AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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De Luto... [Privado: Maia Roham]
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De Luto... [Privado: Maia Roham]
Aun no me podía creer que el tiempo había corrido tanto, demasiado diría yo, aunque en la vida humana es lo más normal mientras que para un ser inmortal como un vampiro el tiempo transcurrido de un humano parece un mero suspiro, es triste pero es la mera realidad, hoy estaba en un campamento gitano, no para alejarme de todos como solía hacer normalmente, sino para despedir a un viejo amigo, un gitano llamado Antón Slovich, lo había conocido cuando era un mero adolescente de 15 años, y recién murió con 87 años, gran vida que había llevado, era uno de los pocos que conocían mi naturaleza real y me habían aceptado y guardado mi secreto, ya que no me gustaba mucho que los demás me señalaran, prefería mezclarme con todos para ver y unirme a ellos en las fiestas y tristezas, pero hoy estaba de luto, aun cuando no bebía otra cosa que sangre, tenía una botella de Whisky, del año y marca que le gustaba a Antón, bebí un poco poniendo una mueca de desagrado, mi cuerpo lo lamentaría luego pero tenía que brindar por tal gran vida que se llevaban…
Tras el funeral, los gitanos se reunieron alrededor de un gran fuego para “festejar” la ida de Antón, era admirable la forma en que llevaban el luto, muy diferente a la sociedad supuestamente culta que se volvían amargados, mientras que los gitanos parecían ver un lado bueno en un momento así, sonreí un poco, ojala pudiese ver fantasmas… quizás así podría seguir charlando con mi amigo o quizás ver a otros que se habían ido tiempo atrás, aunque eso quizás me volvería alguien mucho más extraño de lo que ya de por si era, me quedaría aquí la semana de luto, y quizás viajaría con ellos un tiempo, algunos me conocían por el tiempo que iba viniendo, de seguro que intuían lo que era ya que ellos eran seres mágicos aun cuando los demás los tachaban de oscuros o indignos del poder, pero eran curiosamente los más ligados a la naturaleza, conocía su raza desde hacía muchos años y curiosamente mi propia existencia parecía estar un poco ligada a ellos, aunque eso me encantaba, era como estar en otro mundo y era realmente agradable.
No me uní a los bailes ni a las risas ni música, estuve apoyado contra un árbol un poco apartado pero disfrutando de las vistas, por lo que veía, habían muchas caras conocidas pero también varias nuevas, algunos recién nacidos, otros que habían crecido igual que algunos habían envejecido, aunque habían nuevos integrantes de diferentes edades que parecieron entrar en la gran familia que eran ellos, volví a dar un trago a la bebida que sabia peor que cualquier cosa que uno podría tomar en vida, daban ganas de vomitar, y no era menos, mi metabolismo solo aceptaba la sangre, otra sustancia dañaba un poco mi interior, aunque luego se regeneraba, eso era bueno de ser vampiro pero el sufrimiento lo tenía un rato, quizás estaba siendo un poco irresponsable al no presentarme en el teatro donde trabajaba pero había pedido un tiempo libre por luto, que aunque no era mi familia sanguínea, era mi familia…
Tras el funeral, los gitanos se reunieron alrededor de un gran fuego para “festejar” la ida de Antón, era admirable la forma en que llevaban el luto, muy diferente a la sociedad supuestamente culta que se volvían amargados, mientras que los gitanos parecían ver un lado bueno en un momento así, sonreí un poco, ojala pudiese ver fantasmas… quizás así podría seguir charlando con mi amigo o quizás ver a otros que se habían ido tiempo atrás, aunque eso quizás me volvería alguien mucho más extraño de lo que ya de por si era, me quedaría aquí la semana de luto, y quizás viajaría con ellos un tiempo, algunos me conocían por el tiempo que iba viniendo, de seguro que intuían lo que era ya que ellos eran seres mágicos aun cuando los demás los tachaban de oscuros o indignos del poder, pero eran curiosamente los más ligados a la naturaleza, conocía su raza desde hacía muchos años y curiosamente mi propia existencia parecía estar un poco ligada a ellos, aunque eso me encantaba, era como estar en otro mundo y era realmente agradable.
