perdido la cuenta en cuantos había avanzado, había poca gente y todos en completo silencio que llegaba hasta ser agradable no oír absolutamente nada, llegue a un pasillo donde tenía la H escrita en un estantería de madera que albergaba libros pesados y llenos de polvo. Al final del pasillo había una pequeña mesita que tenía una lámpara, me apronte entre aquel pasillo que era bastante oscuro hasta llegar al libro que necesitaba, saque con algo de dificultad aquel libro de tapa verde que decía Herbologia, di un suspiro que jugó en mi contra el polvo entro por mi nariz y me hizo estornudar reiteradas veces. Cubrí mi nariz con una de mis manos y lleve el libro a la mesa, prendí la luz que a pesar de ser escasa permitía leer bien lo que estuviera escrito en aquellas páginas tan amarillas.
Abrí el libro y comencé primeramente a ver los tipos de hierbas que habían dibujadas en el, buscando especialmente las aromáticas…
Viola de Lesseps- Humano Clase Alta
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Re: El Otoño [Privado]
Como todos los días tenia que esperar a que oscureciera para poder salir a vivir lo que me correspondia en esa maldita existencia, no es que me quejara de ella, simplemente me gustaria poder utilizar mi tiempo las 24 horas del día. Estaba impaciente porque queria ir a la biblioteca de la ciudad a buscar un manuscrito que se relacionaba con el pasado de uno de mis maestros en el camino de la inmortalidad, desgraciadamente ya estaba muerto y tenia que buscar en registros escritos aquellas respuestas que solo el hubiera podido darme. Estuve mirando el reloj un largo rato cuando finalmente oscurecio me meti al carruaje para que mi cochero me llevara a toda la velocidad posible a la ciudad. Para mi buena fortuna lo logro, llegamos antes de que la biblioteca cerrara pero igual quedaba poco tiempo por lo que tal vez tuviera que mover algunas influencias o lavado cerebral para poder quedarme una parte de la noche alli, nada del otro mundo.
Entre al lugar y me dirigi a una de las secciones privadas despues de convencer sutilmente al encargado de la biblioteca, simplemente no podia negarmelo. Entre al lugar solo y me puse a buscar los manuscritos pero habia tanto de donde buscar que no me alcanzaria el tiempo, entonces decidi ser mas metódico, llevarme los manuscritos que creia importantes a casa para darles una revisada y para ello tenia que influenciar otra vez al encargado, me decidi en ir a buscarlo pero en el momento en que sali un olor delicioso penetro por mis fosas nasales y lleno toda mi garganta de un deseo infernal, como no sentia desde la vez que acababa de ser transformado y solo lo senti por una mujer a la que me costo mucho dejar, una mortal con la que si hubiera seguido mortal me hubiera casado. Busque enseguida de donde provenia el aroma, era tan deliciosamente adictivo que me entraba un hambre voraz y despues de un par de minutos lo encontre. Pertenecia a una mujer, muy hermosa y que se econtraba en una mesa leyendo un libro.
Resolvi primero ir a hacer lo que tenia que hacer, encargar que llevaran un par de manuscritos a mi residencia, de todas formas los devolveria al dia siguiente. Una vez saldado mi tramite con lo referente a mi busqueda en la biblioteca decidi quedarme un rato mas mientras mis sirvientes iban y volvian con mis encargos, despues de todo ese aroma no era común y me intrigaba el sabor de esa sangre. Me acerque a la mesa donde ella estaba con un libro de hierbas, habia notado que ella leia algo de eso, me sente a su lado y despues de unos minutos en silencio la mire -No entiendo nada de hierbas, parece que usted si mademoiselle, ¿me permite hacerle unas preguntas?- comente despreocupadamente mientras en mis pupilas se grabava la imagen de aquella mujer y en mi interior todo su aroma.
Entre al lugar y me dirigi a una de las secciones privadas despues de convencer sutilmente al encargado de la biblioteca, simplemente no podia negarmelo. Entre al lugar solo y me puse a buscar los manuscritos pero habia tanto de donde buscar que no me alcanzaria el tiempo, entonces decidi ser mas metódico, llevarme los manuscritos que creia importantes a casa para darles una revisada y para ello tenia que influenciar otra vez al encargado, me decidi en ir a buscarlo pero en el momento en que sali un olor delicioso penetro por mis fosas nasales y lleno toda mi garganta de un deseo infernal, como no sentia desde la vez que acababa de ser transformado y solo lo senti por una mujer a la que me costo mucho dejar, una mortal con la que si hubiera seguido mortal me hubiera casado. Busque enseguida de donde provenia el aroma, era tan deliciosamente adictivo que me entraba un hambre voraz y despues de un par de minutos lo encontre. Pertenecia a una mujer, muy hermosa y que se econtraba en una mesa leyendo un libro.
Resolvi primero ir a hacer lo que tenia que hacer, encargar que llevaran un par de manuscritos a mi residencia, de todas formas los devolveria al dia siguiente. Una vez saldado mi tramite con lo referente a mi busqueda en la biblioteca decidi quedarme un rato mas mientras mis sirvientes iban y volvian con mis encargos, despues de todo ese aroma no era común y me intrigaba el sabor de esa sangre. Me acerque a la mesa donde ella estaba con un libro de hierbas, habia notado que ella leia algo de eso, me sente a su lado y despues de unos minutos en silencio la mire -No entiendo nada de hierbas, parece que usted si mademoiselle, ¿me permite hacerle unas preguntas?- comente despreocupadamente mientras en mis pupilas se grabava la imagen de aquella mujer y en mi interior todo su aroma.
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Re: El Otoño [Privado]
El libro era el que necesitaba definitivamente, eso me puso de cierta manera feliz; saque de mi bolso, una especia de libreta donde hacia mis anotaciones tanto de los pedidos como la informacion necesaria de ciertas hierbas, en la meza habia un tinteto y una pluma a un lado de la lampara que me daba la luz suficiente para leer y escribir. Luego de ojear el libro, puse mi atencion en una hierba en especial, que habia escuchado su nombre en el mercado ambulante, Hierbabuena.
Mentha spicata, O mas conocida como Yerbabuena, es una hierba perenne nativa de Europa, empleada especialmente en perfumería por su aroma intenso y fresco. Escribi en mi libreta y comence hacer un dibujo de cómo se veia aquella hierba, en realidad la necesitaba por que sabia de muy buenas fuente que a los perfumes les daba un toque de frescura permanente; Magnifico pense mientras seguia con aquel dibujo, a mi parecer se parecia bastante al que habia dibujado en aquel libro de herbologia. Pase algunas paginas en busca del anis, necesitaba informacion de cómo extraer su concentrado de manera eficas.
Sin notar ni escuchar ningun ruido una voz me asusto haciendome saltar en mi puesto y sin mas reparo mi corazon se acelero ante aquel acto, era un joven, de mediana edad, con unos ojos tan celestes como el cielo de medio dia, y una tez tan blanca como la nieve de las montañas, pestañee un par de veces para saber que no estaba soñando en realiad parecia un angel caido del cielo, menudo pensamiento dije para mi. – creo que lo importante es que yo entienda sobre hierbas – dije suavemente, a fin de cuentas estabamos en una biblioteca y el silencio era casi esencial en ese lugar. Aquel joven era o mas bien de cierta manera me parecia familiar, nunca olvidaba un rostro mi memoria visual era casi perfecta, el no era un cliente de la perfumeria y no me lo habia encontrado antes, estaba segura de eso.
¿Usted suele asustar a las personas de esta manera?- pregunte ya que el susto o mas bien aun esa impresión, mi corazon tardo encalmarce, nadie llegaba asi por que si, y se ponia hablar con alguien extraño, por que, eso eramos unos perfectos desconocidos, alce mi vista por sobre el, intentando de alguna manera ver como no le habia sentido llegar o mejor dicho, por donde habia aparecido, no era un fantasma el era de carne y hueso, ¿Viola que piensas? Dijo una pequeña vocesita en mi cabeza.
Acomode mis cabellos hacia atrás de tanto estornudar, estaba algo despeinada y me gustaba estar siempre presentable, en todo momento, mas si era una comerciante que vendia perfumes, la primera impresión nunca se olvidaba y eso lo tenia mas que claro con mis años, de experiencia en el negocio de la perfumeria.
Mentha spicata, O mas conocida como Yerbabuena, es una hierba perenne nativa de Europa, empleada especialmente en perfumería por su aroma intenso y fresco. Escribi en mi libreta y comence hacer un dibujo de cómo se veia aquella hierba, en realidad la necesitaba por que sabia de muy buenas fuente que a los perfumes les daba un toque de frescura permanente; Magnifico pense mientras seguia con aquel dibujo, a mi parecer se parecia bastante al que habia dibujado en aquel libro de herbologia. Pase algunas paginas en busca del anis, necesitaba informacion de cómo extraer su concentrado de manera eficas.
Sin notar ni escuchar ningun ruido una voz me asusto haciendome saltar en mi puesto y sin mas reparo mi corazon se acelero ante aquel acto, era un joven, de mediana edad, con unos ojos tan celestes como el cielo de medio dia, y una tez tan blanca como la nieve de las montañas, pestañee un par de veces para saber que no estaba soñando en realiad parecia un angel caido del cielo, menudo pensamiento dije para mi. – creo que lo importante es que yo entienda sobre hierbas – dije suavemente, a fin de cuentas estabamos en una biblioteca y el silencio era casi esencial en ese lugar. Aquel joven era o mas bien de cierta manera me parecia familiar, nunca olvidaba un rostro mi memoria visual era casi perfecta, el no era un cliente de la perfumeria y no me lo habia encontrado antes, estaba segura de eso.
