AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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When the reality isn't enough [Privado]
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When the reality isn't enough [Privado]
Estar ahí, fue como despertar de un sueño. No sabía cómo le habían guiado sus propios pasos, pero estaba solo, estaba oscuro y no pudo ver al par de fantasmas cerca. Pasó su mano por sus cabellos, algo largos ahora. Había perdido la noción de nuevo. No le sorprendía. No le importaba. Como no lo hacía el ir por ahí sin tratar de ocultarse, como si no temiese a nada o como si provocara a la muerte misma. Porque había más de una cosa que pudiese matarlo, era humano, tanto como cualquiera de aquellos que vivían en la ignorancia de seres que poseían cuerpos sobrenaturales o habilidades como la suya.
A veces, una pérdida puede provocarte tanto. Él se creía acostumbrado, pero al parecer el mundo quería enseñarle que aún podía hundirse más. Qué irónico. Sonrió dejándose caer en el pasto, cerrando los ojos tras ver el cielo nublado. Últimamente siempre estaba nublado, pensó sin darse cuenta que él era la misma causa de que esas nubes siempre tiñesen el cielo que se extendia sobre él. Sin control alguno de su propio ser, todo lo que sabía, todo lo que podía hacer, simplemente parecía fluir a un futuro cubierto de incertidumbre.
No estaba de humor para ocultarse, había esa sensación en su interior. Y era curioso, porque apenas y recordaba los últimos días. Era como si aquella presión en su pecho fuese a realmente hacerle explotar. No había llorado, no había intentado decir nada, simplemente había callado. ¿Qué era? ¿Era ese su destino? Estar solo, antes era algo comú^n, algo que no le molestaba ¿Por qué ahora lo hacía? Pero sabía la respuesta.
Y las nubes parecieron responder a su propio ser, y las gotas de lluvia comenzaron a caer y el cerró los ojos. Y aquela agobiante sensación le hizo gritar con todas sus fuerzas, para sí mismo fue solo un sonido ahogado, pero su voz se desgarró en ese simple gesto. Ojalá todo desapareciese, eso pensó antes de quedarse dormido. Cuando su propio ser se sumió en la oscuridad, cualquier rastro de las nubes desapareció. Caía en la inconsciencia de una forma extraña últimamente. Pero no le importaba, porque en esos momentos, al menos tenía calma.
Pero no se daba cuenta de la verdadera razón, no había estado observando desde que empezara esta situación, sin saber cómohabía cambiado todo, porque cada vez que despertaba ni Arthur ni Egyed estaban ahí con él.
A veces, una pérdida puede provocarte tanto. Él se creía acostumbrado, pero al parecer el mundo quería enseñarle que aún podía hundirse más. Qué irónico. Sonrió dejándose caer en el pasto, cerrando los ojos tras ver el cielo nublado. Últimamente siempre estaba nublado, pensó sin darse cuenta que él era la misma causa de que esas nubes siempre tiñesen el cielo que se extendia sobre él. Sin control alguno de su propio ser, todo lo que sabía, todo lo que podía hacer, simplemente parecía fluir a un futuro cubierto de incertidumbre.
No estaba de humor para ocultarse, había esa sensación en su interior. Y era curioso, porque apenas y recordaba los últimos días. Era como si aquella presión en su pecho fuese a realmente hacerle explotar. No había llorado, no había intentado decir nada, simplemente había callado. ¿Qué era? ¿Era ese su destino? Estar solo, antes era algo comú^n, algo que no le molestaba ¿Por qué ahora lo hacía? Pero sabía la respuesta.
Y las nubes parecieron responder a su propio ser, y las gotas de lluvia comenzaron a caer y el cerró los ojos. Y aquela agobiante sensación le hizo gritar con todas sus fuerzas, para sí mismo fue solo un sonido ahogado, pero su voz se desgarró en ese simple gesto. Ojalá todo desapareciese, eso pensó antes de quedarse dormido. Cuando su propio ser se sumió en la oscuridad, cualquier rastro de las nubes desapareció. Caía en la inconsciencia de una forma extraña últimamente. Pero no le importaba, porque en esos momentos, al menos tenía calma.
Pero no se daba cuenta de la verdadera razón, no había estado observando desde que empezara esta situación, sin saber cómohabía cambiado todo, porque cada vez que despertaba ni Arthur ni Egyed estaban ahí con él.
Alexis VanVollehoven- Hechicero Clase Baja
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Fecha de inscripción : 05/10/2011
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Re: When the reality isn't enough [Privado]
En los últimos tiempos encontrar paz le era cada vez más complicado, el único sitio donde parecía encontrarla era en sus sueños o en los brazos de su amante. Una amante. Nunca se había planteado la idea de tener una hasta que el dolor le había unido a Bronwen; en esos momentos la vida ficticia en la que se sumergía, las pasiones desenfrenadas y momentáneas suplían a la realidad, todo era perfecto en ese mundo, pero nada era real. En su realidad, se encontraba siempre con Beth que sufría por su culpa y era incapaz de hacer algo por la única persona que realmente amaba verdaderamente. Quería a mucha gente, apreciaba y valoraba a su amante, pero únicamente existía amor para su esposa y el hijo de ambos que ella se empeñaba en decir que le chupaba la vida.
Esa ocasión, había buscado librarse de la realidad en las zonas más alejadas de París. No buscaba estar rodeado por nadie, solo buscaba estar a sola con sus pensamientos, pedir a una fuerza mayor que le había abandonado hacia tanto que dejara a su esposa y se llevara su cordura. Necesitaba a la mujer que amaba más que a nada en el mundo, ella siempre era y sería su motor para continuar, por más complicado, doloroso y bizarro que se volviera el camino a seguir.
Andaba sin rumbo fijo, siguiendo la dirección que el destino pareciera indicarle cuando a la distancia, diviso en el suelo lo que parecía la figura de una persona humana. En una situación diaria no se hubiese alarmado, pues en Paris existían hombres que bebían hasta caer inconscientes por las calles, pero en zonas tan alejadas, era poco probable que algo de esa naturaleza sucediera. Apresuro sus pasos, dando grandes zancadas en dirección a lo que creía que era un cadáver. Conforme se acercaba, notaba un aura creciente en aquel cuerpo. Quien quiera que fuera no estaba muerto, pero era uno de los suyos.
Contrario a lo que había esperado. Que el extraño se levantara o mirara si quiera en su dirección, permaneció estático y al estar mucho más cerca, Clyde descubrió el motivo. Dormía; de una manera tan profunda que era de hecho extraño. De pie a un lado de ese hombre termino por moverlo levemente con el pie.
– ¡Hey tu, levantare de este sitio! No es lugar para que estés durmiendo tan cómodamente – su voz rompió el silencio del lugar, si es que podía llamarse silencio al sonido del viento y los animales que por allá se encontraban – ¿Estas escuchando? – pregunto, moviéndole con mucha más intensidad para que dignara de una buena vez a levantarse.
Esa ocasión, había buscado librarse de la realidad en las zonas más alejadas de París. No buscaba estar rodeado por nadie, solo buscaba estar a sola con sus pensamientos, pedir a una fuerza mayor que le había abandonado hacia tanto que dejara a su esposa y se llevara su cordura. Necesitaba a la mujer que amaba más que a nada en el mundo, ella siempre era y sería su motor para continuar, por más complicado, doloroso y bizarro que se volviera el camino a seguir.
Andaba sin rumbo fijo, siguiendo la dirección que el destino pareciera indicarle cuando a la distancia, diviso en el suelo lo que parecía la figura de una persona humana. En una situación diaria no se hubiese alarmado, pues en Paris existían hombres que bebían hasta caer inconscientes por las calles, pero en zonas tan alejadas, era poco probable que algo de esa naturaleza sucediera. Apresuro sus pasos, dando grandes zancadas en dirección a lo que creía que era un cadáver. Conforme se acercaba, notaba un aura creciente en aquel cuerpo. Quien quiera que fuera no estaba muerto, pero era uno de los suyos.
Contrario a lo que había esperado. Que el extraño se levantara o mirara si quiera en su dirección, permaneció estático y al estar mucho más cerca, Clyde descubrió el motivo. Dormía; de una manera tan profunda que era de hecho extraño. De pie a un lado de ese hombre termino por moverlo levemente con el pie.
– ¡Hey tu, levantare de este sitio! No es lugar para que estés durmiendo tan cómodamente – su voz rompió el silencio del lugar, si es que podía llamarse silencio al sonido del viento y los animales que por allá se encontraban – ¿Estas escuchando? – pregunto, moviéndole con mucha más intensidad para que dignara de una buena vez a levantarse.
Terry Ludlow- Cambiante Clase Alta
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Fecha de inscripción : 16/02/2014
Re: When the reality isn't enough [Privado]
Sus ojos se abrieron lentamente después de que el movimiento trajera de nuevo a la vida sus sentidos. Giró sobre su cuerpo para ver a la persona que estaba ahí. En ese instante no recordaba nada de lo que lo había llevado ahí. Estaba sufriendo, pero no era del tipo que llorara o se mostrara triste la mayoría del tiempo. Era para él más fácil y seguro para sí mismo el ir por ahí, buscando distraerse del todo. PEro como a cualquiera, los sentimientos terminaban abrumándole cuando estaba solo.
