You look and your judge [Privado]

por **Azazel** Jue Abr 03, 2014 9:29 pm

La noche había caído en París, yo ya había despertado y conmigo mi apetito. No quedaría mucho tiempo en la ciudad así que decidí darme una vuelta por Pigalle, hogar de bohemios y preciosas jovencitas que otorgaban favores por unas pocas monedas…siempre había mucha vida nocturna por allí, era interesante observar a los humanos disfrutando de placeres.

Baje por Montmartre hasta la plaza y entre por uno de los callejones. Extrañamente las calles estaban algo desiertas. Escuche una extraña música, algo totalmente distinto a todo lo que había escuchado antes…era atrevida, sensual y nada convencional, por supuesto esto despertó mi curiosidad. Me dirigí a aquel pequeño burdel guiado por el estridente sonido del violín. Al entrar una hermosa mujer de rasgos criollos y acento hispano me cogió del brazo preguntándome si deseaba beber algo, por supuesto yo quería bebérmela a ella pero opte por una copa de vino. Me pidió que me sentase y escogí una esquina poco iluminada con un largo sofá en forma de ele que cubría casi toda la pared.

La muchacha me dejo la copa encima de la mesa que tenía delante, me sonrió y se marchó, yo pensaba que se quedaría conmigo pero entonces comprendí por qué se iba. Un hombre robusto de aspecto puramente latino la cogió por la cintura y la llevo hacia una pequeña pista en medio de la sala. La música volvió a sonar, pero esta vez era distinta. El baile de aquellas dos criaturas no se hizo empezar, la mujer entregaba su cuerpo al pecado y el hombre lo aceptaba con fuerza y pasión. Nunca había visto nada igual, estaba impresionado por aquellos movimientos, yo también quería aprender aquella extraña danza.

Observe con atención cada movimiento, cada ritmo y golpe de fuerza hasta que…

Algo entro después…mejor dicho, alguien. Desde las sombras la observe, con aquellos movimientos tan sutiles de superioridad, con el Don Oscuro recorriendo sus venas y la muerte esperando en sus labios. No me extraño… ¡estaba en París! Que más se puede esperar en París

Miré a aquella persona a los ojos alzando la copa como un brindis y no me hice de rogar y me levante de mi sitio con la copa en la mano, me acerque sentándome en una de las sillas que se encontraban a su izquierda, deje la copa en su mesa.

-Controlar? No se puede controlar todo en este mundo ¿o sí?…- Sonreí amablemente - Disculpe, he sido un mal educado, le importa que me siente con usted?- no le dí opción tomando asiento a su lado sin dejar de sonreír, aquella noche estaba de cacería solo había ver que quien de los dos caería.

por **Mégara Argyris** Sáb Abr 05, 2014 8:47 am

No habia dormido bien esa noche.

Por la tarde habia tenido una sesion bastante dificil en la que no iba a salir hasta muy tarde de la consulta. Me había tocado una mujer bastante terca y con problemas de depresión que al parecer eran causados por el rechazo de alguien de alto cargo. La paciente me había sido trasladada del consultorio de Tarja Hauks, digamos que tambien comparte mi profesión, pero que le resulto demasiado dificil al parecer manejar a la pobre joven. De cualquier manera, penso en que debería de buscarme otros clientes y comenzar con las encuestas que me tocaban hacer. Bien siempre me tocaban los mismos pacientes, las mismas teorias aunque a veces me sorprendian con cosas que no habia escuchado nunca. La mayoría eran casos causados por malos sueños, pesadillas o simplemente por insomnia.

