Csárdás. {Privado. Josiah D'Olincourt }

por **Rita Anasztázia Kövér** Miér Abr 23, 2014 2:17 pm

Apenas empezaba a entrar la noche aquél día, y Rita se encontraba como de costumbre dando un paseo cualquiera por París y sus zonas más aledañas. No era una sorpresa ver que ahora la vampiresa estaba perdida, le sucedía muy a menudo, aún si su creencia afirmaba que al perderse podía conocer más. Pocas estrellas adornaban el cielo en aquella noche primaveral, y la luna se veía opaca, aún si era llena. Anasztázia suspiró, arregló su vestido y continúo con su camino, elevando a su vez el pequeño paraguas que llevaba apoyado en la muñeca, aquello confería un poco más de discreción y elegancia a su figura aún si no hacía sol -ya que no podía permitirse ver el sol por su naturaleza- o llovía, Rita lo hacía únicamente por la elegancia y el deseo de pasar por un ánima cualquiera paseando por aquellos lugares.

Pasaron quince minutos, un poco más o un poco menos hasta que Rita fue capaz de sentir algo de ruido, supuso que por los sonidos que escuchaba y el aroma que sentía se trataba de algún campamento gitano, pues ninguna persona de clase -o eso suponía- andaría acampando con música tan alegre a tantos kilómetros del centro de París. Suspiró y un vago recuerdo de años atrás apareció en su mente, alguna vez Rita había sido una humana, demasiado pobre si quería ser realista y que sentía un encanto anormal por los gitanos que antiguamente poblaban los bosques de su natal Hungría, y aquél lugar en el que ahora estaba tenía una enorme semejanza a estos. De no haber sido por sus acciones y la falta que le hacía la compañía de Matÿas -Aunque ella misma lo había asesinado- seguiría allí, en aquella tierra tan misteriosa que tanto le había dado, la vida humana como la vida eterna, la tierra que tanto anhelaba pero que no podía permitirse tener, ahora Rita estaba en París para quedarse por una larga temporada, a pesar de no conocer aún a suficientes personas -tanto vampiros como humanos- como para permitirse tener una vida similar a la de Buda.

Continúo entonces caminando alrededor de aquél lugar tarareando constantemente una Csárdá que había aprendido hacía unos cuantos años, en lo que se alejaba un poco más. No sería nada bueno que personas de ese tipo le vieran, muchos podrían adivinar su naturaleza con solo verle o al menos aquello era lo que recordaba y no era su deseo dar explicaciones y demás. Suspiró y levantó un poco su vestido, únicamente para apoyarse contra un enorme y frondoso árbol, acomodó su cabello, que aquél día, contrario a la mayoría estaba prácticamente suelto de no ser por un par de broches a los lados color azul oscuro, combinando así a la perfección con su delicado y elegante vestido. -Y pensar que dentro de un par de horas tendré que regresarme... -Murmuró al aire, cerrando finalmente los ojos y disfrutando de la poca luz que entraba por entre las hojas y el suave viento que acariciaban su piel y jugaban con su cabello, algo que contrario a la gran mayoría de cosas podía brindarle algo de tranquilidad.

por **Josiah D'Olincourt** Miér Abr 23, 2014 7:03 pm

No necesitaba más para crearse una reputación; Se hallaba entre una de las fiestas más grandes de su comunidad, rodeado de personas que sabían a la perfección cual era la linea de sus juegos, con ellos no podía ganar nada, más nada que un par de bebidas alcohólicas o un sin fin de peleas innecesarias por la lívida intención de algo estúpido ¿Leerse la carta entre gitanos? No, esa no era una combinación perspicaz y mucho menos una intención congruente con sus ideales; Pero el juego salvaje de aventurarse al peligro era mucho más delicioso al paladar, digno de un manjar de los dioses de siempre disfrutaba de gozar con el mayor de los placeres cohibidos dentro de sus estándares.

