AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Penitence || Privado
2 participantes
Página 1 de 1.
Penitence || Privado
“Sólo un lobo hambriento ataca sin razón aparente”.
Lo ha perdido. El rastro que continuaba hasta las profundidades de las montañas, se ha desvanecido ante sus ojos. Fue la lluvia la causante, pues la tierra removida por el paso de los entes, ha sido perfectamente peinada por la corriente de sus aguas, así como también se ha ido por completo el aroma de la sangre. Cerrando los ojos, espera un momento. El silencio la embriaga, la sumerge en lo más profundo de su desolación, y a pesar de la costumbre o la fascinación que ha encontrado en él, aún no puede evitar temerle. Con un único movimiento, abre los ojos de golpe, se prepara para lanzar una flecha con su arco, enfoca sus sentidos y dispara al aire… A lo lejos, se escucha como el cuerpo de una infortunada creatura cae en seco al suelo. Astarté tenía hambre. El sabor de la carne hizo que evocara lo recuerdos de su pasado, cuando Raven solía cazar para ellos y realizar el festín en honor a su excelente puntería. Él, receloso por sus deseos de protegerla de todo lo que se encuentra en la oscuridad, había fracasado, pues sin poder hacer nada por rescatarla, Astarté fue presa de la enfermedad que ahora la consume. También había sido él, quien junto con Emerith, le enseñaron todo lo que sabe y todo con lo que ha podido mantenerse con vida, hasta el momento, hasta el instante en que observó la muerte de Strider. Escupe el pedazo de carne que se encontraba tragando y ruge. Golpea con fuerza el tronco de un árbol, tal es su poder, que lo derriba sin ningún esfuerzo. Siente como el estómago se le contrae, como su ira es irrevocablemente inservible, y le duele. Quiere levantar la voz lo más alto posible y gritar los deseos de muerte. Quisiera poder invocar al demonio, a la destrucción y que se llevase consigo todo el mal que habita en la tierra, que se extinguieran cada uno de ellos, y que al final sólo quedase la paz y la tranquilidad de la nada; pero los malditos demonios estaban a su alrededor recordándole que por su culpa Raven había caído, y que por su culpa también, Strider estaba muerto. Patea el ciervo.
No sólo es el sentimiento de culpa lo que le acongoja, pues si tan sólo fuese un simple lamento y la carga de la conciencia, ya la habría desechado desde hace un par de semanas, sin embargo, la muy estúpida, aún cuando se lo había propuesto y advertido desde el inicio, le fue imposible no llegar a sentir algo por el lobo. –Fue lástima- Intenta creérselo pero el reclamo de sus pensamientos sofocan sus palabras. -¿Compasión?- Sonríe amargamente. No quiere decirlo. Ella había completado un vínculo con Strider y ni siquiera se dio cuenta de ello, pero el simple hecho de que se encontrase frustrada y confundida sobre los sucesos, le daba un indicio. Y no es que no deseara haber sentido aquello por él, sino que ella misma osaba torturarse preguntando cómo demonios es que pudo congeniar con alguien, cuando tal vez Raven esté pudriéndose en manos de aquel vampiro. Gruñe el doble de fuerte. Ruge. Su lamento lleno de desesperación, rompe con el silencio y crepitar ameno de la lluvia que poco a poco apaga la fogata. Fue ahí que comenzó a fraguar su plan de venganza. Acabaría con todo, sin importar que eso significara, acabar con ella misma.
Nevenka Lèveque- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 85
Fecha de inscripción : 07/08/2012
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Penitence || Privado
Atractiva es la soledad cuando se trata de apartarse de la realidad. No hay mejor amiga para él que aquella que lo abraza sin que le cuestione o busque experimentar con él. Se siente extraño pero al mismo tiempo esperanzado. Su cuerpo se encuentra pesado por el cansancio de las pruebas que hacen con él, pero no quiere descansar, a partir de ese momento tiene tiempo libre, necesita aprovecharlo, intentar encontrar a su hermana y advertirle, sin embargo limpiar sus huellas se ha vuelto tanto su trabajo que no sabe cómo colocarlas de nuevo en su lugar. No sabe cómo llegar a ella, a su linda figura y poder tenerla entre sus brazos. ¿Por qué su hermana era tan testaruda y no se quedaba quieta? Ah sí, por sus consejos, por que sabía que de mantenerse fija en un lugar su padre la encontraría, y eso sería peor para ambos hermanos Zarkozi.
