Edmond Geinlerin [ID]

Descripción Psicológica

Edmond siente un profundo odio por la raza humana, debido a que su debilidad los puede guiar tan bajo como alguien puede caer, el que su madre hiciera las terribles cosa que hizo con él fue suficiente para convencerlo de ello. Ya los odiaba incluso antes de volverse vampiro, cuando lo hizo este hecho simplemente reforzó su odio al sentirse muy superior a ellos. Finalmente, el asesinato de su hermana a manos de un cazador no hizo más que elevar el poder de su odio, llevandolo a la venganza.

Es un hombre problemático, por alguna razón siempre está haciendose de enemigos, su presencia rara vez es grata para alguien aparte de su padre (a quien ve realmente poco), su hermana (quien murió relativamente hace poco) y sus amantes, a quienes la mayoría del tiempo pagaba por su atención o controlaba con sus poderes, por ende no contaban.

Es sumamente reservado, de pocas palabras, es de los que piensa que las acciones valen más que las palabras, y él prefiere ser dueño de lo que calla antes que esclavo de lo que dice. A pesar de ello, es muy sincero, siempre dice a la cara exactamente lo que piensa, sobre todo cuando lo que piensa no es algo que a quien escuche pueda agradar, motivo principal por el que siempre cae pesado a la gente, y tampoco es que intente hacer amigos.

Para alcanzar lo que quiere es capaz de lo que sea, hasta los más sucios trucos, incluso parecer agradable. Es un hombre cerrado, su pasado es cosa suya, ni siquiera Kristal llegó a conocer las crueldades de las que fue victima. Su cuerpo, que antes de ser convertido en vampiro estaba lleno de feas cicatrices, ahora con la sangre inmortal corriendo por sus venas se ha vuelto perfecto, de piel suave y fría.

Cuando lo necesita, puede llegar a ser encantar con el propósito de alcanzar algún objetivo, aunque en general es un bastardo ávido de sangre y mujeres hermosas, deseoso de venganza, un maldito mentiroso y manipulador.

No es un hombre de sonreír o reír, a menos que se burle de alguien, y lo más cercano a sonrisa que puedes sacarle sería una media sonrisa, donde apenas una de las comisuras de sus labios se curvaría. Disfruta de los placeres carnales y si debe valerse de sus poderes para hacer la relación más interesante no dudará en hacerlo.

En el fondo, pero muy en el fondo de su ser, cuando no está intentando fingir, sigue siendo el chico curioso que le gusta leer, un casanova empedernido detrás de las más hermosas chicas, un chico herido que necesita ser escuchado antes de poder sanar y quizás convertirse en alguien diferente al bastardo como el que suele actuar. Es sobreproctector con los que considera suyos, aunque hasta ahora sólo cuenta su hermana en este grupo.

Sin su hermana, el único motivo que ve para seguir con vida es conseguir su venganza, luego de ello sino encuentra alguien que lo logre sacar de su miseria y autocompasión, lo más seguro es que termine por morir de tristeza y soledad. Lo que más necesita es que alguien sea tan sincero con él como siempre lo ha sido hacia los demás, que le hable claro sobre cuál es su problema, para que logre reparar en ello y, quizás, conseguir el cambio.

Historia

Las circunstancias de su nacimiento no fueron, de ninguna manera, de las mejores. Su madre, Clara, era esclava en la mansión donde su padre era el chico de oro, el heredero de la casa Geinlerin y futuro sucesor de su padre en cuanto a ser la cabecilla del grupo financiero en el que su familia eran los socios mayoritarios. Para sus padres no era un problema que el joven heredero tuviera una aventura con una sirvienta, por lo que nunca se los detuvo, incluso la chica pasó a recibir trato ligeramente especial por complacer los apetitos de su amo. Cuando, a 6 meses del inicio de aquella aventura, se descubrió el embarazo de la esclava, se le regaló su libertad a cambio de que desapareciera de sus vidas y nunca mencionara quien era el padre de ese niño.