¿Usted suele asustar a las personas de esta manera?- pregunte ya que el susto o mas bien aun esa impresión, mi corazon tardo encalmarce, nadie llegaba asi por que si, y se ponia hablar con alguien extraño, por que, eso eramos unos perfectos desconocidos, alce mi vista por sobre el, intentando de alguna manera ver como no le habia sentido llegar o mejor dicho, por donde habia aparecido, no era un fantasma el era de carne y hueso, ¿Viola que piensas? Dijo una pequeña vocesita en mi cabeza.
Acomode mis cabellos hacia atrás de tanto estornudar, estaba algo despeinada y me gustaba estar siempre presentable, en todo momento, mas si era una comerciante que vendia perfumes, la primera impresión nunca se olvidaba y eso lo tenia mas que claro con mis años, de experiencia en el negocio de la perfumeria.
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Re: El Otoño [Privado]
Al estar cerca de ella su aroma se me hizo como la miel, un mana delicioso, excitante y que podia saborear en mi boca, no era solo su sangre, era su piel impregnada de ese aroma, sus cabellos, cada centimetro de ella despedia ese aroma que me habia llevado a estar de un momento a otro en el lugar menos propicio, al lado de ella. Observandola bien note que su belleza era tan embriagante como su aroma, ¿cómo es que antes no la había visto?, seguramente porque no era una de las personas que frecuentaba mucho las noches parisinas y yo que me perdia de su deliciosa presencia. No sabia como la deje pasar por alto pero eso tenia que solucionarse de inmediato, su aroma no lo olvidaria, no lo dejaria, debia ser mia, su cuerpo y su sangre porque la deseaba, mas que a cualquier otro ser en esa noche porque la tenía delante de mi y queria ese ser tan perfecto como un vampiro en presencia pero mucho mas en sensualidad.
Torci una sonrisa cuando vi que se sobresalto al escuchar mis palabras, escuche como aumento el latir de su corazón, solo provoco que me ansiara mas pero como todo bien depredador supe esconder mis intenciones. Deje a un lado el libro que tenia en las manos, ese sobre plantas porque ya no lo necesitaria mas -¿Entiende de hierbas mademoiselle? y si me permite la pregunta ¿a qué se debe ese talento?- pregunte despreocupadamente como si fuera una conversación de lo mas usual, generalmente no era el tipo que se acercaba timidamente a las damas, simplemente decia lo que queria decir de la manera mas sutil posible porque despues de todo hasta la voz de un depredador es hipnotizante para los mortales, porque no usar las herramientas que le habian sido otorgadas a la naturaleza de mi especie.
Me acerque un poco mas a ella desde mi misma silla -Permitame- dije y le toma un mechón del cabello entre mis dedos con delicadeza, me acerque a sentir su aroma y cerre los ojos mientras lo hacia, para cuando los volvi a abrir la mire fijamente a los ojos y deje el mechón de su cabello a un lado -No era mi intención asustarla mademoiselle, tal vez estaba usted tan concentrada que no noto mi presencia- dije sosteniendole la mirada como si fuera tan familiar para mi, esa era la cuestion, hacer que sintiera una conexion conmigo. Después de un momento de silencio baje la mirada por unos segundos hacia el libro que ella leia y volvi a subirla hasta encontrar de nuevo su rostro -Hierba buena...agradable- comenté casi en un susurro, aun no identificaba la variedad de aromas que en ella encontraba pero poco a poco se iba abriendo mas el apetito.
Torci una sonrisa cuando vi que se sobresalto al escuchar mis palabras, escuche como aumento el latir de su corazón, solo provoco que me ansiara mas pero como todo bien depredador supe esconder mis intenciones. Deje a un lado el libro que tenia en las manos, ese sobre plantas porque ya no lo necesitaria mas -¿Entiende de hierbas mademoiselle? y si me permite la pregunta ¿a qué se debe ese talento?- pregunte despreocupadamente como si fuera una conversación de lo mas usual, generalmente no era el tipo que se acercaba timidamente a las damas, simplemente decia lo que queria decir de la manera mas sutil posible porque despues de todo hasta la voz de un depredador es hipnotizante para los mortales, porque no usar las herramientas que le habian sido otorgadas a la naturaleza de mi especie.
Me acerque un poco mas a ella desde mi misma silla -Permitame- dije y le toma un mechón del cabello entre mis dedos con delicadeza, me acerque a sentir su aroma y cerre los ojos mientras lo hacia, para cuando los volvi a abrir la mire fijamente a los ojos y deje el mechón de su cabello a un lado -No era mi intención asustarla mademoiselle, tal vez estaba usted tan concentrada que no noto mi presencia- dije sosteniendole la mirada como si fuera tan familiar para mi, esa era la cuestion, hacer que sintiera una conexion conmigo. Después de un momento de silencio baje la mirada por unos segundos hacia el libro que ella leia y volvi a subirla hasta encontrar de nuevo su rostro -Hierba buena...agradable- comenté casi en un susurro, aun no identificaba la variedad de aromas que en ella encontraba pero poco a poco se iba abriendo mas el apetito.
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Re: El Otoño [Privado]
Si todo lo que uno se imaginara fuese cierto este mundo estaría patas para arriba ¿el un fantasma? que son esa clase de pensamientos, seguía rondando en mi mente que cuando me concentraba en algo mi mente se iba del lugar en el que me encontraba; y esto acababa de ser algo casi abrumador. Su presencia en aquel lugar era mas que sorprendente, un joven, de buena apariencia, de buen aspecto, con unos ojos que te hipnotizan la primera vez que eran visto, definitivamente no. ¿Que hacia el en la biblioteca? ¿Por que se había acercado a mi, si habían mas personas en aquel lugar?. Incógnitas que sabría que no tendrían una respuesta, no quería ser atrevida con el; ya que al parecer de cierta forma era educado, y yo no era quien para juzgar aquel comportamiento, mientras todo siguiera así.
Lo quede mirando con algo de sorpresa cuando alejo aquel libro de mis manos, aun tenia anotaciones que hacer, mas si quería que mi próximo perfume fuera perfecto, no me permitiré crear algo normal. Mis metas estaban algo grandes con respecto aquello pero así era, no me rendía facilmente; tome el libro y lo acerque a mi nuevamente - Si entiendo de hierbas, mas si mi trabajo consta en extraer su esencia para el uso de algún perfume- dije suavemente me gustaba seguir aquella simple regla de respetar el silencio, mas si me encontraba en un lugar donde el silencio era casi un amigo para los lectores. - Fabrico perfumes, y para eso es necesario saber pequeñas cosas que al resto de las personas no le interesan - si eso era, instruirme siempre había primordial para mi trabajo, claro estaba que no acostumbraba a revelar en todo lo que conteníacada fragancia. A mis clientes les importaba el producto final, aunque llevase un gran esfuerso.
Su cercanía realmente me incomodo, no estaba acostumbrada a eso, mas cuando toco mi mechón de cabello, si eran rebeldes pero no para que cualquiera llegase y los tocara como si fuera algo tan natural de hacer eche suavemente mi cabeza hacia atrás un poco sonrojada por su actuar, solo esperaba que no notara el enrojecer de mis mejillas. – Siempre cuando investigo me concentro demasiado, solo que cualquier ruido me hubiera alertado y usted llego así, de la nada Monsieur – levante una ceja – Hierbabuena, no creo que por si sola sea tan agradable, mas si la combinara con algún aroma dulce seria mucho mejor para el olfato y mas para llevar sobre el cuerpo – esboce una amplia sonrisa, hablar de lo que me apasionaba era algo realmente exitante, al menos para mi. Era una de mis pasiones, no hay mejor que hacer algo que apasione. – Creo que he hablado mucho – dirigí mí vista a sus celestes ojos – que hay de usted, que lo trajo a la biblioteca. ¿No creo que sea un sicópata? Y ande acechando a jóvenes como yo – lo que había dicho, lo hice sonar con algo de broma, en realidad así era, una broma.
Lo quede mirando con algo de sorpresa cuando alejo aquel libro de mis manos, aun tenia anotaciones que hacer, mas si quería que mi próximo perfume fuera perfecto, no me permitiré crear algo normal. Mis metas estaban algo grandes con respecto aquello pero así era, no me rendía facilmente; tome el libro y lo acerque a mi nuevamente - Si entiendo de hierbas, mas si mi trabajo consta en extraer su esencia para el uso de algún perfume- dije suavemente me gustaba seguir aquella simple regla de respetar el silencio, mas si me encontraba en un lugar donde el silencio era casi un amigo para los lectores. - Fabrico perfumes, y para eso es necesario saber pequeñas cosas que al resto de las personas no le interesan - si eso era, instruirme siempre había primordial para mi trabajo, claro estaba que no acostumbraba a revelar en todo lo que conteníacada fragancia. A mis clientes les importaba el producto final, aunque llevase un gran esfuerso.
