Jamie Fraser | ID

Se dijo que el día de su nacimiento fue el invierno más cruel en Inverness, la druida había interpretado en ese nacimiento difícil que Jamie sería el más férreo guerrero, el nuevo héroe de Escocia, líder nato de los guerreros escoceses… y no se equivocaría.

La niñez de Jamie se dividió en la educación de guerrero,más que de noble. Su clan, como la mayoría de clanes, confiaban en sus druidas. Y su padre, obsesionado con el hecho de que su hijo sería el más grande entre los guerreros le exigía más de lo que se le debería exigir a un niño. Pero de ninguna manera se podría decir que él odiase su niñez. Cuando nació su hermana, la vida cambió en la familia, él se convirtió en su protector, había algo en ella que le impulsaba a protegerla. Así creció, con el arduo entrenamiento del padre, y la adoración a su hermana.

Cuando se le consideró listo, a sus 18 años, lidereó a los escoceses en una batalla con un grupo de ingleses que se aprovechaban de una aldea muy al norte. Jamie liberó el pueblo masacrando a los ingleses y regresó antes de cumplirse un mes. A su regreso ya la esperaba su amada hermana, la pequeña rubia de doce años que nadie podía comparar en belleza, y la idolatría a ella se acrecentó.

Todo cambió en la guerra por la independencia. Junto a su padre marchó a la guerra, mientras su padre se encargaría de las cuestiones políticas, él se encargaría del campo de batalla. Antes de partir, Mai, ya con 16 años y en la plenitud de su juventud, con esa belleza a flor de piel. Mai le rogó no ir, pero ella misma sabía que sería inútil, por lo tanto, le exigió que la llevara. Jamie podría contra todos menos contra su hermana, y cedió a su capricho pese a que nadie estuviera de acuerdo. Pero a pesar de las costumbres sobre las mujeres en los campos de batalla, y todo lo que sus más cercanos escoceses le debatían, él no los escuchaba, pocas veces lo hacía cuando se trataba de Mai, para él. Existían tres mujeres. Mai, su madre y todas las demás. Su hermana era su joya, su diosa, su todo; por eso no podía dejarla sola, él se sentía más seguro que estuviera junto a él que lejos, así podría protegerla.

Con el amor de su hermana llevó a los escoceses de victoria en victoria, los ejércitos crecían y los ingleses comenzaban a temblar. Sus comandantes y su mismo padre le decían que alejara a su hermana, que era una distracción para Jamie, pero para él no era así, era su amuleto. Fue entonces que descubrió a su hermana limpiando su cuerpo, totalmente desnuda. Ella no se percató de su presencia, pero él se dio cuenta de algo, la adoraba, era su amor, su todo, pero ahora también era su deseo, su obsesión. Su cuerpo se revolucionó al verla así, luchó consigo mismo para no acercarse y tomarla entre sus brazos, para no hacerla suya. Y como en todas sus batallas, triunfó, pero esta victoria le había herido el alma. Ordenó a su más fiel escocés a escoltar a su hermana en la víspera de una batalla. Él no desobedeció.

Mas Jamie no estaba tranquilo, algo en él se decía que estaba mal, que no debió haberla alejado, pero entonces entraba en conflicto, «¿quién hablaba? El corazón que la amaba como hermana, o que la deseaba como mujer»; comenzaba a enloquecer y sin embargo, así osó enfrentar a los casacas rojas. Fue una dura batalla pero los errores de Jamie hicieron de esta victoria una muy costosa. Aquella noche de tristeza la ocupó el para caminar en el bosque, era una luna llena, una luna maldita.

Embriagado por la tristeza y la angustia por su hermana no pudo ver las amenazas que se volvían contra él y cerca del amanecer fue atacado por un licántropo. Su más fiel soldado, lo encontró al borde de la muerte y fue llevado hasta el campamento, el resguardo de los escoceses que horas más tarde fue asediado por los ingleses. Sin su líder los ingleses arrollaron a las fuerzas del moribundo Jamie, pero entonces, cuando estuvo a punto de morir, cuando ya lo había perdido todo en el campo de batalla vio a su hermana una vez más, le pareció que era un ángel, quizás venía por esa alma moribunda, pero no podía ser. Jamie se negó a creerlo así que consiguió alejarla y sin saber como, porque no lo pregunto, consiguió ponerla en resguardo.

Jamie cayó inconsciente por más de una semana y cuando buscó a su hermana se le informó que la habían puesto en resguardo, que ahora viajaría a casa. Él deseo en el lo más profundo de su ser ir por ella, necesitaba abrazarla, y decirle cuanto la amaba, pero no podía dejarse arrastrar por ese deseo impuro así que se reorganizó para enfrentar a los casacas rojas.

Hizo nuevos viajes y conoció a Athdar, un joven que podía transformarse en cuervo, águila y halcón; era increíble aquel muchacho y decidió criarlo como a un hermano. Cuando se dio su primera transformación en licántropo fue Athdar quien lo orientó y le enseñó a recluirse los días de luna llena. Pasaron los años y llegó a él la noticia de la muerte de su hermana, su actitud cambió completamente, por un par de años consiguió ser el de siempre pero una noche simplemente enloqueció y no se le volvió a ver al menos por cinco años.

Cuando apareció lídereó a los Highlanders contra las fuerzas que antes él dirigía y que ahora respondían a Athdar por cinco años confrontó a Athdar hasta que una noche de invierno, en un choque en las tierras de Inverness, se dio el último enfrentamiento, Jamie venció a los escoceses y se abrió paso con los Highlanders por toda Highland. Sirvió a la corona inglesa por diez años más y cuando ya no encontró un propósito para seguir adelante tan solo se alejó del mundo.

De esa vida poco se sabe, el mismo ha destruido los recuerdos que genera cada día. En él sigue la imagen de su amada Mai, y así con 72 años sigue viviendo solo, sin interés de integrarse a una Escocia que defendió y traicionó.