Admiras las aguas, que como la vida no se detienen | Libre

por **Hades Brunetto** Jue Ago 14, 2014 9:28 pm

Cuando empezó a preocuparse por ella solo tenía pocos años de edad.

Solamente a ella la conocía mientras estaba con Simon, pero él mismo era un objeto que ella miraba al pasar ya que su vista estaba fija en Simon. Sinceramente cree que nunca puede encandilar a alguien con su apariencia, es un chico que ha ido de familia en familia, que se ha movido mucho pero que aun así ha estado durante mucho tiempo entre muchos recuerdos.

-…-suspiro sin más lanzando una piedra haciendo rebotes en el agua. Hizo varias ondas hasta que finalmente se sentó en el pasto que adornaba ese paisaje. Se acordó de Mimi, de Eleonor…de muchas personas que habían pasado por su mente hasta que finalmente pensó en que quizás estaba en el buen lugar al fin y al cabo. Su vida no era para decir, un cuento de hadas que podría ser relatado. No, su vida era una pesadilla que ahora estaba como en una pausa, causándole una rutina aburrida.

Al ser comerciante, miraba comercios y conocía a gente de muchos lugares. Menos mal que poseía fortuna en donde podía gastarlo a placer, ahora que lo pensó, se había gastado demasiado dinero en una tela de un lujoso estampado en el que le recordó a aquella tela en la que vistió hace tiempo a… Mimi. Cuando era pequeño, llego a la familia Brunetto, pero después conoció a Mimi y después Simon, él y Mimi como que habían hecho una pequeña piña de la cual nadie seguramente les separaría.

Saco un libro que tenía en su mochila para poder leer cuando estaba aburrido y estos momentos eran de esos en los que te podrías poner a filosofar y después quizás a leer el libro. Él leería y filosofaría en conclusiones nada precisas. Suspirando comenzó a leer con un farolillo que encendió antes - No temáis a la grandeza; algunos nacen grandes, algunos logran grandeza, a algunos la grandeza les es impuesta y a otros la grandeza les queda grande….. – Esta vez había tocado Shakespeare para leer, sujeto a los ideales del amor prohibido de su obra más reciente y ultima que había obtenido de la biblioteca de Paris, Hades comenzaba a leer una biografía de Shakespeare, hasta que finalmente, sin quererlo él, se quedó dormido contra la corteza del árbol, con el libro abierto de par en par.

por **Anabeth D' Altrui** Jue Ago 14, 2014 10:54 pm

Ya se había puesto el sol cuando Anabeth paseaba por la Laguna, las aguas eran tranquilas y le hacían recordar a su madre en Milán cuando ella aun era una niña, mientras iba caminando logro divisar a un hombre, estaba recostado al pie de un árbol, parecía que no era su intención quedarse dormido ya que tenia un libro abierto sobre el pecho, Anabeth se acerco sigilosamente para despertarlo, al llegar a su lado le dio unos leves toques en el hombro para no sobresaltarlo, el hombre se removió un poco y luego abrió los ojos de par en par, parecía un poco desconcertado, al parecer aun no había reparado en la presencia de Anabeth

-Tranquilo-dijo-se ha quedado dormido

El hombre se levanto haciendo que el libro que tenia apoyado sobre el pecho cayera al suelo, Anabeth lo levanto y pudo observar que en la tapa del libro ponía "Shakespeare", a Anabeth le pareció interesante que el hombre estuviera leyendo aquel libro ya que ella tuvo la oportunidad de leer varias de sus obras, normalmente se basaba en el sufrimiento de el amor prohibido, solo una había una persona que había conocido que le había interesado aquel tipo de literatura y ese era Angelo Baccarini uno de los mejores hombres que había pisado este sucio mundo, el recuerdo de su amigo ya difunto hace varias décadas hizo que inconscientemente haga una mueca de dolor.

-Interesante libro-confeso entregándole el libro-¿Le interesa la tragedia, señor?-Le hizo la misma pregunta que le había echo a su difunto amigo cuando lo había encontrado leyendo en el desván de su casa, quería comprobar si aquel hombre era tal vez la mitad de sabio que su difunto amigo.

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