Roland no quería una copa, tampoco mujeres, ni amistades, no necesitaba nada de lo conocido porque se sentía extraño, angustiado, cómo desesperado, y lo peor es que no entendía o sabía porqué y como dejar salir todas esas tensiones y demonios internos. Necesitaba buscar una nueva ruta así que en vez de caminar por las calles principales de la ciudad, avanzó con paso lento y sigiloso por los terrenos del bosque; el licántropo odiaba ese lugar, quizás por el mero hecho de sólo apreciarlo cuando se encontraba entrenando o haciendo una prueba morbosa para su padre, jamás lo disfrutó por iniciativa propia, y encontrarse ahí le hacía sentir demasiado extraño, sin embargo no se detuvo para volver a lo monótono o cotidiano de su vida, sino que siguió sin importar las consecuencias. El clima era agradable así que se quitó la gabardina y la colgó sobre un árbol. Notó la marca de la inquisición así que al volver sabría donde se encontraría la prenda y se la llevaría consigo. Todo iba demasiado tranquilo hasta que escuchó una voz a lo lejos. De no tener esa nueva condición de sobrenatural seguramente la habría pasado por alto. La curiosidad del silencioso era grande, así que con su misma tranquilidad se acercó al lugar. Observar aquella escena le hizo arquear una ceja.
— La locura es un punto que los inquisidores toman en cuenta para aniquilar con más facilidad a una criatura — Era extraño que el Silencioso hablara, sin embargo lo hizo, se sentía identificado, él en ocasiones lo hacía porque sólo consigo mismo podía entenderse, con nadie más — La locura, el hablar solo es un rasgo peligroso de criaturas que son de cuidado, no deberías ser tan descuidada, muchos como tu pierden la vida por esos detalles — Su rostro se notaba endurecido, en realidad él no debía decirle aquello ¿qué le importaba ella? Pero entendía que su educación era completamente distinta a los de todo el mundo, incluso de la inquisición misma. Nadie tenía la responsabilidad sobre sus hombros, nadie que no fuera hijo de Gregory Zarkozi. — Un licántropo salvaje, te sorprendería a cuantos de los nuestros he asesinado en esas condiciones, tan sucios, con esa mirada tan triste y lamentable — Esbozó una sonrisa mordaz, ¿qué le pasaba a Roland? Un claro ejemplo que la desesperación por encontrar a su hermana, le convertía en un egoísta, en querer arrojar sus sentimientos y llevarlos a todos los demás.
Roland no quería una copa, tampoco mujeres, ni amistades, no necesitaba nada de lo conocido porque se sentía extraño, angustiado, cómo desesperado, y lo peor es que no entendía o sabía porqué y como dejar salir todas esas tensiones y demonios internos. Necesitaba buscar una nueva ruta así que en vez de caminar por las calles principales de la ciudad, avanzó con paso lento y sigiloso por los terrenos del bosque; el licántropo odiaba ese lugar, quizás por el mero hecho de sólo apreciarlo cuando se encontraba entrenando o haciendo una prueba morbosa para su padre, jamás lo disfrutó por iniciativa propia, y encontrarse ahí le hacía sentir demasiado extraño, sin embargo no se detuvo para volver a lo monótono o cotidiano de su vida, sino que siguió sin importar las consecuencias. El clima era agradable así que se quitó la gabardina y la colgó sobre un árbol. Notó la marca de la inquisición así que al volver sabría donde se encontraría la prenda y se la llevaría consigo. Todo iba demasiado tranquilo hasta que escuchó una voz a lo lejos. De no tener esa nueva condición de sobrenatural seguramente la habría pasado por alto. La curiosidad del silencioso era grande, así que con su misma tranquilidad se acercó al lugar. Observar aquella escena le hizo arquear una ceja.
— La locura es un punto que los inquisidores toman en cuenta para aniquilar con más facilidad a una criatura — Era extraño que el Silencioso hablara, sin embargo lo hizo, se sentía identificado, él en ocasiones lo hacía porque sólo consigo mismo podía entenderse, con nadie más — La locura, el hablar solo es un rasgo peligroso de criaturas que son de cuidado, no deberías ser tan descuidada, muchos como tu pierden la vida por esos detalles — Su rostro se notaba endurecido, en realidad él no debía decirle aquello ¿qué le importaba ella? Pero entendía que su educación era completamente distinta a los de todo el mundo, incluso de la inquisición misma. Nadie tenía la responsabilidad sobre sus hombros, nadie que no fuera hijo de Gregory Zarkozi. — Un licántropo salvaje, te sorprendería a cuantos de los nuestros he asesinado en esas condiciones, tan sucios, con esa mirada tan triste y lamentable — Esbozó una sonrisa mordaz, ¿qué le pasaba a Roland? Un claro ejemplo que la desesperación por encontrar a su hermana, le convertía en un egoísta, en querer arrojar sus sentimientos y llevarlos a todos los demás.