Suspiró pesadamente y se cubrió la frente con el antebrazo, viéndole fijamente mientras su otra mano se deslizaba sobre su propio estómago. La ropa estaba húmeda y frunció el ceño -¿Quién eres? -Preguntó sin pizca de arrepentimiento al dirigirse a él sin ninguna clase de formalidad.
Alexis era joven, sin embargo no era ningún tonto, eso pensó al verle con más atención. Por un momento le costó enfocarse y luego sonrió al notar el aura que lo rodeaba -Ah... pero deberías alejarte de mí... -Cerró los ojos y sonrió de medio lado. Le costaba esbozar un gesto como aquel por ratos, pero estaba acotumbrado al sarcasmo y a mentir, por mucho que por un tiempo se hubiese olvidado de ello.
-Estoy maldito ¿sabes? - Y a esas alturas empezaba a considerar que esas palabras tenían más de cierto que lo que él mismo creía. No hizo el intento de levantarse. Su respiración era tranquila, calmada, tal vez demasiado, y se sentía tan cansado que se sumergió de nuevo en aquella oscuridad que le daba el sueño.
Y no lo notó, solo se desconectó de todo sin enterarse de nada. Pero en lo que fue la realidad, sus ojos se abrieron de nuevo y una sonrisa cínica y despreocupada se formó en sus labios, diferente a la anterior. Se incorporó y observó sus propias manos, manos que en realidad no eran suyas.
Con lo que había sucedido en la última semana, Arthur y Egyed habían decidido por su cuenta cómo proceder. Pero era aburrido esperar y el moreno rió al verse en el cuerpo del chiquillo que debían 'cuidar'. Era la primera vez que había podido hacerlo o que había deseado algo como aquello, primero lo había considerado fuera de lo que le era permitido, pero ahora era diferente. Con el descontrol emocional en Alexis, era difícil que el muchacho mantuviese como hasta ahora al par de fantasmas. Estaban atados a él, pero era el brujo quien los mantenía sin perderse ni volverse locos como otros fantasmas cuando permanecían más tiempo del debido. Eran espectros, entes que no deberían estar en este mundo, aún así, llevaban años simplemente como acompañantes, cada quien a su modo cumpliendo el objetivo que el padre de Alexis les había encomendado.
-Un hechicero... -No era una pregunta, solo una afirmación -¿No tienes más preocupaciones que las nuestras? -Y suspiró viendo que le costaba trabajo mantenerse en posesión de su huesped.
-Ah... un favor -Dijo con aquella voz, se oía ligeramente más grave que la de Alexis, pero siendo el mismo cuerpo, probablemente era dificil notar demasiado la diferencia -Un poco de comida estaría bien... - Mm... aquello era incómodo por ahora. Debía practicar más si quería mantenerse en ese estado. Dejó que su diversión terminara tal vez demasiado pronto y se desvaneció en el interior del chico, dejando de nuevo solo al muchacho inconsciente. Dudaba que el extraño se tomase en serio cualquier cosa que hubiesen dicho, fuese él o Alexis.
Suspiró pesadamente y se cubrió la frente con el antebrazo, viéndole fijamente mientras su otra mano se deslizaba sobre su propio estómago. La ropa estaba húmeda y frunció el ceño -¿Quién eres? -Preguntó sin pizca de arrepentimiento al dirigirse a él sin ninguna clase de formalidad.
Alexis era joven, sin embargo no era ningún tonto, eso pensó al verle con más atención. Por un momento le costó enfocarse y luego sonrió al notar el aura que lo rodeaba -Ah... pero deberías alejarte de mí... -Cerró los ojos y sonrió de medio lado. Le costaba esbozar un gesto como aquel por ratos, pero estaba acotumbrado al sarcasmo y a mentir, por mucho que por un tiempo se hubiese olvidado de ello.
-Estoy maldito ¿sabes? - Y a esas alturas empezaba a considerar que esas palabras tenían más de cierto que lo que él mismo creía. No hizo el intento de levantarse. Su respiración era tranquila, calmada, tal vez demasiado, y se sentía tan cansado que se sumergió de nuevo en aquella oscuridad que le daba el sueño.
Y no lo notó, solo se desconectó de todo sin enterarse de nada. Pero en lo que fue la realidad, sus ojos se abrieron de nuevo y una sonrisa cínica y despreocupada se formó en sus labios, diferente a la anterior. Se incorporó y observó sus propias manos, manos que en realidad no eran suyas.
Con lo que había sucedido en la última semana, Arthur y Egyed habían decidido por su cuenta cómo proceder. Pero era aburrido esperar y el moreno rió al verse en el cuerpo del chiquillo que debían 'cuidar'. Era la primera vez que había podido hacerlo o que había deseado algo como aquello, primero lo había considerado fuera de lo que le era permitido, pero ahora era diferente. Con el descontrol emocional en Alexis, era difícil que el muchacho mantuviese como hasta ahora al par de fantasmas. Estaban atados a él, pero era el brujo quien los mantenía sin perderse ni volverse locos como otros fantasmas cuando permanecían más tiempo del debido. Eran espectros, entes que no deberían estar en este mundo, aún así, llevaban años simplemente como acompañantes, cada quien a su modo cumpliendo el objetivo que el padre de Alexis les había encomendado.
-Un hechicero... -No era una pregunta, solo una afirmación -¿No tienes más preocupaciones que las nuestras? -Y suspiró viendo que le costaba trabajo mantenerse en posesión de su huesped.
-Ah... un favor -Dijo con aquella voz, se oía ligeramente más grave que la de Alexis, pero siendo el mismo cuerpo, probablemente era dificil notar demasiado la diferencia -Un poco de comida estaría bien... - Mm... aquello era incómodo por ahora. Debía practicar más si quería mantenerse en ese estado. Dejó que su diversión terminara tal vez demasiado pronto y se desvaneció en el interior del chico, dejando de nuevo solo al muchacho inconsciente. Dudaba que el extraño se tomase en serio cualquier cosa que hubiesen dicho, fuese él o Alexis.
Alexis VanVollehoven- Hechicero Clase Baja
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Re: When the reality isn't enough [Privado]
Vivía y estaba consciente, algo adormilado pero consciente al fin y al cabo. No se podía pedir más que eso cuando terminabas por encontrar a alguien de esa manera y en lugares tan poco fuera de lo común como par permaneciera dormido. Suspiro y frunció el entrecejo. Él hombre que se encontraba en el suelo se cubría los ojos, en un gesto que Clyde creyó indicar que volvería a dormir y estaba considerando la opción de apartarse y seguir por su camino cuando una pregunta de rigor ante la presencia de un desconocido afloró de labios de quien permanecía recostado en el suelo.
– Un hombre que ha decidido pasear por estos caminos solitarios y creyó haber terminado por encontrar el cadáver de alguien, cosa que evidentemente no eres. Soy Clyde ¿y tu? – esa no era exactamente la pregunta que planeaba hacer, pero si la más indicada. En realidad Clyde deseaba saber que era lo que hacía en aquel lugar y por qué permanecía de esa manera que lucía tan precaria.
Enarco la ceja al escuchar la advertencia y no pudo evitar reír cuando el otro aseguro estar maldito.
– ¿No estamos todos malditos? – se cruzo de brazos y asintió a sus propias palabras – Si, todos de cierta manera lo estamos y simplemente no podemos escapar de nuestras maldiciones sin importar que tan lejos vayamos – No se refería exactamente a aquel hombre, sino que hablaba de si mismo, de sus desgracias y las maldiciones que permanecían sobre él. Se había perdido en eso apenas unos momentos cuando noto algo bastante fuera de lo común, el aura del joven comenzaba a cambiar y Clyde entonces dirigió su atención completa a aquel cuerpo.
Los ojos del joven se habían cerrado y abrirse, existía algo diferente en ellos. Sonrió apenas en respuesta y observo con atención como ahora el cuerpo estaba de pie. El aura que rodeaba el cuerpo humano no era la del brujo, era algo más que no se necesitaba de mucha practica para reconocer, un espíritu estaba en el cuerpo del inconsciente joven.
– Un hechicero y un fantasma. ¿Te divierte tomar posesión de un cuerpo tan débil? – la pregunta que hizo el fantasma le hizo fruncir más el ceño – Mis preocupaciones no deberían ser el problema de alguien que se debilita de una manera tan obvia apenas con poco tiempo en una posesión – En otras ocasiones vio a brujos pelear contra posesiones, pero por algún motivo el espíritu del dueño de a que cuerpo no reaccionaba ante nada y con las ultimas palabras del fantasma, el cuerpo volvió a caer en la inconsciencia.
– ¿Dónde se supone que voy a conseguir comida? – chasqueo la lengua, consciente que no podía dejar aquel joven en aquel lugar – Oye, te dije que despertaras de una buena vez. No pienso sacarte de este sitio debiendo cargarte, al menos coopera un poco. Cualquiera de los dos que este aquí me vendría bien – ayudar a un fantasma o a un brujo. ¿Por qué siempre se metía en situaciones como esa? Al menos de esa forma, se daba cuenta de que sus propios problemas muchas veces eran nada comparado a los de otros.
– Un hombre que ha decidido pasear por estos caminos solitarios y creyó haber terminado por encontrar el cadáver de alguien, cosa que evidentemente no eres. Soy Clyde ¿y tu? – esa no era exactamente la pregunta que planeaba hacer, pero si la más indicada. En realidad Clyde deseaba saber que era lo que hacía en aquel lugar y por qué permanecía de esa manera que lucía tan precaria.