La mujer, que sólo contaba con 17 años cuando quedó embarazada, comenzó a odiar a ese niño en su vientre, ya que él había sido el culpable de todas sus desgracias. Siendo una esclava de la casa Geinlerin recibía sus tres alimentos diarios, además al ser la amante de Raymond recibía regalos de su señora que la ayudarían a complacer de mejor manera las necesidades de su joven amo. Había sido feliz en los brazos de Raymond, era un hombre arrogante, sofisticado, de carácter fuerte, decidido; pero en la cama era amable y suave, la hacía perderse en un mar de placer. Pero ahora todo aquello había terminado. Al salir de la casa Geinlerin, le permitieron llevarse exclusivamente sus pocas pertenencias, y le dieron algo de dinero, el necesario para que se fuera tan lejos de ellos como fuera posible, recomendándole convertirse en prostituta, de esa manera nadie sospecharía.

Desde su embarazo, y gracias a los sentimientos de odio que sentía por el niño en su interior, sus pensamientos se fueron tornando enfermizos, casi demenciales. Cuando el bebé nació la situación no mejoró, sentía que odiaba a ese demonio que había salido de su vientre, creía que era la encarnación del diablo, castigo a su persona por haber desobedecido las costumbres impuestas por la iglesia de llegar pura y casta hasta el matrimonio.

Con el paso de los años, y viendo que mantener a ambos con vida en los diversos trabajos que conseguía era casi imposible, decidió seguir el consejo que le fue dado antes de marcharse de la casa Geinlerin y convertirse en prostituta, ocupación que le daría algunos ingresos más que cualquier otro trabajo que una analfabeta pudiera conseguir.

Edmond, según fue nombrado por una madre que lo odiaba, crecía sintiéndose el monstruo que su madre decía que era, se llamaba a si mismo demonio, y su personalidad se cerraba más y más, convirtiéndolo en un niño retraído, serio, cuyo único placer era el de ir a la escuela pública y sumergirse en sus libros y estudios, volviéndose día con día más inteligente, sabio, conocedor y necesitado de más conocimientos.

Cuando el niño alcanzó la edad de 8 años, Clara, enferma mentalmente como estaba, comenzó un ritual de tortura, ya no sólo mental sino también físico. Mientras le decía que era el hijo del diablo, lo azotaba duramente. Posteriormente, a los 12, aunque físicamente parecía de 15 por su estatura, comenzó a violarlo, metiendo todo lo que se atravesó en su camino por el ano del chico, incluso obligándolo a penetrarla cuando ella se sintió excitada por las atrocidades que le hacía.

Cuando Ed cumplió 13 años, Clara quedó embarazada nuevamente, de alguno de sus clientes. La niña que nació de aquel embarazo fue llamada Kristal, ella se convirtió en la adoración de Edmond, adoraba a su pequeña hermana y la protegía siempre de su madre, recibiendo él los castigos en su lugar, fueran tan rudos o crueles como estos fueran. No permitiría que su pureza e inocencia fuese destruida por la enfermedad de Clara.

Más tarde, con 18 años, a su puerta llegaron hombres de la familia Geinlerin. Al ver a Edmond, no dudaron ni por un segundo que fuese el hijo de Raymond, era la imagen viva de su rubio padre, con sus profundos ojos verde mar, y apenas uno que otro rasgo de la madre, cosa que también beneficiaba a los Geinlerin. El motivo de su llegada a Londres, lugar donde nació y se crió Ed, es que su padre supuestamente había muerto un par de años en el pasado de una terrible y mortal enfermedad sin haber tenido ningún otro hijo que él, lo que lo convertía en heredero y única esperanza de Joseph, su abuelo, de no perder lo que con arduo trabajo había conseguido durante toda su vida, por lo que quería entrevistarse con Ed.

