Victorian Vampires
Por el control de Dinamarca | Bambi | BSTE 2WJvCGs


Unirse al foro, es rápido y fácil

Victorian Vampires
Por el control de Dinamarca | Bambi | BSTE 2WJvCGs
PARÍS, FRANCIA
AÑO 1842

Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.

Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.

¿Estás dispuesto a regresar más doscientos años atrás?



NIGEL QUARTERMANE

ADMINISTRADOR

ENVIAR MP
NICOLÁS D' LENFENT

ADMINISTRADOR

ENVIAR MP
ESTACIÓN


Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24


COPYRIGHT/CRÉDITOS

En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.

Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.

Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.

Licencia de Creative Commons
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org


Últimos temas
» Savage Garden RPG [Afiliación Élite]
Por el control de Dinamarca | Bambi | BSTE NXLYMMiér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones

» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Por el control de Dinamarca | Bambi | BSTE NXLYMMar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut

» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Por el control de Dinamarca | Bambi | BSTE NXLYMMiér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane

» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Por el control de Dinamarca | Bambi | BSTE NXLYMJue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar

» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Por el control de Dinamarca | Bambi | BSTE NXLYMMiér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer

» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Por el control de Dinamarca | Bambi | BSTE NXLYMSáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour

» orphée et eurydice ― j.
Por el control de Dinamarca | Bambi | BSTE NXLYMJue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour

» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Por el control de Dinamarca | Bambi | BSTE NXLYMJue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke

» labyrinth ─ chronologies.
Por el control de Dinamarca | Bambi | BSTE NXLYMSáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour


<

Por el control de Dinamarca | Bambi | BSTE

2 participantes

Ir abajo

Por el control de Dinamarca | Bambi | BSTE Empty Por el control de Dinamarca | Bambi | BSTE

Mensaje por Scott White Sáb Abr 19, 2014 11:47 pm

París 1805...
Banque De France

La noticia se propagó a las pocas horas del anuncio que Camile hiciera la tarde de domingo. Todas las casas no solamente estaban asombradas, sino también ofendidas. Camile había perdido la cabeza cediendo toda la riqueza a su hija. De por sí su comportamiento excéntrico era por demás raro para que Camile se atribuyera  una decisión tan descabellada. Por esa razón, Scott consideró necesario recuperar viejas rutas comerciales y buscar reforzar y recuperar alianzas que se debilitaron o perdieron con la entrada de los londinenses al poder.

Tres semanas antes, Scott se había presentado en Dinamarca para entrevistarse con la familia Grøelschkøj. La poderosa familia Nórdica y potencialmente la aliada más fuerte que los Nottinghams tuvieron por años. Si Scott pensaba apoderarse del mercado de Europa primero tenía que hacerlo con Dinamarca y para ello, tenía que entablar relaciones con el duque. Pero su sorpresa fue abrumadora al enterarse que el poder residía en la caprichosa y obstinada Bambi.

Scott la recordaba de la niñez, consentida hasta más no poder, era quizás, más mimada y atendida que la mismísima princesa así como más hermosa. Sus padres habían pensado comprometerlo con ella, mas cambiaron drásticamente y sin siquiera dar motivo. Era un misterio para los Nottinghams, un misterio que Scott había decidido ocultar. Pero ahora, el destino lo uniría nuevamente con ella. En lo que sería una lucha de egos, Chelsea lo había anticipado y él mismo era consiente de ello.

Mientras viajaba a París, él intentaba resolver el hecho de que ella con todo el poder y dinero que tenía... ¿Por qué demonios trabajaba en un banco? Sabía que Audrey también lo hacía, lo que le parecía muy estúpido. Pero ¿por qué ella?; Scott no podía dedicarse sólo a esa incógnita, por eso, cuando llegó al banco se reprendió por no preparar un discurso, al menos, no apto para ella. Por mucho que ella conociera de administración, no dejaría de ser esa niña mimada y caprichosa y él lo sabía, tenía la certeza de que sería así.

Entró al lugar, era elegante y muy grande para ser un banco cualquiera. Conocía a la dueña, alguna vez habían intercambiado palabras pero era la primera vez que entraba. No se dirigió a nadie, no preguntaría por ella, no sería necesario. Bambi sería reconocible en cualquier lugar, no importara como se vistiera, y pese a que él no la había visto hacía ya 10 años, sabía que la reconocería y así fue.

Justo del otro lado de la puerta, al fondo, ella dialogaba con una mujer. Aquella imagen de la niña de cabellos dorados fue desapareciendo. La Bambi actual había incrementado en belleza, los labios escarlata, voluptuosos y bien definidos le hicieron quedarse boquiabierta, era hermosa, por un momento sus ojos se cruzaron, aunque estaba lejos alcanzo a ver el brillo celeste de las dos gemas que tenía por ojos y finalmente se preguntó... ¿Por qué no se efectuó el compromiso? Podrían ser en aquel momento un matrimonio, empero, no significaba que no sería una falsedad absoluta y que cada quien estuviera bajo sus intereses unidos. Como fuera, Scott tenía que vencer la barrera del atractivo y caminar hasta ella.

Bambi finalmente estaba sola cuando Scott llegó hasta ella, y de frente le dedicó una sonrisa confidencial. No esperaba que lo reconociera, tan sólo esperaba obtener lo que deseaba y eso era, el poder de las rutas comerciales. —Buenos días señorita Grøelschkøj— dijo en su perfecto danés, un idioma que aprendió sólo por ella y que no había practicado desde la última vez que se vieron, lo que le pareció por un momento extraño la pericia de su acento. —Solicito una entrevista con usted... No le pido un minuto porque sé que mi motivo confiere mucho más tiempo. Es por eso que le pido se haga un tiempo para atenderme— continuó en el idioma natal de la hermosa mujer y volvió a sonreirle.

Scott White
Scott White
Humano Clase Alta
Humano Clase Alta

Mensajes : 110
Fecha de inscripción : 11/03/2014

https://www.youtube.com/channel/UCZWAfwWHmmbrDWBnyHrGYdw

Volver arriba Ir abajo

Por el control de Dinamarca | Bambi | BSTE Empty Re: Por el control de Dinamarca | Bambi | BSTE

Mensaje por Bambi B. Grøelschkøj Dom Abr 20, 2014 8:18 pm

Cuando  Jørgen Grøelschkøj, un importantísimo hombre y nombre en Europa, cedió todo su poder a su única hija muchos especularon con la quiebra absoluta del poder del imperio de Grøelschkøj en el mundo a causa de dejar tanto dominio en manos de una mujer joven y sin un marido que la guiara. Sin un hombre que moviera los hilos correctos. Pero, para sorpresa de muchos que no pudieron relamerse los labios con la desgracia ajena, la jurisdicción llevada por Bregje Grøelschkøj cerraba muchas bocas de un solo golpe al ego.
Bregje -o Bambi, para los más cercanos- supo muy bien qué le convenía tomar y que era lo que debía despreciar para los negocios de su familia. La falta de un hombre tanto dentro de la familia como por unión conyugal no significó ninguna sentencia a muerte del poderío Grøelschkøj. Los negocios de la familia en Dinamarca los manejaba Bambi, igualmente los negocios que se habían expandido a Francia y uno que otro país. Jørgen Grøelschkøj, pese a que no era un anciano, había optado por retirarse del mando considerando que ya era tiempo para disfrutar de su exuberante fortuna. El hombre sólo se haría cargo de los negocios familiares que estaban en los otros países, negocios más pequeños y sin tanta presión de trabajo.
Jørgen Grøelschkøj era el hombre más despreocupado del mundo por estos días. Uno, porque sus negocios legítimamente marchaban estupendamente bien. Segundo, porque siempre su hija pertenecería a la realiza danesa, siendo duquesa cuando Jørgen se retirase o bien como esposa del príncipe.