Su cercanía realmente me incomodo, no estaba acostumbrada a eso, mas cuando toco mi mechón de cabello, si eran rebeldes pero no para que cualquiera llegase y los tocara como si fuera algo tan natural de hacer eche suavemente mi cabeza hacia atrás un poco sonrojada por su actuar, solo esperaba que no notara el enrojecer de mis mejillas. – Siempre cuando investigo me concentro demasiado, solo que cualquier ruido me hubiera alertado y usted llego así, de la nada Monsieur – levante una ceja – Hierbabuena, no creo que por si sola sea tan agradable, mas si la combinara con algún aroma dulce seria mucho mejor para el olfato y mas para llevar sobre el cuerpo – esboce una amplia sonrisa, hablar de lo que me apasionaba era algo realmente exitante, al menos para mi. Era una de mis pasiones, no hay mejor que hacer algo que apasione. – Creo que he hablado mucho – dirigí mí vista a sus celestes ojos – que hay de usted, que lo trajo a la biblioteca. ¿No creo que sea un sicópata? Y ande acechando a jóvenes como yo – lo que había dicho, lo hice sonar con algo de broma, en realidad así era, una broma.
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Re: El Otoño [Privado]
Notaba su temor, era un desconocido que acababa de entrar en su vida y era decisión mía no dejarla desde aquel día, despues de todo no encontrabas tesoros como este todos los días. Su aroma hasta entonces me habia parecido el mas embriagador de todos los que hubiera sentido, incluso más que de alguna mujer a la que hubiera amado en el pasado, obviamente existia una gran diferencia porque ese aroma era el de una humana, y en comparación a otras humanas este era el más delicioso de todos, en cuanto a los de mi misma especie no estaba seguro, pero el aroma de su sangre y de su piel lo que sin duda la hacia incomparable. Su belleza por otro lado, una de esas bellezas de dama que se encuentra pura sin corrupción alguna, no era una mujer de la vida ni mucho menos o eso podía percibir a simple vista incluso por su misma vestimenta. Era una de esas damas pulcras cuya belleza sobre todo radicaba en su inocencia.
Tome su libro para observar las detenidamente lo que hacia, vi algunas anotaciones y ella volvio a quitarmelo antes de que pudiera ver mas. Me entere de que ella estaba en la industria del perfume, ahora comprendia porque su aroma, esas esencias se habian impregnado en su piel y era delicioso -Una perfumista, ahora entiendo porque su aroma es tan atrayente mademoiselle- comenté torciendo una sonrisa mientras tomaba su mechón y sentia su aroma, ella se hizo para atrás, un acto reflejo sin duda, note que sus mejillas se ruborizaron y conserve la media sonrisa por ello. Me dieron ganas de acercarme a su rostro y tomarla para decirle que no temiera, que no le haria ningun daño y en realidad asi era pero ella me interrumpio con su respuesta a mi acercamiento.
La escuche en silencio, conservaba mi mirada sobre sus ojos y me aleje un poco de ella apoyando un codo sobre la mesa para poder a la vez apoyar mi cabeza sobre el brazo apoyado. Cuando finalmente termine de escucharla rei lo mas bajo que pude puesto que estabamos en la biblioteca y una de las normas usuales era la del silencio. Mira por unos segundos al libro ese, pensando en que le daria un tremendo susto si le jugara la broma de decirle que no estaba muy equivocada, que estaba frente a un depredador y ella era la presa -Es bueno concentrarse si es algo que le apasiona- comenté aún pensando en como me referiria al comentario final de la chica, despues de dar un vistazo alrededor y comprobar que no habia nadie demasiado cercano la volvi a mirar -No mademoiselle, la psicopatía no me atrae pero si la belleza de la mujer debo admitir, de una mujer en especial cuya sola presencia me desvio de mis deberes para acercarme sin ningún argumento convincente a ella. Perdone mi atrevimiento pero ya la he observado bastante y podre llevarme un retrato suyo en la memoria, el retrato de una de una dama en muchos aspectos hermosa y a la vez misteriosa- dije alejandome aún mas y recorriendo la silla tal vez con la intención de ponerme de pie.
Tome su libro para observar las detenidamente lo que hacia, vi algunas anotaciones y ella volvio a quitarmelo antes de que pudiera ver mas. Me entere de que ella estaba en la industria del perfume, ahora comprendia porque su aroma, esas esencias se habian impregnado en su piel y era delicioso -Una perfumista, ahora entiendo porque su aroma es tan atrayente mademoiselle- comenté torciendo una sonrisa mientras tomaba su mechón y sentia su aroma, ella se hizo para atrás, un acto reflejo sin duda, note que sus mejillas se ruborizaron y conserve la media sonrisa por ello. Me dieron ganas de acercarme a su rostro y tomarla para decirle que no temiera, que no le haria ningun daño y en realidad asi era pero ella me interrumpio con su respuesta a mi acercamiento.
La escuche en silencio, conservaba mi mirada sobre sus ojos y me aleje un poco de ella apoyando un codo sobre la mesa para poder a la vez apoyar mi cabeza sobre el brazo apoyado. Cuando finalmente termine de escucharla rei lo mas bajo que pude puesto que estabamos en la biblioteca y una de las normas usuales era la del silencio. Mira por unos segundos al libro ese, pensando en que le daria un tremendo susto si le jugara la broma de decirle que no estaba muy equivocada, que estaba frente a un depredador y ella era la presa -Es bueno concentrarse si es algo que le apasiona- comenté aún pensando en como me referiria al comentario final de la chica, despues de dar un vistazo alrededor y comprobar que no habia nadie demasiado cercano la volvi a mirar -No mademoiselle, la psicopatía no me atrae pero si la belleza de la mujer debo admitir, de una mujer en especial cuya sola presencia me desvio de mis deberes para acercarme sin ningún argumento convincente a ella. Perdone mi atrevimiento pero ya la he observado bastante y podre llevarme un retrato suyo en la memoria, el retrato de una de una dama en muchos aspectos hermosa y a la vez misteriosa- dije alejandome aún mas y recorriendo la silla tal vez con la intención de ponerme de pie.
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Re: El Otoño [Privado]
Aquel joven era todo un caballero, eso lo tenía más que claro su forma de hablar, de mirar, tan solo su forma de tratarme era diferente, tenia clase y a pesar del susto que me había dado, en ningún momento había sido descortés, mas yo era la del problema no podía quedarme callada y a final de cuentas era una humana que decía lo que pensaba, y muy pocas veces pensaba lo que decía, si era cierto ¿pero por que quedarse callado?, era la única forma de comunicación que existía, al menos en ese momento. Cerré suavemente el libro en realidad a pesar de mi concentración, ya no lograría a tenerla nuevamente y menos si él estaba junto a mí. Era un desconocido misterioso, y claramente encantador.
En cuanto el hablaba hacia que me pusiera más nerviosa, no todos los días uno recibe halagos, aunque estaba acostumbraba a recibirlo por mis perfumes mas nunca por mi persona, volvió hacer que me sonrojara, ¿Qué me pasaba? Pensé, sin más reparo le dedique una sonrisa – El perfume se hizo para eso, para atraer a personas. Para que cuando uno vaya caminando por la calle la estela que deja embriague y se den vueltas a ver de dónde proviene, y creo que el perfume que llevo puesto a sido efectivo- volví a sonreír, pero esta vez mirando aquellos ojos, que decían mucho pero a la vez eran mucho o más misteriosos que aquel que los tenia.
- La pasión me mueve, es la que hace que cada día me levante con ánimos para seguir – suspire ampliamente, sentía mi corazón algo más acelerado de lo común – ¿Y a usted que le apasiona ?, era una pregunta atrevida para mi pensar pero quería seguir ahí. No sabía porque pero su compañía era grata, a pesar de que estuviéramos en una biblioteca sentía la necesidad de seguir hablándole- espero mis palabras no le hayan molestado – dije haciendo mension a lo sicopata hable con un toque de inocencia, era una broma y esperaba que siguiera siendo así. Al parecer éramos los únicos a parte del bibliotecario en aquel lugar, no se oía, ni se veía ninguna otra luz alrededor – Usted no ha sido atrevido Monsieur, ha sido… ¿Cómo decirlo? Valiente en acercarse, no todos son capaces de acercarse a una dama, sin conocerla y hablarle – hable suavemente, mientras volvía a arreglar aquel mechón tan rebelde que volvía a entrometerse en mi cara.
¿Viola que haces? ¿Te quedaras con la duda? Mi pensar me estaba fastidiando, pero tenía demasiada razón – Permítame presentarme, para que así no solo recuerde mi rostro si no también mi nombre- – moje mis labios antes de pronunciar y di un suspiro – soy Viola de Lesseps – musite lenta y suavemente, mientras mis ojos no se separaban de los de él. En realidad yo también quería dejar aquel rostro en mi recuerdo, y mas su nombre.
En cuanto el hablaba hacia que me pusiera más nerviosa, no todos los días uno recibe halagos, aunque estaba acostumbraba a recibirlo por mis perfumes mas nunca por mi persona, volvió hacer que me sonrojara, ¿Qué me pasaba? Pensé, sin más reparo le dedique una sonrisa – El perfume se hizo para eso, para atraer a personas. Para que cuando uno vaya caminando por la calle la estela que deja embriague y se den vueltas a ver de dónde proviene, y creo que el perfume que llevo puesto a sido efectivo- volví a sonreír, pero esta vez mirando aquellos ojos, que decían mucho pero a la vez eran mucho o más misteriosos que aquel que los tenia.
