Un pequeño susurro de ayuda... ¿Que soy? -Libre-

por **Sophia D'Luca** Vie Ago 29, 2014 6:09 am

Mis patas se aferraban al suelo con la fuerza de todas las fieras en mi interior, no podía más que seguir corriendo algo tan natural en mí, algo que siempre me traía más satisfacción que miedo, ser perseguida era algo que llenaba mis venas de adrenalina, el fuego interno parecía avivar lo que mis instintos pedían a gritos, ser libre en una sociedad que estaba llena de prejuicios por todo que no fuera normal a los ojos de los grandes mandos. Mi pequeño corazón tenía una gran voluntad, siendo un pequeño gato era la fiera más domable que podía existir, eso solo ocurría cuando alguien amigable me tomara, pero mis miedos hacia un buen tiempo estaban aflorando nuevamente, no quería formar relaciones humanas con nadie, ya que al final siempre me abandonaban, era un hecho nadie quería a un cambiaformas que había conseguido su dinero de forma misteriosa, en fin nadie me quería.

La pequeña Emily me había puesto un lazo en el cuello para que no me hicieran mal de ojos, según ella ayudaba, mas mi incredulidad era más grande y solo había deseado quitármelo y volver a colocar mi collar, con aquella perla negra que tanto amaba, objeto que llevaba perdido hacía varios meses. Continué corriendo, liberando aquellas carga que tras mi espalda tenia, dolor, angustia y soledad una que se había acumulado durante mucho tiempo, una soledad que estaba consumiendo todo mi ser desde lo más salvaje hasta lo más domable… a medida que pasaba el tiempo, me aislaba cada vez mas de todo el mundo creando algo ficticio… tenía miedo era la verdad no quería volver a salir dañada por nada ni nadie.

Un ruido paró en seco todo mi cuerpo, que rodo por el pasto esparcido de manera irregular, al parecer algo en realidad me estaba siguiendo cosa que por mis pensamientos había dejado pasar. Silenciosa como solía ser con la cabeza abajo y la cola completamente extendida a ras del suelo, como si fuera a cazar observe, intentando de canalizar mis instintos para guiar mis ojos a lo que había causado aquel ruido tan extraño. Mis patas no hacían mucho ruido al pisar las ramas que cubrían el suelo me podía mezclar perfectamente con la oscuridad, con los sonidos de la naturaleza, con todo que no fuera propiamente hecho por el hombre, aquello era la ventaja de estar convertida en gato y mas que fuera de noche, aquello ayudaba muchísimo.

¿Qué era yo? En ese momento no sabía qué era lo que más dominaba mi interior si la naturaleza animal o la humana, o tal vez ninguna de las dos. Me distraje mirando el árbol donde estaba sentado, con los pies en lo alto aquella figura parecía ser un alma libre pero no lo eran, pocos conocía los que compartíamos aquella mezcla tan particular. Mi cabeza se humanizaba mientras distraídamente me daba a conocer nuevamente, pude sentir el impacto de su mirada sobre mi cuerpo y erizada completamente, temerosa por la situación me acerque silenciosamente ante la figura la cual lentamente se iba dejando visualizar mas yo con cautela seguía los movimientos pausados, de aquella figura humana… ¿Qué era yo? Volví a preguntarme, no tenia respuestas, había estado alejada del mundo mucho tiempo que con tan solo ver una figura diferente pensaba que era una amenaza, si bien no todos lo eran… sentía aquel vacio en mi interior… Deseaba que fuera Emily, pero sabía que no era ella… Estaba tan acostumbrada a andar en mi transformación que hasta hablar y sociabilizar ya me era muy difícil… aquel podría ser un principio… o tal vez… ser simplemente otro momento para ocultarme del mundo… un paso en falso y todo se habría decidido…

por **Sweet Von Teese** Vie Ago 29, 2014 11:23 pm

Hasta el momento no había pasado noches tan malas como para que estas acabaran en sollozos constantes, el miedo surgía de pronto. Era algo nuevo con lo que lidiaba el cuerpo de la joven prostituta acostumbrado a la vida de pueblo, a la vida sin tantos altibajos, con horarios tranquilos, pocas corridas, horarios de descanso después de las comidas y largas caminatas para alcanzar los lugares. Pero todo eso había quedado en el pasado de Sweet cuando apenas era una niña. Ahora la ciudad y su gente la habían hecho madurar de un día para el otro y esto la había aturdido de tal forma que parecía que un carro la hubiera atropellado de un momento para el otro tomándola desprevenida.

