El fin de un viaje es sólo el inicio de otro | Su Majestad

por Bjorn** Sáb Mayo 17, 2014 1:34 am

¿Qué mierdas hace una carta sobre mi escritorio? ¿Qué no tengo yo a un inútil que se encarga de estas cosas? Tomé el sobre entre mis dedos, examiné el papel con extremo cuidado al notar un sello que jamás pasaría por desapercibido ante mis ojos. ¿La realeza Francesa? ¿Qué podrían querer esos hijos de puta conmigo?
La lectura de aquel documento fue tediosa, demasiado blah blah blah y poco contenido relevante. A fin de cuentas la ahora Reina de Francia quería que le fuese a visitar, afirmaba querer platicar sobre algunos negocios y una tentadora oferta. Seguramente la única tentación que tendré será arrancarle la cabeza de su precioso real cuello.

Ordené a Carsten arreglar todo para zarpar al día siguiente a Dinamarca. Iríamos a una ciudad de mierda en ese país y ahí me esperaría un carruaje que la Reina había ordenado para mí, ¿a qué no es encantadora? Já.

No entraré en detalles sobre el viaje en carruaje que hice, a pesar de estar bien preparado para llevar a un vampiro el trayecto fue más que desesperante.

París, ciudad con hedor a mierda y falsedad. El carruaje me dejó en un hotel -según ellos- de lujo, bah, habían un par de putas esperándonos, como si eso me fuese a sacar una sonrisa. Se las dejé a Carsten, el insecto necesitará algo de eso en su vida, qué sé yo.

Tal y como la carta lo indicaba, la noche siguiente un carruaje llegó por mí y me llevó a un… ¡hostal de mierda! Entré con la capucha puesta, mi mente bloqueada y ganas de asesinar a la Reina, apenas di mi primeros pasos dentro del hostal y, ¡sorpresa! Su Alteza me esperaba en el vestíbulo, fácil identificar a la realeza entre los pobres—. Su Majestad. —hice una reverencia de mala gana antes de descubrir mi cráneo y sonreírle.

por **Claire Quartermane** Sáb Mayo 17, 2014 3:05 am

Tener una chimenea encendida constantemente puede ser bastante útil cuando información que debe ser eliminada se encuentra justo entre tus manos. Es fácil hacer el gesto de estirar el brazo y dejar caer los papeles que deban ser quemados para que no llegue a ojos ajenos lo que está en esas líneas.

Últimamente, Claire tenía los horarios para salir un poco menos restringidos que al comienzo. Por ahora se le permitía abandonar la mansión entre mediodía y la una de la tarde para luego hacer lo mismo entre nueve y diez de la noche. No es que todo esto fuera una bondadosa acción de su marido, por el contrario, si fuera por él la dejaría incluso dentro de la habitación la mayor parte del día.

Por lo que planear todo lo que pretende llevar a cabo le ha tomado más tiempo del que alguna vez esperó y fue sólo después de varios meses que consiguió que aquel vampiro llegue al país y que al fin puedan agendar una reunión juntos. El reloj le indica que tiene los minutos contados, de no volver a la hora indicada mandarán a alguien por ella y poco a poco sus privilegios se verán suprimidos.

—Bienvenido Bjorn, no es necesaria tanta formalidad… esto es negocios, no una cita para tomar el té… — la ausencia de sonrisas ya es una característica común en la reina y su lengua sin filtro se ha hecho aún más aguda al sentir que tiene un poder del que no puede sacar provecho. —No le pediré que tome asiento, no se preocupe… esto será una reunión breve para aclarar los puntos del acuerdo, nada más… —

