Unos momentos para contemplar la inmensidad (Annabelle)

por **Sean O'Rouke** Miér Abr 23, 2014 10:59 pm

La tarde no podía ser mas perfecta, las nubes apenas ocultaban en breves momentos al sol, el mismo iluminaba por completo el mar y a lo lejos podían verse las diferentes tonalidades del agua, de un celeste claro a un verde oscuro, pasando por el azulado y mas allá se tornaba negro muy a lo lejos, podían verse por momentos el brillo del sol sobre el mar formando pequeños brillos similares a las monedas al caer a montones. O al menos así lo imaginaba Sean, que no había visto mas que en cuentos infantiles las montañas de oro dibujadas en grafito. En persona solo había podido ver a lo sumo una bolsa completa como mucho. Lo acompañaba en la caminata hacia el puerto su compañera actual de viaje que no olía a pescado como la mayoría de los que siempre lo acompañaban, por suerte estaba bien vestido y su ropa no olía a trajín diario. Se conformaba con saber que su impresión sobre ella no era la incorrecta o pasaría a ser un vagabundo mas.

Apenas aproximados al puerto le informó su lugar de trabajo, le mostró el lugar ya cerrado al menos, fue por posibles trabajadores dentro, pero no encontró mas que cajones vacios así que con cierta cautela invitó a Annabella a subir a una de las barcas del puerto para encaminarse a un paseo por las zonas de la playa y luego adentrarse un poco en el mar para disfrutar del atardecer mientras este daba lugar al más bello de los espectáculos: el eterno anochecer, el nacimiento de la luna.

-¿Estas lista?- preguntó a la mujer mientras movía los remos para escapar lentamente del puerto y su mugre. No era algo digno de ver, así que cuanto antes se alejaban, mejor.

por **Annabelle A. Gustav** Dom Mayo 04, 2014 12:17 pm

Habia caminado junto a Sean no como su sombra, pero un poco menos que eso, seguía sus pasos hasta sentir el aroma de la sal que bailaba entre el viento, llegamos a un muelle, estaba alejado de la playa donde los ciudadanos se bañaban y reían, aquí solo pude ver algunos gatos dormidos entre las sogas, di un salto cuando uno se me atravesó con la cola de un pescado en su boca, este siguió de largo con lo que sería su almuerzo. Veia a todos lados pues cada detalles era algo nuevo para mi, cajones, sogas, redes, algunas telas y barriles. ¿Dónde estaban todos? Parecía que ya nadie estuviera por aquí, levante mi mirada y las gaviotas volaban en círculos con su cantar tan fastidioso.

No eran como las aves que estaban junto a la ventana, más bien las gaviotas exclamaban mas no cantaban, camine tras el por el muelle de madera, se escuchaba el chocar de las olas y algunas algas enredadas entre sus maderos, un cangrejo se cruzo por mi vestido, lo sacudí varias veces para que este se soltara y siguiera otro rumbo. Al darme cuenta al levantar la mirada tenía su mano frente a mi, como invitación a la barca, acepte tomándola y de un salto entrar a la barca, fue una mala idea, pues esta empezó a menearse fuertemente, como pude hice equilibrio pero pude controlarle al abrazarme fuertemente en Sean, creo que el color de mi rostro podía compararse con las fresas mas rojas del marcado. Me senté con calma totalmente avergonzada y asenté con mi cabeza al estar ya lista, Sean empezaba a remas mar adentro y yo solo podía ver el suelo toda ruborizada.

Unos momentos para contemplar la inmensidad (Annabelle)

Unos momentos para contemplar la inmensidad (Annabelle)

Re: Unos momentos para contemplar la inmensidad (Annabelle)