Sobre las sabanas del rin {Siren}

por **Varg Steit** Miér Ago 13, 2014 6:23 pm

Toda la maldita mañana había estado cargando barriles de licor su cuerpo estaba todo sudoroso con presencia de manchas negras de la grasa que tenía la carreta una de las zorras del prostíbulo le tocaba el trasero al pobre hombre que solo con castañear los dientes alejo las manos impudorosas de aquella zorra y con aquella mirada asesina que pega a todas las putas del lugar cada una se aleja murmurando, ya lo conocían y sabía que no podían hacer mucho con él pues era el doble de tamaño de aquella menudas chicas, así que entre bufidos continua cargando sin descansar.

Cargando el último barril un tipo toma a una mujer tocándole el cuerpo, sin pagar, aun cuando era el cantinero de aquel puticlub, algunas veces por su carácter de peleador y de hombre temperamental hacía el trabajo de guardia del lugar sacando a punta de patadas a los que se propasen o no quieran pagar, y justo paso eso delante de él así que tiró el barril contra el sujeto que solo forcejeo con la mujer aun mas

-Suéltala- demandó el lobo pero el hombre jaloneaba a la mujer –Oblígame, solo eres un peón de estas zorras, o es que acaso te gusta- los nudillos empiezan a crujir y antes de que el mastodonte de lobo se lance contra aquel sujeto la regente del lugar le llama la atención por el barril roto –eso perro ve a trabajar para las putas mientras yo pago por esta- ¿por qué le importaba tanto la mujerzuela? Porque aun cuando se dedique a ese negocio era una mujer y él siempre ayudaba de malas formas, como lo veían algunas de ese lugar por su forma tosca de tratarlas, pero las defendía aunque luego se gane bofetadas.

Por la noche aquel sujeto estaba sirviendo unas bebidas cuando el mismo sujeto entra esta vez con más ínfulas de hacer caos, pero ahora el cantinero estaba en su medio y era un pez, una piraña hambrienta de dientes y sangre, con una sonrisa incitadora el lobo sigue sirviendo hasta que una trifulca se desata una pelea por una mujer, bueno la verdad que él entro a la pelea no por la mujer en sí, si no por el hombre que había comenzado todo, digamos que fue por venganza que le entró en aquella discusión, una que termino con mandíbulas rotas, dientes volando y algunos que otros huesos rotos por ahí y todo porque a una de las chicas de limpieza le querían meter mano y no mano de manosear si no de fallársela sobre la mesa, mejor dicho violarla y luego irse sin pagar ya que era solo de la limpieza del lugar eso enervó al cantinero que con un vaso en mano inició la trifulca.

Pero antes de que saliera el dueño jaló a la mujer del cabello y la tiró a fuera del antro, tronó sus puños y volvió al burdel sacando a cada uno a patadas cubiertos de sangre con amenazas –Si vuelven haré que un arma los folle en sus culos de ricos- mira a la rubia –tu deja de llamar a los hombres o te violaran en verdad y entra a limpiar tas la barra ahora- su mirada llameaba en ira para todos y con todos.

por **A. Siren Skjaldmö** Dom Ago 17, 2014 8:29 pm

Un burdel, ¿A dónde había ido a parar después de que los odiaba con toda su alma? Después de que había crecido su infancia rodeada de putas de buen y mal carácter empezando por su madre, una vez mas estaba rodeada de ellas. No todas eran así, lo sabía, y en solo dos noches se había dado cuenta que la mayoría de las jóvenes que ofrecían su cuerpo por unas monedas, y ni eso, al ser manejadas por un hombre, dueño del establecimiento; en su mayoría eran agradables. Había platicado con varias de ellas por la tarde y ayudado a otras a ajustar sus corsets llenos de lentejuela y piedras baratas. No le gustaba el dueño, y mucho menos la forma en que la miraba, digno dueño de un asqueroso y pérfido burdel… -suspira pasando una de sus manos por el cuello- aquel día a sido pesado pero supone que es mejor que no tener nada, sobre todo porque es ‘La chica de la limpieza’ y no otra de las muchas destinadas a complacer a cualquier bastardo que pague unas cuantas monedas.