Si mi reloj estaba bien en hora, marcaba las doce y media de la noche. Era mas de media noche y aún estbaa sin poder pegar ojo. Me puse a repasar los archivos que por la tarde me habian tenido estresada, pero ahora no solucionaban para nada mis problemas. Terminé por suspirar en cuanto estaba observando un expediente bastante curioso, enredado y dificil por saber cual era el punto de partida de la esquizofrenia del paciente. No habia ningun fondo de historia en el que yo pudiera indagar para que el paciente me contara al menos un par de detalles o algo que pudiera guiarme -....Agh....Por dios...-Mostré cierta decepción al ver que estaba en blanco. No sabía por donde tirar. Cogí la agenda de piel oscura en donde anotaba todas las citas, detalles importantes que me venian a la mente y vi que dentro de media hora tenía que estar en el burdel porque a uno de mis pacientes le dio la gana de que quería una sesión allí. Si quería meterme mano, iba listo. Iría bien armada con lo que se refiere a armas hechas por mis manos.

-...Hay pocas cosas que ver aqui....-Suspiré bastante decepcionada por ver otro expediente que no terminaba de estar completo. Los últimos expedientes estaban vacios por no decir que solo había un retrato hecho a mano que se acercaba a la apariencia del expediente, pero uno me llamó la atención, uno que no llevaba ni retrato y el bolsillo donde se supone que estarían los resultados de las pruebas hechas, estaba vacío. Solo había un trozo de pergamino doblado en cuatro veces y una pluma de algun cuervo. Yo era psicóloga no Psiquiátra. Esto era de locos. ¿Es que habia alguien que queria darme un mensaje? -....¡No! -Grite de sorpresa al ver el reloj de la mesilla de noche que marcaba menos cuarto y mi cita era a la una en el burdel. Aun me seguia preguntando lo de aquel expediente, pero si no me daba prisa, llegaría tarde y era algo que no me gustaba demasiado.

En el restaurante:

-Dios....Como me gustaría controlar el tiempo para no llegar....-Cuando me estaba sentando a esperar a mi "cita" un tipo con unos bellos ojos se sentó a mi lado -.....No...a no ser que quieras una sesión mental conmigo, claro está...-suspiré evitando aquella mirada, aquel rostro masculino el cual me habia sentido cohibida por 0,1 segundo.

por **Azazel** Vie Abr 11, 2014 3:30 am

Su vestido algo ceñido dejaba entrever los movimientos sutiles de sus piernas, que se cruzaban con un claro motivo. Sus labios perfectamente proporcionados con la delicadeza de su rostro sufrían presión bajo sus dientes y su lengua, que no dejaba de entrever ese veneno característico de las brujas de su clase…por un momento me sentí incitado a hacerlo yo por ella. Sonrió con picardía cuando me quede sentado y en silencio. Al parecer le parecía buena idea seducirme... pero la pregunta rondaba ¿Qué cara mostraré con esta pequeña bruja?

-.....No...a no ser que quieras una sesión mental conmigo, claro está...- Volvió a sonreírme y entonces sentí uno su ¿nerviosismo? La cohibía completamente, ¡ah! siempre olvidaba lo atrevidas que eran las vampiras…lo diferentes a una simple mujer humana, sí, eran completamente distintas… -Dígame que le ha traído a este salón - Al parecer hacían falta presentaciones…la estridente reglas de cortesías que nos han enseñado de chavales, no podríamos comunicarnos mentalmente aunque se perdían los pequeños matices de la voz incluso cuando se habla

-Una nueva melodía señorita, la curiosidad y la sensualidad que esta música desprende sin tapujos ni reglas…Supongo que ya no necesitamos ningún tipo de presentación…y ambos pecamos de lo mismo… aunque no me molesta- “Demasiado” añadí mentalmente. Al fin y al cabo uno no puede fiarse de nadie y menos de mujeres que dictan de un ácido en sus palabras. –Qué os ha impulsado a llegar hasta aquí?- Un calor leve nos envolvió. Atracción. Sus ojos felinos me llamaban a fundirme, oh… que peligrosas pueden llegar a ser las mujeres…no puedes resistirte a caer en lo que sabes que será una trampa…Mi mano derecha se escondió bajo…y ahí está la cuarta puerta, la entrada a una de las más desquiciantes caminos, mi adorado “Belfegor”

