Una noche misteriosa ( Derrick)

Revisó su reloj de mano, uno de detallada construcción. Lo había traído consigo en uno de sus tanto viajes a Suiza, ya que como bien se conocía los mejores relojes eran fabricados en aquel país. La hora no podía estar errada, ya casi eran las nueve, hora que consideraba adecuada para el comienzo de todo espectáculo que se considerara digno de asistir; porque eso era lo que venía a ver en aquel momento: un espectáculo irresistible y de alguna u otra forma, inesperado.

Movió con sus dedos la cortina de satín que protegía la ventana del carruaje. Las personas cruzaban con total normalidad aquel puente frente a sus ojos. Las damas de clase alta caminaban acompañadas por sus caballeros o prometidos y seguidos por un séquito de mozuelos quienes, ayudaban con los abrigos y paraguas. Buscó con su mirada algún rastro de Derrick, su cabello dorado, su estampa o la figura de algún carruaje estacionado cerca, sin embargo lo único que se veía era gente cruzar mientras platicaban afablemente.

La noche estaba brumosa y el ambiente se había tornado de alguna u otra forma más gélido. Volvió a cerrar la cortina, no deseaba que alguien la viera de ese modo, espiando y esperando a alguien. Dirigió la vista a sus manos enguantadas en seda blanca, que hacía juego con el material de su vestido. Uno ceñido a su torso y amplio en la falda, con fino corsé de brocado color lapislázuli, que favorecía a que el color de sus ojos celestes se hiciera más intenso. Su cuello iba adornado con gemas de zafiro que llegaban justo al centro de sus clavículas direccionando la vista hacia su escote color marfil. Movió de forma impaciente sus zapatillas de terciopelo azul marino, que a pesar del taco que tenían eran cómodas y suaves.

Entrecerró los ojos imaginando que era lo que podría ocurrir con ellos dos aquella noche, sin duda estaba expectante y podía sentir aquello en su propio cuerpo, en sus manos aquella presión insistente ejercida la noche anterior por el rubio, así como en sus labios el ardor de aquel beso apasionado. Dejó escapar una sonrisa de soslayo sorprendiéndose de la actitud que estaba tomando y el de haber decidido ir al encuentro, atreviéndose después de mucho tiempo a dejarse llevar por las pasiones y de paso cancelando una importante cena de negocios.

Apoyó su rostro en la palma de la mano a la vez que mordía su labio con insistencia. Miró nuevamente su reloj, eran las nueve con diez minutos, asintió para si agradeciendo el estar sola, ya que le avergonzaba la forma en que estaba actuando, como si fuera una adolescente en la espera de algo deseado y prohibido.

Acarició su cabello recogido en una cascada de bucles que caían de forma natural y suelta, solo afirmados por una peineta de oro y zafiros, que hacía juego con su collar. checkeo de forma cautelosa su apariencia. Se había preocupado de cada detalle, quería verse, oler y saber irresistible para aquel vampiro misterioso.

Miró nuevamente su reloj, que ya marcaba las nueve con quince. Se levantó de golpe como si hubiera estado asustada por algo. Con su abanico tocó el techo del carruaje para que aquel mozuelo atractivo fuera a ayudarla a bajar. Suspiró algo agobiada, estaba comportándose de forma extraña e impaciente, pero tenía un presentimiento y no quería dejar nada al azar.
Bajó de forma silenciosa y suave, teniéndo cuidado de no tropezar con aquel pesado y elegante vestido.

-voy a dar una vuelta... por favor no me sigas esta vez, entendido Bernard?

El mozuelo, de unos 17 años asintió algo ruborizado, pero Lisbeth no tenía tiempo que perder, se encaminó directamente hacia el famoso puente, dejando a su paso una deliciosa estela seductora de perfume. giró su rostro varias veces tratando de alguna forma visualizar el rostro de Derrick. Se sentía nerviosa y expectante, a esas alturas de su vida era casi insólito que algo o alguien le produjera ese tipo de sensación.

" sólo es un juego...un juego nuevo y atractivo"

Trató de tranquilizarse inventando una explicación a lo que iba a experimentar, sin admitir que un poco de miedo recorría su cuerpo de cuidada hermosura y juventud, pero inerte. Estaba inmersa en sus pensamientos cuando al levantar la vista divisó al vampiro en quien pensaba, dueño de una figura y estampa inigualable.

