El primer año en la sangre se congela (Helida)

por **Julien** Jue Sep 18, 2014 12:12 am

Ni él mismo se creía acreedor de su primer año como hijo de la noche. Obviamente era necesario un festejo al respecto y la situación lo ameritaba, no daba crédito al saberse que un año antes había dejado de existir como miembro de la sociedad y había pasado a formar parte las las filas de los seres no conocidos por todos, esos que formaban parte de las leyendas mas espeluznantes de todo Francia.

Y aquí estaba 365 días después de ello, sintiéndose superado e incluso mas joven que lo que antes lo había estado en vida. Sin tener mucha familia con quienes compartir este acontecimiento decidió partir desde la mansión rumbo al Theatre des Vampires donde solía frecuentar algunas cuantas veces a la semana cuando su mente buscó y buscaba respuestas, en el teatro solían brindársela sin mas. Había aprendido bastante allí y sus muros lo hacían sentirse contenido. Particularmente en los últimos días había sentido una mirada clavada en su espalda, esto le provocaba dolores a la misma (si es que podía sentirlos aún) y un fuego recorría su columna desde su inicio hasta su fin. Algo tenía su vista fija en esas visitas al teatro.
Sacando las sensaciones, todo lo demás era normal y no presentaba problemas. Caminó por entre sus pasillos con adornos y ornamentas de la época, se deleitó saboreando la sangre de una bella dama que se ofrecía en el baño, y terminó pasando tras bambalinas a saludar al resto de los vampiros que no demoraron en ofrecerle un saludo cordial por su cumpleaños de sangre.
-Aun tenemos tu regalo, está esperando en el escenario y espero que el resto puedas llevarlo a tu casa para disfrutarlo a tu gusto. Dos bellas niñas…solo para ti.-

El simple hecho de ser niñas de por si agregaba cierto aire furtivo a la situación y la hacía sentir aun mas prohibida que las cosas normales, se alimentaba como siempre procurando beber lo mínimo de cada ser hasta dejarlos tendidos en el suelo con cierto nivel de adrenalina en su sangre y adormilados los sentidos al punto de que su victima solía imaginar que se había desmayado o había sido partícipe de un sueño veloz en medio de la calle, o un bar, teatro, o donde sea que estuviese. Esta vez cuando los vampiros hablaban de llevarse a casa a alguien hablaban de poseer por completo su vida, posiblemente las niñas eran raptadas bien secuestradas de alguna casa por la noche a veces simplemente las traían de los hospitales u orfanatos donde los niños abundaban y sus corazones rebosantes de vida aclamaban el frio beso de la muerte.

Sin mas acudió al final del espectáculo donde se tomaba a una de estas víctimas y se la sometía a diferentes humillaciones para su mente y asi la veían los demás, como una promiscua actriz, por suerte no sabían hasta donde llegaba la actuación y la realidad. Lo actuado era todo hasta la parte donde la sangre que se desparramaba en el escenario era real, algo que la víctima no sabía porque estaba siendo dominada brutalmente por la mente de al menos 3 vampiros mayores. Algunas inclusive eran alimentadas con sangre de vampiros por algunos días para ser aun mas tentadoras y sucumbir fácilmente a los pedidos de sus amos. La sangre tiene ese “no se qué”.

Al terminar el acto brutal, la gente salía fascinada del lugar y de una de las urnas tras bambalinas tomaron a una joven vestida solo con una capa, debajo solo tenía un sutil vestido de seda que dejaba poco espacio a la insinuación. No era necesario, pero cuando Julien se dio cuenta la habían tomado con una mano ayudándola a salir, y se la habían presentado como su nuevo amo, que la tomara como un obsequio de la casa. Complacido la tomó de la mano, sin mas preguntas la mujer se abrazó a su cuello exhibiendo un esbelto cuello suave que el vampiro no dudó en besar con energía y absorberlo bajo sus fauces solo para probar su sangre palpitante tras esa fina capa que la cubria. A los pocos minutos ambos se retiraron y se colocaron en la puerta esperando un carruaje que los llevara a la mansión.