Roland F. Zarkozi- Condenado/Licántropo/Clase Alta
- Mensajes : 108
Fecha de inscripción : 07/11/2013
Re: Penitence || Privado
Y el silencio se volvió ruido. La mirada felina de la fémina se posó intensa sobre los orbes del extraño quien, como si de verdad supiese lo que dice, se expresa de la locura y la caza al igual que un erudito. No le teme, ¿Por qué habría de hacerlo? Sin embargo, la reprimenda interna de la cazadora es por no haber notado su presencia.
-Estupidez- Su voz fue un susurro, pero en el se escondía todo el odio y resentimiento que tenía dentro. –La demencia nunca ha asesinado a nadie, siempre ha sido el hombre, la astucia de uno y la estupidez del otro- Sentenció.
Las manos de ese hombre apestaban a sangre, y en su ropaje, la mezcla inconfundible de la iglesia, se hacía presente. Sus palabras fueron concretas y ella no lo pasó desapercibido, fueron advertencia para con ella, lo cual le supuso, que no conoce su rostro, tampoco su nombre, mucho menos su procedencia. Estaba agradecida por eso.
-No soy un espejo- Astarté no es una mujer de palabra, y su entonación al hablar siempre ha sido grotesca. –Y tú no puedes sabes lo que puede o no sorprenderme- En sus labios había una sonrisa siniestra, ese tipo de sonrisas que declaran secretos prohibidos y también malignos.
Al ponerse de pie, la apertura de su abrigo, dejó ver el filo plateado de alguna de sus armas. Entornó la vista nuevamente a él y lo retó con una ceja en lo alto. –Como verás, no eres el único asesino de ‘bestias’ en este bosque. Y para mí tú, siendo justiciero divino o no, no representas ninguna amenaza- Había muchas cosas a las cuales tenerle miedo, pero la muerte no era una de ellas, además al haber experimentado la vorágine de cólera y frustración, Astarté había jurado no morir antes de encontrar y vengar a su hermano. La vida de sus padres, así como la de sus hermanos, no fue en vano.
Dándole la espalda al extraño, observó los restos de su cena. El estómago le gruño, pues aparentemente el bocado que había probado, no le era suficiente.
El crepitar de la lluvia cesó, pero el clima era húmedo y la madera mojada, impediría que la fogata volviese a ser una llamarada como la de antes. Frunció el ceño, mordió su labio inferior y se agazapó a un lado del cuerpo. Tomó un trozo de carne crudo y lo llevó hasta su boca. La sangre que se escurrió dentro de sus fauces, le supo extraña.
Con anterioridad, el paladear el óxido con su lengua, podía ocasionarle náuseas y vómito, además de remordimiento; no podía recordar nada al día siguiente, pero siempre le causaba sopor el hecho de pensar que la sangre de sus manos podía ser de cualquiera, incluso de un niño inocente.
-¿Es curioso, no? Dicen que el odio y la venganza, son dulces, pero esto sabe amargo, no obstante, resulta adictivo- La satisfacción surcó su rostro. -¿Gustas un poco? Tal vez a ti te sepa diferente, según tu estado anímico- Encogió sus hombros y se relamió los labios. Él estaba en lo correcto, había cierta locura en Astarté, pero aún era imperceptible, más no tardaría mucho tiempo en exteriorizarse. –No, ustedes no fraternizan con el enemigo. Un verdugo jamás se refleja en los ojos de su víctima.- Su navaja corta el aire y se clava en la raíz de un árbol atravesando por la mitad a una alimaña cualquiera.
-Estupidez- Su voz fue un susurro, pero en el se escondía todo el odio y resentimiento que tenía dentro. –La demencia nunca ha asesinado a nadie, siempre ha sido el hombre, la astucia de uno y la estupidez del otro- Sentenció.
Las manos de ese hombre apestaban a sangre, y en su ropaje, la mezcla inconfundible de la iglesia, se hacía presente. Sus palabras fueron concretas y ella no lo pasó desapercibido, fueron advertencia para con ella, lo cual le supuso, que no conoce su rostro, tampoco su nombre, mucho menos su procedencia. Estaba agradecida por eso.