No me uní a los bailes ni a las risas ni música, estuve apoyado contra un árbol un poco apartado pero disfrutando de las vistas, por lo que veía, habían muchas caras conocidas pero también varias nuevas, algunos recién nacidos, otros que habían crecido igual que algunos habían envejecido, aunque habían nuevos integrantes de diferentes edades que parecieron entrar en la gran familia que eran ellos, volví a dar un trago a la bebida que sabia peor que cualquier cosa que uno podría tomar en vida, daban ganas de vomitar, y no era menos, mi metabolismo solo aceptaba la sangre, otra sustancia dañaba un poco mi interior, aunque luego se regeneraba, eso era bueno de ser vampiro pero el sufrimiento lo tenía un rato, quizás estaba siendo un poco irresponsable al no presentarme en el teatro donde trabajaba pero había pedido un tiempo libre por luto, que aunque no era mi familia sanguínea, era mi familia…
Última edición por Garrett Holt el Jue Jul 31, 2014 4:02 am, editado 1 vez
Akos Mörkt- Hechicero Clase Media
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Re: De Luto... [Privado: Maia Roham]
Antón Slovich, apenas lo recordaba. Formaba parte de una caravana amiga, aunque sólo le conoció durante el invierno de sus seis años. En ese entonces ya era un hombre maduro del que Merripen desconfiaba, pero siempre fue amable con ella. Pensar en ambos gitanos le hizo sentir una triste pero conciliadora nostalgia que no iba muy afín con la celebración; la gente canturreaba en romaní y algunos otros en idiomas que la muchacha desconocía, lo que indicaba que venían de muchas partes del mundo. Hacía poco de su "reintegración" a las costumbres gitanas, al proceso de sumisión que demandaría su prometido una vez estuviesen casados. Para una mujer tan orgullosa y testaruda como ella, habían momentos en que deseaba echar todo por la borda y quedarse con su vampírico amigo. "Sí, sé que él me aceptaría", pensó mientras pateaba una piedra del suelo con sus nuevos zapatos de cuero empedrado.
La madurez hacía con ella conclusiones extrañas y poco comunes como los rasgos de una gadji en el cuerpo de una romaní; su cabello oscuro y sus ojos ambarinos eran idénticos a los de su padre, pero su piel clara y su nariz recta eran claramente de su padre. Y poco a poco dejaba de ser sólo la genética. A diferencia de los que bailaban y tocaban con entusiasmo instrumentos antiguos, las monedas de oro de su mascada eran reales, el bordado de la chaqueta que cubría su camisa blanca no estaba desgastado, el rubí que colgaba único y anti-simétrico en su oreja izquierda también era genuino. Una gitana con dotes de risa, según algunos. Y sin embargo, todo se debía al amor de un buen amigo que aceptaba su renuencia a la forma de vida de la sociedad parisina.
Pero ni siquiera tanto lujo podía despejar su pesar en esos momentos. Se había alejado de Hero y Melalo durante esa noche, pues no quería saber nada de su futuro por primera vez. Deseaba recordar al hombre que le regaló una manzana para después no volver a verlo. La hoguera parecía reflejar la emoción de los otros gitanos, pero a ella no podía encenderla. Sus ojos empañados apenas intentaban ocultar la tristeza, y no fue sino hasta que echó la cabeza hacia atrás y miró las estrellas que una lágrima escurrió por su mejilla. Quería preguntarse a sí misma por qué lloraba por alguien al que apenas conoció, por qué seguía estancada en una época que se había ido, pero entonces algo llamó su atención y lo miró por el rabillo del ojo.
Un hombre. No un hombre cualquiera, un gadjo. Sintió curiosidad por la forma tan natural en como parecía encajar en la velada, siendo que la mayoría de los "suyos" no solían acercarse a los gitanos, como si fuesen una plaga que tuvieran que evitar a toda costa. Su mirada era todavía más extraña...
— ¿Disculpe? —Le dijo en voz baja una vez se hubiera acercado a él, en pasos que jamás llegó a contar. En un principio creyó que la diferencia de alturas sería sólo notable, pero a su lado tenía que echar la cabeza hacia atrás para poder verlo a los ojos. Le sacaba mucho más que una cabeza de diferencia.— Yo... lamento molestarlo, pero no he podido evitar notar que parece melancólico. —El acento de la joven delataba su procedencia húngara, pero sus palabras estaban teñidas de una suavidad muy poco propia de los gitanos. Por un instante sus ojos vacilaron hacia la hoguera.— Según nuestras costumbres no hay nada que reprochar a la muerte, pero... usted parece triste, ¿me equivoco?
La madurez hacía con ella conclusiones extrañas y poco comunes como los rasgos de una gadji en el cuerpo de una romaní; su cabello oscuro y sus ojos ambarinos eran idénticos a los de su padre, pero su piel clara y su nariz recta eran claramente de su padre. Y poco a poco dejaba de ser sólo la genética. A diferencia de los que bailaban y tocaban con entusiasmo instrumentos antiguos, las monedas de oro de su mascada eran reales, el bordado de la chaqueta que cubría su camisa blanca no estaba desgastado, el rubí que colgaba único y anti-simétrico en su oreja izquierda también era genuino. Una gitana con dotes de risa, según algunos. Y sin embargo, todo se debía al amor de un buen amigo que aceptaba su renuencia a la forma de vida de la sociedad parisina.
Pero ni siquiera tanto lujo podía despejar su pesar en esos momentos. Se había alejado de Hero y Melalo durante esa noche, pues no quería saber nada de su futuro por primera vez. Deseaba recordar al hombre que le regaló una manzana para después no volver a verlo. La hoguera parecía reflejar la emoción de los otros gitanos, pero a ella no podía encenderla. Sus ojos empañados apenas intentaban ocultar la tristeza, y no fue sino hasta que echó la cabeza hacia atrás y miró las estrellas que una lágrima escurrió por su mejilla. Quería preguntarse a sí misma por qué lloraba por alguien al que apenas conoció, por qué seguía estancada en una época que se había ido, pero entonces algo llamó su atención y lo miró por el rabillo del ojo.