No es mucho el dinero pero ayuda a los niños de las calles.

Es mas de media noche y ella continua yendo de aquí para allá, ayudando en lo que puede, limpiando cuartos, vasos rotos, mesas y llevando de regreso los tarros a la barra, lo que hace precisamente en ese momento como pretexto para mirar de nuevo al hombre que hace de cantinero, pero no llega a su destino, pues una mano le toma de la muñeca. Es un asqueroso hombre, apestando a alcohol quien la sienta en sus piernas y sube la falda de su vestido –Suélteme, yo no soy parte de aquellas a las que puede pagar – reniega bajándola prenda, pero las manos de él continúan –Suéltame no me toques–grita.

Es tarde, la toma con fuerza y un tumulto se crea a su alrededor, todos ven expectantes, deseosos del espectáculo mientras ella forcejeando es subida a la mesa y están a punto de violarla cuando alguien le quieta al hijo de puta de encima. Es el cantinero que entre golpes le vuela los dientes y sangre al instante en que ella se baja la falda y trata de acomodar el escote y cubrir sus senos, un jalón de cabello no le permite completar la acción –OYE que te… Ah!! –grita furiosa siendo arrastrada a fuera del establecimiento. –‘Demonios’ –piensa rabiosa llena de barro al ser arrojada al suelo. No han pasado mas de tres minutos cuando de nuevo esta frente a ella sacándolos, pateándoles el culo y ofreciendo frases alusión estos.

-Yo no ando llamando la atención maldito bastardo –pasa su lado fulminándolo con la mirada –A mi nadie me da ordenes... –entra tratando de quitarse el barro de las manos con el trapo que está en su mandil antes de aventárselo a la cara –La barra es TÚ trabajo- caminar hacia adentro tan rápido como se lo permiten sus pies.

por **Varg Steit** Miér Sep 17, 2014 9:18 pm

La boca de la mujer se movía al igual que sus pies no le bastaba al hombre con haberle salvado el culo de ser violada o al parecer eso es lo que todas las putas buscan a fin de cuentas eso les daba el sustento y era los que les gusta y ponía cachondas a ellas, exhibirse como carnes en venta según los pensamientos de aquel que solo respiraba iracundo por la forma impetuosa de la pequeña humana, en la mente de aquel sujeto solo estaba la ira, quería destrozarla porque al menos la salvó, pero ya para qué.

-Claro eso te gusta verdad puta, te gusta andar meneando el culo y que te la claven, eso te pone te moja verdad puta, entonces ven no te aprietes y chupamela entonces- una risa deja en el aire regresando al burdel para su trabajo -eso me pasa por andar cuidando trasero de zorras- agarró el trapo que la mujer le aventaba rompiéndolo a la mitad, entró al burdel empujándola para abrirse paso –al menos las botellas son algo difíciles de abrir no como ustedes zorras que medio les tocan y se abren de piernas, a la próxima que las violen y las maten no me meteré porque es gastar tiempo con cosas que no valen la pena- escupió al suelo y lanza una mirada de odio a la pequeña humana –Y TU ZORRA ponte a trabajar que para eso te pagan, ve a limpiar las mesas y ayuda a la otra, o haré que te echen a patadas y seré yo quien patee ese culo apretado que tienes, aunque bien suelto ha de ser- esa ultima frase la susurro para él pero el resto si se lo grito delante de todas y todos los que estaban ahí que en un coro de risas rompieron la algarabía

Limpia la barra sin mirar a nadie hasta que un hombre ser acerca hablándole en susurros –Hey amigo, cuanto por una noche con esa rubia- el cantinero giró tomando al hombre del cuello buscó con la mirada a la rubia –HEY RUBIA, si tú la zorra que estaba conmigo afuera, ya tienes un cliente este te quiero follar al menos te va a pagar y no te violara- empuja al tipo con desagrado –Largate, si quieres a las zorras debes hablar con ellas o con el dueño de ellas amigo, yo no soy dueño de ninguna de estas, ni más faltaba, ahora esfúmate o haré que te follen los putos de aquí- el hombre salió corriendo asustado dejando aquel burdo con su tarea de servir tragos, limpiar barra, abrir botellas y llenar de los toneles de la bodega las jarras de ron, cargar costales y toneles guardándolos en la bodega del lugar, todo eso acompañado de la risas de los presentes al ver como las mujeres hacían rabias con él pro su trato osco y hostil.