Pocas veces se había visto tan tentado a asesinar a sangre fría a una dama en plena calle, pero su sangre era una delicia, la dama era suave, delicada y frágil, su piel nívea y su pulso acelerado por el viento del exterior. No dejaba de observarlo mientras esperaban y se aferraba a su mano como quien quiere entregarse por completo aún allí en plena vereda. El tiempo se hacía pesado de esperar, mas aun cuando sintió aun mas que antes unos ojos clavados en la espalda, levantó los hombros acomodándolos para eliminar que sea una mala postura pero nada cambiaba y se giró solo por seguridad, no creía que su oído lo confundiera en la cercanía de alguien, pero eso estaba por verse…

por **Helida Darsian** Vie Sep 26, 2014 4:17 pm

Había rincones en París que se encontraban tan atestados de cucarachas, que era imposible matarlas a todas; el THÉÅTRE DES VAMPIRES era uno de ellos. Pocos cazadores osaban acercarse a ese lugar, y si lo hacían, era en grupos y no demasiado cerca. Helida había rondado la entrada un par de veces, pero jamás había tenido el atrevimiento de ir vestida con sus ropas de cazadora, con las armas a la vista de los furtivos ojos de la Luna. Enguantada en un vestido rojo como la sangre, acechaba el lugar como una damisela perdida.

Cada pocos minutos, un carruaje se acercaba para recibir a un invitado y su acompañante; la mayoría de ellos embriagados por la seductora presencia de un vampiro. Helida crispó los labios en una mueca de asco, y al momento de hacerlo, sintió un oscuro nudo en el estomago producto de la vergüenza. Trató de sacudirse aquel desagradable sentimiento, poniéndolo a un lado para desplegar sus sentidos.

Un vampiro más salió del lugar. No iba solo. Sus ojos ávidos admiraban el cuello de la muchacha con boca depredadora. Casi pudo imaginar el goce de su rostro al hundir los colmillos en la piel mortal. Aquella cucaracha sería su víctima esa noche; tan solo el Sol y ella sabían que los vampiros más hambrientos eran los más fáciles de cazar.

Cuando una de las carrozas se puso en marcha, la joven se deslizó en su interior sin ser notada por el conductor. Se recostó con comodidad en el asiento, y esperó a que el vampiro descorriera la cortina y entrara con la joven. Helida puso en marcha sus dotes de actriz y compuso su expresión más vulnerable y amodorrada en cuanto el rostro del hombre apareció en su campo de visión.

-No desconfíes de mi señor...Me guiaron hasta su carro para hacerle compañía esta noche. Decidieron que una muchacha no sería suficiente para usted.

Se deslizó en el asiento dejando espacio a ambos y esperando a que el monstruo cayera en la treta.

por **Julien** Dom Ene 04, 2015 10:22 pm

Su mente latia fuerte, era extraño, como si se hubiera embriagado. De todas formas sus supersticiones no parecías ser validas y las punzadas no significaban nada se dio cuenta cuando volteó y no vio a nadie siguiéndole ni observándolo. Miró hacia el cielo y la noche prometia mas. Tras esto el coche aparcó frente a ellos y al descorrer la cortina una mujer apareció sentada con una vestido rojo carmesí informando que había sido enviada como una acompañante mas. Una mirada inquisitiva siguieron sus palabras para luego dejar su tensionada postura y acceder con una suave sonrisa de lado.

-Bien, parece que seremos mas esta noche mi princesa – dijo para luego que ella subiera seguirla dentro del coche. Ya dentro mientras el traqueteo normal se hacia presente tendió su mano a la dama para saludarla y preguntarle su nombre, ya mucho mas relajado al saberse acreedor de dos tentadoras mujeres por su cumpleaños de sangre.

Apenas pasadas unas cuadras y sintiendo su pulso inexistente acelerándose y el peso de la joven recaido sobre su cuerpo besó el perfil de su cara para luego una vez mas hundir sus fauces en el cuello de ella que contuvo un jadeo y solo se pudo apreciar la tensión en su cuerpo mientras el vampiro la abrazaba contra él en un intento de satisfacer mas su deseo.

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