Un hombre. No un hombre cualquiera, un gadjo. Sintió curiosidad por la forma tan natural en como parecía encajar en la velada, siendo que la mayoría de los "suyos" no solían acercarse a los gitanos, como si fuesen una plaga que tuvieran que evitar a toda costa. Su mirada era todavía más extraña...
— ¿Disculpe? —Le dijo en voz baja una vez se hubiera acercado a él, en pasos que jamás llegó a contar. En un principio creyó que la diferencia de alturas sería sólo notable, pero a su lado tenía que echar la cabeza hacia atrás para poder verlo a los ojos. Le sacaba mucho más que una cabeza de diferencia.— Yo... lamento molestarlo, pero no he podido evitar notar que parece melancólico. —El acento de la joven delataba su procedencia húngara, pero sus palabras estaban teñidas de una suavidad muy poco propia de los gitanos. Por un instante sus ojos vacilaron hacia la hoguera.— Según nuestras costumbres no hay nada que reprochar a la muerte, pero... usted parece triste, ¿me equivoco?
Yuna Rutledge- Gitano
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Re: De Luto... [Privado: Maia Roham]
Estaba bien centrado en el fuego sin prestarle atención a los demás presentes, ellos bailaban y reían, la música sonaba y el licor “volaba” por el lugar, normalmente uno se impregnaba de tal entusiasmo pero ese no era el caso del ajeno, en el fuego podía ver como si fuese un espejo de sus recuerdos los momentos del pasado, había pasado varios años viniendo a ver a Antón, aunque en ese proceso había conocido a otros del lugar, demasiados recuerdos para una sola mente, quizás por ello era una maldición más que una bendición, quizás y solo quizás por ello los humanos tenían un tiempo tan limitado, para no sufrir las desgracias que tenía el ser un vampiro…. Suspiro viendo la botella, era evidente que se la iba a beber entera esta noche aun cuando eso implicase luego dormir o más bien reposar durante una quincena, sonrió ladino con cierta amargura cuando de pronto una voz femenina se presento, miro hacia el frente viendo a una damita acercársele por lo que bajo la botella.
- Es normal estarlo cuando un gran amigo se va ¿no cree? – le comento sonriendo ligero – incluso cuando alguien se va de viaje, esa persona se echa de menos, es algo muy natural – dijo para así contemplar a la joven, aun cuando era de noche y el fuego estaba a sus espaldas, tenia buena visión en la oscuridad ya que era su “día” a diferencia de los humanos, noto el color ámbar en los ojos ajenos que se le hicieron familiares, conocía esos ojos, aunque pensó no verlos más y calculando los años, al parecer no se equivocaba al ver a la hija de una pareja entrañable que tiempo atrás había conocido, aunque la joven que tenia frente suya la había visto también, pero ella había sido aun una niña tan pequeña que ya de seguro que ni se acordaba de tal encuentro – Maia Roham… - murmuro bajo el nombre de la joven para así sonreír – tiempo sin ver a un Roham por estos lares
Había conocido a ambos padres de la joven, incluso había estado en el alumbramiento de la pequeña, la había visto dar sus primeros pasos pero en los recuerdos de todo ser viviente, Garrett era una mera sombra que pasaba desapercibida, estaba y a la vez no en los recuerdos de las personas que conocía a lo largo de su eterna vida, algunos se quedaban a su lado pero otros simplemente desaparecían, un poco triste pero así era la realidad, el tiempo era así y al parecer pasaba realmente deprisa, los años de Antón que lo envejecieron hicieron crecer a la pequeña gitana en una mujer, aunque era evidente que pobre no era, reconocía las telas y joyas que llevaba encima, no eran bisutería ni baratijas, digamos que el vivir demasiado hacia que uno aprendiese varias cosas por mero aburrimiento…
- Es normal estarlo cuando un gran amigo se va ¿no cree? – le comento sonriendo ligero – incluso cuando alguien se va de viaje, esa persona se echa de menos, es algo muy natural – dijo para así contemplar a la joven, aun cuando era de noche y el fuego estaba a sus espaldas, tenia buena visión en la oscuridad ya que era su “día” a diferencia de los humanos, noto el color ámbar en los ojos ajenos que se le hicieron familiares, conocía esos ojos, aunque pensó no verlos más y calculando los años, al parecer no se equivocaba al ver a la hija de una pareja entrañable que tiempo atrás había conocido, aunque la joven que tenia frente suya la había visto también, pero ella había sido aun una niña tan pequeña que ya de seguro que ni se acordaba de tal encuentro – Maia Roham… - murmuro bajo el nombre de la joven para así sonreír – tiempo sin ver a un Roham por estos lares