Además el estaba no cuidando a la rubia si no haciendo su trabajo, ya que sabía que todas las prostitutas o escogían al cliente o eran dadas por el dueño del burdel, y si una no quería el tenía que patear los traseros de aquellos clientes pesados que no quieren pagar las tarifas o se pasan de listos en aquel antro.

por **A. Siren Skjaldmö** Sáb Sep 20, 2014 3:34 pm

Los pasos enfurecidos de la rubia se detienen por inercia al escuchar las palabras sádicas y sucias del cantinero, ella no es ninguna puta ni zorra, ¿Qué se ha creído ese bastardo para llamarla así? –Lo que me guste o no hacer con mi cuerpo o lo que me ponga es asunto MIO, Nadie te pidió que me cuidaras el trasero y nada te da derecho a andármelo viendo– Grita enojada dándole la cara mirándolo fijamente –Jajajajaja… mis labios JAMAS tocaran ninguna parte de tu asqueroso cuerpo, sigue soñando ¡IDIOTa!– hace caso omiso a lo último que le grita después de escucharlo llamarla zorra con aquella voz grave y con aquel acento que hace que todos en el burdel los volteen a ver. Estuvo a punto de darle las gracias por ayudarla, pero sabe que es un hombre bruto y desagradable, no vale la pena, seguro él mismo no las espera nunca.

Sube las escaleras, despejando la cabeza de lo que acaba de pasar, terminando de ajustar la ropa y continuando con su noche. –¿Estas bien?– unas manos la toman y la delicada voz de Josephine, su compañera de cuarto, la trae de regreso. Esta asustada y su corazón late con fuerza limitándose a afirmar –Solo algo asustada, nada mas. No te preocupes– la joven prostituta la abraza. No le gusta sentirse asi, tan desprotegida, le incomoda –¿Necesitas algo?– y resulta que asi es.

Baja nuevamente y no ha terminado de recorrer el pasillo para ir a la bodega por el vino que le han pedido cuando el perro descerebrado ya le esta gritando de nuevo, se hace la desentendida pero el mote de ZORRA está presente de nuevo. Voltea escuchándolo mirándolo con odio –‘Mierda, ¿Qué no me piensa dejar en paz?’- se cruza de brazos mirando al hombre –¡¿Ya terminaste o necesitas que te diga que dejes de estarme jodiendo?! ¡¡No eres mi dueño ni mi jefe!!– una seña obcena acompañan sus palabras, da media vuelta blasfemando todas las vulgaridades que conoce en honor a Varg, bajando las ultimas escaleras dejándolo con las palabras en la boca, por si acaso.

No se acercara a él nuevamente, por mas bueno que este no permitirá que haga lo que le venga en gana con ella. Él no, así como todos los anteriores hombres que han intentado molestarla, incomodarla o fastidiarla.

Los pasos la conducen nuevamente hacia el primer piso con las botellas en la mano, se detiene subiéndose el filo de la blusa que ya esta a punto de revelar mas de lo que ya ha mostrado malavareando con las botellas, suspira tomando valor, paciencia y energía continuando la noche, ya quiere que se acabe. Los últimos escalones se hacen presente y tropieza con alguien soltando una de las botellas al aferrarse con puño a la camisa del hombre cerrando los ojos sin escuchar el vidrio estallar y el vino salpicar –Grac…– Mira de quien se ha detenido, soltándolo como si la tela quemara cual fuego –Losien… ¿Acaso no te fijas por donde vas bola de músculos sin cerebro? – gruñe molesta, retándolo al no moverse de su lugar, mirándolo con odio.

