Strange || Privado

por **Cora A. Samaras** Miér Jun 04, 2014 10:12 pm

¿Qué es lo que el destino tiene planeado para nosotros? Me preguntaba mirando el tiempo pasar, podía ver los demás envejecer, mientras en mi parecía no lo hacía de forma superficial, pero internamente si envejecía y me daba cuenta de eso cada día que pasaba, ya no era aquella alma joven de hace unos siglos, que deseaba ir por el mundo aprovechando, las oportunidades que llegaban a mis manos, arrebatando vidas, sueños y riquezas. Qué extraño ver el rostro de un conocido luego de tantos años, daba una reacción de nostalgia que provocaba mucho dolor, aun mas porque se seguía igual, físicamente, provocando la demencia en ellos.

Qué triste era ocultarse de un mortal al que le habías agarrado cariño, pero era siempre lo mejor, no se podía evitar. ¿Tengo miedo? Lo tengo, algo que me hace sentir de mal humor, pues pensé que me había convertido en una persona fuerte, pero la Cora de antes llega, renace, como un fénix de sus cenizas. Soy débil, un alma nostálgica que se llena su vida de recuerdos de una vida que ha pasado hace tanto tiempo que puede ser fácilmente olvidada, pero yo me rehúso a eso, sería como olvidar mi procedencia, quien fui y quien soy ahora mismo.

No puedo combatir contra mis impulsos y caprichos, me siento frustrada de pensar que lo intento, pero fallo. Mis pies comienzan a sentir mi peso, miro la pintura en aquel marco dorado, un hermoso detalle que parecía resaltar la belleza natural de la obra. He de distraerme nuevamente pensando que tal vez el destino de todo ser es volver a encontrarse con sus seres amados cuando estás muerto ― ¿En qué te habrás inspirado? ―pregunte al aire mirando detenidamente cada detalle evidente y no notable de aquella obra de arte oscura. Bajo la mirada, sintiendo como mi corazón muerto, se retuerce de dolor, esto no es un sueño, aquella pintura movía algo dentro de mí y lamentablemente no era totalmente agradable.

―Aun creo que eres un ser caprichoso, querida Cora― mire nuevamente la obra de arte colgada, frunciendo mi ceño, mostrando mi malestar, pero también mi fascinación por aquella pintura. Sentí como posiblemente podría llorar en ese lugar, pero suspire, reteniendo cualquier sentimiento que quisiera salir. Un ruido termino distrayéndome un poco, gire mi rostro hacia donde había provocado la sensación, pero al parecer seria apenas un ratoncito que recorría los pasillos del desolado museo, bufe suavemente, dispuesta a irme con la pintura, aproxime mis dos manos hacia ella, pero me detuve a último momento, frunciendo el ceño notablemente disgustada, tenía una poderosa presencia detrás mío, no era un joven vampiro, era alguien viejo, tal vez mas que yo, cada fibra de mi cuerpo se tenso ― ¿Qué es lo que quiere? ― pregunte sin voltearme, sujete con mis delicadas manos el marco, para bajarlo de la pared, quite con cuidado el marco para dejar solamente el lienzo en mis manos ― ¿Querrá hacerse el héroe e impedir que me lo lleve? ― pregunto curiosa mientras giraba mi cuerpo con una amplia sonrisilla en sus labios. Con mis años no podía equivocarme, tenía frente a ella un vampiro que la igualaba o hasta podría superarla en poder.

por **Tayon Alwyn** Jue Jun 05, 2014 12:23 am

La noche había sido francamente aburrida. No sabia por que, la ciudad estaba todo lo tranquila que una urbe como París podía estar. Se había alimentado temprano, poco después de despertar, y aun tenia el rostro rosado, las venas llenas de la sangre fresca. En momentos como ese, y sabiendo que había destruido a un desecho de la sociedad, se sentía repleto de energía. Pero esa noche estaba u poco introspectivo. Lejos de asistir a alguna de las fiestas sociales en la mansión de algún conde o burgués adinerado, o acudir a algún burdel o lugar de mala muerte, se alejó del bullicio y entro sin dejarse ver en el museo.

Rara vez Tayon se sentía así. Había decidido dejar de sentirse melancólico o nostálgico. El pasado estaba muy detrás de el, y en cualquier caso no había sido precisamente agradable como para ponerse a recordar. Había pasado sus milenios yendo de lugar en lugar, sin conseguir mas que alguna amante o donante de sangre. Y nunca mas que unos pocos años. Sus compañías con otros vampiros habían sido igual de fugaces. Por una razón u otra, aunque había tenido sus aventuras, no se había sentido impulsado a quedarse con nadie, hombre o mujer, humano, vampiro, cambiante, brujo o lo que fuera. Había vivido mil cambios en la historia humana, con sus guerras y tratados. Y ningún evento lo había afectado.