- Ha sido también la música? O quizá simplemente el aburrimiento?- Mientras tanto mi otra mano se quedó sobre la mesa, quieta y mis ojos recorrían cada detalle de la hermosa criatura que tenía delante, cada ondulación de su cabello, los matices de su tono…el ligero movimiento de sus músculos, su cuello que acaba en un generoso escote que incitaba a querer ver más allá…los pequeños lunares sobre su exquisita palidez…todo era un entretenido juego de observación, cada detalle despertaba más deseos que el anterior, por supuesto mi mano diestra continuo recorriendo sus medias de seda por debajo de su vestido. Que descuido por mi parte dejarme envolver tan fácilmente, enarque una ceja mientras volvía a sus ojos esperando una respuesta

por **Mégara Argyris** Dom Abr 27, 2014 12:59 pm

You look and your judge [Privado] WNMYn9D

Restaurantes

Las manos de aquel extraño estaban sacándome de mis casillas con una rapidez que se lo comían los estremecimientos que surgían por mi cuerpo. Estaba combatiendo entre dejarme ser una sumisa más al juego de los hombres o seguir con mi actitud fuerte e incapaz de derribar – A mi…-Pronuncie como si estuviera ida en un ambiente caldeado, alrededor de personas que no nos mirarían, pero que al final con los escándalos terminaríamos montando escándalo, pero no quería llegar hasta tal punto – La mano que metéis anda en peligro Monsieur…-Mostré mi inquietud con aquella mano siendo llevada hasta más adentro de mi falda, con movimientos lentos que aun hacia que me estremeciera sin dificultad alguna.

-….Una cita me hacía tener que venir aquí…con alguien que no ha acudido….mmmm…..Señor vuestra mano…-Mostré que estaba comenzando a sentirme algo inquieta, insinuando que no sentía comodidad estando ahí en un restaurante, aun estando alejados de la multitud y escondidos por plantas enormes que nos ocultaban como dos ladrones en la oscuridad -…-Termine suspirando tras recordar que sino venia mi cliente dentro de un rato, me iría de nuevo de vuelta a mi hogar en donde estaría la mar de agusto.

-Lo lamento…me iré pues creo que es lo más adecuado…-Pero justo cuando aparecía el camarero hacia nuestra mesa, retire la mano ajena de mis piernas y termine por pedir vino tinto de la casa y un estofado con ensalada. Ya que estaba, pretendería cuidar mi alimentación un poco, y mi salud mental también estaba absoluta y tendría que alejarla de malas influencias -….¿Usted acaso no tiene compañía esta noche?...-Mis palabras sonaron cual picarona de burdel, inexperta en ese campo pero de inmediato pienso que no debería temer en absoluto….si es que no me pone la mano encima nuevamente. No supe que me había pasado.

por **Azazel** Miér Mayo 28, 2014 6:50 pm

Su cuerpo entero me acepto en cierto punto aun cuando sus ojos y su boca viperina dijera que no, las delicadas manos de la bruja me recorrían la mano intrusa sobre sus medias. Que agradable contacto. Las luces tenues del lugar escondían nuestras figuras del resto de curiosos, aunque no del todo disfrutábamos de una buena intimidad...

¡Pero qué inquietas y traviesas eran sus manos! Apartándome el regalo de la piel cálida, ¡que sed me provoca su vena femoral! Oh si nena tomar tu vitae y ser tu sire cada noche, enseguida bajaron a mis pantalones aquellas ideas, crearon el caos un momento, pero tenía que controlar o le follaría en ese lugar y luego tomaría su vitae justo ahí donde se pierde la razón y la cordura… pero antes de dar el paso a la calma tal cual llego la desesperación se fue, por las palabras de la mujer y “Belfegor” hizo todo el resto.
Desprendió de sus labios el veneno y entonces su voz nos envolvió.

