The Past and the Future will change de Present || Privado

por **Santhiago Morel** Miér Oct 01, 2014 11:29 pm

Tu alma se encontrará sola a sí misma
en medio de oscuros pensamientos de las piedras de la tumba gris.
Nadie, entre toda la multitud, espía
en tu hora de secreto.

Largos viajes agobian mucho al cuerpo, claro si este fuera un cuerpo mortal, pero para un inmortal realizar demasiados viajes y poder exponerse a los mortales desgasta la mente, y que se puede hacer para recuperar ese desgaste cuando al intentar relajarse algún inconveniente llega a ocurrir, ¿será que los problemas y guerras nunca cesan?, por suerte pocos son privilegiados de contar con un selecto grupo de “aliados” mejor dichos un par de grandes amores y enormes dolores de cabeza.
Pero, ¿se puede culpar a alguien? No, quizás no culpar pero se puede hacer responsabilidad, cuando alguien es responsable de ello no hay otra que asumir lo que vendrá con ello, como por ejemplo el despertar de enormes furias e iras contenidas, secretos que nadie podría esperar, verdades que dolerían a cualquiera, incluso dagas clavadas en las espaldas de muchos.

Al final de la noche solo queda eso, soledad, una fría soledad, ¿buscar con quien calentarse? Quizás una compañera cada noche ¿y una sola para toda la eternidad? Ese privilegio no los tienen quienes ya han pasado de los mil o tres mil años, con cada milenio que van pasando para ellos se vuelven más fríos y desconfiados por lo que emociones ya nos le queda, su corazón se ha endurecido completamente al punto de perderlo, así que ¿para que esperar un idílico amor? Un amor que le lleve hasta la muerte el acto más puro de verdadero amor, ya solo queda para los primeros milenios de aquellos nocturnos que sueñan en cuentos de hadas, en mitos.
¿los mitos se pueden volver realidad? Quizás, pero no depende de un solo jugador de vida, sino de dos, o quizás de tres o qué tal de veinte jugadores, todos tirando aquella cuerda del mito para encontrar o conseguir su ideal, pero aquello ya no es amor porque no es puro es solo interés, placer, deseo, pero amor, esa palabra nunca se verá.

Ahora hay pensamientos que tú no prohibirás.
Ahora hay visiones que no desterrarán.
No pasarán de tu espíritu
jamás, como gotas de rocío de la hierba.

El largo viaje de hace unos meses agotaron a aquel hombre que ahora se halla sentado en el sillón de su habitación, la luz de la luna entra cual reflejo por entre las cortinas espesas rojas como la sangre, el filo brillante conteniendo una gota que va destellando con el brillo de la noche, una copa con sangre y unos labios que la toman, lentamente, saborea aquella persona aquel elixir hasta que una voz conocida le irrumpe, de la cama de aquel se levanta un cuerpo femenino envuelta en sabanas de color rojo y deja en el aire un mensaje de “amor y hermandad” ¡dejalo en mis manos, veamos como juegan y luego podremos develar los nuestros! Una sonrisa algo fría que con el alzar de la copa deja que aquella mujer de hielo haga lo que desee.
El tiempo va pasando y con ojos cerrados aquel ser de presencia oscura se levanta saliendo de su lugar de descanso, al salir su mayor dolor de cabeza aparece con un cuerpo siendo arrastrado por ella, sus miradas se cruzan pero son solo sonrisas de “una pelea segura” se van despidiendo.

En la ciudad las personas siguen con normalidad sus vidas es más sienten que todo a su alrededor es tal cual ellos desean y piensan que serán, aun así un ser de oscuras dimensiones puede pasar inadvertido, y como si se tratará de un cuento de terror, el lobo buscó una caperuza para alimentarse, las damas admiran y se sonrojan cuando aquel les mira y sonríe, su presencia aun cuando es de un gentleman no es más que un asesino sin piedad, pero antes de que alguien pueda darse cuenta toma a su pequeña inocente y en un callejón ahora se halla un cuerpo sin vida y una corbata que se va arreglando en el camino mientras se limpia con la lengua restos de aquella vida mostrando esos colmillos grandes relucientes.

Sé silencioso en esa soledad,
que no es tristeza de estar solo, pues entonces
los espíritus de la muerte que estuvieron
en la vida antes que tú, están de nuevo
en la muerte a tu alrededor. Y su voluntad
habrá de subyugarte: no te muevas.

Antes de llegar a su destino el aroma conocido de un “pasado” le hace detenerse y cambiar el rumbo de sus pasos, hasta aquel hotel y solo un susurro –Vaya al parecer los viejos siempre buscan a los nuevos- entró con pasos seguros al restaurante y antes de que algún mozo se acercará a él para ofrecerle una mesa este con la mano lo evitó y se dirigió justo detrás de aquella mujer, sus cabellos castaños ondulantes con bucles al final, su vestido cubriendo su cuerpo y su piel. Es cierto que jamás habían estado tan íntimamente incluso el día de aquella unión tan patética, es más ese día se conocieron y muchas declaraciones fueron hechas, pero ¿acaso el sentía lo mismo que ella sentía por él? No lo sabrían decir pues como ya se ha dicho él nunca ha estado en intimidad con ella y quizás él solo la vea como un capricho sexual, pero y si no?.

-Te hice esperar mucho? si es así mis disculpas Madame Ponce de León- el sarcasmo acompaña a su sonrisa, toma asiento frente a ella chasqueando sus dedos para pedir una copa de la “bebida especial”. Esa noche se iba a divertir y también iba a trabajar, trabajar en descubrir lo que puede llegar consumir. -Como verá no llego puntual cuando se trata del pasado,sobre todo uno que no quiero tocar y menos que se enrede con mi futuro, lo entiendes verdad Virginia- otra vez su risa y su pose de hombre de negocio aparece

por Invitado Sáb Oct 25, 2014 11:50 pm

Desliza los dedos acariciando el contorno de la copa, parece melancólica, triste, fastidiada con la mirada perdida en ningún punto, ahí sola en aquel bar del hotel en que se ospeda, perteneciente a su esposo. El porque esta ahi es aumenta aun mas su fastidio, teniendo que tratar negocios que ni le incumben, ni le benefician. No quiere estar en aquel lugar, simplemente desea retirarse y esconderse en algún lugar de la enorme mansión perteneciente a su clan, lejos de todos los que son "importantes" para su vida. Pero siempre existen esos peros y el mas constante y fastidioso tiene nombre, uno que no desea ni mencionar en su mente, aquel con el que comparte su lecho marital cada que sale el sol a lo largo de aquellos años eternos que se han vuelto eternos.