La joven rubia pensaba bien antes de dar cualquier paso. Estar en París trabajando en el banco más prestigioso de la ciudad le significaba un renombre en esas tierras francesas por si algún día se le daba la gana de hacerse una carrera política en esos lares. Una mujer con curriculum, especialmente uno como el de ella, siempre traería buenas aprobaciones de otros. Para ella todo esto no era más que un pasatiempo. Un divertido pasatiempo explotando trabajadores a nivel infrahumano. Sí, así era ella.
Estaba con su expresión de superioridad escuchando las excusa de una de las empleadas cuando algo más atractivo que la humillación a otra persona captó por completo su atención. Un hombre, un joven hombre apuesto y elegante, cruzó la mirada con ella por unos instantes que pareció cristalizar el momento. Bambi dejo de escuchar en ese preciso momento a la mujer que estaba a su lado pues la visión que tenía delante suyo era mucho más deleitante. Despachó a la mujer cuando vio que el joven se acercaba.
Lo recordaba ¿Cómo olvidar tan bello rostro? Claro, cuando le había conocido aquel joven era un niño pero Bambi siempre supo que de grande sería hermoso. Hermoso y cotizado. ¿Ya estaría casado? Quizá aún no había firmado la condena de estar unido por siempre con alguien pero seguramente estaba comprometido. ¿Por qué no con ella? Era un misterio que siempre estaría presente.
White, Scott White. Que alto que estaba, que aires de empoderamiento lo rodeaban. Era atrayente, sin duda. Desde que era niño había demostrado tener grandes dotes y una personalidad interesante. Recordaba lo inteligente que era desde ese entonces mientras los demás niños de su edad vivían en una nube de pateticismo. Él siempre había tenido objetivos en la vida, incluso desde temprana edad. Y allí estaba, demostrando que sus impresiones no eran erróneas.
El imperio comercial de los cisnes negros  era un negocio de una poderosa familia inglesa. Por un tiempo largo, los White hicieron negocios y alianzas con los Grøelschkøj. En la actualidad aquello yacía en algún lugar olvidado. Tal vez era culpa de los Londinenses, la fracción de los White que ahora dominaba el imperio de los cisnes negros. ¿Veían a su padre como incompetente? O, peor aún, ¿No la veían capaz de llevar las riendas de los negocios de su padre y por eso arrancaron antes de la masacre? Scott White era un Nottingham, pero eso no lo exoneraba de sentirse ofendida por toda la familia White.
Scott le saludó cuando llegó hasta ella, su voz era seductoramente varonil. Primeros puntos ganados por el joven astuto; hablarle en  su lengua natal. Nadie tenía la delicadeza de hacer ese pequeño gesto. Le pedía un poco de su tiempo, una entrevista, Bambi era del tipo de mujeres que mandaba al diablo a la mayoría de las personas a menos que suplicaran por unos escasos segundos. Pero la visita de un White, especialmente la de Scott White, desde tan lejos no hacía más que darle una tremenda curiosidad.

-Buenos días, señor White.- Le respondió en danés, también. Usando su suave y seductivo tono de voz. –Que tremenda sorpresa la de hoy verle a usted por aquí…- Le sonrió. –Entrad. En mi oficina estaremos mejor. Adelante.-  La rubia tomó la perilla de la puerta más cercana la cual justamente era su oficina privada. Abrió la puerta mostrando un elegante despacho bien decorado y con todas las comodidades que la dama exigía. Era evidente que consentían sus caprichos en donde  fuera, incluso si se fuera a vivir a Haití la agasajarían de igual modo. -Me sorprende que un White requiera un poco de mi tiempo. Pensé que con los años los Grøelschkøj fueron dejados en el tacho de la basura por vuestra familia. Un Grøelschkøj no debería ser abandonado jamás.- Fingió estar ofendida pero no borró la sonrisa de sus rojos labios. Entró en la oficina invitando a Scott a pasar también. –Usted me dirá que lo trae hasta aquí. ¿Desea que le ofrezca algo para beber?- Le miró a los ojos, sintiéndose atraída por sus orbes las cuales inspiraban mucho.
Bambi B. Grøelschkøj
Bambi B. Grøelschkøj
Humano Clase Alta
Humano Clase Alta

Mensajes : 58
Fecha de inscripción : 19/03/2014

DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:

Volver arriba Ir abajo

Por el control de Dinamarca | Bambi | BSTE Empty Re: Por el control de Dinamarca | Bambi | BSTE

Mensaje por Scott White Miér Abr 23, 2014 12:46 am

Se limitó a cambiar su expresión a una seriedad abrumadora en el momento en el que ella abrió la puerta de la oficina. Desde afuera se alcanzó ver un espléndido decorado, una clara muestra de su actitud caprichosa y aunque eso le agradó no mudó de expresión. —Créame cuando le digo que es para mí también una sorpresa, pero podemos hablar de eso después— dijo ignorando el resto de las palabras de Bambi que claramente eran actuadas y la acompañó. —Agradezco su protocolo pero mi único interés es usted, ya he bebido suficiente desde mi llegada aquí con el único propósito de verla— continuó, destacando su razón, sabía que para llegar a ella tenía que seducirla mediante halagos a su persona, glorificándola como la máxima aspiración que alguien podría desear y que nunca podría obtener.

A Scott le correspondió cerrar la puerta, esperó a que ella, con esa sensualidad que la caracterizó inclusive desde niña, rodeara el escritorio y tomara asiento. —La administración de los Cisnes Negros cometió ese terrible error, pero hoy comparto algo con usted... Ambos poseemos el poder de la fortuna familiar o al menos conmigo de la casa Nottingham, pero sé que es suficiente para que ahora, yo como líder de los Nottinghams firme una alianza con usted— fue directo al grano, él era de los hombres que evitaba dar rodeos al asuntos, odiaba la perdida de tiempo, el creía que realmente el tiempo era oro y el bien más preciado que alguien poseía, y alguien como él, no podía darse el lujo de perderlo, y menos ahora que tuvo que hacer un segundo viaje por ella.

Peco de presuntuoso pero estoy seguro que prefiere que se le hable directo, o al menos las personas con poder— pese a que trató de ocultarlo, no lo pudo evitar y sonrió con complicidad, recordando el pasado que vivieron juntos, cuando eran niños. Evocó ese recuerdo y nuevamente la volvió a ver como una niña, sentada en el trono de su familia, dando ordenes, siendo estricta con sus sirvientes e inclusive prepotente. Cuando su recuerdo se dispersó avanzó al centro de la oficina. —Aunque seguramente, señorita Grøelschkøj ¿o señora?, disfruta aún de maltratar a los desdichados y le parezca una sinfonía escuchar los ruegos y suplicas que no tocan su bien resguardado corazón— se atrevió a decir y es que estaba seguro que ella, al igual que él, tenía un sentimiento por él, y no precisamente la atracción que ambos se tenían, sino ese recuerdo que los ligaba, habían reído juntos, jugado juntos, aprendido juntos, inclusive abusaron de su poder de la misma forma, eso los unía y era precisamente el arma que usaría sí su primer plan fracasaba con ella.

Sí, también soy un atrevido, pero no con cualquier persona, significas mucho para mí Bambi y no quiero que solamente seamos socios. Tu y yo tenemos un pasado que quiero reavivar— le confesó con una espléndida actuación en sus expresiones. Por supuesto, el tono de voz no la descendió al coqueteo, de hecho, su mirada se oscureció y fijó sus ojos directo a los celestes de ella. Se quedó contemplándola por unos instantes. Que hermosa era, sin lugar a dudas era la mujer más bella que había conocido hasta ese momento en su vida, pero no podía dejarse llevar por el encanto. Entonces supo que la forma por la que estaba conduciendo su plan poseía una enorme grieta que podía ser contra atacada.

