AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Secrets After Dark #Lilith
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Secrets After Dark #Lilith
El edificio del Hotel des Arenes acabado por el que ascendía se caracterizaba por su austeridad y excelente diseño. A Kamisaka le gustaba ese estilo, quizá porque concordaba en apariencia con el suyo propio. Con sus espacios nítidamente delimitados, su comedor, su tienda para comprar dentro, los dormitorios y sus pasillos limpios y silenciosos, producía una impresión de independencia y fina clase.
Sora, a primera vista, poseía también esas inestimables cualidades. A sus miles de años humanos que contaba, estaba felizmente dentro de lo que suponía ser la nobleza de aquella época, o si no tan felizmente, daba por sentado que sólo él lo sabía. Era jefe de inversiones extranjeras en su país, se encargaba de ir de puerto en puerto e informarle a la familia imperial en japón de sus descubrimientos, y cabía suponer que si jugaba bien sus cartas conseguiría ponerse al frente de alguna modesta misión en su siguiente destino, y de ahí progresaría a misiones menos modestas hasta recibir algún titulo importante dentro de su país, una perspectiva a la que él personalmente no concedía la menor importancia, desde luego, pero complacería a su fachada, siendo él en apariencia joven, evitaba llamar demasiado la atención, no quería aparecer en libros de historia o algo así en el futuro.
Sin embargo también tenía sus demonios que matar, había hecho llamar a su habitación por medio de mensajes secretos a una antigua y conocida suya, de años pasados, esperando que atendiera su llamado, habían pasado meses desde la ultima vez que se vieron y posiblemente no se encontrara en el lugar donde había mandado al mensajero, aun era de día y no podía salir. Por lo tanto requería que ella fuera hasta su lugar. Se quedo mirando las pinturas de la pared, como siempre la habitación en la que se quedaba era de la mejor. En todos sus viajes la comodidad era lo único que le alegraba un poco. Miro su reloj de bolsillo para contar los minutos hasta la llegada de Lilith, siendo ella una amiga secreta y a quien utilizaba a veces para obtener algo de paz en su mente.
Sora, a primera vista, poseía también esas inestimables cualidades. A sus miles de años humanos que contaba, estaba felizmente dentro de lo que suponía ser la nobleza de aquella época, o si no tan felizmente, daba por sentado que sólo él lo sabía. Era jefe de inversiones extranjeras en su país, se encargaba de ir de puerto en puerto e informarle a la familia imperial en japón de sus descubrimientos, y cabía suponer que si jugaba bien sus cartas conseguiría ponerse al frente de alguna modesta misión en su siguiente destino, y de ahí progresaría a misiones menos modestas hasta recibir algún titulo importante dentro de su país, una perspectiva a la que él personalmente no concedía la menor importancia, desde luego, pero complacería a su fachada, siendo él en apariencia joven, evitaba llamar demasiado la atención, no quería aparecer en libros de historia o algo así en el futuro.
Sin embargo también tenía sus demonios que matar, había hecho llamar a su habitación por medio de mensajes secretos a una antigua y conocida suya, de años pasados, esperando que atendiera su llamado, habían pasado meses desde la ultima vez que se vieron y posiblemente no se encontrara en el lugar donde había mandado al mensajero, aun era de día y no podía salir. Por lo tanto requería que ella fuera hasta su lugar. Se quedo mirando las pinturas de la pared, como siempre la habitación en la que se quedaba era de la mejor. En todos sus viajes la comodidad era lo único que le alegraba un poco. Miro su reloj de bolsillo para contar los minutos hasta la llegada de Lilith, siendo ella una amiga secreta y a quien utilizaba a veces para obtener algo de paz en su mente.
Kamisaka Sora- Vampiro Clase Alta
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Re: Secrets After Dark #Lilith
Habían pasado ya varios meses desde que había abandonado el burdel, desde que Lucciano me había convertido en su esclava ya no necesitaba estar mas en ese putrefacto y asqueroso lugar lleno de borrachos. Por fin había cumplido mi cometido de encontrar a un vampiro y el trato con el seguía en pie... me había llevado también junto con el a su Club Nocturno exclusivo para vampiros donde sería mi nuevo trabajo y él me había prometido que nadie me tocaría a menos que yo lo quisiera.