Salió corriendo de la casa, sabía que no estaba en un lugar cercano a la ciudad y que estaba rodeado de campos sembrados, caminos de tierra y quizá algún que otro reparo de pequeños bosques típicos de Francia, altos arboles que podrían ocultarla en su huida fugitiva.

El hecho era que estaba acostumbrada a trabajos menos rudos, el hombre que la contrató era de los que se fascinaban con el dolor. Por este motivo la había citado a su casa, ella había acudido a eso de las 6 de la tarde y desde que había llegado había practicado atrocidades sobre ella, las comunes no las lamentaba, pero no pensaba lo mismo de los moretones que presentaba en el cuerpo, no estaba acostumbrada a semejantes agarres. Le dolía el cuerpo en varias partes pero había logrado salir con cautela de la casa mientras el cliente dormía plácidamente en la cama, ella se había quedado dormida también por un rato, no sabía cuanto tiempo, pero esperaba que fuera el suficiente para que la mañana despuntara lo antes posible. Tenía frio y los pies congelados, imaginaba que era mas por el miedo que por la temperatura.

Salió con sigilo por la puerta de servicio sin ser vista por los empleados (serian 2 al menos), y cruzó la porción de terreno que bordeaba la casa corriendo como una posesa. Al llegar a los matorrales se giró solo para comprobar que no era seguida y al notar que asi era siguió el resto del trayecto con paso enérgico. Se colocó las sandalias y buscó el bosque mas cercano, una pequeña porción, no podía esperar mas de esos lugares.

Se escondió de la luz de la luna y bajo los enormes arboles y cuando estaba dentro mas tranquila encontró la suficiente contención como para dejar salir lo que tanto la angustiaba y rompió en llantos sin siquiera notar que los sollozos eran fuertes para la soledad oscura del lugar. Caminó escasos pasos hasta sentirse desvanecer y terminar apoyada contra el tronco de uno de los arboles robustos del lugar. Tapó su cara sintiendo la humedad de sus lágrimas incontenibles y largo un rápido suspiro buscando la calma.

¿Qué podría haber cambiado? - se dijo - ¿Qué otra cosa podía hacer mas que trabajar de esto?... son mis responsabilidades, no había otro camino para mi, acéptalo Heather! - se recriminó en voz baja, hablándose a ella misma buscando entender la razón y sus latidos fueron lentamente bajando, calmando el sube y baja de su pecho, dejando de oír los latidos taladrando su cabeza por la presión.

por **Sophia D'Luca** Vie Sep 12, 2014 12:27 am

Seria un verdadero privilegio ser el único ser en la tierra, podía convivir de lo mas bien con con personas no humanas, la humanidad era lo que me hacia daño, o mejor lo que le hacia daño a cualquier persona. ¿Que eramos? somos solo seres que nos creemos superiores y no sabemos nada del mundo, al final nos convertiríamos todos en cenizas, todos en... algo que muchas veces no era lo que deseábamos para nosotros. Apreté mi pequeña mandíbula, estar como felina, como gato, me llenaba de una parte mía que era conocida como la consentida, caprichosa, la linda gatita. ¿Acaso no era aquello? mientras mi cabeza formulaba las palabras que movimientos en ningún momento deje de lado el blanco aquella figura que mientras mas le prestaba atención mas reconocía a la joven, si por que eso era una jovencita, el silencio del lugar inundaba el amplio firmamento en el que nos encontrábamos. Con mucho cuidado sigilo y bastante silencio me acerque al gran árbol, prestando completa atención a lo que comenzaba a escuchar. ¿LLanto? si aquello parecían sollozos, de alguien que necesitaba desahogarse. Alcance a escuchar sus palabras, al parecer no era el único ser en este planeta que necesitaba encontrarse consigo mismo y aquel pensamiento era de lo mas egoísta, pero ¿Que somos? seres únicos en un mundo lleno de engaños...

Con mucha delicadeza deje ver mi cuerpo, el del animal, mi pelaje anaranjado con la luz de la luna se veía brillante sedoso, acariciable, como decía la pequeña Emily, levante mi cabeza moviendo mis orejas siempre alerta, desconfiando de ella, aun cuando parecía tan vulnerable, aun casi en la misma medida que yo. ¿como se puede consolar a alguien cuando estas en esta forma? si bien no era la primera vez que me mostraba ante alguien humano, nunca sabia bien como actuar frente a ellos, mi yo humano amaba a los felinos fueran cuales fueran, pero sabia que no eramos del querer de todos. Corría riesgos, desde mucho tiempo y claramente hoy estaba a punto de correr uno del cual tal vez podría arrepentirme, me había jurado no hacer lazos de amistad...