Había conocido a ambos padres de la joven, incluso había estado en el alumbramiento de la pequeña, la había visto dar sus primeros pasos pero en los recuerdos de todo ser viviente, Garrett era una mera sombra que pasaba desapercibida, estaba y a la vez no en los recuerdos de las personas que conocía a lo largo de su eterna vida, algunos se quedaban a su lado pero otros simplemente desaparecían, un poco triste pero así era la realidad, el tiempo era así y al parecer pasaba realmente deprisa, los años de Antón que lo envejecieron hicieron crecer a la pequeña gitana en una mujer, aunque era evidente que pobre no era, reconocía las telas y joyas que llevaba encima, no eran bisutería ni baratijas, digamos que el vivir demasiado hacia que uno aprendiese varias cosas por mero aburrimiento…
Akos Mörkt- Hechicero Clase Media
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Re: De Luto... [Privado: Maia Roham]
Aunque su amistad con Hero y Camilla la hacían sentir un poco menos desconfiada de los gadjos, no esperaba oír tal respuesta del hombre que tenía enfrente. Ya era muy desconcertante verlo ahí sin ningún rastro de osadía, pero algo en sus palabras la hizo tambalearse ligeramente. Era un amigo de Antón, o cuando menos lo fue cuando éste vivía; le fue casi imposible imaginar a un gadjo joven como él simpatizando con el viejo gitano, aunque éste último hubiese tenido fama de sabio y ameno. Quizás de haber hecho más caso a su intuición y menos caso a su sentimentalismo (La fascinación hacia los gadjos seguía siendo un mal hábito suyo), habría caído en cuenta de la naturaleza de ese sujeto desde un principio. Pero que él pronunciara su nombre la impresionó tanto que a poco estuvo de retroceder. Su orgullo y curiosidad la mantuvieron con los pies arraigados a la tierra.
— ¿Qué? —Dijo sin aliento, mirándolo como si se enfrentara a un espectro y no a un "hombre común". Nadie en todo París había prestado mucha atención a una gitanilla de apellido Roham; salvo, quizás, un maduro soldado inglés al que le había perdido la pista ya varios años atrás. Sin embargo, era demasiado sorprendente que aparte de su apellido pudiera saber su nombre. Sólo Hero y Camilla... y Melalo, lo sabían. Y los tres (aunque el último excluyera los placeres carnales de la lista) eran sumamente leales. Más asustada que desconcertada, la castaña se cruzó los brazos por debajo de su pecho y levantó la barbilla como si quisiera desafiarlo.— ¿Quién es usted? ¿Cómo sabe mi nombre?
Entonces consideró algo más asombroso que la propia vida misma. Él había conocido a su familia; al menos, a uno de ellos. Los Roham no eran gitanos muy bien aceptados entre los suyos debido a su flexibilidad con las costumbres romaníes, pero dado su buen comercio y sus miembros activos y fuertes, todos los respetaban. Especialmente a Cam Roham, su padre. Durante un instante la joven apenas podía respirar. Ni Hero la había asustado de ese modo cuando le conoció, pero él era, después de todo, un...
— Vampiro. —Soltó en un suspiro de sorpresa. En teoría, los gitanos eran mucho más sensibles a captar la naturaleza de un sobrenatural; al menos eso había leído entre los libros de Hero. Le inquietaba estar tan cerca de un "hijo de la noche" desconocido, pero no podía olvidar lo que ya estaba consumiéndola por dentro. Decidió expresar en palabras el tumulto de preguntar que pasaban por su mente.— Realmente lo es, ¿cierto? —Sus ojos eran inquisitivos pero tan curiosos como los de una niña, y su voz, apenas un murmullo.— Mis padres murieron hace ya varios años. Primero mi madre de enfermedad y después mi padre a manos de la Inquisición. Por favor... si sabe algo de ellos...
— ¿Qué? —Dijo sin aliento, mirándolo como si se enfrentara a un espectro y no a un "hombre común". Nadie en todo París había prestado mucha atención a una gitanilla de apellido Roham; salvo, quizás, un maduro soldado inglés al que le había perdido la pista ya varios años atrás. Sin embargo, era demasiado sorprendente que aparte de su apellido pudiera saber su nombre. Sólo Hero y Camilla... y Melalo, lo sabían. Y los tres (aunque el último excluyera los placeres carnales de la lista) eran sumamente leales. Más asustada que desconcertada, la castaña se cruzó los brazos por debajo de su pecho y levantó la barbilla como si quisiera desafiarlo.— ¿Quién es usted? ¿Cómo sabe mi nombre?
Entonces consideró algo más asombroso que la propia vida misma. Él había conocido a su familia; al menos, a uno de ellos. Los Roham no eran gitanos muy bien aceptados entre los suyos debido a su flexibilidad con las costumbres romaníes, pero dado su buen comercio y sus miembros activos y fuertes, todos los respetaban. Especialmente a Cam Roham, su padre. Durante un instante la joven apenas podía respirar. Ni Hero la había asustado de ese modo cuando le conoció, pero él era, después de todo, un...