Enarco la ceja al escuchar la advertencia y no pudo evitar reír cuando el otro aseguro estar maldito.
– ¿No estamos todos malditos? – se cruzo de brazos y asintió a sus propias palabras – Si, todos de cierta manera lo estamos y simplemente no podemos escapar de nuestras maldiciones sin importar que tan lejos vayamos – No se refería exactamente a aquel hombre, sino que hablaba de si mismo, de sus desgracias y las maldiciones que permanecían sobre él. Se había perdido en eso apenas unos momentos cuando noto algo bastante fuera de lo común, el aura del joven comenzaba a cambiar y Clyde entonces dirigió su atención completa a aquel cuerpo.
Los ojos del joven se habían cerrado y abrirse, existía algo diferente en ellos. Sonrió apenas en respuesta y observo con atención como ahora el cuerpo estaba de pie. El aura que rodeaba el cuerpo humano no era la del brujo, era algo más que no se necesitaba de mucha practica para reconocer, un espíritu estaba en el cuerpo del inconsciente joven.
– Un hechicero y un fantasma. ¿Te divierte tomar posesión de un cuerpo tan débil? – la pregunta que hizo el fantasma le hizo fruncir más el ceño – Mis preocupaciones no deberían ser el problema de alguien que se debilita de una manera tan obvia apenas con poco tiempo en una posesión – En otras ocasiones vio a brujos pelear contra posesiones, pero por algún motivo el espíritu del dueño de a que cuerpo no reaccionaba ante nada y con las ultimas palabras del fantasma, el cuerpo volvió a caer en la inconsciencia.
– ¿Dónde se supone que voy a conseguir comida? – chasqueo la lengua, consciente que no podía dejar aquel joven en aquel lugar – Oye, te dije que despertaras de una buena vez. No pienso sacarte de este sitio debiendo cargarte, al menos coopera un poco. Cualquiera de los dos que este aquí me vendría bien – ayudar a un fantasma o a un brujo. ¿Por qué siempre se metía en situaciones como esa? Al menos de esa forma, se daba cuenta de que sus propios problemas muchas veces eran nada comparado a los de otros.
Terry Ludlow- Cambiante Clase Alta
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Fecha de inscripción : 16/02/2014
Re: When the reality isn't enough [Privado]
Egyed podía escucharlo, aunque no hizo acto de presencia para el otro brujo. Había tenido ganas de decirle más de una cosa, pero ciertamente ni Arthur ni él habían nunca intentado posesionar a ninguna persona. Y Alexis, por muy poca resistencia que ofreciese, no hacía más fácil para él comprender cómo debía mantenerse en esa forma. Quería aún así, contestarle un par de cosas, pero le pareció suficiente verle hacer aquel gesto tras que él dejara el cuerpo del chico de nuevo a su control. De algún modo le divirtió ver que no le había ignorado.
Alexis por su parte, al abrir los ojos había sentido que se había escapado de la realidad apenas por un momento fugaz por lo que simplemente siguió con la conversación de antes sin más -Lamentablemente no soy un cadáver -Su rostro mostró una ligera confusión al notar lo último que él decía.
Y soltó una ligera risa, que no era ningún sinónimo de alegría -Ojalá fuese ese tipo de maldición... Pero sentir la muerte pisándote los talones y llevándose todo lo que está a tu alrededor empieza a parecer fastidioso... -Y aunque lo dijese así, no estaba ni molesto ni frustrado a esas alturas, se sentía cansado, como si hubiese perdido de repente el piso sobre el que se movía. Toda su seguridad ya no parecía estar ahí, ni siquiera su orgullo le mantenía en una pieza.
-Alexis... -susurró tras un momento -Mi nombre es Alexis -Dijo casi soltando un suspiro casi resignado. Ya estando de pie, pasó las manos como intentando quitarse la basura de encima, pero como notó lo húmedo de sus ropas solo dejó que siguiesen como estaban -¿No es este lugar demasiado solitario para una caminata? - Solo intentó desviar la atención de sí mismo. Así que la pregunta sonó más bien algo cortante, aunque no llevaba intención de ser grosero con él, se sentía irritado con todo y con todos. No podía calmar esa sensación que parecía quería ahogarle. E incluso si en ese momento se decía que no tenía por qué desquitarse con él, que era la única persona que había hablado en un par de días, lo cierto es que no podía controlarse en lo más mínimo.
Volvió a suspirar pesadamente y esta vez se permitió ver a la persona que estaba ahí con él con suficiente atención como para notar cosas a las que estaba acostumbrado mucho antes. El tipo de tela de sus ropas, el estilo de estas. Bueno, con eso solo confirmaba que al menos económicamente estaba mejor parado que él. Eso no le molestaba en absoluto en realidad. No ahora, ni tenía intención de engañarlo o estafarlo. Sus ojos subieron hasta que se encontró con los ajenos, pero contrario a lo acostumbrado, solo permaneció viéndole escasos segundos antes de apartar a mirada -No se preocupe por mi y siga su camino... -Susurró apenas audiblemente, aunque dudaba que se fuese a preocupar por él, era su forma de decirle que no tenía por qué hacer u obligarle a nada, así fuese algo simple como hablar con él. Era extraño, realmente extraño por un instante cuando se puso a pensarlo...
Alexis por su parte, al abrir los ojos había sentido que se había escapado de la realidad apenas por un momento fugaz por lo que simplemente siguió con la conversación de antes sin más -Lamentablemente no soy un cadáver -Su rostro mostró una ligera confusión al notar lo último que él decía.
Y soltó una ligera risa, que no era ningún sinónimo de alegría -Ojalá fuese ese tipo de maldición... Pero sentir la muerte pisándote los talones y llevándose todo lo que está a tu alrededor empieza a parecer fastidioso... -Y aunque lo dijese así, no estaba ni molesto ni frustrado a esas alturas, se sentía cansado, como si hubiese perdido de repente el piso sobre el que se movía. Toda su seguridad ya no parecía estar ahí, ni siquiera su orgullo le mantenía en una pieza.
-Alexis... -susurró tras un momento -Mi nombre es Alexis -Dijo casi soltando un suspiro casi resignado. Ya estando de pie, pasó las manos como intentando quitarse la basura de encima, pero como notó lo húmedo de sus ropas solo dejó que siguiesen como estaban -¿No es este lugar demasiado solitario para una caminata? - Solo intentó desviar la atención de sí mismo. Así que la pregunta sonó más bien algo cortante, aunque no llevaba intención de ser grosero con él, se sentía irritado con todo y con todos. No podía calmar esa sensación que parecía quería ahogarle. E incluso si en ese momento se decía que no tenía por qué desquitarse con él, que era la única persona que había hablado en un par de días, lo cierto es que no podía controlarse en lo más mínimo.
Volvió a suspirar pesadamente y esta vez se permitió ver a la persona que estaba ahí con él con suficiente atención como para notar cosas a las que estaba acostumbrado mucho antes. El tipo de tela de sus ropas, el estilo de estas. Bueno, con eso solo confirmaba que al menos económicamente estaba mejor parado que él. Eso no le molestaba en absoluto en realidad. No ahora, ni tenía intención de engañarlo o estafarlo. Sus ojos subieron hasta que se encontró con los ajenos, pero contrario a lo acostumbrado, solo permaneció viéndole escasos segundos antes de apartar a mirada -No se preocupe por mi y siga su camino... -Susurró apenas audiblemente, aunque dudaba que se fuese a preocupar por él, era su forma de decirle que no tenía por qué hacer u obligarle a nada, así fuese algo simple como hablar con él. Era extraño, realmente extraño por un instante cuando se puso a pensarlo...
Alexis VanVollehoven- Hechicero Clase Baja
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Re: When the reality isn't enough [Privado]
Acaso no tenía suficiente con ver a su esposa diariamente, atender a los pacientes y hacer algunas otras labores ocasionales fuera del sanatorio mental; aparentemente el mundo quería decirle que no, que sus acciones no eran suficientes y que por eso hasta cuando buscaba paz debía encontrarse con personas que de alguna manera necesitaran su ayuda y siendo el doctor que era, no podía ignorar las necesidad ajenas ni cuando se encontraba en un lugar como en el que ahora estaba.
Enarco la ceja y sonrió de manera divertida cuando el hombre despierto y pareciendo ignorar lo acontecido continuo con la conversación que antes hubiesen iniciado. Era de esperarse que desconociera que un espíritu estaba utilizando su cuerpo para algunos de sus fines y tal vez no fuera quien para darle aquella noticia aunque de cierta manera lo hubiese hecho ya.
– Bueno Alexis, pues si estas vivo lo mejor es que salgas de este lugar. Estar en soledad cuando parece que en cualquier momento perderás la consciencia no es lo mejor – y lo decía precisamente porque fue testigo del cambio que sufría a manos del fantasma que estuviese jugando a ser el dueño de aquel cuerpo. Clyde continuo la conversación, cual si nada pasara, como si las preguntas no se le arremolinaran en la mente y no todas ellas dirigidas al brujo, sino a quien fuera el fantasma – ¿Qué la muerte te sigue? La muerte nos sigue a todos y cada uno de nosotros y tarde o temprano nos alcanza a todos, tal vez solo tenga una ligera preferencia por estar a tu alrededor – Clyde no sabía de que aquel brujo definitivamente estaba rodeado de muerte, pero aunque lo hubiera sabido diría lo mismo, porque aquello que decía le parecía la verdad.