- La pasión me mueve, es la que hace que cada día me levante con ánimos para seguir – suspire ampliamente, sentía mi corazón algo más acelerado de lo común – ¿Y a usted que le apasiona ?, era una pregunta atrevida para mi pensar pero quería seguir ahí. No sabía porque pero su compañía era grata, a pesar de que estuviéramos en una biblioteca sentía la necesidad de seguir hablándole- espero mis palabras no le hayan molestado – dije haciendo mension a lo sicopata hable con un toque de inocencia, era una broma y esperaba que siguiera siendo así. Al parecer éramos los únicos a parte del bibliotecario en aquel lugar, no se oía, ni se veía ninguna otra luz alrededor – Usted no ha sido atrevido Monsieur, ha sido… ¿Cómo decirlo? Valiente en acercarse, no todos son capaces de acercarse a una dama, sin conocerla y hablarle – hable suavemente, mientras volvía a arreglar aquel mechón tan rebelde que volvía a entrometerse en mi cara.
¿Viola que haces? ¿Te quedaras con la duda? Mi pensar me estaba fastidiando, pero tenía demasiada razón – Permítame presentarme, para que así no solo recuerde mi rostro si no también mi nombre- – moje mis labios antes de pronunciar y di un suspiro – soy Viola de Lesseps – musite lenta y suavemente, mientras mis ojos no se separaban de los de él. En realidad yo también quería dejar aquel rostro en mi recuerdo, y mas su nombre.
Viola de Lesseps- Humano Clase Alta
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Re: El Otoño [Privado]
Se suponia aquella era una visita a la biblioteca pero quien diria que encontraria semejante atracción, definiendo esta atracción no en el sentido de diversión que solia darle a menudo si no verdadera atracción hacia esa mujer. Al principio habia sido su aroma, aun se impregnaba en lo profundo de mis pulmones, como algo que nunca jamas antes hubiera experimentado. A medida que la observaba y ya con su aroma convirtiendose en algo parte de mi entorno pude comprobar lo hermosa que aquella mujer era, la admiraba en silencio, sus facciones, el más minimo gesto resaltaba mas su belleza que incluso parecia mas que sobrehumana. Por un momento pense que se trataba de una de las de mi raza pero obviamente enseguida tambien desvalide dicha opinion al estar su aroma tan presente. Era una humana, de las mas hermosas que hubiera visto y sin duda superaba en belleza a todas las inmortales que hasta entonces hubiera conocido. Obviamente todas esas apreciaciones las pensaba, mi estado era el de un observador viendo una escultura, apreciando cada detalle, escuchandola pacientemente.
Sonrei al ver que sus mejillaz adquirian ese color rosaceo otra vez, me hablo del perfume y su efecto, yo sabia que eso era cierto pues su aroma habia sido el que me llevo hacia ella mas no era solo el aroma del perfume, era el aroma de ella, el de su piel y sobre todo, el de su sangre -Y su perfume es tan afectivo como usted dice, me siento avergonzado de admitir esto pero fue precisamente su aroma el que me hizo notar su presencia- comenté como si de verdad sintiera aquello aunque no era asi, no me costaba nada decirle la verdad, que mis sentidos desarrollados gracias a mi naturaleza me permitian rapidamente sentir el mejor aroma de una presa. Probar su sangre, eso era lo que queria pero a la vez no podia precipitarme, podia usar alguna de mis habilidades para convenserla de que me siguiera sin preguntas a mi morada, que cayera en mis brazos para ser mordida, para que pudiera satisfacer ese deseo creciente por su sangre, incluso por el deseo por su carne por hacerla mi amante estaba latente aunque no entendia porque se me hacia algo tan repentino, tal vez por su aroma porque en otras ocasiones era mas facil sobrellevarlo, existian fragancias deliciosas de la sangre de algunas mortales pero en la mayoria de los casos no existia un deseo dificil de dominar como en este.
-Lo que me apasiona no podría entenderlo, tendria que vivirlo para entender- respondi cuando ella hablo de las cosas que nos apasionaban, al parecer a ella le apasionaba el crear los perfumes, podia entenderlo, una mujer entregada a sus propios logros, admirable -Y no mademoiselle, no me molestan sus palabras sin embargo me pregunto, ¿el perfume será su única pasión?- prosegui hablando sin ninguna connotación especial, me mantenia apacible hablando con ella como si de alguna extraña forma nos hubieramos conocido hace mucho. Me agrado su respuesta respecto a que no le habia parecido atrevido el acercarme de la nada, eso significaba una respuesta afirmativa a mi favor -Es que no soy cualquier caballero ni usted cualquier dama- dije y torci una sonrisa mientras me ponia de pie y me apoyaba sobre la mesa aun mirandola desde alli, sentada, hermosa.
Ella se presento argumetnando que no queria que solo recordara su rostro sino tambien su nombre, la tome de la mano y le di un beso en la superficie pero aun despues de ello continue sosteniendola -Nunca lo olvidaria creame Viola, si me permite llamarla por el nombre. Soy Dorian Windsor pero tambien me gustaria que me llame por mi nombre si usted esta de acuerdo- prosegui, volvi a elevar un poco la mano de ella y deposite otro beso -Ha sido un gusto conocerla pero me temo que debo irme, y ahora me perdonara usted tambien este atrevimiento pero no podria irme sin su compañia, me acepta usted la invite a cenar?- pregunté mirandola fijamente aun tan tranquilo como hace rato. Sabia que la biblioteca cerraria dentro de poco y no queria que ello interfiriera en que pudiera conocerla un poco mejor por esa noche.
Sonrei al ver que sus mejillaz adquirian ese color rosaceo otra vez, me hablo del perfume y su efecto, yo sabia que eso era cierto pues su aroma habia sido el que me llevo hacia ella mas no era solo el aroma del perfume, era el aroma de ella, el de su piel y sobre todo, el de su sangre -Y su perfume es tan afectivo como usted dice, me siento avergonzado de admitir esto pero fue precisamente su aroma el que me hizo notar su presencia- comenté como si de verdad sintiera aquello aunque no era asi, no me costaba nada decirle la verdad, que mis sentidos desarrollados gracias a mi naturaleza me permitian rapidamente sentir el mejor aroma de una presa. Probar su sangre, eso era lo que queria pero a la vez no podia precipitarme, podia usar alguna de mis habilidades para convenserla de que me siguiera sin preguntas a mi morada, que cayera en mis brazos para ser mordida, para que pudiera satisfacer ese deseo creciente por su sangre, incluso por el deseo por su carne por hacerla mi amante estaba latente aunque no entendia porque se me hacia algo tan repentino, tal vez por su aroma porque en otras ocasiones era mas facil sobrellevarlo, existian fragancias deliciosas de la sangre de algunas mortales pero en la mayoria de los casos no existia un deseo dificil de dominar como en este.
-Lo que me apasiona no podría entenderlo, tendria que vivirlo para entender- respondi cuando ella hablo de las cosas que nos apasionaban, al parecer a ella le apasionaba el crear los perfumes, podia entenderlo, una mujer entregada a sus propios logros, admirable -Y no mademoiselle, no me molestan sus palabras sin embargo me pregunto, ¿el perfume será su única pasión?- prosegui hablando sin ninguna connotación especial, me mantenia apacible hablando con ella como si de alguna extraña forma nos hubieramos conocido hace mucho. Me agrado su respuesta respecto a que no le habia parecido atrevido el acercarme de la nada, eso significaba una respuesta afirmativa a mi favor -Es que no soy cualquier caballero ni usted cualquier dama- dije y torci una sonrisa mientras me ponia de pie y me apoyaba sobre la mesa aun mirandola desde alli, sentada, hermosa.
Ella se presento argumetnando que no queria que solo recordara su rostro sino tambien su nombre, la tome de la mano y le di un beso en la superficie pero aun despues de ello continue sosteniendola -Nunca lo olvidaria creame Viola, si me permite llamarla por el nombre. Soy Dorian Windsor pero tambien me gustaria que me llame por mi nombre si usted esta de acuerdo- prosegui, volvi a elevar un poco la mano de ella y deposite otro beso -Ha sido un gusto conocerla pero me temo que debo irme, y ahora me perdonara usted tambien este atrevimiento pero no podria irme sin su compañia, me acepta usted la invite a cenar?- pregunté mirandola fijamente aun tan tranquilo como hace rato. Sabia que la biblioteca cerraria dentro de poco y no queria que ello interfiriera en que pudiera conocerla un poco mejor por esa noche.
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Re: El Otoño [Privado]
Paris ciudad bella, eran muy pocas las veces que me había tocado la oportunidad de encontrarme con personas o en este caso con caballeros tan educados, como aquel que tenía en frente a mí. Todo lo que nos rodeaba me hacia admirarlo más, si él era enigmático, encantador y podría decir que hipnótico; sus gestos, su sonrisa, sus ojos, su piel tan pálida, su forma de hablar y aun mas su forma de actuar. Claramente no era atrevido ya que si hubiera sido así yo no estaría aun sentada en aquel lugar y menos en la biblioteca. Pero había algo que no podía dejar de hacer, cada palabra que salía de aquellos labios hacían que mis mejillas se tornaran aun mas rosadas y en realidad me incomodaba sentirme así, en el hecho de que me sentía en desventaja.
