Amanecer delirante [Libre]

por **Aithne Rayvard** Dom Oct 19, 2014 5:54 am

Nada más despertar, al amanecer, sentí la imprudente y desesperante idea de salir de casa. De salir corriendo, no importaba a donde, pero quería huir. Quería escapar de la rutina y de todo aquello que me tenía retenida en casa.

Hice a un lado las sábanas de mi cama, de forma brusca e impropia de una señorita, pero en esos momentos me traía sin cuidado mi comportamiento. Me sentía asfixiada entre las paredes de mi casa. Por ellos, nada más levantarme, me apresuré a vestirme con uno de mis sencillos pero elegantes vestidos. Opte por un tono rosa pastel, algo que no me hiciera resaltar demasiado. Aquel rosa casi parecía blanco roto, así que era perfecto.

Sin hacer ningún tipo de ruido, me encaminé hacia la puerta de la entrada y salí.
Y una vez fuera, me sentí liberada, aunque no del todo. Caminaba a donde me guiaban mis pasos, sin rumbo fijo, andando sólo por intuición. Sin saber cómo, acabe por lo alrededores del cementerio. Lo que me hizo adentrarme en él fue el recuerdo de mi hermana, que estaba muerta...
-Lily...
Si hubiera sido de noche, tal vez hubiera salido corriendo de aquel lugar, pero ahora que estaba amaneciendo, no tenía nada que temer. Además, no es que fuera a venir un espíritu o algún monstruo a atacarme, ¿no?

por **Zuleika Corona** Miér Oct 22, 2014 10:17 pm

Había pasado toda la noche intentando protegerme, comenzaba a aprender como escurrirme por entre las calles para evadir a esos monstruos, suele suceder que alguien insignificante como yo no suele ser un banquete que se desee al menos que estén demasiado sedientos.

Llevaba aun mas de medio cesto de flores conmigo las cuales no había podido vender el día anterior, era una verdadera pena por que comenzaban a marchitarse y mi estomago gruñía por no tener alimento, decidí hacer algo que en mis días de fortuna jamas paso por mi mente, si no fuera por que recordé a mi adorada María jamas lo hubiera puesto en practica, me senté en una esquina donde esperaba no molestar a nadie, puse la cesta en mi regazo y comencé a desprender los capullos ya florecidos y marchitos, aun olían bien, así que poco a poco comencé a comerlos al principio me habían dado cierta repugnancia pero el hambre era atroz así que mientras más los comía mas gusto le encontraba a este nuevo manjar.

Me encontraba disponiendo de mi comida cuando antes de que el sol se posara en en lo alto la grácil y casi celestial figura envuelta en el resplandor delas velas de los candiles de la calle una mujer, hermosa, con el cabello rubio y la piel tan blanca como la leche, mire mis manos envueltas en la sabia verde de mis flores por lo que escondí la cesta y comencé a fregar mis manos contra mi faldón para limpiarlas, en algún tiempo yo también había sido bella. Claro de eso hace ya una semana, tal vez.

por **Aithne Rayvard** Dom Oct 26, 2014 9:12 am

Contemplaba la tumba de mi adorada hermana Lily. ¿Por qué quitarse la vida, Lily? Me preguntaba una y otra vez, sin cesar, intentando encontrarle algún sentido a todo esto.
Alguien tan feliz como era ella, alegre y jovial, ¿cómo osaba quitarse la vida? Sin dejar notas, ni pistas... No había un por qué a todo lo ocurrido.
Mi corazón se encogía al recordar todo lo que había vivido con ella. Y me esforzaba por controlar los sollozos. Yo era una chica fuerte y dura. Siempre lo había sido. Pero tras aquella perdida, mis fuerzas flaqueaban constantemente.

Mordí mi labio inferior. Miraba las letras de la lápida sin leerlas realmente.
No sabía cuanto tiempo llevaba ahí, aunque tenía la certeza de que aún era temprano. La verdad es que el lugar era espeluznante para mi gusto, pero cuando venía aquí al amanecer a ver a mi hermana, me sentía mejor...
Era como si mi alma estuviera encadenada a ese lugar, junto a mi hermana.
Éramos gemelas, así que su pérdida significó perder como la mitad de mi misma...

Aparté los ojos de su tumba, y los paseé por tan solitario y triste lugar. Una lágrima calló de mis ojos, pero antes de que llegase a mi mentón, me deshice de ella con una de mis manos.

por **Zuleika Corona** Vie Oct 31, 2014 1:01 am

Así con la aurora resplandeciendo en lo alto del cielo matutino comencé a caminar, mis piernas me llevaron hasta la entrada del cementerio no señores no me llevaba una pena para llorar puesto que yo carecía de tumbas donde derramar mis lagrimas, los restos de mis padres y familiares habían sido desechados como leña verde.

La verdad es que envidiaba a todos esos seres que gozaban de un lugar como este, los envidiaba de verdad y ardía en deseos de que alguien entendiera mi pena, pero comenzaba a comprender que en este mundo había que sobrevivir a costa de lo que fuera.

Me adentre entre los caminos mortecinos robando aquí y aya flores que aun gozaban de vida suficiente como para poder venderlas, si, no me juzgeis puesto que aun era demasiado cobarde como para adentrarme en el bosque y hallar las flores necesarias tenía que robarlas.

Estaba demasiado absorta en mi labor, que no me di cuenta de que no estaba sola en tan lujubre lugar, me hallaba en una posición que esta mujer seguramente habría visto todo, me quede congelada, ¿Gritaría ? ¿Me llevarían presa ? una gota de sudor frió resbalo por mi frente hasta mi mejilla y con dos flores en al mano mientras mi canasta roída se encontraba ya llena.

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