Los ayeres acuden con fuerza a su mente. Preguntandose donde se encuentra su peculiar amistad feminina Xaziel, a la que tiene algunos meses sin ver comienza a juega con sus dedos acariciando la falda de su entallado vestido blanco, resalta sus cuervas naturales y entalla perfectamente sus senos exhibiéndolos detrás de la fina tela traslucida del escote que se ajusta hasta su cuello. No acostumbra llevar la moda de la época, puede que sea algo rebelde en aquel aspecto, después de todo en todos los demás es oprimida a la fuerza. Uno de esos hombres enviados por su conyuge que sinicamente se atreven a decir que la acompañan como guardia personal, se acerca a ella y con ademan cortante pide que se retire, en este presisomomento no esta para ser amable y menos con esos hombres que no dejan de verla como una carta de ascenso.

“Cuando él se presenta en público,
él usara la máscara de la confianza y de la sobervia.”

El aroma de él, su inconfundible aroma prohibido es peligrosamente presente junto a su voz que la trae a la realidad al llamarla “madame”. Siempre a creido que al pensar en algno de los miebros de ese clan, ya sea un Morel, un Osweder o inlcuso un Rousseau le atraen mala fortuna, es como invocarles y asi sucede con el hombre que ahora esta frente a ella, el que mas teme y anela, el que mas felicidad e infotunio trae a su vida cada que se cruzan en el camino uno de otro.

Son crueles y crudas sus palabras Como verá no llego puntual cuando se trata del pasado, sobre todo uno que no quiero tocar y menos que se enrede con mi futuro, lo entiendes verdad Virginia- si su corazón latiera en este momento estaría frenetico intentando, pero aunque este no lata su sorpresa y nerviosismo son más que evidentes, aquella respiración que no es necesaria se hace mas rápida por acto reflejo de años de apariencia.

“No recordarán lo que dijimos,
pero sí recordarán lo que haremos.”

- Es descortés de tu parte [/i]Santhiago [i]y si me permites, difiero de ti, que recuerde en ocasiones pasadas prefieres tocar aquel pasado y enredarte a tu particular forma de tratar la situaciones… por ejemplo, con tus iluciones. - todo aquello lo dice en un susurro, sabe que hay espías fieles a su marido y no pretende exponerse. Puede que sea una mujer firme, de principios, una mujer irreprochable en cada aspecto de su vida, como líder, como esposa, como familia, como amiga… casi siempre, pues el único que puede hacer que camine por decisión propia, a paso firme hacia las puertas del infierno es el aquel que esta sentado frente a ella.

por **Santhiago Morel** Sáb Ene 03, 2015 11:28 pm

La presencia de la mujer y sus palabras solo provocaron una risilla mal oculta por parte de Morel que con manos en los hombros de la fémina propinó un masaje con sus dedos, era un juego para él, un juego de ajedrez donde hay que mover a los peones y era lo que estaba esperando que aquellos que los vigilaban en secreto se movieran para él asestar su golpe mortal, se inclina hasta dejar juntos sus colmillos al oído de la mujer en cuestión, la punta de su lengua cual víbora sinuosa que está catando el ambiente y aroma de su presa, roza apenas la piel fría de la vampira.

Se aleja, rompe todo contacto que pareciera intimo o de haberse propasado, camino hasta su silla para tomar su lugar, sin más chasqueo los dedos justo cuando uno de los mozos, nuevo en el lugar, aparecía nervioso corriendo a atender a la pareja –Joven, traiga vino de la mejor calidad a la dama y a mí un poco de bourbon pero sobre todo una de esas botellas de colección especial – en ningún momento miro al joven humano solo con la mano ordenaba todo ¿por qué? porque sus ojos estaban sobre su compañera de velada.

Espero unos momentos antes de siquiera responderle, la melodía del lugar cambiaba de ritmo por uno más íntimo, las notas del piano iban muriendo en otras que invitaban a deleites amenos, platicas y charlas de negociaciones pero sobre todo una en la que estaba en juego el futuro, espero otros minutos de agónico silencio con el cual mataba toda esperanza, pero era un juego y él ponía las reglas que se bailarían con el diablo; llego la bebida para ambos y fue entonces que se permitió romper aquel candado de infierno –acaso era el único que disfrutaba de las ilusiones, si mal no recuerdo alguien más lo hacía tanto que los lugares terminaban destruidos y si había algún humano terminaba decorando las sábanas que cubrían a aquella mujer, bien recuerdo muchas noches y mi espalda también – se mofa de la situación –pero claro ahora no será la excepción porque hay ojos que vigilan y mi sed es tan grande que prefiero terminar con ellos antes de devorar el postre de esta velada pero como mi hermana siempre dice “no hay que mezclar negocios con placeres” no es así, entonces pacemos al placer, pero al de los negocios – enarca una ceja mirando a su alrededor y notó a la mujer, ¿excitada? Su cuerpo la delataba, el movimiento de su “respiración”, verdad es que los vampiros no respiran no poseen pulso pero también es cierto que en esta sociedad y en cualquier otra para subsistir deben aparentar el respirar, y eso en muchos se ha quedado como algo ya innato, aunque para aquel diablo no, el no respira ni como algo automático ni como farsa, aun así solo lo hace cuando la ocasión amerite.