Pero que podría hacer, mas ser yo misma; decir lo que pienso o pensar mas y hablar, en realidad eso era lo último que quería hacer, porque su presencia aunque no me daba la total confianza mas mi mente me engañaba y una parte de mi quería quedarse y otra salir de aquel lugar. Pero lo que importaba era ¿Qué es lo que quiero yo?, quiero seguir, no quiero después arrepentirme de algo que pude haber hecho y no lo hice. A medida que los segundos, si segundos, que pasaban me sentía más atraída de cierta forma a él; extraño, misterioso, encantador, atractivo…
- Los perfumes son únicos y cuando son creados exclusivamente para una persona siempre son efectivos – hable suavemente intentando calmar mi interior que parecía estar enloquecido haciendo que mis pulsaciones aumentaran, quizás eran los nervios de conocer o de saber más de aquel. Algo había que no podía dejar de hacer era apreciar su perfecto rostro, parecía una escultura recién terminada, sus rasgos firmes y lisos, mas sus dos ojos hacían que me quedara ahí observando en silencio, escuchando cada frase que tuviera que decirme. Hablo de pasión, que no entendería, ¿a caso el podría entender mi pasión? No era algo más que pasión un Don que se transformo en mi diario vivir – aun no descubro mi otra pasión, la tengo oculta, pero sé que hay algo más que me apasiona aun no sé que es – dije bajando por primera vez mi vista y suspire para volver a ver el celeste de sus ojos – La falta de experiencia hacen que por el momento tenga una pasión… la perfumería – dije ahora más seguras de mis palabras, esa era la verdad.
Su nombre tan único como el mismo, claro que tampoco se me olvidaría, no por mi buena memoria sino por lo encantador que sonaba Dorian, a continuación escuche que tenía que irse en realidad éramos dos, la biblioteca cerraría y no quería quedarme ahí para siempre, pero quizás si tan solo fuera con su compañía quedaría satisfecha, sonreí ante mi pensar y me incorpore escuchando aquella invitación que me hacía. ¿El quería lo mismo?, o había pensado en voz alta, no pude quedarme en silencio y sin saber por qué sonreí ampliamente, di un suspiro y musite – Yo, tampoco podría abandonar este lugar si no fuera con su compañía – aunque sonaban atrevidas aquellas palabras no me importaban ni en lo mas mínimo –Acepto su invitación – volví a sonreír; ya estaba, me levante lentamente de aquella silla en la que me encontraba, tome mi pequeño bolso guardando las notas que había tomado y lo quede mirando, ¿Por qué no podía dejar de hacer eso? No tenia respuesta pero esperaba que al no le incomodara que lo mirara tanto.
- ¿Y a dónde iremos? -. Ahí me encontraba de nuevo hablando de mas, ese era mi defecto; no me podía quedar callada…
Pero que podría hacer, mas ser yo misma; decir lo que pienso o pensar mas y hablar, en realidad eso era lo último que quería hacer, porque su presencia aunque no me daba la total confianza mas mi mente me engañaba y una parte de mi quería quedarse y otra salir de aquel lugar. Pero lo que importaba era ¿Qué es lo que quiero yo?, quiero seguir, no quiero después arrepentirme de algo que pude haber hecho y no lo hice. A medida que los segundos, si segundos, que pasaban me sentía más atraída de cierta forma a él; extraño, misterioso, encantador, atractivo…
- Los perfumes son únicos y cuando son creados exclusivamente para una persona siempre son efectivos – hable suavemente intentando calmar mi interior que parecía estar enloquecido haciendo que mis pulsaciones aumentaran, quizás eran los nervios de conocer o de saber más de aquel. Algo había que no podía dejar de hacer era apreciar su perfecto rostro, parecía una escultura recién terminada, sus rasgos firmes y lisos, mas sus dos ojos hacían que me quedara ahí observando en silencio, escuchando cada frase que tuviera que decirme. Hablo de pasión, que no entendería, ¿a caso el podría entender mi pasión? No era algo más que pasión un Don que se transformo en mi diario vivir – aun no descubro mi otra pasión, la tengo oculta, pero sé que hay algo más que me apasiona aun no sé que es – dije bajando por primera vez mi vista y suspire para volver a ver el celeste de sus ojos – La falta de experiencia hacen que por el momento tenga una pasión… la perfumería – dije ahora más seguras de mis palabras, esa era la verdad.
Su nombre tan único como el mismo, claro que tampoco se me olvidaría, no por mi buena memoria sino por lo encantador que sonaba Dorian, a continuación escuche que tenía que irse en realidad éramos dos, la biblioteca cerraría y no quería quedarme ahí para siempre, pero quizás si tan solo fuera con su compañía quedaría satisfecha, sonreí ante mi pensar y me incorpore escuchando aquella invitación que me hacía. ¿El quería lo mismo?, o había pensado en voz alta, no pude quedarme en silencio y sin saber por qué sonreí ampliamente, di un suspiro y musite – Yo, tampoco podría abandonar este lugar si no fuera con su compañía – aunque sonaban atrevidas aquellas palabras no me importaban ni en lo mas mínimo –Acepto su invitación – volví a sonreír; ya estaba, me levante lentamente de aquella silla en la que me encontraba, tome mi pequeño bolso guardando las notas que había tomado y lo quede mirando, ¿Por qué no podía dejar de hacer eso? No tenia respuesta pero esperaba que al no le incomodara que lo mirara tanto.
- ¿Y a dónde iremos? -. Ahí me encontraba de nuevo hablando de mas, ese era mi defecto; no me podía quedar callada…
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Re: El Otoño [Privado]
La agenda de la noche, dejarla a un lado porque aunque ahora se me venian muchas responsabilidades esta era una ocasión que no planeaba dejar pasar, ella me habia dejado aturdido no en una forma preocupante mas bien diria en una forma enviciante en la que todos los factores que ella poseia, belleza, aroma, delicadeza, intelectualidad...entre otros, me atraia a tenerla, a tocar su piel y a besar sus labios que aunque aun conservaba el deseo reprimido de beber su sangre en cuanto me hubiera acercado, no solo queria su sangre, queria a esa bella criatura como cuando un anticuario encuentra una pieza incomparable entre varios tesoros. No la conocia aun, no sabia como esta mujer en especifico reaccionaria ni cuales serian las emociones que presentara, era un expediente en blanco lo que tenia de ella y apenas tenia las referencias que habia observado en el poco tiempo en la biblioteca. Podia deducir que era una mujer dedicada a su oficio, una perfumista por ende suponia que su intuición estuviera desarrollada mas que en otros casos debido a que el resultado de sus fragancias estaba grabada en su piel, deliciosa en ese sentido. Una mujer que tenia hambre de conocimiento, nada conformista, segura de si misma y como esperaba, no totalmente segura de cual eran todas sus pasiones ademas del perfume. Tambien habia que tomar en cuenta que se comportaba como una dama, ello me llevaba a tomar la acción de comportarme como un caballero con ella y mostrarle mis respetos aunque mis intenciones no fueran las mas puritanas que las damas desearian de un caballero.
Invitarla aquella noche solo era un inicio para conocer un poco mas de ella, encandilarla no serviria de nada porque el mejor vino no se lo toma en un solo trago, se lo saborea, se siente desde la uva de que lo hicieronhasta el proceso que paso para llegar a ser la bebida de los dioses, lo mismo era con ella. Estabamos en una biblioteca, habia ido a buscar unas fuentes antiguas para mi investigación pero ahora surgia otro tipo de investigación, la del efecto de esta mujer sobre mi, que tan adictiva seria una gota de su sangre si tan solo con su aroma hacia que el deseo se avivara -Cierto es, los perfumes son único...más lo son si el perfumista tambien lo es, tiene que tener el tacto para saber que fragancia le es propicia a su cliente, es un sello de identificación personal y quienes solo lo fabrican en docenas no creo que tengan nada de originalidad ni nada de especial, me parece mademoiselle por el aroma que puedo sentir en sus cabellos...que este no es el caso para usted quien tiene una fragancia exquisita- dije mirando su cabello caer por sus hombros y su espalda para luego regresar la mirada hacia sus ojos -Y por la experiencia que dice...nada mejor que lanzarse a lo desconocido para ganarla, no digo que lo haga por hacerlo, llegan momentos en la vida cuando uno sabe que debe recorrer cierto camino, como un llamado hacia lo desconocido y entonces es la forma en la que atravesamos este camino el que nos ayuda a ganar menor o mayor experiencia...eso por supuesto usando métodos personales- comenté cerrando el libro que ella tenia abierto pues ya era hora de irse y queria llevarla fuera de esa biblioteca antes de que la noche me tendiera la trampa de avanzar mas rápido y tener que dejarla con remordimiento de no haber podido llegar a realizar mis planes.