Desde que había entrado a ese lugar había conocido ya distintos tipos de vampiros y había aprendido incluso formas de no caer en sus redes, sin embargo a veces ese lugar no era tan diferente al burdel ya que algunos seguían pidiendome más cosas de la sque yo podía dar. Incluso hasta a los vampiros me podían llegar a repugnar.
Una carta se deslizó por debajo de la puerta de mi cuarto una mañana mientras veía por debajo a una sombra que corría al terminar de cumplir su acto como mensajero. Nunca llegaba a recibir nada... así que apenas la vi la levanté y leí el remitente.
-Vaya... así que has vuelto. -dije en voz alta para mi misma al ver de quien se trataba. Era de los pocos inmortales con quien había hecho amistad desde que Lucciano me llevó a ese lugar. ¿Quien lo diría? De simple bailarina de burdel con deseos de ser eterna y que no sabía nada de vampiros y que ahora incluso era "amiga" de uno.
Me vestí rapidamente y seguí las instrucciones de la carta, al ser de día era obvio que no podía ir a verme el y además para mi era un enorme placer visitar un elegante hotel como en el que me esperaba.
Llegué al lugar con un enorme abrigo de piel suave puesto escondiendo mi sensual corsé rosa, a pesar de que sabía que el joven Sora tan solo quería charlar como siempre que necesitaba una amiga... una nunca sabía la aventura que podía contar esta vez aquella persona, quizás necesitaría un baile erótico para animarle.
Toqué la puerta esperando a que abriera recargada en la pared, y al verlo por primera vez de frente le sonreí para saludarlo.
-Como siempre aquí me tienes a tus pies... me alegra verte de nuevo.
Desde que había entrado a ese lugar había conocido ya distintos tipos de vampiros y había aprendido incluso formas de no caer en sus redes, sin embargo a veces ese lugar no era tan diferente al burdel ya que algunos seguían pidiendome más cosas de la sque yo podía dar. Incluso hasta a los vampiros me podían llegar a repugnar.
Una carta se deslizó por debajo de la puerta de mi cuarto una mañana mientras veía por debajo a una sombra que corría al terminar de cumplir su acto como mensajero. Nunca llegaba a recibir nada... así que apenas la vi la levanté y leí el remitente.
-Vaya... así que has vuelto. -dije en voz alta para mi misma al ver de quien se trataba. Era de los pocos inmortales con quien había hecho amistad desde que Lucciano me llevó a ese lugar. ¿Quien lo diría? De simple bailarina de burdel con deseos de ser eterna y que no sabía nada de vampiros y que ahora incluso era "amiga" de uno.
Me vestí rapidamente y seguí las instrucciones de la carta, al ser de día era obvio que no podía ir a verme el y además para mi era un enorme placer visitar un elegante hotel como en el que me esperaba.
Llegué al lugar con un enorme abrigo de piel suave puesto escondiendo mi sensual corsé rosa, a pesar de que sabía que el joven Sora tan solo quería charlar como siempre que necesitaba una amiga... una nunca sabía la aventura que podía contar esta vez aquella persona, quizás necesitaría un baile erótico para animarle.
Toqué la puerta esperando a que abriera recargada en la pared, y al verlo por primera vez de frente le sonreí para saludarlo.
-Como siempre aquí me tienes a tus pies... me alegra verte de nuevo.
Lilith O'Hara- Prostituta Clase Baja
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Re: Secrets After Dark #Lilith
Seguía esperando mientras se paseaba por su habitación. A su espalda, sumido en la oscuridad porque el sol aun no caía al oeste, lugar parecería sombrío sino fuera porque las velas alumbraban el lugar. Estaba cansado pero al menos no sediento, pero veía cerca el final de su viaje por ese mundo y algunas veces parecían incluso alegre de saber que tenía siglos y siglos para acostumbrarse a no delatar su verdadera identidad. Llevaba tiempo sin visitar el lugar en que había conocido a la mayoría de los humanos que no le temían, pero cuando no había recorrido ni la mitad del camino hacia el bar improvisado en una esquina y preparar unos tragos para su futura invitada, cuando el sonido de los golpes en la puerta le advirtió de su presencia.
Con paso humano camino hasta la puerta y espero unos segundos antes de abrirla y comprobar con sus sentidos agudizados que realmente era ella, no podía ocultar su efluvio sin importar las esencias que se colocaran encima. Sora abrió la puerta y recibió a Lilith.