La música comenzó a sonar más fuerte, ahora invitando a la pista de baile a los comensales que uno a uno se acercaba con su pareja a bailar ¿pueden los vampiros hacerlo? se ría para si mismo Morel en esa mente malévola, tomó la diestra de la mujer para dejar un beso en el dorso, se puso de pie arreglando su chaqueta e invitarla a la pista de –Tranquila Cherrie, no voy a comerte, no aun-murmura empujando a la dama a sus brazos para que sienta su torso, sus hombros, su cuerpo. –Vaya creo que tendremos que jugar, con lo bien que me divertí con aquella zorra antes y ahora me ponen más comida en la mesa, ni modos, mejor empezar el banquete- esas palabras fueron a susurro cuando apretó la cintura de la mujer junto a él llevándole en el paso de la música, hacia atrás firmemente.

por Invitado Jue Ene 08, 2015 10:53 pm

Pecaminosos dedos tocan la fría piel en un cosquilleo que produce más que anhelo en aquel cuerpo que no vive más. Aquella intima caricia que usualmente se comparte en pareja, incluso beber de esta misma, hace vibrar como nunca antes lo ha provocado su esposo, jamás logra provocar lo que Santhiago provoca en ella con cualquiera de sus arrebatos o mejor dicho sus sucios juegos. Se aleja y la mirada de ella no se aparta de la de él, comprende que el juego ha comenzado, aquel juego viejo y gastado que juegan cada que se ven.

Estudia la mirada de él mientras ordena por ella, como de costumbre. Los pensamientos de Virginia vuelan como hojas en otoño: ¿Pretende hacer de las suya una vez más? Hasta necia le parece la pregunta, pero ¿Qué desea esta vez en específico de una mujer prohibida para él? cierra los ojos evocando aquellas falsos recuerdos: Suaves gemidos… La piel de ambos frotarse, resbalando por el sudor de ambos mezclándose... el contoneo de ambos cuerpo… aquellos afilados colmillos que hacia un momento se deslizaban por su fría piel enterrándose en su cuello… - No recuerdo haberme quejado de tus ilusiones, todo lo contrario. Tu espalda era prueba de ello - afirma en tono bajo disimulando que no da la adecuada importancia a su acompañante - Mon Amour Tavington- hace mofa de su esposo - No me ha informado de que seas tu mi propósito en este lugar; Y me refiero a negocios… Santhiago - tiene cierta afición a decir su nombre en aquel bajo y suculento tono.

La música parece exigir la presencia del cuerpo de ambos y es así como él sin preguntar nuevamente la lleva hasta la pista evocando recuerdos de la aquella única vez que siendo humana, su pulso acelerado al ser encerrada en aquellos fuertes brazos, sintiendo esperanza, una esperanza que solo duraría una canción y aquella tonta ilusión regresaría muchas décadas después cuando ella ya no era más humana…

“Prefiero morir como una mujer libre,
antes que vivir como una esclava...
aunque la cadena me uniera a ti.”

- ¿Por qué “aun” no es momento de degustar tu cena?- El maldito vampiro tenia una facilidad para ponerla de malas - Por supuesto, aun apestas a prostituta barata… Los malos hábitos se arraigan, ¿no lo crees?- exclama celosa, no de la puta que seguramente yace sin vida, los celos de que alguna otra pueda ofrecer más de lo que ella misma pueda darle. El apretón le hace mirarle sorprendida
- ¿Cómo te atreves a hacer tal ademan frente a tanta gente? ¿Acaso quieres que sea castigada?- un hilo de falsa molestia se deja escuchar solo para él.

¿Qué pretende con todo ese acto de sensualidad aparte de ponerla como una de esas putas que suele frecuentar? Acaso a venido a tratar los asuntos y negocios que tiene con su esposo o aun peor, a venido a ver a Nerishka, a calmar sus ancias de hombre en junto al cuerpo de ella y no el suyo. Los celos la invaden, tan fuerte que quiere matar literalmente a alguien y no a cualquier persona, a esa mujerzuela que a provocado Virginia no sea la mujer de Santhyago.

por **Santhiago Morel** Jue Mar 05, 2015 12:48 am

Esto es solo el inicio de un juego, un juego de perdición, sangre y delirio.

Ambos inmortales compartieron el centro del salón, a su alrededor parecían ir muy lento para sus pasos. La mano de Morel se fijó por completo en la cintura de la bella dama que el hacía de acompañante, un giro con gracia dejando que la espalda de ella se uniera al torso masculino fornido de tantas luchas, esa diestra subió por las caderas de la mujer apretando al cintura y por ende uniendo más aquellos fríos cuerpos, otro giro pero esta vez la aleja de él, para regresarla a sus brazos inclinándola un poco, sus labios rozan el cuello delicado y lleno de media vida, sus colmillos desean clavarse en la piel suave pero es su pulgar diestro el que deja una pequeña herida en la poluta piel. Pequeño hilo de sangre gotea a su dedo tomándolo entre sus labios.

-Fresca- susurra para sí levantándola, retoma el baile con su pareja girando por el salón. La sonrisa no se borra el rostro de Morel, al contrario se marca más cuando llega al clímax de aquella pieza excepcional; invita a su “pareja” a que coloque ambos brazos alrededor del cuello de él, la zurda se vuelve a desencantar por la cadera femenina y la diestra en la cintura con sus dedos repiqueteando en la espalda de ella, hasta que en el punto crucial sube aquella pierna con la zurda directo a la cadera del vampiro inclinándola un poco, admira los colmillos de ella que apenas y se asoman tras esos labios carnosos.

-Mi espalda cuenta muchas historias de muchas personas, incluso algunas marcas no se han borrado de mi pasado ¿Qué marcas puedes decir tu que hay en mi espalda que me hagan recordar aquello?, serán acaso las de aquellas baratas mujerzuelas o serán las de las jovencitas que luchan por liberarse de mis colmillos- su rostro borra esa sonrisa y sus labios se unen a los de ella pero no es un beso de dos amantes, al contrario es un beso donde los colmillos de él se incrustan en los labios de ella tomando directamente de ahí un buen trago de sangre.

Deja a la vampira en la posición normal, cuando la música alcanza el punto que él deseaba, un par de hombres, vampiros, se acercan a ellos pero Morel solo acomoda su corbata mirando a aquella cuya sangre aun destilaba el sabor dulce del deseo –Vaya, tu marido no confía en ti, no cree que puedas ser capaz de convencerme tan rápido antes de que te devore que ha enviado a sus perros- Inmediatamente las habilidades de él se han evidente haciendo que aquel par de “lacayos” terminen en el suelo lamentándose de dolor, uno muy agudo en cada parte de su ser, gritan y suplican a la vista de todos que con horror admiran la escena pero Santhiago solo sonríe con un placer y agrado mayor.