Se paseó en silencio por el museo, admirando en la penumbra los cuadros magistrales expuestos. El silencio era absoluto pero de improvisto una voz lo sacó de sus pensamientos. Sigilosamente se dirigió al lugar donde había sonado la voz, que volvió a hablar mientras él se acercaba. En un acto de descuido arrastró el pie sobre el suelo. La mujer, ahora podía verla, se giró hacia el pero no lo vio. Al volver a su tarea, que parecía consistir en robar un cuadro, el reanudo su camino. Ahora ella lo sintió. La mujer parecía ser una vampira, una vampira antigua, pero algo mas joven que él. No mucho sin embargo. Y era bonita, con un aspecto extranjero pero lindo. Sus palabras le trajeron una sonrisa a sus propios labios. Jugaría con ella un juego, quizá colase. Si no, seria una prueba interesante de su capacidad de análisis.

-!Qué hermosa pintura¡ -exclamó él con voz animada, ingenuo, como si estuvieran charlando en un parque o una cafetería -. Sin embargo, ¿para qué querría alguien llevarse un cuadro, si aquí lo puede disfrutar cada noche? Ademas, es una lastima quitarle a tantos ciudadanos y buenas gentes el beneficio de ver tan magnifica obra.

por **Cora A. Samaras** Mar Jul 01, 2014 9:30 pm

Su cara era ciertamente un misterio, me sorprendí ante aquella reacción, no me la esperaba, tal vez se podía ver en mi rostro aquella chispa de la sorpresa que me di, pero trate de ocultarla rápidamente, para mostrar un rostro más serio, algo precavido, sujetaba el cuadro con recelo, como si temiera que en algún momento intentara quitármelo, si lo hacía pobre de él, esta noche no saldría con vida.

Reí suavemente, bajando mi rostro mientras trataba de ocultar la sonrisa que se había formado en mi rostro — ¿En serio piensa que merecen ver algo tan bonito como esto? — alce mi rostro con mi ceja arqueada, mientras aun tenía una pequeña sonrisa en mis labios — No me convence — susurre. El no haría nada, me sentía más segura, me dispuse a sacar del marcho la pintura, dejándola tirada en el suelo, mientras envolvía cuidadosamente la pintura haciéndola un rollo que guarde en una tela negra. Cuando vi que la pintura estaba bien resguardada colgando de mi muñeca de una cinta roja que estaba en el saco de tela negra en donde la había guardado, sujete el marco y lo puse frente a mí.

— Si quiere contemplar algo hermoso ¿Por qué no mejor disfruta esto? — pregunte con una suave sonrisa. Yo era la que estaba en ese momento entre el marco, pero aquel vampiro también lo estaba, todo era cuestión de perspectiva. Pronto me di media vuelta y coloque el marco en su lugar. — la gente no necesita ver algo hermoso en un museo, solamente necesita ver a la persona que está a su lado — dije tranquilamente, acariciaba el marco con cierta melancolía.

— Yo la necesito más que ellos, así no me siento tan… sola… — gire mi cuerpo, quedándome otra vez frente a frente de el. Sentí que podía irme, el no haría nada por detenerme, me alce los hombros y suspire, sujete entre mis manos la pintura mientras daba unos pasos hasta llegar a estar muy cerca del hombre — Ahora es mía ¿Se atreverá hacer algo? —pregunte mirándole a los ojos con cierta curiosidad de lo que podría llegar a hacer aquel visitante inesperado. [/b][/b]

por **Tayon Alwyn** Lun Jul 28, 2014 10:13 pm

La sorpresa no quedó oculta para el, siendo esa fracción de segundo mas que suficiente para que el pudiera verla. Tampoco fue sutil la pose de protección, la expresión precavida. Y mucho menos la risa, que fue casi música para sus oídos. Él también sonrió, mas ampliamente cuando ella habló.

-¿No se crea para eso el arte, para que la gente lo disfrute? ¿No pintan para eso los artistas, para que la gente los admire? Ah, usted es cruel. Con la gente, privándola de ese espectáculo. Y con el artista, privándolo de sus aplausos -dijo en un tono algo melodramático, siguiendo con la linea inocente.

Recuperada de la sorpresa, la vampira sacó el lienzo del cuadro y enrollándolo lo guardó en una bolsa que colgó de su muñeca. Mientras, Tayon se había acercado con lentitud, no demasiado cerca. Cuando ella alzó el cuadro frente a ella, su rostro y la parte superior de su pecho quedo enmarcado.