— Vampiro. —Soltó en un suspiro de sorpresa. En teoría, los gitanos eran mucho más sensibles a captar la naturaleza de un sobrenatural; al menos eso había leído entre los libros de Hero. Le inquietaba estar tan cerca de un "hijo de la noche" desconocido, pero no podía olvidar lo que ya estaba consumiéndola por dentro. Decidió expresar en palabras el tumulto de preguntar que pasaban por su mente.— Realmente lo es, ¿cierto? —Sus ojos eran inquisitivos pero tan curiosos como los de una niña, y su voz, apenas un murmullo.— Mis padres murieron hace ya varios años. Primero mi madre de enfermedad y después mi padre a manos de la Inquisición. Por favor... si sabe algo de ellos...
Yuna Rutledge- Gitano
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Re: De Luto... [Privado: Maia Roham]
Al parecer sí que no se acordaba de él, aunque eso no le sorprendió, muchos no le recordaban ya que el tiempo les hacia recordar cosas personales y queridas antes que a un mero viajero que solo estaba de paso como una mera sombra, aunque las varias expresiones de la joven al igual que su pregunta le hicieron cierta gracia, aunque no lo exteriorizo ¿seria el efecto del licor? Imposible, era inmune a este pero sería divertido caer en una borrachera en un día de luto aunque en ese lugar no sería nada nuevo, era hasta común pero a saber cómo afectaría el alcohol a un vampiro ya que lo había visto en un licántropo y era mejor estar bien lejos de estos, ya que no se vuelven mansos precisamente, pero cuando la joven de pronto comento eso ultimo, entrecerró los ojos sonriendo ligero en una sonrisa melancólica.
Al parecer había estado bien perdida como para no notar su verdadera naturaleza, los presentes la conocían pero ellos conocían a Garrett desde hacia tiempo, a excepción de los nuevos que aun estaban un poco recelosos de acercársele –no todos, ya que algunos nuevos se le acercaban por mera curiosidad- pero los más antiguos de la caravana lo aceptaban, aunque la joven tardo lo suyo en notarlo… seguramente se debía al hecho de conocerla, ¿le extrañaba? Aunque tras oír eso de su familia… miro para otro lado, ahora se sentía un poco incomodo, al parecer la joven desconocía la verdad pero él no era nadie para revelarla, el no interfería en las vidas humanas, por ello era una sombra, así que volvió a mirar a la joven.
- Si y lo sé, estuve en el entierro de tu madre – comento, aun cuando el entierro de ella fue en un cementerio rodeado de gente ajena al mundo gitano, el había ido ya que gracias al cielo, había estado todo nublado y el entierro se llevo en la tarde por lo que pudo estar tranquilamente al aire libre – les conocí hace mucho tiempo, tu siquiera habías nacido, aunque a la primera que conocí fue a Erzabetha – comento, aunque el solía llamarla siempre Erza, pero fue casi en otra vida, aun recordaba cuando la visitaba de noche, quedándose con ella en el balcón de su cuarto hablando por horas, incluso ella había ido a verlo al teatro, donde él había actuado algunas veces. – te pareces mucho a ella aunque tienes algunos rasgos de tu padre
[Perdón si metí algo de tu historia, cualquier cosa avisa para hacer algún cambio]
Al parecer había estado bien perdida como para no notar su verdadera naturaleza, los presentes la conocían pero ellos conocían a Garrett desde hacia tiempo, a excepción de los nuevos que aun estaban un poco recelosos de acercársele –no todos, ya que algunos nuevos se le acercaban por mera curiosidad- pero los más antiguos de la caravana lo aceptaban, aunque la joven tardo lo suyo en notarlo… seguramente se debía al hecho de conocerla, ¿le extrañaba? Aunque tras oír eso de su familia… miro para otro lado, ahora se sentía un poco incomodo, al parecer la joven desconocía la verdad pero él no era nadie para revelarla, el no interfería en las vidas humanas, por ello era una sombra, así que volvió a mirar a la joven.