por **Varg Steit** Vie Oct 17, 2014 10:51 pm

La mujer se expresaba tan libertinamente que al hombre solo le indica que es una zorra más de tantas mascullo molesto por tener que oírla tanto chillar como gallina vieja pero incluso en ellos alaridos que pegaba le recordaba a las hembras de su tierra aquellas figuras imponentes que bebían en las tabernas también, esas eran mujeres de verdad hembras hechas dignas para un macho como los hombres de la aldea con espíritu rebelde, indomables e inquietas.

-Ni que estuvieras tan buena puta para que me tengas babeando por tu culo deja de soñar despierta y ponte a trabajar- tiro las palabras sin importarle nada, tomó uno de los toneles de ron cargándolo hasta dejarlo tras la barra, dejo a la rubia que se fuera no sin antes demostrarle todo su desprecio –Es mi trabajo cuidar sus culos puta no te has dado cuenta que cada que se sobrepasan gritan mi nombre para que los patee es porque para eso me pagan también para romper huesos cuando las zorras como tu calientan tanto que luego se aprietan y vienen los problemas, mejor ponle ya un precio y pide que te follen tan duro para que no me jodas las pelotas a mi- volvió a escupir al suelo mirándola con desdén y fastidio –y luego lloran cuando las violan, malditas zorras- volvió a su tarea de servir tragos.

La noche transcurría normal hasta que una de las ayudantes la otra rubia se demoraba en sus tareas –NO ME HAGAS IR POR TI RUBIA- con un grito la puso corriendo a terminar hasta que las manos de algunos hombres llevados por los tragos se quisieron pasar de listo con ella, el cantinero tiró los trapos asistiendo a romper y bajar dientes de esos sacándolos del lugar, la rubia ni volvió a acercarse a las mesa, ya de regreso tropezó con alguien –JODER fíjate maldito insecto- le empuja pero la tela es muy fina, bruto y tosco pero sabía reconocer al menos si eran hombres o mujeres, al ver bien al menudo ser es la rubia que antes molestas –Mierda ya vas a cacarear como gallina vieja, ponte a trabajar y esto lo pagas tú con lo que te den, no voy a ser tu maldito burro que pague por tus torpezas zorra, ve a la bodega ahora y por los trapos y mantén esa sucia boca cerrada porque solo das problemas o verás de lo que te hago- alza el brazo pero solo la tomo del brazo tirándola hasta la bodega donde la empujó.

-Crees que las cosas son como tú que te abres fácil, a ver si pones atención a lo que haces o dejarás sin botellas al negocio y te las meterán por el culo los restos para que aprendas- En sus ojos había una ira descomunal incluso las aletas de su nariz se hacían más grandes con cada respiración que daba porque sus botellas eran más preciadas que las mismas prostitutas de aquel burdel, nadie valía más que sus botellas de licor y se lo iba a enseñar a la mujer

por **A. Siren Skjaldmö** Mar Oct 28, 2014 5:57 pm

El enfado pasa a segundo termino mirando espantada la mano del hombre alzarse en ademán de un golpe, o eso es lo que espera después de romper una de las botellas mas caras a la venta en el burdel, no cierra los ojos, aprieta la mandíbula poniéndose tensa de pies a cabeza escuchando las hoscas palabras furiosas –‘¿Cacarear como gallina vieja? ¿Zorra? ¿Lo que me hara? ¡¡¡Hijo de perra!!!’– Sin apartar la mirada cambia al asombro, sintiendo el apretón y nuevamente al enojo por el jalón que le da Varg llevándosela a rastras de nuevo a la bodega. La rubia se considera una persona tranquila pero aquel bruto maldito saca lo peor de ella, lo rebelde, contestona, burlona e indomables que lleva por dentro –‘ ¡¿Que maldita insistencia tiene con decir que le abro las piernas a cualquiera?! ¡¡Eso quisiera!!’– Esta furiosa ¿La quiere conocer? ¡La va a conocer!.