-Ciertamente, es una hermosa vista. Y me honra el privilegio de ser el único espectador -reconoció, no sin cierto tono pícaro antes de negar con la cabeza mientras ella colgaba el marco vació -. Pero me temo que debo contradecirla. La gente desea ver un ideal de belleza, algo difícil de encontrar en la vida real. Por que la dama a su lado no es la enigmática Gioconda, ni la vista que tiene desde su ventana es un hermoso bosque o un encantador valle. Por eso los pintores crean esas obras, para darle a la gente una visión difícil de captar en algo mas que una ilusión.

Sus siguientes palabras lo tomaron por sorpresa, lo cual demostró abiertamente alzando ambas cejas. Cuando la tuvo cerca quiso inclinarse y oler su aroma, pero en su lugar solo sonrió con amabilidad antes de hablar.

-Me resulta desconcertante que una hermosa dama como usted se sienta sola. Debe haber una larga fila de hombres dispuestos a hacerle compañía. Y si no se ofende por ello, me atreveré a ofrecerle mi tiempo y mi compañía. Seria una pena dejarla marchar sola.

El cuadro ciertamente le daba igual. Un cuadro mas o menos en ese museo no haría la diferencia, pero rara vez desperdiciaba la oportunidad de una discusión o una charla, y mucho menos cuando algo atraía su curiosidad. ¿Como podía ella sentirse sola? Era hermosa, pero mas allá de eso parecía una mujer interesante, llena de misterios. Al fin y al cabo, si podía colarse en un museo como el Louvre para robar un cuadro, bien podría optar por robar joyas o elegantes piezas para su guardarropa. Ese interés por lo primero y no por lo segundo despertó la curiosidad del vampiro.

Off Rol: Pido disculpas por la tardanza de la respuesta. Han sucedido algunas cosas fuera del foro que me han impedido entrar. Espero que el post te recompense por esta espera.

por **Cora A. Samaras** Dom Ago 24, 2014 7:18 pm

Las aristas eran narcisista, engreídos que deseaban que todos los conocieran y quisieran por sus logros, tal vez era cierto, yo era una persona malvada, pero todos los seres que portaban la misma condición que yo siempre eran seres que se volvían oscuros y malvados, cometiendo tantos pecados y horrores mientras corrían los años de un reloj dañado. ¿Cuántas personas muertas habremos de matar mientras siga nuestra eternidad? Contarlas seria un juego igual el que yo logro hacer cuando les arrebato obras preciosas, privándolas de la libertad que el artista solamente desea para ser admirado.

—Ohhh… si la hay, es muy larga mi señor — confesé con una leve sonrisa en mis labios. Bajo la mirada un poco, volví a posar mis ojos en el — Pero lamentablemente todos terminan bajo tierra o en cenizas — era tal como una viuda negra, me gustaba era parte de mi vida, encontrar caballeros ricachones fáciles de dominar, encantarlos fácilmente y terminar matándolos para quedarse con todas su riquezas. Pero tener al lado a un inmortal como yo no era tarea fácil, no podía hacer lo mismo, no era el mismo plan, podría llegar a estar indefensa, totalmente expuesta. — ¿Quiere brindarme compañía? — ciertamente me sorprendía tal propuesta y terminaba de divertirme su comportamiento, era como un juego para nosotros, el tener aquella pequeña discusión entre nosotros dos.

El mundo era un lugar grande, podríamos explorarlo todo y terminar aun sin angustiados de querer ver más de lo que el mundo nos mostraba — Aceptare su propuesta — termine diciendo suavemente. Estábamos muy cerca del otro, gire mi cuerpo y comencé a caminar esperando que este me siguiera, admitiré que me hubiera gustado mirar hacia atrás para poder asegurarme que estuviera allí, pero mi orgullo no me lo permitía, así que con mi “premio” ya asegurado me disponía a alejarme. Los pasillos del museo podrían ser grandes como laberintos, pero me los conocía muy por suerte, había pasado muchas noches explorando este lugar, se podría decir que era mi favorito de toda parís. — Me llamo Cora Anastasia Samaras — se presento mientras se detenía en un espacio del museo que lo utilizaban como un café interno, me senté en uno de los asientos, acomodándome como toda una dama de época. — Vengo de Grecia, linda época, aunque la verdad esta me agrada más de la que nací — confesé, sin darle importancia a mis palabras, ahora esa época estaba muy lejana, olvidada en la historia, apostaba que si volvía a mi antiguo hogar veía apenas ruinas del imperio que una vez fui.

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