La natural seducción de Bambi era su mejor defensa e inclusive el arma más mortal que tenía para tomar el control de la situación y eso él no se lo podía permitir. Quizás aún no era pertinente dejar en claro que no pretendía un encuentro sexual o hasta formar una relación, pero era consciente que cuando ella lo condujera a su campo de batalla él tenía que estar preparado. Meditar en ello le hizo fruncir el cejo, se sintió confundido sobre el modo en el que ella conduciría las cosas. Confiaba en que no lo rechazaría, después de todo era un ambicioso camino que se le ofrecía, pero Scott comprendía que ella no permitiría que él asumiera el control. No si era la ambiciosa mujer que de niña demostró que sería. Bambi era inteligente, muy inteligente pero no cabía duda que el método que ella usaría sería la seducción, él lo sabía porque ella lo conocía, era consciente del alcance intelectual y la mismísima ambición que Scott desarrolló y para lo que fue educado.

Ambos eran unos ambiciosos, tenían presente que la diferencia entre un capricho y un placer de toda la vida, era que el capricho dura un poco más.
Scott White
Scott White
Humano Clase Alta
Humano Clase Alta

Mensajes : 110
Fecha de inscripción : 11/03/2014

https://www.youtube.com/channel/UCZWAfwWHmmbrDWBnyHrGYdw

Volver arriba Ir abajo

Por el control de Dinamarca | Bambi | BSTE Empty Re: Por el control de Dinamarca | Bambi | BSTE

Mensaje por Bambi B. Grøelschkøj Vie Abr 25, 2014 9:58 pm

Embozó una bella sonrisa cuando Scott terminaba de decirle que era ella el propósito de tan largo viaje. En vista de que el cabeza de los Notthinghams no deseaba ningún brebaje de momento, Bambi fue directamente hasta su escritorio. Apoyó un brazo en el descanso del cómodo sillón de terciopelo rojo, aquel trono simulado que usaba en conjunto con su gran y ponderoso escritorio, y el otro brazo sólo apoyó el codo en el descanso correspondiente. Cruzó sus piernas con sensualidad sin apartar su mirada presuntuosa.  

Escuchó con minuciosa atención y cautela sus palabras. La rubia se inclinó ligeramente hacia delante como para escucharle y mirarle a plenitud absoluta.  El heredero de los Notthinghams le habló sobre el poder que ambos poseían como cabezas de sus respectivas familias y sugirió una alianza estratégica. Scott le recordaba a los líderes carismáticos, llenos del don de la palabra, poseedores de una inteligencia desbordante, y la buena administración de la manipulación que los llega a ser grandes hombres de poder y respeto. Le gustaba.  Le fascinaba. Scott era único. Scott era un hombre lleno de poder.

Un detalle admirable en un hombre era el poder de ir directamente al grano de sea cual sea el asunto. Bambi aborrecía a los tipos que se iban en palabrerías y rodeos sin asunto que al final terminaban por acabar con la poca paciencia que la danesa tenía. Muchas veces terminó por hacer callar a la mayoría de ellos y mandarlos al mismísimo infierno en un dos por tres. Scott, tuvo la delicadeza de no caer en esas absurdeces. Por lo que asintió ligeramente con un movimiento suave de cabeza cuando Scott acertó en aquello de que le gustaba que fueran breves y que le hablasen directo. Bregje le sonrió del mismo modo en que el inglés lo hacía. Ambos eran poseedores de una personalidad dominante y tiránica.  

Las palabras de Scott le sabían cómo la dulce miel con la que se deleitan los dioses en el Valhalla. No sólo por la tentativa oferta que los convertiría en socios magnates sino también por aquel pasado que siempre los vincularía de un modo u otro. Aquellos recuerdos entrelazados como cintas mágicas que unían a dos personas. Bambi jamás olvidó a Scott, incluso aunque hubiesen pasado tantos años desde la última vez que lo había visto.
De todos los White era con él con el que mejor había congeniado pues de niños compartían ciertos patrones de conductas y preferencias similares. Lo recordaba a él siempre imponente incluso a temprana edad, siendo más que los otros niños no bajando la mirada ante nadie y existiendo como el más astuto de los astutos. Bambi solía cansarse rápidamente de los niños con los que compartía, ¡Como le hastiaba la inútil y descerebrada princesa! O al hijo del conde de Holanda, otro tarado más para la colección de victimas de denigraciones por su parte. Pero Scott no la aburría, al contrario, siempre sus comentarios sarcásticos y llenos de razón le sacaban una risa.
Ahora, tenía a un hombre alto, muy atractivo, el más atractivo sin lugar a dudas, y con un futuro admirable. Siempre tuvo el presentimiento que lo volvería a ver y ese día lo vería convertido en el hombre fascinante que ahora la miraba directamente a los ojos. Él era hermoso, seguramente tenía prometida o, de por sí, ya estaba casado. Sería una lástima, hasta llegó a sentir algo de envidia de la ilusión de una supuesta esposa. Brejge no era del tipo de mujer que vive con el vestido de novia debajo del brazo acosando a los hombres con sueños estúpidos sobre un matrimonio feliz pero sólo por un momento imaginó cómo habría sido ser la prometida de Scott. Indudablemente tendría cada quien sus propios secretos a voces, un matrimonio que para nada sería el modelo a seguir de ninguna reina, pero seguramente el más interesante de todos. Serian un imperio más poderoso y fuerte que cualquier alianza entre reyes. Despejó la imaginación y volvió a centrarse en la realidad.  

Entrecerró los ojos demostrando lo largo de sus pestañas bien tupidas. También se acomodó unos de sus bucles rubios hacia detrás del hombro cuando hubo un silencio entre ambos.

-Se podría decir que mi actividad favorita, no, casi mi religión, es restregarle a los demás sus fracasos y falencias. Por tanto, sí, es mi melodía favorita.- Sonrió con un aire de maldad. –Y debo puntuar que soy una mujer felizmente libre.- Remarcó las últimas palabras. –Soy joven y, tal como ve, una mujer llena de poder. Atarme a un hombre me convertiría en una retrógrada, una imbécil que sola ha de ponerse la soga al cuello. Tal vez no es en el caso de ustedes los hombres, pues sus esposas son accesorios que no refutan sus decisiones. No se sienten con la valentía ni el derecho de contradecir a sus esposos.- Jugueteó con uno de sus rizos dorados, mirándole seductoramente. -¿Y tú, Scott?- Le habló con familiaridad. -¿Ya has pisado el campo del compromiso y abandonado el júbilo del Edén de la libertad?- Le preguntó con curiosidad. –Debo suponer que siendo tan apuesto tienes a muchas señoritas suspirando por ti. Aspirando un minuto de tu atención, implorando por que sea una de ellas la escogida. ¡Pero vaya que soy insistente y quizá te sofoco!- Rio divertida mostrando sus perfectos y blancos dientes. –Iré a lo que has venido. Negocios. No puedo evitar admitir que he fantaseado y degustado con la idea de volver a tener negocios contigo, cuantos beneficios y ganancias nos traerían. Que grandioso sería vernos en una oficina cuyo escritorio esté lleno de billetes mientras brindamos con whisky por las desgracias de nuestros enemigos. Aun así… Una vez los White ya han despreciado a lo Grøelschkøj. No soy rencorosa.- Alzó una ceja, sonriendo con aquellos rojos labios. -¿Pero que me hace asegurar que eso no volverá a pasar?- Tenía que lanzarlo como un sutil veneno. –Yo estimo nuestro pasado. Oh, mi querido Scott cuando te vi afuera todos los recuerdos me volvieron prontamente. Tal vez tú no serías tan cruel de olvidar nuestros lazos de negocios, mucho menos aquella bella niñez que nos une, pero necesito tantear bien el terreno. Estar segura de que no caminaré por un campo minado. Tanto en los negocios que nos conciernen como en volver a revivir nuestro pasado. Sería lamentable ser desechada tras volver a encariñarme.-

Quizá sólo estaba jugueteando con la situación. Cierto era que dentro de ella sí deseaba volver a tener algo que la uniera a él sea cual fuese el modo. El gran dilema sería quien controla a quien. El choque de egos entre dos personas que no aceptarían que otro fuese más y que le obligase casi voluntariamente a retorcerse en una indudable derrota. ¿Quién sería la primera persona en caer en los encantos de la otra? ¿En probar la manzana del infortunio que encadenaría a una serie de eventos de control por parte del otro?