Se limitó tan sólo a alardear de sus artimañas; Alardear frente a uno de los lideres de aquellas carpas mientras se dedicaba a rondar con un par de botellas entre la palmas de sus manos, divisando entre bellezas, una que llamó su atención; No por aquel apolíneo físico, si no más bien por su acompañante, uno de los dirigentes con mayor poder dentro del centro social entre gitanos - Creo que... cierta fémina no debería estar entre las manos inexpertas de un anciano - Sentenció adoptando prontamente el desagrado de toda una compañía, sabía que aquello se vendría, a lo que con completa calma saco su maso de cartas y comenzó a tirar una por una al suelo; Girando en eje su propio cuerpo hasta dar con la carta que esperaba "El colgado" sonrío, dejo sus cartas contra el piso y abrió sus brazos, estaba por ocurrir, él lo veía en sus visiones, cerró sus ojos y dos pelmazos se fueron contra él.

Es cierto, que la prosperidad puede ser acompañada por la peor de las conductas, reflexionando en ello mientras era retirado de aquella fiesta sonreía entre dientes, buscaba peleas, admitía aquello; Gustaba de ser expulsado de un lugar donde fácilmente hallaría todo a la ligera, no recordaba el momento en el cuál comenzó a hacerlo, pero desde sus inicios, fue autovalente cómo para saber que lo que hacía, era para protección propia, algún día lo sabría con mayores relevancias.
- Miserable criatura - Reveló con voz ronca al caer contra las sombras de un árbol, se sujetó del mismo y cerró los ojos un par de segundos; Tomó una bocanada de aire y lleno sus pulmones para tener en que pensar mientras los aires se renovaban en sus entrañas; Lo había hecho de nuevo, los remordimientos no llegarían, hace mucho que dejo de esperarles, por lo que tomó posición y comenzó a caminar sin rumbo previsto antes; Así fue cómo se encontró con una aparición que ya antes había previsto por las calles parisinas, quizás de reojo, pero sabía que un rostro no lo olvidaba y menos el de aquella fémina.

Arregló sus prendas y sin cuidado emprendió camino en dirección ajena; Sabía que su aroma olía a alcohol, que sus ropas quizás estaban desechas y tal vez su rostro era un telaraña de vivencias pasadas, pero hizo el intento por aparentar al menos un poco, no lo demasiado, su presencia no le permitía estar mejor.
Tanto logró aproximarse que le escucho murmurar un par de palabras al aíre, una jocosa sonrisa se marcó contra el descaro del castaño y se detuvo tras aquella belleza escondiendo sus manos en un lazo que se formaba frente a su pecho -¿Y que le obliga a regresar? - Comentó cómo si aquella platica se hiciera entre dos íntimos conocidos - Y... creo que no sé el centro de la historia ¿A dónde debe regresar la señorita? - Era la voz de un infante divertido la que ahora quebrara la silenciosa y tranquila majestad de aquel bosque.

por **Rita Anasztázia Kövér** Miér Abr 23, 2014 11:44 pm

Parecía perfecta. La noche aquél día parecía perfecta, la mejor que había visto o tenido desde que había llegado a París. La luna apesar de no estar muy alta y algo cubierta por las nubes otorgaba un ambiente lúgubre y misterioso al bosque, algo que le hacía sentirse más tranquila y familiarizada con su alrededor; Creía encontrarse nuevamente en Hungría rodeada de altísimos y enormes árboles con un aire místico permanente entre ellos. Gracias a aquél peculiar ambiente de los bosques Húngaros millones de leyendas e historias se habían generado a lo largo de los años, leyendas acerca de criaturas como ella e incluso sobre hombres lobo y demás. Recordó que cuando aún era humana, se había sentido fascinada por aquellas historias y como toda vil campesina había sentido miedo, pero ahora que hacía parte de sus propios miedos no podía negar que convertirse había sido la solución a todos sus problemas.

