Past, present, future [Privado]

por **Zasha Kozlov** Dom Sep 28, 2014 3:56 am

La realidad solía caer como balde de agua fría, siempre sin importar que se fuera o de quien se tratara. Justo eso le había sucedido a Zasha noches atrás. Darse cuenta y tener que admitir que todos los años que anduvo tras Dania eran solamente tiempo perdido, dolía más que saber que ella al final no era la mujer con quien debería pasar su eternidad. El ruso se prometio tanto a si mismo cuando su amada desapareció que ahora debía tragarse todo el orgullo, todo el odio y hasta el amor para permitir que ella siguiera su camino de luz. Pudo ser el tiempo separados o quizás, su amor de años atrás no fuera más que un ensueño que ambos decidieron crear y que desde que él, la hubiese convertido en inmortal se desmoronara.

Ambos lo supieron desde su encuentro en la Catedral de Notre Dame. Todo entre ellos había acabado, pero en el orgullo, el egoísmo y el haber alimentado un amor o un odio que no correspondía, les hizo creer que nuevamente podían estar juntos. Afortunadamente, decidieron separar sus caminos. Nunca dejarían de tener un vinculo que les uniría, eran después de todo creador y creación, pero nada más de eso. Su matrimonio era un recuerdo, un suceso demasiado efímero que ni siquiera fue capaz de dar mucho para recordar y así estaban mejor.

La separación después de años de búsqueda no era sencilla, en especial por todo lo que implicaba; todos los esquemas mentales que mantuviera el ruso hasta esos momentos estaban sufriendo cambios terribles. Por momentos planeaba en olvidarla por completo, en ni siquiera admitir que ella era su creación; durante otros instantes quería tenerla nuevamente a su lado, admitir que esa nueva separación era una acto estúpido y en sus momentos más cuerdo, la apreciaba por todo lo brindado y admitía que aquello era lo mejor. Esos cambios en sus pensamientos y hasta en sus estados emocionales le llevaron a mantenerse aislado; existían cosas que debía hacer, personas que necesitaba visitar y sin embargo, se mantenía a la distancia hasta que todo su debate interno pasara, para nuevamente aparecer frente a todos en una pieza.

Esa noche había salido de su hogar con la única intención de alimentarse, le era necesario y a eso no iba a negarse en su masoquismo de decir que no tenía ni ganas de eso. Con un traje oscuro, cual si estuviese de luto vago por las calles, buscando una presa que considerara apropiada y fue en uno de los callejones más solitarios que noto la presencia de una joven que llamo su atención. El olor de la mortal le resultaba atractivo y ella parecía estar buscando a alguien como Zasha, puesto que su andar estaba enfocado únicamente en las calles más solitarias, llamando de esa manera a cualquier inmortal sediento a deleitarse con el sabor de su sangre. Sin absolutamente nada que perder, el ruso le siguió con algo de distancia por varias calles, todo con el único propósito de descubrir si era verdaderamente la presa adecuada y una vez que la joven giro en otra calle y pareció detenerse, lo confirmo; aquella era la presa ideal de la noche. Cuando giro por la misma calle que la joven, le vio recargada en un pared, la mirada al cielo y un suspiro entre los labios. La mortal había estado tan metida en sus pensamientos que no se percato de la presencia del vampiro hasta esos momentos, cuando con pereza dirigía la mirada a él. Una sonrisa inofensiva aparecía en los labios de Zasha y comenzó a andar, como si pensara pasar frente a ella y seguir su camino, pero no, tenía planes mayores para ella. Apenas parecía cruzar a la mortal cuando sin titubeo se lanzo sobre el cuello de la joven. La mortal trato de gritar, incluso de pelear de manera inútil. Las fuerzas le habían dejado poco a poco mientras que el ruso bebía de su sangre, aquel corazón disminuía su ritmo y no fue eso lo que le hizo detenerse y dejar a la joven, sino lo fueron unos pasos demasiado cercanos. Otra presa para alimentarse, sonrío, más de una presa nunca estaba mal y menos en momentos como aquel donde hasta alimentarse le resultaba fastidioso.