- Si y lo sé, estuve en el entierro de tu madre – comento, aun cuando el entierro de ella fue en un cementerio rodeado de gente ajena al mundo gitano, el había ido ya que gracias al cielo, había estado todo nublado y el entierro se llevo en la tarde por lo que pudo estar tranquilamente al aire libre – les conocí hace mucho tiempo, tu siquiera habías nacido, aunque a la primera que conocí fue a Erzabetha – comento, aunque el solía llamarla siempre Erza, pero fue casi en otra vida, aun recordaba cuando la visitaba de noche, quedándose con ella en el balcón de su cuarto hablando por horas, incluso ella había ido a verlo al teatro, donde él había actuado algunas veces. – te pareces mucho a ella aunque tienes algunos rasgos de tu padre
[Perdón si metí algo de tu historia, cualquier cosa avisa para hacer algún cambio]
Akos Mörkt- Hechicero Clase Media
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Re: De Luto... [Privado: Maia Roham]
Maia reconoció que aunque había madurado mucho gracias a los últimos eventos en su vida, y a la importante intervención de Hero, Camila y Melalo, eso no la exentaba de los arrebatos humanos que cualquiera experimentaría en tal situación. Le faltaba el aire y su corazón latía rotundo contra su pecho, como si quisiera sincronizarse con los tambores de la fiesta. De pronto todo el ruido y los olores quedaron en un plano secundario. Sólo podía apreciar la figura alta y desgarbada del vampiro, sus ojos que contenían más años de los que cualquiera le pudiese adivinar. Unas noches atrás le prometió a su fiel amigo que no tomaría confianzas con cualquier inmortal, que no se arriesgaría a ser "encantada" para servir como un aperitivo. Pero este hombre no parecía hostil, no le hacía sentir nada más que curiosidad, intriga y esa pequeñísima renuencia que todos los vampiros provocaban en todos los gitanos.
Prefirió callar ante su comentario, pues habría sido muy triste resaltar un hecho que ambos debían saber; él asistió al funeral de Erzabetha y no su propia hija. Era evidente que no podía recordarlo, que le frustraba contar con una torpe memoria humana; sin embargo, tuvo que reconocer que le satisfacía escuchar todo eso. Saber que su palabra no era la única válida relativa a Erzabetha Halle y Cam Roham. Que no había sido producto de su imaginación y no era un fantasma rondando París.
La siguiente vez que la joven levantó la mirada, sus ojos ambarinos brillaban con una triste satisfacción. Una sonrisa en sus labios tiraba ligeramente aunque había signos de dolor en su rostro.
— Mi padre me sacó tan pronto de Hungría que apenas la recuerdo. Usted debe ser la primera persona que conozco que recuerda algo de ellos. —Se abrazó a sí misma, como si necesitara sostenerse para no caer en mil pedazos.— Se supone que éste es el gran momento de Antón. —Murmuró con suavidad mientras dirigía esa cristalina mirada a la hoguera, pues no había otra forma de pronunciar el nombre de ese gitano.— Una despedida cálida y sonriente. Pero de cierto modo, no dejo de pensar en todos ellos. La caravana de mi padre no tuvo oportunidad de ser despedidos con un funeral, no hubo quien los recordara salvo yo misma. —Suspiró y bajó los brazos, echando un vistazo al firmamento como lo había hecho antes; era como ver a una criatura tomando aire para desvanecer todas sus penas.— Ni siquiera le he preguntado su nombre, monsieur. Suelo ser bastante grosera con estas cosas, aunque en teoría debería haberme civilizado. —No sólo por sus raíces romaníes, sino por su propia naturaleza, posó una mano sobre el pecho ajeno.— Sonará un poco redundante, pero... ¿Podría pedirle un favor? Hace tiempo que no vengo a una de estas fiestas y si bien, quiero oír lo que sabe de mi familia, preferiría hacer lo estipulado por la tradición. Celebrar. —Bajó la mirada de las brillantes estrellas al rostro del vampiro, y para entonces la melancólica sonrisa había desaparecido. De nuevo tenía un rostro optimista y un tanto conciliador.— Si preferiría mantenerse al margen, lo comprendo, pero ya que es un favor debería ser más complicado negarse. Baile conmigo.
Prefirió callar ante su comentario, pues habría sido muy triste resaltar un hecho que ambos debían saber; él asistió al funeral de Erzabetha y no su propia hija. Era evidente que no podía recordarlo, que le frustraba contar con una torpe memoria humana; sin embargo, tuvo que reconocer que le satisfacía escuchar todo eso. Saber que su palabra no era la única válida relativa a Erzabetha Halle y Cam Roham. Que no había sido producto de su imaginación y no era un fantasma rondando París.
La siguiente vez que la joven levantó la mirada, sus ojos ambarinos brillaban con una triste satisfacción. Una sonrisa en sus labios tiraba ligeramente aunque había signos de dolor en su rostro.
— Mi padre me sacó tan pronto de Hungría que apenas la recuerdo. Usted debe ser la primera persona que conozco que recuerda algo de ellos. —Se abrazó a sí misma, como si necesitara sostenerse para no caer en mil pedazos.— Se supone que éste es el gran momento de Antón. —Murmuró con suavidad mientras dirigía esa cristalina mirada a la hoguera, pues no había otra forma de pronunciar el nombre de ese gitano.— Una despedida cálida y sonriente. Pero de cierto modo, no dejo de pensar en todos ellos. La caravana de mi padre no tuvo oportunidad de ser despedidos con un funeral, no hubo quien los recordara salvo yo misma. —Suspiró y bajó los brazos, echando un vistazo al firmamento como lo había hecho antes; era como ver a una criatura tomando aire para desvanecer todas sus penas.— Ni siquiera le he preguntado su nombre, monsieur. Suelo ser bastante grosera con estas cosas, aunque en teoría debería haberme civilizado. —No sólo por sus raíces romaníes, sino por su propia naturaleza, posó una mano sobre el pecho ajeno.— Sonará un poco redundante, pero... ¿Podría pedirle un favor? Hace tiempo que no vengo a una de estas fiestas y si bien, quiero oír lo que sabe de mi familia, preferiría hacer lo estipulado por la tradición. Celebrar. —Bajó la mirada de las brillantes estrellas al rostro del vampiro, y para entonces la melancólica sonrisa había desaparecido. De nuevo tenía un rostro optimista y un tanto conciliador.— Si preferiría mantenerse al margen, lo comprendo, pero ya que es un favor debería ser más complicado negarse. Baile conmigo.