Bambi B. Grøelschkøj
Bambi B. Grøelschkøj
Humano Clase Alta
Humano Clase Alta

Mensajes : 58
Fecha de inscripción : 19/03/2014

DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:

Volver arriba Ir abajo

Por el control de Dinamarca | Bambi | BSTE Empty Re: Por el control de Dinamarca | Bambi | BSTE

Mensaje por Scott White Miér Abr 30, 2014 3:26 am

Tal como lo sospechó, Bambi seguía teniendo la misma alma malcriada y prepotente, era la niña caprichosa de antaño y reaccionó como lo esperaba. Sin embargo, él no podía negar que eso le atraía de ella, por una circunstancia o quizás, por mera locura, estaba enamorado de todo ella, inclusive la malicia en ella era atractiva. Era la perfecta esposa que pudo haber tenido, en su mente, sospechaba que podría ser la mejor White de todas, no existía ninguna mujer con semejante panorama, ni siquiera Camile con su ambiciosa visión se le comparaba. —Aunque no deba decirlo, escuchar su libertad en los compromisos me trajo una satisfacción— le sonrió con malicia y caminó hasta el elegante asiento que ocupaban sus clientes a la hora, de, seguramente rogar por su atención o apelar el lado humanitario. —Pero admito que no me sorprende en lo más mínimo, nadie ha podido capturar tu atención, eres una hermosa flor condenadamente llena de espinas, el mismo fulgor de tus ojos puede aniquilar la temple incluso de aquellos que se enorgullecen de su fortaleza, tu misma provocas una intimidación, eres una estrella que brillas en lo alto y que es imposible que alguien te alcance... alcance un corazón cálido que sé existe en tu interior— le dijo sin dejar de mirar esos ojos que lo cautivaban, con una sonrisa sincera en su rostro y sentenciando seriedad en sus ojos.

Seductoramente acarició el lomo de la silla y rodeó el escritorio hasta encontrarla de frente, sentada con la pierna cruzada y mirándolo fijamente. En aquellos ojos pudo descubrir la atracción que ella sentía por él, el interés que había generado su presencia y en el fondo, la alegría de volver a verlo. Un sentimiento mutuo. —Como sucede contigo Bambi, no me he atado a un compromiso. No hay ninguna mujer que pueda ser lo suficientemente independiente para ser una White; el imperio de los Cisnes Negros se caracteriza por la independencia femenina, no  son tontas amas de casa, sumisas mujeres que se convierten en esclavas de sus esposos... No... Una White debe de ser como tu, con la fuerza y el poder de controlar un imperio— no dijo más, por un momento pensó en el poder que tenía Camile y aunque podía usarla de ejemplo, no podía echar todas las carnes al asador, Camile se convertiría en el as en la manga, sólo tenía que esperar un poco más.

Entonces pensó en el siguiente argumento, si bien podía decir que no la traicionaría porque la necesitaba, eso significaría darle el control de la situación, eso lo convertiría en un hombre más que iba a ella a suplicarle, algo que él no haría, sí alguien tenía que ser el segundo en el imperio comercial de Inglaterra-Dinamarca, tenía que ser Bambi, no él. —No importa cuanto diga para convencerte, al final, tendrás que arriesgarte a cruzar el campo, pero no lo harás sola, lo haremos juntos. Bambi, nuestro negocio se volverá uno, inclusive, si nuestra relación se desplomara, nuestro poder comercial y económico estará estrechamente ligado que será imposible que nosotros, hagamos lo que hagamos, pueda desintegrarlo, estaremos unidos de por vida— aunque las últimas palabras le salieron como sarcasmo, curiosamente era lo que él deseaba, unirse a ella.

Los gestos en él se dulcificaron y pasaron a una seducción, a cortó la distancia y extendió su mano para acariciar la nívea piel de sus mejillas. —Te extrañé, en todo momento pensé en ti. No existe ni existirá ninguna mujer que pueda superarte, eres única y no pretendo volver a perderte, no ahora que yo tengo el poder y no hay nadie que pueda alejarme de ti— sus dedos se deslizaron suavemente hasta sus prodigiosos labios, describiéndolos y luego retiró la mano lentamente. El líder de los Nottinghams comprendió que cometió un error, aquellas palabras bien podían haber endulzado el ego de la hermosa danesa o manifestado su debilidad y al mismo tiempo convertirse en la principal arma de la poderosa líder de los Grøelschkøj.

Por ese motivo él no podía permitir que se expresara, no aún. La rodeó hasta ponerse detrás de ella y acercando sus labios a la delicada oreja, le susurró. —Sé que después de mí no ha existido ningún hombre que merezca tu interés... congeniamos Bambi, eso es lo que hace tan atractivo la alianza... en aquellos viejos años, cuando éramos niños, no había más cabida que juegos y travesuras, hoy podemos ir más allá— la sutileza con la que dejó salir sus palabras fueron realmente una caricia. Scott se alejó respirando el perfume magistral de Bambi e hizo girar la silla de ésta para que nuevamente enfrentara sus ojos. —Y no estoy hablando de negocios... estoy hablando de nosotros— le hizo ver con un ligero grado de altives.
Scott White
Scott White
Humano Clase Alta
Humano Clase Alta

Mensajes : 110
Fecha de inscripción : 11/03/2014

https://www.youtube.com/channel/UCZWAfwWHmmbrDWBnyHrGYdw

Volver arriba Ir abajo

Por el control de Dinamarca | Bambi | BSTE Empty Re: Por el control de Dinamarca | Bambi | BSTE

Mensaje por Bambi B. Grøelschkøj Dom Mayo 04, 2014 10:36 pm

En cierto punto, Bambi sabía que en algún momento de su vida volvería a ver a Scott White. Se había quedado con ese presentimiento el último día que lo vio después de su larga partida hace tantos años atrás. Y, allí estaba ese joven apuesto dueño de una mirada que le determinaban como un hombre de poder y como un estratega perfecto. Ella esperaba que ese rencuentro tal vez llegara en unos años más pero la vida la sorprendió rompiendo sus estimaciones de tiempo con verlo aquel mismo día en el Banque de France.

La danesa estaba acostumbrada a escuchar palabras de halagos hacia su persona de parte de personas que buscaban ganarse su aprecio y, como siempre, sacar una tajada de dinero de su acaudalado bolsillo. Bambi, harta de las cursilerías, los mandaba a salir cascando de su vista. Pero, las palabras de Scott eran distintas. Le sabían a una dulce miel que llevaba esperando probar de hace años. De cierto modo sabía que quizá Scott sólo estaba tentándola con palabras que la vanidad propia de la rubia acogía orgullosamente y que luego el inglés tendría algo planeado. Lo pensaba así pues Scott no era ningún estúpido ser mediocre que se conformase con migajas que ella arrojase al piso como para alimentar a una minúscula paloma como lo hacía con todas las personas. No, Scott era un sujeto de inteligencia admirable y, seguramente, un talentoso hombre que sabía y pensaba como usar cada palabra sin caer en ningún error que lo perjudicase. Bambi sonreía con cada palabra que Scott decía, no porque se burlase de él sino más bien que de él las aceptaba. Él podía ser digno de su aprobación. Scott podría decirle lo que quisiese en ese momento y Bambi lo escucharía de todos modos. No estaba tratando con un ser que mirase por sobre el hombro, estaba frente a un igual. Un digno aliado o un respetado rival, como fuese el caso, Scott era merecedor.

La rubia marcó una sonrisa coqueta mientras escuchaba salir de esos atrayentes labios cada palabra con esa voz varonil y seductora. Un electrizante cosquilleo en la médula le provocó cuando Scott se acercó rodeando su sillón que simulaba ser un trono digno de ella. El escuchar que él aún no estaba comprometido provocó una metamorfosis en su sonrisa la que pasó de ser de coqueta a una de seductor interés. Negar que esa noticia la encantó sería lo mismo que decir que el sol está hecho de queso roquefort.  