Mis garras se aferraron al húmedo suelo y di un brinco hacia ella, sin la intención de asustarla, encorve mi cuerpo y me pase por sus piernas acariciándome con ellas, ronroneando como cual domestico gato busca mimos para sentir aquel afecto tan típico de los humanos -prr... prrr - típicos ronroneos, con un deje de amistosidad en mis actos, lucharía por no ser aquella antipatía y gruñona gata en la que me había convertido con el tiempo, ella parecía necesitar compañía y... ¿y yo? al parecer ambas necesitábamos algo.. - Meaw... - maulle con tan delicadeza que ella pudiera prestarme la atención que necesitaba y en ese momento cruzaba los dedos para que yo le simpatizara, en el peor de los casos una patada me llegaría y la dejaría sola... y claro me iría rendida por pensar que tal vez... podría ser del gusto de alguien que no fuera Emily.

off: Lamento la tardanza ><... suelo demorarme una semana por post, espero no te moleste...

por **Sweet Von Teese** Miér Sep 24, 2014 11:48 pm

La muchacha tomó la cara entre sus manos para sentirse viva, solo para comprobar que realmente respiraba y que gracias a ello podía haber salido de la casa por sus propios medios. Así era, la respiración traía un aire gélido a sus manos mientras estas se desgastaban en aferrarse aun más contra sus ojos los cuales empezaban a mostrar en la oscuridad destellos coloridos. Se propuso calmarse como una de las únicas opciones que le quedaban antes de seguir caminando, dormirse en ese lugar o bien ponerse a la expectativa de cualquier ruido que se apareciera.

Pensó las opciones que tenia mientras pausaba levemente su respiración. Bien podía dormir allí, pero tendría que ser lo suficientemente precavida como para poder mantener el alerta por si alguien venia por ella, la reprimenda sería la peor parte. Caminar era una de las opciones mas fáciles de pensar, pero realmente sus piernas no le respondían como ella hubiera querido, ya estaba agotada después de la caminata hasta ese pequeño bosque ¿en qué momento había perdido el estado físico? Era un estropajo de lo que una vez fue, las sobras de una buena comida hoy en día.

Sus pensamientos variaban y sus manos temblaban hasta que la aparición de una figura esbelta en la oscuridad la sorprendió de grata manera, no era una persona, se notaba porque no se habían escuchado pastos pisados, su figura anaranjada se meneaba a la luz de la luna y su ronroneo calmaba las ansias. Una bella gata se frotaba contra sus piernas.

-¡Oh que belleza! ¿Qué andas haciendo sola por aquí?- dijo al tierno felino mientras frotaba una de sus manos por su cabeza y su lomo. El cabello del animal parecía cepillado a diario, obviamente era un animal de lo mas doméstico, además su fisonomía aclaraba una dieta muy balanceada –Tierna criatura que has aparecido en esta turbia noche, un hada te ha traído a mi, estoy tan agradecida al menos por tener tu compañía y no solo la de la oscura noche, en este bosque en la mitad de la nada-

Con delicadeza fue acercando a la gata cerca de su regazo para abrazarla y cobijarla entre sus manos –No debes de entender nada, mas si el hombre que vive allá es tu amo- dijo tomando a la criatura y enfocando su atención a la casa que aparecía a lo lejos en el claro –Menuda suerte tienes que al menos a ti si te trate bien, no te merece ¿verdad?- Amaba a los gatos, no podía negarlo, no tenía más que uno en su casa solo porque no le estaba permitido tener mascotas en el domicilio y realmente no quería perder el alquiler a estas alturas, era lo único que le faltaba. A lo lejos se sintió el sonido de unos perros ladrando. Allí no había nadie más que ellas y la casa. Nuevamente el temor se apoderó de ella –Tierna, ayúdame, ¿crees que caminando lleguemos a buen camino?- ¡Cielos, la locura la había afectado tanto que ya hablaba con los gatos!