-No soy un espejo- Astarté no es una mujer de palabra, y su entonación al hablar siempre ha sido grotesca. –Y tú no puedes sabes lo que puede o no sorprenderme- En sus labios había una sonrisa siniestra, ese tipo de sonrisas que declaran secretos prohibidos y también malignos.
Al ponerse de pie, la apertura de su abrigo, dejó ver el filo plateado de alguna de sus armas. Entornó la vista nuevamente a él y lo retó con una ceja en lo alto. –Como verás, no eres el único asesino de ‘bestias’ en este bosque. Y para mí tú, siendo justiciero divino o no, no representas ninguna amenaza- Había muchas cosas a las cuales tenerle miedo, pero la muerte no era una de ellas, además al haber experimentado la vorágine de cólera y frustración, Astarté había jurado no morir antes de encontrar y vengar a su hermano. La vida de sus padres, así como la de sus hermanos, no fue en vano.
Dándole la espalda al extraño, observó los restos de su cena. El estómago le gruño, pues aparentemente el bocado que había probado, no le era suficiente.
El crepitar de la lluvia cesó, pero el clima era húmedo y la madera mojada, impediría que la fogata volviese a ser una llamarada como la de antes. Frunció el ceño, mordió su labio inferior y se agazapó a un lado del cuerpo. Tomó un trozo de carne crudo y lo llevó hasta su boca. La sangre que se escurrió dentro de sus fauces, le supo extraña.
Con anterioridad, el paladear el óxido con su lengua, podía ocasionarle náuseas y vómito, además de remordimiento; no podía recordar nada al día siguiente, pero siempre le causaba sopor el hecho de pensar que la sangre de sus manos podía ser de cualquiera, incluso de un niño inocente.
-¿Es curioso, no? Dicen que el odio y la venganza, son dulces, pero esto sabe amargo, no obstante, resulta adictivo- La satisfacción surcó su rostro. -¿Gustas un poco? Tal vez a ti te sepa diferente, según tu estado anímico- Encogió sus hombros y se relamió los labios. Él estaba en lo correcto, había cierta locura en Astarté, pero aún era imperceptible, más no tardaría mucho tiempo en exteriorizarse. –No, ustedes no fraternizan con el enemigo. Un verdugo jamás se refleja en los ojos de su víctima.- Su navaja corta el aire y se clava en la raíz de un árbol atravesando por la mitad a una alimaña cualquiera.
Nevenka Lèveque- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 85
Fecha de inscripción : 07/08/2012
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Penitence || Privado
Se cruzó de brazos sin dejar de ver a la mujer. Se notaba el odio y el rencor que ella tenía a la vida. Roland lo sabía, lo identificaba y lo disfrutaba, al menos que fuera ajeno a él, se daba cuenta que no era el único dolorido de vivir, y eso le daba ánimos a seguir adelante. Aspiró el aroma a muerte, a sangre, y a demencia. No le importó, debía seguir ahí, firme, sin mostrarse débil. Sin mostrar esa parte alterada y enferma que también tenía. Era un experto escondiendo aquello. Lo que le dio gracia es que ella no entendiera el mensaje. Aunque el varón se encontraba a la defensiva y listo para atacar, lo cierto es que no era su plan, no esa noche. En ese momento sólo deseaba pistas, señales, lo que fuera para poder encontrar a su pequeña hermana. La muerte se aproximaba para algún Zarkozi, lo sabía porque había ido al circo gitano, una de ellos le había leído las cartas, la mano, incluso los caracoles, todo apuntaba a una dirección: la muerte. ¿Qué tenía que hacer para evitarlo? ¿Para que ambos hermanos siguieran adelante? ¿Para que todo se encaminara en el patriarca de los suyos? Suspiró y movió su rostro de un lado a otro negando. Se estaba desviando del tema, de lo que en realidad importaba.