Me levante de la silla y ella hizo lo propio, sonrei al escuchar su respuesta a mi invitación y le ofreci el brazo para que se prendiera de el y poder ir caminando juntos hacia la salida de la biblioteca mientras pensaba donde llevarla, le habia ofrecido una cena y lastimosamente yo no podria acompañarla en cuanto a los menús de los mortales pero si tenia la intención de ser una buena compañia para ella en el proceso -Me alegra escuchar eso porque de no haber usted aceptado temo que hubiera tenido que insistir- dije aun ofreciendole el brazo mientras ella terminaba de guardar sus cosas en un bolso que llevaba. Luego de ello fuimos tranquilamente por el pasillo principal de la biblioteca entre estantes llenos de libros tan antiguos como yo y tan atesorables como ella -Donde usted quiera mademoiselle mas si me permite me gustaria llevarla a una pequeña propiedad mia que tengo en el centro de la ciudad, podremos tener una cena privada en ese lugar- dije torciendo una sonrisa. Al principio pense llevarla a un restaurante tradicional a los que frecuentaban los mortales de alta sociedad dado que eran raras las ocasiones en que llevaba a humanos que acababa de conocer a mis propiedades pero ella no era una simple humana y me daria el lujo de tratarla bien, despues de todo era una verdadera dama.
Despues de hacer mi oferta espere su respuesta mientras ya llegabamos hacia un gran mostrador tallado de madera donde se encontraba la bibliotecaria ya por cerrar el lugar, al verme bajo la mirada porque conocia quien era y que era uno de los visitadores frecuentes y ademas contribuidor a esa institución. Viola que ahora era mi acompañante no sabia aun nada de mi pero si llegaba a conocer mi mundo podria tanto gustarle como disgustarle los beneficios de ser un demonio de la noche, quien por cierto ya la habia escogido para ciertos fines que se reverva el derecho de no decir hasta tener que hacerlo.
Invitarla aquella noche solo era un inicio para conocer un poco mas de ella, encandilarla no serviria de nada porque el mejor vino no se lo toma en un solo trago, se lo saborea, se siente desde la uva de que lo hicieronhasta el proceso que paso para llegar a ser la bebida de los dioses, lo mismo era con ella. Estabamos en una biblioteca, habia ido a buscar unas fuentes antiguas para mi investigación pero ahora surgia otro tipo de investigación, la del efecto de esta mujer sobre mi, que tan adictiva seria una gota de su sangre si tan solo con su aroma hacia que el deseo se avivara -Cierto es, los perfumes son único...más lo son si el perfumista tambien lo es, tiene que tener el tacto para saber que fragancia le es propicia a su cliente, es un sello de identificación personal y quienes solo lo fabrican en docenas no creo que tengan nada de originalidad ni nada de especial, me parece mademoiselle por el aroma que puedo sentir en sus cabellos...que este no es el caso para usted quien tiene una fragancia exquisita- dije mirando su cabello caer por sus hombros y su espalda para luego regresar la mirada hacia sus ojos -Y por la experiencia que dice...nada mejor que lanzarse a lo desconocido para ganarla, no digo que lo haga por hacerlo, llegan momentos en la vida cuando uno sabe que debe recorrer cierto camino, como un llamado hacia lo desconocido y entonces es la forma en la que atravesamos este camino el que nos ayuda a ganar menor o mayor experiencia...eso por supuesto usando métodos personales- comenté cerrando el libro que ella tenia abierto pues ya era hora de irse y queria llevarla fuera de esa biblioteca antes de que la noche me tendiera la trampa de avanzar mas rápido y tener que dejarla con remordimiento de no haber podido llegar a realizar mis planes.
Me levante de la silla y ella hizo lo propio, sonrei al escuchar su respuesta a mi invitación y le ofreci el brazo para que se prendiera de el y poder ir caminando juntos hacia la salida de la biblioteca mientras pensaba donde llevarla, le habia ofrecido una cena y lastimosamente yo no podria acompañarla en cuanto a los menús de los mortales pero si tenia la intención de ser una buena compañia para ella en el proceso -Me alegra escuchar eso porque de no haber usted aceptado temo que hubiera tenido que insistir- dije aun ofreciendole el brazo mientras ella terminaba de guardar sus cosas en un bolso que llevaba. Luego de ello fuimos tranquilamente por el pasillo principal de la biblioteca entre estantes llenos de libros tan antiguos como yo y tan atesorables como ella -Donde usted quiera mademoiselle mas si me permite me gustaria llevarla a una pequeña propiedad mia que tengo en el centro de la ciudad, podremos tener una cena privada en ese lugar- dije torciendo una sonrisa. Al principio pense llevarla a un restaurante tradicional a los que frecuentaban los mortales de alta sociedad dado que eran raras las ocasiones en que llevaba a humanos que acababa de conocer a mis propiedades pero ella no era una simple humana y me daria el lujo de tratarla bien, despues de todo era una verdadera dama.
Despues de hacer mi oferta espere su respuesta mientras ya llegabamos hacia un gran mostrador tallado de madera donde se encontraba la bibliotecaria ya por cerrar el lugar, al verme bajo la mirada porque conocia quien era y que era uno de los visitadores frecuentes y ademas contribuidor a esa institución. Viola que ahora era mi acompañante no sabia aun nada de mi pero si llegaba a conocer mi mundo podria tanto gustarle como disgustarle los beneficios de ser un demonio de la noche, quien por cierto ya la habia escogido para ciertos fines que se reverva el derecho de no decir hasta tener que hacerlo.
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Re: El Otoño [Privado]
Muchas veces leí un cuento, donde llegaba un príncipe a rescatar a una princesa, donde con un beso todo cambiaba, donde el "había una vez" era tan mágico como el "y vivieron felices para siempre"; ¿pero que tan cierto es todo eso? en realidad siempre se quedan en solo cuentos, en fantasía, la vida real es diferente muestra la cruda realidad. En compañía de aquel enigmático joven me sentía una princesa, siendo rescatada de la oscuridad que me veía inmersa; aun no sabia con precisión que era lo que en realidad sentía, pensamientos vagos pasaban por mi cabeza, su compañía en ese momento era algo mágico, parecía ser una verdadera fantasía; no sabia por que, pero así me sentía. Esto es un cuento de hadas, una historia que recién comenzaba, donde dos personas se encuentras e intentan escribir una historia juntos... ¿Viola que piensas? escuche a mi mente hablar.
- Cada experiencia nueva es un verdadero reto para la vida, cada día ganamos experiencias y siempre estoy abiertas para cosas nuevas - sonreí amplia mente mientras me acomodaba a su lado, tomándole por el brazo. Sin saber por que sentía una gran atracción por el, sus ojos tan celestes como el cielo me embriagaban hasta el punto de hipnotizarme, algo llamo mi atención al entrar en contacto con el estaba tan frió como una estatua, y al estar mas cerca de el pude notar que su piel, tan blanca como la misma luna, el parecía sacado de un cuento de hadas mas yo esperaba ser una gran acompañante para el, estar a su altura y ser… y en realidad solo quería disfrutar todo esto – ¿Es acaso usted muy insistente? No parece ser lo mas creo que tiene un poder de convencimiento bastante preciso, y como anteriormente le dije quiero disfrutar, y abrirme a nuevas experiencias – Musite mientras caminaba a su lado en realidad no me importaba nada mas que el en ese preciso momento y a ratos me daba miedo sentirme así, pero era un miedo que me gustaba era algo así como una extraño éxtasis que recorría por mi cuerpo – Si lo hubiera rechazado, creo que al final lamentaria aquel hecho, ¿hay que disfrutar la vida o no? Y si puedo conocer a gente nueva estoy dispuesta a correr ciertos riesgos, ya que al final seguimos siendo unos desconocidos – termine diciendo mientras su nueva oferta era tentadora, si pero tenia mis dudas. De nuevo me encontraba en aquella situación donde una parte de mi decía “recién lo estas conociendo” y otra parte me decía “es tu oportunidad de experimentar cosas nuevas…
Me costaba tomar una decisión, vi aquel mostrador de la bibliotecaria, sonreí mientras pasábamos por frente de ella, continué con mi paso firme mientras mi corazón levemente comenzaba a latir mas fuerte, mi sangre corría fuertemente por mis venas, no podía dejar pasar este tipo de oportunidades – Si acepto aquella proposición,¿ no sera muy atrevido de mi parte?, aunque no deseo aquella respuesta, acepto ir a donde usted me quiera llevar- lo quede mirando con una amplia sonrisa, si ya estaba claro mi decisión, no me quedaría con la dude de “que hubiera pasado si”
- Hay que estar siempre preparado para nuevas experiencias – dije al final, el lo había dicho anteriormente y citarlo de cierta forma era gracioso, si ponía demasiada atención en lo que el hablaba y lo que decía. Quería algo diferente y si el marcaba la diferencia ¿por que no seguir? Avanzaría cuanto se me estuviera permitido o mejor dicho cuanto yo pueda avanzar.