En su mejilla sintió el cálido tacto de la mano de Scott. Bambi pensó que hablaría un poco más del futuro negocio pero las palabras que salieron de sus labios cautivaron cada segundo de atención de la rubia quien, posteriormente, sintió como sus propios labios eran dibujados por los dedos de Scott tal cual fuera un pintor. Procesó minuciosamente cada palabra dicha por el joven de Inglaterra como si fuera repitiendo nuevamente el momento anterior. Quizás, y sabía, que al verla la encontraría hermosa como todos, pero las palabras rompían con todo pronóstico de expectativas.
Ella también lo había extrañado. Existieron muchas ocasiones en las que se preguntaba qué sería de Scott White en esos días contemporáneos. Su pequeño compañero de torturas hacia otros chicos seguramente, y lo tenía por seguro, era un hombre exitoso, envidiado, hermoso, y sumamente deseado. Ella misma lo deseaba, no había ningún hombre que se igualara a él. Todos a la vista de Bambi eran gusanos patéticos cuya única respuesta de parte de la princesa danesa era el repudio total. Por tanto, también lo consideraba único e inigualable. Algo que le costaba aceptar pero así era.
Scott la distrajo de sus pensamientos analíticos cuando le susurró al oído. Ese toque seductor no se lo quitaba nadie a Scott. ¿A cuántas haces suspirar por ti? Le vino a la mente sacándole una sonrisa traviesa. Sí, Scott era un malicioso como ella y ambos lo disfrutaban. Sabía que tenía que tener cuidado de pisar tan confuso y minado campo pero era un desafío que siempre espero con apetito.  Bambi no temía a arriesgarse, eso no estaba en su sangre danesa, pero también sabía que con Scott las cosas eran totalmente distintas a todo lo demás. No era temor a caer en sus manos, eso era algo que la entusiasmaba el cómo salir de un mar un marinero en una tempestad. Pero sí era recelo de traicionarse a sí misma y dejarse llevar por algo que tomaba como un juego entretenido para terminar siendo presa de él. Ardería Troya.

-Todo suena perfecto. Como un hermoso Danubio sólo para nosotros.- Giró suavemente el rostro para quedar tentadoramente cerca de sus labios. Desde allí podía ver que tan perfectos eran. Como una fuente de agua que provocaba a los sedientos del desierto el probarlos. –Si no se arriesga, ¿Qué sería? Odio a la gente cobarde que no se atreve a nada. Siempre he tenido en cuenta que un error se paga caro pero jamás me he tumbado hacia un lado cuando veo que una aventura se me avalancha sobre mi.-

Bambi por unos instantes acordó aún más la distancia que separaba sus labios de los de Scott como si los fuera a besar. Pero se limitó a mirarlo fijamente a los ojos para sonreírle con picardía. Luego volvió el rostro hacia el frente buscando en su escritorio una pequeña bombonera de cristal puro. Quitó la tapa dejándola sobre la mesa y extrajo un chocolate de guinda de su interior. Jugueteó con el sin probarlo. Esos chocolates venían de Dinamarca, una chocolatería que era una pequeña franquicia de los Grøelschkøj. Unas de las cuantas.

-Tienes razón, mi querido Scott, aunque nosotros, por hacares de la vida, entremos en una discordia de los cien años nuestro negocio seguría siendo nuestro negocio. Algo de los dos. Como un hijo de ambos. Algo que nos unirá por siempre y que debemos cuidar como buenos padres. –Bromeó con la comparación. –Incluso si terminamos arrancándonos los ojos con cuchillas.- Volvió a girarse para clavar los ojos sobre los suyos. Que atractiva mirada tenía el inglés. –En cuanto a lo otro… Es evidente que existe un magnetismo entre nosotros. Hay que decirlo, somos seres superiores que manejan las cosas tal cual fuéramos dioses. Y eso es justamente lo que merecemos. Inevitablemente nos atraimos, porque vemos en el otro lo que nos gusta de nosotros mismos. Condenadamente nos deseamos, porque hay una parte de nosotros que ocultamos del otro y eso nos pone una cadena prisionera porque deseamos saber que es esa parte oscura. Dejarnos invadir por eso oculto sin importar lo que suceda.-

Sonrió, con lo pedante que le caracteriza, pero con una sonrisa que no se la regala a nadie. Una sonrisa cómplice, una sonrisa de interés franco. Bambi se puso de pie con elegancia para ponerse frente a Scott. Levantó el mentón y respingó la nariz para mirarle a los ojos, era un hombre alto, de buen porte, tal como le gustaban.

Ahora, tal  como dices, podemos ir más lejos.- Entrecerró sus ojos exponiendo sus largas pestañas. Jugueteó con su dedo índice que deslizó por el pecho del White subiéndolo y bajándolo suavemente casi como un juego infantil. –No ha existido alguien que se iguale a ti, Scott. El mundo parece plagado de ineptos que no merecen más que el yugo del látigo en sus espaldas hasta desgarrarlas para que se quiten del camino que contempla mi respetada mirada. Tampoco puedo negar que, de algún modo u otro, has estado presente en mis pensamientos estos años de separación. La propuesta que hoy traes, la que implica tanto, en un juego peligroso, un negocio peligroso, donde se gana o se pierde, donde los egos y el orgullo juegan un papel importante y se descubren las debilidades. Es algo que he esperado de una única persona: Tú. - Y volvió a clavar la mirada en sus ojos. Llevó las manos hasta el cuello de la fina camina de Scott jugueteando seductoramente. –Hagámoslo. Arriesguemos todo. Pero, mi Scott, mi querido hombre destructivo que tanto he anhelado, te prometo que si llegas a traicionarme…- Bajó las manos hasta la corbata del inglés. Apretó intencionalmente el nudo de ejerciendo presión con malicia por parte de unas manos orgullosas y soberbias. –Porque sólo tú tienes el derecho a causar estragos en alguien de mi rango. Juro que no descansaré hasta hacerte arrepentir de tus acciones, te buscaré en cada rincón y no te dejaré en paz.- Le sonrió, soltando la presión y acariciando nuevamente el nudo de la corbata para dejarlo intacto como estaba. Endulzó su mirada y sonrisa. Le observó unos instantes más, Scott era perfecto, hermosamente perfecto. –Desde hoy podemos decir que tenemos un negocio. Dinamarca e Inglaterra vuelven a estar unidos.-


Bambi B. Grøelschkøj
Bambi B. Grøelschkøj
Humano Clase Alta
Humano Clase Alta

Mensajes : 58
Fecha de inscripción : 19/03/2014

DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:

Volver arriba Ir abajo

Por el control de Dinamarca | Bambi | BSTE Empty Re: Por el control de Dinamarca | Bambi | BSTE

Mensaje por Scott White Vie Mayo 16, 2014 12:44 am

Se mantuvo callado, esperando a que terminase de hablar e inclusive cuando le amenazó no cambió su semblante orgulloso; sus inteligentes ojos continuaban el estudio, en el cambio de las expresiones, si, mínimas pero presentes; y sus oídos pendientes a las tonalidades de Bambi. «Dinamarca e Inglaterra vuelven a estar unidos» pensó en su mente y sonrió con malicia, sus ojos se entrecerraron en un gesto pedante transformando la malicia en seducción. Tomó a la hermosa rubia por la cintura y la estrelló contra el escritorio, luego, la subió para que ella sentada pudiera verlo. Scott llevó sus manos a las blancas mejillas de Bambi, prodigándoles una cariñosa caricia. —¡Nos entendemos querida Bambi... no esperaba menos de ti!— por supuesto, las últimas palabras aludían a la amenaza que ella le planteó minutos antes.