Suspiró dejando de lado la sombrilla para sentirse algo más libre, nadie podría verla allí y si lo hacían sería fácil deshacerse de ellos, en teoría. Sintió que entonces la música que muy seguramente provenía del campamento gitano se había detenido, era muy pronto para que la celebración se hubiese acabado así que aquella interrupción se debía probablemente a alguna riña, era bien sabido que los gitanos además de orgullosos podían ser bastante problemáticos Matÿas se lo había enseñado, ¿Qué no le había enseñado aquél sucio traidor?. Esperó, y se alejó un poco del árbol, estirándose y acomodando nuevamente su vestido, cuando una presencia propiamente humana empezó a acercarse al lugar en el cual se encontraba; Debía tratarse de un gitano, sería imposible encontrarse con algún otro humano en aquellas horas y lugares, la mayoría estarían durmiendo o disfrutando de diferentes placeres en compañía de sus congéneres.

Avanzó un poco más hasta que una voz completamente desconocida se escuchó a sus espaldas. Río para sus adentros, esbozando una delicada y algo coqueta sonrisa se dio la vuelta, apenas permitiendo que su rojizo cabello cubriese su pálido rostro. -Más que una obligación es una necesidad joven. Aunque dígame usted, ya que supongo que las necesidades de una dama no son su mayor interés, ¿qué lo trae este lugar tan solitario? -Debía ser discreta en parte, por más que era obvio que se trataba de un joven gitano no andaría preguntando acerca de la fiesta y demás pormenores de la misma. Hizo una pequeña reverencia y ofreció su mano, esperando un saludo por parte de aquél desconocido esbozando una vez más la pícara sonrisa que tan común era en ella.

por **Josiah D'Olincourt** Vie Abr 25, 2014 11:44 pm

Ahora comprendía que el mirar hacia atrás no era una de sus mejores opciones, de frente a él una despampanante pelirroja llamaba su atención en demasía, si bien la ocasión anterior le llevaba un genio parido; El reflejar sus ojos bajo la lluvia lunar que acunaba esa noche le hizo tranquilizar hasta los instintos más felinos a ese gitano explosivo en sensaciones palpantes.
Siempre que se hacia una historia se hablaba de viejos y cosas difíciles, pero era de esperar que al nacer de un tormenta en el sol de media noche aquel castaño fuera diferente en cuanto a pensar y escribir sobre sus anécdotas transcurridas; Quizás y tan sólo quizás ésta era una de ellas, una de aquellas importantes que era preciso marcar cómo un paso al tiempo futuro, quién sabe.

La finura de su voz logro nuevamente llamar su atención, generando en él una especie de consideración a la dama, misma que lograba durar tan sólo los cortos segundos que se pronunciaron; Antes de responder sobre aquello, recalcó en ella cada facción, cada mínimo detalle de su rostro, si bien intentaba leer un poco de su vida, se vio renegado debido a alcohol que aún recorría por su cuerpo, concibiendo así una falta de cordura abismante; Chasqueo un par de veces su lengua y luego dando un par de pasos hasta la fémina, sentenció su mirada entreabriendo sus labios tan sólo un par de centímetros - Ciertamente, las necesidades de una dama son de mi mayor interés, velo por sus necesidades, intento cumplir una a una cada parte de ellas, pero... en su caso no se podría hacer de tal manera, pues sus necesidades, por lo que veo, están lejos de mis manos, a lo que sólo puedo dejar un buen viaje y una visita próxima a este gitano entrometido que quizás estorbo su noche de despedida -Comentó con cierta ironía en algunas de sus palabras, pero arrastrando cada una de estas con su lengua, intentando pronunciar bien, estando dentro de sus cabales y sin la necesidad de sonar por completo inadecuado.