- Spoiler:
- No te preocupes, al contrario, me alegra que no murieras de aburrimiento con mi ficha x''D! Gracias por tomarte el tiempo de leer~ Sólo un dato que no sé si puse es que Cam Roham está vivo(?)
Yuna Rutledge- Gitano
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Re: De Luto... [Privado: Maia Roham]
Oía la historia de la joven como si fuese la primera vez que la oía, aunque no era así, siquiera la había oído pero si vivido, el mismo había visto a Cam el día que se llevo a la pequeña Maia, fue una despedida rápida en la que les ayudo de lejos para que no fueran perseguidos, pero aquello fue tan lejano y parecía ser realmente otra época, ya que la pequeña que había conocido tiempo atrás ahora era una mujer, la mescla de dos buenos amigos, aun cuando había vivido tantos años, seguía sorprendiéndole la naturaleza humana, especialmente el alumbramiento y desarrollo de una criatura indefensa para luego volverse un individuo independiente... era fascinante, y Garrett lo veía casi a diario, quedándose en la vida de algunos.
- Mi nombre... - menciono mirando ahora el al fuego, había usado siempre su nombre y apellido sin cambiarlo durante siglos, no por comodidad, ni para que lo recuerden, solo porque no le gustaba engañar a los demás, aun cuando con eso podían descubrir su naturaleza real, pero quizás era principalmente ese el motivo, quizás quería ser recordado y reconocido... no, tonterías, era pura pereza en realidad, pasaba de pensar en nombres a cada década... además le gustaba su nombre, era único - no necesitas ser tan formal conmigo pequeña - comento sonriendo un poco, todos le parecian pequeños a su lado, eso le hacía sentir... - me haces sentir viejo - bromeo riendo un poco, para luego tomar la mano de la joven para llevarla a bailar como había pedido - mi nombre es Garrett Holt, es un placer el volver a verla - ahí fue él quien hablo formal pero con una sonrisa que indicaba lo divertido del habla, no por reírse de ella. - sera un placer el aceptar su ofrecimiento
Cuando llegaron a donde el fuego, se unieron al baile con los otros, dejándose llevar por la música, las risas y los movimientos del cuerpo que parecían salir por si solas, como si la música fuese mágica que obligaba a uno moverse a ese ritmo, con esos pasos y con esa energía, era en realidad una forma de desahogo o al menos eso le pareció al vampiro, pero él no se cansaba con eso, aun si bailase décadas no lo agotaría, demasiados años viviendo con micho movimiento como para estar en constante quietud y tranquilidad, aunque ahora estaba tomándose un pequeño descanso... y no estaba yéndole mal la verdad, había hallado a una persona casi desaparecida de su vida pasada...
[comentaste que sobrevivio :3 perdon la tardanza, el trabajo me tiene off casi todos los dias, ya que el sol y trabajar fuera no ayuda XD pero desde ayer esta refrescanso y hoy llvoio y eso me revivio XDDDD]
- Mi nombre... - menciono mirando ahora el al fuego, había usado siempre su nombre y apellido sin cambiarlo durante siglos, no por comodidad, ni para que lo recuerden, solo porque no le gustaba engañar a los demás, aun cuando con eso podían descubrir su naturaleza real, pero quizás era principalmente ese el motivo, quizás quería ser recordado y reconocido... no, tonterías, era pura pereza en realidad, pasaba de pensar en nombres a cada década... además le gustaba su nombre, era único - no necesitas ser tan formal conmigo pequeña - comento sonriendo un poco, todos le parecian pequeños a su lado, eso le hacía sentir... - me haces sentir viejo - bromeo riendo un poco, para luego tomar la mano de la joven para llevarla a bailar como había pedido - mi nombre es Garrett Holt, es un placer el volver a verla - ahí fue él quien hablo formal pero con una sonrisa que indicaba lo divertido del habla, no por reírse de ella. - sera un placer el aceptar su ofrecimiento
Cuando llegaron a donde el fuego, se unieron al baile con los otros, dejándose llevar por la música, las risas y los movimientos del cuerpo que parecían salir por si solas, como si la música fuese mágica que obligaba a uno moverse a ese ritmo, con esos pasos y con esa energía, era en realidad una forma de desahogo o al menos eso le pareció al vampiro, pero él no se cansaba con eso, aun si bailase décadas no lo agotaría, demasiados años viviendo con micho movimiento como para estar en constante quietud y tranquilidad, aunque ahora estaba tomándose un pequeño descanso... y no estaba yéndole mal la verdad, había hallado a una persona casi desaparecida de su vida pasada...