A pesar de la inmediata negación de Clara, el joven Edmond se negó por primera vez a la palabra de su madre, acompañando a los hombres de su abuelo para ir a verlo. Al principio no lograban llegar a un acuerdo debido a las condiciones de ambos, sin embargo, al darse cuenta que Joseph lo necesitaba más de lo que él a su abuelo, le dio un ultimátum: “Aceptas mis condiciones, o puedes marcharte por dónde has venido. He vivido hasta ahora sin ti ni tu dinero, pero seguir haciéndolo”. Logrando al fin que el viejo cediera. De esta manera consiguió que internaran a su madre en el mejor sanatorio de toda Alemania, y le permitieron llevar con él a Kristal, recibiendo ambos el apellido familiar, a pesar que la niña de ahora 5 años no pertenecía a ella.

Ese momento en su vida marcó un antes y después, un cambio radical. Edmond, si bien tampoco conoció el amor fraternal de parte de sus abuelos paternos, al menos supo lo que era el poder que daba el dinero, que combinado con su alto intelecto lo convirtieron en un hombre arrogante, que además unido al carácter serio y cerrado que había desarrollado gracias al tiempo vivido con su madre hicieron de él un hombre de negocios infalible, siempre conseguía lo que deseaba, manipulando a la gente, especialmente porque nunca se hacía dependiente de nadie mientras que obligaba de alguna u otra manera a los demás a depender de él. Era el orgullo de sus abuelos.

A la edad de 28 años, cuando Joseph vio que no tenía nada más que enseñarle, decidió que era momento de presentarle a alguien muy importante. Grande fue su sorpresa al descubrir que ese alguien era el mismísimo Raymond, quien para el momento debía tener por lo menos 23 años más que Edmond, y sin embargo no aparentaba más de 35 años de edad. Raymond le explicó su naturaleza, le explicó el motivo por el que fue buscado a pesar que él no se hallaba realmente muerto, y le ofreció el regalo de la vida eterna. El joven hombre se negó rotundamente, una vida humana era suficiente para él, la eternidad no era una de sus ambiciones. Pero esto pronto cambiaría.

Dos años más tarde, Kristal, quien ya contaba con 17 años, cayó mortalmente enferma, los médicos dijeron que no había forma de que ella se salvara. Fue entonces cuando Edmond recurrió a su padre, rogando por primera y única vez en su vida que le diera el regalo de la vida eterna a Kristal. Sabía que era egoísta darle algo de tal magnitud sin saber si quiera si ella estaría de acuerdo, sin embargo perder a la única persona que amaba, y tan pronto, no era algo que deseara. Por su parte, Raymond se negó, argumentando que la única forma en que cristal se convertiría en vampiro, sería si la convertía él mismo, obligándolo de esa manera a transformarse sólo para salvarla a ella.

Kristal estuvo encantada con lo que el ser vampiro le ofrecía, los sentidos, la fuerza, la belleza eterna, nunca envejecería tanto como para perder su joven y hermosa apariencia. Por su parte, Edmond simplemente fue feliz de verla feliz a ella.

La vida luego de ese momento específico fue bastante tranquila, sus abuelos murieron de ancianos, de su madre nunca volvió a saber nada, Kristal creía firmemente que había muerto cuando era una niña, y ahora quería a Raymond como a un padre. A pesar que nunca hizo nada por evitar que lo separaran de su hijo cuando se supo que venía en camino, resultó ser bastante dado a los niños, cosa que descubrió con la media hermana de su verdadero hijo. Durante más de 900 años Edmond vio a su hermana desarrollarse como mujer, a pesar que seguía luciendo como la niña de 17 años, quizás un poco mayor debido a los siglos, fue madurando con el tiempo. En ese tiempo Kristal se enamoró de un joven humano al que terminó convirtiendo y volviendo su pareja, momento en el que Edmond decidió que vivir juntos ya no era requerido, ella tenía alguien que velaba por ella y él sentía que sobraba en esa felicidad de dos.