- Cada experiencia nueva es un verdadero reto para la vida, cada día ganamos experiencias y siempre estoy abiertas para cosas nuevas - sonreí amplia mente mientras me acomodaba a su lado, tomándole por el brazo. Sin saber por que sentía una gran atracción por el, sus ojos tan celestes como el cielo me embriagaban hasta el punto de hipnotizarme, algo llamo mi atención al entrar en contacto con el estaba tan frió como una estatua, y al estar mas cerca de el pude notar que su piel, tan blanca como la misma luna, el parecía sacado de un cuento de hadas mas yo esperaba ser una gran acompañante para el, estar a su altura y ser… y en realidad solo quería disfrutar todo esto – ¿Es acaso usted muy insistente? No parece ser lo mas creo que tiene un poder de convencimiento bastante preciso, y como anteriormente le dije quiero disfrutar, y abrirme a nuevas experiencias – Musite mientras caminaba a su lado en realidad no me importaba nada mas que el en ese preciso momento y a ratos me daba miedo sentirme así, pero era un miedo que me gustaba era algo así como una extraño éxtasis que recorría por mi cuerpo – Si lo hubiera rechazado, creo que al final lamentaria aquel hecho, ¿hay que disfrutar la vida o no? Y si puedo conocer a gente nueva estoy dispuesta a correr ciertos riesgos, ya que al final seguimos siendo unos desconocidos – termine diciendo mientras su nueva oferta era tentadora, si pero tenia mis dudas. De nuevo me encontraba en aquella situación donde una parte de mi decía “recién lo estas conociendo” y otra parte me decía “es tu oportunidad de experimentar cosas nuevas…
Me costaba tomar una decisión, vi aquel mostrador de la bibliotecaria, sonreí mientras pasábamos por frente de ella, continué con mi paso firme mientras mi corazón levemente comenzaba a latir mas fuerte, mi sangre corría fuertemente por mis venas, no podía dejar pasar este tipo de oportunidades – Si acepto aquella proposición,¿ no sera muy atrevido de mi parte?, aunque no deseo aquella respuesta, acepto ir a donde usted me quiera llevar- lo quede mirando con una amplia sonrisa, si ya estaba claro mi decisión, no me quedaría con la dude de “que hubiera pasado si”
- Hay que estar siempre preparado para nuevas experiencias – dije al final, el lo había dicho anteriormente y citarlo de cierta forma era gracioso, si ponía demasiada atención en lo que el hablaba y lo que decía. Quería algo diferente y si el marcaba la diferencia ¿por que no seguir? Avanzaría cuanto se me estuviera permitido o mejor dicho cuanto yo pueda avanzar.
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Re: El Otoño [Privado]
Hubo un tiempo en el que un vampiro solo se preocupaba de beber la sangre de su presa, satisfacerse con multiples amantes y vivir cada noche desenfrenadamente, la noche de hoy mas que la de ayer, todo era un circulo continuo. Las amistades inmortales se encontraban en su propio limbo, la eternidad los aburria tanto que muchos de los que por el paso de los años debieron haber adquirido sabidura simplemente adquirieron estupidez. Hoy que visitaba la biblioteca pensaba en vivir una de las mismas noches de siempre, regresar a mi morada, leer lo que habia ido a buscar a la biblioteca y posiblemente si me aburria buscaria una amante y al dia siguiente seguiria con mi trabajo, quien diria que hasta la vida de un inmortal puede tornarse en algun momento rutinaria! Sin embargo la criatura que estaba a mi lado ahora habia roto esa rutina, su simple presencia en ese lugar, algo que nadie esperaba ni yo ni ella hizo que cambiara mi cronograma y que el vampiro que solia ser cambiara por un momento su idea de conquistar solo a la dama para satisfacerse con su carne o su sangre.
Por su puesto que su sangre tenia un olor delicioso y su belleza no me atrevia a compararla porque me tenia fascinado, rara vez me encontraba con un especimen unico de ser admirado, como una piedra preciosa que solo yo debiera tomar en el momento en que la viera para conservarla en una urna de cristal y que su belleza se congelara, no congelarse como lo haciamos los inmortales, porque nuestro cuerpo seguia siendo el mismo y nuestra mente se corrompia en diferentes direcciones con los años; lo que queria era conservar esa vida humana alli presente, casi perfecta porque era un diamante en medio de rocas carentes de su mismo brillo -Todas las nuevas experiencias que usted quiera, permitame mostrarle un nuevo mundo...y si, me temo que por usted si insistiria, ¿acaso no ha notado mi interes por usted?, perdone si suena atrevido si apenas nos conocemos pero confieso que su belleza no tiene precedentes- dije observandola detenidamente mientras ibamos caminando por el amplio pasillo.
Parecia que el tiempo se nos iba rapidamente todo aquello me habia parecido que sucedio en cuestion de segundos y ya estabamos frente a la puerta de la biblioteca, afuera nos esperama mi carruaje, el que nos llevaria a donde les mandara pero luego de eso...todo era un enigma, sabia que podia hacer lo mismo que veces anteriores pero ¿queria arriesgarme a solo tener una noche a esa gema?...no -En ese caso tal vez ambos seamos atrevidos y estemos a mano mademoiselle de Lesseps, pero nunca se sabe el sabor del elixir hasta que se lo prueba, veo que esta dispuesta a probarlo tanto como yo, de los efectos nos preocuparemos despues- comenté y sonrei mientras abria la puerta para que ella pasara primero, despues de salir la tome con delicadeza de una mano y la lleve unos pasos mas alla donde ya estaba a la espera el carruaje, uno de los sirvientes abrio la puerta de este y yo la ayude a subir -La llevare a dar un paseo por mi mundo- dije como si bromeara aunque no estaba muy lejos de ello, despues de que subio ella yo la segui y el sirviente cerro la puerta para luego acomodarse al lado del cochero quien recibio mi orden de ir a un lugar antes de que yo subiera al coche.
Dentro de el me sente a su lado y la observe por unos segundos, su aroma aun hacia que mi instinto ardiera por dentro con ganas de beber de ella y de llevarla a la cama tambien pero sabia que podia refrenarlo, estaba decidido a contener el instinto porque si bien tener que resistirse era un castigo, a la vez el sentir la existencia de esa humana en cada detalle de su cuerpo era un placer que muy rara vez podia darme, hace siglos diria, y una obra de arte como el monumento que era de Lesseps debia ser tratado como tal.
Por su puesto que su sangre tenia un olor delicioso y su belleza no me atrevia a compararla porque me tenia fascinado, rara vez me encontraba con un especimen unico de ser admirado, como una piedra preciosa que solo yo debiera tomar en el momento en que la viera para conservarla en una urna de cristal y que su belleza se congelara, no congelarse como lo haciamos los inmortales, porque nuestro cuerpo seguia siendo el mismo y nuestra mente se corrompia en diferentes direcciones con los años; lo que queria era conservar esa vida humana alli presente, casi perfecta porque era un diamante en medio de rocas carentes de su mismo brillo -Todas las nuevas experiencias que usted quiera, permitame mostrarle un nuevo mundo...y si, me temo que por usted si insistiria, ¿acaso no ha notado mi interes por usted?, perdone si suena atrevido si apenas nos conocemos pero confieso que su belleza no tiene precedentes- dije observandola detenidamente mientras ibamos caminando por el amplio pasillo.
Parecia que el tiempo se nos iba rapidamente todo aquello me habia parecido que sucedio en cuestion de segundos y ya estabamos frente a la puerta de la biblioteca, afuera nos esperama mi carruaje, el que nos llevaria a donde les mandara pero luego de eso...todo era un enigma, sabia que podia hacer lo mismo que veces anteriores pero ¿queria arriesgarme a solo tener una noche a esa gema?...no -En ese caso tal vez ambos seamos atrevidos y estemos a mano mademoiselle de Lesseps, pero nunca se sabe el sabor del elixir hasta que se lo prueba, veo que esta dispuesta a probarlo tanto como yo, de los efectos nos preocuparemos despues- comenté y sonrei mientras abria la puerta para que ella pasara primero, despues de salir la tome con delicadeza de una mano y la lleve unos pasos mas alla donde ya estaba a la espera el carruaje, uno de los sirvientes abrio la puerta de este y yo la ayude a subir -La llevare a dar un paseo por mi mundo- dije como si bromeara aunque no estaba muy lejos de ello, despues de que subio ella yo la segui y el sirviente cerro la puerta para luego acomodarse al lado del cochero quien recibio mi orden de ir a un lugar antes de que yo subiera al coche.
Dentro de el me sente a su lado y la observe por unos segundos, su aroma aun hacia que mi instinto ardiera por dentro con ganas de beber de ella y de llevarla a la cama tambien pero sabia que podia refrenarlo, estaba decidido a contener el instinto porque si bien tener que resistirse era un castigo, a la vez el sentir la existencia de esa humana en cada detalle de su cuerpo era un placer que muy rara vez podia darme, hace siglos diria, y una obra de arte como el monumento que era de Lesseps debia ser tratado como tal.
Invitado- Invitado
Re: El Otoño [Privado]
Las historias en la vida real, eran así reales, pero esto era una verdadera fantasía, mi fantasía, mi rutina siempre había sido la misma, de la perfumería a la mansión, quizás visitar a una amiga o ir al mercado por nuevas especies, pero este día era diferente de un comienzo, de la primera hora de la mañana hasta este preciso segundo. Con cada paso que daba me aseguraba más de que lo que estaba haciendo era algo arriesgado pero, si uno en la vida no corría riesgos… seguiría siendo una simple vida, y no estaba dispuesta a quedarme con esas interrogantes que, desde que se me acerco aquel Monsieur, ha sido todo diferente, mágico enigmático.
El frio de Paris quedo impregnado en mi cuerpo tan solo al salir de aquella biblioteca que tenia guardados más que solo libros, también secretos… - Mi belleza puede ser superficial, es solo lo que se ve por fuera, mas creo que toda belleza es completa cuando la persona es bella tanto por fuera como por dentro – si con sus palabras había logrado que me sonrojara, no siempre se escuchaba hablar a un hombre de la belleza como lo hacia él. Le dedique una sonrisa amplia y sincera, simplemente no podía quedarme callada, no era de aquellas que guardara pensamientos, y si tenía que hablar lo haría e incluso hasta cuando debería quedarme en completo silencio tendría algo que decir.