Toma del brazo a la vampira a que los mire a sus dos perros que la vigilaban –Ves lo que hacen ellos, envían a seres inferiores tras de mí y te usan para tener con los pantalones abajo, lástima que ya no me interesas Virginia- susurra ese nombre besándole la nuca, falacias que él decía para lastimarla porque para él ella buscaba eso hacerle pagar lo que él no pudo hacer “casarse con ella”.

Con un movimiento de sus labios ordena a los neófitos asesinarse ellos mismos, los gritos de las mujeres y la sangre corriendo en el suelo de aquel salón es todo lo que necesito. Regresa a su asiento esperando su bebida, invitando a la mujer a que se acerque a él –Mi cena ya la degusté ¿te gustó el postre? Ansío poder probarlo nuevamente, pero ya sé que postres deseas tú- en el salón utilizó aquella habilidad que tantas y algunas noches arrancaron los gemidos más álgidos con aquella vampira.

Un sinfín de momentos se van ilustrando frente a ella, una más candente que las anteriores, teniéndola de protagonista a ella y en otras ilustraciones otras frágiles humanas y de otras razas, incluso algunas cortesanas –Creo que no soy el único que no ha dejado viejas costumbres, tu hueles y sabes a tu adorado consorte y esposo, está en tu piel, me dirás que no te ha tomado antes de venir a Francia a buscarme? Dirás que no te ha pedido que gimas su nombre cuando te toca o re roza los colmillos? O me dirás que te encierra en los sótanos del castillo a torturas, parece que es lo que te encanta– se burla de la mujer con una imagen tan fuerte que la misma ilusión la lleva hasta la piel de la vampira. La música poco a poco iba marcando los pasos de aquella noche, el violín daba sus certeros rasgos al final con el piano que moría en las últimas notas que junto al perfume de las damas distinguidas de sociedad se mezclaba con los llantos y rezos de almas que nunca existieron, todo eso acompañado de una copa con sangre que se alzaba y unos labios que mostraban una sonrisa macabra.

por Invitado Dom Mar 22, 2015 12:06 am

Intimidad, eso que ellos nunca tendrán. Juega, juega con ella y los presentes que les miran, ella lo sabe y aun así toda su atención se encuentra en él que desliza sus manos por su cuerpo incitándola a que de uno de sus famosos espectáculos. Santhiago es un hombre de manipulación, le conoce tan bien y continua cayendo en sus sucios juegos, dos milenios no le bastan para quitárselo de la cabeza, oh no, ella sigue cayendo, ella lo desea como la primera vez que lo vio, como aquel día en que se caso con el hombre equivocado.

Cerrando los ojos separa los labios al rosar su cuello de nuevo, es claro que juega sucio, por supuesto el no sabe jugar de otra manera. Siempre jugando, tentando a su presa y es inevitable que ella caiga con los sentimientos a flor de piel dejando que la maneje cono a un títere, una muñeca, lo que siempre ha sido para todos en el clan. No confía en ella misma, dejándose a los brazos y deseos de aquel hombre que le habla en susurros escuchándole a medias. Bailan de una forma insinuosa hasta que la muerde.... Esta bebiendo de sus labios, dejándola, permitiendo ese intimo acto que solo dos amantes comparten en privado, solo que no están en privado. Poco mas de treinta personas les acompañan.

- ¿Como te has atrevido ha hacer tal cosa frente a todos? - Cuestiona furiosa en verdad, aun saboreando sin limpiar la sangre que permanece en sus delicados labios. No se toma la molestia de ver a los dos a los que inflige dolor su acompañante, no le interesan son hombres de su esposo no de ella - ¿De que se supone debo convencerte si se supone que tú no deberías estar aquí? - contra ataca educada, siempre cortes y firme en sus palabras suaves como su voz. Obligada a ver mira sin deseo alguno - Inferiores ¿Quien podría osar llegarle siquiera a los talones al gran Santhyago Morel? - el beso obsequiado a la nuca la hace temblar de ira y pasión. - Deja de exhibirme - le empuja a lo que el responde riendo dejándola en medio de la pista ella ordena a su gente se "hagan cargo" de la gente y les dejen solos, solo aquellos hombre de su esposo permanecen en el recito. Pero por cuanto tiempo. - Retiren eso de mi vista - ordena a aquel puñado de hombres que la miran de forma indescifrable, ante el desagradable espectáculo acabado de presenciar por los neófitos.

Ahora el continua jugando con la paciencia de ella - ¿Para eso me mordiste? ¿Eso quieres: Los sucios detalles de mi ultimo encuentro carnal con mi esposo? - expresa resaltando la ultima palabra enfrentarle visiblemente afectada por las imágenes sobre todo por aquellas en las que ella no es la protagonista junto a él. Tiembla con los puños cerrados de ira y dolor, estando de frente a él mirando al imponente hombre - Concederé todo lo que mi señor de la guerra desee - la a humillado una vez mas, la esta arrastrando al precipicio. Si su amor prohibido quiere jugar sucio, jugaran sucio.

“La memoria es como un cuchillo.
Te puede hacer daño.”

Pasa la mano suave y fría por la copa que sostiene él rompiéndola en mil pedazos dejando que la sangre se derrame manchando su vestido. Pasa los brazos como él ha hecho al bailar hasta su cuello aferrándole, jalándolo con la suficiente fuerza para pegarse a los labios masculinos - Mira amor mio, mira bien como se mete entre mis muslos, como él puede tener cada noche lo que TU NO! - escupe cada palabra con ira contenida. Por una vez en su vida le gustaría no encontrárselo y pelear por el esposo de ella, gritarse, jugar viles y sucias tretas, que dejase de restregarle en el rostro que el puede estar con muchas otras después de ella. Con su manipulación mental muestra sus propios recuerdo - Escucha como grito su nombre y no el tuyo... - finaliza enterrándole las uñas, aferrándole con suficiente fuerza para que no le suelte.