Sonrió al conocer finalmente el nombre del brujo que era arrebatado de su cuerpo para que un fantasmas tomara posesión de él. Lucía de verdad débil y cansado, solo él sabía hasta que punto.
Sus ojos fueron a recorrer los alrededores como si fuera un sitio de lo más regular y normal para salir a caminar y muchos creerían que no lo era, pero para el psiquiatra aquellos lugares eran los únicos que podían brindarle la paz verdadera, aquella que no encontraba ni siquiera en sus sueños.
– Tal vez, pero quería estar solo así que es un sitio perfecto para eso. No existe quien me moleste, no existe problema alguno – suspiro – Todo es perfecto aquí, hasta podría morir en este preciso lugar – miro entonces los ojos del brujo quien huyo a su mirada. Esa no era la primera vez que algo así le pasaba, en su trabajo los pacientes regularmente no le miraban a los ojos y eso no importaba, porque ellos lo harían cuando estuviesen listos – Es muy sencillo decir que no me preocupe y siga mi camino pero… ¿Ha tenido momentos en los que duerme y después despierta en otro sitio y sin saber nada? – la curiosidad le había ganado, quería saber que tanto conocía aquel hombre de la situación en que se hallaba metido.
Enarco la ceja y sonrió de manera divertida cuando el hombre despierto y pareciendo ignorar lo acontecido continuo con la conversación que antes hubiesen iniciado. Era de esperarse que desconociera que un espíritu estaba utilizando su cuerpo para algunos de sus fines y tal vez no fuera quien para darle aquella noticia aunque de cierta manera lo hubiese hecho ya.
– Bueno Alexis, pues si estas vivo lo mejor es que salgas de este lugar. Estar en soledad cuando parece que en cualquier momento perderás la consciencia no es lo mejor – y lo decía precisamente porque fue testigo del cambio que sufría a manos del fantasma que estuviese jugando a ser el dueño de aquel cuerpo. Clyde continuo la conversación, cual si nada pasara, como si las preguntas no se le arremolinaran en la mente y no todas ellas dirigidas al brujo, sino a quien fuera el fantasma – ¿Qué la muerte te sigue? La muerte nos sigue a todos y cada uno de nosotros y tarde o temprano nos alcanza a todos, tal vez solo tenga una ligera preferencia por estar a tu alrededor – Clyde no sabía de que aquel brujo definitivamente estaba rodeado de muerte, pero aunque lo hubiera sabido diría lo mismo, porque aquello que decía le parecía la verdad.
Sonrió al conocer finalmente el nombre del brujo que era arrebatado de su cuerpo para que un fantasmas tomara posesión de él. Lucía de verdad débil y cansado, solo él sabía hasta que punto.
Sus ojos fueron a recorrer los alrededores como si fuera un sitio de lo más regular y normal para salir a caminar y muchos creerían que no lo era, pero para el psiquiatra aquellos lugares eran los únicos que podían brindarle la paz verdadera, aquella que no encontraba ni siquiera en sus sueños.
– Tal vez, pero quería estar solo así que es un sitio perfecto para eso. No existe quien me moleste, no existe problema alguno – suspiro – Todo es perfecto aquí, hasta podría morir en este preciso lugar – miro entonces los ojos del brujo quien huyo a su mirada. Esa no era la primera vez que algo así le pasaba, en su trabajo los pacientes regularmente no le miraban a los ojos y eso no importaba, porque ellos lo harían cuando estuviesen listos – Es muy sencillo decir que no me preocupe y siga mi camino pero… ¿Ha tenido momentos en los que duerme y después despierta en otro sitio y sin saber nada? – la curiosidad le había ganado, quería saber que tanto conocía aquel hombre de la situación en que se hallaba metido.
Terry Ludlow- Cambiante Clase Alta
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Re: When the reality isn't enough [Privado]
Alexis pareció molesto a sus respuestas -¿A quién le importa si me levanto o no? No hay nadie a quien le interese si vivo o muero - Y le irritaba que dijese eso de la muerte porque si fuera por él, la dejaría alcanzarle en ese instante. Pareció tragarse todo lo que pudiese decir, quería reclamar, sentía esas ansías de soltar todo lo que pasaba por su mente, pero pudo controlarse. Por una vez pudo callarse incluso si en ese mismo momento le importaba aún menos lo que pudiesen pensar de él.
Levantó la mirada hacia él, en un claro gesto de reproche –Le gusta dar demasiadas vueltas, y no llega nunca mientras la esperas –Dijo con cierta ironía en el tono de su voz. Y las manos le temblaban, sintió ganas de irse contra él. Estaba conteniendo toda su ira, todo su enojo, toda su tristeza. Sabía que explotaría en algún momento si seguía así, pero no veía ninguna clase de salida.
Sus palabras lo descolocaron, por eso esa sensación amainó y casi se extinguió. Ciertamente el lugar era preciso para no encontrarse a nadie molesto, para poder estar solo con tus pensamientos ¿No era esa la razón de que él mismo estuviese ahí? Pero entonces pareció sorprendido de alguna forma, apenas un atisbo cuando le vio frunciendo ligeramente el ceño –Es extraño escuchar eso… ¿Elegirías la muerte? – Era un buen lugar para librarte del mundo, pero él no había pensado en más, solo en alejarse de todo y terminó allí. Y sin darse cuenta le estaba respondiendo.
-No es mi intención que algún desconocido se preocupe por mí, pero en realidad creo que sería sencillo para usted hacerlo si quisiera… - Lo era, la gente solía deslindarse fácilmente y en casos así, se hubiesen marchado sin más. Y la pregunta le hizo mostrar confusión. Y pareció pensarlo, pero respondió sin dejar pasar más que un par de segundos.
Estaba confundido, estaba intentando pensar seriamente en la respuesta a pesar de que solo una cosa salió de sus labios –No… - Esa era la respuesta, o debía ser la respuesta, pero desvió la mirada pensando en que a veces le parecía que el tiempo parecía moverse más rápido, cerraba los ojos y parecía haber pasado más de lo que él estaba seguro habían sido un par de segundos. Pero ¿por qué le preguntaba eso? Y sintió su corazón acelerarse. Estaba nervioso ahora, tan solo por la idea de pensar que eso pudiese ser lo que le sucedía -¿Por qué? – Y su voz fue apenas un hilo, audible, pero no tan firme como todas sus palabras de antes.
Levantó la mirada hacia él, en un claro gesto de reproche –Le gusta dar demasiadas vueltas, y no llega nunca mientras la esperas –Dijo con cierta ironía en el tono de su voz. Y las manos le temblaban, sintió ganas de irse contra él. Estaba conteniendo toda su ira, todo su enojo, toda su tristeza. Sabía que explotaría en algún momento si seguía así, pero no veía ninguna clase de salida.
Sus palabras lo descolocaron, por eso esa sensación amainó y casi se extinguió. Ciertamente el lugar era preciso para no encontrarse a nadie molesto, para poder estar solo con tus pensamientos ¿No era esa la razón de que él mismo estuviese ahí? Pero entonces pareció sorprendido de alguna forma, apenas un atisbo cuando le vio frunciendo ligeramente el ceño –Es extraño escuchar eso… ¿Elegirías la muerte? – Era un buen lugar para librarte del mundo, pero él no había pensado en más, solo en alejarse de todo y terminó allí. Y sin darse cuenta le estaba respondiendo.
-No es mi intención que algún desconocido se preocupe por mí, pero en realidad creo que sería sencillo para usted hacerlo si quisiera… - Lo era, la gente solía deslindarse fácilmente y en casos así, se hubiesen marchado sin más. Y la pregunta le hizo mostrar confusión. Y pareció pensarlo, pero respondió sin dejar pasar más que un par de segundos.
Estaba confundido, estaba intentando pensar seriamente en la respuesta a pesar de que solo una cosa salió de sus labios –No… - Esa era la respuesta, o debía ser la respuesta, pero desvió la mirada pensando en que a veces le parecía que el tiempo parecía moverse más rápido, cerraba los ojos y parecía haber pasado más de lo que él estaba seguro habían sido un par de segundos. Pero ¿por qué le preguntaba eso? Y sintió su corazón acelerarse. Estaba nervioso ahora, tan solo por la idea de pensar que eso pudiese ser lo que le sucedía -¿Por qué? – Y su voz fue apenas un hilo, audible, pero no tan firme como todas sus palabras de antes.
Alexis VanVollehoven- Hechicero Clase Baja
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Re: When the reality isn't enough [Privado]
Clyde enarco la ceja ante las palabras ajenas y le sonrió como si estuviesen hablando de cualquier cosa y no de la vida de alguien.
– Pues sino te importas a ti mismo tienes razón, a nadie le interesa si vives o mueres. Hasta quizás sea mejor para todos los que conoces que dejes de existir y sin embargo aquí estas, quejándote de que la muerte te sigue – cruzó los brazos – déjate alcanzar entonces por ella, no debe ser tan complicado y apesar de eso no te dejaras alcanzar, estas luchando para huir del destino que tarde o temprano te tocara – Aquel brujo solo hablaba desde la molestia, la verdad es que a su manera estaba luchando por vivir. Se encogió de hombros cuando volvió a hacer alusión a la muerte – Ni tu ni ella se están buscando seriamente, así que no puedes exigirle que llegue cuando no te has esforzado – dijo aquello a manera de dejar al brujo pensando sobre su propia situación, sobre lo que estaba haciendo y lo que debía hacer dependiendo de su decisión.