Por su parte, el mayor de los hermanos nunca se enamoró, nunca sintió siquiera preocupación por alguien más que no fuera sí mismo o Kristal, incluso Raymond, que se había convertido en una constante en su vida. La mujeres van y vienen, le encanta recurrir a prostíbulos en busca de placer carnal, sólo eso. Le gusta recibir y dar placer en igual medida, y si se siente satisfecho a la primera, suele repetir. Es también muy generoso con aquellas que logran atraerlo más de 3 veces a su lecho, dando regalos valiosos, incluso en una ocasión en que decidió tomarse unas vacaciones, pagó una pequeña fortuna a una hermosa mujer que lo tenía hechizado de momento para que lo acompañara durante dos meses en un recorrido por varias partes del mundo, llevándola a conocer lugares hermosos del mundo y teniendo mucho sexo en el camino. Pero al final de todo, nunca llegaba a interesarse lo suficiente para querer saber de sus vidas, mucho menos para quererlas en la suya eternamente.

Tenía 500 años cuando decidió por primera vez transformar a una mujer. La había conocido en una fiesta, sabía que era casada y que odiaba profundamente a ese hombre, por lo que no le preocupó a la hora de llevársela a la cama. Al principio disfrutó simplemente de acostarse con ella, era hermosa y joven, suave y dulce, disfrutó realmente de esos días junto a ella, pero como con todas las demás, finalmente la dejó poco después de transformarla. El motivo por el que la transformó en primera estancia fue lástima, sentía pena de ella y la situación que vivía junto a un hombre que no amaba y no la amaba, no mataría al hombre por ella, pero le regaló el poder de decidir qué hacer con su vida de ahora en adelante. Aunque debía admitir que había algo más respecto a lo que no quería indagar demasiado.

Fue a finales del siglo XVIII cuando el mundo de Edmond se desboronó a sus pies. Kristal y su pareja fueron asesinados por un cazador de vampiros en Francia. Cuando se enteró de la tragedia, por una carta de Raymond, el más joven por poco se vino abajo, ella era su único amor, su única familia, la última gota de fe que le quedaba, y le había sido arrebatada. Su pequeña hermana nunca había bebido de un humano mientras estuvo bajo su tutela, él bebía suficiente para los dos y luego le ofrecía de su sangre, no quería que ella se manchara las manos en tal tarea. Gracias también al impulso de su padre, Ed logró volver a ponerse en pie, con un único propósito, encontrar y matar al cazador que se había atrevido a posar sus asquerosas manos sobre su hermana, no sin antes hacerle sufrir en igual medida.

Viajó inmediatamente a Francia, donde gracias a su clarividencia logró descubrir como lucía aquel bastardo. Tras semanas de investigación, dio con su nombre: Lionel Darsian, desde entonces ha estado tras sus huellas. Transformó a su esposa y al que creía que era su hijo por el único placer de imaginarlo amando a las criaturas que odiaba a tal punto de matar sin siquiera darse la tarea de investigar sobre su estilo de vida. Que lo hubieran matado a él, lo habría aceptado sin problema, había transformado a más de una persona, mataba y bebía de humanos por placer, él era sin duda el tipo malo de la historia.

Después de haber transformado al supuesto hijo, le siguió los pasos hasta París, lugar donde se dio cuenta de su error y descubriendo quien era la verdadera hija del hombre a quien odiaba tan profundamente. De ahora en adelante todo lo que debía hacer era lograr sacarle la información a aquella mujer o, en el peor de los casos acercarse a ella. Tarde o temprano, Lionel tenía que venir a por su hermosa hijo, ¿cierto?

Otros datos

~ Cuando no sabe como responder a determinadas situaciones, deja que el azar sea quien decida, con juegos como "cara o sello" si es algo sólo suyo, o poniendo a escoger a los otros alguna de sus manos, cuando cada una significa algo distinto.

~ Es hábil con varios instrumentos, entre ellos el violin, el piano y la guitarra española (que para la época sólo contaba con 5 cuerdas).

~ Sus lugares preferidos son aquellos al aire libre, o en su defecto una biblioteca. Se siente a gusto rodeado de libros para leer, tantos conocimientos esperando a ser absorvidos por él.

~ Es un excelente cocinero. En sus viajes por el mundo aprendió a preparar los más deliciosos platos típicos de los lugares que visitaba.