Mordió sin necesidad alguna su propio labio inferior y giro un par de veces su cabeza de lado a lado, casi cómo si buscara entre aquellos arboles, entre la malesa, algún tercero, algún espía que les pudiera estar oyendo; Ciertamente en ese lugar no había nadie, más que un alma gitana y aquella vampiresa junto a él, se asemejaba mucho a los libros que este solía leer, "Muerto entre las manos de una seducción" pero se sentía retraído aún, estúpido bajo las influencias de aquellas bebidas alcohólicas, por lo que el estar atento hasta en el más mínimo ruido no era bastante sorprendente, ebrio, sí, esa era la palabra que lo describía en el momento adecuado -Pues... la soledad es la fiel amante de un gitano sin familia, mi bella dama, el recorrer estos lugares ciertamente es el gozo más grande que puede recorrer mi alma y me hace sentir vivo; Pero no le mentiré, no podría hacerlo, el hecho de aún no sepa su nombre, no me da el derecho de mentir - Añadió a sus dichos sin tener coherencia aún de lo que decía, algo idiotizado por factores que quizás más adelante detallaría con mayor especificación.

- Sólo pasaba por aquella fiesta que se escucho unos pasos más allá, pero... se torno un tanto conflictiva aquella gente -Se inclino sin previo aviso y tomo la mano de aquella fémina, llevo sus nudillos a los labios propios y sobre los mismo depositó un cálido pero sonoro beso, antes de reponer postura y dedicar una torcida sonrisa - Josiah D'Olincourt, para servirle, bella dama-

por **Rita Anasztázia Kövér** Jue Mayo 01, 2014 10:40 pm

Escuchó con atención al castaño, quién claramente estaba algo alcoholizado, aún así no podía criticársele después de todo venía de aquella fiesta y hasta donde conocía los gitanos eran bebedores aún más empedernidos que los Rusos o los Ingleses. Consideraba aquello una pequeña ventaja, pues debía admitir que aquél gitano no pasaba para nada desapercibido a sus ojos, al contrario era lindo, demasiado si se permitía decir. -La soledad, si me permite decir, es la fiel compañera de cualquier persona que desee acogerla. Siempre busca compañía. Así que en este caso, también está a mi lado, aunque claro...desde su aparición se apartó.

Sonrió. Aquella escena le recordó en parte al primer encuentro que había tenido con Matÿas. La oscuridad del bosque era casi la misma, el viento, el ruido, incluso su ánimo era similar. Aún así la situación ahora era diferente, ella no era la que se encontraba en peligro, no era vulnerable. Contrario a sus recuerdos, ahora ella era la peligrosa. Podría llevar lentamente a aquél chico a una trágica y divertida muerte, podría pero no lo haría, era mejor divertirse un poco más de tiempo. Sonrió nuevamente, y ante aquél saludo y presentación, hizo una reverencia breve, agachando un poco la cabeza y le miró, fijando sus orbes en las de el recién conocido, Josiah. -Rita Anasztázia Kövér, el gusto es mío.

Dicho esto arregló nuevamente su cabello y empezó a caminar, rodeando como un predador al joven, con una sonrisa pícara y una mirada a la cual podría dársele más de una interpretación. Para Rita era claro que aquél jóven conocía ya su naturaleza, podía verse en su postura, algo más recta y alerta por más borracho que estuviera. -¿Y que tal estaba la fiesta?, seguramente usted provocó algo para alejarse de allí, pues parece bastante animada. -Continuó entonces caminando, adentrándose al bosque con cada paso, siendo cuidadosa de no ensuciar demasiado su vestido, además de llamar la atención de su interesante compañero para que le siguiera. Ana, aquél día tenía ánimos de tener una conversación entretenida y digna, y al parecer aquél chico sería capaz de aquello, sólo deseaba no equivocarse.

por **Josiah D'Olincourt** Mar Mayo 06, 2014 9:41 pm

La agitación de su andar claramente delataba su grado de ebriedad, aunque para ser sincero, se había visto a si mismo en situaciones mas deplorables y en peor compañía que en la de aquella dama frente a sus ojos; Agudizaba su vista cada vez un poco más, quería detallar en ella aquellas facciones que la hacían una belleza inminente. Pues cómo dicen, cada mujer tiene algo, la longitud de su mirar o el simple hecho de su cabello rojizo cayera por sus hombros le hizo pensar que la noche cada vez se pondría mejor para él; Sólo pensamientos de un gitano borracho, ¿Pero quien dice que no podrían ser verdad?
Y para nadie era un secreto que al momento de hallarse frente a una señorita el respeto es el mayor de los estatutos impuestos; Por lo mismo, se quedo en silencio, miles de frases, palabras, señalaciones o simples comentarios lo hacían hundirse en divagaciones que de seguro, a aquella fémina no le harían gracia ni le darían importancia.