Rió por el comentario ajeno. No le parecía a él tan extraño. La paz ahí era tan abrumadora que únicamente era necesario abandonarse y dejarse ir; eso si es que la hora le había llegado, cosa que a él aun no le tocaba.
– No, claro que no la elegiría; pero si tuviera la oportunidad de decidir donde morir – tomo aire – este sería el sitio – dijo con la certeza escrita en el rostro – ¿Sabe por qué no elegiría la muerte? – pregunto mientras sus ojos se enfocaban en los ajenos y antes de que el joven dijese algo, se respondió a si mismo – Porque aún tengo alguien a quien deseo proteger y ver cada día. Quiero que su rostro sea lo primero que vea por las mañanas y su risa lo ultimo que escuche en las noches – y no importaba que complicada se estuviese volviendo la vida, ni las cosas que el futuro fuera a traer para el Dunne y su esposa. Igual no pensaba dejarla para nada, ni cuando la cordura momentánea la abandonara por completo.
Abandonaron entonces aquel tema para centrarse en algo más cercano y más real en esos momentos. Clyde estaba absolutamente intrigado por aquello que le sucediera al brujo momentos antes y por eso es que le cuestionaba sobre algunos aspectos que recibieron respuesta, pero una respuesta que llevaba demasiadas dudas que fácilmente pudo notar. Un suspiro salió de los labios de Clyde.
– ¿Completamente seguro de que no? – sus ojos se enfocaron en los ajenos y movió la cabeza de un lado a otro – Es que ni siquiera te has dado cuenta de que dejaste de ser tu unos segundos – enarco la ceja – Te perdiste cerca de un minuto, hablaste de otras cosas y después retomaste la conversación donde la habías dejado –era imposible que las personas a su alrededor no lo notaran; pero que él no lo notara, eso si era un tanto más factible.
– Pues sino te importas a ti mismo tienes razón, a nadie le interesa si vives o mueres. Hasta quizás sea mejor para todos los que conoces que dejes de existir y sin embargo aquí estas, quejándote de que la muerte te sigue – cruzó los brazos – déjate alcanzar entonces por ella, no debe ser tan complicado y apesar de eso no te dejaras alcanzar, estas luchando para huir del destino que tarde o temprano te tocara – Aquel brujo solo hablaba desde la molestia, la verdad es que a su manera estaba luchando por vivir. Se encogió de hombros cuando volvió a hacer alusión a la muerte – Ni tu ni ella se están buscando seriamente, así que no puedes exigirle que llegue cuando no te has esforzado – dijo aquello a manera de dejar al brujo pensando sobre su propia situación, sobre lo que estaba haciendo y lo que debía hacer dependiendo de su decisión.
Rió por el comentario ajeno. No le parecía a él tan extraño. La paz ahí era tan abrumadora que únicamente era necesario abandonarse y dejarse ir; eso si es que la hora le había llegado, cosa que a él aun no le tocaba.
– No, claro que no la elegiría; pero si tuviera la oportunidad de decidir donde morir – tomo aire – este sería el sitio – dijo con la certeza escrita en el rostro – ¿Sabe por qué no elegiría la muerte? – pregunto mientras sus ojos se enfocaban en los ajenos y antes de que el joven dijese algo, se respondió a si mismo – Porque aún tengo alguien a quien deseo proteger y ver cada día. Quiero que su rostro sea lo primero que vea por las mañanas y su risa lo ultimo que escuche en las noches – y no importaba que complicada se estuviese volviendo la vida, ni las cosas que el futuro fuera a traer para el Dunne y su esposa. Igual no pensaba dejarla para nada, ni cuando la cordura momentánea la abandonara por completo.
Abandonaron entonces aquel tema para centrarse en algo más cercano y más real en esos momentos. Clyde estaba absolutamente intrigado por aquello que le sucediera al brujo momentos antes y por eso es que le cuestionaba sobre algunos aspectos que recibieron respuesta, pero una respuesta que llevaba demasiadas dudas que fácilmente pudo notar. Un suspiro salió de los labios de Clyde.
– ¿Completamente seguro de que no? – sus ojos se enfocaron en los ajenos y movió la cabeza de un lado a otro – Es que ni siquiera te has dado cuenta de que dejaste de ser tu unos segundos – enarco la ceja – Te perdiste cerca de un minuto, hablaste de otras cosas y después retomaste la conversación donde la habías dejado –era imposible que las personas a su alrededor no lo notaran; pero que él no lo notara, eso si era un tanto más factible.
Terry Ludlow- Cambiante Clase Alta
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Re: When the reality isn't enough [Privado]
Aquel sujeto era genuinamente extraño para Alexis. Le miró arqueando una ceja ante lo que decía e iba a contestarle pero terminó por quedarse callado. ¿Qué sabía él? Y una media sonrisa se formó en sus labios. Las personas que conocía... si hubiese alguna ¿le preferirían muerto si supieran la suerte que correrían? Incluso si no era su culpa.
Y mientras las palabras continuaban el fue sintiendo más y más aquella pena que habia estado carcomiéndole. ¿No había hecho un esfuerzo por alcanzar la muerte, porque a pesar de todo no quería tirarse al abismo cuando sabía que otros habían dado tanto por él, unos pocos... pero esa era ahora una carga enorme que no le permitiría desechar su propia vida.
Su gesto se torció -¿Qué vas a entender tu? - Y se había acercado y le empujó con sus manos. Estaba enojado, furioso con el mundo entero -¿Qué vas a decirme tu? - Y quería completar '... cuando aún tienes a alguien que quieres proteger' tras sus palabras, pero la voz se de quebró y se dio cuenta de que los ojos se le habían llenado de lágrimas. No las dejaría escapar, no ahora, n después de todo el esfuerzo de enterrarlas en su ser antes. Le soltó, las manos le temblaban pero se irguió viéndole. Quiso desquitarse con él, quiso gritarle, golpearlo pero su cuerpo no se movió esta vez y se sintió lleno de impotencia.
-No lo sé! -Empezaba a sentir una desesperación extraña. En realidad había notado un par de cosas. Había dejado de comer adecuadamente y aunque se había reflejado en su cuerpo, no parecía el efecto de lo que hacía, se descuidaba pero parecía que estaba bien, no tenía hambre y a veces se daba cuenta de que había hecho cosas que no recordaba, pero como estaba simplemente había decidido ignorar tales cosas -No lo sé... -Dijo casi con la derrota en la voz. Simplemente no había querido verlo, le daba lo mismo si era una cosa u otra, pero cuando él se lo decía, empezaba a sentir que tal vez incluso estaba sobresando los límites, sin embargo, no podía arrancarse la causa de que se sintiera tan miserable, tan molesto con todo.
Y tardó un par de segundos más antes de mirar a quien hablaba con él -No sé qué hacer ... -Respondió casi como si estuviese a punto de ponerse a llorar, a pesar de todo era orgulloso y eso le podía más y era lo que lo había mantenido en una sola pieza.
Y mientras las palabras continuaban el fue sintiendo más y más aquella pena que habia estado carcomiéndole. ¿No había hecho un esfuerzo por alcanzar la muerte, porque a pesar de todo no quería tirarse al abismo cuando sabía que otros habían dado tanto por él, unos pocos... pero esa era ahora una carga enorme que no le permitiría desechar su propia vida.
Su gesto se torció -¿Qué vas a entender tu? - Y se había acercado y le empujó con sus manos. Estaba enojado, furioso con el mundo entero -¿Qué vas a decirme tu? - Y quería completar '... cuando aún tienes a alguien que quieres proteger' tras sus palabras, pero la voz se de quebró y se dio cuenta de que los ojos se le habían llenado de lágrimas. No las dejaría escapar, no ahora, n después de todo el esfuerzo de enterrarlas en su ser antes. Le soltó, las manos le temblaban pero se irguió viéndole. Quiso desquitarse con él, quiso gritarle, golpearlo pero su cuerpo no se movió esta vez y se sintió lleno de impotencia.
-No lo sé! -Empezaba a sentir una desesperación extraña. En realidad había notado un par de cosas. Había dejado de comer adecuadamente y aunque se había reflejado en su cuerpo, no parecía el efecto de lo que hacía, se descuidaba pero parecía que estaba bien, no tenía hambre y a veces se daba cuenta de que había hecho cosas que no recordaba, pero como estaba simplemente había decidido ignorar tales cosas -No lo sé... -Dijo casi con la derrota en la voz. Simplemente no había querido verlo, le daba lo mismo si era una cosa u otra, pero cuando él se lo decía, empezaba a sentir que tal vez incluso estaba sobresando los límites, sin embargo, no podía arrancarse la causa de que se sintiera tan miserable, tan molesto con todo.
Y tardó un par de segundos más antes de mirar a quien hablaba con él -No sé qué hacer ... -Respondió casi como si estuviese a punto de ponerse a llorar, a pesar de todo era orgulloso y eso le podía más y era lo que lo había mantenido en una sola pieza.
Alexis VanVollehoven- Hechicero Clase Baja
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Re: When the reality isn't enough [Privado]
El empujón le tomo por sorpresa y los ojos de Clyde se centraron en el hombre que parecía estarse resquebrajando frente a él. Efectivamente le era complicado comprenderlo, pero trataba de hacerlo y hablaba desde lo que podía entender.