Lo que ella insinúa como una venganza muestra una cruel verdad. El escenario no es el lecho que suele compartir con su consorte, es una sucia celda a donde fue a parar una semana antes de ser liberada y enviada a Francia, matándola de hambre como acostumbra hacer en castigo por las mentiras y maquinaciones de Nerishka. La puesta de la celda es abierta y su esposo entra, arrancándole la ropa, soltándole una bofetada, la agarra del cabello azotandola de frente a una de las paredes le abre las piernas, penetrándola con furia. Tratándola como la escoria que su esposo cree que es, ordena que gima su nombre, ordena que grite de placer cuando lo que ella siente es asco de ella misma, su esposo ordena lo que hará con detallada malicia. Virginia permite que Santhiago vea hasta que la arroja al suelo ya saciado y los recuerdos se cortan de tanjo.

- ¿Ya estas contento Morel o deseas ver mas de mis encuentros carnales con mi amado esposo? - cuestiona plantando los pies en el salón del hotel - Ahora dime si eres a quien e venido a buscar para hacer negocios... porque esta vez no pienso jugar contigo, esta vez no me doblegare ante ti - es mentira, ella se doblara, rogara y se arrastrara por su amor, pero no es bueno que Santhiago este siempre seguro de ese pequeño detalle.

Vestido Blanco:

por **Santhiago Morel** Miér Abr 01, 2015 3:28 pm

Una noche cualquiera, una noche como otras no había límite en los confines de la tierra para aquel demonio que con cuerpo de hombre caminaba por las oscuras calles sin importarle que sepan de su existencia es más al parecer era lo que buscaba que los seres inferiores sepan que aquel dios del inframundo había encarnado en la tierra. Peligroso era, para los simples mortales y para los de su especie, un ser que vive de la sangre sin respeto a alguna ley o regla que se lo impida tomar.

Así comenzó la noche como todas las de él, una masacre frente a los ojos incrédulos de los que futuramente serían su alimento. Alzó aquella copa bebiendo aquel contenido, el salón ahora vacío de los comensales que huían asustados en pensar de la locura que se pueda propagar de aquellos muertos, mientras tanto Morel enfiló sus pasos que resonaron por las frías baldosas del casi, vacío salón, en segundos estaba frente al piano con sus dedos que cayeron muertos en la nota más grave de este y así como ahí apareció se esfumó para aparecer tras uno de los sirvientes del consorte de su acompañante, con un susurro en su espalda solo se pudo oír el sonido de los huesos siendo tronados y sus uñas clavándose en la piel del cuello para dejar que la sangre llenara la copa vacía de su otra mano.

Con sigilo se acercó a la mujer que solo le había estado reclamando por su comportamiento ¿era cierto ello? ¿Cómo podría atreverse él a hacer todo esa demostración de su existencia?, solo se limitó a sonreír cuando alzó aquella copa de sangre tibia –Lo hago porque puedo y quiero, ¿por qué esconder lo que soy? ¿Por qué debo obedecer a alguien si estoy por encima de todos incluso de ti y de la misma camarilla? Como lo has dicho son inferiores a mí. Acaso quieres que tenga piedad Virginia, quieres que sea igual de piadoso que tu esposo que acepta que me ames en secreto y aun así el desea que ascienda al trono de los clanes superiores, o no, no es piadoso verdad, él quiere eso para que despose a Nerishka, que sucios trucos y te prestas para ello, no es verdad ¿por qué?– se levanta con rumbo a la barra de aquel salón se adentra a este para tomar la botella de licor que dejó caer unas gotas en la sangre que bebía.

Los dos últimos lacayos de la mujer retiran sin ver a Santhiago, el temor se hace presente en la atmosfera, un reino de caos al que solo le sonríe con sus ojos cerrados –Yo no te exhibo Virginia, te exhiben como trofeo para pescar, el pez gordo se les ha escapado esta noche, esto es lo que quieren, que mate a cuanto ser se me cruce pero eso lo tengo ya en mi clan, mis reglas no van con ellos y a la vez le siguen, no crees que es un dilema ello, saber que aunque rompa las reglas de ellos las mías no las rompo ¿por qué será? Ah sí, porque son las que han mantenido a mi familia viva durante años y es lo que quieren destruir– aquellos ojos se abren para vislumbran la silueta que se acerca a él tocando el cristal de aquella copa que se rompe en sus manos cuando la mujer toca el cristal, aquel elixir cae sobre aquel vestido blanco, ambos se mueven como si de una danza macabra se tratase, las manos de ella en su cuello y los dedos de él con el color rojo aprisionan la cadera esbelta de aquella figura, el susurro de su voz lo embriaga incluso la fuerza en la que lo toma, pero todo termina en el velo de la noche cuando las imágenes se muestra, ira contenida surge dentro de Morel pero se apacigua en el exterior, en su interior se ha desatado el apocalipsis pero su fría calma no demuestra lo que piensa. Rompe la unión la con la mujer limpiando la sangre que le quedaba con una servilleta que arroja al suelo. Regresa a su asiento como un caballero con una sonrisa que oculta lo que realmente pasa por su mente –Eso es todo, es todo lo que tienes que mostrarme de las noches con tu esposo, pensé que habría más pero al menos veo que te lleva por la locura de amor que te profesa cada reunión que tenemos en Italia, un gran amor entre esposos, para que gimas su nombre es porque te encanta como te lo hace y en donde o piensas en mi cuando él está entrando en ti y rezas para que no sea él si no yo– una pequeña burla manifestó cuando sus dedos chasquearon y un asustado mozo apareció.