La mano derecha de Scott se alejó de las mejillas y se escondió entre los largos y rubios cabellos hasta alojarse en la nuca, la acercó a él, a cortando la distancia entre sus labios, a milímetros de rozarse. —Más grande es mi satisfacción la sensación de tenerte cerca, que la alianza que nos unirá. Oh mi querida Bambi, aquellos años de juegos, en que mis ojos eras la niña más especial y encantadora de todas, mas ahora te veo como la mujer más hermosa y que quiero para mí— dijo respirando en la piel femenina, palabras que acariciaban los escarlata labios de Bambi, labios que se convertirían en evidencia de una demostración que Bambi nunca presentó en ese Banco, al menos, eso lo creía Scott, estaba completamente seguro.

Levantó la barbilla de ella para que se perdieran ambos en los ojos del otro y esperó, esperó a que se liberarán las endorfinas que despertarían el deseo en ambos, un deseo pasional que añoraron por mucho tiempo, él lo sabía, los arrogantes ojos de Bambi no podían esconder el brillo del deseo. Y antes de que el silencio se volviera incómodo Scott unió finalmente sus labios con los de ella, en el primer besó que él tanto soñó, besar a esa pequeña que compartía tanto con él, la que debió ser su esposa y más ahora se preguntó qué fue lo que impidió que se arreglara el compromiso entre ellos... «¿Qué hizo que sus padres cambiaran de opinión?»

Scott dejó que la lujuria recorriera su cuerpo y se liberara en el beso que se extendió, la acción que hizo que él acercara el cuerpo de ella al de él, a que él se mantuviera al límite del escritorio entre las piernas de ella. Y pensó entonces, con los ojos cerrados en la desnudez de ella, en el lugar en el que se encontraban y como podía haber sido la vida como marido y mujer. Aunque el beso no duró más de cinco minutos él tuvo tiempo suficiente para meditar en todo eso, y concluyó en que el matrimonio pudo haber destruido sus vidas, quizás así, como socios podían iniciar con la expansión del territorio que como matrimonio, pero él no negaba que la posibilidad de volverse amantes era fundamental para el control sobre ella. Bambi lo había dicho y no mentía, él era su debilidad como ella la de él y también Bambi era consciente de ello. Scott comprendía que aunque él no se lo había dicho, con sus palabras dejaba claro que ella no debía traicionarlo.

El beso terminó pero no se separaron, él aspiró muy cerca de ella, como si quisiera inhalar el aliento de ella y retenerlo dentro de sus pulmones como el mejor tabaco de todos. —Pero querida, te equivocas en algo... Los Cisnes Negros somos amos y dueños del comercio en Inglaterra, nos pertenece junto a todas sus colonias; sin embargo, los Grøelschkøj no dominan todo Dinamarca. Debes dejar de jugar aquí y controlar todo Dinamarca, y me refiero claro está a toda su influencia con el extranjero. No basta con manipular la realeza porque no es necesario volverse la reina para obtener todo lo que uno desea y lo sabes muy bien. Vayámonos hoy mismo de aquí, viajemos a Dinamarca y unamos allá nuestros imperios— le ordenó oscureciendo su semblante y alejándose de aquellos labios que deseaba más que su propia vida.
Scott White
Scott White
Humano Clase Alta
Humano Clase Alta

Mensajes : 110
Fecha de inscripción : 11/03/2014

https://www.youtube.com/channel/UCZWAfwWHmmbrDWBnyHrGYdw

Volver arriba Ir abajo

Por el control de Dinamarca | Bambi | BSTE Empty Re: Por el control de Dinamarca | Bambi | BSTE

Mensaje por Bambi B. Grøelschkøj Mar Mayo 27, 2014 9:27 pm

Scott la había sorprendido al alzarla y dejarla sobre su escritorio. Una risita traviesa se asomó en los labios de la danesa, una risita que se aventuraba a festejar la osadía del inglés y la misma risa que se burlaba de los papeles de su escritorio que se desordenaron y cuyo orden tendría que volver a ordenarlo su empleado. Ya quería ver su rostro de fastidio camuflado detrás de una presencia inalterable. Nadie le decía que no a Bambi.

El adinerado señor inglés poco a poco fue restando distancia entre ellos mientras pronunciaba sus elegantes y ambiciosas palabras. La rubia disfrutó sus halagos gloriosamente, analizando de modo especial lo último dicho por Scott. Era cierto, de hace un tiempo, no vasto, pero un tiempo al fin y al cabo, se había convertido de una niña a mujer. Seguía caprichosa y exigente como la niña de bucles rubios y vestidos de princesa que alguna vez fue, pero ahora era una mujer dominante, adinerada y con poder. Era por eso que Scott podía sentirse afortunado de tener ese tipo de cercanía con la danesa, pues sabía que si ella fuera del tipo de mujer melancólica que se queda en casa esperando a su hombre mientras gruesas gotas de lágrimas adornan su devoción, Scott seguramente la habría ignorado olímpicamente.

Él le hizo mirarle a aquellos penetrantes ojos azules, Bambi apreció cada detalle del perfecto rostro de su joven cómplice inglés. Ella sabía que en algún momento las represiones llegarían a su límite y las restricciones tendrían que ceder. Bambi, por supuesto, quería unir sus labios a los de Scott y perderse en la profundidad de la pasión que el otro podría entregarle, pero orgullosa como era no sería la que diera el primer paso. Esperó a que Scott lo hiciera, se lo debía después de todo. Y él le besó. Besó sus labios y ella le respondió del mismo modo. Le rodeó con los brazos pasándolo alrededor del su cuello sintiendo sus firmes hombros. El beso se tintó de pasión y libídine, la rubia hace mucho tiempo que no degustaba unos labios tan apetecibles ni sentía un beso tan precioso como el que Scott le brindaba.
Escuchó atentamente cada palabra que Scott pronunciaba después de aquel delirante beso. Bambi analizó cada palabra dicha, cada instante y tiempo que había entre una oración y la otra. La rubia entrecerró sus ojos mientras jugaba con uno de sus rizos. Fingió estar ofendida cuando él remarcó que su familia no tenía del todo el control. Era cuestión  de tiempo para tener el mundo en su poder. Por una u otra parte, eso debía ser así. Sólo cuando él terminó de hablar, ella dejo el egocentrismo oscuro de lado y dejo que el egocentrismo equilibrado le devolviera a sus cabales.  

La joven empresaria se acomodó correctamente el vestido para, seguidamente, caminar con toda tranquilidad hasta uno de los muebles de roble firme del cual disponía en su oficina. Le dio la espalda por unos momentos al hombre que había pedido un minuto de su atención, no porque lo despreciara en una muestra de mala educación, en absoluto, sólo iba dentro de la idiosincrasia de la rubia danesa ser inconscientemente déspota. Sus finas y suaves yemas tocaron la manilla de la puerta del esquinero, por un instante deslizó la punta de su índice despreocupadamente sobre el frío cobre del cual estaba hecho la manilla.

-No te confundas, querido colega.- Bambi alzó una ceja enseriándose. –Que yo esté aquí no significa por ningún motivo que no tenga el control en mis manos. Grøelschkøj es Dinamarca y con eso ya digo todo. Es cosa de chasquear mis dedos para restregarle al mundo entero aquello. Que no sea pretenciosa, es otro asunto. Mi trabajo aquí es un mero pasatiempos. ¿Crees que me gusta Francia? Es un país tan hipócrita como cualquier otro ¿Libertad e igualdad? Este pedazo de tierra inmunda felizmente me ha demostrado todo lo contrario. Aquí se pisotean a los miserables gusanos como en cualquier otra parte. -

Abrió la puerta del mueble. En las repisas interiores guardaba un joyero, lo alcanzó con elegancia y abrió. Dentro de él guardaba ufanamente un incontable número de anillos de oro, plata y decorados con diversas piedras preciosas. Se sacó el anillo grande de oro y ónix que llevaba en el dedo anular, lo depositó sin aprecio dentro del joyero y comenzó por probarse un nuevo anillo el cual, una vez puesto en su fino dedo, analizó meticulosamente frente su mirada.