La vida no era sencilla para nadie, todos y cada uno de los humanos o sobre naturales que existían en aquel mundo, pasaban por situaciones que los superaban y estaba en manos de cada uno de ellos decidir si seguir adelante valía la pena o lo mejor, era darse por vencidos de una buena vez por todas. Aquel brujo frente a él, se encontraba en ese dilema. Cada vez que el psiquiatra lo veía podía sentir que deseaba vivir pero que ya no sabía la manera de hacerlo sin terminar dañándose, o dañando a los que se hallaban cerca de él.
– No te entiendo del todo porque me encuentro en una situación diferente a la tuya, pero te diré que no eres el único que sufre, no eres el único que lucha y mucho menos serás el ultimo por pasar por cuestiones complicadas – su voz era baja, no se alteraba pese a que segundos antes fuese empujado por aquel otro hombre. Los ojos de ambos se encontraban y Clyde veía claramente las lagrimas contenidas en los ojos ajenos. Que triste era ver cuando alguien optaba por derrotarse a una edad tan temprana; de alguna manera, aquello le recordaba a él mismo y a unos meses atrás, cuando quería lanzar todo por la borda y desaparecer del mundo, sin embargo, ahí estaba, saliendo adelante pese a las dificultades.
– Para salir de las adversidades en las que nos encontramos, es necesario que comencemos por algo, quizás sea algo simple y que creamos que no servirá de nada, pero hasta eso nos ayuda a cambiar la perspectiva de algunas cosas – aquel era un comentario que bien podía ser considerado como una palabrería, pero lo orientaba a que el muchacho frente a él, pensara en que era lo que deseaba enfrentar primero, aunque sospechaba que el dolor del muchacho y esos cambios de personalidad estaban ligados a la misma situación. Se quedo en silencio mirando al joven, esa expresión de derrota que tenia en el rostro y suspiro – Es verdad que no sabes que hacer o es acaso que no quieres hacer lo que necesitas para salir de esta situación en la que te encuentras. Porque desde donde lo veo yo, tienes claro que males te quejan, pero no haces nada para mejorarlos, simplemente dejas que te hieran y cada vez te hundes más – dio un paso hasta quedar más cerca de él – Entonces ¿De verdad no sabes?.
La vida no era sencilla para nadie, todos y cada uno de los humanos o sobre naturales que existían en aquel mundo, pasaban por situaciones que los superaban y estaba en manos de cada uno de ellos decidir si seguir adelante valía la pena o lo mejor, era darse por vencidos de una buena vez por todas. Aquel brujo frente a él, se encontraba en ese dilema. Cada vez que el psiquiatra lo veía podía sentir que deseaba vivir pero que ya no sabía la manera de hacerlo sin terminar dañándose, o dañando a los que se hallaban cerca de él.
– No te entiendo del todo porque me encuentro en una situación diferente a la tuya, pero te diré que no eres el único que sufre, no eres el único que lucha y mucho menos serás el ultimo por pasar por cuestiones complicadas – su voz era baja, no se alteraba pese a que segundos antes fuese empujado por aquel otro hombre. Los ojos de ambos se encontraban y Clyde veía claramente las lagrimas contenidas en los ojos ajenos. Que triste era ver cuando alguien optaba por derrotarse a una edad tan temprana; de alguna manera, aquello le recordaba a él mismo y a unos meses atrás, cuando quería lanzar todo por la borda y desaparecer del mundo, sin embargo, ahí estaba, saliendo adelante pese a las dificultades.
– Para salir de las adversidades en las que nos encontramos, es necesario que comencemos por algo, quizás sea algo simple y que creamos que no servirá de nada, pero hasta eso nos ayuda a cambiar la perspectiva de algunas cosas – aquel era un comentario que bien podía ser considerado como una palabrería, pero lo orientaba a que el muchacho frente a él, pensara en que era lo que deseaba enfrentar primero, aunque sospechaba que el dolor del muchacho y esos cambios de personalidad estaban ligados a la misma situación. Se quedo en silencio mirando al joven, esa expresión de derrota que tenia en el rostro y suspiro – Es verdad que no sabes que hacer o es acaso que no quieres hacer lo que necesitas para salir de esta situación en la que te encuentras. Porque desde donde lo veo yo, tienes claro que males te quejan, pero no haces nada para mejorarlos, simplemente dejas que te hieran y cada vez te hundes más – dio un paso hasta quedar más cerca de él – Entonces ¿De verdad no sabes?.
Terry Ludlow- Cambiante Clase Alta
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Re: When the reality isn't enough [Privado]
Su rostro se descompuso ligeramente mientras le escuchaba. Ya no tenía fuerzas para hacer las cosas como lo habría hecho antes. Era joven, sin embargo, las cosas se habían ido apilando, produciendo un efecto asfixiante que ya no podía controlar. Le escuchaba, veía su calma, y lo único que sentía lo que él creía era enojo, frustración más bien.
Veía ese rostro calmo y sereno y solo quería que esos mismos ojos que querían verle con comprensión, le miraran con cualquier otra expresión. -¿Qué importa? ¿Qué importa si no soy el único? ¿Esa es tu respuesta? Sé que no soy el único, se que mucha gente sufre... -Eso no cambiaba nada. Y sabía que cada persona era responsable de su propia vida, por lo que no importaba qué tanto sufrimiento atronará en otra alma humana, no podía pensar en ellos cuando el estaba en el borde de un precipicio.
-No puedo hacer nada por ellos, como ellos no pueden hacer nada por mí -Y en lugar de sonar como algo lleno de resentimiento, su voz transmitió tristeza -A nadie le importa ... - Y todo en su ser se llenó de una calma repentina al decir eso. Sí, a nadie le importaba, ya no existía ni una sola persona a la que le importara en lo más mínimo lo que sucediera con él. Ladeó el rostro, a pesar de todo, se había detenido, escuchándole, como si necesitara poder hablar con alguien, inconsciente de que realmente hacía muchos días que no se había dirigido a nadie, ni siquiera recordaba haber hecho muchas cosas por sí mismo.
-Cosas pequeñas... dices que sé qué males me aquejan... -Vio su acercamiento y quiso dar un paso atrás, como temiendo que se acercara más aún, pero se resistió, a pesar de todo, tenía ese carácter impulsivo y que no le dejaba retroceder incluso en momentos de peligro -No lo sé... de verdad no lo sé... -Respondió, la verdad era que no podía centrar su mente para poder analizar la situación -Si te arrebatan a todas las personas en las que confías, a las que aprecias... ¿cómo puedo pasar de ello? ¿Cómo puedo seguir viendo todo y creer que irá mejor -Y él sabía que estaba cegado por su falta, por haber perdido a su maestro y luego a la joven que vivía a su lado, pero aún estaba vivo, lo estaba, pero era la primera vez que algo le había dolido tanto, porque era la primera vez en la que realmente confiaba y deposityaba sus sentimientos en otra persona. Era la primera vez que había creado vínculos con quienes estaba, vínculos reales, haciendo que le importara lo que sucedía con ellos, no como había hecho toda su niñez.
y fue en ese momento que sintió la calidez de una lágrima correr por su rostro y aunque lo ignoró y permaneció viendo al joven frente a él, también pudo sentir a los dos fantasmas. Estaban cerca y él no lo había notado hasta ahora.
-Ellos no están haciéndome daño... -Repsondió dándose cuenta, notando que tal vez a eso se había referido antes, como un momento de lucidez -ellos no me harían daño... - Porque estaban ligados a su persona, porque eran los únicos que no podrían dejarle a menos que él lo quisiera.
Veía ese rostro calmo y sereno y solo quería que esos mismos ojos que querían verle con comprensión, le miraran con cualquier otra expresión. -¿Qué importa? ¿Qué importa si no soy el único? ¿Esa es tu respuesta? Sé que no soy el único, se que mucha gente sufre... -Eso no cambiaba nada. Y sabía que cada persona era responsable de su propia vida, por lo que no importaba qué tanto sufrimiento atronará en otra alma humana, no podía pensar en ellos cuando el estaba en el borde de un precipicio.
-No puedo hacer nada por ellos, como ellos no pueden hacer nada por mí -Y en lugar de sonar como algo lleno de resentimiento, su voz transmitió tristeza -A nadie le importa ... - Y todo en su ser se llenó de una calma repentina al decir eso. Sí, a nadie le importaba, ya no existía ni una sola persona a la que le importara en lo más mínimo lo que sucediera con él. Ladeó el rostro, a pesar de todo, se había detenido, escuchándole, como si necesitara poder hablar con alguien, inconsciente de que realmente hacía muchos días que no se había dirigido a nadie, ni siquiera recordaba haber hecho muchas cosas por sí mismo.