-Lo lamento…me iré pues creo que es lo más adecuado…- Más? Adecuado? Es que acaso nosotros éramos adecuados?...mas en esta ocasión formulaba las preguntas erróneas…aunque no tardaría en descubrir sus intenciones.

-Bien pueda señorita, así como sus lindas piernas le trajeron aquí, ellas mismas le pueden llevar- alcé los hombre dejando caer la espalda al respaldar de aquella butaca simplemente viéndola con desinterés pues la puerta de la pereza había sido abierta completamente. Tome la cabeza entre mis manos inclinando la silla hacia atrás observándola lo bruja que era, entonces la risa fue la que surcó por el lugar, estaba claro que ella siempre controla aunque en esta ocasión no le resultaría tan fácil puesto que no soy de esos que se dejan dominar tan fácilmente por una femina.

-….¿Usted acaso no tiene compañía esta noche?... – el camarero tomo la orden de la señorita volteando al mi presencia, solo solté la cabeza para alzar la copa con eso ya sabría que para mi sería más brandy. Que puedo decir salvo que estaba realmente anonadado…por la “fuerza” que la mujer aparentaba y a la vez me resultaba tan común en los tontos mortales

-La seducción no es parte de este juego… es todo lo contrario la seducción está en la piel de quien realmente es fuera de lo ordinario o adecuado- quizás ella no comprendería mis palabras…estaba más concentrado en lo acaba de ocurrir, tenia los labios enrojecidos por la ira que debe acumular y desee besarlos. Su sonrisa me saco de mi estupefacción.
Sentí miradas sobre nosotros pero que mas daba? La mirada que me absorbía era la suya, resultaba intensa y malvada, que seductora…ahora entendía aquello que solían decir en los bajos bares de Londres “las brujas son las más peligrosas porque te seducen y te quitan el alma” pero no tenía alma. Mi sangre empezó a hervir como una herida que se iba cerrando, deseaba probar la suya, su fuerza, su mortalidad

-Así como usted tenía una cita que no llegó, mi cita en cambio si se cumplió era una cita con el Destino de la muerte- Aun tenia las manos tras la cabeza sosteniéndola, no revele ningún tipo de intención por liberarme hasta aquel momento. No me resulto en exceso complicado pues ella estaba concentrada en destrozarme mentalmente con sus palabras y “mando” pero se iba a dar contra una buena pared. Mi rostro no iba a cambiar, aun seguía con la pereza no tenía algo más esa mujer o quizás no quería mostrármelo aun, así que habría que obligarla a hacerlo.- También tendré que hacerlo con los dientes como vos?- fue lo que solté de improviso con una sonrisilla aludiendo a su veneno pero no había momento de retroceder ahora porque el bostezo salió de los labios –No hay más acaso que se pueda ver en una bruja como vuestra estirpe-

por **Mégara Argyris** Miér Jun 25, 2014 2:57 pm

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Restaurantes

Citas incumplidas, personas que nunca venían a las citas en las que ella nunca faltaba, pues siempre seria la originaria de hacer esas citas por el bien de quien pidiera de su servicio de psicóloga. Como faltar a una clase, como faltar a una cita por la salud mental de una persona…Era inaudito, en cambio quien tenía a su lado, estaba dándole a la bola de la pereza con soberbia incluida – usted ya goza de varios de los siete capitales, mas, debería pensar en qué hacer con esos problemas que tiene usted….-rio con cierta precisión en lo que pudiera molestar de sobremanera a su acompañante de la noche.

Risas se escuchaban en la otra punta del restaurante, ella estaba esperando a su pedido, pero prefirió cambiar por aguardiente, la petición le fue rechazada por el mesero pero ella insistió y finalmente pudo obtener lo que pedía, incluso le trajeron la botella para poder repetir con su acompañante, si es que el otro estaba por la labor -…Y dime…¿Cuál es tu nombre? Mmm…..Seguramente empieza por la primera letra del abecedario….-Volvió a reír como quien ha contado un chiste de poca fuerza, de poco interés y en poco tiempo estaban a solas.