¿Pero volver a Dinamarca? No creas que no aprecio mi país, pero los días se me tornaban eternamente aburridos. Francia, incluso, me parece a ratos aburrido. Este basural al cual tildan de banco lo podría abandonar cuando quisiera. Pero me temo que este país tiene más payasos de los cuales me puedo encontrar en Dinamarca. – Cerró el joyero, unos segundos después la puerta del mueble esquinero. Se volteó mirándole directamente a los ojos, cruzada de brazos e imponente. -¿Y qué ganaría yo con volver a Dinamarca? Claro, además de los frutos de nuestro futuro negocio. Tú sabes como soy, no me creo por ningún segundo que hayas llegado hasta aquí con la esperanza de que yo aceptaría así como así tu propuesta conformándome con migajas de cariño e ideándome con tu eterno regreso a mí.  No, sabes muy bien que no soy del tipo de mujer que se desvive por un hombre, que se conforma con una simple mirada. Para eso existen esas animales que sufren y se trastornan por su amor iluso.-

No era una mujer tonta. Para nada. Frente suyo tenía a un hombre hermoso cuyos ojos podían hipnotizar al tempano más frío de todos hasta hacerlo derretir encontrando su perdición. Bambi misma, tan solo al verlo entrar por la puerta del banco, sintió aquel magnetismo inexplicable que ninguna otra persona más sobre la faz de la tierra le producía. El joven heredero Scott White, el cabeza de la casa Nottinghams no sólo era un líder admirable, sino también un hombre condenadamente deseable.Los arcos de sus labios, por un instante enseriados, volvieron a sonreírle cómplicemente.

-¿Qué premio me puede dar el señor White si decido hacerle caso y ahogar mis gritos internos que me dicen que sea tan odiosamente oposicionista como lo he sido toda la vida? ¿Alguna recompensa en especial?- Entrecerró sus ojos adoptando una postura provocativa –Sorpréndeme, Scott, como sólo una persona como tú puede hacerlo.-


(Off): Perdón por la demora.
Bambi B. Grøelschkøj
Bambi B. Grøelschkøj
Humano Clase Alta
Humano Clase Alta

Mensajes : 58
Fecha de inscripción : 19/03/2014

DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:

Volver arriba Ir abajo

Por el control de Dinamarca | Bambi | BSTE Empty Re: Por el control de Dinamarca | Bambi | BSTE

Mensaje por Scott White Dom Jun 15, 2014 4:57 am

Le vio darle la espalda y luego alejarse de él. No mudó de expresión pese a que evidentemente ella no vería si sufría o se regocijaba de la situación; lo había previsto, de hecho la defensa del poder de Bambi era lo que él había buscado con su comentario, pero así como él a propositamente se equivocó, ella también lo hacía al creer que era deseo de Scott que permaneciera en Dinamarca. La verdad es que él no tenía ningún interés de que extendiera el mercado desde su pais natal o lo hiciera en Francia; no, si podría desear algo era que se fuera con él a Inglaterra, a la majestuosidad de Nottingham donde su casa gobernaba. En esos momentos, mientras ella lucía sus anillos aún de espaldas sintió un deseo inmenso de hacerla su esposa, ambos eran perfectos, su unión y él producto de ésta no tendría igual, como grandes soberanos se alzarían por encima del mismísimo rey Záitev con un imperio monopolista abrumador, ellos mismos podrían iniciar un nuevo imperio, los Cisnes Negros no tendrían oportunidad de enfrentar la unión de Bambi y Scott.

Te equivocas si crees que te deseo en Dinamarca, como acertadamente lo mencionaste querida; no tendría ningún interés en esas mujeres sin iniciativa, dependientes de un hombre y con la única aspiración de ser buena esposa y buena madre— suspiró desviando la mirada un par de segundos, luego, caminó a ella metiendo su mano derecha a su abrigo para sacarla una vez que llegó a ella dibujando una sonrisa astuta. Con ambas manos la tomó de los brazos y en suaves caricias la fue acercando a él. —Ésta no será la primera vez en responder a la pregunta que me has hecho, Chelsea ya me la había cuestionado antes de venir a verte; ¿qué le puedes ofrecer a ella que lo tiene absolutamente todo, belleza, dinero y poder?, me cuestionó— con la suavidad de un amante hizo que se girara de nuevo a su elegante mueble, pues ahí, en el fondo estaba un bien lustrado espejo, tan claro, grande y elegante como sólo ella se daba ese capricho de tener. Sacó entonces de su abrigo una caja y la depositó en el mueble; la abrió y un esplendido collar de diamantes deslumbró por unos instantes el lugar.

Así como sabes tanto de mí...— sacó el collar mostrándoselo y continuó, —privarte de tu libertad sería un total crimen, es por eso que vine acompañado de éste obsequio en lugar de un anillo de compromiso como seguro nuestros padres lo hubieran deseado— hizo una pausa y colocó el collar en la nivea piel de la mujer que le erizaba la piel, después depositó un tierno beso en el cuello de ella, —y te confieso, también lo deseo yo— se expresó respirando su perfume y consciente de que aún no respondía a su pregunta. Sin embargo, la realidad era que en esos momentos olvidó la respuesta que dio a Chelsea; Bambi había conseguido arrebatarle la razón.

La hizo girar hacia él, tan cercanos el uno del otro podían analizarse con gran detalle. Aquellos ojos azules, la nariz de perfecta simetria y lo labios, aquellos labios que después de tantos años había besado y que sólo habían conseguido incendiar ese deseo de hacerla suya. Sus ojos se movieron de un lado a otro, recorriendo todo el hermoso rostro que tenía de frente, sus labios se abrieron un poco y como un imán sintió que el magnetismo escarlata hacía que se acortara nuevamente la distancia. —Quiero ver caer la casa Londinense, administrar los gobiernos de las colonias que los Cisnes Negros tienen en Africa, ¿quieres el mundo? ¡Te lo entrego! Puedes dejar este miserable reino y viajar, podemos hacerlo juntos, así te demostraré que tan cierto es mi cariño y el deseo de entablar una relación seria contigo mi querida Bambi— sus bocas se rozaron y el calor del aliento acariciaron los labios de ella, el cuerpo de Scott se estremeció, su corazón se aceleró y se dio cuenta que estaba doblegándose rápidamente, de seguir así ella simplemente perdería el interés y se lo había advertido Chelsea.

Sintiéndose el amante desplazó sus manos por la espalda de ella, sus cuerpos se pegaron y en ningún momento apartó sus ojos de los de ella, era como si se tratara de un reto, apostar el orgullo por quién mantenía la vista sobre el otro. Las traviesas manos se alzaron hasta los hombros y él depositó un beso en la comisura del labio, después se apartó de ella, su mano derecha describió con el dedo corazón la perfecta barbilla, descendió por el cuello e hizo un movimiento zigzagueante sobre el provocador escote. —Piénsalo Bambi, tu inteligencia es apenas equivalente a tu belleza...— le dio la espalda y rodeó el escritorio caminando hacía la puerta de la oficina, sin embargo, se detuvo a medio trayecto. —Si hay una mujer a la que he deseado en estos años en los que he vivido en compañía de Chelsea... Esa mujer eres tu... Pero ten en claro esto...— se giró hacía ella con el cejo fruncido en una expresión apática. —No cumpliré tus caprichos para satisfacer los mios— sus gestos cambiaron y en sus labios se dibujó una sonrisa pícara. —Sé que me deseas, así que tendrás que venir tú a mí— le volvió a dar la espalda y reanudó su caminó a la puerta, al llegar, tomó el picaporte con seguridad pero no abrió la puerta. —Estaré un día más en esta despreciable ciudad, cuya única luz que brilla para mí es la tuya— pero su cuerpo se negó a abrir la puerta, era como si supiera que el encuentro aún no terminaba, así, que sin el consentimiento de su razón se giró para verla a los ojos. El enigma que representaba Bambi le comenzó parecer abrumadoramente excitante.
Scott White
Scott White
Humano Clase Alta
Humano Clase Alta