La perforaba en miradas, daba atención necesaria hasta oír el sonido de su voz entre los silenciosos arboles que les hacían la pared perfecta de aquella anterior pelea; Entreabrió sus labios para comentar, pero nuevamente los cerró en una fruncida sonrisa, se extravió entre los recuerdos de minutos antes y negó de forma cínica, con la vista llena de blasfemias antes de comenzar con cadena de cosas no ocurridas - ¿Me cree usted provocador de una pelea de tal magnitud? Pues no, yo sólo me encontraba en el momento y lugar equivocado, me vieron tan inocente que cargaron conmigo como autor no confeso de lo ocurrido, por eso me han corrido de aquella fiesta, simple confusión; Soy inocente del cargo que se me impute - Extendió sus manos a cada lado de su rostro, casi caricaturizando sus gestos con los de un delincuente frente a las autoridades que pronto lo privarían de libertad; Pero inútilmente volvió la mirada a ella, esa vista cómplice, aquel andar que le hacían creer o asegurar que alguna intención se traía entre manos: Escondió ambas manos en los bolsillos delanteros de su pantalón de momento de chasqueaba un par de veces su lengua, viendo, visualizando con certeza el andar relajado de su compañera; Ese sigiloso andar que fácilmente se podía confundir con el andar de un felino a segundos de capturar a su presa. Doblegó su reacción y nuevamente sonrió de costado.

Su condición en base a lo sobrenatural le dejaban completamente atento a lo que ella era; Era la frialdad de su mirar, el paso de su andar o simplemente el hecho de que las palpitaciones que a el lo delataban frente a otra a especie, a ella la delataba por la falta de la misma; Pero caería en sus seguir sus pasos, gustaba del peligro, saboreaba este en su paladar, y aunque no fuese peligroso, ésta señorita tenía algo que el castaño deseaba conocer - No sé si será lo correcto, pero el quedarme aquí solo no me conviene y el dejar que siga sola por las tinieblas de este lugar tampoco le convienen a usted... aunque sé que puede cuidarse sola, fingiremos que iré tras de usted para cuidar su espalda- Murmuró mientras sus pasos se iban tras de la fémina, seguía su rol, claramente había emprendido el paso para ser seguida.

por **Rita Anasztázia Kövér** Mar Mayo 20, 2014 9:16 am

El clima en parte había mejorado, la época del año era benévola y permitía que aún en medio de la noche brisas cálidas inundasen zonas como aquella y por consiguiente fuesen capaces de ofrecer algo de calidez a su gélida existencia. Suspiró y continúo caminando, mientras escuchaba las palabras del gitano, intentando explicar su expulsión de la fiesta; aquello le traía sin cuidado, pero Rita era una chica educada. -Oh, entonces ha de ser una lástima que le hayan sacado de aquella fiesta, ¿no?. Por que créame, de poder iría ya mismo, no puedo negar que se escucha de lo más entretenida. -Dijo, sonriendo y encogiéndose de hombros mientras ladeaba un poco el rostro para poder ver al gitano. Sin duda alguna, aquél encuentro era más que oportuno, especialmente ahora que su sed crecía minuto a minuto.