-Cosas pequeñas... dices que sé qué males me aquejan... -Vio su acercamiento y quiso dar un paso atrás, como temiendo que se acercara más aún, pero se resistió, a pesar de todo, tenía ese carácter impulsivo y que no le dejaba retroceder incluso en momentos de peligro -No lo sé... de verdad no lo sé... -Respondió, la verdad era que no podía centrar su mente para poder analizar la situación -Si te arrebatan a todas las personas en las que confías, a las que aprecias... ¿cómo puedo pasar de ello? ¿Cómo puedo seguir viendo todo y creer que irá mejor -Y él sabía que estaba cegado por su falta, por haber perdido a su maestro y luego a la joven que vivía a su lado, pero aún estaba vivo, lo estaba, pero era la primera vez que algo le había dolido tanto, porque era la primera vez en la que realmente confiaba y deposityaba sus sentimientos en otra persona. Era la primera vez que había creado vínculos con quienes estaba, vínculos reales, haciendo que le importara lo que sucedía con ellos, no como había hecho toda su niñez.
y fue en ese momento que sintió la calidez de una lágrima correr por su rostro y aunque lo ignoró y permaneció viendo al joven frente a él, también pudo sentir a los dos fantasmas. Estaban cerca y él no lo había notado hasta ahora.
-Ellos no están haciéndome daño... -Repsondió dándose cuenta, notando que tal vez a eso se había referido antes, como un momento de lucidez -ellos no me harían daño... - Porque estaban ligados a su persona, porque eran los únicos que no podrían dejarle a menos que él lo quisiera.
Alexis VanVollehoven- Hechicero Clase Baja
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Re: When the reality isn't enough [Privado]
Le miraba con compresión pese a el enojo que notaba en aumento en la expresión ajena. Incluso sus palabras transmitan eso y Clyde suspiro.
– Y aunque lo sabes crees que en estos momentos tu eres el que más sufre y quizás así sea, pero con pensar que nadie puede cambiar las cosas o que a nadie le importa no vas a cambiar nada – le miro – ¿Te gusta estar así? ¿Te gusta estar sufriendo? Porque creo que es efectivamente de esa manera, de no gustarte lo que pasas ya hubieras hecho algo al respecto – continuo entonces, sin dejar que aquel brujo pudiera defenderse de sus palabras – No existe excusa respecto a que no hagas nada. ¿Estas cansado? ¿Estas molesto? ¿Has perdido mucha gente? – negó – esas solo son excusas que tratan de hacerte sentir mejor cuando te encuentras a ti mismo sin actuar de la manera en que deberías y esas excusas solo terminan por lastimarte más. Nada va a cambiar a menos que te decidas pero si crees que no puedes hacer nada, entonces ¿Por qué te resistes a vivir de esta manera?
Se acercaba a él para que sus palabras fueran mejor recibidas por aquel brujo que se negaba a ver las cosas que Clyde podía ver y ¿Cómo no verlas? Si en todos sus años de vida se había enfrentado a más de una adversidad y pese a todo ahí estaba, esperando que las cosas fueran mejorando y que nada malo les ocurriera a los que amaba.
– Si no sabes que es lo que te pasa, es entonces que aún no estas preparado para enfrentar todo eso que tarde o temprano llegara a ti, pero no debes temer. Aún cuando las cosas que más aprecias te han sido arrebatas y sientes que estas en el fondo – observo a un punto en la nada – Solo resta salir a flote, ir hacía arriba, hacía un lugar mejor porque más abajo ya no se puede ir – lo miro – Es complicado o ahora te lo parece, pero puedo asegurarte por experiencia propia que en un momento todo esto será parte del pasado, será algo que te mostrara una nueva experiencia de vida – y Clyde lo sabía mejor que nadie. Porque él había perdido a toda su familia y a la de su esposa, todo debido a sus poderes de brujo; y justo cuando creyó que todo se terminaba, Beth había regresado a él. Su esposa volvió pero no era la misma y aún así, había salido adelante.
Entonces, entro toda aquella platica y el dolor que el muchacho frente a él comenzaba a expresar, escucho sus palabras sin comprender en seguida a que era lo que se refería. Sus ojos se mantuvieron fijos en los del muchacho hasta que capto a que era lo que se refería y sonrío.
– Así que ellos son tus amigos y sabes perfectamente de su existencia. Bueno pues, entonces no deberías decir que no existe nadie a quien le importes cuando ellos se hacen cargo de tu cuerpo cuando tu no te encuentras en condiciones de ello – tal vez para aquel brujo, los fantasmas no eran lo que esperaba, pero ellos al parecer, eran su fuerza – ¿Puedo conocerlos? – preguntó con interés, porque finalmente, aquel pequeño grupo parecía estar sumamente unido.
– Y aunque lo sabes crees que en estos momentos tu eres el que más sufre y quizás así sea, pero con pensar que nadie puede cambiar las cosas o que a nadie le importa no vas a cambiar nada – le miro – ¿Te gusta estar así? ¿Te gusta estar sufriendo? Porque creo que es efectivamente de esa manera, de no gustarte lo que pasas ya hubieras hecho algo al respecto – continuo entonces, sin dejar que aquel brujo pudiera defenderse de sus palabras – No existe excusa respecto a que no hagas nada. ¿Estas cansado? ¿Estas molesto? ¿Has perdido mucha gente? – negó – esas solo son excusas que tratan de hacerte sentir mejor cuando te encuentras a ti mismo sin actuar de la manera en que deberías y esas excusas solo terminan por lastimarte más. Nada va a cambiar a menos que te decidas pero si crees que no puedes hacer nada, entonces ¿Por qué te resistes a vivir de esta manera?
Se acercaba a él para que sus palabras fueran mejor recibidas por aquel brujo que se negaba a ver las cosas que Clyde podía ver y ¿Cómo no verlas? Si en todos sus años de vida se había enfrentado a más de una adversidad y pese a todo ahí estaba, esperando que las cosas fueran mejorando y que nada malo les ocurriera a los que amaba.
– Si no sabes que es lo que te pasa, es entonces que aún no estas preparado para enfrentar todo eso que tarde o temprano llegara a ti, pero no debes temer. Aún cuando las cosas que más aprecias te han sido arrebatas y sientes que estas en el fondo – observo a un punto en la nada – Solo resta salir a flote, ir hacía arriba, hacía un lugar mejor porque más abajo ya no se puede ir – lo miro – Es complicado o ahora te lo parece, pero puedo asegurarte por experiencia propia que en un momento todo esto será parte del pasado, será algo que te mostrara una nueva experiencia de vida – y Clyde lo sabía mejor que nadie. Porque él había perdido a toda su familia y a la de su esposa, todo debido a sus poderes de brujo; y justo cuando creyó que todo se terminaba, Beth había regresado a él. Su esposa volvió pero no era la misma y aún así, había salido adelante.
Entonces, entro toda aquella platica y el dolor que el muchacho frente a él comenzaba a expresar, escucho sus palabras sin comprender en seguida a que era lo que se refería. Sus ojos se mantuvieron fijos en los del muchacho hasta que capto a que era lo que se refería y sonrío.
– Así que ellos son tus amigos y sabes perfectamente de su existencia. Bueno pues, entonces no deberías decir que no existe nadie a quien le importes cuando ellos se hacen cargo de tu cuerpo cuando tu no te encuentras en condiciones de ello – tal vez para aquel brujo, los fantasmas no eran lo que esperaba, pero ellos al parecer, eran su fuerza – ¿Puedo conocerlos? – preguntó con interés, porque finalmente, aquel pequeño grupo parecía estar sumamente unido.
Terry Ludlow- Cambiante Clase Alta
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Re: When the reality isn't enough [Privado]
No iba a mentirse, mientras el otro decía todo aquello sintió unas ganas inmensas de ponerse a llorar como un niño, pero aún tenía algo de orgullo al que aferrarse, si es que servía de algo tenerlo. Se sentía atacado, pero no creía que fuese algo erróneo lo que decía. El choque entre lo que su razonamiento le decía y lo que sentía le hizo apretar los labios. Quería responderle, decirle que no lo comprendía o cualquier otra cosa, solo por detenerle. Y aguantó la respiración intentando no sucumbir ante él y su discurso. Bajó la mirada, en su interior todo se arremolinaba a efecto de lo que escuchaba. Le sintió acercarse y se tensó inmediatamente. No, no disfrutaba sintiéndose miserable, no lo disfrutaba en absoluto, pero no sabía cómo actuar más. Sentía ese vacío consumiéndole.
Y solo le miró cuando le dijo que solo restaba tocar fondo y salir de ello. Parecía una verdad y en ese momento quería creer en ello. Pasó su mano, restregando sus mejillas por si alguna lágrima se e había escapado. Y asintió sin decir palabra, porque sentía que su voz sonaría como la de alguien débil, entrecortada y trémula. No quería eso pero no podía mantenerse en silencio tras la pregunta que le sorprendió un poco.
Miró alrededor, no creía que hubiese nadie cerca. Se abrazó a sí mismo, la humedad de la ropa empezaba a hacerle sentir el frío que momentos antes había olvidado -Podemos... ¿ir a otro lugar? - Asintió de nuevo, por si acaso, aunque no le molestaba dejar que los viera, de algún modo se sintió cohibido al tener que dejar que él los viese.
Y solo le miró cuando le dijo que solo restaba tocar fondo y salir de ello. Parecía una verdad y en ese momento quería creer en ello. Pasó su mano, restregando sus mejillas por si alguna lágrima se e había escapado. Y asintió sin decir palabra, porque sentía que su voz sonaría como la de alguien débil, entrecortada y trémula. No quería eso pero no podía mantenerse en silencio tras la pregunta que le sorprendió un poco.