- me alegra tu rápida respuesta, la verdad tenía mis dudas sobre si seguías en el mismo lugar. -le obsequió su suave voz con el esbozo de una sonrisa y le hizo pasar dentro, cerro la puerta detrás suyo, sora se encontraba con los pantalones grises y la camisa blanca de siempre, se había deshecho del chaleco y del saco, a pesar de no tener calor ni frió, penso que recibirla con un aspecto menos formal y más desaliñado era lo correcto, después de todo estaban entre conocidos. Camino detrás de ella y se ofreció a quitarle el abrigo que llevaba puesto- ¿me permites tu abrigo? -la miraba de costado por encima de su hombro y hablaba en voz baja, con entusiasmo en su voz profunda y suave.- ¿no habré interrumpido ningún plan de tu día o si? -pregunto con el mismo tono.-
La presencia de contar con una persona "común" a veces hacía ver a Sora que todavía tenía la capacidad para ser alguien con sentimientos y algo de conciencia, una ciudad como en la que estaba ahora, era una de las más asistidas por todo tipo de seres y razas, lo que le deba algo de ventaja; las personas que vivían continuamente allí ya estaban acostumbradas a ver lo extraño en todo. Cubrió en total 100 años para recorrer el mundo por completo viendo cosas que nadie más vería, sin embargo no cambiaría la ciudad de ahora por nada puesto que en parte, se sentía como alguien del montón en ese lugar.
- ¿que tal han estado las cosas por aqui? ¿tranquilas? ¿Tú amo se encuentra bien? -pregunto ahora la voz sonó lenta y suave, él ya tenía conocimiento de que Lilith pertenecía a otro vampiro, y que Kamisaka era un simple amigo, la verdadera historia detrás de todo era que Kamisaka le costaba hacer verdaderos amigos, si bien era una persona que era capaz de manipular a otros, amigos, los podía contar con los dedos. Lilith era una de ellas,-
Con paso humano camino hasta la puerta y espero unos segundos antes de abrirla y comprobar con sus sentidos agudizados que realmente era ella, no podía ocultar su efluvio sin importar las esencias que se colocaran encima. Sora abrió la puerta y recibió a Lilith.
- me alegra tu rápida respuesta, la verdad tenía mis dudas sobre si seguías en el mismo lugar. -le obsequió su suave voz con el esbozo de una sonrisa y le hizo pasar dentro, cerro la puerta detrás suyo, sora se encontraba con los pantalones grises y la camisa blanca de siempre, se había deshecho del chaleco y del saco, a pesar de no tener calor ni frió, penso que recibirla con un aspecto menos formal y más desaliñado era lo correcto, después de todo estaban entre conocidos. Camino detrás de ella y se ofreció a quitarle el abrigo que llevaba puesto- ¿me permites tu abrigo? -la miraba de costado por encima de su hombro y hablaba en voz baja, con entusiasmo en su voz profunda y suave.- ¿no habré interrumpido ningún plan de tu día o si? -pregunto con el mismo tono.-
La presencia de contar con una persona "común" a veces hacía ver a Sora que todavía tenía la capacidad para ser alguien con sentimientos y algo de conciencia, una ciudad como en la que estaba ahora, era una de las más asistidas por todo tipo de seres y razas, lo que le deba algo de ventaja; las personas que vivían continuamente allí ya estaban acostumbradas a ver lo extraño en todo. Cubrió en total 100 años para recorrer el mundo por completo viendo cosas que nadie más vería, sin embargo no cambiaría la ciudad de ahora por nada puesto que en parte, se sentía como alguien del montón en ese lugar.
- ¿que tal han estado las cosas por aqui? ¿tranquilas? ¿Tú amo se encuentra bien? -pregunto ahora la voz sonó lenta y suave, él ya tenía conocimiento de que Lilith pertenecía a otro vampiro, y que Kamisaka era un simple amigo, la verdadera historia detrás de todo era que Kamisaka le costaba hacer verdaderos amigos, si bien era una persona que era capaz de manipular a otros, amigos, los podía contar con los dedos. Lilith era una de ellas,-
Kamisaka Sora- Vampiro Clase Alta
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Re: Secrets After Dark #Lilith
Me adentré en el cuarto una vez que nos saludamos, lo mire y analicé silenciosamente volteando a todos lados… mirando en cada esquina y observando cada vela prendida. La obscuridad dominaba y hasta cierto punto la pequeña luz que emitiían aquellas velas hacían que el ambiente se pintara romántico.
