Orgullo Contra Razón (Reservado)

* Noche de luna radiante y blanca cuan rostro de la realeza en su exterior... Solamente en su exterior mayormente. Las calles estaban bajo esa plateada luz que bañaba y envolvía en su reflejo a los pocos que se atrevían a transitar a pié con los asesinos silenciosos aún latentes. Dentro del hotel era un día más para un lugar tan categórico en comparación a muchas posadas de bares que parecían un lugar donde ni el peor de los agonizantes vivos quisiera caerse muerto tras sus últimos alaridos. En cambio el hotel de las arenas presentaba una iluminación incandescente en color ámbar que cubría casi todos los rincones del hostal de lujo, alfombras importadas que eran increíblemente admirables a tal nivel que podría no dar ganas de caminar sobre ellas de lo inmaculadas que lucían. Sus paredes y columnas no resultaban menos hermosas al igual que algunos ventanales curiosos diseñados en un arte colonial casi estricto. Era una noche algo concurrida y casi todas las habitaciones estaban ocupadas por visitantes solitarios tanto hombres como mujeres, parejas de alto nivel social y familias extranjeras que pasaban sus vacaciones... Al final el lugar era próspero como el producto de la esperanza, la libertad y la justicia a pesar de que esta última parecía haberse tomado unas vacaciones muy largas.*

* Regresando a las afueras brumosas en sus rincones oscurecidos muchas sombras se desplazaban entre el vestigio de la oscuridad acechando a la víctima como víboras sigilosas y viles. Muchos de estos ataques no eran registrados por testigos o eran sencillamente ignorados por la humanidad con la excusa tiritante del temor. Normal era temer a lo desconocido, pero muy inmoral y decadente el hecho de ver aquellos ataques sangrientos como algo normal en las noches parisinas. Era algo inaudito considerar que las desapariciones de muchas personas de todas las clases sociales, que los gritos de la víctima atacada y silenciada por su agresor fuesen parte de las noches de los que allí habitaban, que muchos comentaran al respecto pero que nadie delatara ni hiciera nada para remediarlo, ni siquiera la realeza que jactaba sus golosas fauces con palabras llenas de vano orgullo proclamando ser de los mejores imperios. Un sueño en el que vivían las familias reales cegadas por el orgullo... Era la hora de que alguien rompiera el paradigma y decidiera actuar donde el rebaño no lo hace, un veterano que avance contra los asesinos y los haga pagar por sus crímenes contra la vida... Un derecho que nadie debe arrebatar a otro. La cabeza de un extraño proveniente de un lugar pobre pero muy afortunado redundaba con esas reflexiones mientras se filtraba con la maleabilidad propia del agua entre los callejones oscuros con un destino en especifico que él denominaba una entrevista.*

* Tan silente como mortal, ya algunos pocos conocían de lo que era capaz aquel velo negro y otros simplemente le ignoraban por parecer ridículo o simplemente por la cobardía de limitarse solo a atacar víctimas inocentes. Su posición actual era un enigma tan grande como la ubicación original de la desaparecida atlántida o el origen mismo de las sagradas escrituras y la comprobación sustancial de su existencia. Donde quiera que estuviera se mantenía paciente, inerte y vedado de la psiquis por su propia seguridad, para no ser localizado fácilmente ni vulnerado fuera de la realidad... La noche era la única testigo de su movimiento y sus intenciones, pero aquella era fiel al que confiara en ella y por tanto guardaría bien el secreto, lo haría tan bien como lo hace la máscara que oculta al llamado monstruo de Vaudeville.*