Subí a su carruaje con su ayuda, escuche atenta sus palabras, y pensé mientras esperaba que me hiciera compañía a mi lado, suspire ampliamente en realidad estaba algo nerviosa más de lo normal, podía sentir mi corazón algo acelerado por lo que estaba haciendo, rompiendo algunas reglas, reí en mi interior y lo quede mirando, estudiándolo, admirándolo – el que no se atreve no cruza el rio, y a mí me gusta cruzarlo – explique, siempre escuchaba a mi padre decir aquellas palabras y razón tenían, y al parecer el Monsieur Windsor también. Una pregunta se me cruzo por mi mente cuando dijo “-La llevare a dar un paseo por mi mundo” si mas recuerdo vivimos en el mismo mundo, pero quite aquella loca idea de mi mente – Todos tenemos un mundo que mostrar, y en estos momentos estoy dispuesta a conocer el de usted Monsieur – con cada palabra que salía de mi boca mi corazón se agitaba mas y mas, si era una especia de emoción, de adrenalina recorrer por mis venas en ese momento; volví a sonreír, sabía que aquello que había dicho era algo cierto, y no sabía porque pero me había avergonzado.
El carruaje se puso en marcha, y sinceramente eso me había puesto más nerviosa, estaba adentrándome a su mundo uno quizás desconocido para mí, pero ya estaba en medio del rio ahora… ahora solo tenía que disfrutar tanto de su compañía como de su mundo, en alguna ocasión, y esperaba que así fuera, pudiera mostrarle mi mundo. – espero algún día mostrarle mi mundo – baje la mirada algo intimidada de mis palabras… y volví a sonreír, alce la cara y mis ojos se toparon con los de él, quedándose ahí, sin querer despegar mi mirada de la suya.
El frio de Paris quedo impregnado en mi cuerpo tan solo al salir de aquella biblioteca que tenia guardados más que solo libros, también secretos… - Mi belleza puede ser superficial, es solo lo que se ve por fuera, mas creo que toda belleza es completa cuando la persona es bella tanto por fuera como por dentro – si con sus palabras había logrado que me sonrojara, no siempre se escuchaba hablar a un hombre de la belleza como lo hacia él. Le dedique una sonrisa amplia y sincera, simplemente no podía quedarme callada, no era de aquellas que guardara pensamientos, y si tenía que hablar lo haría e incluso hasta cuando debería quedarme en completo silencio tendría algo que decir.
Subí a su carruaje con su ayuda, escuche atenta sus palabras, y pensé mientras esperaba que me hiciera compañía a mi lado, suspire ampliamente en realidad estaba algo nerviosa más de lo normal, podía sentir mi corazón algo acelerado por lo que estaba haciendo, rompiendo algunas reglas, reí en mi interior y lo quede mirando, estudiándolo, admirándolo – el que no se atreve no cruza el rio, y a mí me gusta cruzarlo – explique, siempre escuchaba a mi padre decir aquellas palabras y razón tenían, y al parecer el Monsieur Windsor también. Una pregunta se me cruzo por mi mente cuando dijo “-La llevare a dar un paseo por mi mundo” si mas recuerdo vivimos en el mismo mundo, pero quite aquella loca idea de mi mente – Todos tenemos un mundo que mostrar, y en estos momentos estoy dispuesta a conocer el de usted Monsieur – con cada palabra que salía de mi boca mi corazón se agitaba mas y mas, si era una especia de emoción, de adrenalina recorrer por mis venas en ese momento; volví a sonreír, sabía que aquello que había dicho era algo cierto, y no sabía porque pero me había avergonzado.
El carruaje se puso en marcha, y sinceramente eso me había puesto más nerviosa, estaba adentrándome a su mundo uno quizás desconocido para mí, pero ya estaba en medio del rio ahora… ahora solo tenía que disfrutar tanto de su compañía como de su mundo, en alguna ocasión, y esperaba que así fuera, pudiera mostrarle mi mundo. – espero algún día mostrarle mi mundo – baje la mirada algo intimidada de mis palabras… y volví a sonreír, alce la cara y mis ojos se toparon con los de él, quedándose ahí, sin querer despegar mi mirada de la suya.
Viola de Lesseps- Humano Clase Alta
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Re: El Otoño [Privado]
Una belleza superficial, ella tal vez estaba en lo cierto y no solo bastara con ello, cuantas veces ya habia errado por mis gustos superficiales aunque estos solo fueran de una noche. Si ella queria que conociera la persona que realmente era solo tenia que mostrarlo, siempre me habia gustado ser un observador y mas de seres particulares como ella, nada usuales a los que encontraba en el común denominador de la mayoria de la sociedad que me rodeaba -La belleza interna no es muy común en estos tiempos madame, sin embargo estoy seguro que usted será capaz de sorprenderme al mostrarme la suya, después de todo...la noche es muy larga- comenté aunque ella no entendiera el verdadero significado de lo que englobaba en ese comentario. Para ella esa noche pasaria rápido igual que los días, los mortales se agobiaban por ello pero una vez que se alcanzaba la inmortalidad el tiempo carecia de importancia, lo único que valía era sobrevivir a el peor enemigo que los inmortales teniamos, uno mismo.
Una vez dentro me percate de estar a su lado, sentia su calor aun mas estando en ese espacio cerrado, su aroma se impregnaba, su mirada era solo mia porque la tenia concentrada en mi como yo estaba concentrado en escucharla. Una mujer valiente que se enfrentaba a lo desconocido, si hubiera sido otro depredador tal vez estaria tramando asesinarla pero las mujeres tenian un sexto sentido para saber cuando estaban en peligro y los sentidos de ella no la engañaban, conmigo no tenia nada que temer porque desde que la vi no me lo habia propuesto mas bien todo lo contrario. Sabia que ella se daba cuenta de mi interes en su existencia, a nivel subconciente tal vez pero el mismo deseo que a mi me inspiraba la inspiraba a ella independientemente del encanto que sintiera por mi propia naturaleza, la vampirica, la que atraia a la presa al cazador aunque esta noche el cazador se sintiera contemplar no a una presa, si no a una representación casi imposible de lo que podria llamar 'perfección' -Si usted me acompaña ya tengo todo su mundo en el mio, acaso no es usted una de las representaciones mas perfectas de donde proviene- comenté, tomé su mano y le di un beso en la superficie del dorso de esta tan suave como una caricia, me habia propuesto tratarla como a toda una hidalga, no es que no lo fuera mas mi trato cordial no era para todos.
El carruaje siguió su camino, la noche estaba tranquila y solo el ruido de otros carruajes hacia que supieramos que aun estabamos en la ciudad, a veces se encontraban voces perdidas ahi fuera, se podia observar por las pequeñas ventanas las sombras de las personas, rostros grises, miradas sin vida, algunos eran muertos en vida, otros vivos en muerte como yo pero a medida que pasabamos calle tras calle, dejando personas y carruajes atras, me puse a pensar en algo...la mayoria de las noches son grises hasta que encuentras el color de unos ojos azules, mechones de cabello rojo, mejillaz coloradas, un perfume embriagador, una vocesilla cantada y un nombre...Viola.
Una vez dentro me percate de estar a su lado, sentia su calor aun mas estando en ese espacio cerrado, su aroma se impregnaba, su mirada era solo mia porque la tenia concentrada en mi como yo estaba concentrado en escucharla. Una mujer valiente que se enfrentaba a lo desconocido, si hubiera sido otro depredador tal vez estaria tramando asesinarla pero las mujeres tenian un sexto sentido para saber cuando estaban en peligro y los sentidos de ella no la engañaban, conmigo no tenia nada que temer porque desde que la vi no me lo habia propuesto mas bien todo lo contrario. Sabia que ella se daba cuenta de mi interes en su existencia, a nivel subconciente tal vez pero el mismo deseo que a mi me inspiraba la inspiraba a ella independientemente del encanto que sintiera por mi propia naturaleza, la vampirica, la que atraia a la presa al cazador aunque esta noche el cazador se sintiera contemplar no a una presa, si no a una representación casi imposible de lo que podria llamar 'perfección' -Si usted me acompaña ya tengo todo su mundo en el mio, acaso no es usted una de las representaciones mas perfectas de donde proviene- comenté, tomé su mano y le di un beso en la superficie del dorso de esta tan suave como una caricia, me habia propuesto tratarla como a toda una hidalga, no es que no lo fuera mas mi trato cordial no era para todos.
El carruaje siguió su camino, la noche estaba tranquila y solo el ruido de otros carruajes hacia que supieramos que aun estabamos en la ciudad, a veces se encontraban voces perdidas ahi fuera, se podia observar por las pequeñas ventanas las sombras de las personas, rostros grises, miradas sin vida, algunos eran muertos en vida, otros vivos en muerte como yo pero a medida que pasabamos calle tras calle, dejando personas y carruajes atras, me puse a pensar en algo...la mayoria de las noches son grises hasta que encuentras el color de unos ojos azules, mechones de cabello rojo, mejillaz coloradas, un perfume embriagador, una vocesilla cantada y un nombre...Viola.
[CERRADO]
Invitado- Invitado
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