-Ahh… si no fuera porque sé lo que eres pensaría que quieres seducirme o algo similar. –le dije mientras le daba la espalda y me quitaba el abrigo dejando al descubierto la piel de mis brazos y piernas y luciendo mi pegado corsé rosado. Apenas quedé descubierta y mientras Sora colgaba mi abrigo me di la media vuelta para observarlo y hablarle. –Claro que no interrumpes, solo que no le avisé a Lucciano que saldría… Pero no importa. Espero que no te moleste verme así… tenías tanta urgencia en verme que pensé que quizás esto podía animarte. –sonreí mientras cambiaba de tema.
Ver a aquél vampiro siempre era placentero, pues era de los pocos que realmente me respetaba y yo valoraba mucho aquello, parecía que él entendía que no solo por el hecho de haber trabajado en el pasado en un burdel de prostitutas significaba que yo era una. A pesar de actuar tan fríamente en ocasiones y que me diera la impresión de ser un sádico vampiro algo en el hacía que me pareciera buena gente y en ocaciones hasta lo mirara con cierta ternura… aunque seguramente eso tan solo era por la apariencia menor a mi de 19 años que lucía.
-Lucciano es algo difícil a veces… ¡Piensa que por ser su esclava de sangre puede obligarme a hacer lo que quiere y ser dueño de mi vida! –le contesté de forma algo fastidiada mientras alzaba los brazos molesta y caminaba por el resto de la habitación. –Es tan frío y orgulloso… ¡A veces pienso que lo odio! –dije finalmente mientras buscaba un sillón y me sentaba sin siquiera pedir permiso.
Una vez sentada respiré hondo y me relajé un poco.
-Bueno también yo soy algo orgullosa, supongo que tenemos el mismo carácter… ¡Oh, pero que estoy haciendo! –me interrumpí a mi misma mientras caía en cuenta de todo lo que había hablado sobre mi. –Se supone que querías compañía y no tan solo escucharme… seguramente tienes muchas historias que contarme de tus viajes.
-Ahh… si no fuera porque sé lo que eres pensaría que quieres seducirme o algo similar. –le dije mientras le daba la espalda y me quitaba el abrigo dejando al descubierto la piel de mis brazos y piernas y luciendo mi pegado corsé rosado. Apenas quedé descubierta y mientras Sora colgaba mi abrigo me di la media vuelta para observarlo y hablarle. –Claro que no interrumpes, solo que no le avisé a Lucciano que saldría… Pero no importa. Espero que no te moleste verme así… tenías tanta urgencia en verme que pensé que quizás esto podía animarte. –sonreí mientras cambiaba de tema.
Ver a aquél vampiro siempre era placentero, pues era de los pocos que realmente me respetaba y yo valoraba mucho aquello, parecía que él entendía que no solo por el hecho de haber trabajado en el pasado en un burdel de prostitutas significaba que yo era una. A pesar de actuar tan fríamente en ocasiones y que me diera la impresión de ser un sádico vampiro algo en el hacía que me pareciera buena gente y en ocaciones hasta lo mirara con cierta ternura… aunque seguramente eso tan solo era por la apariencia menor a mi de 19 años que lucía.
-Lucciano es algo difícil a veces… ¡Piensa que por ser su esclava de sangre puede obligarme a hacer lo que quiere y ser dueño de mi vida! –le contesté de forma algo fastidiada mientras alzaba los brazos molesta y caminaba por el resto de la habitación. –Es tan frío y orgulloso… ¡A veces pienso que lo odio! –dije finalmente mientras buscaba un sillón y me sentaba sin siquiera pedir permiso.
Una vez sentada respiré hondo y me relajé un poco.
-Bueno también yo soy algo orgullosa, supongo que tenemos el mismo carácter… ¡Oh, pero que estoy haciendo! –me interrumpí a mi misma mientras caía en cuenta de todo lo que había hablado sobre mi. –Se supone que querías compañía y no tan solo escucharme… seguramente tienes muchas historias que contarme de tus viajes.
Lilith O'Hara- Prostituta Clase Baja
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Re: Secrets After Dark #Lilith
Sora sostuvo y aliso pulcramente el abrigo de ella para colgarlo en el lugar adecuado en uno de los roperos de la entrada y lo cerro de nuevo cuando la observo mejor. Miró a su alrededor, consciente de el ambiente en si podía parecer romántico, y dejó escapar una pequeña sonrisa y se acerco con a donde había dejado el vino y la copa, seguro le apetecería beber un poco de buen vino.