Bien. Ella misma empezaría la fiesta –Ahora veras…-Movió su silla un poco más cerca de donde estaba su acompañante y la mano que había estado entre sus medias la tomo sin pudor alguno, volviéndola a meter entre sus piernas a la vez que acercaba sus labios al cuello ajeno al que comenzó a besar lentamente, moviendo la mano ajena por el exterior de sus muslos, lentamente hasta tentarle con la sensación de tocar una de sus nalgas, para después quitarle la mano de una manera algo brusca, una risa que le acompaño, la animo un poco más -….¿quieres más? –Pregunto para después servir en la copa que ya tenía gastada un poco de aguardiente y en su propio vaso.

-Brindemos porque esta noche sea la mejor de todas….-Alzo su propia copa de aguardiente, esperando hacer sonar en un “chin” el cristal de cada copa.

por **Azazel** Dom Jul 13, 2014 11:35 pm

–No hay más acaso que se pueda ver en una bruja como vuestra estirpe- Al parecer esas palabras fueron las que más hondo calo en ella…

Por supuesto que deseaba intimar con ella querer más de ella…pero la verdad ella solo había abierto la puerta cuarta y séptima, cada demonio e mi cabeza gritaba a lucha con el otro por salir peor fue el cuarto demonio en presentarse, y qué hombre o criatura no? Se dejaría arrastrar por “Belfegor” Era tremendamente lanzada y atrevida pero fue por provocación, pronto sentí sus manos y sus cercanía contra la zona más sensible de mi cuello…no se andaba con demasiado rodeos al parecer…pero no estaba siquiera cerca a despertar la primera puerta de mi alma perdida.

-….¿quieres más? – No sabía si aquello era una pregunta o una afirmación. Me encogí de hombros -Ya sabéis…esa inevitable atracción y curiosidad que muchas veces siente por otro ser…como yo es casi imposible dejarla pasar pero la verdad ¿Qué puedo querer de más? No has ofrecido mucho y de lo que te jactas ya he visto en otros. – me sonreía traviesa, era un juego para ella, uno entretenido y por supuesto para mí también lo era, señale a una de las mesas para indicarle lo que había allá que era lo mismo que había hecho ella.

Se acercó insinuante, sabía que miraba su escote y me lo ofrecía, junto a su aroma ...ummm qué aroma tan sutil y embriagador! Pero aun le faltaba algo -Os gusta jugar mucho debajo de la mesa verdad?- Hasta aquel momento no había hecho nada más, me había quedado como parado pero era el momento de contraatacar, al fin y al cabo no hay mejor defensa que un buen ataque… yo era el león.

Mis dedos se entrelazaron en el principio de su media, la baje lentamente descubriendo su piel. Cuando se las baje de todo acaricie su pierna desnuda con la yema de mis dedos, lentamente hacia su muslo cálido. Apoye el codo de mi mano libre sobre la mesa, menos mal que era pequeña, ocupando la mitad. Extendí el brazo acariciando su cabello y apartándolo suavemente de su cuello, me acerque a ella. -A mí también me gusta jugar, pero debéis ser más cuidadosa, no siempre soy capaz de resistir a mis impulsos y uno de ellos me dice.- Susurre en su oído rozando los colmillos a su cuello -Y no sería muy oportuno hacerlo en un lugar como este…prefiero que sea en el centro de una pista de baile para que todos griten y mueran en mis manos- medio sonrió volviendo a la actitud perezosa de antes sin tocarla nuevamente –Mi nombre es Raffaello- alzo los hombros con la mentira, es otro pecado de los miles que se pueden ver en mis ojos pero no se llegan a comprender o divisar –y tu nombre es? O también será en el más, a lo mejor es Maxima, o solo “M”- con un bostezo me recuesto contra la silla mirándola con cierta indiferencia y superioridad hacia aquella mortal.

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