-Gracias, aunque no es necesario que vaya detrás, disfruto de una buena conversación mientras paseo, y créame joven, usted ha sido hasta el momento una buena compañía. -Comentó y se detuvo, esperando a que su nuevo acompañante se pusiese a su altura. Desconocía por completo las costumbres parisinas e incluso las gitanas, pero a su gusto no había nada mejor que hablar mientras se caminaba a la par, cosa que en su época, unos cuantos siglos atrás era considerado indecoroso. Suspiró, acomodó nuevamente su vestido y su cabello, ladeándolo por completo del lado izquierdo. -Supongo que dada la situación, debería presentarme y pedir disculpas por mi pésima educación. -Sonrío con cierta delicadeza.- -Mi nombre es Rita Anasztázia Köver, pero puede decirme únicamente Rita, entiendo que el resto de mi nombre es de difícil pronunciación para los franceses. -Y no era por menos, el húngaro era un idioma sumamente difícil, incluso para ella misma, en algunos casos.

Suspiró y cerró momentáneamente sus ojos. ¿Cuanto faltaba ya?, había perdido nuevamente el paso del tiempo desde llegada a aquél lugar, no podía saber exactamente que hora era, o cuanto faltaba para el amanecer por la oscuridad ofrecida por los árboles que abundaban allí, pero suponía en un principio que seguía siendo de noche, muy de noche, no tenía nada que temer ni apurar, pues siendo así, le quedaba muchísimo tiempo, para lo que fuese a usarlo.

Spoiler:

por **Josiah D'Olincourt** Sáb Mayo 24, 2014 11:11 pm

Eran las consecuencias de actuar apresuradamente, el ser poseedor de un altanero comportamiento lo tenía entre las manos frías de una fémina sin alma; Aunque lejos de verse atrapado y algo coludido por su propio pensar bajo la ebriedad del momento, sabía o sentía de igual modo que no estaba en peligro siguiendo sus pasos, detallando su cuerpo centímetro a centímetro, sin pensar en doble sentido, sólo que aveces, cómo todo hombre (Y más él) disfrutaba de tan solo ver el retrato vivo de la belleza personificada; Presionó sus propios labios al oír tales dichos y llevo sus manos a que se ocultaran dentro de los bolsillos delanteros de su propio pantalón, bajo la mirada agudizando la misma bajo la sepulcral noche siguiendo sus propios pies, pendiente de no caer contra el piso en cualquier momento por un mal paso.

-¿Enserio usted... iría sin invitación alguna a una fiesta gitana? Digo, no es por ofender, yo la llevaría de mi brazo, como acompañante principal a que se dejara deslumbrar por las mil y un maravillas que se ven en ese tipo de reuniones pero... se vería muy mal que una dama llegase sola, en especial alguien como usted; Puesto que entre tanto estafador y desconfiado, creo que la atarían sin duda alguna en el centro de las llamas a que se incendiase bajo las pupilas dilatas de aquellos, personajes- Sentenció sus dichos en el mismo momento que se detenía junto a ella, marcando una jocosa sonrisa sobre sus labios, detallando en la misma que lo dicho con anterioridad llevaba entre lineas un toque de diversión; O quizás no, podría suceder, pero no a tal extremo como lo dibujaba, algunos gitanos, como el castaño solía confiar en otras razas, sabía, tenía el instinto de saber quienes eran o o no de fiar, aunque no se dejaba guiar, sí gustaba de jugar con el peligro o sus propias intuiciones.

Bajo las normas de etiquetas el presentarse en el inicio de una conversación era casi vital, cómo el respirar, comer o dormir, por lo que no le tomo por sorpresa que aquella fémina diera su nombre a viva voz - Srta Rita, es un bellísimo nombre el que lleva consigo... y sí, posee usted toda la razón, jamás podría pronunciar tales conjugaciones que conforman su apellido- mencionó intentando desviar la atención de una posible presentación propia, no era de dar su nombre; Pasó por momentos en los cuales era buscado por las calles como un timador, un embaucador del mas bajo linaje y no le sorprendería que alguien como ella le sonará conocido el nombre de un ladrón.
Continuó su camino ahora junto a ella, lado a lado mientras el castaño miraba a su alrededor, donde la noche había dejado su manto de oscuridad; Volvió la mirada a ella un tanto curioso, le sorprendía que alguien de sus estrato social estuviera divagando tan tarde y sin compañía -¿No había dicho usted que debía regresar? ¿A dónde se supone que va? ¿O esta huyendo? Aquí es muy normal que la gente huya- Murmuro marcando sus palabras, ya dejaba de sonar tan ebrio.