Si corriera sangre por su cuerpo podría imaginar como toda ella iría directo a sus mejillas, tiñéndolas de carmín. Sin esperar avanzó directamente hacia él, quien se encontraba de pie apoyado sobre la baranda del puente, observando el paisaje. Al encontrarse a escasos centímetros estiró su mano enguantada, rozando su cuerpo, cubierto por un traje sastre de finísima tela, perfume y loción. Entrecerró sus ojos degustando con su experimentado olfato aquellas esencias tan bien utilizadas.

-Derrick, querido...

Lisbeth pudo sentir como el cuerpo del vampiro daba un respingo ante su tacto y palabras, dejando paso a que ella lo abrazara por la espalda, hundiendo su rostro en ella, la que era ancha y fornida. Sonrió sin poder evitarlo, cerrando fuertemente sus ojos, disfrutando de tenerlo entre sus brazos, apenas reteniendo aquel cuerpo tan masculino.

-Siento haberte hecho esperar...deseaba poder ver tu rostro otra vez...

Se sorprendió de sus palabras, ocultàndo su cara en la espalda de Derrick, pensó que sin duda parecía una niña caprichosa.

Comprendió a lo que se refería Wittaker con aquellas palabras frías, que flotaron hacia ella como la bruma de aquella tarde en París. Se dejó observar por los ojos castaños del vampiro, manteniendo sus manos descansar a los costados de su vaporoso vestido azul violeta; evitando pensar en aquel fuego que comenzaba a carcomerle el interior y deseando que éste se fuera calmando de a poco.

- siento haberlo incomodado, hay veces en que las circunstancias hacen que una rompa las reglas de protocolo...

Le siguió la mirada y la actitud, Derrick era sin duda un vampiro experto y debía de tener sin duda más de alguna discípula esperándolo en su mansión.Observó su porte y aspectos físicos que no había notado la vez anterior, imposibilitada por las emociones que la habían inundado.
Debía de ser de los suyos, un vampiro antiguo y con experiencia tal como ella. Fijó sus ojos en su mirada y su ceño fruncido. Le causaba algo de gracia, casi como si desease ocultar algo a vista e intuición de ella.

-Me encantaría acompañarlo.

Posó su mano sobre la de Derrick, simulando una sonrisa cordial, cuando en ve de eso deseaba lanzarse a sus brazos, cuan Venus sobre Volcano.

-Suele dar paseos por aquí?,la noche en París suele ser tan misteriosa y emocionante...

Lisbeth se sentía protegida en la presencia de Derrick y no significaba que no supiera defenderse, pero hacía ya mucho que no contaba con la compañía de uno de los suyos que realmente le agradara, aún sin conocerlo.

-mmm, ya veo...hablo entonces con un vampiro solitario, pues a mi me gusta caminar de vez en cuando, disfrutar de la noche, es una oportunidad especial para mi, ya que puedo desenvolverme con total naturalidad, sin esconder... usted ya sabe, nuestros instintos...

Le gustaba la sensación que estaba teniendo, era sin duda algo nuevo e inexplicable, cómo podía explicar acaso la atracción que despertaba un vampiro que recién conocía y parecía ser tan serio. Lo observó fruncir el ceño nuevamente, ante lo cuál no pudo evitar soltar una risita.

- al parecer usted es un hombre que precisa de precisión en su vida... no le parece aquello demasiado predecible y a la larga aburrido?, a veces hay que conocer nuevos caminos que nos lleven a roma...

le miró de soslayo a la vez que se aferraba a su brazo, quedando pegada a él. Le interesaba saber cómo era la forma de pensar de Derrick, qué priorizaba en su vida y si realmente estaba canalizando sus emociones de la manera correcta. No quería equivocarse, pero podía sentir que él disfrutaba de alguna forma e su compañía.

La gente que pasaba por el camino en que ellos estaban los observaban, de seguro llamaban la atención, pero aquello era algo normal, para ella y esperaba que Derrick pensara lo mismo. Se sorprendió por lo directo del último cuestionamiento que el vampiro le hizo, sin embargo consideraba que debía acostumbrarse, se notaba que él iba directo al grano en todas las cosas.