Pidió nuevamente bebidas para ellos y que el salón fuera limpiado, que él tomaría el resto de la noche aquel salón pagando las costas por ello y además un cargo extra como indemnización, el humano nervioso asintió saliendo de ahí hasta la gerencia, dejándolos ahora completamente solos –Bien hagamos negocios entonces ¿Qué pide ahora la camarilla? ¿Qué nuevo trato quieren conmigo? Claro aparte de que ascienda al trono que no quiero, veamos con que nuevo conciliación salen, entonces Señora Ponce de León emisaria de la camarilla y de su clan dígame ¿Qué puede ofrecerme esta noche?, porque veo que es una negociación para lo que la han enviado, por eso está aquí ¿verdad? No hay otras razones– había tomado sus palabras para ir en contra de ella, si ella quería el negocio tendrían el negocio pero no sería uno muy limpio, ya habían empezado con una matanza en público, imágenes de deseos sexuales todo eso mezclado con una ira que se contiene en un semblante frio, no trae nada bueno.

por Invitado Vie Mayo 22, 2015 10:33 pm

Alejarse, siempre ha sabido que debe hacer exactamente eso pero se niega, su infantil amor, su amor prohibido y ahora perdido. Si, ahora es solo una muñeca que exhiben a conciencia y por supuesto a conveniencia en los clanes.

– En verdad crees que me presto a sus sucios trucos... No soy tan ingenua – afirma desilusionada mas que preguntando, alejándose, llegando hasta donde se encontraba hace un momento él deslizando los delicados fríos y perfectos dedos por las teclas. Ruega a un dios un poco de claridad, un dios del que dejo de creer hace muchos años cuando aun era una humana. – En verdad no importa Santhiago, que importa si eres tu o es mi esposo o incluso que importa si es Nerishka o alguna de tus hermanas e incluso Markus lo ha hecho… que mas da Santhiago no pertenezco a tu clan – picar y jugar a ese juego peligroso es mas de lo que va a soportar y aun asi continua.

El mozo trae la botella y corre como alma que persigue el diablo y no es en sentido figurado, pues el diablo le acompaña esa noche y se mofa de si vida marital. Ahora cómodo sentado sentencia y es momento de de que ella mueva. Regresa con pasos pausados, elegantes, moviendo la cadera, el torso por acto reflejo y los pechos se balancean ligeramente de un lado a otro.

“¿Crees que puedes robar parte de mi vida?
¿Tomarla como tuya y esperar
que no tenga un precio que pagar?”

Esta noche ella jugara igual que él, rompiendo las reglas así sea castigada en un futuro cercano. Le mira lasciva cambiando su actitud, algo extraño en ella, aunque posee una femineidad y sensualidad nata el seducir no es algo que haga a menudo – ¿Solo quieres negociar Santhiago? – susurra acercándose subiéndose el vestido hasta los muslos rodeándolo sentándose sobre él ahorcajadas, acercándose a sus labios sin besarle mientras el toca su cadera pasando sus manos – Adiós noches en las que disfrutabas enterando tus colmillos alimentándote de mi mientras me follabas por detrás aprisionándome en tus brazos – las imágenes llegan a la mente de él como un relámpago cortesía de ella – ¿Una última vez? Una última vez escuchándome gemir por más de ti… una última vez escuchando como tu nombre escapa entre gemidos de mis labios – pasa las pálidas y frías manos por el pecho arrancando el corbatín y abriendo la camisa haciendo bolar los botones rasguñando el fornido pecho…

Pasa los labios por su pecho, subiendo, lamiendo dejando cálidos y húmedos besos hasta su garganta donde le muerde aferrándose a él... la sangre de Santhiago llena su garganta, calida, salada, feroz con un toque de peligro… la mejor sangre que ha probado jamás... move la cadera energía bebiendo ávidamente aferrándose con fiereza, llenadola, calentándola en mas de un sentido… se separa brusca sin alejarse dejando que el vestido se manche aun mas; aquel que rasga dejando ver el corset blanco – Provocas que me moje… ah… ah… podría tomar a mas de un hombre en mi cuerpo en este momento … sin embargo jamás protagonizaras mis mas anheladas fantasías… ya no mas, has perdido el toque… Santhiago – expresa aferrando la diestra a la nuca de su amor prohibido y la izquierda recorriéndose el cuerpo aprisionando sus pechos, tocándose para que Santhiago vea.

“El sadico asesino no nació.
Fue creado.”

Al abrir los ojos y mirarle, despide frustración, necesidad de que la follen, pero sobretodo rencor y enojo. Pasa la lengua por los labios del vampiro y antes de que espere nada con el puño cerrado golpea el pómulo masculino. Quitándose de su regazo alejándose – ¡¿Quieres negociar?! ¡¡Negociemos!! Anda, casarte con Nerishka y follatela hasta desaparecer, aunque claro que con esa puta no es necesario el casarte. Mi esposo os espera a ti y a tu familia, abra una mascarada en la residencia de tu futura mujersuela en la que se decidirán los acostumbrados negocios de la camarilla y tu destino, como aseguran les encanta meterse en lo que nadie les ha pedido opinión. Ahora si mi “señor” de la guerra… – hace una reverencia tomando una copa y brindando por él – Si no desea mas de esta simple infórmate y no prescinde mas de mis servicios me retiro – arroja el contenido de la copa a la cara del hombre antes de dar la espalda.

por **Santhiago Morel** Lun Jun 22, 2015 9:46 pm

Todo lo que alguien puede esperar es a una persona que sea digna de dar las peleas que nadie más podría dar, y justo era eso lo que aquel ser de la noche no tenía, aquel demonio no poseía y sabía que no tendría porque no había sido creada esa mujer para él. Al contrario de lo que se creía habitualmente, él no necesitaba un amor fijo que lo hiciera parecer débil, si no alguien que entendiera su posición y eso no lo encontraría en la Camarilla donde la ambición reinaba.

Su orgullo estaba muy en alto en aquella velada, aun cuando la mujer pretendía desestabilizarlo con aquellas imágenes que le hicieron recordar momentos tan eróticos y sensuales, la piel blanquecina siendo mordida, los labios rojos cubiertos por sus manos y su cuerpo siendo poseído por el de él el incontables posiciones hasta que sus presencias eran notadas como desaparecidas. El calor y frio de la pasión oculta, pero sobre todo la ira, frustración, disolución eran las emociones que más le emocionaban ver sobre todo si él era el causante, aunque tuvo que contener el auto reflejo de atacar a la mujer, de incrustar sus colmillos en el cuerpo de ella hasta dejarla seca, de usar sus habilidades sobre ella, al menos por el momento. El acto reflejo de la mujer para con él solo causó una risa por la actuación y antes de que se fuera de ahí en ropa íntima se posicionó delante de ella tomándole los brazos a los que se clavan las garras del demonio –Una mujer despechada es muy peligrosa en ciertas ocasiones– suelta sin reparo aun sabiendo que aquella mujer podría golpearlo –Esto se acaba cuando yo lo diga Virginia, y aun no he dicho que te puedes retirar, por otro lado me debes una parada de ropa porque no pretenderé salir así hasta mi mansión y menos cuando alguien ha tomado de mí, sabes lo que eso provoca en mí y aun así lo hiciste– la pelea que ella presentaba le gustaba en medida.