Al llegar a la bodega le da el ultimo empujón soltándola, dejando que Siren se vaya de boca. Cae de rodillas junto a la botella a la que se aferraba, la que acaba de romperse volando trozos de vidrio y salpicando vino por todos el piso mojándola por igual. Se levanta sacudiéndose las palmas de las manos quitando los diminutos vidrios enterrándoos sin darle importancia alguna –Cuando dejes de ladrarme como un perro rabioso voy a cerrar la boca– dos pasos y ya esta frente a el plantándole una bofetada con todo el impulso y fuerza que puede tener. Esta conciente de que no lo lastimara, ni cosquillas sentirá, pero no le importa, la rabia la ha impulsado a pegarle, sus pies la llevan hacia atrás dejándola lejos de su alcance, él podrá ser todo lo fuerte que quiera pero ella es rápida y ágil, lo único que le dejo de buevo sus años de ladrona.

Sus pecho sube y bajan con la respiración desmedida, mirándolo con la misma ira que invade a Varg. La adrenalina y excitación corre fuerte por su torrente sanguíneo, gotas de sudor se deslizan desde su cuello hasta perderse en su escote chueco y mostrando mas piel de la debida, el cabello aun mas desordenado que de costumbre, no le importa nada en este momento mas que patearle el culo a ese animal rabioso –¡¡Grosero malparido!!– tantea a su alrededor tomando la boca de una botella, la mira, lo mira a él y la azota al piso quebrándola – ¡¡Que te follen a ti!! ¡Aprende a tratar a una mujer!!– repite la acción tomando otra aventándosela a él esta vez, salpicando vino de nuevo por todos lados manchándolo –¡¡Púdrete imbecil!!– le obsequia una seña obscena con el dedo medio. Se esta metiendo en un problema grave, ponerse al tú por tú con un macho como el que tiene enfrente y aun así la cólera evita que se detenga, esta provocando a un todo salvaje y en cualquier momento lo va a lamentar...

por **Varg Steit** Lun Nov 17, 2014 9:48 pm

Aquella mujer solo estaba jugando con la santa paciencia de aquel hombre que en su ceño fruncido la mirada iracunda se reflejaba, las aletas nasales expandidas con esa respiración de furia si fuera por él estaría convertido en un enorme lobo solo para atemorizar a aquella mujer pero gracias a Odín que la luna no estaba en lo alto porque de ser así aquella estaría borrada de la faz de la tierra sobre todo con la bofetada que se atrevió a lanzarle, se paró para decirle algo pero antes de poder mascullar palabra alguna una botella fue al suelo y otra contra él, antes pudo tomarla y evitar que se rompa, hasta ahí quedó la caballerosidad.

Camino hasta la mujer tomándola de la nuca llevándola hasta la parte oscura de la bodega tirándola contra unos sacos que estaban apilados - Puta maldita rompiste esas botellas y ahora te las voy a sacar del culo maldita zorra - la mujer quería escapar pero no se lo permitió aquel sujeto que la tomó de las greñas y con la otra mano azotó aquel menudo trasero, su palma quedó en todo el centro de aquellas posaderas, su semblante era de un tipo que no se detendría hasta que la mujer pidiera la clemencia - Sucia vas a aprender a tratarme, no soy esos señoritos que estas acostumbrada a tratar a mí me respetas maldita y si te dije que no quería que rompieras nada es NADA - otro azote sin descanso, si seguía así la iba a romper.