-Usted no pierde el tiempo... si le interesa saber, la verdad es que cuando me gusta algo, voy directo a ello. Pequeñas y grandes fuentes de sangre fresca no me faltan, algunas veces los encuentro en fiestas, otras veces ellos me buscan sin discreción.

miró hacia el frente evitando que su voz sonara con dejo trémulo, deseaba saber cuáles eran sus verdaderas intenciones aquella noche, acaso él buscaba solo diversión estando a su lado o tal vez pretendía algo más. Era muy popular entre la clase alta el mantener relaciones amistosas o de algo más, solo por conveniencia, así e movía ese ambiente.

-está de más decir que tanto yo como la victima disfrutamos del placer que conlleva el beber y ser fuente...usted debe de sentir lo mismo, buscaba aquello esa noche en el teatro, no?

Se sorprendió malinterpretando las palabras que habían salido de los labios de Derrick.

-Me gusta el teatro, pero a veces termina en algo que ya no comparto en absoluto... me gustan más los lugares íntimos, donde una puede conversar sin interrupciones y escuchar al otro.

Cogió el extremo de su vestido, estaban cruzando al otro extremo de la calle. Su mozuelo debía de estar esperándola y tal vez fuera necesario ir en coche a algún otro lugar.

- Acepto la invitación, imagino que va a sorprenderme. le molesta si vamos en mi carruaje?, mi mozuelo a veces exagera un poco y debe haber salido a buscarme.

Se puso frente a él sin soltarle del brazo. Le encantaba como se comportaba, era silencioso y eso lo hacía parecer misterioso y tal vez algo arrogante. Hacía mucho tiempo que no salía con nadie, mucho menos sin avisar en su mansión ni cancelar compromisos para ello. Ya contaba con una buena reputación lo cuál hacía mucho más fácil todo.

-He olvidado comentar que iba a salir... con usted.

Bajó su brazo separándose de Derrick unos segundos y avanzando hacia el camino de donde venían.

-Es muy lejos de aquí?...

Se detuvo de pronto, el hecho de que rechazara que su mozuelo presenciara donde iban a ir a parar le produjo una sensación de curiosidad y estremecimiento, más no quería rechazar la oferta, presentía que disfrutaría de forma real aquella invitación.

-Comprendo...entonces debemos irnos ya... mi mozuelo es muy insistente y si tardo demasiado en llegar al carruaje, me seguirá, lo conozco él lo ha hecho antes.

Se giró para encaminarse, pero lo hizo de forma abrupta, chocando con él. Lo miró a los ojos, aquellos ojos de mirada profunda pero vacía. Rozó con sus dedos el borde de su abrigo de lana gruesa y oscura. Podía imaginarlo concentrado frente a un escritorio, dirigiendo proyectos, como también firmando contratos. Su rostro estaba serio, no demostraba nada, como si estuviera congelado. Por unos instantes deseó no ser tan expresiva, ser tan misteriosa como él.

" Qué buscas en una mujer? Derrick Wittaker..."

Se cuestionaba algo que hasta el momento era obvio. La diversión sin compromisos era algo atrayente. No quería perderle de vista, pero desde aquel instante tampoco quería ser algo pasajero.

-Lo sigo...- Le cogió del brazo de forma más suave, manteniendo la distancia.

No sabía a donde la llevaría Derrick, pero sabía lo que pretendía y ella lo deseaba también. Estaba sintiéndose peligrosamente atraída hacia un vampiro que no conocía y se extrañaba de ello, había vivido muchos siglos como para pasar por alto a un ser tan apreciable, aquella era como la tentación del diablo; temía pero lo deseaba a la vez y no quería traspasar la delgada línea entre la pasión y los sentimientos, no sin que antes él le demostrara algo más.
Quedar obsesionada con él significaba algo poco conveniente en aquellos instantes y más aún para ella, quien es conocida por tener una coraza ante las debilidades emocionales.

-El otro día, no tuve el tiempo ni la claridad suficiente para preguntarle su oficio, a qué se dedica?