La atrapo por la espalda llevándola hasta la barra donde sus manos descendieron hasta las caderas de la mujer y luego ascendieron hasta sus senos cubiertos por el corsé, los sopeso por encima de la tela sonriendo, dejó soplidos en el cuello de ella donde rozó los colmillos y la lengua –La zorra de Nerishka, como la llamas, no me interesa para tomarla como esposa, aunque si para tener una sesión de sexo intenso entre dos vampiros ambiciosos– antes de que la mujer le abofetee le toma las muñecas –Gracias por la invitación pero a esa fiesta iré solo, mi familia tiene otros compromisos que acudir y puedes decir a tu esposo mi decisión, esta guerra no se acaba hasta que yo lo diga y tú serás mía cuando yo lo disponga– suelta una de las muñecas de la mujer para colarse por las bragas blancas de encaje donde su mano atrapa aquel sexo jugando a tentar, retira la mano con el ceño fruncido y es cuando su habilidad de ILUSIÓN surte efecto –Claro es que te molesta que Nerishka tenga algo que no tienes tú con libertad, algo que solo tienes cuando nos encontramos en Italia, algo que no compartes con tu esposo cada noche ya que él es muy aburrido– las imágenes se materializan, de una vampira atada boca abajo contra la cama siendo tomada con fuerza por él. Sigue creando imágenes de mujeres humanas que se han rendido a sus colmillos una y otra vez sin poder oponérsele.

La suelta dejándola libre, pero las ilusiones siguen con aquella mujer con que se odian, donde la tiene sobre él, debajo, contra alguna superficie, en un carruaje, en algún lugar público o privado, muestra imágenes que no pasan de ser falsas porque hasta ahora jamás se ha acostado con aquella mujer. Acude al asiento del piano con una sonrisa de maldad en sus labios cuando los dedos tocan notas graves –Ya puedes irte, espero verte en aquella reunión con tu esposo, te llevarás una gran sorpresa, creo que todos se llevaran una gran sorpresa luego de esa velada, te recomiendo que no salgas a la calle casi desnuda, podrán los inquisidores matarte y no creo que tu esposo tenga tanto poder en la iglesia para impedirlo, y estoy seguro que no acudirá a mi porque sabe el precio que tendría que pagar al igual que tú, y él no quiere eso, ni tu tampoco, lo han dejado claro– alza la vista con sus ojos rojos llenos de excitación y la llama de peligro, pues bajo su treta tenía una carta de la cual iba a hacer uso si la mujer salía de aquel lugar o lo desafía.

Como adora los retos y desafíos, sobre todo los más difíciles de doblegar.

por Invitado Dom Jun 28, 2015 10:29 am

Una mortal atrapada en un cuerpo mortal, eso es aquella mujer, distinta al hombre con el que discute, mientras él disfruta del poder y todo aquello que conlleva ser un vampiro eterno con dones específicos utilizados con las más viles bajezas por el simple disfrute, ella simplemente está harta de lo que la rodea, una y otra vez, caminando en aquel dogma de inmortalidad, siguiendo leyes que no acepta pero se apega estrictamente. Jamás pidió ser un ser de noche eterno, ello no importa ella fue engendrada específicamente para ello, no hubo padres o hermanos o siquiera familiares amorosos que ella llegara a extrañar en algún momento, solo existió el ahora por mucho tiempo, hasta hoy. ¿Sufrida? Si, puede que lo sea pero es lo único que conoce, ¿Quejarse? De que serviría. ¿Un perfecto títere? Sí, eso es Virginia, un títere de la camarilla. Lo que exigen de Santhiago es una simple y vil tontería, creyendo que hay algo más obscuro con el planteamiento ferviente del ascenso de aquel hombre.

Correcta, siempre pudorosa, firme y aun asi se a permitido tener un amante, entre corredores, sombras nocturnas, velas tintineantes, y rumores, jamás vistos, jamás descubiertos. – Me honras al creer que puedo ser peligrosa, claro seria tonto que no supieras de mujeres despechadas– sonríe sin inmutarse por el dolor infringido. No es solo lo que la camarilla desea, una diplomática que obtiene lo que desea y es necesario, pero en algún momento también fue una guerrera que no reconocida por su piedad – Te equivocas, no tengo idea de que te ocurre cuando alguien bebe de ti, esa sería una osadía demasiado grande, aquella persona no lo contaría. – se burla elegante, diestra, haciéndose la desentendida. Sonríe haciendo una reeverencia – No he dicho que me iría, he preguntado si no solicitaba nada mas de mi antes de reti… – de ser humana, su pecho subiría y bajaría con cada violento suspiro de aliento, la sangre correría con fuerza hasta sus mejillas poniéndola roja de coraje por tocarla y hablar de cómo se folla a Nerishka pero no, ella ya no posee los atributos y se muestra tranquila, invariable a las palabras y acciones de él, algo extraño ya que suele reaccionar impulsiva, agresiva y devastadora. Toma las manos delicadas anticipando algo que ella no tiene planeado hacer, abofetearlo. Y continúan sus juego, ella permite que la toque sin inmutarse o alterarse, se queda quieta dejando que continúe el juego Nerishka – No es el único aburrido en mi vida, tu también llegas a serlo, sobre todo cuando estas vestido, tanta palabrería me aburre Santhiago. Continua jugando con tus recuerdos porque tengo mejores cosas que hacer – esta vez esta no está molesta, está enfadada y ello no es bueno para ambos, asi como no es bueno hacerlo enfadar a el.