Miró alrededor, no creía que hubiese nadie cerca. Se abrazó a sí mismo, la humedad de la ropa empezaba a hacerle sentir el frío que momentos antes había olvidado -Podemos... ¿ir a otro lugar? - Asintió de nuevo, por si acaso, aunque no le molestaba dejar que los viera, de algún modo se sintió cohibido al tener que dejar que él los viese.
Alexis VanVollehoven- Hechicero Clase Baja
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Re: When the reality isn't enough [Privado]
Existían personas que necesitaban palabras semejantes a una caricia para que supieran que era lo que necesitaban, mientras que existían otras que necesitaban palabras firmes y duras para hacerles entrar en razón. Aquel joven era una combinación de ambas, algo que solía pasar pero que en pocas ocasiones se veía Clyde en necesidad de enfrentar tan abruptamente. Por supuesto que no siempre era que terminaba por decir aquellas cosas a las personas que se encontraba por la calle, aunque últimamente pareciera que su vida entera se limitaba a eso; porque sin importar a donde fuera, siempre aparecía alguien a quien sentía el la necesidad de ayudar.
Con la mirada baja del joven y en su rostro la expresión de alguien que se enfrenta a un gran dilema mental. El psiquiatra se enfrento el mismo a un dilema.
Se encontraba en los bosques, tratando de anclar a tierra a un joven que se hallaba perdido, mientras que en su hogar la propia mente de su esposa se encontraba vagando por un sitio mucho más oscuro y tenebroso de lo que cualquiera de las personas que se había topado, pudiera imaginar. En situaciones así, se cuestionaba si es qué no era que estaba maldito, y que únicamente podía auxiliar a otros, pero jamás a los suyos. Veía aquel joven sufrir e imaginaba a Beth. Tanto que Clyde daría porque el mundo no se sumergiera en el dolor, cuando en realidad no podía hacer nada más que observarlo desde la distancia y tratar de salvar a tantos como fuera posible.
Abandono entonces aquellos pensamientos y se centro en el que le intereso desde un inicio, los fantasmas.
– Vayamos a donde te sientas más cómodo, yo estaré bien en cualquier sitio – le aseguro, siguiendo entonces los pasos del joven que le guiaba por entre los bosques, hasta un lugar que Clyde desconocía pero al que no temía conocer – ¿Puedes contarme de ellos? – pregunto, antes de soltar algunas otras preguntas – ¿Cómo es que llegaron a estar contigo? ¿Qué planeas hacer con sus presencias? – le daba una enorme curiosidad eso, la verdad, no podía negarlo.
Con la mirada baja del joven y en su rostro la expresión de alguien que se enfrenta a un gran dilema mental. El psiquiatra se enfrento el mismo a un dilema.
Se encontraba en los bosques, tratando de anclar a tierra a un joven que se hallaba perdido, mientras que en su hogar la propia mente de su esposa se encontraba vagando por un sitio mucho más oscuro y tenebroso de lo que cualquiera de las personas que se había topado, pudiera imaginar. En situaciones así, se cuestionaba si es qué no era que estaba maldito, y que únicamente podía auxiliar a otros, pero jamás a los suyos. Veía aquel joven sufrir e imaginaba a Beth. Tanto que Clyde daría porque el mundo no se sumergiera en el dolor, cuando en realidad no podía hacer nada más que observarlo desde la distancia y tratar de salvar a tantos como fuera posible.
Abandono entonces aquellos pensamientos y se centro en el que le intereso desde un inicio, los fantasmas.
– Vayamos a donde te sientas más cómodo, yo estaré bien en cualquier sitio – le aseguro, siguiendo entonces los pasos del joven que le guiaba por entre los bosques, hasta un lugar que Clyde desconocía pero al que no temía conocer – ¿Puedes contarme de ellos? – pregunto, antes de soltar algunas otras preguntas – ¿Cómo es que llegaron a estar contigo? ¿Qué planeas hacer con sus presencias? – le daba una enorme curiosidad eso, la verdad, no podía negarlo.
Terry Ludlow- Cambiante Clase Alta
- Mensajes : 50
Fecha de inscripción : 16/02/2014
Re: When the reality isn't enough [Privado]
Alexis no dudó en caminar, lo cierto es que el aire se sentía frío sobre su piel, la rop estaba ligeramente pegada a su cuerpo por la humedad y empezaba a sentir el frío. No sabía a dónde llevarlo. No llevab ningún centavo encima y estaban alejados del centro de la ciudad. No supo si agradecerlo o no.
-No sé a dónde ir... -Confesó aunque caminaba con una seguridad que no era propia de la situación, y fue entonces que se detuvo y le volteó a ver abrazándose a sí mismo, moverse le había parecido una buena idea -¿Te intrigan? ¿Por qué? - No era la primera vez y eso que aún no los veía, se sentiría aún más curioso al hacerlo, estaba casi seguro porque no era el primero que caía en ello.
-Es una historia que no es tan corta para mí... -Aunque podía resumirla en unas cuantas líneas, nunca había hablado con nadie acerca de ello, porque era complicado -Están conmigo desde que era pequeño... ¿Quieres saberlo todo? -De alguna manera no le importaba decírselo. Era un extraño pero había algo en su aura que le decía que estaba bien confiar en él, al menos en lo que cabía.
Alexis era joven, pero su vida había parecido correr deprisa, llevándole por un camino no tan tranquilo ni alegre. Era por eso que no creía que hubiese alguien capaz de escucharle, nunca había existido, aparte de su maestro, alguien en el que pudiese pensar de esa forma, pero había estado tan poco con él, que no había podido llegar a contarle mucho de su propia vida. Eso le hacía sentir cierto remordimiento y además tristeza, no había podido hacer nada al final por él.
Siempre había estado solo, no le extrañaba estarlo de nuevo, pero todo parecía haberse confabulado y ahora se sentía débil a las circunstancias. Quería desquitarse pero no había forma de hacerlo, no sin hundirse a sí mismo en un abismo más oscuro en el que ya creía estar. Estaba enojado con el mundo, con su propio ser también, porque era siempre un esclavo, no había algo que pudiese haber hecho para cambiar el rumbo, no lo sabía, así que lamentarse estaba de más, pero le enfadaba pensarlo.
Suspiró y quiso sonreír, pero sintió que era solo una mueca y lo dejó de lado -Cuando era un niño... recuerdo a mi padre enseñándome sus libros aún cuando apenas y podía entender las letras en ellos - Había memorias como esas grabadas en su mente -No tengo idea de cómo eran las cosas ni lo que acontecía en el mundo, o los problemas de mis padres, yo era feliz entonces... - No lo decía con amargura, en realidad le parecía algo tan lejano que le era imposible añorarlo -Pero eso se terminó cuando tenía cinco o seis años... -Se detuvo viéndole -Mis padres murieron... De hecho... Tuve la mala suerte de ser casi un testigo de ello -Dijo con cierta ironía. Y si le contaba eso era porque tenía que ver con su pregunta.
-No sé a dónde ir... -Confesó aunque caminaba con una seguridad que no era propia de la situación, y fue entonces que se detuvo y le volteó a ver abrazándose a sí mismo, moverse le había parecido una buena idea -¿Te intrigan? ¿Por qué? - No era la primera vez y eso que aún no los veía, se sentiría aún más curioso al hacerlo, estaba casi seguro porque no era el primero que caía en ello.
-Es una historia que no es tan corta para mí... -Aunque podía resumirla en unas cuantas líneas, nunca había hablado con nadie acerca de ello, porque era complicado -Están conmigo desde que era pequeño... ¿Quieres saberlo todo? -De alguna manera no le importaba decírselo. Era un extraño pero había algo en su aura que le decía que estaba bien confiar en él, al menos en lo que cabía.
Alexis era joven, pero su vida había parecido correr deprisa, llevándole por un camino no tan tranquilo ni alegre. Era por eso que no creía que hubiese alguien capaz de escucharle, nunca había existido, aparte de su maestro, alguien en el que pudiese pensar de esa forma, pero había estado tan poco con él, que no había podido llegar a contarle mucho de su propia vida. Eso le hacía sentir cierto remordimiento y además tristeza, no había podido hacer nada al final por él.
Siempre había estado solo, no le extrañaba estarlo de nuevo, pero todo parecía haberse confabulado y ahora se sentía débil a las circunstancias. Quería desquitarse pero no había forma de hacerlo, no sin hundirse a sí mismo en un abismo más oscuro en el que ya creía estar. Estaba enojado con el mundo, con su propio ser también, porque era siempre un esclavo, no había algo que pudiese haber hecho para cambiar el rumbo, no lo sabía, así que lamentarse estaba de más, pero le enfadaba pensarlo.
Suspiró y quiso sonreír, pero sintió que era solo una mueca y lo dejó de lado -Cuando era un niño... recuerdo a mi padre enseñándome sus libros aún cuando apenas y podía entender las letras en ellos - Había memorias como esas grabadas en su mente -No tengo idea de cómo eran las cosas ni lo que acontecía en el mundo, o los problemas de mis padres, yo era feliz entonces... - No lo decía con amargura, en realidad le parecía algo tan lejano que le era imposible añorarlo -Pero eso se terminó cuando tenía cinco o seis años... -Se detuvo viéndole -Mis padres murieron... De hecho... Tuve la mala suerte de ser casi un testigo de ello -Dijo con cierta ironía. Y si le contaba eso era porque tenía que ver con su pregunta.
Alexis VanVollehoven- Hechicero Clase Baja
- Mensajes : 632
Fecha de inscripción : 05/10/2011
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