Mensajes : 110
Fecha de inscripción : 11/03/2014

https://www.youtube.com/channel/UCZWAfwWHmmbrDWBnyHrGYdw

Volver arriba Ir abajo

Por el control de Dinamarca | Bambi | BSTE Empty Re: Por el control de Dinamarca | Bambi | BSTE

Mensaje por Bambi B. Grøelschkøj Sáb Jul 05, 2014 2:03 pm

Estaba más que claro, incluso el agua se podía revelar turbia ante tal transparencia. Scott no la quería  como un adorno en su ambiciosa búsqueda de poder y dinero; no, tampoco la quería como un inútil peón en una partida trivial de ajedrez. El heredero White quería que Bambi tomase un rol en toda su campaña de conquista mercantil. ¿Qué tipo de papel le deparaba? Aún no estaba del todo manifiesto pero ya podía sonreír con jactancia de que no se trataba de ningún absurdo vínculo que los llevase a mantener roles de emperador y subordinada ciega e inservible.  Inclusive, si las cosas se tornaban negativas o su misma persona se comenzaba a ver como un mueble dentro del castillo de galantería que Scott le proponía, ella misma se encargaría de ser algo más que un estúpido mueble.

La rubia marcó una maliciosa y deliciosa sonrisa. Ambos eran seres terribles, seres a los que deberían prohibirles existir en un mundo tan miserable como ese. Crueles cuando sus objetivos querían alcanzar e impiadosos con las personas que actuasen de obstáculos. Los dos manejaban tanto poder en sus jóvenes manos que podrían ser los amos de ese triste y patético mundo. Ella apostaba que harían de ese mundo un lugar mejor; mejor sólo para ellos dos. Estuvo tentada de interrumpirlo y preguntar <¿Te imaginas que habría sido del mundo si tú y yo fuésemos marido y mujer? ¿Te lo imaginas?> pero prefirió optar por el silencio y seguir escuchándole con toda atención. se contestó a sí misma.

Las suaves caricias del joven inglés le provocaban deliciosas descargas eléctricas, la rubia cerró los ojos dejándose envolver por la seducción de Scott. Las palabras que más encandiló a Bambi fueron la asertividad en boca del líder de los Notthighams; privarla de libertad sería un delito que ella misma se encargaría de condenar. Que bien la conocía Scott White y, por lo visto, su memoria le hacía relucir lo mejor de su persona. Con la punta de sus finos dedos tocó los diamantes del costosísimo collar que el hombre que la acompañaba en privado le colocó en su cuello. Lujos, ostensión y vanidad eran unos de los tantos  caprichos de la danesa.
El inglés sutilmente la giró y Bambi aprovechó la cercanía para apreciar cada detalle del otro por más minúsculo que fuese. Era, en pocas palabras, perfecto. Adonis quedaba completamente empequeñecido al lado de Scott White, ¿Quién era Adonis? Un pobre griego que encegueció a grandes diosas del olimpo tales como a la mismísima Afrodita e, inclusivamente, a la esposa de Hades; Perséfone. Pero ahora era sólo un mito y un completo desastre si se le comparaba con Scott. La danesa apostaba que si existiesen esas ridículas diosas, en esos momentos se estarían sacando los ojos por el líder de los Notthinghams.

Los ojos le brillaron con intensidad, incluso con mayor intensidad que cuando se posaron sobre esos hermosos diamantes que ahora decoraban su fino cuello. La emoción y adrenalina le golpeó fuertemente en el pecho cuando Scott le ofreció lo que tanto anhelaba de hace años: Destruir a los otros White. Sí, ella quería verlos caer, suplicantes de misericordia y arrastrándose como asquerosos gusanos fétidos. Como mujer de negocio que era, velaba por el lado competitivo de su persona de ver en la ruina a los demás empresarios. Como mujer caprichosa y rencorosa que resulta ser, quería ver la desgracia de aquellos que ignoraron pactos de antaño y arrojaron toda una vida de tratados y negocios. Los únicos que se libraban de la ira de Bambi eran Scott White y el demonio cautivante que éste tenía por hermana melliza; Chelsea. ¿Por qué todo el mundo odiaba a Chelsea? Pues la respuesta era estricta;  Chelsea no era ninguna estúpida que se dedicase a enjuagar sus propias lágrimas en un pañuelo tejido por ella misma llorando por un amor correspondido o no. Y su lengua, aquella lengua venenosa, era tan filosa y sincera que a muchos desagradaba. A ellos dos los exoneraba de su ira, ¿Tenían una hermana menor? Le parecía que sí pero era tan insignificante -¿De verdad era una White?- que ni recordaba su nombre ni existencia. Quizá se la imaginó.
Después de un seductor camino dibujado por el dedo de Scott, él se dio la vuelta y comenzó a alejarse hasta la salida. Sus consecutivas palabras fueron las que causaron interés en la danesa. La había deseado por todos esos años, ella a él también. ¿Lo deseaba? ¡Por supuesto que sí! ¿Cuántos Scott White se pueden encontrar en ese mundo lleno de pordioseros? Ella estaba convencida que ambos eran seres únicos, semidioses caminando en ese mundo de humanos insignificantes. Lógicamente, Bambi se contuvo como la magnífica mujer orgullosa que era. Cuando Scott se volvió a girar, como rehusándose a que la situación terminase tan abruptamente, fue la danesa la que se aproximó a él. Los tacos de sus elegantes zapatos sonaron seductivamente a cada paso, el vestido rojo que usaba en esos momentos acentuaba su perfecta y esculpida figura la  cual se allegó hasta restar distancia entre ella y el inglés. Bambi posó su delicado dedo sobre los bien formados labios de Scott, elle entrecerró sus ojos y sonrió con persuasión.

-¿Te has dado cuenta de que me has prometido lo más hermoso que un hombre le puede dar a una mujer?- Su sonrisa se expresó angelical, sus cejas se alzaron en un par de arcos perfectos que no daban impresión de que su interior habitase algún tipo de mal. Cualquiera que escuchase la conversación pensaría que la rubia hija del duque de Dinamarca había recibido una oferta de matrimonio y una promesa de amor eterno. Ella sonrió con malevolencia. –Acepto, Scott White, acepto destruir a esos engendros pedantes que tienes por familiares.- Sus ojos brillaron ante la posibilidad de que eso se cumpliera. -¡Justos haremos que se retuerzan como los miserables que son! ¡Que satisfacción más grande!- Pasó los brazos por alrededor del cuello de Scott, mirándolo fijamente a los ojos. –Llévame por el mundo entero si es necesario pero prométeme que estaré en primera fila para verlo todo. ¡Todo!- Apegó su mejilla al pecho del rubio, dejando que unos efímeros segundos pasasen ante de continuar. –Pero esto no puede terminar hoy así… No te puedes ir de éste basurero sin más.- Alzó la vista para de nuevo encontrar sus ojos azules, aquellos ojos tan cautivantes de los cuales el otro era dueño. Bambi se alzó de puntas y lentamente posó sus rojos labios sobre los del hombre, primero robándole un beso travieso para, posteriormente, apegar sus labios más a los del otro y terminar por morderle el labio inferior al separarse. -El señor Scott White podría decirme donde se hospeda para  darle las buenas noches antes de marchase.- Parpadeó seductivamente con aquellas largas pestañas y con un sonrisa coqueta guarneciendo sus labios.
Bambi B. Grøelschkøj
Bambi B. Grøelschkøj
Humano Clase Alta
Humano Clase Alta

Mensajes : 58
Fecha de inscripción : 19/03/2014

DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:

Volver arriba Ir abajo

Por el control de Dinamarca | Bambi | BSTE Empty Re: Por el control de Dinamarca | Bambi | BSTE

Mensaje por Contenido patrocinado


Contenido patrocinado


Volver arriba Ir abajo

Volver arriba

- Temas similares

 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.