- ¿eso no te causara problemas con él? -pregunto destapando el vino al oír que no le había avisado nada a su amo- ¿gustas? -Sora observó el rojo intenso del vino antes de hacerlo girar en la copa, se parecía tanto a la sangre sin embargo su sabor no se comparaba.- es el mejor del viñedo de Escocia. Dicen que es espléndido y algunos humanos que estaban conmigo en esos momentos admitieron que estaba de acuerdo. Dicen que tiene un sabor tan afrutado y suave. Y que es increíblemente agradable al paladar. -Para sorpresa de ambos, su voz era dulce. Era evidente que hablaba con sinceridad. Y miraba con intensidad el vino en la copa antes de ofrecérselo a ella.-
Escucho el tipo de esfuerzos que ella intentaba hacer para soportar a su amo, a pesar de que era una esclava de sangre ella no lo llevaba bien. Pero la naturaleza humana era así de indomable a veces, no le era de extrañar a Sora que ella tuviera sus propios pensamientos respecto a las acciones que llevaba a un vampiro de condicionar la libertad del humano quien le ofrecía su sangre.
- estoy seguro que solo es cuestión de tiempo para que se adapten y se lleven mejor, todos somos así al comienzo pero luego nos hacemos cada vez mas dóciles y esponjosos -Su alegre sonrisa iluminaba un par de ojos oscuros de mirada risueña en un rostro de muchacho que parecía rejuvenecer aun más si era posible. Levanto la mano para detener sus disculpas- no molesta, mis historias son vagas y redundantes comparadas con las tuyas, y escuchar como te quejas de Lucciano siempre me hace sonreír -Sonrió repentinamente con humor, una inesperada sonrisa de muchacho que ahuyentó la dura expresión que normalmente tenía su rostro en reposo.- estuve por Escocia, de allí el vino -le anunció- fue más que nada para resolver problemas, pero también para conseguir nuevos donadores de sangre, y no estaban alegres con eso -dijo con voz rota, y luego cerró los ojos con fuerza para que ella no pudiera sentir los sentimientos que le atormentaban.-
- ¿eso no te causara problemas con él? -pregunto destapando el vino al oír que no le había avisado nada a su amo- ¿gustas? -Sora observó el rojo intenso del vino antes de hacerlo girar en la copa, se parecía tanto a la sangre sin embargo su sabor no se comparaba.- es el mejor del viñedo de Escocia. Dicen que es espléndido y algunos humanos que estaban conmigo en esos momentos admitieron que estaba de acuerdo. Dicen que tiene un sabor tan afrutado y suave. Y que es increíblemente agradable al paladar. -Para sorpresa de ambos, su voz era dulce. Era evidente que hablaba con sinceridad. Y miraba con intensidad el vino en la copa antes de ofrecérselo a ella.-
Escucho el tipo de esfuerzos que ella intentaba hacer para soportar a su amo, a pesar de que era una esclava de sangre ella no lo llevaba bien. Pero la naturaleza humana era así de indomable a veces, no le era de extrañar a Sora que ella tuviera sus propios pensamientos respecto a las acciones que llevaba a un vampiro de condicionar la libertad del humano quien le ofrecía su sangre.
- estoy seguro que solo es cuestión de tiempo para que se adapten y se lleven mejor, todos somos así al comienzo pero luego nos hacemos cada vez mas dóciles y esponjosos -Su alegre sonrisa iluminaba un par de ojos oscuros de mirada risueña en un rostro de muchacho que parecía rejuvenecer aun más si era posible. Levanto la mano para detener sus disculpas- no molesta, mis historias son vagas y redundantes comparadas con las tuyas, y escuchar como te quejas de Lucciano siempre me hace sonreír -Sonrió repentinamente con humor, una inesperada sonrisa de muchacho que ahuyentó la dura expresión que normalmente tenía su rostro en reposo.- estuve por Escocia, de allí el vino -le anunció- fue más que nada para resolver problemas, pero también para conseguir nuevos donadores de sangre, y no estaban alegres con eso -dijo con voz rota, y luego cerró los ojos con fuerza para que ella no pudiera sentir los sentimientos que le atormentaban.-
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Re: Secrets After Dark #Lilith
Los pasos delicados y finos de Sora me encantaban, era alguien muy educado y agradable con quien a decir verdad me agradaba mucho estar. En el fondo aunque nunca se lo decía agradecía que a pesar de ser mi cliente, él no fuera como los demás que intentaban pasarse de listos sin mi consentimiento. Además desde que lo había conocido me agradaba ser su compañía y me fascinaba escuchar sus historias de viaje por el mundo… algún día quería hacer lo mismo de igual manera, y seguramente lo haría cuando por fin me convirtiera en vampiro.