por **Rita Anasztázia Kövér** Mar Jun 03, 2014 12:32 pm

Rita había nacido en tierras gitanas, en parte. Su familia había sido bastante humilde, razón por la que se dejaban fascinar y engañar fácilmente por las artimañas de los gitanos sin siquiera saberlo, ella, personalmente siempre se había sentido hechizada por aquella cultura, aún en su nueva vida, alejada del campo y las paganas creencias de todos aquellos que lo habitaban. En alguna época, cuando aún era inocente niña de no más de 12 años habría asistido a tales fiestas sin invitación alguna, cuando no había nada que temer, ahora las cosas eran diferentes y así como el chico lo mencionaba, podría terminar en la hoguera, algo que no pasaría, era demasiado poderosa para ellos...en teoría.

-Ciertamente en algún tiempo lo habría hecho. Ahora, prefiero observarlas desde la distancia, pues aquello que usted dice es inevitable. -Río, encongiéndose de hombros.-Aunque si usted está dispuesto a escoltarme a una de estas fiestas, debo decir que estaría más que encantada de aceptar su invitación. -Sonrío ampliamente. No era su culpa que los gitanos y humanos en general odiasen su raza...¿o sí?, aún así no podía reprochárselos, al menos los gitanos eran más conscientes y condescendientes de su existencia, no como los demás humanos, sintiéndose los únicos dueños y habitantes del mundo. Sin embargo, no era tiempo para pensar en aquello, ahora que estaba tan distraída.

Suspiró y se detuvo brevemente, apenas apoyándose en uno de los árboles que había cerca. Se dio la vuelta y miró fijamente al chico, quien claramente había adulado su nombre más jamás se había presentado, aquello lo consideraba una falta terrible con su persona, y era de las pocas cosas que solía no perdonar, le gustaba saber con quién estaba hablando, los asuntos que estos tuviesen con el mundo poco le importaban.-Sí, es difícil lo sé. Aunque debería suponer lo mismo de su nombre, ya que no me lo ha dicho. -Dijo en un tono amable. -Y aquello si me permite, me parece terrible...pues disfruto de conocer la identidad de mis interlocutores.-Continúo mirándole, con cierta intensidad. Podría usar cualquier truco para sacarle el nombre pero no era su estilo, poseía ciertas habilidades por naturaleza, pero no disfrutaba el usarlas en un primer encuentro prefería que ciertas cosas se diesen de forma natural, como lo era una simple presentación. -Ah, eso. Bueno, hablaba de regresar a mi hogar...lo cual suena aún un poco aburrido. Aunque podría suponer que sí, huyo de algo. Tal vez huyo de la insufrible monotonía que domina mi vida y que lentamente me consume. ¡Un rostro tan joven como el mío no merece ser consumido de aquella forma! ¿no cree?. -Río un poco, cubrió brevemente sus labios con las puntas de sus dedos y con un renovado ánimo continúo caminando.

por Contenido patrocinado

Csárdás. {Privado. Josiah D'Olincourt }

Csárdás. {Privado. Josiah D'Olincourt }

Re: Csárdás. {Privado. Josiah D'Olincourt }

Re: Csárdás. {Privado. Josiah D'Olincourt }

Re: Csárdás. {Privado. Josiah D'Olincourt }

Re: Csárdás. {Privado. Josiah D'Olincourt }

Re: Csárdás. {Privado. Josiah D'Olincourt }

Re: Csárdás. {Privado. Josiah D'Olincourt }

Re: Csárdás. {Privado. Josiah D'Olincourt }

Re: Csárdás. {Privado. Josiah D'Olincourt }

Re: Csárdás. {Privado. Josiah D'Olincourt }