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Akos Mörkt- Hechicero Clase Media
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Re: De Luto... [Privado: Maia Roham]
El último año de su vida se había vuelto un verdadero jaleo, y ahora se daba cuenta. Maduraba en ella tanto el amor terrenal de un gitano por la libertad y la rebeldía, como la sobriedad de un gadjo y su eterna búsqueda del conocimiento y el desarrollo. Al lado del señor Holt, como había decidido llamarle sólo como una broma personal, sentía que podía ser ella misma sin miedo a ofender a nadie. No necesitaba lanzárse a ninguno de los dos extremos. Además, aunque él le había conocido de niña, era como toparse a un viejo amigo al cual deseas conocer una vez más desde el principio. La sonrisa de la gitana era dulce y sus ojos brillaban risueños.
— Jamás me atrevería a hacerlo sentir viejo, señor Holt. —Le dijo conteniendo la risa tras la mano, la cual le entregó encantada por el modo tan hilarante de hablar y actuar. De los vampiros que conocía, ninguno era tan suelto como ese hombre. Hero era una excepción entre pocas, principalmente porque en realidad no llevaba muchos años encima. Ya cerca de la hoguera, y con el extremo de la falda alzado en su mano izquierda, le dirigió una maliciosa sonrisa.— Por lo general éste suele ser un inconveniente femenino, pero, ¿le molestaría si le pregunto si edad? —Dicho esto, empezó a bailar con él.
Lo cierto es que Maia era una mujer que desahogaba sus tristezas en llantos, en palabras melancólicas que la hacían parecer una niña desesperanzada. Pero esa noche, por extraño que pudiera parecer, estaba liberando a los viejos fantasmas del pasado en una danza que no expresaba melancolía alguna. Reía ante las intensas bromas lanzadas al aire desde el rincón donde una serie de gitanos procreaban la música acorde para tan magnífica danza. Algunos hombres, con botellas en mano, le lanzaban besos torpes que al final se los llevaba el viento. Una que otra mujer seducía la "pista de baile" con complicados pasos e imposibles maniobras con las caderas.
La castaña se sujetaba a los hombros del vampiro mientras bailaba con él, sonriendo de oreja a oreja.
— Para ser tan maduro... —Dijo en medio de un giro en el cual su ropa creo una serie de colores brillantes.— Baila usted muy bien, señor Holt. —Se echó a reír de sus propias tonterías, cosa que no hacía desde hacía un buen tiempo, y sacudió la cabeza.— Creo que no me arriesgaré a molestarte. —Comentó entre risa y risa.— Garrett es un lindo nombre, después de todo.
— Jamás me atrevería a hacerlo sentir viejo, señor Holt. —Le dijo conteniendo la risa tras la mano, la cual le entregó encantada por el modo tan hilarante de hablar y actuar. De los vampiros que conocía, ninguno era tan suelto como ese hombre. Hero era una excepción entre pocas, principalmente porque en realidad no llevaba muchos años encima. Ya cerca de la hoguera, y con el extremo de la falda alzado en su mano izquierda, le dirigió una maliciosa sonrisa.— Por lo general éste suele ser un inconveniente femenino, pero, ¿le molestaría si le pregunto si edad? —Dicho esto, empezó a bailar con él.
Lo cierto es que Maia era una mujer que desahogaba sus tristezas en llantos, en palabras melancólicas que la hacían parecer una niña desesperanzada. Pero esa noche, por extraño que pudiera parecer, estaba liberando a los viejos fantasmas del pasado en una danza que no expresaba melancolía alguna. Reía ante las intensas bromas lanzadas al aire desde el rincón donde una serie de gitanos procreaban la música acorde para tan magnífica danza. Algunos hombres, con botellas en mano, le lanzaban besos torpes que al final se los llevaba el viento. Una que otra mujer seducía la "pista de baile" con complicados pasos e imposibles maniobras con las caderas.
La castaña se sujetaba a los hombros del vampiro mientras bailaba con él, sonriendo de oreja a oreja.
— Para ser tan maduro... —Dijo en medio de un giro en el cual su ropa creo una serie de colores brillantes.— Baila usted muy bien, señor Holt. —Se echó a reír de sus propias tonterías, cosa que no hacía desde hacía un buen tiempo, y sacudió la cabeza.— Creo que no me arriesgaré a molestarte. —Comentó entre risa y risa.— Garrett es un lindo nombre, después de todo.
- Spoiler:
- Lamento muchísimo la demora. Entre que mi Pc había medio muerto y no tenía inspiración, pasó una eternidad T___T
Yuna Rutledge- Gitano
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