-Si, por favor. –respondí a la invitación del vino con una sonrisa mientras veía su forma de servir en la copa y escuchaba fascinada como me hablaba acerca de aquella bebida importada de Escocia. Era extraño admirar a alguien que a pesar de ser miles de años mayor, lucía mas pequeño que yo y mas cuando una gran y adorable curva adornaban sus labios al sonreír tan sinceramente.
-¿Enserio te agrada escuchar mis quejas?, ¡Vaya! Entonces vendré a desahogarme contigo mas seguido jaja –le dije juguetonamente mientras sostenía mi copa de vino y seguí disfrutando de aquella agradable plática con el vampiro.
Mientras bebía un trago de aquella copa escuché las palabras de aquella bestia tan adorable. A pesar de que muchos me lo estuvieran advirtiendo e insistiendo, yo jamás encontré un castigo ni un tormento el ser una “muerta viviente”, pues era mi mas grande deseo. Sin embargo desde que conocía al joven vampiro notaba como su culpa aumentaba al tener que buscar la forma de sobrevivir con la sangre de otros, y naturalmente a pesar de que yo también había llegado a matar alguna vez sin remordimientos, Sora lograba producirme mucha empatía y a veces me hacía reconsiderar si debería sentirme de la misma manera con mis víctimas.
-Que te puedo decir… yo solo he hecho eso una vez, y tuve mas miedo antes de matar a quien Lucciano me había ordenado que después de haberlo hecho. –Dejé la copa encima de una mesa que estaba frente al sofá y puse mi mano encima de la pierna de mi compañero en forma de consuelo. -¿Sabes? Aunque en este lugar físicamente sea yo la humana, creo que tu lo eres mas que yo… porque por lo menos tú sientes algo por esas personas. Yo no me arrepiento de lo que hice y dudo mucho arrepentirme después de ser convertida. Eso me convierte a mi en una bestia... ¿no lo crees? –le sonreí mientras buscaba sus ojos con mi mirada.
-Si, por favor. –respondí a la invitación del vino con una sonrisa mientras veía su forma de servir en la copa y escuchaba fascinada como me hablaba acerca de aquella bebida importada de Escocia. Era extraño admirar a alguien que a pesar de ser miles de años mayor, lucía mas pequeño que yo y mas cuando una gran y adorable curva adornaban sus labios al sonreír tan sinceramente.
-¿Enserio te agrada escuchar mis quejas?, ¡Vaya! Entonces vendré a desahogarme contigo mas seguido jaja –le dije juguetonamente mientras sostenía mi copa de vino y seguí disfrutando de aquella agradable plática con el vampiro.
Mientras bebía un trago de aquella copa escuché las palabras de aquella bestia tan adorable. A pesar de que muchos me lo estuvieran advirtiendo e insistiendo, yo jamás encontré un castigo ni un tormento el ser una “muerta viviente”, pues era mi mas grande deseo. Sin embargo desde que conocía al joven vampiro notaba como su culpa aumentaba al tener que buscar la forma de sobrevivir con la sangre de otros, y naturalmente a pesar de que yo también había llegado a matar alguna vez sin remordimientos, Sora lograba producirme mucha empatía y a veces me hacía reconsiderar si debería sentirme de la misma manera con mis víctimas.
-Que te puedo decir… yo solo he hecho eso una vez, y tuve mas miedo antes de matar a quien Lucciano me había ordenado que después de haberlo hecho. –Dejé la copa encima de una mesa que estaba frente al sofá y puse mi mano encima de la pierna de mi compañero en forma de consuelo. -¿Sabes? Aunque en este lugar físicamente sea yo la humana, creo que tu lo eres mas que yo… porque por lo menos tú sientes algo por esas personas. Yo no me arrepiento de lo que hice y dudo mucho arrepentirme después de ser convertida. Eso me convierte a mi en una bestia... ¿no lo crees? –le sonreí mientras buscaba sus ojos con mi mirada.
Lilith O'Hara- Prostituta Clase Baja
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