Off:

por **Sophia D'Luca** Mar Oct 28, 2014 2:21 pm

¡Tuche! La suerte estaba de mi lado la mujer que sollozaba le gustaban los gatos, pude sentir un alivio en su voz al ver que se trataba de un animal quien acudía a su extraño llamado de desesperación, sus palabras no podían ser más ciertas y aunque en estos tiempo se me daba poco en sociabilizar con personas ella había dicho algo muy cierto un hada la había puesto en mi camino, bueno mutuo era el sentimiento, y como uno de mis sirvientes había dicho alguna vez, “A nadie le falta Dios” ahora aquella frase parecía tener un sentido diferente, si bien yo había dejado el llanto por golpes, se me rompía el alma cada vez que veía una persona llorar, de aquella forma… o tal vez de la única que conocía, el llanto del alma que solo pide un poco de comprensión o silencio. Mientras mi pequeña cabeza pensaba a mil por hora deje que me regaloneara, a final de cuentas ella no tenía por qué saber nada sobre mí, más si yo de ella.

Continué ronroneando sonoramente mientras su mano pasaba por mi lomo y con la cola parada dejaba que terminara aquel mimo que me hacía con mucha delicadeza, sus palabras eran suaves, pero se notaba herida, sus temblores habían terminado cuando el ladrido de los perros hizo que mis orejas se movieran en dirección norte, los cazadores andaban en busca de sus presas. Y yo… y ella, ella me hablaba y no era la única que lo hacía, muchas personas solían hablar con sus mascotas o sus animales, era por eso que mis mayores tesoros eran los secretos que guardaba en mi interior ya que como un acto de confesión no los promulgaba ni aunque me pagaran, quizás antes lo había hecho pero ahora todo era muy diferente. El pequeño vibrar de su cuerpo me alerto, una cosa era clara, la mujer era humana, no era bruja porque ya me habría reconocido y gitana, no lo era, olía mejor que aquellos…

De sus brazos salte al suelo y como si fuera un perro mordí la punta de su vestido llamando nuevamente su atención para que me siguiera, conocía aquellos senderos mejor que nadie y la mansión quedaba muy cerca, si ella necesitaba ayuda tal vez podría hacer algo por ella. Algo que en mi tiempo también necesite, simplemente era devolverle la mano al destino – Meeeeaaaaw – maullé en respuesta a sus palabras, si también yo estaba loca en hablar con humano, como si me entendiera ¡Dios! Pensé y corrí a paso ligero sin hacer mucho ruido, en la lejanía se veían los faroles de los cazadores, al menos yo los veía, les teníamos una distancia razonable y si la mujer quería un lugar tranquilo los jardines de la mansión eran la mejor opción, además, si me demostraba aquella confianza necesaria le mostraría el secreto de mis ojos… de mi vida… Me haría bien conversar con alguien, era lo que me decían mis criados diariamente…

¿Un poco de fe bastaba para mover montañas o no? Y como siempre en el peor de los casos, ella podría entrar a robar a mi casa… ahí me encargaría de aquello de otra manera, podría ser el guepardo aterrador o enviar a Emy para que la atormentara… pero antes que cualquier cosa gire mi cabeza para ver si me estaba siguiendo… era el primer paso para… para comenzar una caminata…

por **Sweet Von Teese** Lun Ene 05, 2015 10:19 pm

Off:

Había dejado de atormentar al pobre animalito –Ya suficiente tienes con la poca comida que debe de haber aquí como para cargar además con mis problemas mundanos! – se autoproclamó mientras restregaba sus ojos buscando apartar las lagrimas que aun se mantenían allí – Dicen que si un gato ronronea cura las cargas del humano que esta con él, cosas locas que dicen las viejas por allí en mi pueblo – terminó con un bufido de descreimiento. Sintió un tirón en lo bajo de la falta y supuso que el felino quería mas caricias, como de costumbre todos los gatos que había tenido, siempre eran de pedir un poco mas de atención. Cuando miró noto a la gata avanzando por uno de los senderos del pequeño bosque. Su maullido había salido como un pedido de que la siga. ¿Acaso estaba entrando en la locura? No había nada que perder de todas formas, la siguió sin mas y se encomendó a su Dios para que las cosas salieran bien y si al menos los perros de caza venían por ella tuviera el tiempo suficiente de correr antes de ser atrapada y morir en sus fauces.

En un lento trote comenzó a seguir a la gata sin mas, mientras podía notar cómo se sentiría Blancanieves en el cuento de los Hermanos Grimm corriendo entre el follaje perseguida por un cazador. O mas de uno en este caso…

Siguieron camino hasta que notó la tenue luz de unos faroles a lo lejos, y sonrió como quien encuentra un oasis en medio del desierto. Algo en el fondo de su corazón auguraba que estaba cerca de salvarse.

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