“Podria mentir
Matar o morir
Incluso algo mucho peor
Forzar el destino
Perder el camino
Con tal de no perder tu amor “

Se acerca al hombre que pasa los dedos por las teclas del piano, reverencia frente al él antes de arrancarse el resto del vestido quedando en ropa intima, las largas medias de seda cubren sus piernas torneadas, salándose el cabello sonríe al hombre que la mira sin perder detalle – Me retiro mi señor ya que al parecer esta vez no desea mas de mi – se aleja un par de pasos y regresa – Sabe, no tiene que preocuparse por quien pueda matarme, mi peor enemiga soy yo misma, sobre castigos inquisidores, en innecesario expresar su preocupación mi señor pues sabe de sobra que mi “esposo” tiene los suficientes recursos para cuidar o descuidar de su cónyuge – regresa, toma su rostro entre sus manos y besa delicada, sensual, lenta y cadenciosa usando solo sus labios tentando a su acompañante dejando que sus dedos acaricien la cien metiéndose en sus pensamientos crea las ILUSIONES de ella siendo tomada por algunos otros hombres de los mas importantes de la camarilla – Me retiro a continuar mi labor de embajadora, es momento de ir a “convencer” a otro hombre – sin alejar los labios de los masculinos sonríe – Soy una buena aprendiz, dejándote creer que eres al único al que le abro mis dulces piernas, no eres al único que convenzo de esta forma… te lo he dicho. No te sientas especial, fui creada para esto… tu lo sabes, ellos lo saben… soy solo una marioneta que siempre consigue lo que ellos desean… – las palabras se pierden entre ilusiones dejando a Shanthiago segado entre asesinatos, momentos en los que no se controla arrancando la vida de alguien mientras se alimenta y desenas de encuentros carnales entre ella y los hombres mas poderosos que manejan a las hordas de vampiros disfrutando tal cual ha hecho el muchas, muchas veces en el pasado... Y Se aleja, yéndose del bar del hotel, saliendo semi desnuda dejando el eco del repicoteo de los altos tacones por el pacillo.

por **Santhiago Morel** Vie Jul 10, 2015 6:24 pm

El eco de la vida termina con una nota fúnebre y oscura que cae sobre la sangre derramada.

Dulce sonido que emite la mujer con su voz, imágenes que se cuelen entre la batalla épica de dos iguales, es el choque de dos titanes creados para un mismo fin pero entregados entre ellos con la absoluta discreción ¿por qué? Por un bien mayor. La sonrisa de Morel es solo evidencia de la satisfacción que produce las palabras de la mujer conforme a su misión creando las melodías en los gráciles dedos que se mueven con experta calma sobre las teclas, la velocidad aumenta, y, en ese momento, todo acaba cuando ambas manos se posan sobre su calma emitiendo sonidos disparejos y cortantes como los colmillos que se muestran ante la vampira que lo ha desafiado.

Es lo que más le provoca pero no lo hará conocer, es un hueso viejo que no se deja romper fácilmente ni aun por el más humano y vil sentimiento que ha desterrado de su muerto e inexistente corazón. Con gracia se levanta caminando con la misma pausa de la mujer hasta su bastón que toma con su diestra empuñando la cabeza de oro. Sus pasos avanzan con ojos cerrados y sus labios se saborean ante el beso dejado; un murmuro en ellos deja que aprovecha la habilidad de los muertos para que aquella mujer escuche –no estuvo mal, pero tampoco estuvo bien, he sentido mejores– se sienta en otra mesa, más alejada de la que estaban, está casi al otro extremo por una ventana que da directo a las calles de parís, su asiento habitual.

Un suspiro de aburrimiento esboza y abre sus ojos que toman de nuevo su color habitual, es cuando hace partícipe de su carta –Señora Ponce de León, no creo haberle dicho que se retire ¿o si he dado es orden? Le recuerdo que usted no está con su esposo o sus amantes de turno, está frente al señor de la guerra, al señor de la destrucción y el poder, Soy tu REY Y SEÑOR, tu amo y me debe obediencia señor Ponce de León, no lo olvide– ríe porque conoce a la mujer y sabe que lo que menos le agrada es aquella formalidad, ni a él le gusta pero es su partida de ajedrez y ahora moverá sus piezas principales –Si gusta puede llamar aquí a sus otras “citas” y hablar con ellos frente a mí, sabe que todo lo de la camarilla aunque no me importe me interesa, tranquila podré pasar desapercibido para usted y sus citas, claro si no le importa que esté aquí con alguien– Gira su rostro mostrando la más absoluta seriedad en sus facciones, su ceño fruncido muestra que no hay rastro de broma ni doble sentido, pero en su interior sí que disfruta de ello –¿Por qué he de sentirme especial? Que yo sepa eso le corresponde a su esposo no a mi Señora Ponce de León, siempre he sabido las artimañas de las mujeres de la camarilla, aunque siempre pensé que una no lo haría, creo que Xaziel me debe una noche, acaba de perder su apuesta. En fin, Señora Ponce de León, como lo he manifestado anteriormente, no me preocupa en absoluto lo que le pueda ocurrir a usted, si no lo que tendría que pagar su esposo y usted por un favor mío y sé que no están en la condición de aceptarlo–

Gira con la mirada en la ventana tan impoluto y frio, cortante y tajante. Emite un suspiro de decepción cuando chasquea los dedos y el mozo trae una botella sin etiqueta junto a un vaso donde sirve el espeso y rojizo contenido, corre dejando a los dos inmortales nuevamente solos. Morel bebe de su copa, sangre fresca y recién adquirida de una joven doncella –Esperaba más artimañas, más juegos del títere de la camarilla, una mejor estrategia pero veo que no le han enseñado bien como para atraparme a aceptar la propuesta de ascender al trono, ya sé entonces de quien es enviada, su clan “la sombra” la ha enviado a usted y los ventrue y tremere han enviado a la serpiente, veo que le han ganado señora mía, en fin. Espero verla en la fiesta de compromiso– bebe en silencio dejando aquella última carta en juego, la fría indiferencia que es la máscara de todo buen juego.

El no aceptaría jamás ni una propuesta, sea de quien sea, él ya tenía su trono de muerte junto a su reina de sangre, pero aun así buscaba su reina de corazones así como su reina buscaba a su rey de espadas.

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