Claire retrocede y se mueve por el lugar esperando que él pueda seguirla con la mirada, a ratos se detiene para abrir una puerta que se cierra con rapidez cuando una escena indeseada aparece. La idea es mostrarle lo más posible de todo aquello, necesita vender el producto por las buenas o tendrá que conseguirlo por las malas. —¿Y qué le parece el lugar? ¿Acogedor no cree? —

por Bjorn** Dom Mayo 25, 2014 2:22 pm

El lugar comenzaba a darme más asco con cada persona que pasaba a nuestro alrededor, incluyendo los pensamientos tan lamentables de cada alma; disfrutar del poder que la eternidad me ha brindado es uno de los pocos placeres que se me ha quedado. Mientras la reina desperdiciaba su tiempo dándome una bienvenida yo merodeaba entre las mentes ajenas, incluso pasé por la de ella, descubrir un par de secretos de la realeza siempre venía bien… Pero esto, descubrir un pasado tan retorcido entre esa mente incluso llegó a sorprenderme un poco—. Negocios, ¿qué clase de negocios podrá querer usted conmigo, Su Majestad? —mis palabras iban cubiertas de sarcasmo puro, haciéndolo notar más en aquel título—. No tomaría asiento en ninguna parte de este palacio de pobres.—puse los ojos en blanco.

La reina me hizo un pequeño recorrido por el hostal, abría puertas y las cerraba inmediatamente, mis ojos simplemente seguían sus movimientos, tenía que estar atento ante cualquier clase de estupidez que viera. Muchas sonrisas se escaparon en mis labios cuando la gente era tomada por sorpresa semidesundos o teniendo relaciones sexuales, ¿qué tan bajo podría caer alguien como para usar una habitación tan mierda para tener sexo? Acomodé unos mechones de cabello tras mi oreja mientras le echaba un vistazo por mi cuenta al lugar— Acogedor para las ratas, de eso no hay duda. —elevé una ceja mientras me volteaba a ella— Hay un aroma singular en este lugar—. olfateé un poco el aire para luego acercarme a la mujer, escasos centímetros nos separaban— Aunque podría ser útil…— El plan no había sido revelado aún, y yo no tenía intenciones de arruinar una sorpresa tan grande, necesitaba escucharlo de la mujer más poderosa de Francia; mis ojos se clavaron en los ajenos, ansioso de escucharla.

por **Claire Quartermane** Jue Jul 03, 2014 11:31 am

—No veo la necesidad de fingir desconocimiento sobre el motivo que nos reúne, pensé que había quedado más que claro en las misivas que le envié en los meses anteriores, pero si lo desea puedo repetirlo… —la sonrisa de Claire es tan falsa como las ganas de continuar la conversación entre ellos. Está bastante ansiosa pero eso capaz de disimularlo con su actitud dura y distante; para Claire, este espectáculo de buena anfitriona es algo que la agota física y mentalmente, no sirve para ser amable ni siquiera por algunos minutos, ya lo fue mucho tiempo y ahora simplemente no tiene paciencia para lidiar con alguien que incluso es reacio a darle lo que quiere fácilmente. Las cosas no funcionan así con ella.

La reina resopla con desdén y mira con una mueca de disgusto al vampiro que se acercado a ella. Este gesto es propio en la mujer desde que era muy pequeña y poco tiene que ver con su nuevo cargo recién aceptado. No le interesa tener una corona en la cabeza si en su casa las cosas aún son un caos gigantesco que no la deja en paz ni siquiera en esas pocas horas en que sale. —Útil… —al hablar se cruza de brazos y su ánimo antes ansioso ahora se torna un poco cabreado. —Cualquiera diría que soy yo quien le está haciendo un favor a usted… y no digo que sea al contrario, por supuesto que no… —lo único que falta es que comience a salirle vapor por las orejas.

Claire respira profundo y en su cara aparece una sonrisa que luce incluso macabra pese a que intenta ser conciliadora. No puede enfadarse sólo porque alguien no cumple sus caprichos, es una niña mimada, eso está claro, pero Bjorn no es Nigel para que corra a evitar que ella pueda sentirse mal por no obtener lo que desea. —Es mejor que vayamos directo a lo que nos convoca… ¿Qué es lo que necesita y cuándo cree que podemos comenzar? Pida lo que sea, puedo otorgarle prácticamente cualquier cosa, el único problema que podemos tener es el tiempo para conseguirlo. —

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