Se levantó de ahí furioso farfullando mil insultos a la mujer - Yo no ladro perras que culos apretados que se van a estar ofreciendo a los hombres, y si eso quieres entonces ven y chúpamela para ver si vales la pena ladrar - era una burla y mofa, así como ella le enseñaba aquella seña obscena, él se tocaba justo la entrepierna cuando le hablaba. Le dio la espalda unos segundos como si se fuera a largar de ahí para dejar a la prostituta en su lugar pero antes de retirarse se vuelve a ella tomándola del brazo, casi arrastrándola, - ahora vienes a limpiar esto puta, y no sales de aquí hasta que lo hayas hecho bien, esta noche trabajaras el doble para pagar las dos botellas rotas y cuida tu boca - ahora si no se midió y le propinó de regreso la misa bofetada, aunque él sabía que muchos de sus golpes bajaban los dientes de los contrincantes que se medían con él, esta vez midió algo su fuerza para no matar a la mujer - Agradece que eres mujer y no te bajo los dientes como a los otros hombres - escupe en el suelo empujando, como si arriara a la joven - Apúrate que no tengo tu tiempo puta - no deja de llamarla así, no le importa el nombre para él solo importa lo que ve, y él la vio trabajando en el burdel por lo tanto era como cualquiera de esas prostitutas.

por **A. Siren Skjaldmö** Lun Nov 24, 2014 7:15 pm

JQuieta dispuesta a enfrentársele, la azotara hasta matarla pero ni así se dejaría amedrentar por aquel que se cree puede contra todo, esta completamente equivocado al creer, siquiera pensar, que puede contra esta pequeña pero fierra rubia; en la mente de aquel puede ser lo que le venga en gana pero la realidad es completamente distinta. Mas empujones y un jalón de cabello, no le dejan triunfal a ella no demuestra miedo por lo que pueda suceder, un ultimo empujón y una vez mas metiendo las manos cae de rodillas quedando a cuatro ‘patas’ mirándolo furiosa, se trata de levantar, la enorme mano la mantiene en su lugar y todo él cuerpo masculino la cubre evitando se mueva por completo –Suéltame hijo de pe... AAHH!!!– grita sonora al sentir la amplia mano azotarle el culo, una, dos tres... y muchas mas beses. Gimotea de dolor intentando moverse en vano, con cada golpe la delgada y corriente tela no amortigua dejando la sensación de miles de alfileres pinchar en su sensible piel –Va.. AHH!!... Basta!! VARGgghhhh... – aprieta los dientes sintiendo un minúsculo escalofrió que le recorre el cuerpo dejándola palpitando entre sus piernas con el ultimo golpe.

Se levanta buscándolo con la mirada, toncadose el trasero sintiendo aun palpitarle la piel –¡¡Que te respeten las demás putas!! – responde con los ojos llorosos por el castigo otro jalón, gimotea molesta siendo arrastrada y reprendida por sus hoscas y desagradables palabras –¡¡Vuelve a pedir que te la chupe y aceptare para castrarte con los dientes maldito hocicon!!– le grita a propósito por el ‘cuida tu boca’ si en algo se parecen ellos dos es en que nadie los puede obligar a hacer algo que no quieren, entre mas le diga que no lo haga ella mas lo ara. Forceje una y otra vez en vano intentando zafarse entre empujones que le da él regresando al lugar de original de la pelea–Ni yo tengo tiempo para ti perro– la rubia se pregunta con que carajos se supone que va a limpiar el desastre si en esa bodega no hay ni un trapo limpio mucho menos una escoba, mira los miles de vidrios quebrados y se le ocurre algo que seguro ara rabiar aun mas al hombre. Si lo hace no podrá volver a trabajar en paz en aquel lugar por mucho que necesite el dinero, que es un trabajo mas. Seguro encontrara otro mientras tanto ... se agacha juntando con la palma de las manos vidrios, algunos se incrustan en su piel nuevamente mientras los recoge en un puñado, poniéndose de pie de un brinco se los avienta al rostro creando la distracción necesaria, no pierde el tiempo con nimiedades, sus pies se mueven cuan rápido se lo permiten corriendo escaleras arriba escapando. –Puede que sea mujer, mas débil pero eso no quiere decir que no pueda fastidiarte por igual maldito!!!– grita perdiéndose escaleras arriba.

Ahora lo único que le queda aquella noche es salir de aquel lugar y correr hasta que sus piernas la alejen lo suficiente de aquel lugar... solo espera tocar el ultimo escalón y no ser alcanzada.

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