No dejó de verla. Le resultó atractivo contemplar cada detalle de lo que hacía. Ella a diferencia de él, había podido conversar esa naturaleza salvaje de su condición. Él en cambio tuvo que dejarse domar. Tuvo que someterse a experimentos, agresiones, e incluso inyecciones que lo llevaron al borde de la muerte. Se sentía embriagado por lo que veía. Una cosa era estudiar a un licántropo a base de libros, de criaturas encerradas en calabozos, y otra poder ver a uno en su total esplendor. La sangre no le daba asco. En más de una ocasión había sentido una gran necesidad por comer carne cruda, por saborear su vitalidad, por sentirse el mismo sin restricciones. Mientras ella se dedicaba a alimentarse, o algo así, él analizaba sus armas, sus posiciones. Incluso la forma en que movía los ojos, las manos, su esbelto cuerpo. Era un hombre ¡Claro que miraba esos detalles! Lo cierto es que no tenía por qué mirar demás, sólo una revisada pequeña.
— Entre tú estupidez no prestas realmente atención a lo que te dije. No pretendo matarte, buscaba advertirte, hoy no vengo con ganas de jugar al inquisidor perfecto, simplemente quiero ser yo — ¿Quién era él? Un joven, un humano, un licántropo cada luna llena, no iba a dar su apellido, no era necesario. Sabía él que de decirlo, correría el riesgo de ser juzgado por culpa de su padre. Su apellido resonaba, su apellido intimidaba, hacía temer a cualquiera. Algo en él decía que ella no era una cualquiera, y por eso no temería, daba igual. Nada de formalismos, se encontraban en medio del bosque. — Hoy no te veo como mi enemigo ¿Eso te deja más tranquila? Estás a la defensiva, tu ropa ajustada marca las formas de tú cuerpo, tu expresión corporal lo deja en claro — Dedicó entonces una sonrisa burlona.
— Las rondas de está noche son al este, no por estás zonas, así que debes sentirte tranquila, ¡oh , si! Ya lo está, seguramente así eres de imprudente todo el tiempo, eres de esas que no le importa correr riesgos porque se sienten super poderosas — Ahora su burla era más grande, se estaba comportando cómo un patán. ¡¿Y qué?!
No dejó de verla. Le resultó atractivo contemplar cada detalle de lo que hacía. Ella a diferencia de él, había podido conversar esa naturaleza salvaje de su condición. Él en cambio tuvo que dejarse domar. Tuvo que someterse a experimentos, agresiones, e incluso inyecciones que lo llevaron al borde de la muerte. Se sentía embriagado por lo que veía. Una cosa era estudiar a un licántropo a base de libros, de criaturas encerradas en calabozos, y otra poder ver a uno en su total esplendor. La sangre no le daba asco. En más de una ocasión había sentido una gran necesidad por comer carne cruda, por saborear su vitalidad, por sentirse el mismo sin restricciones. Mientras ella se dedicaba a alimentarse, o algo así, él analizaba sus armas, sus posiciones. Incluso la forma en que movía los ojos, las manos, su esbelto cuerpo. Era un hombre ¡Claro que miraba esos detalles! Lo cierto es que no tenía por qué mirar demás, sólo una revisada pequeña.
— Entre tú estupidez no prestas realmente atención a lo que te dije. No pretendo matarte, buscaba advertirte, hoy no vengo con ganas de jugar al inquisidor perfecto, simplemente quiero ser yo — ¿Quién era él? Un joven, un humano, un licántropo cada luna llena, no iba a dar su apellido, no era necesario. Sabía él que de decirlo, correría el riesgo de ser juzgado por culpa de su padre. Su apellido resonaba, su apellido intimidaba, hacía temer a cualquiera. Algo en él decía que ella no era una cualquiera, y por eso no temería, daba igual. Nada de formalismos, se encontraban en medio del bosque. — Hoy no te veo como mi enemigo ¿Eso te deja más tranquila? Estás a la defensiva, tu ropa ajustada marca las formas de tú cuerpo, tu expresión corporal lo deja en claro — Dedicó entonces una sonrisa burlona.
— Las rondas de está noche son al este, no por estás zonas, así que debes sentirte tranquila, ¡oh , si! Ya lo está, seguramente así eres de imprudente todo el tiempo, eres de esas que no le importa correr riesgos porque se sienten super poderosas — Ahora su burla era más grande, se estaba comportando cómo un patán. ¡¿Y qué?!
Roland F. Zarkozi- Condenado/Licántropo/Clase Alta
- Mensajes : 108
Fecha de inscripción : 07/11/2013
Temas similares
» When we are together [Privado]
» Looking for... [Privado]
» Nothing Can Come Between Us | Privado
» 6 6 6 /privado
» Here we go again [Privado]
» Looking for... [Privado]
» Nothing Can Come Between Us | Privado
» 6 6 6 /privado
» Here we go again [Privado]
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour